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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1

LAZOS AFECTIVOS ................................................................................................................ 4

Teoría del apego ..................................................................................................................... 4

Teoría del self ......................................................................................................................... 8

VALORES HUMANOS .......................................................................................................... 11

Antivalores ........................................................................................................................... 11

Valores socioculturales ........................................................................................................ 12

EVIDENCIAS DE LAZOS AFECTIVOS EN LA VIDA COTIDIANA ................................ 14

Relación de pareja ................................................................................................................ 14

Amical .................................................................................................................................. 15

Laboral ................................................................................................................................. 16

CONCLUSIONES ................................................................................................................... 18

REFERENCIAS ....................................................................................................................... 22
1

INTRODUCCIÓN

Ya sea que estemos junto a nuestra familia, pareja, amigos, compañeros en el trabajo; los

lazos afectivos con cada persona que está presente en nuestra vida de una u otra forma, siempre

van a acompañarnos. Estos lazos afectivos, pueden ser representados como lazos justamente,

cuerdas o vínculos que nos unen con otras personas de manera que desarrollamos y tenemos

afecto hacia ellos.

Usando la imaginación puede uno percatarse que si nos enteramos que nuestros padres

gozan de buena salud, eso afectará nuestro estado de ánimo de manera positiva; contrariamente

si nos percatásemos de que nuestros padres pasan por un proceso en el que necesiten apoyo,

naturalmente aquella situación afectaría nuestro estado de ánimo negativamente. La madre y

posteriormente el padre, son las primeras personas con las que un niño crean un lazo afectivo; y

además es también con ellos con quien aprende las formas o estrategias de vincularse

socialmente, las cuales empleará. Lazo afectivo, podría ser entendido como el concepto que

refiere y trata de expresar, cómo nuestras emociones humanas pueden influenciar en los estados

anímicos de las personas y viceversa; teniendo en cuenta intensidades como la cercanía o lejanía

que tenemos con ellos.

Se puede tener aprecio, afecto, por varias personas en los círculos sociales con los que

interactuamos; pero cuando aparecen conflictos como aquellos que son causados por un

inadecuado proceso de comunicación, por dar un ejemplo, el temperamento humano pudiese

favorecer al uso impulsivo de palabras graves, hiriendo susceptibilidades y modificando por

aquella situación el concepto positivo que tenemos de una persona, volviéndolo negativo o

desagradable a nuestra percepción (o de forma viceversa, en la que la persona conceptualizada de


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forma negativa, es uno). En momentos de conflicto, son los valores humanos aprendidos por

uno, los que permiten una pauta o guía sugiriendo la conducta social más adecuada, de manera

que el afecto y los lazos que se mantienen con personas importantes, no sean dañados.

Los valores humanos, pueden entenderse como las pautas morales que cada individuo

forma para sí, mediante el uso de la ética y con el objetivo de comportarse correctamente o de

lograr metas. Escogiendo centrarse en valores positivos como lo son el respeto, la

responsabilidad, la amabilidad, entre otros; la persona poseería la habilidad de tener una brújula

conocida normalmente como conciencia moral. Ejemplificando sobre una persona que considere

el valor del respeto como elemento importante en sus relaciones interpersonales, este individuo

tendría desarrollada la capacidad de reconocer lo límites respecto a sí mismo y con respecto a las

personas, cualidad que se estima favorecería considerablemente con el cuidado y la permanencia

en los vínculos sociales del sujeto.

En conjunto, los lazos afectivos al ser acompañados con saludables valores humanos,

pueden llegar apoyar a la formación de una convivencia más sana. Esto podría ser entendido

también como un pináculo del desarrollo en el campo socio-afectivo de las personas; condición

ya adquirida sustancialmente por las sociedades de primer mundo en la economía mundial

(EE.UU, Europa, entre otras), comunidades que a pesar de los errores en su sistema tienen un

orden moral y ético marcado en su día a día, el cual bien pudiese ser base en sus éxitos.

Actualmente en el Perú, solo mediante observación ya sea del cuidado de las vías de

tránsito automovilístico, de los espacios verdes, y de forma especial la conducta de los propios

peruanos; se puede afirmar que el país pasa por un proceso de crisis de valores humanos, por lo

que naturalmente se pude afirmar también que en promedio la población no posee el suficiente

desarrollo en el cuidado de sus emociones, para cultivar adecuadamente sus lazos afectivos. Los
3

peruanos necesitan salir del ciclo de corrupción gubernamental, pero para ello la corrupción tiene

que ser limpiada del pueblo, mediante un proceso de empoderamiento en la buena salud mental y

emocional. El conocimiento y el cuidado de los lazos afectivos es importante para la psicología.


