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El músico romántico contemporáneo

Juan Sebastián Cáceres.

Lo que podría ser en una primera instancia un anacronismo se transforma en una realidad cuyo
peso a permeado la música desde que varios paradigmas empezaron a cambiar en el siglo
XVIII. Pareciera que hay muchas ideas que a pesar de doscientos años de historia aún se
mantienen vigentes y que conscientemente o inconscientemente aún moldean algunas
características musicales contemporáneas.

A partir del texto de Leon Plantinga: “​La música romántica” ​empezaré hablando del relato que
el músico americano da acerca de las nuevas formas caseras de tocar y componer música. El
fin de las grandes figuras de mecenas y la demanda de una sociedad media cada vez más
interesadas en entretenerse musicalmente dan pie al nacimiento a un nuevo mercado dedicado
a la construcción de instrumentos y su distribución. Si bien aún existe la venta de instrumentos,
ahora existe otro gran mercado interesado también en la música casera pero no
necesariamente en la interpretación sino también enfocado en la producción y grabación de la
música. Es normal ver productos de producción musical dedicados exclusivamente a la
producción en estudios caseros. El fenómeno de tocar música en el hogar a dado un salto para
tocar y grabar música propia. El espíritu de la sociedad XVIII se ha conservado y ha
evolucionado de la mano con los nuevos medios tecnológicos.

Además, Plantinga cuenta como la figura de compositor, mezclado con el historicismo, dan pie
a una visión y referencia al pasado y sus grandes figuras complementado con una recorrido y
lenguaje individual en cada compositor. Acabándose en el romanticismo los grandes clanes
familiares musicales y el surgimiento de otras vías de formación para llegar a ser un músico
reconocido se da pie a una variedad de vías musicales que desembocan en nuevos lenguajes y
nuevos recursos discursivos que forjan la diversidad de la música romántica. Un hecho que
persiste hoy en día, la gran parte de los nuevos músicos académicos o empíricos surgen con
su propio recorrido con diferentes acercamientos y conocimientos musicales, incluso aunque
puedan terminar estudiando en una misma universidad o conservatorio la formación musical y
los medios de generar conocimiento de cada músico son tan variados que cada uno
desembocara en un lenguaje propio musical.

Por último, la visión de las grandes figuras musicales del pasado no solo había dejado el listón
muy alto para los primeros románticos sino que es un paradigma que se conserva aún. Los
nuevos compositores y nuevos intérpretes se enfrentan no solo a cien años de historia, con
referencia a Bach y su resurrección romántica, sino a trescientos años de historia de la música
y no sólo “culta” sino también “popular”. Se convirtió en tradición, de una forma muy merecida,
el ampliar cada vez más el repertorio de la música de concierto (Desde Palestrina hasta
Xenakis) no solo en el campo de la música “erudita” sino también todos los géneros que
actualmente existen, populares o no.

Así que el músico moderno enfrenta varios paradigmas del músico romántico, sigue
construyendo su propio camino, sigue en busca de su propio lenguaje para poder destacar
entre tanta variedad, sigue contemplando a los clásicos buscando respuestas o muros que
superar. E inclusive la sociedad y los músicos sigue referenciando con buenos ojos a los
clásicos y el interés de la producción e interpretación casera de la música. El músico
contemporáneo aún conserva su espíritu romántico.

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