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Carla Antonella Cossi nació
en la ciudad de Villaguay,
Entre Ríos, Argentina.
Es Licenciada en
Antropología Social, egresada
de la Facultad de
Humanidades y Ciencias
Sociales de la Universidad
Nacional de Misiones,
Argentina en 2011.
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Memorias familiares del
exilio paraguayo
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Carla Antonella Cossi
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Cossi, Carla Antonella
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ISBN
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A todas las familias exiliadas que, quedándose en nuestra tierra,
le dieron su trabajo, su empeño, su vida esforzada y le devolvieron
a nuestra sociedad, con creces, aquella hospitalidad primera.
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Agradecimientos:
A todos los integrantes del Equipo CEDAPPA, por su apoyo y acompañamiento constante.
A Gisele Rudaz, “Lunga” para los amigos, por permitirme compartir con todos su arte.
A todas las familias que atravesaron la difícil situación del exilio, y en especial a cada uno
de mis entrevistados, por la cantidad de horas que me dedicaron dejándome entrar en sus
hogares, por los documentos que me facilitaron y por las historias que conmigo
compartieron.
A todos mis amigos, los que se fueron o son de lejos y los de acá nomás… porque de una
u otra forma siempre están.
A mis hermanos, Ukay, Octavio, Donatella y Renata, por estar siempre presentes y a mi
lado.
A mis abuelos, Chaquita, Chito y Tinti, quienes desde siempre respondieron a mis
constantes preguntas, y a Elba, donde quiera que estés.
A Dani, por su compañerismo y por creer en que algún día terminaría esta investigación.
Y finalmente a todos aquellos que de una u otra manera han colaborado con este trabajo.
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Presentación
“El camino del exilio es un camino sin retorno, porque nunca más se encuentra a la
patria en el mismo lugar donde se la dejó. Y el exiliado acaba por exiliarse de sí mismo”.
(Bartomeu Melià: 1988).
Con esta publicación se realiza una reparación histórica a las personas o grupos de
personas que fueron puestos fuera de las fronteras de su país de origen, debiendo
permanecer en territorio extranjero contra su voluntad, por razones de índole político-
ideológica.
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La frecuencia del exilio en este periodo permite considerarlo como una política de
Estado para la reducción del adversario político. La persecución fue explícita por razones
político-partidarias con preeminencia de la acusación de ―comunista‖ o ―contrera‖ para
quienes se oponían activamente al régimen. Entre éstos se incluyen tanto la cúpula militar
adversaria y sus seguidores –conformada por muchos veteranos de la guerra del Chaco
(1932-1936) – como los empleados y funcionarios públicos que se negaran a afiliarse al
Partido Colorado, que comprende la dirigencia, los militantes y simpatizantes de los
partidos opositores –especialmente las organizaciones juveniles de base– de los partidos
Liberal, Revolucionario Febrerista, Comunista y Colorado disidente.
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Finalmente esta publicación viene a contribuir a unos de los objetivos
fundamentales de la Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación cual es, la difusión
de las Conclusiones y Recomendaciones del Informe Final de la CVJ en cuanto a lo que
exilio se refiere, analizando la situación de la colectividad paraguaya, fundamentalmente en
el exilio argentino, así como también los alcances y las consecuencias que esta situación de
violación de los derechos humanos ha tenido sobre la población afectada, los distintos
niveles de secuelas que ha producido sobre las víctimas directas e indirectas, la consecuente
fragmentación familiar, tanto de familias nucleares como también de la familia ampliada.
El exilio fue y sigue siendo una grave violación de los derechos humanos, tanto en
el sentido de la imposibilidad real de reinserción de quienes han sido víctimas por cuanto
las condiciones sociales y culturales no están dadas, ni existe aún una política pública
impulsada desde el Estado Nacional tendiente a la facilitación de la misma, como también
en cuanto a la no menos real condición de temor aún vigente en quienes fueron víctimas
directas, debido a la situación de impunidad de quienes han sido responsables de tan graves
violaciones. Esta situación última puede ser considerada una de las determinantes a la hora
la decisión de retorno, pues aún no existen garantías plenas y la alta posibilidad de
revictimización contribuye a desincentivar cualquier deseo de retorno.
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Prologo
Una casual y feliz circunstancia me puso en contacto con las entrevistas de Carla
Cossi, publicadas en el 2008 por la Universidad Nacional de Misiones como Informe de
Investigación. Fue en el primer cuatrimestre del año 2009, cuando el equipo de la
Asociación Paraguaya de Estudios de Población, del que yo formaba parte como
coordinador y redactor principal, preparaba el Informe Nacional de Desarrollo Humano
para el Sistema de Naciones Unidas en el Paraguay. El informe fue publicado a fines de ese
año con el título ―Ampliando horizontes: emigración internacional paraguaya‖.
Nuestro equipo redactor había realizado algunas entrevistas pero, por el corto
tiempo del que disponíamos para elaborar el informe, y por la propia naturaleza del
documento en el que las historias de vida eran solo un complemento, no pudimos llegar a
muchas más personas, las que, por otra parte, eran familiares de emigrados viviendo en
nuestro país o emigrados ya retornados.
Fue entonces cuando le pedí autorización para incluir algunos de esos reportajes en
el informe de Naciones Unidas, a lo que ella accedió generosamente. Este es el antecedente,
y el ningún mérito mío, para que me haya pedido prologar su libro que es el resultado
completo de su investigación de tesis, con la cual ha obtenido su licenciatura en
Antropología Social.
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alguno de mi parte, pero tratando de ser fiel a la responsabilidad que conlleva prologar una
investigación de tal profundidad y tan entrañablemente antropológica como la que ha
realizado Carla Cossi.
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Y, sobre todo, constituyen un repositorio documental invalorable para el
conocimiento de esa época desdichada de la historia paraguaya que las nuevas
generaciones, que no la vivieron en carne propia, deberían consultar para comprender la
magnitud del drama que antecedió al cambio político de 1989 en nuestro país.
Desde esa perspectiva, la investigación que aquí se ofrece constituye una evidente
contribución a la historiografía paraguaya, pues ―con hechos sociales y con hechos
individuales que tienen proyección social trabaja el historiador, y ese es el primer sendero
que transita para reconstruir una realidad total o parcialmente extinguida‖, como enseñaba
el venerable maestro Sergio Bagú en las aulas de la Universidad de Buenos Aires de aquel
entonces.
Pero además, la investigación de Carla Cossi tiene un gran valor como aporte
antropológico a los estudios demográficos de la emigración. Para quien no concibe la
demografía como disciplina meramente matemática o estadística y la considera una rama de
la antropología, como propuso hace ya varias décadas Alvaro Vieira Pinto en su obra El
Pensamiento Crítico en Demografía, esta investigación expone aspectos profundamente
humanos de las razones de la emigración, más allá de los motivos que generalmente se
recogen en los estudios estrictamente demográficos.
Esta ha sido una de las motivaciones principales de una gran parte de las corrientes
de emigración paraguaya desde los años cuarenta hasta finales de los ochenta. Y los propios
investigadores de la demografía que incursionaron en el campo de la migración como
especialidad de sus estudios, debieron presentar con cautela las causas de esa emigración
mientras el régimen político totalitario estuvo vigente, ante el riesgo de exponerse a un
destino similar al de los emigrados por razones políticas.
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Cossi expone con bastante información y detalle el contexto político que actuó
como determinante del exilio paraguayo, examinando con profundidad cada uno de sus
pasos en los tres capítulos que componen el trabajo: desde la dolorosa pérdida de la tierra
natal, pasando por el obligado oficio de ―rearmar la casa‖ en el exilio, hasta el momento
crucial de las decisiones que deben tomarse ya en pleno ejercicio de la libertad.
Esos nuevos proyectos de vida no están tampoco exentos de las vicisitudes políticas
y económicas que se producen en el país de acogida. La obligada inserción laboral que los
desterrados deben asumir y las relaciones que tienen que entablar en un escenario diferente
al de sus orígenes, el pesar por los hijos que nacen o crecen en el exilio, los contenidos de
la información y la educación que reciben en el país de destino, los peligrosos lazos que
establecen entre sí los gobiernos de un lado y otro de la frontera en ciertos momentos del
proceso político que se vive en esos años, determinan un estado de tensión permanente,
aunque distinto del que se experimentaba en el terruño natal, y que hay que enfrentar y
resolver desde una nueva perspectiva: la del ―extranjero‖.
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exiliado se imbuye de un compromiso vital con su país, al cual se mantiene vivencialmente
ligado, iniciando o intensificando una militancia activa o pasiva de resistencia al régimen
que le ha arrancado de sus pertenencias más valiosas: su tierra, su paisaje, su familia, sus
amistades, su cultura. Esta situación de ruptura es bien descrita por la autora que aplica el
enfoque de los tres estados de un ―ritual de pasaje‖, sugerido desde la Antropología
Simbólica por Víctor Turner.
Esa actitud general y unánime, dice Yampey, ―sustenta toda la dinámica adaptativa
y confiere al desplazamiento el carácter de expatriación o de exilio y no de emigración". En
esa situación, los exiliados pasan por tres etapas: una es la de "estar de paso", "vivir a
medias en el país en que se encuentra" y alentar la permanente idea y preparación para el
retorno; la segunda se presenta cuando la idea del regreso ya no se perfila muy "inmediata",
el anhelo de volver sufre merma y es pospuesto debido a la circunstancias adversas del
regreso por las condiciones políticas o económicas que no se han modificado en el lugar de
origen; y la tercera, que han vivido muchísimos compatriotas en la Argentina, es la
resignación definitiva al desarraigo, la aceptación del nuevo ámbito existencial, a veces
signado por un sentimiento de duelo e impotencia. "En la faz
individual o social, este proceso concluye en la superación creadora [del
exilio] o en el fracaso y la esterilidad".
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Por otro lado, las memorias que recoge la autora de esta investigación no son las del
exiliado o la exiliada en singular. Son las ―memorias familiares‖ del exilio, con lo cual toda
necesidad de especificidad de género queda obviada, pues en el entorno familiar del exilio
paraguayo que estudia Carla Cossi, están representados, sin discriminación alguna, los dos
géneros y las muchas generaciones que vivieron por igual la experiencia del destierro.
Protagonista hombre o mujer, esposa o esposo, hija o hijo, padre o madre, abuela, abuelo,
tíos, tías, parentela extendida, toda ella se ve afectada por el drama de uno cualquiera de sus
miembros castigado por el exilio.
Aún más, según se acumulan casos concretos con la llegada de nuevos desterrados,
se va tejiendo una red de solidaridad que actúa desde un pasado que se pierde en la bruma
del tiempo y que acoge, protege, apoya y brinda sostén a cada nuevo miembro de esa
corriente ininterrumpida de ―expulsos‖ que, como una factoría tenebrosa, produce
ininterrumpidamente el régimen totalitario del Paraguay.
Como en las tragedias del antiguo teatro griego, estas memorias familiares tienen
una resonancia coral que dan al relato de las individualidades el peso de las vivencias
colectivas de toda una comunidad, y no solo de los que trasponen las fronteras para buscar
refugio, sino también de quienes han quedado en el país sometidos a un ―exilio‖ interior,
obligados al silencio o al recato en sus opiniones y actos, dado el carácter omnipresente de
los aparatos policiales de control, delación y represión montados por el régimen político
totalitario.
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aunque ya no por las causas originales que motivaron su exilio. Y si bien muchos se han
arraigado e integrado definitivamente a la sociedad que los acogió en su momento, no hay
duda de que en todos ellos, y en especial en la generación de las personas mayores que
abrieron el camino del exilio, palpita todavía ese ―anhelo por las cosas o personas que no
están presentes‖ y ese dolor que produce ―el deseo del regreso a casa‖, que es lo que
conocemos como ―nostalgia‖. Esa que motiva a tantos compatriotas emigrados a visitar ―su
valle‖, siquiera sea por corto tiempo, durante fiestas y conmemoraciones tradicionales de
nuestro país.
Es así como las revelaciones que surgen a medida que se avanza en los capítulos de
esta investigación, van creando la trama, no de un relato de ficción, sino de la historia
escrita por estos protagonistas plurales, enlazados entre sí por vínculos reales y vigentes,
tanto en la memoria que los rescata del pasado, como en un proyecto común compartido
por largo tiempo: recuperar la patria perdida a la fuerza y ser recuperados por ella cuando
ella, a su vez, sea recuperada de su ultraje.
Así llega, al fin, el fin de un sueño que estuvo latente en tantas familias paraguayas
exiliadas durante tantos años Un sueño que, en su momento, desde una vena literaria, un
poeta español exiliado, Rafael Alberti, expresó en versos dedicados a otro poeta exiliado, el
paraguayo Elvio Romero, como un vaticinio:
la Libertad contigo
regresará cantando‖.
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Un sueño que Carla Cossi ha logrado develar por medio de un profundo buceo
antropológico en los escenarios y procesos que llevaron a millares de hombres y mujeres
paraguayos a vivir forzados en la orilla opuesta de su patria, en una investigación que
merece ser integrada al acervo bibliográfico de nuestra historia demográfica, política y
cultural, en este Bicentenario de la Independencia Nacional.
Hugo Oddone
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Índice
Introducción____________________________________________________________ 21
El problema __________________________________________________________ 24
Antecedentes del tema _________________________________________________ 27
Apartado metodológico ________________________________________________ 36
Capítulo I: “Empujados al exilio. La tierra perdida” ___________________________ 39
Contexto socio histórico del exilio paraguayo ______________________________ 40
La dominación interna _________________________________________________ 42
La dictadura de Stroessner y los exiliados paraguayos _______________________ 49
El contexto internacional _______________________________________________ 51
Empujados al exilio ____________________________________________________ 52
Capítulo II: “Rearmar la casa, la vida en el exilio” ____________________________ 60
Rompiendo lazos: la separación del grupo _________________________________ 62
La otra orilla: aceptación de la nueva condición y reorganización de la vida ____ 65
Condiciones de género y exilio ___________________________________________ 70
Condiciones de inserción y redes de solidaridad ____________________________ 72
Discriminación y persecución en el exilio __________________________________ 76
Capítulo III: “La disyuntiva” ______________________________________________ 89
Años ´80, la crisis del régimen __________________________________________ 90
La caída ____________________________________________________________ 104
El retorno de la democracia ____________________________________________ 107
La disyuntiva de los exiliados __________________________________________ 110
Reflexiones Finales _____________________________________________________ 122
Sobre el exilio _______________________________________________________ 122
Sobre las formas de las memorias del exilio _______________________________ 125
Sobre las negociaciones familiares acerca de las memorias del exilio __________ 128
Síntesis Final ________________________________________________________ 138
Bibliografía ___________________________________________________________ 141
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Introducción
Así, partir de estas memorias, intentaremos conocer cuáles fueron las condiciones
materiales a las que estas familias se enfrentaron tras la fractura producida por la diáspora y
su reconstitución en el exilio, indagar cómo se desarrolló su nueva vida cotidiana y cuáles
fueron los cambios y la adecuación de roles que se produjeron al interior del grupo para
adaptarse al nuevo escenario del exilio en la Argentina.
Estas memorias del exilio se encuentran atravesadas por las representaciones que,
desde el presente, construyen las personas y los grupos según sus posiciones diferenciadas
por las dimensiones de género, edad y roles que debieron cumplir, tanto al interior del
grupo familiar, como en su relación con otros exiliados en el contexto mayor de la sociedad
que los acogió en su nueva residencia.
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La presente investigación fue realizada con la dirección del Dr. Roberto Carlos Abínzano y la Dra. Elena
Kraustofl, para obtener el grado de Licenciatura en Antropología Social en la Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, Argentina.
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El recorte temporal de esta investigación se circunscribe a los relatos construidos en
la actualidad sobre las vivencias y experiencias protagonizadas por los exiliados
paraguayos en Posadas, Misiones, Argentina, a consecuencia del régimen stronista (1954-
1989) y la Revolución de 1947 en el Paraguay. Este amplio recorte se debe a que el
régimen fue variando en sus características, a nivel político, económico y social, tanto en su
política al interior del país, como en relación con la comunidad internacional: en algunos
momentos predominó la persecución política, en otros el exilio masivo y en otros los
intentos de golpes revolucionarios, aunque frecuentemente estos momentos confluyeron e
incidieron en el desarrollo de la vida cotidiana en el exilio.
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La ciudad de Posadas –capital de la provincia argentina de Misiones-, ha sido desde la época jesuítica un
punto estratégico en la región, por su posición geográfica y su topografía. Situada a orillas del río Paraná, se
eleva sobre el Cerro Pelón que tiene una vista privilegiada del entorno y permite controlar un área importante
de las actividades en el río Paraná. Fue ocupada alternativamente por argentinos y paraguayos. Nació como
destacamento militar ―Trinchera de los Paraguayos‖, durante la Guerra de la Triple Alianza (…), se estableció
primero el ejército brasileño y luego el argentino. Una vez desalojados los paraguayos, se asentó
definitivamente el destacamento militar argentino (http://www.misiones. gov.ar).
22
Mapa del área fronteriza Posadas-Encarnación3
3
Imagen obtenida de Ñandeva, Programa trinacional de artesanía: En website:
http://nandeva.org/home_new2/programa.php?l=es
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Es importante considerar que, tanto el contexto socio-político y económico que
produjo el exilio de la población paraguaya como el del país de acogida, sufrieron grandes
cambios, aunque el régimen de Stroessner se perpetuó durante 35 años abarcando gran
parte de la segunda mitad del siglo XX, que se caracterizó por ser un período de gran
agitación en el que las pautas culturales de la sociedad en general fueron variando
notoriamente, incluso al interior del Paraguay.
