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Índice:

Feijoo
1-Prólogo al lector……………………………………………….…2
2-Defensa de las mujeres……………………………………………2
3-Amor a la patria y pasión nacional………………………………..3
4-El no sé qué………………………………………………………4
5-La elocuencia es naturaleza y no arte……………………………4
7-Sobre el arte del beneficio de la plata……………………………6

Torres de Villarroel:
8-Vida………………………………………………………………….7

El censor:
9- I…………………………………………………………….………. 8
10- VIII…………….…………………………………………………..8
11- VI…………………………………………………………………. 9
12- 137……………………………………………………………..…9

Cadalso:
13- carta 3…………………………………………………………….11
14- carta 21……………………………………………………..….…11
15- carta 29……………………………………………………..….…11
16- carta 35……………………………………………………..….…12
17- carta 38……………………………………………………..….…12
18- carta 51……………………………………………………..….…12
19- carta 53……………………………………………………..….…12

Jovellanos
20- carta 6…………………………………………………………….13
21- carta orígenes dialecto asturiano….………………………..….…13
22- carta sobre las romerías……………………………………..…….13

23- sátiras….…………………………………………..….…………..14
(son dos, si esto cae pregúntame si son las dos o una sola y cuales)

25- Discurso 1788….…………………………………………..….…16

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Feijoo
Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro fue un religioso benedictino, ensayista y polígrafo español, constituye
una de las figuras más destacadas de la Ilustración española. Sus dos obras más importantes son Cartas
eruditas y curiosas y Teatro crítico universal. Estas se componen por opúsculos polémicos a los que llamó
discursos. Contaba con un estilo muy llano y atractivo, lo cual hacia de sus textos algo con mayor posibilidad
de difusión. Sus textos tienen una amplia variedad de temas, desde ideas estéticas, hasta problemas sociales.

1-Prólogo al lector……………………………………………………..….…
________________
Este texto forma parte de Teatro crítico universal. En el Feijoo se presenta a la lectores realizando
una captatio benevolentie. En el texto ya se observa que es un gran lector pues cita sus lecturas
continuamente (cita por ejemplo, al padre Malebranche). Explica también la naturaleza de Teatro crítico
universal, se trata de una obra ecléctica, y expresa que no todas las cuestiones que trata podían ponerse bajo
un orden concreto y que por ello la manera en la que está estructurada la obra, la secuencia de los discursos,
es arbitraria. Este empleo de diversos temas muestra el espíritu crítico del autor por su capacidad de atender
diferentes ideas. Por otra parte defiende ya desde un comienzo las posibles críticas que pueda recibir por su
obra. Por ejemplo explica el uso particular que emplea de la palabra «error» y de la locución «errores
comunes», explicando que «error» lo usa como «una opinión que contradice», pero sin realizar un juicio
propiamente. Por otra parte deja claro que con «errores comunes» no está hablando de errores que cometen
todas las personas.
Explica también que escribe en castellano con afanes divulgativos aunque también asevera que hay ciertas
informaciones que no deben ser esparcidas por el vulgo, por lo que vemos un afán ilustrativo por con cierto
criterio selectivo, no desea esparcir toda la información existente. Finalmente cierra el texto comentando que
está seguro de que recibirá críticas severas por ciertos textos, deja claro que ya se imagina cuales serán los
discursos que causarán más polémica (no dice cuales son ni los menciona). Deja claro que estará dispuesto a
entablar cualquier tipo de debate si este cuenta con verdaderas razones. En el caso de que las críticas sean tan
solo «chocarrerías y dicterios» no estará dispuesto a mantener una disputa.

2-Defensa de las mujeres……………………………………………………..….…


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Se trata de un discurso muy controvertido, uno de las más atacados : llegan a decir que tal
defensa de la mujer nace en Feijoo debido a un oscuro deseo hacia ellas a pesar de su condición
beata. Esta defensa de la mujer comienza declarando tajantemente la difícil tarea que tiene por
delante para cambiar la mentalidad del “vulgo ignorante”. Para convencer a los lectores recurre
a la retórica en su sentido más clásico. El texto se enuncia desde una fuerte posición personal,
algo que le permite a su voz apelar directamente al auditorio; de hecho, ejemplifica sus
afirmaciones con ejemplos extraídos de su propia vida (lo cual le da un carácter subjetivo),
aunque también hace uso de la invención de situaciones (estilo cuentístico). Pero también utiliza
argumentos de autoridad: arma de doble filo, desecha las teoría de los grandes de la historia del
pensamiento occidental (como Aristóteles, por ejemplo), pero también recurre a hombres ilustres
para dar validez a sus ideas. Otros recursos frecuentes son las exclamaciones, interrogaciones
retóricas, paralelismos, metáforas, comparaciones, ironía, frases sentenciosas y cuidado en la
elección de conjunciones. Es curiosa la forma de estructurar este texto, pues mientras redacta el
discurso está previendo los posibles argumentos que utilizarán contra él. De este modo, Feijoo
lo esctructura de la siguiente manera: posible ataque, presentación de un error vulgar, explicación
lógica que desmiente la creencia popular, conclusión sentenciosa de carácter general. Se trata de la
estructura lógica feijoniana : exposición de un error generalizado (incapacidad que se creía que
tenían las mujeres para guardar un secreto) y recurrencia de experiencias propias o vividas por
personajes conocidos para desmentir las afirmaciones a través de ejemplos. Se trata de un texto con
gran coherencia lingüística (pues todos los párrafos se introducen por una conjunción) y cuidado de
la forma, ya que tiene que transmitir un mensaje incómodo. Para lograr su objetivo se nutre de
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numerosas sentencias. De este modo, va poco a poco alegando la potencialidad de las mujeres:
prudencia política, vergüenza, docilidad, sencillez y hermosura, piedad, prudencia económica,
fortaleza, observancia del secreto, entendimiento, temperamento... También realizará una lista de
mujeres ilustres de Francia, Italia, España y Alemania. Finalmente cierra con una conclusión al más
puro estilo cuentístico. Aunque Feijoo esté realizando un discurso a favor de la mujer, no puede
catalogarse como un texto pre-feminista: Feijoo no se saldrá nunca de la ortodoxia cristiana, no
puede rebatir a la autoridad divina y de aquí nacerán las incoherencias en su discurso. Feijoo sabe
que no puede realizar esta defensa en términos absolutos, la propia Inquisición podría condenarle.
El lector actual comprende la complicada tesitura en la que se encontraba el fraile al redactar este
discurso. De todas formas, acabamos comprobando que Feijoo cree que la opinión de los seres
humanos poco importa en este aspecto, pues la última palabra la tiene Dios (“ni ellas ni nosotros
podemos en este pleito ser Jueces, porque somos partes; y así se había de fiar la sentencia a los
Ángeles, que no tienen sexo, son indiferentes”). Se trata de uno de los textos más importante para
una de las discusiones que comenzaron a a encontrarse presentes en la sociedad ilustrada: el sexo
femenino.

