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SOLUCIONES

INTRODUCCION

Todos estamos en contacto diario con las soluciones químicas (jugos,


refrescos, café, rio, mar, etc.). Y las plantas también, cuando sus raíces
contactan la solución del suelo.

Cuando se introduce un poquito de azúcar dentro de un vaso lleno de agua, se


observa que la azúcar desaparece sin dejar rastro de su presencia en el agua.
Lo primero que se piensa es que hubo una combinación química, es decir, que
las dos sustancias reaccionaron químicamente, lo que significa que hubo un
reacomodo entre sus átomos. Sin embargo, simplemente sucedió que ambas
sustancias se combinaron físicamente y formaron una mezcla homogénea o
solución.

A la unión de dos o más sustancias se le conoce como combinación; estas


combinaciones pue- den ser de dos tipos: combinaciones físicas y
combinaciones químicas. Las combinaciones quími cas se conocen como
enlaces químicos; estas combinaciones consisten en la unión de dos o más
sustancias, cuyos átomos o moléculas se unen entre sí mediante fuerzas
llamadas enlaces quími cos, y sólo mediante procedimientos químicos es
posible separar tales sustancias combinadas; por ejemplo, al combinar agua
(H2O) con cal viva (CaO), entonces se forma el Hidróxido de Cal cio. Aquí hubo
una combinación química, puesto que los átomos del agua y la cal se
reacomoda- ron originando así el Hidróxido de Calcio.

Las combinaciones físicas se conocen como mezclas, las que son de dos tipos:
heterogéneas y homogéneas. En las mezclas heterogéneas, las sustancias que
se mezclan no se distribuyen uni- formemente, por lo que se pueden distinguir
ambas sustancias mezcladas; en las mezclas homo géneas, las sustancias
mezcladas si se distribuyen uniformemente, y toda la mezcla se observa como
si fuese una sola sustancia, es decir, las sustancias no se pueden distinguir
una de la otra, pues han formado una sola fase(homogénea). Un ejemplo lo
constituyen los perfumes, que con- tienen agua, alcohol y esencia, y sin
embargo ninguna de las tres sustancias puede distinguirse;

a este tipo de mezclas se les denomina disoluciones* o simplemente


soluciones.

Un ejemplo claro de solución es el agua salada, que contiene agua y sal. Tales
sustancias se encuentran mezcladas o revueltas homogéneamente, de tal
forma que no se puede distinguir u- na de la otra, y sin embargo no existe algún
enlace químico entre ambas; simplemente el agua di solvió a la sal de mesa,
por lo cual se dice que las mezclas son combinaciones que pueden frac -
cionarse o separarse en sus distintos componentes por métodos físicos.