El problema
Las primeras inquietudes sobre el tema objeto de este trabajo, me surgieron a partir
de las tareas que realicé entre 2006 y 2008 en el marco del proyecto de investigación en el
que me desempeñaba como auxiliar. Durante esos años, el Proyecto4 se constituyó en
Unidad de Toma de Testimonios a las víctimas de exilio para el Informe de la Comisión de
Verdad y Justicia del Paraguay5. Por entonces, el equipo me encomendó dos tareas
complementarias, acordes a mi rol: trabajé en el archivo del periódico local ―El Territorio‖
seleccionando notas periodísticas sobre los exiliados paraguayos en la Argentina, desde
1957, lo que me permitió informarme sobre episodios tan diversos como la aparición de
4
Proyectos HANUIN VII y VIII de la Secretaría de Investigación y Posgrado de la FHyCS-UNaM dirigido
por el Dr. Roberto Carlos Abínzano.
5
En adelante CVJ.
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cadáveres en las costas del Paraná, solicitadas, episodios políticos o bailes de carnaval de la
Casa Paraguaya de Posadas, y me hizo conocer la cotidianeidad del exilio, sus inquietudes,
sus problemas, sus proyectos de retorno.
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Con estas preguntas iniciales, complejas, contradictorias y desordenadas, inicié la
formulación de las preguntas que guiaron esta investigación: ¿Cómo se estructuran las
memorias de las familias paraguayas sobre su exilio en la Argentina; y qué distinciones
operan para que algunos elementos del relato se instalen como fruto de consensos
familiares, en tanto que otros introducen la diferenciación interna en las memorias
grupales?
Nuestra hipótesis sostiene que las memorias familiares como bloques homogéneos
son sólo un relato construido por el delegado o mandatario, en términos bourdianos, que
instala su memoria como la memoria de todo el grupo familiar que, para ello, le ha dado el
poder que le autoriza a hablar en nombre del grupo, aunque esta delegación haya sido
producto de una fuerte negociación interna (Bourdieu, 1984). Se trata, entonces, de una voz
y una memoria ―autorizada‖ por la familia que se presenta al investigador, que diluye las
conflictividades y tensiones y contribuye a la presentación de la familia frente a un ‗otro‘.
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A los efectos de ordenar y comparar las diferencias, tomaremos como eje
transversal la disyuntiva regresar-permanecer que atravesaron estas familias con el retorno
de la democracia al Paraguay en 1989, los elementos materiales y simbólicos
predominantes y las tensiones internas del grupo familiar en la construcción de la
posibilidad/imposibilidad de retorno a su país.
Una definición como esta esconde fenómenos muy diversos. Las migraciones
pueden darse de manera pacífica y voluntaria, como es el caso de aquellas personas que se
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trasladan en búsqueda de una mejor calidad de vida, pero otros desplazamientos como el
que se analiza en esta investigación, se dan de forma agresiva e involuntaria; los mismos
pueden ser producto de catástrofes naturales (inundaciones, hambrunas) o sociales, como
los provocados por las guerras, revoluciones, dictaduras.
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paraguayas se prioriza también los aspectos cuantitativos de la cuestión de las remesas
económicas y las implicancias socioculturales para el país, ocasionadas por la ausencia de
las mujeres y los jóvenes. (Carrón, 2008).
Todos estos estudios han sido una importante fuente de datos sobre diferentes
aspectos abordados en esta tesis.
En líneas generales son muy pocos los trabajos que se han realizado respecto de la
problemática de los migrantes latinoamericanos hacia la Argentina, principalmente de
paraguayos. Esto es así aun cuando la inestabilidad política en el Paraguay siempre tiene
como actor involucrado a la Argentina, en cuanto país al que se dirigen aquellos que, tras
los conflictos, quedan fuera del poder. Esto, entre otros motivos, según Gerardo Halpern
(2006) obedecería a la manera en que se dio la construcción de la nacionalidad argentina,
bajo el mito del ―crisol de razas‖ y de la épica de los migrantes europeos. Dentro de este
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relato fundador de la nacionalidad argentina, los migrantes de países limítrofes ocupan un
segundo plano.
Las reflexiones sobre el impacto social y cultural de situaciones que causan un gran
estrés y traumas colectivos, como los sistemas autoritarios y la represión política y social,
son abordados actualmente desde un campo teórico llamado "memoria colectiva" el cual da
una mirada más amplia que la propuesta por los estudios de los impactos psicológicos
individuales de las violaciones a los derechos humanos.
Consideramos que la memoria colectiva puede ser entendida como una ―ambición
de la memoria‖ por la que los miembros de un grupo producen y reproducen una memoria
supuestamente común a todos.
Sara Makowski (2002) hace una distinción entre las memorias en el plano
individual, las cuales son una suerte de estado afectivo que aparece como un recuerdo en el
relato que contribuye a ―suturar el presente del pasado‖. En cambio las memorias en la
esfera pública pueden reificar ciertos sentidos sobre el pasado, potenciar olvidos o bien
generar un trabajo de recodificación del pasado con vistas a una mayor democratización y
extensión de una cultura de los derechos humanos. Lo interesante para esta investigación
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del planteo que hace Makowsky, es que la memoria inscribe lo social y a la vez cimienta al
sujeto.
Más allá de las razones políticas y la condición jurídica de los paraguayos exiliados
en la Argentina, me interesa explorar la memoria de las familias exiliadas, en tanto “núcleo
social fundamental en el que el ser humano nace, crece y se desarrolla”, en cuyo seno se
preservan y transmiten los valores y tradiciones, sirviendo así de enlace entre las
generaciones (Manrique Solano, 1998: Pág. 495-508)
Todo el proceso del exilio se dio en un contexto en el que los miembros de las
familias nucleares que lograban salir de su país –principalmente cuando se trataba de
mujeres con hijos pequeños y esposos perseguidos o muertos-, fueron acogidos por otros
miembros de la familia extensa que se habían exiliado con anterioridad. Hecho que generó,
en la vida cotidiana, una convivencia de varios fragmentos de familias nucleares bajo un
mismo hogar, en condiciones de precariedad, compartiendo y colaborando en las tareas del
hogar, la economía y demás aspectos de la convivencia, no exenta de conflictos y
situaciones difíciles.
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Parentela: expresión coloquial que refiere a la familia extensa.
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En un estudio del equipo CODEPU/DIT-T (1989) sobre exilio chileno, señalan que
se ha observado con frecuencia que tras el exilio, una vez que se modifica la organización
familiar y las relaciones se vuelven menos autoritarias, debido a que la reasignación de
roles requiere una mayor participación de la mujer en la actividades laborales no
domésticas, actividades políticas y actividades solidarias, avanza su nivel de independencia
respecto del hombre. Sin embargo, también han podido comprobar que cuando este proceso
no se ve acompañado por un desarrollo simultáneo del hombre, se producen importantes
tensiones, debido a que la mujer ya no acepta las formas de relación autoritarias y
desiguales anteriores, causando una mayor cantidad de rupturas de parejas provocadas por
la situación de exilio.
Otra distinción relevante para este estudio es la que establece Ana Cecilia Alfaro
(1999) entre Trabajo Productivo, que usualmente genera ingresos e incluye la producción
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de bienes y servicios para el consumo o venta (agricultura, pesca), y el Trabajo
Reproductivo que incluye el cuidado y mantenimiento de la unidad doméstica y de sus
miembros, así como la gestación y el cuidado de las/os niñas/os, la preparación de
alimentos, la recolección de agua, las compras de provisiones, los quehaceres domésticos y
la atención de la salud familiar. Este tipo de trabajo, desarrollado históricamente por las
mujeres, no es considerado como tal en la sociedad y no tiene asignado un valor de cambio
socialmente reconocido.
Para Candau (2001), las memorias familiares son memorias cortas que no se
remontan mas allá de dos o tres generaciones, los ancestros alejados de nosotros por apenas
algunas generaciones se confunden en una masa anónima (Candau, 2001: Pág. 137).
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Esta guerra enfrentó a dos de los países más empobrecidos del subcontinente, implicando un desastre
poblacional para la economía y la política de Paraguay, aunque la necesidad de Bolivia de tener una salida
hacia el atlántico a través del Río Paraguay fue una de los principales argumentos, muchos analistas afirman
que esta guerra se debió a los enfrentamientos de empresas petroleras por conquistar el suelo chaqueño, rico
en yacimientos petrolíferos que pueden ser explotados con cierta facilidad a un costo reducido. En esta Guerra
hubo una importante colaboración de Argentina hacia el Paraguay, motivada por la defensa del capital
argentino ligado al británico, que se encontraba en el Paraguay desde el final de la Guerra de la Triple
Alianza.
Finalizada la misma, se resolvieron las disputas por las fronteras nacionales, no solo entre Paraguay y Bolivia,
sino también con Argentina. Los resultados fueron sumamente críticos debido a que, si bien el Paraguay
resultó vencedor, perdió una numerosa cantidad de tierras, lo que deriva en una multiplicidad de conflictos
internos que produjeron la Revolución de Febrero de 1936. Esta revolución se ubicó como el fin del estado
oligárquico, pero lo que se inició como un avance en las luchas de las clases populares por sus
reivindicaciones tras la guerra de Chaco, derivó en algo inclinado hacia el fascismo europeo (Sosa, 2010).
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Antes de la guerra, el Paraguay poseía una importante autonomía política y económica respecto del resto de
los países de la región y de las formas de colonialismo que estaba atravesando América Latina. Tras esta
disputa en la que intervinieron Argentina y otros países, que tuvo como resultado la eliminación del 65% de la
población con la que Paraguay contaba en ese momento, además de la pérdida de numerosos recursos
económicos y territorios. Según Efraín Cardoso (Citado en Halpern, 2006) de 1.300.000 habitantes,
sobrevivieron solo 300.000, en su mayoría mujeres y niños. Tras este genocidio, el país pasó a ocupar el lugar
de una de las economías más atrasadas y empobrecidas de América Latina. Luego de tamaña pérdida de
población, se produjo una alta concentración de tierras que, sumado a su mediterraneidad territorial tuvo
como resultado un crecimiento desmesurado en la desigualdad social, tanto internamente como respecto de
los países que lo rodean. Tras esta guerra, la penetración política del Brasil y la hegemonía económica de
Argentina marcarán las disputas internas del Paraguay hasta la tercera década del siglo XX. Para 1870 el 98%
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La transmisión de las memorias familiares posibilita la adhesión de sus miembros a
un sistema capaz de garantizar su perpetuación y se alimenta de una memoria de larga
duración, que utiliza los soportes más diversos: los papeles de la familia, los lugares y el
paisaje que rodean la propiedad, pero también los múltiples auxiliares de los recuerdos
íntimos: objetos considerados antiguos, árboles plantados en ocasión del nacimiento o de la
muerte de algún ancestro, mantillas antiguas guardadas, películas y fotografías familiares,
sepulturas, itinerarios, etc., los cuales tienen la vocación de fijar el pasado y contribuyen al
mantenimiento y a la transmisión del recuerdo de datos fácticos. Se está entonces en
presencia de pasados formalizados que van a limitar la interpretación de lo ocurrido y
pueden constituir una memoria ―educada‖, incluso ―institucional‖, y por lo tanto,
compartida (P.J. Geary. 1996. pp. 46, 55 y 138, Citado en Candau, 2001).
Hallwachs (2004) dice que el conjunto de recuerdos que comparten los miembros de
una misma familia, participa de la identidad particular de la misma. Pese a los diversos
intentos de fijación de esta memoria, la búsqueda identitaria revuelve y reformula
regularmente los linajes mejor asegurados, haciendo jugar permanentemente a la
genealogía naturalizada (referida a la sangre y al suelo) y a la genealogía simbolizada
(constituida en la referencia a un relato fundador). El autor relaciona las memorias con ―el
pensamiento social‖ resultante de la transmisión de recuerdos y de olvidos, (Hallwachs,
2004: Pág. 269). Pero la memoria puede fracasar y romperse la transmisión, como sucede
con muchos exiliados que no creen poder ser creídos por sus hijos y cuyos hijos no tienen
el coraje de escuchar.
de las tierras estaba en manos del estado, pero tras el final de la disputa se tuvieron que vender sus activos
para la posible reconstrucción del país quedando incluidas en las subastas poblaciones enteras, pasando
muchas a manos de capitales argentinos, por lo cual se fortaleció la dependencia del país. Parte de los
requisitos para la compra de tierras consistía en que se debía comprar como mínimo media legua cuadrada,
por lo cual los compradores modestos quedaban fuera, al igual que los pobladores paraguayos arruinados por
la guerra, permitiendo la entrada masiva de especuladores extranjeros, lo que derivó en el latifundio y la
formación de importantes terratenientes, dando lugar a la aparición del mensú (Halpern, 2006; Sosa, 2010).
34
pasado. Es por esto que la extensión de la memoria, su profundidad, o incluso la naturaleza
del linaje privilegiado en ocasión de la construcción de esta memoria, varían
considerablemente según el ambiente (Candau, 2001: Pág. 135).
En cuanto al mito, el último componente del relato, Enríquez señala que todos
vivimos bajo un mito imaginario cuya función es dar coherencia a un grupo; el mito es una
35
guía en todos los aspectos de nuestra vida, es la religión, la clase, la familia, la etnia, etc. En
el discurso, el narrador trata de desmitificarlos y desmitificarse, para de-construirlo y de-
construirse a sí mismo, para poder proveerse de algo de originalidad.
Los modos en que distintos hechos, con el tiempo son reelaborados e interpretados
en la memoria, producen la convergencia de equívocos, invenciones y olvidos donde se
reconstruyen escenas imaginarias. Esta reconstrucción no es arbitraria, responde a intereses
y deseos del narrador ya que, la memoria colectiva, entre otras funciones, cumple la de
curar heridas abiertas y producir un relato concebible de la experiencia humana (Arellano,
2009).
Apartado metodológico
36
Se entiende el campo, en términos de Guber (2004), como esa porción de lo real
compuesta no sólo de los fenómenos observables sino, además, por la significación que los
actores le asignan al entorno y a las tramas que éstos involucran.
37
como para poder trabajar una problemática de relación inter-étnica por fuera de las formas
clásicas y dominantes de abordar esas cuestiones.
El Capítulo I está destinado a dar cuenta del contexto socio histórico y político que
desencadenó el problema social abordado, sus efectos traumáticos desde la perspectiva de
sus víctimas directas y las razones por las cuales dicho problema es considerado por la
Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay, como un delito de lesa humanidad.
En el Capítulo III confrontamos estas memorias del exilio con las memorias de la
disyuntiva: quedarse o regresar, que se les presentó en un momento histórico dado.
38
Capítulo I: ―Empujados al exilio. La tierra perdida‖
39
Contexto socio histórico del exilio paraguayo
En efecto, desde la ―Guerra del Chaco‖ (1932 – 1935) –en la que, habiendo vencido
a Bolivia el Paraguay entregó parte de la región del Chaco mediante el tratado definitivo de
―Paz, Amistad y Límites‖, sospechado de fraude, traición y corrupción- las insurrecciones
militares, los golpes de Estado y los gobiernos autoritarios se sucedieron durante más de
una década9, hasta que en 1947, tras el frustrado ―Levantamiento de Concepción‖, el bloque
colorado de las Fuerzas Armadas, bajo el gobierno de Higinio Morínigo y su gabinete
cívico militar, decretó Estado de Sitio y envió al exilio a casi el 80% de los oficiales
liberales y febreristas10 (CEPAG y Blanch, 1996).
Con el exilio masivo de los opositores políticos civiles y la purga de las Fuerzas
Armadas, la disputa por el poder se estableció casi exclusivamente al interior del Partido
Colorado11, pero los enfrentamientos, golpes de Estado y derrocamientos no cesaron y
nuevos contingentes de opositores políticos al interior del propio Partido Colorado,
pertenecientes a sus distintas facciones, partieron también al exilio.
9 Ocuparon la Presidencia del Paraguay: el febrerista Rafael de la Cruz Franco Ojeda (1936 – 1937); el liberal
Félix Paiva (1937 – 1939); el liberal José Félix Estigarribia Insaurralde (1939 – 1940); el militar Higinio
Morínigo Martínez (1940 – 1948). (Fuente: Tribunal Superior de Justicia Electoral del Paraguay).-
10
Se conoce como ―febreristas‖ a quienes protagonizaron el golpe o revolución de febrero de 1936,
posteriormente convertido en Partido Revolucionario Febrerista.
11
Tras el fin de la presidencia de Morínigo en 1948 se sucedieron, mediante golpes militares y designaciones
interinas, seis presidentes pertenecientes al Partido Colorado: Juan Manuel Frutos Escurra del 3 de junio al 15
de agosto de 1948; Juan Natalicio González Paredes, del 15 de agosto de 1948 al 30 de enero de 1949;
Raimundo Rolón Villasanti, del 30 de enero de 1949 al 26 de febrero de 1949; Felipe Benigno Molas López
del 27 de febrero de 1949 al 11 de septiembre de 1949; Federico Chávez Careaga del 11 de septiembre de
1949 al 5 de mayo de 1954 y Tomás Romero Pereira del 8 de mayo de 1954 al 15 de agosto de 1954 (Fuente:
Tribunal Superior de Justicia Electoral del Paraguay).
40
El faccionalismo que se instala en el Paraguay como sistema político, crea un patrón
de reciprocidad totalizador y obligatorio que introduce a los individuos en una relación de
tipo personal y subsidiaria, afianzada por lazos solidarios de reciprocidad informal, con una
fuerte identidad de grupo cuya práctica predominante es el conflicto ritualizado entre las
distintas facciones que, no obstante, responden y se identifican todas con un único líder
(Caniello, 1995).
En 1954, lo que parecía un golpe más en el seno del Partido Colorado, instaló en el
Paraguay una de las dictaduras más prolongadas de la historia del continente, organizada
en torno a la figura del general Alfredo Stroessner (1954 – 1989), quien suprimió las
garantías constitucionales, prohibió los partidos políticos y ejerció una dura represión con
el apoyo del Ejército y el Partido Colorado12.
