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Bosquejos Alexander

¿DONDE ESTÁN LOS JUAN EL BAUTISTA?

“Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo,
les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de
vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios
puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha
está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto
es cortado y echado en el fuego. Yo a la verdad os bautizo en agua para
arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de
llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”
Mateo 3:7-11.
Introducción

*Este es el comienzo del extraordinario ministerio del profeta Juan “El


bautista”, después de 400 años de silencio profético para Israel (desde
Malaquías no se había levantado profeta en la nación judía) aparece este
singular predicador de los desiertos, su ministerio y su mensaje se centró en dos
aspectos claros;

a) Llamar a su pueblo al arrepentimiento sincero para recibir al Mesías.


b) Preparar el camino y anunciar la venida del gran salvador de Israel.

Este evangelio confirma que la aparición de este extraordinario varón de Dios


era cumplimiento de las profecías del antiguo testamento (Isaías 40:3). Él fue
el gran precursor de la venida del Señor a la tierra. Su mensaje fue tan
impactante, profundo y estremecedor que multitudes venían a él, para oírlo
predicar, y miles se bautizaban en las aguas como símbolo de su
arrepentimiento.

¿Quien fue Juan el Bautista?

Juan fue hijo del sacerdote Zacarías y su esposa Elisabeth (ambos eran viejos y
ella estéril cuando lo concibió) nacido en un pequeño pueblo de Judea.
Desempeñó un papel muy singular a principios del ministerio de Jesús, preparó
el camino del Mesías. Cada evangelio proporciona información detallada sobre
el ministerio de Juan como un profeta, predicador y testigo en el desierto de
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Judea al este de Jerusalén, que culminó con el bautismo de Jesús en el río


Jordán.

Juan fue un predicador extraordinario, predicó el arrepentimiento y el bautismo,


fue un fuerte crítico de los fariseos y saduceos, profetizó de uno “más poderoso
que (él), cuyos zapatos no (fue) digno de llevar” (Mateo 3:11), y señaló a Jesús
como el “Cordero de Dios” (Juan 1:36). Lucas sólo, sin embargo, da detalles
del nacimiento de Juan y de su infancia

Algunos de los seguidores de Juan más tarde se convirtieron en discípulos de


Jesús, y parece que otros continuaron siguiendo a Juan (Juan 1:35-42; Mateo
11:2-6; Lucas 7:18-23). Juan el Bautista simboliza para nosotros el final de la
transición del Antiguo Testamento (o antiguo pacto) y el comienzo del Nuevo
Testamento (nuevo pacto). El tiempo de la Ley y los profetas había pasado, y el
tiempo del Mesías había llegado. Juan el Bautista, el último administrador legal
del pacto Mosaico, tuvo un pie en cada dispensación. Jesús lo reconocido como
uno de los más grandes de toda la histórica bíblica.

Presentación
Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la
soledad a nuestro Dios (Isaías 40:3).

Juan era la voz. La nación de Israel, hablando espiritualmente, era el desierto,


seco y estéril al igual que hoy en día en muchas iglesias que están secas y
desiertas por que escasea la palabra como en los tiempos de Samuel El joven
Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová
escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia (1ra de Samuel
3:1). Juan llamó al pueblo a preparar el camino del Señor arrepintiéndose de sus
pecados y enderezando Sus sendas eliminando de sus vidas todo aquello que
pudiese estorbar como deberíamos hablar en nuestros sermones predicaciones
mensajes de arrepentimiento El verdadero arrepentimiento, «de nada sirve si
produce sólo unas pocas lágrimas, un espasmo de sentimiento y un poco de
temor. Hemos de dejar los pecados de los que nos arrepentimos y andar en los
caminos nuevos y limpios de la santidad».
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Nosotros al igual hoy día como Juan preparo el camino del señor a el pueblo de
Israel lo hacemos para la venida de Cristo es decir el arrebatamiento los
creyentes deben buscar y esperar al que ama su alma, al gran novio, al Señor
Jesucristo (Salmo 42:1-2, Isaías 55:6, Mateo 25:1, Apocalipsis 22:) hasta que
lo encuentra como la iglesia encontrará al Señor en los aires cuando ocurra el
rapto de la iglesia al cielo como enseña 1°. Tesalonicenses 4:13-17, apocalipsis
3:10, Hebreos 9:28, el Señor levantará su iglesia para llevarla al 3°. Cielo,
luego del tribunal de Cristo comenzarán las llamadas “bodas del cordero”.