4

LAZOS AFECTIVOS

Teoría del apego

John Bowlby, esquematizó mediante una óptica evolutiva, al darle especial

atención al proceso biológico, formando así una de las teorías más sólidas que ha

servido de base en la modernidad para expresar lo que representan los lazos

afectivos1. Él dedicó sus recursos científicos a la observación de niños huérfanos a

consecuencia de la segunda guerra mundial, los cuales tenían frescos rezagos de

sufrimiento emocional por las cuantiosas pérdidas que ellos vivenciaron. Bowlby

descubrió que la separación de aquellos niños con sus padres, irregularizó su

conducta afectando de manera especial su capacidad para tener relaciones

interpersonales recíprocas y estables.

Desde la fecundación en adelante, madre e hijo tienen una relación

intrínseca la cual comparten y los une; esta relación tiene mayor relevancia en los

primeros años de vida y en la niñez, cuando todavía somos dependientes de

nuestros padres para poder alimentarnos, sentirnos protegidos y entrar en estado

de confort; siendo entonces posible resumir en que la subsistencia se basa en

aquella primera relación que experimenta el hijo junto a la madre. Durante los

primeros días del neo-nato, este pequeño ser estará en constante interacción con su

madre, que regularmente es la primera persona quien de manera natural y

espontanea asume el trabajo de satisfacer las necesidades del pequeño;

posteriormente el padre también adquirirá mayor protagonismo en la crianza por

medio de la vinculación y momentos compartidos junto al pequeño.


5

De momento, centraremos especial atención en las necesidades afectivas del

neo-nato, ya que la forma en cómo estas sean abordadas por los padres,

determinará el lazo afectivo que compartan como familia. Bowlby postula con su

teoría que el bebé nace con la capacidad natural para generar respuestas en sus

padres, orientadas a su supervivencia y vinculación emocional; hablamos de

reflejos y conductas tal cuales son la succión, sonrisas, balbuceo o llanto. Son las

respuestas que el bebé recibe de sus padres, los estímulos que consolidan su parte

emocional y cognitiva; posteriormente cuando el pequeño crezca y alcance la edad

adulta, las interacciones padres e hijo habrán cavado y favorecido en su desarrollo,

al punto que este manifestará semejanzas en conducta, lenguaje no verbal y en

sus respuestas afectivas; como las de sus progenitores, al punto que podrían ser

incluso casi idénticas.

La teoría del apego organiza la comunicación afectiva de los padres con sus

hijos, desde temprana edad, teniendo en cuenta tres procesos que pueden ayudar a

identificar el estado de la salud afectiva del menor. Comenzando con el proceso de

sintonía, el cual se evidencia cuando padres e hijos comparten una serie de

lenguajes no verbales, en común, siendo indicador de que están cómodos con la

compañía del otro. En segundo orden está en el proceso del equilibrio, que vendría

a ser en el caso del hijo pequeño, el tener como modelo a sus dos padres y

teniendo las facilidades para ejercer y practicar su libre expresión. Finalmente,

también se requiere trabajar el proceso de la coherencia, la cual se alcanzaría con

apoyo de los 2 procesos anteriores, siendo esta cuando el niño adquiere el

sentimiento de integración social con el apoyo de los adultos, logrando como


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consecuencia integrase a sí mismo como individuo al percatarse de que tiene un

ambiente al cual él pertenece, el cual le brinda seguridad y estabilidad tanto física

como emocional.

No obstante, para entender mejor la influencia e importancia de los procesos

de sintonía, equilibrio y coherencia; es prudente hacer una revisión sobre los

diferentes tipos de afecto, los cuales vendrían a ser modelos de afrontamiento en

situaciones que requieran una respuesta afectiva, y que fueron identificados por

John Bowlby en los niños huérfanos de la segunda guerra mundial, sirviendo

actualmente como ejemplo para intentar explicar las conductas afectivas de cierto

grupo de personas, comenzando desde la niñez y siguiendo en adelante; siendo

estos modelos diferentes resultados del proceso de crianza y relaciones entre

padres e hijos.