Con el ascenso al poder del General Alfredo Stroessner llega a su fin un prolongado
período de inestabilidad política que va desde 1947 a 1954, cuya principal característica fue
la sucesión de golpes de Estado llevados a cabo por facciones del propio Partido Colorado
o ANR (Asociación Nacional Republicana) y sectores militares afines al mismo.
12
Entre 1954 y 1967 gobernó bajo la vigencia de la Constitución de 1940, establecida por el General José
Felix Extigarribia, y ese último año promulgó una nueva Constitución que permitía su reelección inmediata
como presidente por dos períodos más, pero en 1977, una enmienda constitucional estableció la reelección
indefinida del cargo de presidente.
41
La dominación interna
Stroessner mantiene su hegemonía por los siguientes treinta y cinco años, por medio
de la estabilización de la dominación política en el terreno de lo ético y de lo cultural, tanto
en las relaciones entre diversos grupos insertos en los aparatos del Estado, como en ―la
práctica social de los sectores subordinados enfrentados al status quo... La hegemonía lo
que construye es una verdadera comunidad de valores, una voluntad colectiva”
(Portantiero, 1999, Pp. 187).
13
Según Lewis (1986) entre 1954 y 1960, el Paraguay recibió de los Estados Unidos de América 30 millones
de dólares (Citado en CEPAG y Blanch, 1996). Entre 1953 y 1961, el total de ayuda de Estados Unidos, más
los préstamos otorgados por instituciones internacionales controladas por ese país, alcanzaron 53,2 millones
de dólares (USAID, 2008: 54). Entre 1962 y 1965, mediante el programa de cooperación americana para
América Latina, denominado ―Alianza para el Progreso‖, la dictadura paraguaya recibió 40 millones de
dólares en ayuda directa la que, junto a préstamos de las agencias internacionales ligadas a los Estados
Unidos, sumó casi 80 millones de dólares (USAID, 2008: 56, 186).
14
Estas dos instituciones poseían el control total del Estado y de la sociedad a través de la persecución
política, eliminando y excluyendo e incluso aniquilando cualquier foco de oposición y lucha.
15
Antes de la caída del régimen, en 1989, Stroessner intentó sin éxito delegar la presidencia en su hijo
Gustavo Stroessner.
42
El Partido Colorado fue en el Paraguay, históricamente, un partido hegemónico en
tanto ejerció la dirección política, intelectual y moral del país, mediante una combinación
de consenso y coerción, debido a que la clase dominante sólo pudo ejercer su poder durante
tantos años a través de una combinación de coacción y consenso que le permitió, además,
imponer su visión del mundo (Portantiero, 1999).
Una de las estrategias de permanencia del régimen dictatorial fue la creación de una
fachada democrática. Inmediatamente después de su golpe de Estado en 1954, Stroessner se
hizo validar en el gobierno mediante elecciones presidenciales fraudulentas en las que se
presentaba como candidato presidencial único, por el Partido Colorado, resultando
obviamente ganador por el resto del período presidencial de Federico Chávez, a quien había
derrocado con su golpe militar.
43
los exiliados y de la existencia de miles de presos políticos, sin proceso judicial y sin
posibilidad de control real.
16
Véase http://www.tsje.gov.py/resena_historica_electoral.php)
44
influencia de Brasil sobre el Paraguay creció enormemente a la vez que se consolidaba el
papel que Estados Unidos ocupaba en la región.
El segundo período se da entre los años 1974 y 1981 y se caracteriza por un rápido
crecimiento económico, producto de dos factores: la construcción de la represa de Itaipú; y
el aumento de la producción agrícola en un período de altos precios internacionales.
Durante esta etapa el Paraguay se convirtió en la economía con mayor crecimiento del
hemisferio, además se dio un fuerte crecimiento en el sector de la construcción y en las
exportaciones agrícolas pero, a su vez, todo esto generó inflación y como los salarios no
tuvieron el mismo ritmo de crecimiento, se produjo una creciente distribución desigual de
los ingresos. En este período se combinaron el crecimiento económico, la polarización
social y la concentración de la riqueza. Con la construcción de Itaipú aparecieron nuevos
grandes empresarios vinculados al Partido Colorado o a cargos políticos o militares,
quienes acumularon riqueza y poder que mantienen hasta la actualidad.
El tercer período es el que va desde el año 1981 hasta 1989, durante el cual se marca
una aguda contracción y estancamiento debido a la terminación de la construcción de la
represa de Itaipú y la caída de los precios internacionales. El período se caracterizó
principalmente por una importante recesión y desaceleración del crecimiento de la
economía. Desde el gobierno se apuntó a frenar el impacto provocado por el fin de Itaipú,
con la construcción de la represa de Yacyretá. Pero los cambios políticos sufridos en
Argentina, los problemas en el financiamiento, los retrasos en los contratos, además de la
corrupción, hizo que el proyecto se retrasara, empeorando aún más la situación debido a
que se produjeron sucesivos periodos de inundaciones y sequías que tuvieron como
resultado la disminución de la producción agrícola y su sumaron a la recesión existente en
45
Argentina y Brasil, con fuertes devaluaciones en sus monedas, lo que redujo la demanda de
las exportaciones paraguayas.
46
de tierras y expulsión rural, provocada por la apropiación ilegal de las mismas por parte de
militares, miembros y dirigentes del Partido Colorado, provocando un excedente
poblacional que tuvo como resultado el desplazamiento de miles de militantes de los
partidos Comunista, Liberal, Febrerista y algunos sectores democráticos del propio Partido
Colorado, como el MOPOCO (Movimiento Popular Colorado) que también fueron
perseguidos.
La Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay estima que, a lo largo del régimen
stronista, 20.090 personas fueron víctimas directas de violaciones a los Derechos Humanos
como detenciones arbitrarias o ilegales, torturas, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales,
desapariciones, exilios, violencia sexual y de género, delitos contra la propiedad, entre
otros. Sumando las víctimas directas a sus familiares o allegados, el número de quienes se
vieron de alguna manera involucrados asciende a 128.076 personas.
Tras la expulsión de los opositores y los principales dirigentes del Partido Colorado
que no se alinearon con el régimen, el control de la población se desarrolló mediante la
renovación indefinida del Estado de Sitio que habilitaba el control, la persecución y
47
prohibición a los demás partidos políticos y, en la práctica, permitió la ejecución de todo
tipo de hechos violatorios a los Derechos Humanos.
Los medios voceros del régimen eran principalmente el diario ―Patria‖, radio
Nacional (del gobierno) y el programa ―La Voz del Coloradismo‖ transmitido diariamente
en cadena de radios.
48
momentos de inflexión política, se presenta como la alternativa para regenerar la sociedad
(―la reconstrucción nacional‖) y conjurar hipotéticos peligros internos y externos. Por esto,
este tipo de gobierno suele presentar algunos elementos de culto a la personalidad, de
adoración y adulación al líder carismático en la sociedad o la política.
Pero lejos de terminar con el hecho mismo del exilio, la relación entre la dictadura y
sus exiliados continúa por décadas. En efecto, el régimen continuó desacreditando en forma
permanente a los exiliados, a través de propaganda, medios de comunicación y discursos.
Esto se debió a la cantidad de exiliados asentados en zonas de frontera que presionaban por
el retorno, por lo que el régimen se sentía amenazado y temía un apoyo de la población a
sus familiares y vecinos expulsados. Apoyo de la población que, de hecho, sucedió en
49
varios de los intentos armados17 que los exiliados organizaron en la frontera, con el objetivo
de retornar a su país:
“… tengo registro que íbamos a la oficina del señor Montanaro, que le veía
llorar a mi mamá, que todos los días iba a suplicarle por la libertad de mi papá. De
ahí, íbamos a todos los lugares donde podíamos ir a pedir por la libertad de él, a
los Comités de Iglesias, Arzobispos, con la señora Carmen Lara Castro, y formaban
comisiones… Era ir… y siempre a verle a mi mamá llorando… porque donde
conversaba sobre el pedido de libertad de mi papá, pedía suplicando y llorando...
Una vez fuimos a radio Ñandutí, junto a Humberto Rubín y Arturo Rubín, a pedir
por la libertad de mi papá, me hicieron hablar a mí al aire… que era chiquitita”
CA, exiliada en 1964. 18
“Mi familia que quedó en Encarnación nos apoyaba… tal es así que yo me iba con
mi hijo que tenía 8 meses, y le mostraba así… le alzaba en la vereda de la guardia,
frente a una ventana que daba a las celdas y dice que… eso me contaba… ya mi
esposo, que eso escribieron en un libro también… que mi esposo lloraba cuando le
veía a su hijo que yo le alzaba para que lo vea… y todos los compañeros lloraban
junto con él por esa impotencia que él tenía ¿verdad? NM, exiliada junto a su
esposo e hijos en 1960.
Según Almada (2008) bajo el régimen stronista tuvo lugar una de las primeras
aplicaciones en Latinoamérica de la Doctrina de Seguridad Nacional de la Escuela de las
Américas, que luego articuló sistemáticamente a las dictaduras del continente. Por este
motivo, para los paraguayos no tendrá el mismo impacto de novedad que para el resto de
los países, el denominado ―Operativo Cóndor‖ llevado adelante por las dictaduras del Cono
Sur (Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay), con el apoyo de la CIA y los
Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980, consistente en el seguimiento, vigilancia,
detención, interrogatorios con apremios sicofísicos, intercambio de prisioneros entre los
17
Los exiliados paraguayos en Argentina y, en particular en la zona de frontera (Misiones y Formosa)
gestaron y llevaron a cabo varios emprendimientos armados con la intención de derrocar a la dictadura y
regresar a su país, particularmente durante las décadas de 1960 y 1970. Entre las innumerables
organizaciones, se destacan -por su grado de desarrollo y sus incursiones armadas: el Movimiento 14 de Mayo
(1959 – 1961), el FULNA Frente Unido de Liberación Nacional (1961), el PORA Organización política
revolucionaria Armada (1962).
18
Entrevista realizada por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay. Material inédito.
50
países y desapariciones forzadas o asesinatos de personas que se consideraban subversivas
al orden instaurado o, contrarias al pensamiento político e ideológico implantado por estos
regímenes.
“yo tenía un prima, acá en Posadas… que me dice… hay una fiesta del
partido liberal en el exilio… era un tipo de fiesta en el que va toda la familia… y
entramos a la fiesta, mi papá, mi mamá, mi tía, mis primas todos juntos… Bueno, la
cuestión es que me dicen para presentarme para reina y yo que… con 15 años ni le
pregunté a mi papá… había que vender unos votos y así se juntaba plata para el
partido ¿no? La cuestión es que yo andaba vendiendo… mi prima y yo éramos
candidatas a reina con otras chicas… te imaginas a esa edad uno no mide las
consecuencias del peligro, antes de que mamá diga que no, yo ya había subido y mi
prima me siguió… en esa época se elegían las reinas vendiendo unos bonos, y uno
le ofrecía a la gente y la que más vendía, terminaba ganando. La cuestión, es que
salí ganando yo… y en el diario “El Territorio” aparece mi nombre como reina del
partido liberal en el exilio. Yo me quedo unos días más en Posadas, porque eso era
habitual, nosotros íbamos y veníamos solas nomás porque además mi tío tenía
lancha… La cuestión es que cuando cruzo, no me dejan ingresar a Paraguay, y me
dicen señorita… desde este momento usted está detenida” GB, exiliada en 1975.
El contexto Internacional
19 Voz guaraní cuya traducción literal es ―pata con pelo‖, alude al delator como un perro, pero también ―pata
de pluma‖ en alusión a quien pasa desapercibido en sus pasos, ambas para referirse a los agentes de
inteligencia encubiertos.
51
documentación, flexibilizando la política de frontera rígida. Prometió además, formular una
declaración de principios por la cual se consideraría a los ciudadanos paraguayos con los
mismos derechos y garantías que los argentinos, tal como ya se había hecho con los
ciudadanos chilenos, evitando que estos migrantes que contribuían con su fuerza de trabajo,
tuviesen dificultades provocadas por las leyes y reglamentaciones migratorias (Halpern,
2006: Pág. 105). Pero, sólo un año y medio después de la llegada de Stroessner al poder,
Perón fue derrocado y se asiló en Asunción.
Raúl Alfonsín, quien gobernó en Argentina desde 1983 hasta 1989, buscó separase
del gobierno de Stroessner, calificándolo como dictadura y denunciando abiertamente las
violaciones a los Derechos Humanos producidas por este régimen, lo cual significó para la
militancia paraguaya en Argentina una alianza política clave.
Empujados al exilio
52
del coloradismo que se oponían a este gobierno de facto, como era el caso de los
ciudadanos pertenecientes al MOPOCO (Movimiento Popular Colorado):
El principal motivo del exilio fue la persecución política provocada por el Estado y
por su aparato represivo (policías, gendarmes, militares, etc.). Ésta, se daba de diferentes
maneras y en diferentes grados, pero principalmente por medio de la persecución laboral, la
apropiación de bienes, las privaciones de la libertad, las torturas y el hostigamiento físico,
moral y psicológico. Además, se convirtió en una práctica habitual el pedido de sobornos y
los tratos crueles, inhumanos y degradantes hacia las víctimas y familiares por parte de las
fuerzas de seguridad, logrando muchas veces cercenar la capacidad de resistencia desde el
interior de la misma ciudadanía.
53
vez que estuvo preso lo maltrataron muchísimo y dijo entonces: -yo dejo y me voy a
la Argentina- Y se casó con su novia y se vino, pero resulta que vino y otra vez al
poquito tiempo estaba en la misma, con la causa…” ES, esposa de un comerciante
exiliado.
No hacemos una distinción entre exilio económico y exilio político como dos
tipologías diferentes, debido a que la persecución durante el régimen stronista se dio en
ambos campos. No solo se le redujo a la población las libertades de expresión, sino que
además, se les hizo sumamente difícil mantenerse o conseguir empleo, principalmente en
los organismos públicos, sin la afiliación al Partido Colorado, sumado al sistemático pedido
de sobornos y la apropiación de bienes, entre otros delitos contra la propiedad:
20
Entrevista realizada por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay. Material inédito.
54
En el plano ideológico, el régimen anuló a gran parte de la ciudadanía, acallando
cualquier tipo de crítica y reclamo popular. A tal punto que se impuso desde el oficialismo
el slogan: “ser colorado es la mejor manera de ser paraguayo” (CVJ, 2008). Todo esto se
logró a través del terror ejercido hacia un importante número de personas, produciendo el
amedrentamiento en el resto de la ciudadanía, imponiendo el sistema de delación y otras
formas de lograr sumisión y complicidad en la sociedad:
21
Entrevista realizada por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay. Material inédito.
55
muy controlado ¿y qué hizo? Bueno, a prepararse para irse…” AG, hija y esposa
de exiliados paraguayos.
“Mi mamá fue convocada a la comisaría y ella tenía un tío que era coronel
o teniente… ahí inmediatamente a ella la dejaron, no querían que nadie le haga
una sola pregunta, le avisaron a él y ahí le dejaron, él mandó a decir que era una
orden de arriba… que a la señora fulana de tal, no se la moleste de ninguna forma.
Eso fue en Encarnación, pero el coronel estaba en Asunción… porque ahí
inmediatamente… mamá… cuando le pasó eso…por protegerle a él (a mi papá) no
contó nada, pero sí sabía adónde estaba, sabía que papá se había venido a la
Argentina porque… por ese problema… Entonces ella enseguida le hizo avisar a
una pariente: - decíle al tío Fulano que me están teniendo en este estado, que
quieren que yo cuente dónde está mi esposo y yo no voy a contar… yo no sé… yo
estoy acá cobijando a mis hijos y nada más. Ella era muy fiel a su esposo…
entonces ella prefería cualquier cosa pero que su esposo esté bien… Y entonces ahí,
inmediatamente le dejaron tranquila… pero si no tenía este pariente podría haber
56
sido molestada… pero no sé hasta qué punto… AMB, exiliada junto a sus padres en
1956.
La familia en general jugó un papel muy importante para los perseguidos políticos,
no solo de acompañamiento, sino también de lucha por la libertad de los mismos, a quienes
sistemáticamente se les negaba información sobre el paradero de los detenidos:
Muchísimos niños y adolescentes también aparecen entre las víctimas del régimen.
Algunos niños fueron tomados prisioneros junto a sus padres, permaneciendo por varios
días en los calabozos. En estas condiciones de detención junto a adultos, presenciaron los
tratos crueles y degradantes proporcionados a sus padres y demás prisioneros y vivieron el
terror que ha producido una profunda fragmentación en sus vidas:
22
Entrevista realizada por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay. Material inédito.
57
Nosotros fuimos liberados pero mi padre está desaparecido hasta hoy” Entrevista a
YR, Archivo CEDAPPA, 2007.
En algunos casos sus padres desaparecieron y los niños fueron devueltos a sus
familiares, pero en otros casos fueron enviados a instituciones y entregados a terceros con
fines de servidumbre y criadazgo; otros más fueron acogidos por las iglesias en el exterior,
perdiendo todo contacto con sus familiares, así como también su identidad y muchos más
fueron víctimas ellos mismos de humillaciones, torturas y abusos sexuales:
Sin lugar a dudas, el factor decisivo en la perpetuación del régimen fue su extensión
en el tiempo, lo que le permitió operar en todos los planos (material, ideológico, político,
social y cultural) con el objetivo de someter a una población que resistía el autoritarismo:
“…Vos tenés que ver la dimensión total, este fue un proyecto que… no
podemos implantar una política económica porque cuatro años no sirven, eso lo
sabemos nosotros, los demócratas y los dictadores, para que vos puedas modificar
algo, para bien o para mal necesitas más tiempo… matar primero a los militantes,
impedir que tengan hijos a su vez y que se reproduzca ese germen de la revolución
¿no es cierto? Y adormecer a través del miedo a tres generaciones… porque recién
ahora es un despertar… pero cuantos años ya pasaron…” FB, hija de Exiliados.