3-Amor a la patria y pasión nacional……………………………………………………..….…


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En el texto «Amor a la patria y pasión nacional» Feijoo habla de cómo un exagerado amor a la
patria no es positivo . Cuando se habla de «pasión nacional» se puede emplear la palabra
nacionalismo siempre y cuando lo veamos desde la perspectiva de un excesivo nacionalismo o un
nacionalismo miope, excluyente, que va contra los demás, es un sentimiento de superioridad, una
realidad que puede hacer daño a la sociedad, un apasionamiento, un amor desenfocado hacia la
propia nación, incluso dice que es un afecto delincuente, dañino.
No habla de política porque en aquel momento no era posible, por lo que no podemos ponerle
implicaciones ideológicas que no tiene. Los historiadores se encuentran presos de su visión
particular, y es difícil hacer historia del propio país sin teñirla del subjetivismo para engrandecer
ciertas cuestiones y olvidarse de otras, una pasión nacional que puede afectar a la historia. El texto
presenta que existe una idea de fraternidad y cosmopolitismo, universalismo, y que no hay que
empequeñecer el corazón con la idea de paisanismo y superioridad. Habla también de los
favoritismos (enchufes) en los cargos de autoridad, y demás.
Feijoo trata también la idea de como el amor a la propia patria también lleva a creer que la lengua
propia es la mejor. En el XVIII existe esta discusión sobre cuáles tienen más riqueza de vocabulario,
como por ejemplo entre el francés y el castellano. Empieza a haber inquietud por las lenguas
vernáculas. Existe una la ilusión por estudiar el asturiano y formar una academia, de hecho, por
ejemplo. Esto sigue teniendo actualidad porque una de las cuestiones nacionalistas actualmente es la
lengua.
También expresa que hay una imagen de España muy negativa en el extranjero e intenta ir contra
ella. El concepto moderno de nación nace en el XVIII y se fragua en las Cortes de Cádiz: «es aquel
cuerpo de estado debajo de un gobierno civil, unido con la coyuntura de unas mismas leyes».
Es decir, hay un gobierno único para todos compartiendo unas mismas leyes.
Para Feijoo es un ideal servir a la patria civil, pues es importante para el interés público y es una
utilidad común. Trata también la idea de la obligación del individuo con respecto a la comunidad.
Pero incide en que es negativo el amor a la patria en caso de que domine al propio individuo,
porque eso resta la libertad que se busca en la Ilustración.
Expresa también que tenemos la idea de que uno no es de un lugar por nacer ahí sino por formar
parte de una comunidad. Este texto es claramente moral y entra en la ética civil del siglo XVIII, está
hablando de una moral cívica y en este siglo se va a distinguir de la visión de la moral teológica
frente a la moral secularizada, es decir, está hablando en términos civiles. Hay que tener en cuenta
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que Feijoo tiene una mente religiosa y eso se puede percibir, pero aunque en el texto se mencione el
camino de Dios esto no es lo principal, está pensando en el bien común de la sociedad. Hay que
tener en cuenta que en el XVIII todo el mundo es católico y si hubo ateos o no se les dejó poner por
escrito sus ideas o no lo hicieron. Se debe prestar atención a ciertas expresiones como «hacerse un
partido» se refiere a un grupo, no partido en el sentido que tenemos hoy en día. La república en este
texto se refiere al estado, no a la forma de gobierno del estado.

Es cierto que a veces resulta redundante y que podría haber hecho el texto más breve, pero es muy
pedagogo y por eso lo hizo así.

4-El no sé qué………………………………………………………
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«El no sé qué» es el discurso duodécimo del sexto tomo de Teatro crítico universal. Se trata de un
texto de teoría artística bastante ambicioso, pues tratará de explicar y categorizar un tipo de belleza muy
difícil de señalar. El texto comienza hablando de «otro genero de primor misterioso […] que palpa el sentido
y no puede descifrar la razón». Feijoo explica que ante esta dificultad la gente suele caer «en el rudo
informe» de denominarlo como «el no sé qué». Tras explicar este concepto, de manera muy pedagogoica,
Feijoo expone tres ejemplos distintos y más adelante explica que esto se extiende también a la escritura y la
pintura, el «no sé qué» puede darse en todo tipo de ámbitos. Por otra parte explica que este tipo de belleza
misteriosa no solo se encuentra de manera positiva, sino también en la fealdad: se trata de los casos en los
que algo es desagradable y resulta difícil señalar qué es lo que lo hace así.
Explica que los objetos que nos agradan se dividen en simples y compuestos. Esta idea la
ejemplifica con colores, explicando que la tonalidad de un color es un objeto simple, mientras que la
combinación de diferentes sombras es un objeto compuesto. Se emplean muchos ejemplos a través de la
música y por ello se tocan ciertos temas como la armonía. Por otra parte es muy importante destacar que
también expresa la subjetividad de la belleza, estando esta en función del observador. Por último es muy
importante explicar que Feijoo no va en contra del canon tan solo está tratando de explicar lo que no es capaz
de entender la sociedad.

