Sunteți pe pagina 1din 374
PRACTICA DELA TERAPIA DE LACONDUCTA ® Estimulos, respuestas, aprendizaje y la naturaleza de la cognicién ®@ Desensibilizacion sistematica ® Terapia aversiva a | Or 2 bc s Joseph Wolpe ii OEE (6) ra Traductor: Francisco Cabrer Revisor técnico: Adrian Medina Catalogacién en la fuente Wolpe, Joseph Practica dele terapia de la conducta. ~ ta ed ~ México Trias, 1993 Wp ss em Traduccin de: The practice of behavior therapy Bibligrafia:p 369 Incl indices ISBN 968-24-3678-8 1 Pooterapia, 2. Beheworismo (Pocologt). ha LC: RCW BAWSS D- 616 8916'W237p 686 Titulo de ext obra en inglés: ‘The practice of Behavior Therapy: Versi autoizada en espaol de la 3 eicion publicada cen ingles por Ealtota! Pergamon Press ISBN 080271642 4 presemacion y dsposcion en conjunto de PRACTICA DE LA TERAPIA DE LA CONDUCTA ‘on propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra ede ser repoduida 0 trasmitida mediante ningun ‘iste 2 mélode, letrinico 0 mecdnico fictuyendo el Jotocopiae la gratacién 0 cualquier sistema de recuperacian J almace ‘de informacion). sin consemimiento por escr de eter Derechos reservados en lengua espatola © 1993, Editorial Trias, S.A de CY. 4. Rio Chur 185, Col. Pedro Marta Anaya, CP 03340, Mexico, DF Miembro de la Camara Nacional de la Indusira Editorial Reg. mm. 188 Primera edicén en esparol, 1977 (ISBN 968-24.0586.6) ‘Reimpresiones 1978, 980, 1981, 1983, 1985 y 1988 Segunda edicin en espaol marzo 1990 (ISBN 968-24-3595-4) Tercera edicién, agosta 1993 ISBN 968-24.3678-8 Impreso en México Printed in Mexico Esta obra se termind de imprimir y encuadend e131 de agosto de 1993, ‘fos talleres de Rosodiseno y Color, S.A. de CV ‘San Felipe name 28, Col. ¥o20. CP. 03140, Mesico, DF ‘Se tiraron 1000 cjemplares, mas sobrantes de reposicion TEC TOV. 885 Prefacio a la tercera edicién Los prineipales avanees téenieos que han surgido en la terapia conduetual ‘durante los ocho atios transeutridos desde que se publicé la segunda ediciin de este libro, son métodos de tratamiento basados en la exposicién ir vive y tal vez, ‘en particular, en el uso de téenicas de saturacién. En ese lapso, los procedimientos para el cambio cognoseitivo han reeibido una atencidn explicita, ‘pero una facets negativa de ese interés es que hemos visto erever el reelamo absusdo de todo cambio psicotera- peutic EL interés hacia la terapia conductual ha aumentado ripidamente, como lo demuestra el gran ineremento en el mimero de miembros de Ia American Association for the Advancement of Behavior Therapy. ‘También ha cresido el ‘nimero de facultativos en esta drea, pero debido a las eseasas oportunidades de ‘capacitacién, una porei6n considerable de la prietica en terapia conductual ain ‘deja mucho que desear. El desconocimiento del caricter distintivo que tiene la terapia eonductual ha sido evidente y alarmante, incluso entre algunas personalidades destacadas en cl ‘rea. Una manifestacion de esta falla es Ia actual "eontroversia” en toro a la definicién misma de la terapia conductual, Ciertas elases de condueta inadaptada tienen su origen en el aprendizaje, por lo que el conocimiento de los procesos de ‘aprendizaje y extincién es de gran importaneias para lograr cambios. La terapia ‘onductual es la aplicacién de ese conocimiento. En primer término no es tna ‘wenologia, Tal vez el énfasis puesto en la: técnica por Ia bibliografia didictica sobre la terapia conduetual: incluyendo las dos ediciones anteriores de este libro, haya* ocasionado la pérdida de interés por los prineipios. En esta edicién he hecho hineapié en los aspectos relacionados con los Drincipios: en conseeuencia, cl libro incluye ahora dos nuevos capitulos. Pero {quien desee una exposiein mas detallada de los principio bisicos relacionados con la neurosis, por consultarel libro Psyehothe- 10N 6G _PREFACIO ALA TERCERA. apy by Reciprocal Inhibition (Psicoterapia por inhibicién reciproca) (Stun- ford University Press, 1958). Los que se inician en estos temas encontrarin una introduecién de fieil acceso en mi libro mis reciente: Our Useless Fears (Nuestros ‘miedos inatiles) (Houghton Mifflin, 1981). He revisido y vuelto a escribir buena parte del texto. y ahi donde se indica, lo he reorganizado por completo. Salo el capitulo 16 ba sobrevivido relativamente ine6lume. En todos los dems eapitulos he incorporado lo que, en mi opinién, son las contribuciones mas signifiativas a la teoria y la prctica, aunque, obviament, es imposible