ANTECEDENTES

Una de las primeras explicaciones de las disoluciones, aceptada durante un


largo periodo de tiempo, fue la teoría «de la transustancialización» de
Aristóteles (384-322, a.C.). Esta teoría, que asumía como real lo que parece
ocurrir al soluto cuando se disuelve (por ejemplo, que la sal al disolverse
parece convertirse en agua), conlleva un modelo continuo de materia. De aquí
que en la Edad Media, en una aplicación de esta teoría, se considerara que si
una gota de vino cayera al agua acabaría por convertirse en agua. Se conoce
también como teoría de la
licuefacción (Selley, 1998).La incontestable autoridad de Aristóteles en la
filosofía
natural y la dilatada permanencia en el tiempo de sus ideas hicieron que se
descartaran durante muchos siglos las ideas atomísticas de la materia que
darían lugar, en su momento, a nuevas teorías sobre las disoluciones.
A pesar de lo dicho anteriormente, posiblemente la primera teoría corpuscular
de disolución que se recuerda sea la «de intersticios atómicos» de Platón (427-
347a.C.),
anterior a la de Aristóteles, que explicaba la desaparición del soluto por un
proceso de interpenetración que supone la aceptación de la idea de
vacío.Posteriormente, Demócrito de Abdera (460-370 a.C.)propone que la
materia está constituida por átomos y vacío. Basándose en esta teoría, Herón
de Alejandría (apróx
10-70 d.C.) enseñaba que la miscibilidad del agua con el vino era evidencia de
la existencia de espacios entre los átomos de ambas sustancias (Selley, 1998).
Obviamente, estas teorías sobre las disoluciones, al igual que las teorías
atomísticas de las que partían, quedaron «olvidadas» durante muchos siglos.
En el siglo xvii, el filósofo, matemático y científico francés Paul Gasendi (1592-
1655) revivía las ideas atomísticas de Demócrito, proponiendo un modelo de
«poros con formas» para las disoluciones. Suponía, por ejemplo, que los
cristales de sal estaban compuestos de pequeñas partículas, llamadas
corpúsculos, y que, al igual que los cristales visibles, éstas tenían forma de
cubo. También hacía conjeturas sobre un modelo de poros para el agua
suponiendo que contenía poros con espacios vacíos en forma de cubo. De este
modo explicaba el proceso de disolución diciendo que los corpúsculos de sal se
metían en los poros cúbicos del agua. Es decir, que en el proceso de
disolución, la forma de los poros debía coincidir con la forma de los
corpúsculos. De acuerdo con este modelo, cuando todos los poros del agua
estaban ocupados ya no se podía disolver más sal y se alcanzaba la
saturación.
Gasendi comprobó, no obstante, que una disolución saturada de sal común
podía disolver cristales de alúmina, u otras sustancias, lo que explicaba
sugiriendo que el agua tenía también poros en forma de octaedros (la forma de
los cristales de alúmina). Gasendi justificaba este punto de vista considerando
que lo que es cierto para el total es cierto para la parte. Esta idea es la que con
frecuencia utilizan los escolares, aunque de forma implícita, cuando asignan a
las partículas propiedades macroscópicas (Holding, 1987). Esta explicación
implicaba también asumir que los corpúsculos de alúmina eran más pequeños
que los de sal, por eso podía encontrar espacio suficiente en una disolución
saturada de sal (Selley, 1998).
Con el tiempo, el número de diferentes formas cristalinas conocidas por los
científicos llegó a ser tan grande que el modelo de «poros con formas» para
explicar las disoluciones comenzó a perder credibilidad. Con el desarrollo de la
teoría atómica en el siglo xix
, el modelo de poros evolucionaría hacia la consideración del vacío, no como
intersticios dentro de la materia, sino como espacio no ocupado por esta.
interacción entre las entidades presentes en disolución Para encontrar las
primeras ideas sobre este aspecto, clave para comprender la naturaleza de las
disoluciones como se verá más adelante, hay que remontarse hasta la segunda
mitad del siglo
xvii. Un gráfico de esta época (1672) representa el proceso de disolución como
un cañoneo del sólido por las partículas en rápido movimiento del agua y el
consecuente movimiento de las partículas del soluto hacia los huecos del agua.
Esta explicación de las disoluciones se conoce también como teoría «del
asalto» –que implica un modelo de poros– y que llegó a ser ampliamente
aceptada y fue la explicación estándar hasta comienzos del siglo xix(Selley,
1998). Rivales de la teoría «del asalto», basada en la idea de interacción de
tipo mecánico, fueron varias teorías que proponían la existencia de fuerzas de
atracción entre las entidades en disolución. Tras el éxito de la explicación de
los cuerpos celestes en términos de fuerzas gravitatorias, Newton marcó un
nuevo hito en la historia de las disoluciones químicas al atribuir a «los cuerpos
diminutos» en disolución una fuerza atractiva para cortas distancias. Este
modelo trataba de explicar, de alguna manera, las razones de la «afinidad»
entre ciertas sustancias. Desde su punto de vista, en las disoluciones debía
existir una combinación de fuerzas atractivas y repulsivas. Antes de Newton,
sólo se había postulado la posibilidad de que entre «cuerpos diminutos»
aparecieran fuerzas de repulsión, responsables de la rápida dispersión del
material di-suelto (Holding, 1987).
De acuerdo con este modelo, una sal puede disolverse en agua si las
partículas de la sal muestran mayor atracción por las moléculas del agua que
por las suyas. El concepto de interacción entre las entidades presentes en
disolución aparece con un poder de explicación mayor que el de otras teorías
anteriores y, a partir de entonces, sería el soporte de otras nuevas teorías.