En primer lugar está el apego seguro, que es el tipo de apego que se

caracteriza porque los padres estuvieron presentes de forma continua durante la

crianza del hijo aportando sentimientos de cariño y protección; es por estos

aportes, que el pequeño es capaz de desarrollar un concepto positivo de sí mismo

y confianza en sus habilidades. A las personas con este tipo de apego, también se

les llama, personas seguras. En lo interpersonal, poseen la capacidad y la

habilidad de formar vínculos estables y duraderos; y de forma complementaria en

lo que al campo intrapersonal refiere, está presente en ellos la preferencia por el

pensamiento optimista y la creencia en la valía propia.

El segundo tipo de apego es el llamado ansioso, que se hace presente

cuando durante la crianza los padres están en interacción con los hijos con una
7

constancia no definida, muchas veces sin compartir caricias o momentos con el

hijo, ocasionando que comiencen a aparecer durante esta etapa, sentimientos de

ansiedad por separación y temor al aprendizaje. Existen dos tipos diferentes de

apego ansioso; el ambivalente, caracterizado por aquellas personas cuya forma de

demostrar afecto incluye de manera paralela, expresiones de enojo y resistencia,

como si hubiera un algo invisible que no les permitiese vincularse adecuadamente.

También existe el apego evitativo, que caracteriza a la persona por la constante

vivencia de sentimientos de inseguridad hacia sus relaciones interpersonales,

suponiendo que serán abandonados tal cual ellos se sintieron ellos, de pequeños;

en estos casos, ayuda resaltar que estas personas no contaron con el apoyo

pertinente de parte de sus padres en cuanto a satisfacer sus necesidades de sentirse

protegidos, de ahí la ansiedad respecto al abandono.

El último tipo de apego que sostiene John Bolwby, viene a ser el apego

desorientado, presente generalmente en personas que se les dificulta mucho la

apertura para confiar en el afecto íntimo en sus vínculos; este contexto es

explicado por haber participado de una crianza en la que los padres eran

inseguros, sentimientos que posteriormente se transmitieron al menor y que con la

constancia se cimentaron en sus afectos.

Concluyendo respecto a la Teoría del apego y su importante implicancia en

la paternidad; ser una persona afectivamente saludable es un proceso que requiere

de todo el soporte y seguridad que puedan brindar los padres a sus hijos, buscando

formar lazos afectivos con marcada sintonía, equilibrio y coherencia; empezando

desde la concepción y acompañando constantemente durante el desarrollo


8

contiguo, con el principal objetivo de apoyar en la formación de su yo, capacidad

que le concederá al hijo, la habilidad para satisfacer sus necesidades él mismo.

Teoría del self

Postulada por Carl Rogers, quien propone desde una perspectiva humanista,

que el ser humano está compuesto por 2 “yo” (self); y la cual es una teoría

centrada mayormente en las etapas de la adolescencia y la adultez, valorando el

factor responsabilidad que el individuo ejerce sobre sus propias respuestas

afectivas2.

Las personas tenemos una tendencia natural que nos lleva a actualizarnos

constantemente; esto refiere al proceso de motivación, sentimientos que

direccionan nuestras conductas a través del día día y que buscan una retribución

positiva en base al esfuerzo invertido en las labores cotidianas; dando como

resultado, la formación de una autoestima saludable. Según Rogers, el conjunto de

los componentes referidos conformarían el “yo” (self) real, el cual está centrado

en el individuo.

No obstante, el humano es un ser social por naturaleza también, por lo que

poseemos una percepción de inclusión social en la que deseamos estar inmersos.

Tendencias, culturas, políticas; elementos sociales enfocados en generar un ideal a

ser, los cuales son parcialmente asumidos por toda persona que viva en

comunidad. A partir de ello, existe el “yo” (self) ideal, que vendría a ser lo que la

persona aspiraría a ser, una percepción de lo ideal para uno mismo, sumando a

ello la imagen de lo que se percibe desean ver las otras personas en uno.
9

Todo tiene desventajas, y aunque nuestra naturaleza social, nos permite

sobrevivir afectiva y económicamente, Rogers observó que existe un fenómeno

que afecta el aspecto individual y a la vez el aspecto colectivo en el entorno de