incluirlo todo, Deseo agradecer a Stephen D. Lande y Paul R. Latimer por sus valiosos comentarios a los capitulos 3 y 11, respectivamente. Debo agradever de la manera mis profunda a Betty Jane Smith, mi secrelaria, por su ayuda superlativa en cada una de las etapas de Ia elaboracion de este libro. Del prefacio a la primera edicién ‘Antes del advenimiento de la terapia conductual, le medieina psicol6gica era un cconjunto de sistemas especulativos y de métodos intitives. La terapia condactual ex uns eiencia aplieada paralela a otras teenologias modernas y, en particular, a aquellos que constituyen la terapéuica médica mis reciente. Las posibiidades terapéuticas suurgen del descubrimiento de las relaciones sistemyiticas de los procesos del orga nismo. Ya que el aprendizaje es el proceso orginico més importante para la medicina psicoligica, el establecimiento de las relaciones sistemiticas atingentes al proceso de Aprendizaje es el camino principal para la erapeutica en esta rea Sin embargo, el terapeuta conductual con inquietudes cienifieas no se limita a Jos métodos denivados de prineipios. Cuando el bienestar de sus pacientes lo requiere, ‘emplea métodos que empiricamente han demostrado ser efectivos. El clquico era un remedio eficaz y de amplio uso para Tos ataques de gota antes de que fuera aislada la ‘colquicina o se entendiera el metabolism de esa enfermedad (Steen, 1968). De la ‘misma manera, en la terapia conductual de hoy en di, usamos mezelas de bidsido de cearbono y oxigeno para aliviar un tipo de ansiedad, sin saber por medio de qué ‘mecanismo aetian. Nuestro entero es la existencia de pruebas importantes de una relacisn entre la administracion del agente y el cambio clinic. Una dificultad muy especial para evaluar cémo es que la tenica psi- ‘coterapéutica per se contzibuye al cambio estriba en el hecho de que easi cualquier forma de psicoteapia produce un benelicio apreciable en cerca del 50% de los eas0s, dobido, parentemente, a las reacciones emocionales que los terapeutas evocan en los pacientes y que inhiben la ansiedad (Wolpe, 1958), Por lo tanto, cualquier téenica ppaticular debe ser mis efectiva, al menos en primera instancia, que el ctiterio referido para que puecla considerarscle con base en un fundamento empirico, EL 8 DEL PREFACIO A LA PRIMERA EDICION no observar esta regh puede Hevamos a la aceptacién indiseriminada de casi cualquier propuesta y devolwemos al caos previentifien de recetas del cual nos han sacado los prineipios teenolégicos moderos. Dos temas han destieado en las eriticas de quienes se oponen a la terapia ‘conductual. Una es la acusacidin de "mecanicista y antihumanista", Los dos adjetivos ‘generalmente se combinan como si se pertenevieran uno al otro, como la eara y Ia bburba. En la medida en que la terapia conductual se basa en mecanismos, es mecanieista. Pero nadie puede alimar, con justicia, que no es humanista. La idea de «que otros tienen ms compasion que el terapeuta conductual careoe de base real. La medicina interna no es deshumanizada cuando la penicilina reemplaza al sangrado ‘como tratamiento para las infecciones, y tampoco lo es la psicoterapia cuando el ‘condicionamiento sustituye a la asociacién libre. “Agradezeo a quienes me han ayudado en Ia parte literaia de Ia produccién de ‘este libro: la seftora Barbara Srinvasa, la sefiora Aviva Wan- deter y mi esposa: y a ‘ni viejo amigo y colegs el doctor LJ. Reyna quien, como tantas veves en el pasa, ha sido fuente de informacion y de ideas, indice de contenido Prefici a la terera edicién Del prefaio a la primera edicion cap 1 ap. 2. Cap. 3, ap. 4, Picoterapia: su cardeter y origen ‘Antecedenies histricos, 13. Una pespectiva historia, 15, El ‘desarrollo de una psicotempia con base experimental, 16. Sin- ‘dromes aprendids vs, sindramesfisopatologicos psiquitricos, 19. 1. Nestoss, 19,2, Otto hibios inadapatives ‘pures”apren- ‘dos, 20.3. Personalidad psicopstica (trastomo de personal ‘dad anisocial DSM-IID, 20. 