5-La elocuencia es naturaleza y no arte……………………………


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Tras explicar el contexto que acompaña a nuestro autor me dispongo a comentar párrafo por párrafo las ideas
propuesta por el Padre Feijoo en su sexta carta del segundo tomo de sus Cartas eruditas y curiosas, titulado
“La elocuencia es naturaleza y no arte”. Dedicando Feijoo a D. Francisco María Pico, Duque de la Mirandola
(entre numerosos títulos), su segundo tomo de cartas le apela al principio de este párrafo. En el texto, Feijoo
advierte que no podrá dar una respuesta satisfactoria a su petición pues él no considera su forma de escribir
un estilo en sí, sino fruto de su propio ingenio que no está ni reglado, ni desarrollado y cuya calidad está
abierta a la opinión del lector.
Feijoo establece que la producción de un texto se puede hacer por medio de la imitación o del
seguimiento de las reglas de la retórica pero que ninguno de estos dos métodos conseguirá un resultado
adecuado ya que la imitación elimina la naturalidad que es el elemento sin el cual un estilo no es ni siquiera,
en palabras del autor “tolerable”. Si la naturalidad es la mayor de las virtudes que se pueda alcanzar en una
producción su contraparte negativa es lo que él denomina “afectación” que el Diccionario de Autoridades
recoge como: “El cuidado demasiado y vicioso, que se tiene en las obras, palabras, o adornos, que se hace
reparable à todos”. Este cuidado impostado y falso no solo afecta a la literatura, Feijoo estima que quien
actúa en todos los aspectos de su vida sujeto a esta forma solo pueden juzgarse como ridículos.
Después pone como ejemplo a quien actúa de manera torpe, pero porque así es su forma de actuar,
esa persona solo podrá ser juzgada en esos aspectos, sin embargo, si pretende imitar a alguien de maneras
airosas no podrá dejar de tener su naturaleza tope y por ello se volverá objeto de burla. La única excepción
que encuentra Feijoo a lo dicho anteriormente es el caso de la adulación, al cual se refiere como “hechizo”,
pues pese a pertenecer a la “afectación” siempre será del gusto de aquel que recibe el cumplido,
independientemente de la falta de arte en él.
En vista de todo esto Feijoo defiende que cada cual debe actuar de forma natural de acuerdo a su
esencia independientemente de si esto pudiese considerarse negativo ya que el intentar superponer un estilo
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que no es el propio empeoraría esa impresión. Feijoo establece que el único remedio posible es intentar
atenuar los defectos de uno, que vienen no de su naturaleza, sino de su educación y entorno. Aquí vemos
cómo Feijoo confía en el innatismo del talento, considerando que los fallos que se puedan cometer provienen
de elementos ajenos al individuo que ya tiene de por sí lo elementos necesarios para actuar.
Después realiza una enumeración de todos los casos que se pueden dar cuando en busca de la
perfección de un autor, lo imitas, y caes en un uso de su estilo muy inferior, estilo que pudo haber sido mejor
si hubiesen seguido sus propios métodos. En este párrafo podemos advertir una dura crítica a la pérdida de
nivel que conlleva la constante imitación de un maestro, lo cual puede recordarnos a esa etapa de
mediocridad literaria que vivió España tras la muerte de Calderón y la aparición de los grandes escritores del
XVIII, pues aquella época estaba plagada de imitadores de Góngora y otros grandes autores que en su
empeño por llegar a la perfección del original establecieron un panorama literario yermo e insustancial ante
la imposibilidad de dicha tarea.
Ahora Feijoo apela a Quintiliano, un afamado pedagogo y retórico clásico, quien en sus enseñanzas
dictaba que cada cual debía ser consciente de sus propias fuerzas. A este respecto Feijoo responde que, en el
caso físico, las debilidades son fácilmente notables pero que en el ámbito espiritual resulta complicado para
el hombre evaluarse a sí mismo. Feijoo mantiene que en su mayoría tienen mejor concepto de sí mismos que
la realidad y aquellos que no cumplen esta regla tienen una mayor capacidad de reflexión sobre sí mismos,
pero aun así estos también caen presas del engaño. De forma que cualquier individuo es incapaz de una
autocrítica imparcial.
Posteriormente Feijoo nos ofrece 2 ejemplos de escritores capaces cuya producción se ha visto
ensombrecida por la imitación. El primero quien se consideraba imitador de Diego Saavedra, y que la
audiencia juzgaba una diferencia radical entre ambos y el caso del Conde de Erizeira que en su búsqueda de
la imitación de Antonio de Solis consiguió una réplica que no llegó ni a igualar al original. Con estos dos
ejemplos Feijoo pretende ilustrar cuan equivocada es la idea de la imitación, pues ambos autores,
considerados notables y sobresalientes, con su propio estilo podrían haber deleitado más de lo que
consiguieron con sus imitaciones. Pero este es el caso de los autores capaces, aquellos más inferiores si
consiguen emular algún aspecto del original solo será una versión bruta e imperfecta o en palabras de Feijoo,
“será una semejanza como la del mono con el hombre”.
En lo que llevamos de texto Feijoo se ha referido a las inconveniencias de la imitación y ahora ahonda en el
amoldarse a las reglas de la retórica que él considera un método incluso peor pues es imposible recordar y
adecuarse a todas y esto es solo el caso de aquellas reglas estables, pero tenemos que tener en cuenta que
cada regla tiene sus excepciones que a su vez tienen otras excepciones.
La mejor forma de subsanar estas inconveniencias, Feijoo defiende que la tenemos en nuestro propio ingenio,
que por naturaleza e intuición es capaz de crear de forma más coherente y ordenada que siguiendo reglas
retóricas pues el discurso requiere de la imaginación. Para sustentar esta postura pone de ejemplo a dos
miembros de la nobleza (Gastón, Duque de Orleans y Luis, príncipe de Condé), el primero apenas tenía
conocimiento de los estudios de la retórica y, aun así, presentaba gran dominio de la oratoria en todos los
discursos que pronunciaba, y el segundo, gran conocedor de estos conocimientos, fracasaba en la ejecución
de la misma tarea. Por medio de estos ejemplos Feijoo desecha la idea de que es imposible la buena
producción de un estilo sin conocer las reglas sobre las que éste se sustenta. Posteriormente, Feijoo procede a
diferenciar entre la consideración que tiene las reglas en las artes materiales y en las artes intelectuales.
Teniendo en cuenta que en las primeras existen procedimientos matemáticos y geométricos que dividen
claramente cuando una aplicación de una regla es correcta y cuando no, sin embargo, los procedimientos
intelectuales son muy diferentes. Para poder acertar en estos procedimientos Feijoo habla de una “facultad
animástica” que él llama Tino mental, una virtud innata que otorga una facilidad para la creación que permite
ignorar las reglas y seguir produciendo con seguridad. Feijoo mantiene que carecer de ella implica tropezar
por mucha atención que se ponga en las reglas. Para ilustrar mejor la idea que tiene de la Retórica, Feijoo
utiliza de ejemplo la Lógica, pues aquellos escolásticos que conocedores de ellas seguían siendo torpes en su
razonamiento, no era debido a la defectuosidad de sus conocimientos si no a la de su capacidad de
razonamiento. En este párrafo se asegura que el ingenio dispone una mayor capacidad de comprensión y lo
mismo ocurre con la elocuencia, pues sin esa natural predisposición es imposible poder abarcar todas las
reglas que estas disciplinas acarrean. A este respecto, Feijoo admite que el estudio de las reglas sirve para
evitar caer en ciertos defectos pero que nunca servirá como medio para la creación de una obra maestra pues
esta solo será posible si se tiene, previamente, talento, una certeza que, según Feijoo, adquirió por la
experiencia. Se quiere expresar a lo largo de la carta que el conocimiento si bien es útil, no es necesario pues,
como muestra con su símil de los arquitectos, una persona puede conocer extensamente una acción, pero
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aquel que tenga ingenio es capaz de llevarla a cabo. Feijoo también alude a lo que llama “ejercicio”, es decir,
la práctica de la escritura que se considera un buen medio para la perfección de ese talento, sin embargo,
nuestro autor desconfía de este medio ya que por su experiencia como productor de numerosas obras de
distintos géneros no ha visto en sí mismo una progresión que pueda diferenciar sus primeras obras de las
últimas.
Termina su argumentación expresando una duda, ya que él escribe desde su experiencia pero recela de su
propio pensamiento, pues cabría la posibilidad de que alguno de los procedimientos que tan duramente ha
juzgado a lo largo de su carta hayan podido ayudar a algún autor a conformar un buen estilo, no obstante,
esta duda no lo persuade de su idea original la cual queda bien sentenciada con la pregunta retórica del
penúltimo párrafo: ¿Cuántos, pensando que con la imitación han mejorado de estilo, le han empeorado con la
afectación? Conozco algunos.
Concluye su carta con un resumen de todo cuanto ha ido elaborando en ella, asegurando que el estudio y la
lectura de buenos referentes no es negativo siempre y cuando no se incurra en la imitación y la obsesión de
las reglas, pues todo lo conocido encaja perfectamente en la naturaleza del ingenio y mediante el ejercicio de
éste, será el único modo de alcanzar la perfección estilística.

7-Sobre el arte del beneficio de la plata……………………………


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Este texto es una respuesta congraciadora a la publicación de Arte nuevo beneficio de la plata de
Don Lorenzo Felipe de la Torre Barrio y Lima, en la que se explica el desarrollo de un nuevo sistema de
tratamiento de la plata a partir del uso de la copla. Se trata de un texto en el que principalmente trata de
realzar la figura del inventor. Es así como dice que «Si la Religión nos impide atribuir a los Inventores el
grado de Deidades, nos permite colocarlos en una clase superior a los demás hombres; y esto que la Religión
permite, la razón lo persuade». A su vez elogia el talento natural del inventor, pues Don Lorenzo expresaba
que había tenido suerte pero Feijoo incide en que no se trataba de azar sino de talento natural, lo cual debía
ser señalado. De la misma manera elogia también el libro que realizó el inventor.
Por otra parte para tratar de potenciar a los inventores realiza un oposición entre estos y los
conquistadores. Feijoo traslada la figura de heroicidad al inventor y no al conquistador. El uso de la figura del
conquistador no es en absoluto arbitraria, pues a partir de ello hablará de la conquista y realizará una
rendición ilustrada en la que expresa lo siguiente “Tan trágica fue la conquista de la América, que hicieron
nuestras Armas. A tanta costa se descubrieron sus Minas. No hay vena de oro, o plata en ellas, que no haya
hecho verter arroyos de sangre de humanas venas.” Esta crítica a la conquista americana no llega a ser
radical ni maniquea pero no deja de ponerla sobre tela de juicio. Este aspecto del texto es muy importante,
pues a través de esta crítica explica que la ilustración, la creación, de inventos puede ayudar a resolver los
errores del pasado, pues ahora se pueden aprovechar mejor los bienes de plata del continente americano.
Respecto a la técnica se puede apreciar una excelencia formal, el uso de comparaciones y la
referencia a autores clásicos. Por ejemplo, compara este caso con el inventor Guillelmo Bulkelidio y cita
también a Plinio y a Virgilio.