sociedad, al cual denominó incongruencia. Para explicar lo que significa en

concepto la incongruencia, es necesario argumentar antes, que el yo real es como

su nombre lo dice, real, y existe en el presente; en contraste el yo ideal no es real,

aunque es necesario ya que funciona como un tipo de motivación que impulsa a la

persona a lograr un crecimiento individual a futuro, pero que recibe especial

influencia del ámbito social. Ahora centrándose en el concepto de incongruencia;

el individuo hará contraste continuo entre sus dos yo, ¿estará el yo real al nivel de

mi yo ideal?, el conflicto surge cuando el yo real no concuerda con las demandas

del yo ideal, generando en la persona una percepción de insuficiencia respecto a sí

mismo, la cual eventualmente terminará dañando su autoestima y su salud, de no

ser regulada de manera prudente.

El principal foco de malestar cuando existe inseguridad sobre la imagen de

uno mismo, es la considerable cantidad de estrés y ansiedad emocional que se

hacen presentes, ya que el organismo identifica el contexto de inseguridad como

algo amenazante y ejecuta síntomas para hacer responsable al individuo de

resolver la situación presente y obtener el equilibrio que el cuerpo y la mente,

requieren.

Lograr regular una incongruencia presente en uno mismo, es un proceso

complejo que requiere del empleamiento de habilidades emocionales, afectivas y

cognitivas; por parte del sujeto, y las cuales no siempre poseen el nivel de
10

competencia para ser efectivas en la tarea. Es importante tomar en cuenta también,

el ambiente social en el que se desenvuelve el sujeto, ya que siempre influenciará

de manera positiva o negativa en el proceso. El verdadero problema surgiría

cuando los recursos de afrontamiento terminan desgastados cuando la persona no

lograr o evade regular la ansiedad que experimenta. La utilización de mecanismos

defensivos mentales poco asertivos como la negación, distorsión perceptiva para

simplificar ilusamente la situación estresante; todo pudiese desembocar en

enfermedades físicas o en psicosis.

Los lazos afectivos con la familia y amigos, los valores de la sociedad en la

que uno está integrado; han de tener una relevancia e influencia notoria. Es

importante aprovechar los pros que uno tiene, para poder superar los contras que

aparecen en el ambiente e incluso en la propia percepción; pero lo que sí es

inmutable es que la responsabilidad sobre la propia vida, es decisión individual.


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VALORES HUMANOS

Antivalores

En cuanto a valores humanos, el Perú es un país que requiere mucho

soporte. El año 2015, el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público del

Perú, determinó mediante estadísticos, que el 30% de peruanos ha sido víctima

alguna vez, de un asalto en vía peatonal3. Cifras más actuales, año 2017, la OEA

ubica al país como el segundo lugar a nivel de Latinoamérica en violencia sexual4.

Referencias de una sintomatología respecto a los antivalores a nivel nacional, de

sencillo acceso público; parte de la identidad de la sociedad peruana.

Un efecto colateral muy probable de acontecer en una sociedad

diagnosticada como violenta o peligrosa, mediante los medios de comunicación y

que puede ser determinado a simple vista; es el aumento de desconfianza e

inseguridad entre ciudadanos, situación que dificulta de forma considerable que la

población actúe como una comunidad, fortaleciendo sus lazos afectivos de manera

asertiva. Consecuencia del preferir ejercer los antivalores para facilitar la

satisfacción de las necesidades básicas.

Los antivalores son aquellos valores, pautas morales, que contrariamente a

aquellos valores centrados en una ética más justa y humana, estos tienen como

resultado conductas dañinas y tóxicas en sociedad; como ejemplos tenemos la

mentira, el robo y la falta de respeto por la vida.

No obstante, los antivalores pudiesen tener origen en la célula de la

sociedad, la familia. Estudios realizados por el autor Costarricense Arce LM,


12

postulan que el origen de los factores de riesgo psicológico y social en

adolescentes, está en la familia, en el ambiente que estos generan a consecuencia

del modelo de crianza empleado5. Se evidencia de esta manera la prudente relación

entre lazos afectivos y valores humanos, en prevención de efectos colaterales en la

salud familiar y social.