4. Drogadiceion, 20.5. Conducta Jnadaptada aprendida de ios esquizotinicos, 1. Las manifes- tuciones de a neurosis, 22 Estimulos, respuesta, aprendizaje y la naturaleza de la ‘ogticion Estimulos y respuestas 25, Principios bisioos del aprendizaje y dela extincion, 26. FI papel del reforzamiento; 27. Extinion, 29. Lacognici6n en la conducta humans, 30.1.a ontologia de la cognicion, 31 Ptiologia de las neurosis Definicin de la ansiedad, 35, Como se adquiere el miedo, 37 Fliologia de los miedos newoticos, 39. Los miedos neroticos fundamentados en el condicionamiento clasico, 40, Los miedos ‘neurOticos fundamentados en la cognicion, 43, Disibucion de Josmicds condicionados y cognoscitivos, 45. Factores predis- pponentes, 46, Modelo experimental de ansiedad neurotic, 9. Simiitudesy diferencias entre neurosis experimentalesy clini= ‘eas, 52, Puede la tension neurolbgica product cambios durt- ‘deros en as eslulas nerviosis?, $4.» Mecenismos para la elininacin dela ansiedad neurdtiea ‘rcucida por condicionamiento clsico La resistencia de la conducta neurbtica a la estineibn, 55. La te rapia de las neurosis experimentales, 56, :Por qué es tan persis- lente la msiedad neurdtica?, 57, La inhibieton eciproca como 2s 35 38 10 INDICE DE CONTENIDO Cap. 5, Cap. 6. Cap.7. Cap. 8. ap.9. ‘mecanismo para la eliminacién de laansidad, 58, La inhibicion de lansiedad como condicién necesaria pura sa liminaci, 60. Inhibicion reciproca intrarrespuesta, 60. Inhibicin externa, GL." Inhibiciin condicionada directa, 61. _Inhibicién ‘ondicionada basada en inhibicién transmarginal, 62. Critica a ‘otras teorias de la eliminacion de la ansiedad clisicamente ‘condicionada, 2 —Extincién, 63. Habinuaciin, G4. Exposiciin, 64 Expectativa 65, Inctemento de las expoctativas de autoeficacia, 65, Alsi Conducted e general del anlisis Conductual, 68. El descubrimiento de las relaciones entre respestas y estimulos en la conducta, inadapada, 69. Historia del sujto, 72. Algunos ejemplos de en: ‘revista iniciles, 74 Procodimientos terapéticos cognosctivos _Preparaciin del fleet yal terapa Conducta 99. Mention de miedos en falta de informacion, 100. Para combatir miedos de forigen cognosctivo, 101. Bloqueo del pensamiento, 123. CCognoscitvismo: tna teoriaretrigrada de la werapia, 125. Hechos incompatibles con el enfoque cognoecitivo de la picoterapia, 12. Entrenamiento en asertividad Preliminares del entrenamiento en asertividad, 133. La conduc. ‘ion del entrenamiento en aertividad, 135. Fl ensayo Conductual, 110, Condiciones de supervvenca 143 Dessosbiizaiin sissies Ta historia de Ta desensbiizaion sizemia, 146, Enuncado ral del paadigmaa de Ia desensbiizacion, 18, La rekjacion {vonlar profinda como inhibiora de a arsed, 150. Cando utlzar la desensiblizaion sitemitice, 152. La tenica de la tsenublizacin stent, 153. Intedaciin de la Excaln de ‘Ansidad Subj (sa), 158, Enirenamiento en reljacin, 154 Lielaboracon de errs, 158. Algnos ejemplos de jar, 165. Un conjnto de Jorangion que hwolucran personas 165 eras ‘en orden descendente de ansiedad en la reaccion (usa), 1G Una vaiedd de jerarqus sobre ls temas de enfermetad dato, 166. Proodimiento de desensiblizacon: contrast fnsitad por medio de la alin inducida por la reljcn, 169. Gonsideraciones euanttaivas, 174. Algunosobsticon y apes, TI, Read dela desensibitizacion ssemaic, 185. Un esto linc 185, Eas contolados de reas, 188. Comentarcs Sobre cries recentesaladesersiblizacon stems, 191 asians dela desensibilzaiin sistemdtica Variciones trices at procedimiento: comin de. devensbiacion, 195. Ayuias mecinics para la deensbiizacon sistema, "196. Desensbiizadon en grupo 198, Altemativas de respuesta que ‘ontraponen ala asia para con estilo magna, 200. Tasrespestasevocadas pot el terapeut, 68 130 195 Cap. 10. Cap. Cap 12 Cop. 13. Cap. 14, Gp. 5. INDICE DE CONTENIDO 200. Sustiuios de a relsjacion, 201, Reguestas a fa esimulacion féécuica, 203. Respuesias evocadas por itmigenes induces vertulmente, 205, Respuesta de octvidad fsca, 2X1. Respustss rods pore alvin de la ngustia 212. Inhbicin famacologia de Ih ansad por meso dela ihalacion de bidxido de exxbono-cxigen 21d. Deseasiizacion a estinulos exteroceptives de ansiclod, 215 Desmsbilizacin inia215. Modelaniento, 218, -H tratamiento de respuestassesuales inhibidas El tratamiento de kt adeciacion sexual masculina, 221. Problems relatives a Colaboracion femenina, 229. Tos resultados de la terapia ‘condictual de respucstas sextales masculinasinbibidas, 290, £1 ‘watamiento de la inadecuacién sexual fernenina, 230. Inhibickin ‘general de la excitacion sexual, 230, Frigidez sinzacional, 38 HT usp de agentes quimicos para el descondicionamiento de la ansiedad “Administracén convencional de firmacos, 240, La reduccin de lt “nsiedad flotante con tuna combinacion de bidxido de carbono y foxigeno, 42. Fl uso de drogis para la reversion de condi- cionamientos expecifices, 246. Desensbilizacién sitemiica ‘maginaria con inhibidoresintravenosos de a ansiedad, 251 ‘Procedimientos que involucran la evocacién de ansiedad “Abreaccicn, 253. Saturacién. 