El exilio resulta de este modo, el corolario de una serie de hechos violatorios a los
Derechos Humanos que se extiende en el tiempo y adquiere gravedad, en tanto la persona
se resiste a abandonar su país y sus pertenencias. La apropiación indebida sistemática de los
58
bienes de los perseguidos políticos, sustenta la hipótesis de la motivación primordialmente
económica del exilio como práctica de persecución política (CVJ, 2008).
59
Capítulo II: “Rearmar la casa, la vida en el exilio”
60
En este capítulo nos proponemos abordar las ―memorias del exilio‖, basadas en los
datos trabajados a partir de las entrevistas realizadas con los protagonistas paraguayos
expatriados. A los efectos del análisis observamos el proceso del exilio retomando las ideas
de Turner23 en su análisis de los ritos de pasaje en sociedades ―simples‖, pero que pueden
encontrarse en cualquier tipo de sociedad.
La referencia que el autor hace a “estados”, tiene que ver con un término mucho
más amplio que status o que oficio, la transición entre los mismos es observada desde tres
fases:
La tercera fase se da cuando el paso se ha consumado ya, cuando el sujeto del rito
alcanza un nuevo estado y adquiere derechos y obligaciones de tipo estructural, claramente
23
Turner, 1999:103-104.
61
definidos, en el que se espera que se comporte con ciertas normas de usos y patrones éticos.
Se lleva a cabo en este momento una re-agregación en un nuevo lugar de la estructura, con
un nuevo status y nuevos conocimientos adquiridos en el pasaje.
62
“Cuando volví al Paraguay para hacer mi servicio militar, en el regimiento
me dijeron que yo no podía ascender para nada, porque no era colorado, nunca iba
a ascender a nada… tenés las puertas cerradas en todos lados y ahí ya vine con mi
señora, ahora finada y nuestra primera hija que es paraguaya… y la trajimos de
chiquitita. Vinimos los tres, recién nacida digamos, y ya un amigo nos esperaba y
nos dio una mano…” TOV, exiliado en reiteradas oportunidades, por última vez en
1959.
“… nosotros teníamos una casa muy buena allá, que vendimos, pero no
alcanzó para comprar nada acá…” NG, exiliada junto a su esposo en 1962.
Esta separación inicial produce un estado liminar, ―el cruce‖ como un punto de
inflexión sumamente importante dentro de las narrativas de los exiliados. Marca un quiebre
en la vida de estas personas, por lo cual la modalidad del mismo ocupa un momento central
en el relato de las memorias de los entrevistados.
“…y ahí… esa mañana, en medio del río… cuando cruzamos yo juramenté: que yo
iba a volver a Paraguay, pero iba a volver a un Paraguay libre, libre de ataduras, libre de
torturas, libre de… un Paraguay libre” AC, hijo de exiliados de 1947, miembro de un
movimiento armado.24
Muchos niños salieron al exilio con sus padres, con familiares o vecinos y hasta
solos:
“mi padre huyó con lo puesto, se vino solo, nosotros no sabíamos dónde
estaba… después, con el tiempo, se vino mi madre junto a él y mis tres hermanas
quedaron en Encarnación con una tía. El problema es que la más chiquita no tenía
documentos y era muy arriesgado intentar sacarle del Paraguay… hasta que mi tía
24
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
63
arregló con el lanchero y… les cruzó a Posadas a las tres… la mas chiquita vino
escondida en el maletero de la lancha” TV, niña exiliada junto a su padre en 1959.
“Mi madre, que ya falleció, siempre contaba en casa cómo ella vino a vivir
a Montecarlo. Una noche allanaron su ranchito en la costa del Paraguay, buscando
a su padre. Había policías por todos lados, sus padres huyeron y corrieron al
monte, y ella… que tenía nueve años y cruzaba todos los días para venir a la
Escuela de Frontera de acá de Montecarlo… era la mayor de cinco hermanitos…
corrió a la costa y se subió al bote con todos su hermanitos y en medio de la noche,
cruzó el Paraná. Llegó acá y…. ¡no sabía qué hacer! Se fue a la escuela con sus
hermanitos y esperó que amaneciera… le contó a su maestra lo que había pasado y
ella les llevó unos días a su casa…” GM, hijo de niña exiliada paraguaya.
El ―cruce‖ se ubica en las memorias en un tiempo mítico, fuera del tiempo ordinario
y fuera del espacio habitual. Resulta significativa la reiterada referencia ―al río‖, al agua, a
ese espacio cuya sustancia es diferente a la firmeza del suelo de su patria, a la que no
aluden sino hasta salir de ese espacio liminar que se expresa como “llegar a la otra
orilla”:
25
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
64
La otra orilla: aceptación de la nueva condición y reorganización de la vida
“y todos vinimos a la otra orilla del río, teniendo esa hermosa casa allá…
en un hermoso pueblo, tuvimos que venir a vivir acá toda la vida… en la costa del
río, nos llenábamos de agua hasta por el techo.” TV, niña exiliada en 1959.
Entre los planteos iniciales, incluso previos a la salida de su país, está la gran
pregunta de ―dónde ir‖. Los principales países que los exiliados paraguayos eligieron
fueron Argentina, Brasil y Uruguay, sobre todo por la cercanía y la urgencia con la que
debieron escapar de la persecución, así como por los contactos que tenían tras la frontera.
Si bien numerosos países de Europa fueron lugar de refugio de exiliados paraguayos,
principalmente España, en su gran mayoría los perseguidos políticos no poseían las
condiciones materiales necesarias para llegar hasta allá:
“Para ir a España o a cualquier lado de Europa, o por ahí, vos tenías que
tener un buen ingreso ¿qué no van a venir a Argentina?… si muchos eran jóvenes,
como nosotros, que ni trabajo tenían, así que lo que es la frontera… está minado de
paraguayos, el interior lo que es, la costa del Paraná, Piray, Montecarlo, Puerto
Rico, todo, todo… y acá los primeros profesionales fueron paraguayos, acordáte
que esta provincia es joven, muy joven, hace poco cumplió cincuenta años, ellos
tienen una historia muy rica…” CG, su marido se exilió en 1959.
65
La frontera argentina siempre fue el lugar adonde escaparon todos aquellos que
corrían peligro por estar en desacuerdo con quien se encontraba en el poder en el Paraguay,
es así que las relaciones a través de la frontera se dan de una manera extremadamente
compleja:
A lo largo de las tres décadas y media que duró la dictadura, la salida del país se
daba en la mayoría de los casos hacia la Argentina, empero, los exiliados paraguayos en
ciertas circunstancias re emigraron a países distantes:
“…mi mamá se viene en el ´45 porque se escuchaba algo que iba a pasar,
porque el caso nuestro empezó en el ´40 cuando el presidente de la república José
Félix Estigarribia, cayó con el avión y murió él, la señora y el piloto, ahí agarró un
general colorado Higinio Morínigo, y ahí empezó lo de nuestra familia… Entonces
en la guerra civil, yo estaba allá todavía, varios huyeron hacia acá, a Posadas
vinieron varios y con ellos viene mi mamá… yo vengo recién a los 13 años, en el
´52 pasé para acá… tuvimos que abandonar de cualquier manera porque era un
26
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
66
caso terrible, y duró mucho tiempo… me trajo un tío mío que ya estaba en Posadas,
porque en el ´47 empezó la guerra civil, la brava, en la que nosotros estuvimos, en
la que hubo tanta barbarie, que hay casos que no tienen nombre… de cualquier
manera tuvimos que salir, yo particularmente por todo eso. Al terminar el ´58…
crucé de nuevo al otro lado, e hice mi servicio militar… Después del servicio
militar tuve que salir otra vez porque de nuevo era una época brava…” TOV,
exiliado en reiteradas oportunidades, por última vez en 1959.
Sin embargo, es imposible sostener con naturalidad una vida sin que el
extrañamiento y el desclasamiento generen situaciones de injusticia en la relación con los
―otros‖ argentinos y paraguayos no exiliados, o con los que llevaban diferentes tiempos de
exilio e inserciones más afianzadas. Relaciones y estado que provocan inseguridades,
angustias e incertidumbres, dificultando la plena inserción de los exiliados en el nuevo
contexto:
“…había ya gente que eran paraguayos también, que hace muchos años que
vivían acá. Y hacían un grupo para trabajar, y siempre había uno que entendía más
que otros, y así se comunicaban y entendían cómo tenían que cobrar la plata,
porque no sólo era en otra moneda, con otro nombre, sino que a lo mejor mi papá
le pintaba la casa y le decía: son 10.000, pensando en guaraní, ¿no? Y el patrón le
decía: ¿vos estás loco o qué te pasa? Te doy 500 pesos. Pero vos no sabías ni si
estaba bien, si el patrón te pagaba lo justo, agarrabas, bajabas la cabeza y después
recién te dabas cuenta cuando te ibas al almacén a comprar tus cositas… todas
esas cosas nos pasaban…” TV, niña exiliada junto a su padre en 1959.
“… de que vos ibas a decir: ahorro y me compro tal cosa, ¡no! Todo lo que
entraba en la casa, fuera poco o mucho, se gastaba, se ayudaba, se compartía, no
se… años pasaban hasta que un día medio con culpa, medio no sintiéndote del todo
bien, te comprabas alguna cosita, ¡pavada! para vos misma, parecía que no tenía
sentido, que era muy egoísta pensar en vos solamente, con tanta necesidad, con
tanta gente que tenía lo puesto… uno sentía culpa de… de pensar un poquito en uno
mismo…” TV, niña exiliada junto a su padre en 1959.
“…mi papá como podía nos traía, primero le trajo a mis dos hermanos,
después le trajo a mis hermanas con el bebé y mi mamá embarazada (…) De
contrabando. En bote… en bote pasábamos todos…” TV, niña exiliada en 1959.
En los casos trabajados, observamos que el exilio también produjo una sobrecarga
de ocupaciones para las mujeres, cuyos maridos estaban presos o en la clandestinidad,
viéndose en la necesidad de buscar algún empleo para lograr el sostenimiento económico
70
de la familia. De este modo, estas mujeres debieron repartir su tiempo entre las tareas
productivas, reproductivas y en la lucha por la libertad o la aparición con vida de sus
esposos:
“… todo lo que ellos tenían se los robaron, ellos corrieron de ahí con su
ropa y nada más. Vinieron en la casa de amigos y parientes en Coronel Oviedo y
ahí se hicieron de vuelta otra vez, la mamá de él como siempre como negociante, y
sus hermanas…” ES, su marido se exilió en 1958.
“…mi marido estaba en el obraje… a veces dos o tres meses el estaba por
allá…” AG, exiliada junto a su marido en 1957.
27
Entrevista realizada por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay. Material inédito.
71
“No pude trabajar nunca allá por eso… y yo siento hasta el día de hoy que
es una deuda que mi país tiene conmigo, siendo que mi familia por parte de mi
mamá y mi marido eran todos colorados, ni así... y yo no me afilié por una cuestión
de ética… porque era una cosa que yo decía ¡no puede ser! Yo hice todo para ser
maestra… además a mi marido jamás le gustó mucho que yo trabajara entonces no
me ayudó tampoco… ahí tuve a mis hijos… y bueno… después ocurrió la tragedia
(…) cuando llegamos comencé a buscar trabajo acá… por suerte en Argentina
nunca tuvimos problemas en trabajar, después que hice todos mis papeles ya
trabajé a diferencia de Paraguay, eso era durante la dictadura… GB, exiliada en
1975.
Las redes de exiliados funcionaron como un espacio donde el nuevo migrante, tras
huir de la persecución del régimen, pudo comenzar las primeras etapas del proceso de
inserción en el lugar de destino. Esa red, para el grupo de exiliados del que nos ocupamos –
los que llegaron a la Argentina en la primera etapa del régimen- se conformó en su gran
mayoría con aquellas personas que escaparon tras la revolución de 1947, y una vez que
lograron incorporarse, conformaron un nexo importante para los nuevos exiliados a través
de los 35 años de duración de la dictadura stronista.
Antes que al Estado argentino, que no les daba protección política sino simplemente
“hacía la vista gorda”, los exiliados acudieron a sus redes sociales integradas por los
propios padres, tíos o abuelos de estos exiliados, pero también parientes políticos, parientes
lejanos, amigos de la familia, vecinos, padrinos y hasta “parientes de sus conocidos”, tanto
del Paraguay como de la Argentina.
“mi casa siempre estuvo llena de gente, siempre era una olla grande,
siempre hubo cama por acá, cama por allá, y te digo que no eran abogados los que
72
me visitaban… eran torturados, sin documentos, que se escaparon. Pero a nosotros
no nos interesaba, todo lo poco que había en la familia se compartía y se ayudaba a
esos pobrecitos que recién llegaban.” CG, su marido se exilió en 1959.
Cuanto más débil el vínculo de parentesco o amistad, más necesario se hacía que,
quienes pedían ayuda, presentaran una esquela o una carta enviada por la persona invocada
como nexo vincular.
Muchas de las personas que escaparon solas y que no tenían contactos de este lado
de la frontera, acudieron a las redes conformadas por la afiliación política en el exilio, las
que en numerosas ocasiones también fueron las que provocaron la persecución de aquellas
personas que todavía se encontraban en el Paraguay. Estas redes no solo incluían a
paraguayos, sino que también muchos argentinos participaron en ellas colaborando de
distintas maneras.
“Llegamos vaya a saber cómo, pero al poco tiempo estaba trabajando, vivía
en una pensión de una señora paraguaya donde vivían muchísimos artistas
paraguayos que estaban en el exilio también.” RAF, exiliado en 1956.28
28
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
73
La condición de exiliado genera una situación de precariedad laboral en estas
familias paraguayas, tanto nucleares como extensas, dado que se desconoce la duración que
tendrá el exilio y se alienta la esperanza del pronto regreso, por lo que los trabajos que se
toman son generalmente transitorios:
“…entre los exiliados se conocen todos, entonces cuando pasa alguien así,
enseguida le dan cobijo ¿no es cierto? Así que lo mandaron a trabajar a él a
Aristóbulo del Valle, lo mandan a casa de gente que le podía dar protección, y
comienza a trabajar… así que bueno, sufrió bastante, y ya se consideró un exiliado
perseguido…”AG, hija y esposa de exiliados.
29
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
75
Rebolledo y Acuña (1999), señalan que el exiliado no se percibe a sí mismo como
un migrante, sino como alguien obligado a vivir lejos de los suyos porque su proyecto
político fue derrotado. Por tanto, viven en la expectativa de que esta situación cambie en un
lapso breve, es por ello que el exilio es recordado como un tiempo de espera, un ―estar con
la maleta lista para partir‖:
“… ¿Por qué pasa esto? porque aparte de no poder comprar por ejemplo un
terreno, hacer una casa por falta de dinero, los exiliados piensan volver, porque
dicen: tengo mi casa, mis vecinos, mis amigos, mis parientes, mi país y va a llegar
el momento en que tengo que volver, la dictadura tiene que caer. Entonces no se
hace un proyecto de vida en el exilio, de formar una familia, tampoco quería
casarme, entonces iba pasando el tiempo y en todo me atrasé…” NC, exiliado a los
19 años en 1958.30
Estas familias exiliadas, se presentan dentro del campo etnográfico como una
comunidad imaginada en términos de Anderson (1993) porque comparten un sentido de
pertenencia anclado en un origen nacional común. Un grupo que se encuentra fuera de sus
fronteras nacionales en una situación particular, con idiomas e historias que los une o que,
en ocasiones los enfrenta voluntaria e involuntariamente según las formas hegemónicas de
pensar y emplazar identidades entre segmentos sociales diferenciados.
30
Terribile, Schroeder, Holoveski, y Bevilaqua (2009)
76
ideología que para los tradicionales movimientos actuaba como elemento unificador y
totalizante de la acción colectiva. Los NMS son más difíciles de clasificar siguiendo
ideologías, en ellos, el origen social de los que participan tiene sus raíces estructurales más
frecuentes en status sociales bastante difusos, como la edad, el género o la orientación
sexual.
31
Resulta significativa la reproducción de todo tipo de organizaciones, incluso clubes, equipos deportivos o
partidos políticos que formaron en el exilio con idéntico nombre al que tenían en Paraguay pero agregando el
sufijo E. Por ejemplo: Club Liberal Alón-E, Juventud Liberal-E. Además de las Asociaciones Civiles ―Casas
Paraguayas‖ que, en Misiones se crearon prácticamente, una en cada ciudad de la provincia.
32
CEDAPPA (2007) Archivos Inéditos, s/d de lugar y fecha.
77
33
Protesta de exiliados paraguayos
Según Halpern (2006; 10), los enfoque sobre los NMS lograron trascender lo que la
sociología había aportado en torno a las migraciones y a las formas de segregación social o
discriminación que sufrieron los exiliados debido a que muchas veces se los ligó a otros
migrantes provenientes de lugares o de sectores sociales pauperizados, los que incluso se
encontraban en peor situación que aquellos nativos subalternizados.
Si bien para los exiliados paraguayos las motivaciones económicas son difíciles de
aislar de las cuestiones políticas, comparten condiciones de pobreza, problemas laborales e
integración social, pero adosan a su construcción identitaria valores altruistas, ideologías
contra hegemónicas y militancia por los Derechos Humanos:
“Yo soy argentina, soy correntina, y vivía en Buenos Aires… nosotros los
correntinos también formamos parte de un exilio, un exilio económico dentro de
nuestro propio país. Así como los paraguayos fueron a buscar trabajo por razones
políticas y económicas, nosotros somos exiliados económicos que nos fuimos,
porque no teníamos nada que hacer donde nacimos.” CG, su marido se exilió en
1959.