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Torres de Villarroel:
8-Vida………………………………………………………………….
Diego de Torres Villarroel, fue un escritor, poeta, dramaturgo, médico, matemático, sacerdote y
catedrático de la Universidad de Salamanca. Fue coetáneo de Feijoo y tuvo un gran éxito editorial. Escribía
también almanaques e incluso horóscopos con los que ganó bastante fama, especialmente por haber
pronosticado la muerte del rey Luis primero. A su vez se le acusó de vaticinar el motín de esquilache y la
revolución francesa. Tuvo también una vida académica en la universidad de Salamanca, ejerciendo como
profesor en ella aunque realmente nunca obtuvo ningún título universitario. Villarroel descubre que la
cátedra de matemáticas en la Universidad está libre y decide presentarse a los exámenes por oposición. Tan
solo tenía un rival para ello, al que derrotó consiguiendo mejor resultado final y logrando la ansiada cátedra
que hacía más de treinta años que no ocupaba nadie, debido a la incultura y dejadez que había sufrido dicha
ciencia.
Su obra más importante de todas es Vida. Se trata de una autobiografía, es literatura del yo, también
conocida como ego-documentos. Este tipo de literatura crea espacios autobiográficos destinados a contar la
propia vida y hay una larga tradición en ello. Entre muchos otros destacan los epitafios, las asístalas, los
diarios, los libros de viajes, las vidas ascéticas, las vidas de soldados.
Se trata de una obra en la que nos relata su vida debido a dos razones: por cuestiones económicas y por su
legado. Torres de Villarroel deja claro que si alguien va a lucrarse de contar su vida ese debería ser él. Por
otra parte también expresa su deseo de dejar establecido qué es lo que se deberá decir de él cuando se hable
de él en la universidad.
Vida es una obra un tanto compleja, pues representa su vida de manera bastante exagerada llegando a
parecer incluso inverosímil. Fue sucesivamente ermitaño, bailarín, alquimista, matemático, soldado, torero,
estudiante de medicina, curandero, astrólogo y adivino. Esto le da cierto tinte picaresco a su obra pero sin
llegar a ser propiamente literatura picaresca. Esta imagen extravagante de su persona ya se encontraba
presente en la sociedad por su fama. En Vida Torres de Villarroel se queja por haber hecho de él un personaje
de ficción, pero sus exageraciones y la manera de relatar su vida en la obra incentivaron esta imagen. Otra
cuestión interesante es que critica las autobiografías a pesar de escribir una. Su obra tiene mucha ambigüedad
y esto se extiende también a los aspectos morales: muestra como realiza acciones tanto buenas como malas,
por lo que su retrato moral como individuo queda bastante desdibujado.
Respecto a la forma se pueden destacar los paratextos pues tienen una característica bastante
particular: un cambio de estilo extremo de unos a otros. La dedicatoria está dirigida a la Duquesa de Alba y
tiene un tono muy formal y pulcro. En la introducción se muestra bastante neutro. Finalmente en el prologo
al lector emplea un estilo bastante jocoso e incluso agresivo. 


7
El censor:
Entre 1779 y 1791 se produce una expansión periodística en España debido al crecimiento
económico y a la permisibilidad que desde el Estado se da a las publicaciones oficiales, que en sus primeros
años no sufrirán sobre ellos los efectos de la censura con tanta fuereza como años después. En este contexto
nace el periódico El Censor, con pretensiones radicales, que aprovecha la estabilidad del país para evitar la
acción de la censura en su primeros números. Hacia 1787 comienza a haber en la Corona un sentimiento
de temor hasta este tipo de publicaciones de carácter radical, debido a los sucesos acontecidos en
Francia. El ministro Floridablanca ofrece entonces, aprovechando la precariedad económica de El Censor,
una subvención oficial, para que la publicación cambie así su discurso ideológico. Los editores de El Censor
aceptan la subvención, pero no cambian su línea ideológica pre-revolucionaria y de crítica social y política .
En 1799 el tribunal de la Inquisición cierra el periódico.
Durante los años que se publicó, los asuntos más tratados de el periódico fueron los de crítica social, política,
religiosa (fanatismo, falsos milagros); también se criticó la tortura, los riesgos del despotismo (abuso de
poder, sentido de paternalismo).
El censor es un perdiódico ilustrado escritor en 1ª persona, dirigido y escrito por dos
abogados que firmaban bajo el pseudónimo de «el censor». Aunque la figura del Censor sea un tanto
misteriosa no debemos olvidar que también contó con muchos invitados para redactar, entre ellos
estaba jovellanos. La mayoría de ellos formaban parte de la tertulia de la condesa del Montijo.
A lo largo del siglo XVIII se van dando este tipo de periódicos, denominados como
periódicos de opinión. Otros ejemplos de ello además de El Censor son El pensador, La pensadora
Gaditana y El duende especulativo de la vida Civil. En estos textos abundan las reflexiones morales
pero siendo laicos, esto significa un contraste muy grande con los siglos anteriores, pues los
aspectos morales hasta entonces habían sido tratados especialmente por la religión. Buscan mejorar
el mundo pero no bajo el intento de ganarse el cielo.
En El censor encontramos en cada uno de los discursos o ensayos diferentes temas.
Dependiendo del tema encontramos también diferentes estilos, a veces más natural, sencillo o
desenfadado. También se empleaban muchos recursos para amenizar la lectura para obtener un
público más amplio y así ilustrar mejor a la sociedad. Entro otros recursos destacan el uso de
historietas, retratos de personajes y ejemplos en general.

9- I……………………………………………………..….…
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El discurso número 1 el autor nos ofrece su imagen en el Discurso I , a modo de una
presentación personal al intentar establecer un contacto directo con el propio público, sin ocultar
nada de sí mismo. Por el contrario exalta ciertas características personales en una ejemplar y
calculada estilización. Se presenta como un espíritu agrio , censor de todo, según un rigor interior
que dimana de una conciencia crítica que no tolera el mal uso de la razón. De esta condición
interior, marcadamente ética, se nutre su espíritu irónico y satírico, con toda intención libre de
personalismos e inclinado a lo esencial de las ideas.

10- VIII- La Sátira……………………………………………………..….…


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El discurso número 8 del Censor es una defensa de la sátira frente a la opinión popular. En el
siglo XVIII, “preocupación” significa “prejuicio”, debemos recordar esto ya que esta palabra se
encuentra presente en el texto. El autor de este discurso tiene la misma preocupación que Feijoo: es
un mártir de la verdad que quiere hacer textos que contengan verdad (la razón y la verdad: el gran
binomio ilustrado). “Crítica” en el siglo XVIII significa “discernimiento”, es decir, distinguir entre
lo bueno y lo malo. Este discurso no es cualquier tipo de crítica, es una crítica atacante. Estamos
ante el ámbito típico de El Censor : la crítica contra los vicios. Hace un elogio de la gran
herramienta de los ilustrados, la sátira, que sirve para combatir los vicios. Mas adelante critica a los
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lisonjeros (aquellas personas que se esfuerzan por ser muy complacientes). Se habla de “sátira
viva”, este adjetivo significa “expresiva”, se trata de un concepto muy presente en la poética de
Luzán. También se usa el adjetivo “picante” (‘que pica’), lo cual entra en el campo semántico de
una crítica un tanto corrosiva. Más adelante analiza la naturaleza de la sátira y explica por qué es
tan eficaz. Se trata, en definitiva, de un texto de teoría literaria (la sátira no es un género literario, es
un registro: puede estar en un texto en prosa, en un poema, en una obra teatral...). Finalmente, la
conclusión del texto es que la sátira debe herir, pero sin que aparezca la silueta de una persona en
concreto; hay que atacar al vicio y no al vicioso. Podemos fijarnos en las sátiras a Arnesto de
Jovellanos, por ejemplo, que encajan con este concepto. Es algo que se encuentra con mucha
frecuencia en el siglo XVIII: la sátira ha de herir, pero a su vez es una medicina. Nunca se ha escrito
tanto en defensa de la sátira como se hizo en durante la ilustración. La sátira era la gran herramienta
de los escritores del siglo XVIII: todos tenían muy claro que una sátira debía herir, pero sin llegar a
excederse. Estos aspectos eran de gran importancia pues se concebía la sátira como una herramienta
más para curar los males de la sociedad.