256. Mecinismo de la terapia de ‘sturacidn, 262. Bvaluacién de la terapia de saturacién, 263. In tenciin paradjica, 264. “Métodos de condicionaiento operante ‘Reforzamiento positivo, 267. Reforzamiento postive implicito, 27), Reforzamiento negativo,273, Exincisn, 273. “Terapia aversiva Descripcion de téenicas, 279. Estimulaciin eléctrca, 279. Terapia aversiva para la aficcion a narcotics, 280. Terapia aversiva ‘mediante el uso de firmacos, 283. Sensibilizacin implicta, 285. Ourosagentes aversivos, 286. Algunes sindromes notables Depresién neurética, 289. Por qué el 20 tiene relacién con la depresin. 291, en ks (uuervendi de una arsed sever Gecornente pastel pr ations enn tain BH ‘ c ns nein Se s 2 fia de. cnr a stones : raahe ‘pxodacnla oe : de reals en mn 44 20 INDICE DE CONTENIDO 302, Agorafobia, 304. Variedades de agoratobia, 304. Investiga- ‘ion de resultados en agoralobia, 308. Tartamndeo, 310. Tras: tomes psicosométicos, 13, Asma, 314. Fipertensin arterial, 315, Migrafay jaquecas tensionales, 316, Reacciones gastroin- testinales, 17, Obsesiones y compuisiones, 318. Desviaciones| sexuales, 321, Neurosis de canicter, 323, Obesidad, 325. Algunos casos complejas ap 16. "Miedo a ls siniomas, 327, Pobiaa los automéviles, 332. Homo- 327 sevualidad, 339, Pedofiia homosexual, 343. Lavado compulsi- vo, 6, valuacén dela terapia Conducta ‘Cap. 17. Ls eriterios de cambio terapéatico, 350. Datos de los primeros tad resultados, 351. Datos de revalads nds recientes, 352 Apéndice A. Inventario de personalidad de Willoughby 359 Apindice B, Inventario de Willoughby revisado para autoadministracién ‘Apéndice C lnventarlo de miedos ae ‘Apéndice D. Escala de Bernreuter y clave para calificacién 388 Bibliograia 366 indice onoméstico 369 indice analitico 307 1. Psicoterapia: su caracter y origen La intencién principal de toda psicoterapia es eliminar, o por lo menos disminuir de manera significativa, patrones de conducta aprendidos que recurren de manera consistente y que son desventajosos para quien los eshibe, Las respuestas que se repiten una y otra vez ante condiciones-estimulo especifieas, se denominan hdbitos. Estos son, casi siempre, una combinacién de respuestas motoras, emocionsles y cognoscitivas, La mayoria de los hibitos aprendidos son adaptativos, es decir, satisfacen necesidades biolégicas 0 adquiridas, o evitan Iesiones, dolor o malestar. Pero tambien es posible adquirir hibitos que no son adaplativos, que tienen efectos contrarios al bienestar del organism, Por fortuna, éstos son poco comunes, pero algunas veces resultan ‘muy problematicos: son los problemas terapéuticos. Una eantidad considerable de estos hibitos inadaptativos son de origen emocional y por lo general involueran miedo. El miedo es el nlicleo de la neurosis, euyo tratamiento es el meollo de este libro. De esto se desprende que el conocimiento de los procesos de aprendizaje y extineién debe ser Ia fuente mas fructifera de métodes para eliminar hibitos inadaptativos, La terapia conductual esta basada en ese conosimiento: esto es lo que Ia distingue do las otras psicoterapias, La definicion formal de terapia conductual es: e] uso de prineipios © paradigmas de aprendizaje establecidos experimentalmente para la eliminacion de habitos inadaptativos. ANTECEDENTES HISTORICOS Hay muchos sistemas terapéuticos y eada uno de ellos se basa en una teoria distinta. La teoria de la terapia conductual es directa: los habitos inadaptativos pueden ser desaprendidos y Ia manera mis razona- 13 4 CAP. PSICOTERAPIA bie de lograrlo es basindose en el eonoeimiento de los provesos de aprendizaje, Los ‘erapeutas conductuales hacen muchas costs, algunas de las cuales —eomo obtener infommacion— se comparten con otras psicoterapias. Pero un terypeuta s6lo puede ‘decir que hace terapia conduc- tual cuando usa los métodos derivados de principios ‘establecidos experimentalmente, Tales métodos busean el deblitamiento y la elimi nacion de los habitos inadaptativos, el inicio y fortalecimiento de otros adapiativos, ‘ambos ala ve. E] término teragpia conductual que fue acuado por Skinner y Lind- sley (1954), debe su aceptacion general como r6tulo para una diseiplina terapéutica particular a Hans Eysenck (1960). Su principal ventgja sobre otros membretes con Jos que compitié aos atnis —"terapia del condicionamiento” y "psicoterapia ‘conductista'— es que fue mis aceptable para los clinicos, ya que los otros términos ‘eran mucho mis eereanos al laboratorio experimental, Oira venlaja ostensible fue «que la palabra conducta lama la atencién de los nesitos hacia lo que se coneebia ‘como el rasgo distintivo de esta psicoterapia: el uso de la eondueta para cambiar los hibitos. Sin embargo la conducta, sea de una clase o de ot, esti inevitablemente ‘mplicada en todos los sistemas de psicoterapia: generalmente es conducta verbal de diferentes clases, incluyendo conjuros, asociaciones libres o el “grito primario” ‘Damos por supuesto que las interacciones verbales pueden levar a otras conductas, ‘como serian las sugerencias © el seguimiento de recomendaciones. Asi, en retospectiva, el ténmino ferapia conductual fue una mala eleocion: rerapia del con- dicionaiento babeia sido mas distintvo y mas informativ. En fin, el concepto de terapia condustual esti ya bien establocido y tendremos que vivir con él, Lo podremos hacer con toda confianza si nos mantenemos vigilantes. Por una parte, debemos evitar la tentacién de aceptar como terapia ‘conductual cualquier método s6lo porque involucra alguna actividad o tal vez una actividad especialmente vigorosa, como seria correr (Orwin, 1973), Por otra parte, ‘no debemos exclu procedimientos cuyo efecto es prineipalmente eognoscitivo, con base en el juicio enréneo de que la cognicién no es una condueta “real”, Este timo ‘ecor ha propiciado el surgimiento de farsas como la "terapia cognoscitiva ‘conductual” (Beck, 1976). En las ediciones anteriores de este libro expresé el punto de vista de que hay luna similitud genérica entre la terapia conductual y ciertos tratamientos, ineluyendo cl psicoanilsis, en los cuales "la conducta, en si misma, se concibe como un agente terapéutico", y que todas éstas podrian quedar englobadas como "terapias ‘conductuales". Peto teniendo en cuenta lo que he indicado, de que no hay psicoterapia en le que no ocurra conducta, las presuntas terapias conductuales no ‘caen en esta clase por si mismas. Aunque todas las psicoterapias son, en un sentido ‘muy amplio, terapias conductuales, debemos especificar cuidadosamente qué es lo que distingue a la terapia conductual 1s UNA PERSPECTIVA HISTORICA La historia de la terapia conductual es, en general, la historia de la psicoterapia| «que, en sus prineipios, abared todas aquellas cosas que las personas hun hecho a través de los siglos para aliviar « otras personas de sus problemas emocionales. La :mayoria de estas actividades se han basado en creenciasreligiosas, en supersticiones © en teorias de influencia migiea. Slo euando dichas practicas se hasaron en principios consistentes, tomaron el eardeter de disciplinas psicoterapéuticas tal y ‘com las entendemos actualmente. EEL primer psicoterapeuta importante en este sentido fue Anton Mes- mer 2779), um médico austriaco que se trsladd a Pars. [I derive préctias terapéuticas de la idea de que la enfermedad emocional puede curse equilibrando el “magnetismo animal" del paciente, Para lograr esto, hizo uso de um dispositive de ‘varias y espejos al que Hams bae- quet. A continuaeién, un conjunto de pacientes rodcaban el bacquet y formaban un eirculo estrechando Sus manos, Mesmer hacia ‘una gparicién espectacular, vestido con ropas extravagantes y con su vara magnética cen la mano, con la que Jos tocaba a intervalos durante la sesibn. Este método, aun ‘cuando era muy apresiado por el publico, fue sometide a investigacion por un Comité (en el que participd Benjamin Franklin). En 1784 este Comité leg a unt conclusiin que descalificaba el procedimiento, pero esto no impidié que Mesmer ‘obtuviera muchos éxito terapeuticos bien documentados (Darnton, 1968), Aunque | teoria del magnetismo animal no se sometié a prueba cientifiea, los procedimien- tos de Mesmer levaron a las prcticas modemas de sugestion e hipnosis y a otros ‘modelos de control de la conduct verbal La sugestion implica generalmente el uso de palabras para despertarrespuestas| ‘mais deseables en una situacion donde los actos indeseables son habituales. EI éxito de este proeedimiento depende de que la respuesta sugerida eompita con la anterior y pueda inhibirla. La disminucion duradera depende de que el acontecimiento inhibitorio resulte en una inhibicion condicionada (wease ol cap. 2). El quo las pricticas rutinarias de Ia ipnosis como terapia no hayan tenido resultados impresio nantes de largo plazo puede