33
Extraído de Ayala Ferreyra Rubén 2011.
78
Los entrevistados paraguayos de Posadas no manifestaron que fueran discriminados
en el exilio. Al respecto fue recurrente el argumento del comportamiento ejemplar de los
exiliados; la cultura del trabajo que poseían; la cercanía y permanente contacto con el
vecino país; la unión de la comunidad paraguaya exiliada y el reconocimiento a la forzada
expatriación de Paraguay por motivos políticos:
La inserción escolar de sus hijos según las informantes no fue un problema, los
mismos accedieron a la escuela pública, libre y gratuita de Argentina independientemente
de sus condiciones de legalidad. En caso de no cumplir con los requisitos burocráticos, las
madres hablaban con las directoras de los colegios y estas accedían a inscribirlos de todos
79
modos y ayudaban a iniciar los trámites de documentación de los niños que, en muchos
casos, para evitar los trámites migratorios eran inscriptos como argentinos:
Sin embargo, los niños como hijos de exiliados en sus relaciones con sus
congéneres padecieron el prejuicio y la discriminación que no se restringía a las
manifestaciones xenofóbicas, sino también a la discriminación político-ideológica de los
exiliados:
“Te puedo decir que me acuerdo en la escuela, yo sentí muchas veces ese
prejuicio, nunca me desvalorizó… no llega a ser una discriminación, pero a mí me
80
ofendía profundamente esas cosas de que… el que pisa la raya es paraguaya, o
paraguaya de mierda, yo venía y le contaba a mi mamá y ella me adoctrinaba, me
decía cosas como: vos no te preocupes mi hija, paraguaya a mucha honra tenés que
decir… nunca les digas yo soy lo primero y la mierda serás vos, ¡no! Vos decíle:
paraguaya a mucha honra, lo segundo serás vos.” FB, hija de exiliados.
81
“…Acá había soplones cantidad, así fue como le llevaron al doctor Goiburú,
era un señor buenazo, la primera vez que él se escapó de la cárcel junto a otros
tres, seguramente habían pagado, vino acá y el amigo le dijo… mira, vos acá estás
demasiado mal, tenés que salir de acá, y se fue a Paraná, Entre Ríos y allá le
agarraron. El estaba almorzando en un lugar y tenía su coche enfrente y vino un
Ford Falcon viejo, y unos tipos con sombrero, medio despatarrados, como
haciendo facha del campo… se pusieron al lado del auto de él y cuando salió le
atropellaron los cuatros, y eran de la policía… se cree que eran dos de acá y dos de
allá… porque era de la Operación Cóndor… se cambiaban los presos, vos me das
este y yo te doy ese… los que se escaparon de acá, les agarraban allá y los
devolvían, y los que se escaparon de allá, los buscaban acá y los mandaban de
nuevo.” TOV, exiliado en reiteradas oportunidades, por última vez en 1959.
“No, acá en Posadas nosotros nunca fuimos perseguidos, mis hijos fueron
para trabajar a Buenos Aires en tiempo de los militares y les agarraron ahí (…) a
los dos juntitos los mataron. Yo perdí a mis mayores, a mis dos mayores. (…) uno
que era más chico que los que fallecieron, se fue cuando le llamaron de la
comisaría para ver si eran o no los cuerpos de los hermanos y le tuvieron dos horas
con el revólver así: [Hace un gesto como si su mano fuera el revólver apuntándole
a la cabeza] y eso le hizo mal a él, le dijeron que no tenía que hablar ni moverse,
porque sino, la misma cosa que les había pasado a los hermanos le iba a pasar a él
¿y quién quiere morir en esta vida?” RPM, exiliada junto a su marido e hijos en
1951.
82
El exilio es siempre visto como un tiempo de espera, una condición que no tiene
plazos establecidos. Si bien los exiliados deben resignase a comenzar un proyecto de vida
fuera de su país, no deja de provocar un sentimiento de inestabilidad dentro de la familia
que componen en su nuevo lugar de residencia:
84
34
Fiesta de exiliados paraguayos para recaudar fondos
Como menciona Castillo (1986) los jóvenes exiliados, sufren mucho, pues se les
hace muy difícil la renuncia al pasado. Ese pasado que para muchos puede representar lo
gratificador, cuando todo y todos aún estaban, cuando no había despojo, o puede haber sido
un período marcado por la violencia social vivida: pérdida de familiares, cárcel, torturas
como experiencias traumáticas directas, o la angustia, el temor, la incertidumbre. Frente a
esto deben aceptar su presente, encontrarse en un país, por muchos de ellos conocido pero a
la vez, extraño, con gente nueva y modalidades diferentes. Los jóvenes se encuentran de
luto, debido a que de por sí, todo crecimiento acarrea pérdida, cuando es un adolescente el
que se exilia, se suma a estas pérdidas, el despojo real del que ha sido objeto. Ser
adolescente es de por sí un exilio, una extranjeridad y por ello se sienten doblemente
extranjeros. El medio familiar se ve como un grupo frágil y empobrecido y por ende con
escasa contención:
34
CEDAPPA (2007) Archivos inéditos.
85
por sí, no es fácil hacer de madre y padre a la vez, mucho menos en un país que no
es el tuyo...” AG, hija y esposa de exiliados paraguayos.
Es sabido que los adolescentes están muy atentos a la apariencia física, a los
modismos y a las formas grupales; y son muy sensibles a las diferencias dentro de su grupo
de pares. Son exclusivistas y hasta crueles con los que son distintos: en color, en
nacionalidad, en clase, etc. Por lo cual es difícil integrarse al grupo de pares si no es
borrando esas diferencias y haciendo una hiperintegración, exaltando los valores,
modalidades y estilos locales, denigrando los de origen, los de infancia, los de los padres.
Blos (1962) llama a este mecanismo el uniformismo y considera que la mayor fuente de
seguridad para un adolescente está en el código compartido, desde el cual construyen una
―conducta adecuada‖ de la que dependería el mutuo reconocimiento de igualdad. El
adolescente que no encaja dentro del uniformismo particular que ha sido establecido por el
grupo, es generalmente considerado como una ―amenaza‖; y como tal es evitado,
ridiculizado, desterrado:
Las memorias de los exiliados paraguayos, compartidas a través de los relatos que
circulan inter-generacionalmente, pero también interregionalmente, son importantes en
tanto se va generando, reforzando y a la vez recreando una identidad de grupo. Según Baêta
Neves (1995) las memorias migrantes y su construcción de la identidad grupal “se inclina
por los símbolos posibles de reificación y por los que acentúan la permanencia del origen:
cocina, vestimenta, expresión y perfil del cuerpo, gestualidad, ritos religiosos” (Baêta
Neves, 1995: Pp.48. Citado en Candau, 2001).
86
Para Pollak (2006) la construcción de la identidad es un fenómeno que se produce
en referencia a otros, en referencia a los criterios de aceptabilidad, de admisibilidad de
credibilidad y que se hace por medio de la negociación directa con otros.
Las estrategias identitarias que utilizan, son mucho más complejas que mostrar una
serie de rasgos. Están relacionadas con las situaciones de inclusión y de exclusión, en las
que se designan y se atribuyen características identitarias reales o ficticias, que destacan
ciertas dimensiones de la identidad, generadoras de diferencias o de fronteras sociales, las
que hacen imposible reducir la identidad a un atributo esencialista.
Las ideologías que prevalecen en las memorias de los migrantes juegan con las
fronteras de la alteridad para producir, por distinción, identidades sociales (Baêta Neves en
Candau, 2001). Cuando los individuos en el marco de determinadas estrategias identitarias
hacen sus elecciones, se mueven siempre dentro de un repertorio flexible y abierto de
recursos, de representaciones, mito-historias, creencias, ritos, saberes, herencias, es decir,
dentro de un registro de las memorias. (Leach, en Candau, 2001):
“…yo también siempre me fijé en eso, que ellos son mayores que nosotras,
me da la impresión de que ellos son muy selectivos para concretar su matrimonio,
no es una tarea fácil, fijate que vienen de otra cultura y buscaban generalmente una
mujer paraguaya, como tratando de mantener y respetar lo del lugar donde ellos
venían. Y sus esposas, no en todos los casos… pero en la mayoría, eran paraguayas
y mucho más jóvenes que ellos, porque ellos mucho tiempo vivían solos, porque es
como que estaban detrás de bambalinas estudiando el ambiente, me parece a mí.
Ellos son muy observadores y muy selectivos… para buscar esposa” ES, su marido
se exilió en 1958.
87
porque hablar la lengua de mi tierra es una cosa que a mí me gusta y me complace.
Mostrarlo aún más…” TOV, exiliado en reiteradas oportunidades, por última vez
en 1959.
Retomando las ideas que habíamos planteado acerca del trabajo de Turner (1999),
es importante pensar que la ―re-agregación‖ después del ritual, si bien por un lado parece
concretarse al llegar a la otra orilla, para la mayoría, esto se da de forma gradual, y en
muchos casos jamás llega a concretarse, es como si la etapa liminar se prolongara sin
dejarlos reagregarse por completo.
Esto es aún más evidente, con el retorno de la democracia, en el que aparece una
fuerte disyuntiva, puesto que el motivo que los obligó a salir de su país, deja de existir, pero
la idea de regresar, se torna por distintos motivos imposible de concretar. Sobre este
aspecto en particular trabajaremos en profundidad en el siguiente capítulo.
88
Capítulo III: “La disyuntiva”
89
Años ´80, la crisis del régimen
En este Capítulo III nos situamos en la caída del régimen, las causas sociales,
culturales, políticas y económicas que propiciaron el final y analizamos las memorias de los
exiliados paraguayos en dos aspectos: como actores sociales relevantes que, en algunos
casos, intervinieron activamente para el desenlace; y como actores sociales parados frente a
la desaparición de la ―causa‖ del exilio, confrontados de diversas maneras, con la
disyuntiva de quedarse o regresar, en la que las familias desempeñaron un papel definitorio.
Uno de los principales factores de esta caída fueron los profundos conflictos y
divisiones al interior del Partido Colorado, los que marcaron la debilidad de lo que había
sido una de las mayores fortalezas del gobierno stronista. Su líder ya no podía alinear a la
totalidad del partido tras sus intereses.
90
ciudadanía opositora, por los distintos hechos violentos que generaban en las
manifestaciones y la irrupción violenta en sus reuniones.
Esta crisis económica afectó, además, aunque en menor intensidad, a las capas
media y media alta nacionales que surgieron durante el régimen. En efecto, la construcción
de las represas binacionales de Itaipú y Yacyretá –además de producir enormes dividendos
para el gobierno- alentó la formación de una clase media de técnicos, profesionales,
funcionarios y empresas constructoras, hidráulicas y electromecánicas prestadoras de
servicios tercerizados por las binacionales (Giménez Abrahan, 2008).
91
otorgaba a dichos vehículos, conocidos con el nombre local de “auto mau”35, una
autorización de libre circulación en el territorio nacional, aunque se desconozca su titular:
“¡Nuestros conocidos tenían unos autos impresionantes! ¡De esos que sólo
vez en las películas!…y le decían a mi esposo: mirá „boludo‟ ¡lo que te perdés! Ya
la corrupción andaba a todo trote en Paraguay… y uno que no está preparado para
eso, ¿no?” NG, exiliada en 1962.
35 Voz local de origen incierto utilizada para calificar cualquier objeto de ―procedencia desconocida‖ aunque
de evidente origen ilegal o criminal, pese a lo cual sus poseedores no reciben una sanción ni legal, ni social.
Más bien, una gran parte de la ciudadanía considera que se trata de vehículos de segunda clase, sólo por la
restricción de circulación dentro del país exclusivamente, y consideran ―tontos‖ a quienes pagan valores
mayores por vehículos legales de menor calidad. Pero su valor, sensiblemente reducido, coloca a este tipo de
vehículos en un sector del mercado, al que pueden acceder las clases medias. Es notable cómo en Paraguay es
posible tener vehículos “mau” de alta gama internacional como Mercedes Benz o BMW a un precio inferior
incluso a vehículos de segmentos de mercado inferiores. Recientemente, el Diario El País de España (2011)
cita a una periodista paraguaya que dice: "Sí, éste es un coche mau, pero me harté de ser tonta. Yo siempre
había comprado los coches legalmente, pero tenía que pagar cuatro veces más que por uno sin papeles. Así
que me decidí por un mau". Cita en el mismo artículo al abogado paraguayo Julio César Martinessi quien
sostiene que, del parque automotor paraguayo integrado por unas 260.000 unidades, al menos 100.000 son
‗mau‘. La legalización de este tipo de vehículos por parte del Registro del Automotor, que le otorga
actualmente una ―Cédula Marrón‖, se debe a la necesidad de recaudar impuestos por este procedimiento de
más del 40% de los vehículos circulantes (José Comas, Enviado Especial, Asunción 06/03/1988, citado en El
País, 2011).
92
―No… volver a empezar allá, no, mirá los últimos tiempos, ya era una cosa
asquerosa: nosotros veíamos a nuestros amigos, a nuestros colegas mismos, para
aumentar lo que ganaban, metidos en tonterías, en venta clandestina de productos
del agro, que no era lo que tenían que hacer” NG, exiliada junto a su marido e
hijos en 1962.
Estos sectores medios y medio altos, avizoraron que la caída del gobierno era
inminente y, como no compartían la propuesta de los ―militantes stronistas‖ que postulaban
para la sucesión presidencial al Coronel Gustavo Stroessner, apoyaron al grupo militar
conspirador encabezado por otro miembro de la familia política de Stroessner, el General
Andrés Rodríguez.
93
Por otro lado, la iglesia como institución jugó un papel ambiguo a través de los 35
años de duración de la dictadura.
Podemos ver que desde la década del sesenta, la iglesia latinoamericana, en general,
agudizó sus contradicciones internas consolidadas en dos sectores bien diferenciados: el
sector ultraconservador Opus Dei; y la Teología de la Liberación con su ―opción por los
pobres‖, lucha contra la pobreza y la marginalidad y compromiso con el pueblo.
A partir de 1970, con la asunción del monseñor Ismael Rolón Silvero como
Arzobispo de Asunción, la máxima autoridad Arquidiocesana –quien sostuvo una postura
firme en contra de los abusos de la dictadura sobre la población desde la Conferencia
36
Voz guaraní que significa ―padre‖ con la que se designa en Paraguay a los sacerdotes de la iglesia católica.
94
Episcopal Paraguaya, a través de la Carta Pastoral ―Saneamiento Moral de la Nación‖- el
conflicto iglesia-gobierno fue agudizándose hasta que, a mediados de la década del 80,
llegó a su punto máximo cuando prácticamente se produjo una ruptura de relaciones y la
Iglesia Católica pasó a constituir un factor más que posibilitó la caída del régimen (CVJ,
2008, Tomo I: Pp. 89).
“Mi marido y yo, en el ´55 nos casamos, y nos fuimos a vivir al monte, a
una zona terrible, que ahora es el centro de la marihuana, una parte brava esa, a él
lo contratan de una compañía norteamericana de café, nosotros después a la
distancia analizábamos con él, porque a nosotros no nos cerraba el tema del café
en el lado paraguayo, los costos eran muy altos y esa gente compró doscientas mil
hectáreas, baratísimo, era algo así como un dólar la hectárea, a nosotros lo que no
nos cerraba era la inversión tremenda que hicieron y es una zona muy fría para el
café, el café es tropical, entonces caían heladas, mataban muchas plantas, había
que replantar miles de plantas, tal es así que en nuestros análisis no sabíamos que
era, pensábamos en pistas de algún yacimiento de oro, porque es una zona de
mucha serranía, está toda la cordillera de Amambay más al este, no nos cerraban
los números. Y nosotros después, a la distancia, cuando esto empezaba a efervescer
nos dimos cuenta de que el objetivo real era venir a plantar marihuana, porque el
monte no se tiró, ellos decían que traían el proyecto de plantar bajo media sombra
el café porque dice que el café es de mejor calidad semi-sombreado, y ese monte no
lo tiraron porque ahí abajo iban a plantar marihuana.” NG, exiliada junto a su
marido e hijos en 1962.
95
Para 1989 se había restaurado el sistema democrático en los dos países más
cercanos, Argentina y Brasil, donde se encontraba la mayor parte de los exiliados
paraguayos, que se manifestaban públicamente por el retorno a la democracia en su país de
origen. Las presiones internacionales contra el régimen hacían aún más insostenible la
situación.
37
En: Giménez Guanes, 1987: Pág. 177
96
surgimiento de los bloques regionales de la Comunidad Europea, el MERCOSUR, el
ALCA y de la República China como poderes políticos y económicos; un proceso de
democratización en América Latina y la consolidación de la injerencia de los organismos
de Derechos Humanos internacionales, a través de programas, proyectos y organizaciones
no gubernamentales que desembarcaron en varios países y, particularmente, en el Paraguay.
En efecto, las ONGs tienen en el Paraguay un papel relevante en la construcción, el
sostenimiento y el control de la democracia, además de generar una masa crítica defensora
de los Derechos Humanos.
Desde 1978 hasta 1990, durante casi 13 años, Naciones Unidas, de manera
confidencial, supervisó la situación de los Derechos Humanos en el Paraguay a través de
distintos órganos, el gobierno del Paraguay y las ONGs de Derechos Humanos en el país.
