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EL CONOCIMIENTO Y EL MÉTODO CIENTÍFICO

EL CONOCIMIENTO.

1. RESEÑA HISTORICA

Iniciaremos el esbozo histórico de hoy, en la antigua Grecia


aproximadamente en el siglo V AC. En medio de una lucha de Sócrates,
en contra de los postulados de los sofistas que él consideraba falsos y
malintencionados, por que pretendían separar al hombre de la verdadera
virtud universal, cuando estos cuestionaban si en realidad había un
conocimiento claro y objetivo, y uno de sus principales representantes, -
Gorgias- cuando afirma que nada puede existir en su plena realidad, más
adelante otro sofista sostiene “ ninguna opinión de una persona es más
correcta que la otra”; postulado relativista que los amantes de los
principios antológicos encuentran en total desacuerdo, pues nunca serán
iguales las opiniones emitidas por un sabio que por un ignaro, y era allí
donde también discrepaba Sócrates, porque al afirmar que no existía
ninguna verdad objetiva y universal, también querían asentir en que el
bien no era una verdad objetiva ni mucho menos con valides universal,
cosa de la que Sócrates estaba totalmente convencido.
Más adelante platón en su libro séptimo de la Republica nos dice que lo
que creemos conocer, no son más que copias, por lo tanto son
imperfectas, y que el conocimiento verdadero si existe, pero ya en un
plano superior, donde muy pocos logran acceder, a este plano Platón lo
llamo el mundo de las ideas, y explica esta visión de la realidad y de la
falsedad, dando un ejemplo netamente filosófico en el Mito de la Caverna.
Más adelante llega Aristóteles que también afirma que la verdad es una
abstracción, que se obtiene en primera instancia por la experiencia, pero
muestra su gran desacuerdo con Platón en la forma de llegar a esta
verdad, que para Aristóteles requería de un método determinado y
organizado.
En la edad media que yo personalmente denomino era de oscuridad,
donde la conciencia de la humanidad cae en una larga hibernación; pues
allí se pierde el interés por el conocimiento racional y científico quizá
especulando un poco por la fuerte influencia de la iglesia que aun
pretende dar respuestas a todo alejada de toda racionalidad.
Santo Thomas y otros representantes de la filosofía escolástica,
devuelven la confianza a la razón y a la experiencia combinando métodos
racionales con la fé en un sistema único de creencias.
Más adelante, renace el racionalismo en su expresión más pura con Rene
Descartes con su obra el Discurso Del Método, donde plantea como
nueva forma de llegar a alguna verdad por medio de la duda metódica, y
otros autores que también afirmaron que la principal fuente de
conocimiento era el razonamiento deductivo.
Aparecen también los representantes del Empirismo como Locke y Bacón
entre otros que afirmaban que la fuente primigenia del conocimiento era
la percepción, en esta misma línea aparece Hume quien dividió el
conocimiento en dos clases: el conocimiento de relación de las ideas, y
allí señalo a la lógica matemática, que es exacta pero que no aporta
conocimiento del mundo y según hume el conocimiento de lo mundano o
realidad se deriva de la percepción y este conocimiento de la realidad
descansa e las relaciones de causa y efecto.
Kant Emmanuel que con dos críticas de la razón pura y práctica, donde
en parte está de acuerdo con los racionalistas, en el sentido en que se
puede alcanzar un conocimiento exacto y cierto, pero tambien sigue en
parte a los empiristas al decir que dichos conocimientos son informantes
acerca de la estructura del pensamiento.
Siglo XIX Hegel retoma ideas racionalistas acerca de que el conocimiento
puede alcanzarse por medio de los procesos del pensamiento.
Ya en el siglo XX el Empirismo llega más lejos con Sanders Peirce,
cuando al conocimiento se le da un carácter de verdadero solo en el
sentido de la utilidad práctica.
Más avanzado el siglo XX surgen dos nuevas escuelas de pensamiento;
la escuela de Viena fundamentada en el empirismo o positivismo lógico,
que hizo hincapié solo en el conocimiento científico “todo conocimiento
valido tiene que ser verificable por la experiencia”.
Otra escuela surgente se ocupaba en el campo del análisis lingüístico o
filosofía analítica del lenguaje, sus miembros proponen estudiar de un
modo más objetivo o real términos claves para el conocimiento, como lo
son: percepción, probabilidad, conocimiento, tratando así de definir reglas
muy específicas para su uso con el fin de evitar confusiones verbales.
Como vemos conocer que es el conocimiento y cuales elementos son los
que lo conforman, no es tarea fácil, ni mucho menos dilucidaciones de
ilusos, se necesita para formular, deducir y juzgar, una bases muy bien
cimentadas que solo nos las puede proporcionar el intenso estudio,
hablando así de un modo un tanto racionalista, pero también viviendo y
aprendiendo por el contacto que se tiene con las personas y el mundo,
expresándome así algo empírica.
En fin es para mí la verdadera sabiduría, una síntesis de todo, que le
proporcione felicidad y satisfacción a hombre de ser lo que es “un ser
pensante”… un conocimiento que haga de los hombres, hombres
íntegros, buenos y Justos, pero ante todo que este conocimiento del que
tanto hablamos, nos haga mejores constructores, y se olvide de una vez
y para siempre como se utiliza el conocimiento para la aniquilación de la
propia especie y de la vida misma