Con el término disolución se suele denominar a un amplio campo de


fenómenos y sistemas materiales conocidos desde la antigüedad. El fenómeno
de la solubilidad
de una sustancia en otra ha mantenido la fascinación tanto de los científicos
como del público en general durante toda la historia (Letcher y Battino, 2001) y
ofrece una buena oportunidad para que los estudiantes puedan considerar
diferentes modelos y las evidencias en las que se apoyan (Selley, 1998).Los
fenómenos de disolución, fundamentalmente de sustancias sólidas en líquidos,
plantean cuestiones
acerca de: las causas de la desaparición del soluto, la transparencia de la
disolución, la constancia de la masa, la no conservación del volumen, la
alteración de la temperatura o la saturación. En el intento de dar respuesta a
estas cuestiones se han generado teorías y modelos que han ido
evolucionando a lo largo de la historia. Algunos de ellos –muy aceptados en su
momento– se han desarrollado, en general, en paralelo al concepto de materia
o como consecuencia de los cambios y evoluciones que éste ha sufrido. No
obstante, hasta el último tercio del siglo xix fueron relativamente pocos los
científicos que se centraron en la investigación de la naturaleza de las
disoluciones como un problema en sí mismo (Dolby,
1976).Tomando en consideración la bibliografía disponible, y
en especial la propuesta de Holding (1987), se pueden diferenciar tres
vertientes en la evolución histórica del conocimiento sobre las disoluciones,
teniendo en cuenta
los aspectos más importantes en los que se han centrado los modelos y teorías
que caracterizan a cada una de ellas. Estas vertientes son:

– Naturaleza continua/discontinua de las disoluciones.


– Interacción entre las entidades presentes en disolución.
– Atribución de movimiento a las entidades presentes en disolución.
PROBLEMÁTICA

JUSTIFICACION

Estos procedimientos en moles, masa molecular y volumen molecular son


presentados al profesor de bioquímica y a todos los demás estudiantes con el
fin de mostrar los pasos de cada uno de ellos y así enseñarles a las demás
personas como se usan.

OBJETIVOS

Objetivo general

Las soluciones químicas son indispensables para el funcionamiento de un


laboratorio. Los químicos preparan soluciones de diferente concentración y las
guarda, con la finalidad de poderlas utilizar cuando las requiera en forma
inmediata.

Objetivos particulares

 Clasificar las soluciones de acuerdo al estado del soluto y del disolvente.

• Analizar y describir las principales características de las mismas.

• Identificar, analizar y describir las propiedades coligativas.

• Calcular y comparar los parámetros vinculados con las propiedades


coligativas, incluyendo las desviaciones del comportamiento ideal.

• Resolver y proponer problemas en los que intervengan propiedades


coligativas.
MARCO TEORICO

Es una mezcla de dos o más sustancias que se han distribuido o dispersado en


forma homogénea habiéndose disgregado o disociado a nivel átomo, iones o
moléculas simples.. en cualquier discusión de soluciones, el primer requisito
consiste en poder especificar sus composiciones, esto es, las cantidades
relativas de soluto y solvente. También se le puede nombrar
como disolución.

Solución : Soluto + Solvente

La concentración de una solución expresa la relación de la cantidad de soluto a


la cantidad de solvente.

Las soluciones poseen una serie de propiedades que las caracterizan :

1. Su composición química es variable.

2. Las propiedades químicas de los componentes de una solución no se


alteran.