Estos documentos son un reflejo de la manera en que se vivió el último tercio del régimen
militar. Muestra –a través de informes y otros comunicados que fueron remitidos a
Naciones Unidas, durante la década de los 70 y 80, por parte de organismos no
gubernamentales y por particulares- la forma en que se violaron los Derechos Humanos en
el Paraguay:
97
COMUNICACIÓN DE LA CONFEDERACIÓN PARAGUAYA DE
TRABAJADORES EN EL EXILIO
En nombre de los trabajadores paraguayos e invocando el amparo que nos otorga la Carta
Fundamental de Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y del
Hombre, los Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales, Sindicales y Culturales,
cuyos textos han sido oportunamente suscriptos por el Gobierno del Paraguay, presentamos ante esa
Comisión una formal denuncia contra el régimen de Alfredo Stroessner Matiauda, del Paraguay por
la permanente y sistemática violación de sus compromisos internacionales de respeto de los
Derechos Humanos, las libertades políticas y democráticas, el derecho a la libre agremiación,
huelga, negociación y contratación colectiva, y por su acción policíaca de control, intimidación -
torturas y despidos- contra los trabajadores, obreros, empleados y campesinos.
Los Pactos Internacionales, la Constitución Nacional del Paraguay, las disposiciones del
código de trabajo, las leyes y decretos reglamentarios al igual que los convenios internacionales de
la OIT números 87 y 98, sobre libertad de la sindicalización y de contratación colectiva, son
sistemáticamente violentados, creando una situación de grave desequilibrio en la sociedad
paraguaya y en las relaciones industriales entre el capital y el trabajo, en prejuicio de estos,
sometidos a un sistema de explotación, desprotección y miseria.
El Régimen de Alfredo Stroessner se ha dado a la tarea desde hace 30 largos años, a destruir
el movimiento sindical, a socavar a las instituciones políticas, sociales y culturales en desmedro de
sus derechos e intereses y a favor de los sectores egoístas y explotadores que medran con el dolor
paraguayo y la angustia popular.
38
(Citado en Valencia Villa, 2010: Pág. 474).
98
APÉNDICE III PARAGUAY
Roque Ruíz Días formaba parte de un grupo de 38 personas detenidas entre febrero
y abril de 1982 que fueron acusadas en virtud de la Ley 209, en relación con su pregunta,
pertenecía al ―ala china‖ del proscrito Partido Comunista del Paraguay. Roque Ruíz Díaz y
otros dos presos ―pro China‖ Emilio Lugo Valenzuela y Antonio González Arce, fueron
condenados en mayo de 1984 a cuatro años y ocho meses de prisión. En octubre de 1985
los defensores solicitaron peticiones de libertad condicional en nombre de los tres hombres,
basándose en que ya habían cumplido dos terceras partes de la pena y habían observado
buena conducta durante ese período.
Fragmento del Informe de experto independiente, designado por la comisión de Derechos Humanos
sobre la situación de Derechos Humanos en el Paraguay, noviembre 15 de 198639
39
(Citado en Valencia Villa, 2010: Pág. 535).
99
Entre los medios uruguayos se destacó la colaboración de Saeta, Canal 10 de
Montevideo, diario ―El Día‖ y Radio Carve 850 AM, en la que trabajaba el conocido
periodista paraguayo Humberto Rubin.
Rubin fue uno de los fundadores de Radio Ñandutí de Asunción, quien debió
exiliarse por sus fuertes críticas periodísticas al régimen y por las cuales esta radio sufrió
en varias oportunidades suspensiones, interferencias e incluso, la clausura de la transmisión
por falta de garantías, el 14 de enero de 1987 (CVJ, 2008, Tomo VII: Pág. 259):
“Me acuerdo que había que escuchar radio Carve de Montevideo que
entraba con una radio clandestina de Paraguay. Todo lo que las radios
clandestinas de Paraguay decían salía en Radio Carve, y antes no había radio de
transistores ni nada, en la sala teníamos nuestra radio y se ponía radio Carve a tal
hora para escuchar. Se tenía que escuchar con la luz apagada… y un día saltó el
perro, así por la puerta en dónde nosotros estábamos y nos tiramos todos al piso,
porque allá había… la guardia urbana, se les decía a los pyragüé que estaban en
cada manzana y se encargaban de recorrer para ver quién escuchaba radio, que
hacían, todo eso… estaba apagada la luz y escuchábamos así pegados a la radio,
que poníamos bien bajita… ahí únicamente se decía la verdad, apagábamos la luz
para que no se den cuenta… y con todo cerrado…” NM, exiliada junto a su esposo
e hijos en 1960.
Desde Europa, los diarios ―El País‖, ―Ya‖ y ―Diario 16‖ de España hicieron una
importante cobertura sobre la situación política del Paraguay y apoyaron a los exiliados en
su lucha contra la dictadura stronista y por la reinstauración de la democracia.
100
Diario Occidente, 1 de mayo de 1987, Sección Internacionales. Colombia40
40
En: Giménez Guanes, 1987: Pág. 209
41
En: Giménez Guanes, 1987: Pág. 204
101
“Yo soy uno de los tres ciudadanos a los que se les prohibió regresar. (Augusto Roa
Bastos)”. The New York Times, 6 de abril de 1986, E.E.U.U. 42
Desde la provincia de Misiones, a través del diario ―El Territorio‖, se realizó una
campaña periodística en contra del régimen denunciando los hechos de violaciones a los
Derechos Humanos, los actos de corrupción y todo lo que acontecía tanto en el Paraguay,
como en la comunidad paraguaya en el exilio. En sus páginas, frecuentemente, aparecían
artículos sobre episodios tan diversos como la aparición de cadáveres en las costas del río
Paraná, solicitadas, episodios políticos o bailes de carnaval de la Casa Paraguaya de
Posadas43.
42
En: Giménez Guanes, 1987: Pág. 207
43
El Proyecto CEDAPPA "Centro de Estudios, Documentación y Archivo del Pueblo Paraguayo en
Argentina" de la Universidad Nacional de Misiones recuperó, digitalizó y resguardó 2.500 noticias sobre los
exiliados paraguayos en Argentina producidas por el periódico local El Territorio entre 1956 y 1967.
102
“Iniciase Una Lucha Total Contra el Régimen Imperante en el Paraguay. Así lo
manifiestan los Partidos Febreristas y Liberal y el Catolicismo Paraguayo en el Exilio”
Desde Buenos Aires, los importantes periódicos de tirada nacional ―La razón‖, ―La
Nación‖ y ―Clarín‖, entre otros medios, apoyaron los distintos intentos revolucionarios que
se gestaron desde el exilio actuando como amplificador es de las radios clandestinas
existentes en la frontera –ZP5 entre ellas- y, reproducían los textos y mensajes que el diario
―El territorio‖ de Posadas, Misiones, captaba de esta emisora clandestina (CEDAPPA,
2007).
44
CEDAPPA (2007) Archivos inéditos.
103
Diario Clarín. 13 de diciembre de 1959. Buenos Aires. Argentina
La caída
45
CEDAPPA (2007) Archivos inéditos.
104
¡¡¡Febrero tenía que ser!!!
“Tarjeta roja para el tiranosaurio” Diario El Pueblo. 3 de febrero de 1989. Asunción. Paraguay46
Según Álvarez (2009), los hombres del General Rodríguez detuvieron al general
Alfredo Stroessner en la casa de su amante, María Estela ―Ñata‖ Legal, tras reducir a la
guardia que lo acompañaba. Según la prensa, algunos testigos aseguraron que el dictador
abandonó ese edificio rodeado por soldados con las manos en alto; y según fuentes
oficiales, Stroessner fue detenido en el edificio del Estado Mayor, donde se había
refugiado, y trasladado al cuartel de Caballería donde permaneció detenido esperando su
partida hacia Brasil, concretada el domingo 5 de febrero de 1989.
46
Vila. A. (1999) Página de la Historia. Paraguay. ―La dictadura de Stroessner (1954-1989)‖ en:
http://www.phistoria.net/reportajes-de-historia/LA-DICATDURA-DE-STROESSNER-(1954-1989)_43.html
105
En el palacio de gobierno no hubo mucha resistencia, el combate más intenso tuvo
lugar en el cuartel general de policía, donde el ruido de las ametralladoras, disparos y
morteros hicieron que la población se encerrase en sus casas. Durante la resistencia que
opusieron los efectivos policiales, hubo numerosas víctimas mortales y muchos
contingentes fueron perseguidos por las calles de Asunción, por lo cual pudieron
encontrarse numerosos cadáveres a varias cuadras del cuartel central. El enfrentamiento
duró hasta las primeras horas de la madrugada del día 3 de febrero con la toma de posesión
de las tropas sublevadas; poco después la policía ya respondía al mando de Rodríguez.
La mayor lucha tuvo lugar en las proximidades de la sede del Batallón Escolta
Presidencial, lugar al que acudieron la mayor cantidad de miembros de las tropas
sublevadas, debido a que dicha dotación poseía gran cantidad de hombres y los mejores
armamentos. El enfrentamiento se prolongó a lo largo de toda la madrugada y, cuando se
consiguió la rendición, quedó un saldo de 150 muertos y las edificaciones prácticamente
reducidas a escombros.
Mientras esto acontecía, un capitán y seis soldados de las tropas del General
Rodríguez ocuparon la radio ―Primero de Marzo‖, la más importante del país, y lanzaron
una proclama del jefe sublevado en la cual exponía los motivos de su movimiento basado
principalmente en cinco puntos:
106
Poco después de que finalizasen los enfrentamientos, miles de paraguayos,
calculados en alrededor de 15.000, se lanzaron a las calles céntricas de Asunción hacia el
Panteón Nacional de los Héroes para expresar su alegría y apoyo al derrocamiento del
dictador y al futuro del país. La multitud entonó el himno nacional y miles de personas
comenzaron a vocear ―Patria querida, somos tu esperanza‖, un himno que se convirtió en
emblema de la oposición, además de gritos entrecortados de varios grupos que coreaban el
famoso slogan contra las dictaduras: "El pueblo unido jamás será vencido", que se acuñó
en la revolución portuguesa de 1974 (Álvarez en Diario Última Hora, 2009).
El retorno de la democracia
Los exiliados paraguayos vivieron con euforia este momento histórico y en sus
memorias aparece sistemáticamente la narración que confronta el “dónde estaba yo en ese
momento”:
47
Ruiz Olazar, Hugo (2011)
107
“Nosotros tuvimos la suerte de estar en Asunción el día que cayó Stroessner,
siempre fuimos con mucho miedo, y justo se casaba uno de mis sobrinos y él dijo
que iba a ir igual, de todas formas las cosas no estaban bien, sabíamos que a
“papá Sam” ya no le estaba gustando Stroessner, entonces yo le dije a mi marido:
¡no! No vamos todos… porque es un peligro. Y en un momento él me dijo: bueno, si
no me quieren acompañar yo me voy solo. Mi hija estaba terminando abogacía y
me dice: ¿sabes qué, mamá? Mejor vamos a ir con él, porque si le pasa algo, mejor
que estemos juntos. Entonces fuimos al casamiento que fue en febrero del 89, la
caída fue el 3 de febrero y por esas casualidades estuvimos en Asunción justamente
ese día. Él vivió tan eufórico todo ese momento… fue tan feliz… al día siguiente se
fueron todos a la plaza de la democracia, llevó a sus hijos más grandes. Mi hijo
menor Ariel, hasta ahora me reclama que yo no lo dejé ir porque él tendría diez
años más o menos, y yo tenía miedo porque a la noche hubo enfrentamientos y,
entonces por eso no quería que se vaya el más chiquito, pero ellos sí fueron… y él
lo vivió tan plenamente ese momento, que yo creo que fue una de las tantas cosas
por las que murió en paz.” CG, su marido se exilió en 1959.
Desde el exilio este importante episodio histórico se vivió con una emoción
desenfrenada. Los entrevistados recuerdan en detalle su vivencia frente a este
acontecimiento, vivido como un triunfo personal, profundamente emotivo: por un lado la
alegría provocada por la vuelta de la democracia y la derrota de ese enemigo, y por otro la
tristeza por todos aquellos compatriotas que no pudieron vivir ese momento y que se
quedaron en la lucha. Pollak (2006) sostiene que estos recuerdos fuertemente emotivos, se
fijan a la memoria y son narrados utilizando referentes sensoriales concretos que le dan
rigor de verdad al relato. Así, aparecen olores, sensaciones, emociones:
108
que era joyero, y lo primero que se veía ahí de todos lados eran lágrimas, porque la
alegría generalmente se manifiesta en la lágrima, porque después de tanto sufrir,
de ver, de escuchar… eso es algo grande, muy grande, es algo que muchos seguro
no entienden si se los explicás… porque tantas cosas se pasaron… tanta maldad se
pasó… durante tanto tiempo… en definitiva llevó casi 70 años, porque esto en
realidad empezó en el 40 y después el Partido Colorado siguió dominando todo… y
lo sufrimos todos, mis padres, mis hermanos, mis tíos e incluso mis hijos que
vinieron conmigo… ¡Qué no nos vamos a alegrar!” TOV, exiliado en reiteradas
oportunidades, por última vez en 1959.
Quienes eran niños al momento del exilio y habían crecido en la Argentina, o los
nietos de los exiliados, vivieron el retorno de la democracia con sensaciones contradictorias
que se resolvían en el plano de lo emocional, apelando a la racionalidad informativa de un
suceso político más de la región, o a una cierta indiferencia que intenta marcar distancia
con sus padres y abuelos por una lucha que ya no les pertenece:
―Y nos enteramos como todo el mundo por diario, radio… pero mi papá ya
había muerto… fue como un hecho… ya no nos afectó… quizás si hubiera vivido mi
papá hubiese sido de otra forma porque ¡él sólo se iba a ir… si era necesario
109
nadando iba a cruzar el río! Pero como… ya viste con toda la familia formada
acá…” MC, exiliada junto a sus padres en 1956.
Frente a este panorama, las familias consideraron que había llegado el momento de
hacerse conocer. Muchas familias coinciden sobre las estrategias que desarrollaron para
lograrlo:
110
las que habían perdido contacto por tanto tiempo. Aunque, en general, el panorama que
encontraron fue muy diferente al que esperaban. En muchos casos habían pasado tantos
años que ya no los conocían, lo que provocó grandes conflictos emocionales en los
exiliados debido a que las expectativas del regreso fueron creciendo día a día desde el
momento de la salida:
“Mi esposo quería ir a visitar a uno por uno a su pueblo y decirles: yo soy
fulano, yo soy Rubén Chávez y soy el hijo de don Remigio Chávez y de doña
Eleonora Blanco. Cuando tuvo la oportunidad de irse nuevamente a su país lo
acompañamos todos, los hijos, ya la nena mayor estaba de novia, así que también
lo acompañamos todos ¡y es como que nosotros sentimos que le iba a dar un
desmayo de la emoción! Cuando llegamos allá pensamos, bah, él pensaba, que le
iba a salir todo el mundo a saludar. Pero escuchamos que le decían: … Ahhh! Y
mirarlo fijamente… como no creyéndole… hasta que empezaban: si… fulano y
fulano, vos fuiste el que te fuiste, le decían algunos amigos que quedaron, grandes
como él ¿no es cierto? Y te digo que… el advenimiento de la democracia sirvió
para que él vaya a su tierra, se comunique con su gente que… le costó bastante
volver a comunicarse, hacerse conocer… ¿por qué? porque nadie lo conocía,
porque hacía treinta años o más que ya no estaba en su país.‖ AG, hija y esposa de
exiliados paraguayos.
Las representaciones que la población que había quedado en el Paraguay tenía sobre
los exiliados, los que habían sido perseguidos y, más aún, si habían participado en un grupo
revolucionario, criminalizados por el régimen, eran muy negativas. Sentimientos de temor,
rencor y culpabilidad hacia los que “abandonaron el barco”, “los que se salvaron
yéndose”, “los que se volvieron comunistas en otro país”, obstaculizaron el rencuentro
inicial, situación que en muchos casos se mantuvo sin poder restituir los lazos afectivos.
Pero en la mayoría de los casos se restablecieron las relaciones familiares y amistosas a uno
111
y otro lado de la frontera o se crearon nuevas relaciones transfronterizas, con el correr del
tiempo y, sobre todo, con la continuidad democrática que quitaba el velo de “peligrosidad”
que cubría a los exiliados, sobre todo por sus ideas foráneas, su determinación ideológica y
su experiencia de vida en países más desarrollados que el Paraguay de Stroessner, a través
del reencuentro y el reconocimiento del ―otro exiliado‖. Por todo, la mayoría de las
personas no se sienten obligada a mantener a lo largo de su vida las mismas afinidades con
los parientes o los mismos lazos amistosos, sólo en situaciones de quiebre violento, las
relaciones de la infancia se primordializan y sobre determinan, limitando la fluidez del
devenir de la vida que da a cada momento la posibilidad de crear y recrear relaciones:
“Hay una cosa que a mí me gustó mucho, de los sobrinos de Tito, porque un
solo hermano quedó allá en Asunción, después como que se reivindicaron sobre la
historia de sus tíos. Hace poco me contó mi hijo, de sus primos, que ellos en su
momento cuando eran todos criaturas, tenían vergüenza de lo que habían hecho sus
tíos, tenían vergüenza porque tenían miedo, porque les parecía que eran unos sin
vergüenzas, unos forajidos, unos oportunistas, ellos pensaron todo eso porque es lo
que se decía en los diarios de Asunción.” CG, su marido se exilió en 1959.
“… yo le dije a mis sobrinas, son ustedes las que tienen que remover todo
esto, y reivindicar a su padre, porque siempre se lo trató de bandido ¿viste? Porque
a todo el que persiguió la dictadura se lo trataba de bandido. La reivindicación
económica no significa nada, porque nunca va a reparar lo que pasaron ellos, a mi
me interesa su reivindicación moral, verdad, porque cuando ellos, con el tema de
Coronel Bogado, que le pegaron tanto, le agarraron… Fijate hasta donde llegaba
la arenga, que en la escuela de mis sobrinos, todas las mañanas sacaban a relucir
el tema este, pobre los hijos ¿no? Uno de mis sobrinos ya no quiso saber más nada
del padre, se hizo grande y salió del Paraguay, se fue y nunca más volvió, quedó
muy marcado con este tema del padre…” NG, exiliada junto a su marido en 1962.