2. DIFERENCIA EN TRE GNOSLOGÍA Y EPISTEMILOGÍA


Ensayo publicado en la Revista Actualidad No. 10 de octubre 2006 del
Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales -DIES- del Centro
Universitario de Occidente -CUNOC-
PUNTOS DE INTERÉS
El presente trabajo, es un pequeño ensayo con el que se pretende contribuir en
la comprensión de lo que es la epistemología y la gnoseología, frecuentemente
utilizadas como sinónimos. Además, de abordar sus diferencias se les ubica
dentro del campo de la filosofía, con las otras disciplinas que aún conserva esta
ciencia como la ontología y la lógica. Solamente, se abordan aspectos generales
para inquietar al lector.
Frecuentemente, cuando se trata el “problema del conocimiento” se piensa que
es una tarea de la gnoseología, mientras que, para otros es una tarea de la
epistemología. Parece, que hay cierta confusión en el manejo de estos términos
ya que se utilizan como sinónimos, aunque tienen sus diferencias.
Antes de explicar en qué se diferencia la gnoseología de la epistemología,
veamos donde se ubican dentro del campo de la filosofía.

Filosofía:

Durante la época de Herodoto, Tucídides y los presocráticos, filosofía significó


“amor” (philo) a la “sabiduría” (sophia). Eso, es lo que significa para todos dicho
término en su estructura verbal. De esa manera, un filósofo era aquel amante de
la sabiduría. Ese significado, es el que tuvo la filosofía por algún tiempo.
Posteriormente, durante la época de la auténtica cultura griega, el concepto de
filosofía adquiere un nuevo significado y deja de entenderse como el simple afán
o amor a la sabiduría. La filosofía, pasa a entenderse como la “sabiduría misma”.
Esa nueva forma de entender a la filosofía, trae consigo un problema: ¿qué es
el saber filosófico? ¿Es el que todos tenemos, sin haber aprendido ni
reflexionado sobre algo? O ¿es el que se obtiene cuando se busca? Hay
entonces, un saber aprendido sin reflexionar, el saber que se busca y el saber
que no se busca.
Eso, quiere decir que hay diferencia entre el saber que responde a una simple
opinión y el que deriva del conocimiento fundado racionalmente.
Con esa distinción entre el conocimiento bien fundado y la opinión, comienza
Platón su filosofía. Él, distingue a lo que llama “doxa” o saber que se tiene sin
haberlo buscado y la ciencia que llama “episteme” o saber que se ha buscado.
Es así, que la filosofía ya no significa amor a la sabiduría ni saber en general o
cualquier saber, sino ese saber especial que se tiene o se adquiere después de
haberlo buscado “metódicamente” es decir, a través de un método. Quiere decir
entonces, que de acuerdo a Platón, el verdadero saber filosófico sólo se puede
adquirir siguiendo determinado camino y aplicando determinados ejercicios
mentales de averiguación. A eso fue a lo que Platón llamó “dialéctica” y para él
este es el método de la filosofía.
Para Platón, la dialéctica consiste en suponer que lo que se quiere conocer es
“tal cosa o tal otra”, o sea, anticipar el saber que se busca, pero inmediatamente
negar y discutir esa tesis o afirmación que se ha hecho en discusión.
Dialéctica, es entonces, ese método de auto discusión o dialogo consigo mismo.
“Y así, suponiendo que las cosas son esto o lo otro y luego discutiendo esa
suposición, para substituirla por otra mejor, acabamos poco a poco por llegar al
conocimiento que resiste a todas las críticas y a todas las discusiones
dialogadas, o dialéctica, entonces tenemos el saber filosófico, la sabiduría
auténtica, la “episteme”, como la llama Platón, la ciencia.”(1)