11- VI- Carta de una Dama……………………………………………………..….…


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En el discurso número 6 desde un punto de vista superficial, el tema principal que se va a tratar es el
de los cortejos, pero en realidad se llevará a cabo una crítica a través de ello. Al comienzo del
discurso aparece un pequeño relato donde se hace una descripción positiva de un baile en el que
aparecen hombres y mujeres. Se nos presenta a una mujer que aspira más allá de conseguir regalos
y cortejos. Sin embargo, esta situación se termina, puesto que sus cortejos le han abandonado, de tal
manera que se encuentra perdida por no tener con quien ir al baile. Una vez presentada toda su
situación, se vuelve a dirigir directamente a El Censor como "vuestra merced" diciéndole de qué es
lo que tiene que hablar: esta mujer quiere que El Censor pondere la belleza y critique que las
mujeres jóvenes le están quitando sus cortejos.
Se trata de una carta irónica en la que una mujer se está desahogando porque la están llamando
vieja. Posteriormente El Censor procede a responder diciéndole que ella también ha cambiado y
realiza una burla en la que ella es una frívola. Está hablando de las mutaciones que se producen en
ella: su envejecimiento. El texto ahonda en los conceptos de las percepciones engañosas y de las
apariencias. De esta manera explica el hecho de que aparentemente el sol gira en torno a la Tierra,
pero en realidad es al revés. El carácter mordaz de este discurso reside en como el censor
aparentemente parece estar de acuerdo con lo que opina la dama, es decir aquello que dice el autor
concuerda con lo que opina la dama. Sin embargo lleva a cabo una crítica implícita hacia ella
empleando estrategias lingüísticas, en forma de ironía. Esta es una de las características del humor
del periódico: un uso muy inteligente y efectivo del humor. La sátira, lo burlesco : aquí tenemos
dos componentes de la parodia, representa indiscutiblemente uno de los recursos predilectos de los
redactores de El Censor para alcanzar su meta: ser a la vez atractivo e instructivo

12- 137- Trayectoria profesional……………………………………………………..….…


________________
Al finalizar el año de 1786, muy exactamente el 28 de diciembre 1, se publica un número de El
Censor (más precisamente el Discurso CXXXVII) que tiene el interés peculiar de encerrar una reflexión
acerca de la experiencia de periodista, de la naturaleza y del alcance de este trabajo, y también de la
meta perseguida. Observamos, en particular, que el redactor se muestra convencido de la superioridad de
un periódico como el suyo sobre un libro abultado, que atemoriza a muchos, para «extender las luces». Si
se quiere que perdure la curiosidad del lector, «es menester que todo tenga novedad , o por lo que se dice,
o por el modo con que se dice». Otro imperativo es la variedad de los asuntos tratados, que hace estos
papeles «propios para todos genios y todas inclinaciones». Así se consigue que un sujeto «que echaría a un
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lado qualquier obra, cuyo título anunciase un asunto serio, se instruye de él sin querer en un papel que creyó
fuese una sátira, o un Discurso burlesco como el antecedente» (ibid.). La sátira, lo burlesco : aquí tenemos
dos componentes de la parodia, representa indiscutiblemente uno de los recursos predilectos de los
redactores de El Censor para alcanzar su meta: ser a la vez atractivo e instructivo.
El artículo comentado intenta hacer una reflexión sobre el periodismo, señalando las diferencias
entre un artículo periodístico y una obra o tratado, así como el estilo con el que se ha de escribir un
texto periodístico (no ha de ser erudito ni pretencioso). Asimismo, el periodista ha de ser firme y no
influyente por nada ni por nadie . El periodista ha de ser, según el artículo en cuestión, patriota, y su amor
al país ha de manifestarse en la denuncia de todas aquellas trabas que impidan el desarrollo del país. Los
periodistas no resuelven problemas, únicamente los denuncian.
También habla el periódico sobre la cultura, afirmando que no ha de ser minoritaria, sino que hay que
intentar llevarla al mayor número de gente posible. La cultura y la sabiduría no se han de identificar con
erudición, sino con capacidad de análisis y discusión. El periódico ha de contribuir a ella, ya que su lectura,
llevada a cabo en tertulias o lugares de reunión, ya que de su lectura llevará a la conversación y de ésta a
la reflexión y a la discusión. Esta discusión ha de llevarse a cabo en un ambiente libre y entre iguales.
Señala también el artículo de El Censor, por último, que la monarquía ha de explicar su política y sus
decisiones al pueblo, al que se le denomina aquí con el término político de público (conjunto de receptores
de disposiciones políticas).

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Cadalso (Cartas Marruecas):
José Cadalso y Vázquez de Andrade fue un militar español, muerto prematuramente en combate, y un valioso
literato. Tiene un gran obra intelectual y a pesar de haber sido militar presenta muchas ideas pacifistas.
Provenía de una familia acomodada e ilustrada por lo que pudo viajar y formarse. A través de su obra
buscaba crear una identidad nacional. De sus obras destacan Ocios de mi juventud, Noches lúgubres, Don
Sancho García, Cartas marruecas y Solaya o los circasianos.
Su obra más conocida es Cartas marruecas. Se trata de una obra ensayística en forma de epístolas que
expresan una visión «externa» de España. Están inspiradas en Cartas persas de Montesquieu. La modernidad
de la prosa, el carácter polémico de muchas de las Cartas, la permanente actualidad de muchos de los temas
tratados por el autor en su crítica de España, y el tono fácil y ameno que mantiene en la obra contribuye a
que esta obra haya ido ganando reconocimiento desde el día en el que se publicó. La obra se estructura bajo
tres personajes principales: Gazel, Ben-Beley y Nuño. Gazel escribe a su maestro Ben-Beley relatando lo que
observa en España y lo que va aprendiendo. También varias cartas son la respuesta del maestro al discípulo.
Y hay algunas pocas que van dirigidas a un amigo español de Ben-Beley llamado Nuño. Las cartas se
proponen tratar del «carácter nacional», esto es, el problema de España. La observación e interpretación de la
vida contemporánea ocupan una gran parte de las Cartas marruecas. La época en que Cadalso vive, con sus
peculiares costumbres ciudadanas, es objeto de análisis. También presentan distintos niveles estilísticos.
Predomina ciertamente el tono expositivo propio del género epistolar. Pero hay además otras cartas, o
fragmentos de cartas, en que se alcanza una dimensión narrativa.
13- carta 3…………………………………………………………….
En la carta número tres Gacel relata cómo ha estado informándose sobre la historia de España.
Dada la complejidad de la misma, ha pedido a su amigo Nuño su colaboración para elaborar una
síntesis y mandársela a su amigo marroquí. Le sugiere que no pierda detalle por tratarse de la clave
precisa para comprender los usos y costumbres de España. Caracteriza a España como rica en
recursos naturales , lo que explica la codicia de los fenicios y otros pueblos. Relata como
Numancia resistió durante tres ejércitas, que los romanos , gracias a sus riquezas, se hicieron con
España. Los godos españoles huyeron a Asturias , salieron mandados por Pelayo. A esto siguieron
ocho siglos de guerra con los moros . La unión de Castilla y Aragón se produjo con el matrimonio
de Fernando e Isabel. Posteriormente, llegaría el odio a Europa por exceso de ambición . Tras la
muerte de Carlos I, España era el esqueleto de un gigante.

Expresa que la península no ha gozado siempre de paz, y es sorprendente que tengo todavía algunos
recursos naturales. También explica como la religión es el motivo de las guerras. A través de este
aspecto irónico se ve el lado pacifista de Cadalso. Otros temas tratados son la llegada de las nuevas
industrias y el temo y desprecio con el que se mira a estas, y la riqueza de América.


14- carta 21……………………………………………………..….…


En la carta número 14 Nuño responde a Ben-Beley y manifiesta que el comportamiento en las
provincias españolas es el mismo que tenían hace siglos: se está produciendo una decadencia de
carácter nacional, caracterizada por la falta de distinción entre vicio y virtud (se dejan llevar por
las modas o por lo que convenga en cada momento). El espíritu de la ilustración se encuentra muy
presente en esta actitud preocupada por la sociedad. Nuño critica igual a las personas que siguen las
modas que a los reaccionarios tradicionalistas . Los tacha de ignorantes en el fondo.

15- carta 29……………………………………………………..….…


La carta número 15 es una carta de Gacel para Ben-Beley. Le cuenta que ha viajado a Francia y a
Inglaterra . Los europeos, según él, sienten preocupación por Francia. Este país mantiene las
costumbres más puras. Todos los viajeros tienen la mala costumbre de sentir desprecio por todo lo
que no es Francia. Se alude a Montesquieu, pues procura indagar en el carácter verdadero de los
franceses, sin realizar juicios superficiales. También trata uno de los temas más recurrentes del siglo
XVIII: el viaje. Se incide en la idea de que el viaje ha de ser aprovechado para formarse.