3. Las propiedades físicas de la solución son diferentes a las del solvente puro :
la adición de un soluto a un solvente aumenta su punto de ebullición y
disminuye su punto de congelación; la adición de un soluto a un solvente
disminuye la presión de vapor de éste.

PRINCIPALES CLASES DE SOLUCIONES:

SOLUCIÓN SOLVENTE SOLUTO EJEMPLOS


Gaseosa Gas Gas Aire
Alcohol en
Liquida Liquido Liquido
agua
Liquida Liquido Gas O2 en H2O
NaCl en
Liquida Liquido Sólido
H2O

LA SOLUBILIDAD: es la cantidad máxima de un soluto que puede disolverse


en una cantidad dada de solvente a una determinada temperatura.

FACTORES QUE AFECTAN LA SOLUBILIDAD:


a) Superficie de contacto: La interacción soluto-solvente aumenta cuando hay
mayor superficie de contacto y el cuerpo se disuelve con más rapidez (
pulverizando el soluto).

b) Agitación: Al agitar la solución se van separando las capas de disolución


que se forman del soluto y nuevas moléculas del solvente continúan la
disolución

c) Temperatura: Al aument6ar la temperatura se favorece el movimiento de las


moléculas y hace que la energía de las partículas del sólido sea alta y puedan
abandonar su superficie disolviéndose.

d) Presión: Esta influye en la solubilidad de gases y es directamente


proporcional

CLASES DE DISOLUCIONES: De acuerdo con la concentración de las


soluciones, ellas pueden ser analizadas en términos cualitativos y cuantitativos
dependiendo de su estado:

A. Disoluciones empíricas o Cualitativas: No toman en cuenta la cantidad


numérica de soluto y disolvente presentes, y dependiendo de la proporción
entre ellos se clasifican de la siguiente manera:

Disolución diluida: Es aquella en donde la cantidad de soluto que interviene


está en mínima proporción en un volumen determinado.
Disolución concentrada: Tiene una cantidad considerable de soluto en un
volumen determinado.
Disolución insaturada: No tiene la cantidad máxima posible de soluto para
una temperatura y presión dados.
Disolución saturada: Tienen la mayor cantidad posible de soluto para una
temperatura y presión dadas. En ellas existe un equilibrio entre el soluto y el
solvente.
Disolución sobresaturada: es la solución en la cual no es posible disolver
más soluto.

Si se calienta una solución saturada se le puede agregar más soluto, esta


solución es enfriada lentamente y no se le perturba, ósea puede retener un
exceso soluto pasando a ser una solución sobresaturada. Sin embargo, son
sistemas inestables, con cualquier perturbación, este soluto en exceso se
precipitará y la solución quedará saturada.

B. Disoluciones valoradas o Cuantitativas:

A diferencia de las disoluciones empíricas, las disoluciónes valoradas


cuantitativas, sí toman en cuenta las cantidades numéricas exactas de soluto y
solvente que se utilizan en una disolución. Este tipo de clasificación es muy
utilizada en el campo de la ciencia y la tecnología, pues en ellas es muy
importante una alta precisión.

Las medidas más utilizadas para expresar la concentración de las disoluciones


cuantitativas son:

a. Porcentaje masa a masa (%m/m)


b. Porcentaje masa a Volumen (%m/v)
c. Porcentaje Volumen a Volumen (%v/v)
d. Partes por Millón (ppm)

e. Molaridad (M)
f. Normalidad (N)
g. Molalidad (m)
g. Fracción Molar (f molar)

a. Porcentaje Masa a Masa (%m/m): Expresa la cantidad de gramos de soluto


que existen por cada 100 gramos de disolución

b.

Porcentaje masa a Volumen (%m/v):

Relaciona la masa del soluto por cada cien unidades de volumen de la


solución.
c.