Es así, que para Platón la filosofía adquiere el sentido del saber racional,
reflexivo o aquel que se obtiene mediante el método dialéctico.
Posteriormente, Aristóteles, discípulo de Platón y siguiendo su línea metódica,
hace que avancen significativamente los conocimientos reflexivos. Para él, la
filosofía designa la totalidad de conocimientos humanos, es decir, todas las
cosas que el ser humano conoce y el conocimiento de esas cosas.
Durante la edad media, la filosofía se sigue entendiendo en el mismo sentido de
Aristóteles, aunque, surge una disciplina aparte que se encarga de los
conocimientos acerca de Dios, separados del resto de conocimientos.
Esa disciplina es lo que se conoce como teología. Ese hecho, significó que el
saber humano durante esa época se dividiera en dos vertientes: la filosofía y la
teología. La primera, responsable de los conocimientos acerca de las cosas de
la naturaleza y la segunda, de los conocimientos acerca de Dios. La filosofía,
designa así todos los conocimientos humanos, excepto los de Dios.
En la era moderna, especialmente a partir del siglo XVII, aquel inmenso campo
de la filosofía empezó a desmembrarse con la salida de su seno de lo que serían
mas adelante las ciencias naturales. Dichas ciencias, constituyen su propio
objeto de estudio, sus propios métodos, sus propios progresos, así como, sus
propios sujetos especializados. En esa época, encontramos todavía personajes
como Renato Descartes y Gotfried Wilhelm Leibniz que eran al mismo tiempo
filósofos, matemáticos y físicos. Eran lo que todavía se conocía como espíritus
enciclopédicos o filósofos en el sentido aristotélico, es decir, personajes que
abarcaban todo el conocimiento alcanzado hasta ese momento. Sin embargo,
en el siglo XVIII, esos espíritus humanos capaces de abarcar todo el saber ya
se habían terminado, por lo que la filosofía empieza a no designar desde ya la
totalidad de conocimientos, porque había empezado el desgajamiento de
algunas ciencias como las matemáticas, física, química, astronomía, entre otras.
Posteriormente, sucedió lo mismo con otras disciplinas conocidas ahora como
social humanísticas, tales como la economía, el derecho, sociología, etc.
La filosofía pasa a ser entonces, la ciencia de los objetos desde el punto de vista
de la totalidad o universal, mientras que, las ciencias particulares, son los
sectores parciales o derivados del ser.
Después de todo ese desmembramiento, prácticamente se han reducido las
tareas de la filosofía, concretándose a dos esenciales: la ontología y la teoría del
conocimiento. Comprende todavía otras disciplinas como la lógica, la estética, la
ética y la filosofía de la religión por ejemplo.
La ontología, como una de las partes que le han quedado a la filosofía, significa
tratado o teoría del ser. Uno de sus propósitos, es responder ¿qué es el ser?,
por lo que es una teoría filosófica acerca de la reflexión sobre el ser en general
y del ser como tal. También, se le entiende como una teoría de los objetos
conocidos y cognoscibles.
Por otra parte, se tiene la teoría del conocimiento más conocida como
gnoseología o epistemología, cuya finalidad es el estudio del conocimiento de
los objetos.
Es así que en filosofía se distingue entre el estudio del objeto o el ser (lo
ontológico) y el conocimiento de él (lo gnoseológico o epistemológico).
Ahora bien, aunque se usan comúnmente como sinónimos ¿significan lo mismo
gnoseología que epistemología o tienen sus diferencias? Aclarémoslo.
Gnoseología y epistemología:
Tanto gnoseología como epistemología, significan teoría o tratado del
conocimiento y ambas tratan sobre el problema del conocimiento. Pero mientras
la gnoseología “lo hace desde la perspectiva de los grandes sistemas filosóficos
(Platón, Kant, Hegel por ejemplo) y de la crítica filosófica en relación a ellos (el
caso de los empiristas ingleses del siglo XVII), la epistemología lo hace desde la
perspectiva de la ciencia.”(2)
Desde el punto de vista gnoseológico, el proceso de conocimiento debe
comprenderse en la relación que existe entre sujeto-objeto y su resultado que es
el conocimiento mismo. El sujeto, ente cognoscente, es decir, el ser humano; el
objeto de conocimiento, es el universo, es decir, la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento humano. Por lo que en términos generales, la gnoseología
establece para el proceso cognoscitivo, los siguientes elementos:
El sujeto cognoscente,
El objeto del conocimiento.
La relación de conocimiento entre el sujeto y el objeto,
Los conceptos y categorías,
El medio ambiente en que se da el conocimiento y situación socio histórica en
que se produce.
El conocimiento es por lo tanto, una interrelación dinámica entre sujeto-objeto
mediada por los conceptos y categorías, y por supuesto inmerso dentro de un
medio ambiente y un contexto socio histórico.
La gnoseología, aborda el problema del conocimiento a través de los siguientes
aspectos centrales:(3)
La teoría general del conocimiento, que intenta despejar incógnitas como: ¿es
posible el conocimiento? ¿Sí? ¿No? ¿Hasta qué punto?; ¿Cuál es la fuente del
conocimiento? ¿la Razón? ¿la experiencia? ¿ambas?; ¿Cuál es la esencia del
conocimiento? ¿Cuál es el origen de las categorías? ¿Sujeto? ¿Objeto? ¿Una
relación entre ambas?; ¿Cuáles son las especies de conocimiento? ¿La razón
lógica? ¿La intuición?
La teoría especial de las categorías, que procura dar respuesta a las siguientes
preguntas: ¿Cuál es la naturaleza de la verdad? ¿Cuál es su criterio? ¿Qué son
las categorías? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo se originan? ¿Son inmutables,
universales y necesarias como lo quiere el racionalismo o por el contrario, son
particulares, mutables y contingentes al modo del empirismo?
Por el otro lado, está la epistemología que centra su atención en “la reflexión
crítica de la construcción de las teorías científicas específicamente, analizando
su estructura, su naturaleza interna, sus principios generales y, cosa muy
importante, la relación de estas teorías con los hechos y fenómenos que
pretenden describir, explicar o predecir. También trata de establecer los criterios
lógicos que se emplearán para aceptar como verdadera o falsa una Teoría.”(4)
Se puede decir entonces, que la epistemología trata sobre el proceso de
construcción del conocimiento específicamente científico, de la validez de las
categorías y conceptos, y la correspondencia con la realidad. Es así que esta
teoría o filosofía de la ciencia tiene como tareas las siguientes: determinar la
naturaleza de los conceptos científicos, investigar la forma y la naturaleza de las
teorías científicas, analizar el método científico, determinar los tipos de
explicaciones, diferenciar los tipos de razonamientos, analizar los conceptos de
la realidad y de la verdad y su relación con la ciencia, discutir el problema del
desarrollo científico, reflexionar sobre el rol práctico, social y político de la
ciencia, realizar una reflexión crítica confrontando distintas posiciones acerca de