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16- carta 35……………………………………………………..….…
La carta 35 va dirigida a Ben-Beley por parte de Gacel, en ella se realiza una crítica a lo
que humorísticamente Cadalso etiqueta como los integrantes de «una secta de hombres
extraordinarios»: los proyectistas, gente que desea enriquecer a su país sin tener patrimonio
previo y con ideas frívolas. Gacel introduce un discurso de Nuño en el que explica como mantuvo
una conversación con un proyectista que planeaba realizar ideas disparatadas: realizar dos
canales que crucen la península, divide el país en cuatro partes y asignar una lengua y una
vestimenta a cada una de ellas… La carta concluye en el problema que significa este tipo de
gente en la sociedad y Gacel está de acuerdo. 


17- carta 38……………………………………………………..….…


En la carta número 38 se muestra como se juzga desde Europa que los españoles incurrimos
en el orgullo mucho más que el resto de los europeos. Gazel se extraña ante esta afirmación pues
mediante una cuantiosa enumeración argumenta que los nobles de ciudad (reyes y demás en la
corte) llevan a cabo ritos y gestos con sus “inferiores” con gran humildad y por eso él no cree que
dicha afirmación sea cierta. Habla por ejemplo sobre como el rey a veces le limpia los pies a los
pobres, acto que le conmocionó mucho. También señala que los nobles suelen hablar también con
sus criados.

Por otro lado, pone de ejemplo a los hidalgos que no se quitan el sombrero ante nadie y se
pasean con sus tristes ropas en la plaza de manera pomposa dando gracias a Dios por haber nacido
hijo de tal. También pone de ejemplo a los mendigos en comparación con el resto de Europa
diciendo que los mendigos españoles se creen en la posición de insultar a quien le deniega una
limosna. La carta se cierra con el siguiente proverbio: «El alemán pide limosna cantando, el francés
llorando y el español regañando». 


18- carta 51……………………………………………………..….…


La carta número 51 es de Gazel y va dirigida a Ben-Beley. Comienza explicando que Nuño emplea mucho la
palabra política. Gazel define la palabra «política» y emplea la etimología griega para explicar que se trata
de la ciencia para gobernar pueblos. Explica que el texto debería finalizar ahí pero continua escribiendo ya
que considera que han «usurpado» el nombre. Gazel les describe como avaros, ambiciosos y egoístas.
Muestran un gusto por lo superficial, y un desinterés por la felicidad pública. Todo se deja a un lado por el
dinero y el poder. No evolucionan en sus gustos, solo en ambición. Se trata de falsedad y de sentimientos no
nobles, un pensamiento retorcido. Hay un desprecio por el pueblo. Dan una apariencia de sabios pero son
realmente ignorantes, detrás de su fachada solo hay maldad y vicio. Emplea una metáfora que dice lo
siguiente: «La risa y el llanto en estos hombres son como las aguas del río que han pasado por parajes
pantanosos: vienen tan turbias, que no es posible distinguir su verdadero sabor y color». También retrata su
ego hasta el punto de decir que intentan parecer semidioses. El texto se cierra explicando que son
merecedores de prisión por delirantes, locos y ser portadores de bajas pasiones.


19- carta 83…………………………………………………..….…


La carta número 83 trata la idea de la persecución que sufren los intelectuales. Explica como nacer con
talento es muchas veces una desgracia en todas partes, pero en España es mucho peor. Explica, irónicamente,
que en el caso de casarse le diría a su mujer que desease tener un hijo tonto para que este pueda vivir bien.
Esta idea se ejemplifica con diversas figuras importantes de la cultura española. Se menciona a Carvantes y
como su vida fue muy dura, pasando por el hospital, la guerra e incluso la cárcel. A su vez habla de Quevedo
quien a pesar de su condición adinerada también terminó en la cárcel. Por último ejemplifica a Fray Luis de
León quien a pesar de su religiosidad también se halló en la cárcel. De esta manera indistintamente de la
condición de estos grandes intelectuales todos se encontraron en la cárcel. Explica como esto genera un
problema muy serio: los intelectuales tienen miedo de ser intelectuales, y escriben con extremo cuidado sus
obras o incluso llegan no publicar nada. Es por ello que en Europa al ver lo que se publica en España lo ven
con desprecio. El es consciente de que esta crítica no es del todo certera u objetiva, la describe como «fatua»,
pero la presenta como una posibilidad. Menciona finalmente como ciertos conocidos podrían publicar obras
de gran erudión y como otros que «por un pliego que han publicado, han guardado noventa y nueve».


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Jovellanos
Melchor Gaspar de Jovellanos es uno de nuestros más importantes escritores ilustrados.

20- carta …………………………………………………………….

En esta carta Jovellanos define que el gran problema de la agricultura es la forma en la que las tierras
están repartidas. Presenta los problemas de las fincas de los mayorazgos, el origen del minifundio en Asturias
y los problemas que conlleva, los problemas del latifundio…
Jovellanos explica que la mayor parte de las propiedades pertenecen o bien a la iglesia y monasterios
o a mayorazgos lo cual ocasiona una mala circulación de las tierras, así como un valor desproporcionado a
aquellas pocas tierras que quedan libres. Con el aumento de población y la escasez de trabajo las tierras
fueron reduciéndose cada vez más lo que resultó en un detrimento de los arrendatarios.
Por otra parte Jovellanos también consideraba negativo el latifundismo, este medio de explotación
agraria de grandes dimensiones siempre estuvo marcado por una explotación mucho menor a la capacidad de
la tierra y la capacidad del propietario para cercarla. Como ejemplo del uso histórico del latifundio pone a
Plinio el Mozo quien instauró el arrendamiento de tierras poniendo como pago o bien dinero o en especie,
una renta sacada de la producción agrícola.
Termina Jovellanos declarando que debería de limitarse los mayorazgos existentes y evitar la
producción de nuevos pues limita la correcta explotación de de industria más importante de Asturias,
provocando precariedad en sus trabajadores.

21- carta orígenes dialecto asturiano….………………………..….…

En esta carta Jovellanos, tras conocer la existencia del habla asturiana, se plantea su estudio ya que
no tenía ningún ejemplar de su forma de escritura y por ello, ya que el estudio de las humanidades demanda
el conocimiento de una sintaxiss y el origen etimológico de las lenguas, se había propuesto regresar de
Asturias con una gramática escrita, una ortografía y un glosario o etimológico del dialecto asturiano.
Destaca Jovellanos que las hablas populares se pervierten cuando se encuentran en nucleos
concurridos: establecimiento de la nobleza, gente de letras y forasteros. Esta congruencia de distintas hablas
favorece el uso de las voces meramente castellanas, alterando la sintaxis y articulación de la lengua
autóctona.
Defiende Jovellanos que el habla asturiana procede del latín y es hija suya únicamente y no del
idioma castellano, habla de que durante la conquista, el interior no fue totalmente romanizado y que las
zonas meridionales no opusieron mucha resistencia a la conquista, poniendo el texto de Floro como ejemplo.
Se trata de otro texto que ejemplifica la preocupación del ilustrado gijonés por los estudios de humanidades.