Porcentaje Volumen a Volumen (%v/v):

Expresa el volumen de soluto por cada cien unidades de volumen de la


solución. Se suele usar para mezclas líquidas o gaseosas, en las que el
volumen es un parámetro importante a tener en cuenta. Es decir, el porcentaje
que representa el soluto en el volumen total de la disolución. Suele expresarse
simplificadamente como «% v/v».

d. Partes por millón: a los mg (miligramos) de soluto que hay en un kg de


disolución como la densidad del agua es 1, 1 kg de solución tiene un volumen
de aproximadamente 1 litro, los ppm son también los mg de una sustancia en
un litro expresado de otra forma, (mg/l)

e. Molaridad (M):
f. Normalidad (N):

g. Molalidad (m):

h. Fracción Molar (f molar):

PROPIEDADES COLIGATIVAS DE LAS SOLUCIONES

Descenso de la presión de vapor:


Cuando se prepara una solución con un disolvente puro y un soluto no volátil
(que se transformará en gas) y se mide su presión, al compararla con la
presión de vapor de su solvente puro (medidas a la misma temperatura), se
observa que la de la solución es menor que la del solvente. Esto es
consecuencia de la presencia del soluto no volátil.

A su vez, cuando se comparan las presiones de vapor de dos soluciones de


igual composición y diferente concentración, aquella solución más concentrada
tiene menor presión de vapor. El descenso de ésta se produce por dos
razones: por probabilidad, pues es menos probable que existan moléculas de
disolvente en el límite de cambio, y por cohesión, pues las moléculas de soluto
atraen a las de disolvente por lo que cuesta más el cambio.

Descenso crioscópico:

El soluto obstaculiza la formación de cristales sólidos, por ejemplo el líquido


refrigerante de los motores de los automóviles tiene una base de agua pura a
presión atmosférica se congelaría a 0°C dentro de las tuberías y no resultaría
útil en lugares fríos. Para evitarlo se le agregan ciertas sustancias químicas que
hacen descender su punto de congelación.
ΔTf = Kf · m

 m es la molalidad. Se expresa en moles de soluto por kilogramo de


disolvente (mol/kg).
 ΔTf es el descenso del punto de congelación y es igual a Tf - T donde T
es el punto de congelación de la solución y Tf es el punto de congelación
del disolvente puro.
 Kf es una constante de congelación del disolvente. Su valor, cuando el
solvente es agua es 1,86 °C kg/mol

Aumento ebulloscópico:

Al agregar moléculas o iones a un solvente puro la temperatura en el que éste


entra en ebullición es más alto. Por ejemplo, el agua pura a presión atmosférica
ebulle a 100°C, pero si se disuelve algo en ella el punto de ebullición sube
algunos grados centígrados.

ΔTb = Kb · m

 m es la molalidad. Se expresa en moles de soluto por kilogramo de


disolvente (mol/kg).
 ΔTb es el aumento del punto de ebullición y es igual a T - Tb donde T es
el punto de ebullición de la solución y T b el del disolvente puro.
 Kb es una constante de ebullición del disolvente. Su valor cuando el
solvente es agua es 0,52 °C kg/mol.

Presión osmótica:

La ósmosis es la tendencia que tienen los solventes a ir desde zonas de menor


hacia zonas de mayor concentración de partículas. El efecto puede pensarse
como una tendencia de los solventes a "diluir". Es el pasaje espontáneo de
solvente desde una solución más diluida hacia una solución más concentrada,
cuando se hallan separadas por una membrana semipermeable

(También: π(pi) = (nRT) / V)

 n es el número de moles de partículas en la solución.


 R es la constante universal de los gases, donde R = 8.314472 J · K-1 ·
mol-1.
 T es la temperatura en Kelvin.
Teniendo en cuenta que n/V representa la molaridad (M) de la solución
obtenemos:

Al igual que en la ley de los gases ideales, la presión osmótica no depende de


la carga de las partículas.