El atavío de Juan el Bautista estaba hecho de pelo de camello, pero no del suave
y lujoso tejido de pelo de camello de nuestros tiempos, sino del burdo paño de
un eremita. También llevaba un cinto de cuero. Era el mismo atavío que llevaba
Elías (2 Reyes. 1:8) y tal vez servía para llamar la atención a la similitud entre
la misión de Juan y la de Elías (Malaquías. 4:5; Lucas. 1:17; Mateo. 11:14;
17:10–12). Juan comía langostas y miel silvestre dando a entender que a un
siervo de Dios no lo sustenta nadie más que Dios, la dieta de subsistencia de
alguien tan entregado a su misión que las comodidades y placeres normales de
la vida quedaban relegados al olvido que diferente a los súper mega profetas y
apóstoles de hoy en día y no solo eso hoy en día tenemos todas las comodidades
para servir al señor y ni aun así lo asemos. Juan, un hombre que no se cuidaba
de ninguna de las cosas por las que generalmente vive la gente. Su entrega a las
realidades espirituales tiene que haber hecho conscientes a otros lo pobres que
eran espiritualmente. Su propia renuncia constituía un punzante reproche al
espíritu mundano de su época. Al igual que todos los verdaderos siervos de Dios
deben cuidarse de la mundanalidad para ser usados por Dios (Santiago 4:4) las
personas acudían en masa a oírle de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la
región de Transjordania a pesar de su mensaje duro radical tajante su palabra
llegaba hasta los huesos y sucedía que algunos de sus oyentes respondían a su
mensaje y eran bautizados por él en el Jordán, con lo que venían a decir que
estaban listos para dar toda su lealtad y obediencia al Rey venidero. En el caso
de los fariseos y saduceos la cosa cambiaba. Cuando fueron a escucharle, Juan
supo que no eran sinceros. Reconoció su verdadera naturaleza: los fariseos
profesaban gran devoción a la ley, pero interiormente eran corrompidos,
sectarios, hipócritas, impíos, erogantes ,sepulcros blanqueados, y pretendían
una justicia que no tenían ósea predicadores gatica predican pero no practican
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superficiales tenían apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella ; los


saduceos eran aristócratas sociales y escépticos religiosos que negaban
doctrinas básicas como la resurrección del cuerpo, la existencia de los ángeles,
la inmortalidad del alma y el castigo eterno ósea como los modernos
predicadores del amor queriendo ser mas bueno que Dios son los famosos
cariñositos que le golpean la espalda a los cara dura con sus predicas
prosperidad para mañana, piensa positivo, Dios es amor pero nada de fuego
consumidor. Por ello, Juan DENUNCIÓ ambas sectas como engendros de
víboras, que pretendían desear huir de la ira venidera, pero sin exhibir señales
de verdadero arrepentimiento. (Que falta de amor dirán algunos o poca ética)
Juan Les exhortó a que demostrasen su sinceridad dando frutos dignos de
arrepentimiento.

Ultimas palabras

Juan el bautista. Fue muy valiente ¿Quiénes son los valientes que vigilan,
cuidan y velan por la casa del Señor?; “quien cuida la higuera comerá su fruto,
y el que mira por los intereses de su Señor, tendrá honra” Proverbios 27:18.
Termino diciendo que para un verdadero soldado no existe mayor privilegio y
orgullo que morir con gloria”. ¿Seria para ti un privilegio morir, que te difamen,
pelen, calumnien, por la causa de Cristo? De los cobardes no se cuentan
historias, solo de los valientes (O’Higgins, Simón Bolívar, San Martin, etc.)
Leemos el capítulo 11 de Hebreos y nos encontraremos con la galería de gente
de fe, todos ellos valientes y no cobardes, leones y no gallinas.

Hoy en día al ver tantas herejías, falsos movimientos sectarios, falsos profetas,
falsos apóstoles, y maestros debo decir ¿donde está Los Juan el bautista? esos
hombres valientes que están dispuestos a dar la vida por decir la verdad.

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