Muchos de ellos no pudieron volver a fortalecer esos lazos rotos tras el exilio,
principalmente los de la segunda y tercera generación de estas familias, quienes
desarrollaron toda su vida en el exilio:
112
primos siempre me decían ¿por qué no vienen aunque sea un feriado? y yo le
digo… ¿vos te olvidás que los feriados argentinos no coinciden con los de
ustedes?… salvo que sea semana santa o cosas así… entonces en lugar de venir a
visitarlos venimos a molestar porque ustedes tienen que trabajar, en cambio mi
abuela estaba siempre… es como que hasta eso perdimos por culpa de la política…
en el entierro del hermano de mi papá, es como que sentimos que ni siquiera
tenemos tíos…hasta eso hemos perdido por la política les dije… pero estamos acá,
ustedes saben, me dicen… Si, sabemos que tenemos las puertas de su casa abierta…
pero de todas formas se pierde esa relación cotidiana.” MC, exiliada junto a sus
padres en 1956.
La idea del regreso siempre estuvo presente para todos los exiliados, sin embargo,
muchas familias no pudieron regresar al país hasta el advenimiento de la democracia,
debido a que sentían que su vida corría peligro si eran descubiertos en su país:
“…era un peligro cruzar, yo tampoco quería ir con los chicos, porque podía
quedar del otro lado, ellos sí venían cada tanto, los hermanos de él, la mamá, pero
nosotros no. (…) Y el vino en el ´58 y hasta el ´89 no pudo volver.” ES, su marido
se exilió en 1958.
113
Como demuestran los estudios realizados por CODEPU y DIT-T (1989) el período
de vida anterior al exilio siempre se recuerda como más feliz, más gratificante y las
fantasías acerca del pasado se van despegando de la realidad y esto dificulta la inserción del
exiliado en su nueva y presente situación. El futuro, en consecuencia, se vuelve espacio
nebuloso, incierto, temido:
48
En: CEDAPPA (2007) Memoria ―Exilio paraguayo en la frontera Argentina‖ II Audiencia Pública
Internacional.
114
tener él, un puesto de director de aeronáutica, mi otro cuñado manejaba el
helicóptero del gobernador Irrazábal, después otro fue gerente de Coca Cola… así
que nosotros también dimos nuestro granito de arena acá, a esta sociedad… y
también a nuestro país… porque vinimos a ser alguien acá… siempre me emociono
cuando pienso en eso… y se me aparecen unas lágrimas de por medio… (llora)
cortemos un poquito porque se me nubla el corazón… la tercera parte de nuestras
vidas, cuando nos quedamos acá, ya fue de bonanza… bonanza económica más que
nada… pero sin embargo, cada vez más extrañábamos nuestro terruño al no
saber… al no poder… cuando te prohíben parece que esa parte psicológica es lo
que más te duele… y bueno… ya entendimos que debíamos ir criando a nuestros
hijos como argentinos... que yo no les llamo así… ellos son “paraguayantinos”,
poné un poquitito esa palabra así les digo a los que son gente de exiliados, para
que ellos no se olviden de sus raíces, mi marido siempre decía: yo tengo el corazón
partido en dos, porque la mitad es de la Argentina y la mitad es del Paraguay,
porque así como le quiero a la Argentina, le quiero al Paraguay…” NM, exiliada
junto a su esposo e hijos en 1960.
Con una dictadura tan prolongada –recordemos que estamos hablando de 35 años de
este régimen en el poder- las posibilidades de un retorno al Paraguay eran cada vez más
lejanas, ya sea por el arraigo de los exiliados al nuevo país, por las pocas posibilidades
laborales que ofrecía el Paraguay, por el miedo que fue inculcado por la dictadura, como
por la negativa de repetir la historia con sus hijos una vez más:
“Aparte, sus hijos, están acá, entonces él también no quiere que sus hijos
pasen lo que él pasó, tal es así que cuando él tuvo la oportunidad de volver al
Paraguay con la caída de Stroessner se abrieron muchos panoramas, pero no es
que laboralmente estaba todo bien. Estaba todo bien para gente que tenía dinero y
podía ir a pasar una semana, pero para quedarse tenían que pasar allá unos dos o
tres años hasta que se pueda establecer de nuevo. Nosotros digamos, no somos una
familia de tipo medio alto, pero de tipo medio-medio si, medianamente los chicos
saben lo que es tener aunque sea unos pesos para tomar un helado, y desde el
colegio primario hasta la universidad, entonces eso hizo que él también pusiera los
pies sobre la tierra.” AG, hija y esposa de exiliados paraguayos.
115
el vino en plena adolescencia con dieciocho años, para cincuenta años atrás era un
nene, así que fue duro y eso tampoco quiso hacer con sus hijos…” AG, hija y
esposa de exiliados paraguayos.
A pesar de que muchos exiliados no regresaron a vivir al Paraguay; casi como una
forma de revelarse simbólicamente y de no perder su nacionalidad, jamás se naturalizaron
argentinos. Incluso a pesar de que hasta entrados los años ochenta, con el gobierno de Raúl
Alfonsín, por ley, a los extranjeros no se les permitía poseer propiedades. Como estrategia
para evitar naturalizarse, pusieron todos sus bienes a nombre de sus familiares argentinos
(hijos, esposas, etc.):
116
“Mis padres crearon escuelas acá, y dieron el puntapié inicial para crear
una universidad, a ellos tendrían que haberles otorgado la carta de ciudadanía y
no que yo tenga que venir a rogar que me la den… aunque por lo visto mi discurso
fue muy convincente porque no pasó una semana que me la otorgaron. Ya era el
año 75, ellos demostraron tanto… y nosotros ya estábamos muy afincados y
afianzados en nuestra vida acá… se debió un poco a eso de que… no queríamos
perder nuestra nacionalidad paraguaya… nos parecía horroroso que nos digan
tenés que renunciar a tu nacionalidad para poder tener la argentina, es una afrenta
directamente ¿no? Mis padres siempre lo consideraron así” FB, hija de exiliados.
Cuando las mujeres exiliadas reflexionan sobre cuál fue el papel que jugaron dentro
de la familia, reconocen constantemente que su rol era de contención, de ayuda al marido,
eran su apoyo moral, físico y sentimental. Y que esto se logra a través del conocimiento:
“… hoy te diría que la mujer que vive con un exiliado político tiene que, en
primer lugar, informarse cuál es su situación, por qué está en este país, cual es su
situación, qué le pasó, conocer todos esos antecedentes, recibir a sus amigos,
porque para ellos el amigo, el que es de su pueblo, o el paraguayo, que por
supuesto es de la misma extracción política, ocupa un lugar preferencial para ellos:
es importantísimo…” ES, su marido se exilió en 1958.
117
conocimiento, para aplicarlo en el tiempo y en el espacio que me tocó vivir.” AG,
hija y esposa de exiliados.
Los hijos de exiliados reconocen esto en el rol que sus madres desarrollaron como
sostén familiar y como referente moral para ellos. Esta percepción, sumada a las conductas
erráticas de sus padres, las ausencias prolongadas sin explicación y las infidelidades
paternas, producto en parte de dicha situación, colocaba a los padres en una situación de
inferioridad respecto de la madre desde la mirada de los hijos:
“Emocionalmente soy más estable, como mi mamá, mi papá no, porque era
un tiro al aire, porque venía y se iba, nunca sabía si volvía o no, si volvía a la
semana o a los dos años, eso yo jamás quise para mi vida, aunque terminé
casándome con un exiliado, pero de saber que mi marido estaba en esa situación,
jamás lo hubiese hecho, porque ya tenía la experiencia de mi madre y no quería
que me pase lo mismo. Te imaginás, de haberlo sabido desde un principio, jamás
hubiese aceptado una relación con él. AG hija y esposa de exiliados.
118
Así como los hombres fueron contenidos por las mujeres, las mujeres y los hijos de
exiliados encontraron contención, principalmente en las diferentes religiones y en el
estudio, para tratar de dar una interpretación y un sentido a su destino:
“… la que se tuvo que amoldar y tratar de amoldarlo a él, fui yo, pero como
te digo en base a mucho estudio de psicología…” AG, hija y esposa de exiliados.
Gran parte de los exiliados iniciaron su militancia política recién una vez en el
exilio. Muchos de ellos debido a que, en primera instancia, como mencionamos en
capítulos anteriores, la persecución política ―disfrazó‖ en el Paraguay la exclusión
económica y laboral, o actuó como ajuste de cuentas entre conocidos, rencillas con vecinos,
amenazas de muerte, etc. Otros salieron al exilio siendo niños o adolescentes, junto a su
grupo familiar y no llegaron a tener una actividad política en el Paraguay. Casi sin
excepción los exiliados participaron activamente en la militancia política por el retorno de
la democracia al Paraguay, incluso aquellos hijos que nacieron y se criaron en la Argentina,
pero lucharon por la democracia y los Derechos Humanos como una causa latinoamericana:
“Yo tuve una militancia argentina digamos, ya estaba casada, tenía hijos, ya
viene la militancia con… después yo me conecto con la gente del Partido
119
Comunista paraguayo, teníamos reuniones así, después se crea acá el MOPAL el
Movimiento Paraguayo de Liberación, en la que tengo una relación directa con el
creador y con este hombre… el teórico y el creador intelectual del movimiento, en
ese momento en Paraguay era una cosa que todos los días militábamos… te estoy
hablando de la década del 80 ya…” FB, hija de exiliados.
“…en Buenos Aires (…) ahí ya abrazó la causa directamente porque al ser
un exiliado y al sentirse ofendido con las autoridades de ese momento, abrazó la
causa de la revolución, y por eso a él le era difícil establecerse en un lugar, se
cambiaba permanentemente, porque sufrió persecución…” AB, hija y esposa de
exiliados.
120
“… después ya también siguió la época de los militares pero digamos que
como él tenía unos padrinos fuertes acá nos dejaron no tranquilos, nosotros nos
sentíamos vigilados, pero no fue tanta la persecución…” AG, su marido se exilió en
1958.
“Nunca nos molestaron en ese sentido, había sido que éramos todos
observados, estábamos todos en la mira, pero que nos hayan molestado en Buenos
Aires, que estuvimos diez años casados, viviendo juntos, en la capital un poco y en
Villa Ballester, no, que nosotros no nos hayamos dado cuenta capaz, porque había
sido que estábamos re vigilados, pero no, hicimos una vida normal, es más, las
fiestas siguieron y eran todas con el objetivo de reunir fondos, fiestas enormes,
picnic que se hacían para esas cosas. Yo compartí mucho pero a mí nunca,
personalmente no. Cuando se encontró el Archivo del Terror, mi hijo fue y se fijó y
dice que encontró hasta nuestra dirección de Buenos Aires en donde nosotros
alquilábamos una pieza, dice que estaba, todo registrado, que el día tal, se
reunieron en la casa de tal fulano y fulano, nos seguían por todos lados…” CG, su
marido se exilió en 1959.
“Durante tres décadas no pude regresar a mi país por temor, salvo fugaz y
subrepticiamente cuando falleció mi hermana María Celia, a los 24 años de edad,
en Diciembre de 1970. Cuando volví, en febrero de 1989, me encontré con otra
realidad, muy diferente a la del Paraguay que yo dejé, era otro país… ellos también
tenían miedo… como nosotros. La gente seguía hablando en voz baja… como si la
dictadura no hubiera caído ya…” JS, exiliado en 1961.
121
lejos de explicarse de manera sencilla, responde a una cascada de sucesos políticos,
acontecimientos históricos, decisiones e indecisiones personales y construcciones
vinculares que hemos tratado de desmadejar en este trabajo y que dan cuenta de las razones
por las cuales, luego de más de cinco décadas, es posible encontrarlos asentados
definitivamente en Posadas, con sus familias constituidas en la Argentina, pero
reconociéndose aún como parte inseparable de ese colectivo llamado ―exiliados
paraguayos‖.
Reflexiones finales
Sobre el Exilio
122
“Dicen los historiadores que en la Antigua Grecia, el ciudadano griego,
cuando lo condenaban al exilio -ellos llamaban el ostracismo- el ciudadano griego
prefería tomar la cicuta y no ir al exilio ¿Por qué? Porque consideraba que el
privarle al ciudadano de su tierra era tan grave o más que la muerte” NC, exiliado
en 1958.49
Según CODEPU y DIT-T (1989) un exilio forzoso, como el que debieron enfrentar
estas familias, significó un quiebre violento en la continuidad de la historia personal que
cada uno de sus miembros estaba desarrollando en un contexto histórico y social
determinado. La pérdida de este contexto en la que el sujeto estaba forjando su vida,
implica no solo un quiebre en los proyectos individuales que tenía, sino además en los
proyectos que lo incluían en un grupo, por ejemplo, en el que desarrollaba su práctica
política y solidaria, un proyecto colectivo de transformación de la sociedad. Siguiendo el
planteo de Castillo (1986), esto generó en los exiliado un sentimiento de castigo por
habérseles quitado, con el destierro, las cosas que hacían que él se reconociera a sí mismo,
provocando una sensación de profundo duelo, el cual no es individual y aislado, sino un
duelo grupal y compartido:
“El exilio no tiene precio, el exilio familiar no tiene precio, porque lo mejor
que te puede pasar es que puedas vivir cerca de los que vos amas y en donde vos
49
CEDAPPA (2007; 29).
123
querés, porque lo otro… bueno… la pobreza que se yo… porque mis suegros
vinieron detrás de sus hijos con una mano atrás y otra adelante, y se hicieron una
casucha allá lejos de la capital para poder sobrevivir, pero no es lo mismo que
soñar todo el tiempo con tu tierra y me imagino lo que pasaron esa gente, fue todo
muy duro…" CG, su marido se exilió en 1959.
El exilio implicó en muchos casos alrededor de tres décadas de ausencia, durante las
cuales se produjeron numerosos cambios, tanto para los exiliados como para los que se
quedaron en el Paraguay. Los proyectos familiares en común se fueron diluyendo cada vez
más, y la idea del regreso definitivo se volvía una posibilidad cada vez más lejana, por la
distancia afectiva y por el desconocimiento que se genera entre familiares –a uno y otro
lado de la frontera- con la ruptura violenta de los vínculos socio-afectivos-parentales
cotidianos. En efecto, luego de este hecho traumático, en las narraciones de los
entrevistados se deja ver un cambio profundo en la estructura identitaria de quienes
tuvieron que salir al exilio, lo que nos animó a observar los elementos del rito de pasaje
presentes.
“Mi marido salió del país, porque si no, en cualquier momento iba a caer
preso, porque venía de una familia liberal, es la misma historia que te van a contar
todos, él hace la secundaria con mucho sacrificio, porque sus padres siempre
fueron perseguidos... Entonces, cuando él termina y ve que todas las puertas están
cerradas, porque para trabajar allá tenía que afiliarse al Partido Colorado, y como
todo el mundo se iba a Buenos Aires, él también viene a la Argentina, y entra en
Bagley. Cuando logra entrar a trabajar, ya está pensando que su familia quedó
124
desprotegida allá. Tenía dos hermanos, uno que estaba más a salvo porque estaba
en el seminario para sacerdote. Entonces, a los seis meses sus padres ya se vienen
con una mano atrás y otra adelante y cuando llegan, él no tiene nada, vivía en una
pensión de mala muerte, no sabía adónde meter a sus padres, porque dormían todos
juntos en una piecita papá, mamá, hermanos, todos… ¿sabes lo que es que cuando
aparecen tus padres y vos no tengas ni dónde meterlos?” CG, su marido se exilió
en 1959.
Hallwach, entre los años 1920 y 1930, subrayaba que la memoria debe ser entendida
como un fenómeno colectivo y social, o sea como un fenómeno construido colectivamente
y sometido a fluctuaciones, transformaciones y mudanzas constantes.
50
En: CEDAPPA (2007) Memoria ―Exilio paraguayo en la frontera Argentina‖ II Audiencia Pública
Internacional.
125
Según Vicent Gualejac (1999) “cada individuo es depositario de la totalidad o de
una parte de las memorias familiares a partir de lo que ha visto, escuchado y vivido y de lo
que fue transmitido a partir de objetos, testimonios y relatos.” La herencia familiar invade
los ámbitos de la genética, lo afectivo, lo simbólico, lo económico y lo social,
condicionando al individuo de manera consciente e inconsciente. A partir de estas
consideraciones Makowski (2002) construye el concepto de ―Biografías Perforadas‖, que
en esta investigación nos sirve para comprender el por qué de las diferencias en las
memorias de cada uno de los miembros de estas familias. Cada uno trata de narrar su
historia a partir de los elementos con los que cuenta en su memoria, necesariamente llena
de ruidos, de suposiciones e invenciones que cubren o completan datos, situaciones,
sentidos de los hechos en los que participó su familia:
En este estudio, pudimos observar que hombres y mujeres realizan una selección de
acontecimientos, con matices y acentos diferentes. En efecto, mientras las memorias de
exilio de los hombres están llenas de episodios bélicos, clandestinidades, fundamentos
políticos e ideológicos, las memorias de las mujeres seleccionan aspectos económicos, de
organización doméstica, vicisitudes de lo cotidiano para afrontar la deslocalización y, sobre
todo, la asunción de nuevos roles proveedores para sus familias, en ausencia de sus esposos
y padres.