Observación: Se utiliza la unidad de Molaridad (M) para expresar la


concentración ya que el fenómeno de ósmosis ocurre a temperatura constante
(de esto se deduce que las unidades de concentración para el ascenso
ebulloscopico el descenso crioscópico estén dadas en molalidad (m), ya que
este tipo de expresión no varía con la temperatura).
METODOLGIA

Uno de los problemas que con mayor frecuencia se deben resolver en el


laboratorio, lo constituye el acondicionamiento de la concentración de
soluciones a las necesidades específicas de los diferentes usos; esto debido a
que con frecuencia la concentración de las soluciones de trabajo dista mucho
de la concentración de los reactivos en su forma comercial.

Este es el caso de ácidos como clorhídrico, nítrico, acético, fosfórico y


sulfúrico, cuyas soluciones de trabajo se preparan normalmente por dilución de
otras más concentradas. También en otros casos son las mismas muestras las
que se deben diluir con el objeto de adecuar la concentración de alguno de sus
constituyentes al rango de medición de un método específico de análisis.

PROCEDIMIENTO: Preparación de soluciones

Se prepara disolviendo una determinada cantidad de soluto, en un determinado


volumen de disolvente.

Realiza previamente los cálculos necesarios previamente antes de llegar al


laboratorio.

Colocar una cantidad de hidróxido de sodio al tubo de ensayo y disolver con


agua desionizada hasta su disolución total.

Calcular el volumen de nitrato de plata para preparar 5ml de una concentración


de 0,1N.

Introducir al tubo de ensayo y observar si la reacción precipita o no precipita.

De la solución preparada anteriormente, tomar una alícuota de esta última


solución preparada, 10ml para llevar a otro tubo de ensayo.

Introducir el cloruro de potasio más el nitrato de níquel en un tobo de ensayo,


observar si se precipita o no y también que tipo de propiedades se presenta.

REACCIONES:

SOLUCION #1

CuSO4 + 2NaOH = Na2SO4 + Cu(OH)2

SOLUCION #2

FeSO4 + 2NaOH = Na2SO4 + Fe(OH)2


MATERIALES

 Balanza digital

 Vaso de precipitado de 250 ml

 Vidrio de reloj

 Espatula

 Cloruro de Sodio

 Sulfato de Cobre

 Sulfato de hierro

ANALISIS DE RESULTADOS

CONCLUSIONES

- La solución es una mezcla homogénea de dos o más sustancias. La


sustancia disuelta se denomina soluto y está presente generalmente en
pequeña cantidad en comparación con la sustancia donde se disuelve
denominada solvente.

- Los componentes de la solución son el soluto, el solvente y la


solubilidad. Y los factores que los afectan son la superficie de contacto,
la agitación, la temperatura y la presión.

- Las concentraciones de las soluciones físicas y químicas son la


moralidad, la molalidad, la normalidad, la fracción molar, el porcentaje
masa-masa, el porcentaje masa-volumen, el porcentaje volumen-
volumen y partes por millón.
 Las soluciones intervienen en la vida diaria directa e indirectamente
ayudándonos a determinar los moles en litros y kilogramos.
 Las soluciones químicas son indispensables para el funcionamiento de
un laboratorio

RECOMENDACIONES

BIBLIOGRAFIA

Chang. R. (2010). Décima Edición. Mc Graw-Hill/Interamericana Editores, S.A.


de c.v.

Beristain B.B., Camacho F.P., Domínguez O. M.A .Química II, Ed. Compañía
Editorial Nueva Imagen, México, 1996.

Garritz A. y Chamizo J.A. Química, Ed. Addison Wesley Iberoamericana,


México, 1998.

Castellanos Malo Salvador. Química Orgánica, Ed. Mc Graw Hill, Primera


Edición, 1999.

Burns A. Ralph. Fundamentos de Química I, Ed. Prentice Hall


Hispanoamericano, S.A., Segunda Edición, México, 1996.

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