deberse a que no han logrado que la respuesta sugerida se oponga de manera efectiva a aquello que se quiere eliminar ‘Un ejemplo muy antiguo del uso directo de respuestas compstitivas, cxtruordinariamente cereuno a alguns pricticas mis modemas, fue deseubierto por Stewart (1961) en un libro de Leuret (1946). Fl puciente era un comerciante en vvinos de 30 afios de edad, con una historia de 10 aitos de pensamientos obsesivos tan insistentes que lo ineapacitaban para llevar a eabo sus negocios. Desputs de admitir a este paciente en el hospital, Leuret le asigné tareas diarias de leer canciones, aprenderlas de memoria y reeitatlas al dia siguiente. La racion de comida dl paciente dependia de lo que hubiera aprendido. Este régimen se siguié durante seis semanas, logrindose que ls recitaciones de paciente mejoraran gra 16eaK |. PSICOTERAPIA, nuestros habitos favorecen nuestro bienestar. Sélo cuando algunos de ellos son significativamente desventajosos, intentamos cambios johieradas en el PRINCIPIOS BASICOS DEI LAEXTINCION APRENDIZAJE Y DE. Algunos lectores versin con extraieza que en este capitulo se trate primero daprendizaje que la cogniciin, pero ésta es la seeuencia co Le be Le _ya que como se ha dlemostrado, la cognicion esta basada en la pereepci6n, que es un producto del aprendizaje. El papel del reforzamientot EI reforzamiento es of proceso por medio del cual se adquieren muevas respuestas.y se fortalecen las aprendidas. Los. experimentos pavio-_vianos ‘demostraron dle manera significativa que el fortalecimiento del vinculo entre un cstimulo y una respuesta esté relacionado con una "recompemsa" como seria la alimentaciin que sigue a una particular secuencia estimulo-respuesta (Pavlov, 1927), La magnitud de la recompenst ¥ su relacién temporal con la seeuencit cestimulo-respuestasuclen ser decisivas en el establecimiento del vinculo funcional e incrementan la probabilidad de que el estimulo sea seguido por la respuesta. Hay abundantes pruchas de ello en gran cantidad de habitos motores ¥en algunos hihi ‘os auténomos (Pavlov, 1927; Skinner, 1953; Kimmel, 1967; Miler y Di- Cara, i imzigenese ideas también puede faciitarse Por medio de recompensas externas (Pavlov, 1955; Raz- ran, 1971). Los reforzauores extemos pueden ser dle muchas clases; Ia comida y ef suministro de fichas 0 elogjos son algunos dos mis conn Sin embargo, hay muchas instancias en que el aprenclizaje ocurre en ausencia de cualquier fuente evidente de reforzamiento externo, No se necesita un reforzamiento extemno para aprender en un diccionario que podium es el lugar en «donde se coloca un conferencisa, 0 que la palabra alemana para ciel es kimmel La mera presentaciin de ese par de simbolos en yuxtaposicion puede producir que 1 uno evoque de manera consstente al oft. ;Significa esto que no hay reforzamiento? En realidad, son fuentes internas de reforzamiento las que al parecer operan en exts ocasiones. Desde tiempo atris se sabe (Dale, 1937; Lloyd, 1946; véase también Eccles, 1975) que las secuencias estimulo-respuesta dependen de conexiones funcionales particulares que se han formad entre neuronas. Hace un cuarto de sigh demostré eémo un modelo neurokigico simple facilita y unifca ta conceptualizacion de muchas instancias y aspectos del aprendizaje (Wolpe, 1949, 1950, 1952, 1952a, 19526, 1953, 1958, pass. 6 a 31). El modelo esta basado en el supuesto de que el aprendizaje depende del desarrollo de una conductividad (funcién siniptica) entre neuronas cuyos extremos estn en oposicén, un supuesto para el cual existe ahora cvidencia impresionante (Culler, 1938; Olds et al.,1972; Olds, 1975; Woody y Engel, 1972). Los procesos involucrados en el desarrollo de una funcién sinptica cempiezan a definirse (Huttunen, 1973; Olds, 1975; Young, 1973, 1975) (véanse igs 37-38). * Gam parte des siguientes pins dee cat connen modticaciones dela obra de Wolpe (178), 28 caP.2, Es legitimo utilizar el conocimiento que se tiene hasta el presente como ‘marco de referencia para sugerir lo que podria estar ocurriendo en la sinapsis durante el aprendizaje, siempre que sea acorde con observaciones en el nivel cconductual Para empezar, podemos preguntarmos cdmo puede el reforzamiento externo influir sobre eventos © acontecimientos en la sinapsis. Como Hull (1943) dijo, tun rasgo comin a todos los reforzamientas extemos es que reducen la "pulsion” aquellos estados de exeitacién neuronal central que se deben ala cestimulaeién interna