Valores socioculturales

El primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,

refiere que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y

derechos, y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse

fraternalmente los unos con los otros”6. Siendo la declaración, un documento que

agrupa las creencias más saludables de moral y ética, elaborada mediante el aporte

de casi toda nación registrada en el globo; es una guía para que las sociedades

construyan su presente y se proyecten hacia un futuro de progreso. Los valores

socioculturales, son valores humanos, que permiten la coexistencia en sociedad.

Fromm, refiere que la naturaleza del hombre, le permite a este crear su

propia ciencia, la ciencia del hombre; una ciencia del desarrollo, mediante la cual

el individuo buscará favorecer su propia evolución y la de su entorno7; pero que

para ello funcione, se tiene que entender la esencia de lo humanista, generando

adecuados valores que permitan la existencia de saludables lazos afectivos con la

familia, amigos y la sociedad en la que uno vive. No obstante, la percepción de

carencia de recursos para el trabajo con las emociones; o el simple descuido de las

necesidades morales, puede nublar el juicio y retener el desarrollo8.


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El terapeuta peruano Francisco Chávez, de influencia humanista; identificó

mediante su investigación sobre vínculos afectivos, valores y sistema familiar,

realizada a padres de familia en lima metropolitana; que los valores que más

requieren refuerzo en la cultura de las familias limeñas, vendrían a ser la

honestidad, la responsabilidad, el respeto y la autoestima9. Se puede considerar

entonces que para el hombre existe necesidad de satisfacer su naturaleza moral en

cuanto al desarrollo de valores, buscando equilibrio; y que en el Perú están

presentes elementos terapéuticos pertinentes para el trabajo con vínculos

afectivos.
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EVIDENCIAS DE LAZOS AFECTIVOS EN LA VIDA COTIDIANA

Relación de pareja

Enfocando la atención en el tema de la ruptura, que representa el declive

máximo de la relación, ocasionado por el conflicto sistemático que involucra a la

pareja; Peñafiel afirma que la ruptura se caracteriza por ser una de las experiencias

más dolorosas que una persona puede conocer durante su vida10, y que además, es

una circunstancia que influencia directamente nuestros aspectos familiares,

sociales y económicos; tendiendo a la afección negativa en las áreas mencionadas,

como consecuencia del sufrimiento emocional del contexto.

En algunas oportunidades, varias conductas que generan conflicto en pareja,

son consecuencia de los diferentes modelos de crianza y estilos de vinculación

entre hijos y padres; manifestándose en la etapa adulta del ciclo vital11.

No obstante, el ser humano tiene capacidad para discernir. Virginia Satir,

terapeuta Gestalt, propone sobre las relaciones de pareja y familia, que los

sentimientos positivos solo pueden florecer en un ambiente donde se toman en

cuenta las diferencias individuales, se toleran los errores, la comunicación es

abierta y las reglas son flexibles12. Evidencia de necesidad de trabajo en el campo

emocional, desde una perspectiva social; visión que se ajusta a las necesidades de

la sociedad peruana y la cual pudiera ser satisfecha mediante el trabajo dinámico

de los profesionales de la salud mental, en conjunto con el gobierno y con la

comunidad.
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Amical

Un estudio presentado en Perú, el año 2016, sobre afrontamiento al estrés y

bienestar psicológico en estudiantes universitarios (muestra de 934 estudiantes, de

16 a 24 años, de entre lima y Huancayo), concluyó que uno de los principales

recursos del joven peruano moderno frente al estrés, es la vinculación en busca de

apoyo social13.

Siguiendo la línea de la teoría del apego, las personas buscaríamos recrear

en el presente, de manera adaptada al mismo, las emociones vivenciadas durante

la niñez; de esta manera, existiría una tendencia guía para la selección de personas

en el círculo amical. Una vez logrado el proceso de vinculación mediante afinidad,

el estrés sería reemplazado por sentimientos de confianza; esto debido al placer

que genera la vinculación interpersonal, la cual se conecta con las bases afectivas

cimentadas junto a los padres durante la crianza.