Los modos en que distintos hechos son reelaborados con el tiempo e interpretados
en la memoria, hacen que terminen convergiendo relatos equivocados, invenciones,
leyendas, donde se reconstruyen escenas imaginarias que le dan sentido a la historia y
vuelven coherente el relato. Esta reconstrucción no es arbitraria, responde a intereses y
126
deseos de quien la cuenta. La memoria colectiva, entre otras funciones, cumple la de curar
heridas abiertas:
Desde la perspectiva del individuo miembro del grupo, las memorias del pasado
familiar son reapropiadas y reconfiguradas a los efectos de ubicarse a sí mismo en un lugar
específico, desde el que narra la historia, dándole sentido a los acontecimientos familiares
recordados, “…las memorias familiares son para el individuo al mismo tiempo conciencia
de un apego y conciencia de una separación” (Citado en Candau, 2001: Pág. 138):
“Fui criando mis hijos ya como argentinos... y así fueron mamando este
suelo, se fueron criando… crié cinco hijos que ahora dieron a este país todo lo que
no le pudieron dar a su país verdadero, yo nunca les hice olvidar de sus raíces…
siempre les he hablado… ellos saben… recitan en guaraní, conocen el idioma,
todas las gracias que nosotros queremos decir y cuando no queremos que alguien
128
entienda, mis hijos todos saben la parte del guaraní qué es lo que quiere decir,
siempre fueron mamando eso…” NM, exiliada junto a su esposo e hijos en 1960.
Esta reapropiación va a permitirle elaborar y luego narrar su propia historia que será
confrontada a la de los otros miembros de la familia, así como la norma colectiva familiar.
Aún si pueden encontrar alguna resonancia con la que elaboran los diferentes miembros de
la familia la leyenda o novela familiar que se inscribe en primera persona:
“…Por eso te digo, tuve una vida así, en la que no la pasé mal… pero
comparándola con la de mis hermanos por ejemplo, fui la que más padecí el
exilio… el hermano mayor siempre es el que más sufre dentro de todo, por no tener
esas amistades… esos compañeros de colegio… mantener esos lazos. Después por
ejemplo, lo que son mis tíos… no los veía… fui cuatro o cinco veces a Asunción en
todo ese tiempo y recién ahora viste… ya puedo ir cuando quiera… pero antes no…
así como ahora agarramos el auto y vamos y venimos, tomamos el colectivo en un
ratito, antes tampoco había eso… ya te digo… nosotros no volvíamos. Recién en los
años 90 volví a ver a mis tíos…” MC. Exiliada junto a sus padres en 1956
“Yo, como hermana de R, quiero agregar en este punto una anécdota que
nos fue referida por su amigo y compañero C.M., fallecido ya, de tan querida
memoria: Después de las sesiones de torturas y estando todos de regreso a la
cuadra, el ambiente era de… bajoneo generalizado (es lo menos que se puede
decir). Entonces R, buscando levantar el ánimo de sus compañeros con su
característica empatía y sentido del humor, se ponía a “relatar” las sesiones de
tortura ¡como si se tratase de un partido de futbol!… Se lucia con sus dotes de
comediante, produciendo la hilaridad colectiva, a pesar de los pesares…y logrando
dominar también su propio deplorable estado” M. A. Hermana de un exiliado en
1957.51
51
Ayala Ferreyra (2011).
130
“…Siempre faltó contar esa parte del exilio ¿no?, la parte que contamos las
mujeres te voy a decir, como acompañantes, porque también somos víctimas y
también luchamos, desde nuestro lugar. Ponele que a nosotras no nos persiguieron,
no nos apresaron, pero también tuvimos que salir, no podíamos quedarnos allá
solas ¿quién iba a hacerse cargo de nuestra familia? Y ya acá… organizándonos
entre nosotras, para dar de comer al que venía, darle una cama, un techo, hablar
por trabajo, dar una mano, cualquier cosa… y te digo que no es fácil…” NM,
exiliada junto a su esposo e hijos en 1960.
Una de las consecuencias más crueles del exilio es la constante sensación de espera.
En la memoria de los exiliados, la patria se va idealizando en el recuerdo, y a la vez,
subsiste la idea del pronto regreso y la expectativa de que esta situación cambie en un lapso
breve. Es por ello, que el tiempo del exilio es recordado como un tiempo de espera, un
―estar con la maleta lista para partir‖ lo que refuerza el sentimiento de transitoriedad e
incluso limita el aprovechamiento de importantes oportunidades, como la posibilidad de
formarse, perfeccionarse o realizar algún tipo de aprendizaje que permita prepararse para
una permanencia prolongada.
El exiliado se enfrenta a una situación muy particular en la que, por un lado intenta
adaptarse a las condiciones impuestas por su nuevo lugar de residencia y, a su vez, espera
poder regresar a su tierra. Esto dificulta la integración y adaptación al país de acogida,
produciendo una actitud de rechazo y crítica solapada a los usos y costumbres locales a
veces, hasta con resistencia a aprender el idioma local, tener los hijos, o atender su salud:
“Cada vez que mi mamá estaba embarazada, volvía a Villa Rica y tenía sus
hijos en Villa Rica ¿entendés? Porque todavía subsistía la idea digamos de que su
permanencia en esta región iba a ser transitoria, entonces se iba Villa Rica, Tenía
sus hijos, se quedaba los 40 días, la famosa cuarentena y volvía, y así fue también
conmigo, cuando se va, viene a los 40 días, nosotros nacimos en Villa Rica, pero
jamás vivimos en Paraguay. Fijate vos que cuando ya nace Roberto, el más chico,
ya había una resignación y ya habían elaborado su vida acá y ya habían… ya no
hacen lo mismo, sino que lo tienen acá… por supuesto que lo tienen en el
policlínico Asunción, dirigido y atendido por médicos paraguayos.” FB, hija de
exiliados.
131
Halpern (2006) analiza a través de un recorrido histórico cómo en la Argentina, un
país que hasta la actualidad sigue valorando positivamente sólo a la inmigración europea, se
fue dando un proceso de estigmatización, etnicización, extranjerización y criminalización
de los migrantes latinoamericanos, por ejemplo, bajo las figuras xenófoba de ―bolitas‖ y
―paraguas‖.
Esto tiene un impacto directo en las condiciones materiales de vida de los exiliados
paraguayos, porque el imaginario que se tiene acerca de una población, influye como
mecanismo de regulación social, en términos de Bourdieu (1980), e intervienen
fuertemente en el desarrollo de la vida cotidiana de esas personas. Los imaginarios sociales
no solo indican a los individuos su pertenencia a una misma sociedad, sino que también
definen, en distinto grado, los medios inteligibles de su relación con ésta, “el imaginario
social es una pieza efectiva y eficaz del dispositivo de control de la vida colectiva y en
especial del ejercicio del poder. Es por eso que el juego de las identidades está en estrecha
relación con las formas de dominación en una formación histórica determinada” (En
Halpern, 2006: Pág. 29).
Halpern (2006) sostiene que el paraguayo, no fue incluido como un migrante más
dentro de ese crisol de razas que componía el país, sino como un elemento necesario para la
explotación de fuerza de trabajo en las regiones en que fue requerido. En Buenos Aires -
uno de los principales lugares a los que acudieron los exiliados- fueron invisibilizados y
tomado como parte de la barbarie del interior. Aunque si lo analizamos en líneas generales,
desde el Estado, nunca fueron implementadas con demasiada fuerza, políticas explícitas
que consistan en la atracción de fuerza de trabajo desde Paraguay, sino más bien se
intentaron afianzar las sanciones que se habían dispuesto como políticas de restricción.
132
“Los exiliados nunca se quedaron con los brazos cruzados porque siempre
había un hermano necesitado, otro enfermo, otro que quedó ciego, hubo mucha
gente que quedaron fundidos, muchas viudas quedaron… muchas cosas. Entonces
ellos necesitaban de esos fondos que juntaban en las fiestas que organizaban para
ayudar a la gente que peor estaba en el exilio, porque era una pobreza total, la
gente vivía muy mal en la villas miseria, indocumentados… mi marido decía que no
hay cosa peor que vos estés indocumentado, porque dice que tenés tanto miedo…
Como ellos ya venían corriendo del miedo, del terror era gente que temía mucho de
la policía, o de la gendarmería, o de lo que le toque” CG, su marido se exilió en
1959.
133
Organización Político Militar; PORA, entre tantas otras ―operaciones retorno‖, anónimas o
desconocidas por nosotros:
134
Siguiendo a Pollak (2006) y su estudio sobre judíos deportados, los exiliados
paraguayos siguen reunidos en grupos o asociaciones más o menos formales que
constituyen los únicos lugares donde sus recuerdos y memorias pueden ser vividos,
narrados y recreados libremente, porque integran una comunidad afectiva:
El exilio trasciende y se perpetúa, en forma directa en una condena a los hijos y los
nietos de las víctimas, a lo largo de tres generaciones que no logran dejar de ser extranjeros,
aunque sean argentinos por nacimiento.
Respecto de las memorias de los hijos de los exiliados, estos son herederos de una
memoria del horror. Nacieron donde no se suponía que fueran a nacer, porque no se
suponía que sus padres fueran a salir al exilio. Por ello, se esfuerzan por recoger los
fragmentos de sus historias familiares y por reconstruir así una memoria que les permita
librarse de un sentimiento frecuente de culpabilidad, por no estar a la altura del sufrimiento
de sus padres idealizados y heroizados o, rechazados y despreciados. Según la CVJ ―los
niños exiliados o nacidos en el exilio sufren una profunda fragmentación interna debido a
su pertenencia y socialización en el seno de una familia, que aunque se encuentra
deslocalizada, imparte pautas culturales también deslocalizadas, a través de la comida, la
música, el idioma, la religiosidad” (Informe CVJ, 2008, Tomo I, Pág. 61):
“No sé… esto que yo te estoy diciendo son cosas que estoy armando un poco
ahora… nunca me he puesto a analizar, que lo tendría que haber hecho, pero nunca
52 El 18 de octubre de 1891 el Partido Liberal del Paraguay, organizó una insurrección popular
contra el gobierno colorado del Presidente Juan Gualberto González, que fracasó. El Presidente del
Directorio, mayor Eduardo Vera, héroe de la victoriosa batalla de Curupayty y lugarteniente del
General José Eduvigis Díaz, murió en combate en esa fecha. La valentía y el idealismo de esta gesta
forman parte del ideario del Partido y la fecha constituye una celebración.
135
me he puesto a armar este rompecabezas… porque de por sí, seguí mi vida y
siempre fue acá… y lo que evidentemente, entre las cosas importantes que hacía mi
viejo era llevarnos a Paraguay, para que ver con que no perdiéramos nuestras
raíces, nuestra cultura, nuestro idioma, nuestras costumbres. Porque fue una cosa
de a ver… ¿cuántos años? Yo creo que me habrán mandado durante 14 años a Villa
Rica, después seguimos yendo pero no como antes, porque ¿viste? una cosa de que
a cierta edad ya no te manejan. Pero fueron muchos años… y además mucho
tiempo. Fijate vos, que cuando estás viviendo acá, tenés tus compromisos y allá te
ibas y no hacías absolutamente nada, era todo juego, era todo vincularse, era todo
estar ahí, era mucho tiempo para estar ahí…” FB, hija de exiliados.
La mirada de los hijos de los exiliados hacia las prácticas de memorias de sus
padres, introduce notas de humor, pero también de admiración y de respeto por la tragedia
de la que fueron protagonistas. De alguna manera, de este modo otorgan sentido y vuelven
concebible y aceptable esa imagen paterna disociada entre el hombre que fue y el hombre
que es, entre el joven guerrillero exiliado de ayer y el buen padre de familia de hoy:
“Sé que mi padre era un luchador; y el luchador, el que lucha por la verdad
y la justicia, el hombre que piensa, es peligroso, es mejor someter al hombre con la
ignorancia y el hambre… Mi padre fue un luchador cuando era joven y de viejito
ya, mantenía sus mismos ideales y principios, fue una persona honorable… a pesar
de su pobreza” PG, niña exiliada que perdió su identidad (según su documentación
argentina nació en 1970 en Puerto Rico, Misiones).
“Fácil no es, tenés que abrir muy grande tu corazón, porque tu vida no se
circunscribe solo a tu familia, sino a los amigos de él, que hasta hoy ocupan un
lugar. El otro día estuvieron reunidos acá, como diecisiete o dieciocho eran. Al otro
día yo tenía la virgen en casa y vinieron mis amigas a rezar. Porque mi esposo y
sus amigos se juntan y siguen diagramando, planificando, soñando… Porque si hay
algo para rescatar entre ellos, es que siguen reuniéndose y hablando de “su
causa”, siguen interesados en la política del Paraguay, informados en los más
mínimos detalles que vos ni te imaginas… y se siguen reuniendo y haciendo de
agentes multiplicadores de las noticias que tienen, entre ellos. Eso lo hicieron
siempre, antes lo hacían a escondidas, en la época de los milicos, de la represión
acá y ahora con menos temor. Y mi hijo me decía en broma ¿no? …y se reía: ¡A la
perinola! Ayer Bin Laden y su grupo haciendo la revolución y hoy ¡rosario de
jubiladas! ¿Quién entiende esta casa? (risas)….Mi hijo se ríe, pero con respeto…”
ES, su marido se exilió en 1958.
136
“Y vos viste cómo es papá, ahora está viejito pero sigue siempre igual…
caminador, inquieto…. me hace las compras, lleva a sus nietos a la guardería y
después sale de recorrida por los muchachos. Yo no sé de qué hablan, pero siguen
todos juntos planeando, organizando vaya a saber qué… Yo pienso que es la forma
que tienen de no decaer, de mantenerse activos… a pesar de la derrota, ellos
necesitan soñar con un mundo mejor…” A.C. Hija de exiliado en 1961.
Los hijos de los exiliados sostienen conocer desde siempre la historia de sus padres,
aún aquellos que eran muy niños al momento de la salida al exilio o, los que nacieron en el
extranjero. Si bien los padres intentan evitar por todos los medios el sufrimiento de sus
hijos, estos crecen inevitablemente con las heridas de sus padres, sean estas explicitadas o
no. En general, los padres van construyendo un relato familiar que narran a sus hijos
episodios y escena, comprensibles para la edad de los mismos. Por ello, muchas veces, es
en la edad adulta de ambos, cuando se produce el cierre narrativo, cuando padres e hijos
pueden sentarse a hablar de la tragedia como personas mayores. En muchas oportunidades,
el interés del investigador funciona como escenario, como desencadenante o como pretexto
para que los padres completen las memorias que narraron en fragmentos a sus hijos.
Las proyecciones que los exiliados hacen sobre sus hijos están cargadas de
expectativas y miedos como las proyecciones de la mayoría de los padres. Al respecto, no
podemos sostener que haya alguna marca traumática del exilio en este punto. En general,
los exiliados paraguayos en Posadas han impulsado a sus hijos a educarse como la principal
forma de inserción social. En las elecciones profesionales que hacen sus hijos, se reconocen
a sí mismos en su juventud. El relato de estas anécdotas que vinculan su experiencia de
vida como exiliado, con la vida de sus hijos en un contexto signado por la paz y la
estabilidad democrática, les permite reintroducir al relato sobre sus vidas, pautas de
normalidad/continuidad familiar, a pesar de las situaciones traumáticas que les tocó vivir:
Síntesis Final
Las vivencias traumáticas del ―cruce‖ se relatan como epopeyas por los hombres, en
tanto que las mujeres destacan cálculos, oportunidades, estrategias y ardides
desarrollados para la salida del país;
138
Los relatos de la ―espera‖ de las condiciones para el regreso están cargados de desazón
e impotencia por la pérdida del retorno democrático como posibilidad cercana
temporalmente; de estrategias sociales, económicas y culturales para reorganizar sus
vidas cotidianas y sostenerse en el nuevo contexto; y de la re-victimización cuando los
intentos armados en los que ellos mismos participaron u organizaron, fracasaron uno
tras otro;
Los olvidos, como los silencios –si fuera posible distinguirlos en la escucha
etnográfica- son una parte constitutiva de las memorias que cumplen funciones tan diversas
como complejas. En todos los casos, estructuran un relato concebible y contribuyen a hacer
el pasado psicológica, e incluso físicamente, soportable. A través de la sutil selección de
recuerdos aceptables, el narrador cierra sus heridas y evita abrir o reabrir heridas en quienes
lo escuchan, especialmente si se trata de sus hijos o de personas más jóvenes, a quienes
prefiere transmitir ideales antes que rencores o dolores.
Intentar llenar de sentido los silencios, borrar las cavilaciones, las incoherencias, los
hiatos del relato, en busca de una completitud que cierre la urdimbre de la historia personal
139
y familiar, hubiera sido avasallar la esencia misma de las memorias, su necesaria condición
dinámica de no completitud.
140
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Ana Beatriz González.
Anselma Benítez.
Fulvia Bordón.
Gladys Bernatto.
Marta Civils.
Teodoro Vera.
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El presente trabajo se propone analizar desde una perspectiva antropológica, las
memorias de un colectivo social conformado por distintos miembros de familias
paraguayas exiliadas en la Argentina por la Revolución de 1947 y la dictadura de Alfredo
Stroessner (1954 – 1989).
Indagamos sobre las condiciones materiales a las que estas familias se enfrentaron
tras la fractura producida por la diáspora y su reconstitución en el exilio; cómo se
desarrolló su nueva vida cotidiana y cuáles fueron los cambios y adecuaciones de roles que
se produjeron al interior del grupo para adaptarse al nuevo escenario del exilio en
Argentina.
Sabemos que las memorias del exilio se encuentran atravesadas por las
representaciones que desde el presente construyen las personas y los grupos según sus
posiciones, diferenciadas por las dimensiones, de género, edad y roles que debieron cumplir
tanto, al interior del grupo familiar como en relación a otros exiliados y al contexto mayor
de su nueva residencia.
Entendemos que las memorias familiares como bloques homogéneos, son sólo un
relato construido por un vocero quien porta la palabra autorizada, y que instala su memoria
como la memoria de todo el grupo familiar la cual también puede ser o no, producto de una
fuerte negociación interna, donde siempre hay una voz y una memoria ―autorizada‖ por la
familia que se presenta al investigador, en la que se diluyen las conflictividades y tensiones
y contribuye a la presentación de la familia frente a un otro.
154