ocasionada por necesidades corporales como la privacion ‘de agua © comida— o por una estimulacién extema nociva muy fuerte, La fexeilacién neuronal central que rebasa cierto nivel de fuerza da lugar a una ‘actividad motora manifiesta, La redueeién de esta situaciGn (manifiesta por la disminucidn de la actividad) resulta del decrecimiento de la estimulacién indueida por Ia necesidad o de Ia remocién de la estimulacién extema, Tal parece que, de alguna manera, Ia seducciin de la estimulacion produce un ‘efecto de “pegamento" en los puntos aetivos de la sinapsis: las conductas ‘consuumatorias reales y las recompensas cerebrales estin eorrelacionadas con el ‘cose de las descargas de una “clase especial de neurona pulsional" (Olds, 1975, pags. 386 y 387) Puesto que todo reforzamiento extemo es una fuente de reduecién de pulsiones en la mayor parte, mas no en la totalidad del aprendizaje, debemos preguntamos acerea de otros mods de reduccin de pulsién que operan cuando tl aprendizaje ocurre en auseneia de un reforzamiento extemo, como en los ‘casos de aprendizaje cognoscitive que hemos meneionado antes. De hecho, ‘eada respuesta, aunque sea perceptual, puede estar correlacionada con alguna medida de excitacidn neuronal central que, como se dijo antes, reduce la pulsin al cesar. Aungue sea de una magnitud menor, hay un acontecimiento de Ja misma clase que la reduceisn de pulsién que sigue al alivio de una necesidad como el hambre. La fuerza del aprendizaje cognoscitivo naturalmente ‘aumentara si hay redueeién de las excitaciones eoncomitantes produeidas por tuna percepeion determinada. Por ejemplo, buena parte del reforzamiento del aprendizaje cognoseitivo ocurre cuando la percepeion obedece a la curiosidad (Berlyne, 1960). EL aprendizaje mejora a tal grado que llega a haber una cexeitacion secundaria ante estimulos pereibidos tales como el placer eststico que puede evocar la palabra cielo (Berlyne, 1961). (Tal placer es, por supuesto, cl correlato subjetivo de exeitaciones neuroma les en el locus del aprendizaje. ) Al parecer, estos reforzamientos de bajo nivel son la base del hecho de que ‘aprendamos continuamente a lo largo de toda nuestra vida, cuando registramos Jas secuencias de nuestra esperieneia. En el mero hecho de la experieneia hay una pulsién y. por lo tanto, la inevitabilidad de la reduecién de pulsion y del reforzamiento, ‘Aunque la reduccién de pulsién en el nivel conductual tal vez. sea el ccortelato mis comin del reforzamiento, un ineremento en la pulsia también puede tener ese mismo efecto, como lo aiestiguan los experi PRINCIPOS RASICOS 29 ‘mentos que demuestran que elevar el nivel de estimulacion es reforzante, por ¢jemplo, al aumentar la estimulacién luminosa (Hurwitz, 1956) 0 el dulzor (Sheffield y Roby, 1950), ¥ los que utilizan la estimulacién hipotalimica (Olds, 1962, 1963). Por esto es ereible que en Ia formacion de habitos cognoscitivos el reforzamiento pueda provenir de la excitacién que despierta la cognicién, 0 de lia reduccién de esta exeitacidn, o bien de ambas, Es de suponerse que de acuerdo con las cireunstancias, eualesquiera de éstas puede llevar a la interrupeion de descargas en lo que Olds [1975, pig. 386) llamd una clase ‘especial de neuronas pul- sionales. Extincién 1 “desaprendizaje" ha sido estudiado, por lo general, en el contexte del procedimiento Tamado de extincién experimemal, en el que una respuesta ‘aprendida es evocada repetidas veces sin consecuencias gratificantes. Esto resulta en el debilitamiento progresivo del hibito de respuesta ante ese cestimulo. Por ejemplo, la respuesta ante el sonido de la eampana que ha sido reforzada con comida, se debilita si la respuesta al sonido es seguida por la comida, y la condueta de evitacion en una situacién particular disminuye si no cs reforzada, por lo menos algunas veces, con el estimulo nocivo. Es claro que la ejecuecién de respuestas motoras tiene consecuencias que debilitan el hibito ‘operativo cundo no participa el reforzamiento. Hay pruebas de la participacién de dos procesos independientes en el desarrollo de la extincién experimental, Uno de los mecanismos de inhibieién reactiva es el que debemos a Hull (1963) ¥ esti asociado con la fatiga, para el cual propuse un posible mecanismo neurofisiolégico (Wolpe, 1958, pig. 27), Otro, que tal vez sea el de mayor poteneia, ¢s la eompetencia entre respuestas; con las respuestas de "frustracidn" {que eompiten con ¢ inhiben a la respuesta condicionada (Gleitman, Nackmias y Neisser, 1964; Amsel, 1962, 1972; Arastian, 1972) Los dos meeanismos anteriores se aplican prineipalmente a la extineidn de respuestas motors no reforzadas, que han sido de interés especial en los studios sobre condicionamiento operante. Pero hay muchas instancias de cextineidn que no pueden explicarse por la falta de reforzamiento, La extincién que manifiesta el olvido verbal no resulta de evocaciones no relorzadas de la respuesta global, sino de la excitacion de otras respuestas ‘verbales que compiten con aquella (véase, por ejemplo, MeGeogh, Mckinney y Poters, 1937), El proceso involuctado es, desde luego, la inhibieion reeiproea (Osgood, 1946, 1948), que probablemente también sea la base de los efectos de eestincion de 1a competeneia entre respuestas meneionadas y 1a base principal ppara el descondicionamien- to de la ansiedad (véase el cap. 4). Tambien vale la ‘ena Sefialar que en Ia terapia eonductual se Togra a menudo Ia eliminacién de Ta conducta 30 cap.2. indeseable sin la provoeacién no reforzada de la misma, Por ejemplo el anlisis cconduetual demosird que la condueta de eambiar las etiquetas de preeios que una mujer habia tenido durante 18 afios provenia de la ansiedad generada por la perspectiva de desprenderse de cualquier objeto de valor, y ese hibito fue climinado en forma duradera por medio de la desensibilizacion sistemitiea (véase pig. 498). En el tratamiento no intervino la condueta de cambiar etiquetas. Esa condueta ces6 porque se elimind la ansiedad que la antecedia. La inhibicion eactiva o la inhibiekin debida a una respuesta competidora (inhibicion reeiproca) son la base aparente de todos los ejemplos anteriores de debilitamiento de respuesta. En relacion con la eliminaeidin de respuestas auténomas inadaptativas condicionadas clisicamente, se verd (pigs 48 y siguientes) que hay otras fuentes de inhibicion de respuesta. Al parecer, la inhibicion de la respuesta es una condicién necesaria para el debilitamiento de cualquier habito, de la misma ‘manera que la exeitacion es necesaria para el condicionamiento, Por suptiesto, Io que cuenta es la excitacion neuronal; la inkibicién perifériea de las respuostas ‘museulares no impiden el eondicionamiento (Black, 1958), LA COGNICION EN LA CONDUCTA HUMANA. Nuestra percepciin de las cosas y de kas situaciones que nos rodan es, indudablemente, un determinante primario de nuestras acciones. La manera en ‘que reaccionamos a las sitaciones varia de aewerdo con la manera en que kas percibimos. En exte sentido, el "pensamiento” tiene un papel central en la corcdicG, humana. Sin embargo, el pensamiento obedece.a las mismas leyes "mecanicistas” que las demis conductas. No hay necesidad de invocar una centidad 0 un reino de actividades independientes. de los: mecanismos que controlan al organismo. Sihubiera est neces, Locke (1971) hubiera estado en Jo correct cuando (ljo que no era conductual el uso de, fas cogniciones en lt ‘erapia conduc- tual. No sélo el contenido momento a momento del pensamiento, sino esa misma fitcultad es, como se vert pronto, comprensible en términos ‘conductuas, ‘Un paso inicial necesario es demostrar que no es posible sostener Ia ereencia ‘popular de que los procesos cognoscitivos pertenecen aun dominio distinto del fisioligico ¥ que extin mas alli de las leyes biokigi- cas. Lo que have importante a «sta demostracidn es al hecho de que tal ereencia es funda entre personas muy influyentes ere campo con- duetual, los Hamados concctists cogrenci (po ejemplo, Bandura, 1984; Beck, 1976; Mahoney, 1977; Meichenbaum, 1975). Este «dominio independiente que ellos ereen que hace al hombre "parcialmente Obre” (Bandola, 1974, pig, 867) de la causalidad fisica es o que Ryke (1949) dentomind el fantasma de demeckgarer Ryle demostré que el fantasma es dl producto de un error que resulta de considerara Jes dferentes aspectos del mismo fenémeno como en LA COGNICION EN LA CONDUCTA HUMANA SI tidades distintas. EI dogma del fantasma de la miquina sostiene que "hay un ‘proceso fisico yun proceso mental: que hay eausas mecdnicas y causas mentales para los movimientos corporales" (pag. 22). Nadie encara nj resuelve el problema cde explicar e6mo un proceso no material puede tener efecto en el tejido nervioso, Tal probleme no existe euando lo fisico y lo mental se ven como funciones del sistema nervioso, Los siguientes pirrafos de Ryle cristaizan algunos de los puntos fun

S-ar putea să vă placă și