William Stern comparte el pensamiento de que las personas están abiertas al

mundo que las rodea, a las experiencias14. A partir de, surge la proposición

respecto a la necesidad de que exista, y ser parte de un ambiente social, para que

el ser humano se sienta completo y pueda desarrollarse a plenitud mediante la

vinculación, comunicación y el intercambio de experiencias que formen su

carácter, solidificando en él una perspectiva adulta y madura que le permita

adaptarse a su contexto.
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Laboral

En favor de optimizar el capital humano, favoreciendo la efectividad en

labor, dentro de un determinado ambiente de trabajo o contexto, Douglas

McGregor, en el año 1960, fundamentó la esencia humanista para las empresas y

los activos que las constituyesen; esto mediante el aporte que generó su libro “El

lado humano de la empresa”. Dentro de la ideología que McGregor aportó,

resaltan principios tal cuales, identificar como transcendental la preocupación

porque en la empresa se logre formar un lugar con dignidad, valor y que fomente

el desarrollo individual de cada integrante; generar apertura y llevar las

diferencias entre personas de forma positiva; favorecer la confianza y la

autenticidad en la relación de compañeros de trabajo15.

En favor del avance continuo impulsado por el hombre y la ciencia, en

1990, se realizó un coloquio en Montreal, que reunió a eminencias en el ámbito

organizacional; en dicha oportunidad se buscaba revisar los fundamentos de la

labor en el ámbito de la empresa, y dentro de las bases revisadas por los asistentes,

se identificó a la vida afectiva como un factor transcendental en relación con los

negocios16.

Una de las teorías actuales más conocidas en lo organizacional, es la

Maslow, la pirámide jerárquica de necesidades; en la cual se identifica a las

necesidades afectivas en el escalón de afiliación, componente que comprende lo

afectivo y las relaciones interpersonales17.

Junto al avance de la ciencia de las empresas; de manera paralela se dan

mejoras en la ciencia de la salud mental y emocional. Es de esperarse que el


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campo afectivo adquiera más protagonismo en relación al ámbito organizacional;

ya que uno de los principios necesarios para fomentar una sociedad saludable, es

siempre estar enfocándose en tratar de mejorar la calidad de vida de las personas,

que en este caso vendrían a llamarse capital humano.


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CONCLUSIONES

El hombre, es un ser de procesos que está evolucionando constantemente, pero para

seguir la línea natural y sobrevivir, las personas necesitan poder satisfacer sus

necesidades por medio de la gestión sobre su ambiente. Una de las necesidades más

trascendentales es regular el campo afectivo, por medio del tino que requiere el cuidar los

propios lazos afectivos formados durante años de labor, o aquellos más recientes; siempre

tomando en cuenta que cualquier trabajo que se realice, es más prudente si está centrado

en tiempo presente.

Para poder cuidar la salud afectiva, los lazos; es requerido adquirir conciencia

mediante la objetividad, de cómo la crianza que se tuvo desde temprana edad ha influido

en uno y sobre las relaciones interpersonales que se tiene; fenómeno observable en una

variedad de conductas manifestadas en el tiempo presente, las cuales con conciencia o no,

terminan afectando de manera negativa o positiva los contextos en los que uno se

involucra. Y es que la relación que se tiene con los padres es fundamental, porque

participa directamente en la formación de la identidad personal.

Es requerido también, en función de lograr un balance en la vida, la formación de

un yo definido el cual se caracterice por ser responsable de sus propios actos y las

consecuencias que estos acarreen; el secreto está en identificar en el contexto del

problema, una o varias soluciones saludables, para luego escoger y tomar acción. Esencia

de ello, es la formación de la propia autonomía; lograr un balance que haga responsable

al individuo respecto a sus gestiones y necesidades, pero que todavía busque mantener el
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vínculo con la familia de crianza, evidenciando la importancia que se merecen las

necesidades en las relaciones afectivas; algo contrario a una sobre-dependencia.

EL día a día presenta relaciones en diversos contextos sociales, y en función de

cada diferente ambiente social en el que se participa, están presente una variedad de lazos

afectivos diferentes. Las relaciones de pareja no requerirán de satisfacer las mismas

necesidades, en contraste con las relaciones con familiares cercanos o lejanos;

similarmente se puede comentar de las relaciones con amigos, jefes o compañeros de

trabajo. Es importante identificar el contexto de relación en el que uno se encuentra y

percatarse de que las relaciones que lo componen, requieren que se preste atención a

necesidades afectivas únicas, las cuales lo caracterizan y diferencian de otros. Hablar de

la habilidad de diferenciar los diferentes contextos afectivos, es referirse a la madurez

emocional; una madurez saludable, alcanzada por el trabajo en el yo propio como

prioridad, de manera que a consecuencia de ello, se desarrolle la capacidad de facilitar

apoyo a nuestros lazos (pareja, padres, amigos, etc) cuando estos los requieran de verdad;

evitando también ser manipulado por relaciones no saludables, que podrían generar altos

niveles de estrés y ansiedad, disminuyendo la fuerza del yo individual, restando

creatividad al individuo.