22- carta sobre las romerías……………………………………..….…

En esta carta Jovellanos habla de las romerias como el único entretenimiento del pueblo ya que otras
festividades como los toros, las comedias… eran demasiado caras para poder ser accesibles a este estrato.
Las romerias deben su nombre a las peregrinaciones chicas que en días señalados y festivos se llevaban a
cabo en el santuario de la comarca con motivo de ceremoniar al santo titular de dicha romeria.
Más tarde Jovellanos habla del horario seguido en estas romerias que solían tener lugar en verano y
su localización solía ser el área más llana a las afueras del pueblo, narra como al mediodía, a la hora de la
comida se efctuaba una carrera por las sombras más cercanas a las fuentes y arroyos y donde se hacía gala de
los alimentos más típicos del pueblo donde la diversión, humilde, siempre iba acompañada de quesos,
manteca, frutas, vino y sidra. A esta festividad llegaban diversos comerciantes y tenderos que se asentaban a
los alrededores. por la noche sucedía un verbena protagonozada por bailes alrededor de una hoguera. Más
tarde se acudía a la hermita para efectuar los rezos. Todas estas festividades estaban protagonizadas por los
aldeanos y sobretodo por la juventud. Con esto en mente Jovellanos identifica estas festividades con el culto
y la devoción pues la gente se reunía para festejar la imagen de un santo independientemente de cual fuera,
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de igual manera era importante la parte comercial de estos eventos pues era un momento de negociación
donde se efectuaban la compra venta de ganado y otros enseres cuya adquisición en otro momento era más
reducida.
Las danzas eran una de las partes más interesantes de las romerías, eran simples y con coros, al estilo
de aquellas efectuadas por los pueblos antiguos y presentaban diferencias entre aquellas efectuadas por
hombres o por mujeres. Los hombres gustaban por los romances de ocho silabas en los que un mozo canta y
es respondido por el coro, las mujeres por otra parte eran un grupo de tres o cuatro mozas que lideraban
seguidas por el coro para responder la copla. Resaltaba Jovellanos como las danzas masculinas solían acabar
en “palos”, siendo éstos las únicas armas que los aldeanos poseían, tras el alboroto y emocion de las
festividades era normal que afloraran las rivalidades y conflictos entre pueblos que se enzarzaran en una
trifulca, esto, dice Jovellanos, no es una muetra de barbarie ni salvajismo, estas peleas eran del gusto del
pueblo y retirarles sus armas podría desembocar en peleas más cruentas mediante el uso de navajas y
cuchillos. Estas danzas eran para Jovellanos una manifestación de poesía, utilizando el amor como tema
recurrente aunque a veces también había presencia de sátira e ironía. La juventud no se perdía estas fiestas
aunque pocos atendían toda la duración del festejo.
Finalmente, Jovellanos apela a los censores como culpables de robar al pueblo su único alivio de una
vida basada en las labores aunque también apunta que si dichos festejos fueran foco de alborotos y
desordenes no estaría a favor de ellos. También nombra a Feijoo como críticos de este tipo de fiestas.
Recuerda además Jovellanos que estas fuerte vinculación de los festejos con la religión es la consecuencia de
las fiestas llevadas a cabo por egipcios, romanos y griegos, una tradición con una secuencia lógica. Es sin
duda no solo un texto que realiza un retrato cultural sino que defiende el patrimonio de los pueblos.

23- sátiras …………………………………………………..….…

Las sátiras de Jovellanos se publicaron en El Censor anónimamente. Son sátiras, por lo que se busca
que tengan un efecto en el lector. Caso González cree que detrás de todos los nobles que se critican
en la segunda sátira puede haber alguien con nombre y apellidos, por lo que puede ser el motivo de
uno de los cierres de El Censor . Después de la publicación de estas sátiras, se publican unas cartas
que son una defensa de la sátira: son algo bello porque son útiles. Caso González cree que estas
cartas las escribió el propio Jovellanos.
Sátira primera

Se trata de la primera sátira, donde se critica el comportamiento de las mujeres que cometen el
adulterio. Se suele decir que Arnesto es Vargas Ponce, amigo de Jovellanos, pero el crítico Caso
González considera que este aspecto no tiene importancia ya que se trata de un interlocutor literario.
Además de ello el propio Jovellanos explica que el no critica al vicioso sino al vicio, por lo que
focalizarse sobre una entidad concreta resultaría en un distanciamiento del propio poema.
Respecto a la estructura debemos decir que l poema se compone por 167 versos y cuenta con
4 partes principales: una introducción en la que se presenta el tema que se va a tratar (los 14
primeros versos), una primera parte en la que se critica el comportamiento sexual de las mujeres,
una segunda parte en la que se realiza una crítica hacia el lujo y finalmente un conclusión tanto de la
segunda parte como de la sátira en general.
El poema cuenta con versos endecasílabos y sin rima, el hecho de que Jovellanos emplee
este tipo verso hace que este poema sea muy latino. Además, se utiliza mucho el verso rítmico y la
concentración léxica y sintáctica, características que también remiten a la poesía latina. Esta
conexión con la poesía clásica se extiende también al contenido, pues la crítica del lujo también es
algo muy latino. En la época romana los lujos eran asiáticos y ahora son franceses.
Todo comportamiento sexual que no sea activo se considera indigno, como lo que decía Catulo en
su obra. Crítica a una noble que solo se viste para contornearse delante de los hombres. Jovellanos
emplea el tópico de la «edad dorada» expresando que hubo un tiempo en el que le gente, cuando
hacía algo mal, no dormía por las noches, pero ahora la gente ya no tiene pudor. Jovellanos también
expresa su dolor ante la injusticia que observa, a través de unos fuertes versos en los que apela a la
diosa de la justicia, Temis, quien castiga a las prostitutas que no tienen otro remedio que hacer lo

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que hacen, mientras que a las nobles que que realizan actos de indecencia sexual no les pasa nada.
En la segunda parte del poema, Jovellanos dice que el lujo puede ser una de las causas del adulterio.
La tesis del poema es que el lujo por el lujo ya es una decadencia, y por lo tanto desemboca en otras
decadencias. En la conclusión final, dice que todo está en venta, que todo es mercancía, hasta «los
dulces brazos», los «suabes besos» y la «rosada frente».

Segunda sátira

Se trata de la sátira segunda donde se critica a dos perfiles de hombre: el noble que se comporta
como un majo e imposta modales de la clase baja; y al petimetre, el noble afrancesado. Ambos lo
hacen todo con miras a su apariencia externa, y aunque el primero no lea y el segundo sí, este
último no aprovecha lo que lee porque solo lo hace por fachada. Esta sátira fue muy corregida por
Meléndez Valdés. Respecto al estilo empleado es muy importante destacar como Jovellanos hace un
uso excelente del léxico popular, que eleva el valor estético del texto.

El poema se estructura bajo dos partes principales: la crítica al noble aplebeyado (del verso número
1 al 197) y la crítica al noble afrancesado (del verso 149 al 150).
En la primera parte, la crítica hacia al noble aplebeyado, se centra en cómo lo único que
cuida es su apariencia. Se habla de una serie de muebles viejos haciendo una alusión del lujo, que es
el reflejo de la decadencia, ya que Jovellanos consideraba que el lujo corrompía el espíritu de la
gente (esto se ve presente también en su primera sátira). Se debe destacar el uso de la palabra
“rancia”, que no significa lo mismo que hoy, significa “de largo linaje” y es utilizada como adjetivo
positivo de manera irónica. Es destacable en este poema la utilización de los antropónimos, el
crítico Caso González hace un gran esfuerzo por averiguar las personas reales que hay detrás de
ellos. Introduce una serie de disparates para aludir a la incultura del joven noble. Primero se
describe la apariencia externa, mostrando la manera en la que este sigue las modas, y después la
apariencia interna: su carencia de cultura. Expresa como el sujeto no sabe nada de historia,
geografía, fe... pero lo sabe todo sobre los toreros. También se incluyen otros gustos del noble: el
teatro y las prostitutas. Primero habla de prostitutas populares y más tarde de prostitutas de lujo, las
describe como si fueran nobles, con ironía, las llega a llamar «ilustradas», la acidez de la sátira llega
por tanto a niveles bastante elevados. Utiliza la metonimia para decir que estas prostitutas
mantienen relaciones con altos cargos del ejército, abogados y cargos eclesiásticos, logrando
además también una crítica social más general. Esta primera parte de la sátira se cierra al contar que
él noble aplebeyado se enamora de una prostituta, Cloe, a la que el noble saca de pobre aunque ella
finalmente termina por reírse de él. Como consecuencia de este desastre amoroso, el noble
aplebeyado termina suméisdose al juego. 