Definir sociedad, es hablar de varios grupos de personas, cuyas culturas se alinean

mediante reglas sociales, estatutos gubernamentales, que permiten la coexistencia entre

individuos; es este el caso de la sociedad peruana, un país multicultural y globalizado.

Hablar de convivencia, es hablar del conflicto de alineación entre personas; cada persona

tiene un yo, una perspectiva de vida, una herencia familiar; conjunto de necesidades que

presenta el ser humano, necesidades que por lógica sencilla, solamente uno mismo puede
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satisfacer. A lo dicho se suman las exigencias del ambiente; el sistema, fuerzas naturales

que escapan de las manos del individuo, frente a las cuales es necesario adaptarse y ser

precavido para asegurar la supervivencia propia y la de los que más importan para uno.

La persona tiene que tomar decisiones, las cuales muchas veces son complicadas.

Vivir en sociedad favorece la supervivencia, pero es también un gran desafío por el

sentido de competencia entre individuos y porque las morales de cada uno, son diferentes

entre sí. Muchas veces habrá conflicto dentro de uno, porque se tendrá que decidir entre

si tomar un decisión correctamente ética o una que persigue cierta moral demasiado

individual y que fomenta la propia satisfacción. Es en estas circunstancias en las que los

lazos afectivos que se han formado y los buenos valores morales y éticos, son la base

para tratar de mantenerse en un estado de equilibrio, direccionado a la felicidad.

Se requiere de valores humanos saludables, éticos y de moral bien intencionada; los

cuales pueden ser adecuados en la función de pilar en la crianza de los hijos, quienes

podrán crecer mediante la conciencia de su identidad afectiva, teniendo una guía

emocional cuando decidir sea difícil decidir.

Honestidad, respeto, autoestima; valores que permiten diferenciar entre una

necesidad natural y un exceso que pueda resultar dañino para la salud. Los valores

humanos son elementos abstractos y las personas son quienes les atribuyen el valor que

representan al decidir ejecutarlos mediante la conciencia y entendimiento; procesos

sistemáticos que la ciencia todavía sigue estudiando, y los cuales hacen al hombre un ser

más humano.
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Cada ser humano es importante, pero cada uno decide cuanto del valor que lo

caracteriza es justificado, en base a las relaciones que uno lleva consigo mismo y con los

vínculos cercanos.
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REFERENCIAS

1. Bolwby, J. (1998). El apego y la pérdida. Edit Paidos, Barcelona.

2. Rogers, C. (1979). El proceso de convertirse en persona. Edit. Paidos, Buenos aires.

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de Sudamérica.

5. Arce LM. (1995). Teoría y metodología para la intervención en familias.

6. Organización de las Naciones Unidas. (1948). Declaración Universal de los Derechos

Humanos. Resolución 217 A (III); artículo 1.

7. Fromm, E. Ética y Psicoanálisis. (1992). Fondo de Cultura Económica. México.

8. Bucay, J. (1997). Cuentos para pensar. Cuento: “La tristeza y la furia”. Edit. RBA

Libros, Argentina.

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los lazos afectivos por disfuncionalidad de valores. Artículo de Investigación.

10. Peñafiel, O. (2011). Ruptura amorosa y terapia narrativa. 9, 53-86.

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12. Satir, V. (1980). Psicoterapia familiar conjunta. Edit. La Prensa Médica Mexicana,

México.

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grupo de adolescentes universitarios de Lima. Tesis de Licenciatura, Facultad de

Letras y Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Perú.


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14. Stern. W, Allport, G.W. y otros. (1967). Aportaciones a la psicología de la

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15. McGregor, D. (1996). El lado humano de las organizaciones. Edit. McGraw Hill,

Bogotá.

16. Zapata, A. (1995). La escuela de Montreal sobre humanismo y gestión. Cuadernos de

administración, No.20, Facultad de administración, Universidad del Valle, Cali.

17. Maslow, A. (2005). El management según Maslow: una visión humanista para la

empresa de hoy (orig.: Maslow on Management). Edit. Paidós Ibérica, Barcelona.


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