Como decíamos antes, en la segunda parte critica al noble afrancesado. Si el otro noble
ocupaba su tiempo en asuntos populares, este lo hace en asuntos "repipis", afrancesados. Se trata de
un noble que procede del norte de la Península, como la mayoría de los nobles de la época
(Cantabria, Asturias, Galicia). Aunque este noble ocupa su tiempo en viajar y leer, esto no le sirve
de nada porque solo lo hace por apariencia. Habla una mezcla de francés y español, un “galimatías”.
Durante el siglo XVIII una de las lenguas de «cultura» que empleaban los pedantes era el francés,
más adelante a partir del siglo XIX pasará a ocupar su puesto el inglés. El noble afrancesado va
vestido de una manera tan recargada que llama la atención. Por la perversión y el vicio que arrastra,
también acude a las meretrices, no es capaz de mantener relaciones sexuales con su mujer. Esto se
aprecia cuando Jovellanos dice: «el tálamo es su potro». Una idea de fondo que aparece, es que
estos nobles ni siquiera sirven para la batalla, como para lo que por lo menos servían sus
predecesores.

Sigue hablando de cuestiones de batalla, que es lo que critica del noble afrancesado, pero parece
que se centra especialmente en ese tema. Se puede considerar que es una especie de conclusión en
el poema. Es muy característico para la poesía dieciochesca que las piezas líricas se finalicen con
una conclusión racional. Lo importante de esta crítica es saber por qué se está criticando a la
nobleza en este momento. La sátira siempre tiene un fin reformador, es lo que la diferencia de la
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burla. La primera y la segunda parte se distinguen bien porque comienzan con una pregunta a
Arnesto. Se trata de una sátira más difícil que la anterior debido al léxico. Cuando se lee esta sátira,
el lector ya tiene en cuenta la primera sátira (y las dos cartas que se habían escrito para defender la
sátira). Por lo que en este caso el lector idóneo queda reducido a alguien que haya leído todos los
textos anteriores y que sea capaz comprender las dificultades del texto.

25- Discurso 1788….…………………………………………..….…


El discurso de 1788 es su Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de
las ciencias. Fue escrita para el Instituto asturiano en 1797. Este Instituto fue fundado por el
propio Jovellanos en 1794 y es un interesante ateneo de cultura para el Gijón de fines del XVIII. 

Se trata de un texto que cuenta con una sencillez aparente; despista su claridad expresiva,
incluso la reiteración de ciertas ideas . Sin embargo, es un texto denso temáticamente hablando.

Por una parte, y como es normal dentro del pensamiento ilustrado, aparece el tema educativo como
centro del texto. Jovellanos defiende implícitamente el derecho a la educación de todas las
personas . Además ha de ser una educación integral, es decir que incluya todo tipo de
conocimientos.

Jovellanos comenta que "las ciencias serán siempre (a sus ojos) el primero, el más digno objeto de
la educación". Pero esta disciplina ha de complementarse con el estudio de las letras, en una
perfecta interdisciplinariedad de contenidos: «el estudio de las letras será para vosotros no
menos útil, y aun me atrevo a decir no menos necesario».
El estudio de las ciencias satisface toda una serie de objetivos. El primero es comunicar los
conocimientos de la antigüedad. Jovellanos juzga necesario un estudio de la Historia de la
Ciencia. Otro objetivo es motivar a los niños para adquirir nuevos conocimientos, Jovellanos
expresa esto como «disponer vuestros ánimos a adquirir otras nuevas verdades». También se busca
desterrar los "errores" y las "absurdas opiniones" que " giran sobre la tierra ". Este objetivo
nos presenta la encarnizada lucha de los ilustrados, que oponen el razonamiento a la superchería, la
leyenda o la superstición, y que tantas páginas le ocupó, por ejemplo, al Padre Feijoo. En suma se
busca conseguir para "la humana especie" la "plenitud de luces y conocimientos" ;
hoy en día se dirigía que esta meta consiste en usar la ciencia para alcanzar la felicidad de todos los
hombres. El trasfondo humanístico de esta defensa de la ciencia es claro.
Por otra parte tenemos las razones por las que las letras son importantes. Para empezar, las
humanidades «Adornan, pulen, avaloran, hermosean los tesoros de las ciencias». Esta función
corresponde al delectare horaciano, en clara complementación respecto al docere de las ciencias.

Otra de las finalidades es enunciar correctamente los conocimientos científicos. Hasta aquí los
valores de las letras podrían considerarse auxiliares a los de las ciencias . Pero Jovellanos también
afirma " la exactitud del juicio y el fino y delicado discernimiento "como objetivo esencial de las
letras; es decir, la capacidad de reflexión y análisis que, por realizar la operación de enunciar y
expresar, tienen en sí mismas las letras. En definitiva, son necesarias para "sentir y pensar», no sólo
para hablar y escribir o para oír o leer. Es clara la defensa del humanismo científico que hace
Jovellanos.

Este es el ideal formativo de un ilustrado; y todo ello con una finalidad clara: conseguir la
felicidad del hombre.
Respecto a la estructura debemos decir que se compone por cuatro partes que van repartidas
en cuatro párrafos. El primer párrafo consiste en una defensa a ultranza del estudio de las
ciencias ; y una enumeración y ponderación de sus valores. Comienza no queriendo menoscabar
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las ciencias por la invitación al estudio de las letras; Jovellanos, por tanto, ya acusa en este texto de
1797 el recelo o prejuicio actual hacia las letras; se debe recordar que la Ilustración supuso un
avance importantísimo de la metodología científica en todas las disciplinas del saber.

En el segundo párrafo sin embargo, incide en la utilidad y necesidad de estudiar también
letras . Es un párrafo más breve, ya que introduce una idea nueva y sorprendente, al menos
inesperada de su auditorio o lector. El tercer párrafo, el más denso del texto, está construido a
partir de contrastes entre los valores de las ciencias y los complementos de las letras ( belleza,
enunciación y discernimiento). Jovellanos encadena así cada valor del estudio de las ciencias con su
complemento necesario de las letras. Une, conecta, complementa, interrelaciona las ciencias y las
letras. El último párrafo es una súplica intensa para que también se estudien letras. Equivale
en intensidad al primer párrafo. En ese sentido, el texto muestra una progresión. En el comienzo,
Jovellanos dice que el estudio más importante es el de las ciencias, luego lo razona; más tarde
valora el estudio de las letras, como necesario complemento, para, finalmente, exaltar su estudio
como el más necesario. Al final, no quiere absolutizar ninguno de los dos estudios; su texto es una
esforzada argumentación a favor de la educación integral. 

Respecto a los recursos literarios debemos destacar que es inherente al texto ilustrado la
claridad en la exposición de las ideas . Y tal vez sea su recurso literario más importante. Por otra
pare la progresión discursiva de que hemos dado cuenta en la estructura es una eficaz estrategia de
la argumentación. Al igual que la disposición de los valores de ciencias y letras en forma de
contraste, en el tercer párrafo. También las ciencias y las letras están suavemente personificadas
para acceder así más plásticamente a sus contenidos y objetivos. El esfuerzo por ejemplificar,
oponer y resumir ideas o globalizarlas es la estrategia expresiva de los ilustrados, y conforma la
retórica de sus textos; más allá de las metáforas barrocas; porque su texto no busca la belleza, sino
la enseñanza, la claridad, la difusión del saber.

Debemos destacar también su manera de comenzar el texto con el vocativo «hijos míos»,
pues denota un tono paternal y tierno , adecuado al maestro sabio y comprensivo. Notemos
también que se dirige sin preámbulos a su lector : «que para inclinaros..., disponer vuestros
ánimos..."; de esta forma, el lector se siente constantemente aludido. El texto es un consejo, una
orientación cercana para él. Esa misma empatía con el lector es lo que Jovellanos busca con los
imperativos «creedme» o «ved».
Cabe destacar que letras y literatura son la misma palabra para Jovellanos; recordemos
que el significado etimológico de literatura es «lo escrito», lo expresado mediante letras. No es, por
tanto, de la literatura como la entendemos hoy, en su sentido puramente estético o artístico; sino las
letras en su sentido amplio de Humanidades. 

Finalmente como conclusión debemos decir que el tema de este texto no puede ser más
actual en nuestro presente sistema educativo. Nos invita a reflexionar de nuevo si no estaremos
parcelando demasiado los conocimientos, haciendo especializarse antes de tiempo a nuestros
alumnos, en una edad en la que necesitan crecer y aprender integralmente. La propuesta de
Jovellanos es clara y clásica: complementar las disciplinas y darles la misma importancia en el
currículum educativo.

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