la lógica de la construcción de las teorías, de su naturaleza, de sus principios
generales, de las relaciones entre estos y los hechos o fenómenos que intenta
describir, explicar si es posible predecir, establecer los criterios para aceptar
como verdadera o falsa una teoría. Como se indicó supra, tanto la epistemología
como la gnoseología tratan el problema del conocimiento, que no es más que la
interrelación que se establece entre el sujeto cognoscente y el objeto por
conocer. Esa interrelación, constituye un proceso, pues implica fases o etapas y
se sustenta en que nunca se deja de conocer. Aunque ambas tratan de lo
mismo, resulta importante hacer una diferenciación. En el caso de la
gnoseología, aborda el problema del conocimiento a través de los dos aspectos
centrales ya indicados:
La Teoría General del Conocimiento y la teoría especial de las categorías, es
decir, tienen por objeto el conocimiento en general.
Mientras que, la epistemología aborda el problema del conocimiento desde el
punto de vista científico, es decir, que tiene por objeto la ciencia.
La gnoseología, trata sobre el problema del conocimiento en general, cualquier
tipo de conocimientos sea o no científico, y la epistemología, únicamente el
conocimiento científico, aquel que se ha obtenido sobre la base de métodos.
Es así, que la epistemología trata únicamente el problema del conocimiento
científico. Dicho conocimiento, surge del conocimiento de sentido común, como
un perfeccionamiento, ampliación y profundización del mismo.
Por esa razón, el conocimiento científico se haya ligado a otro tipo de
conocimientos, desde científicos, ideológicos hasta míticos o mágicos. Eso, hace
que durante su construcción se incorporen categorías o estructuras que no son
parte del conocimiento científico, sino del conocimiento en general. Tal situación,
determina que sean tareas de la epistemología como ciencia del conocimiento,
establecer leyes que rigen el proceso de construcción de la ciencia, evitar que
se altere por la incorporación de conocimientos comunes o precientíficos, estar
pendiente que los conceptos o categorías que se establecen para enunciar una
teoría científica, sean respaldados por evidencia empírica, así como, demostrar
su validez y objetividad.
Etimológicamente, epistemología y gnoseología significan lo mismo, pero, tienen
diferencias de contenido y aplicación que todo investigador debe conocer. De
esa manera, sabrá con mayor precisión cuándo está frente a un proceso de
construcción de conocimiento común y cuándo ante uno de conocimiento
científico o ciencia.
¿En que se diferencia el conocimiento común del conocimiento científico?
El conocimiento común es subjetivo, pues depende de la experiencia individual,
aunque se tratare de una experiencia común, no sentida igual por todos los
humanos. Se basa en emociones y reacciones propiciadas por la vida misma, y
casi no existe la actitud crítica.
Ese tipo de conocimiento, solamente responde al ¿cómo?, no así al ¿por qué?,
de las cosas o fenómenos. Es práctico, porque su finalidad es práctica, o sea,
que se concretiza a conocer las cosas para poder operar con ellas, por ejemplo:
aprender a manejar un vehiculo. Es inexacto, porque no le interesa precisar los
conocimientos sobre las cosas, únicamente en sus aspectos generales, por
ejemplo: hablar de la perdida de poder de compra del dinero sin profundizar en
lo que es la depreciación o devaluación. El lenguaje que utiliza es el común, por
lo que es poco preciso o ambiguo y no explica. Es válido solo para algunos
porque depende de lo que cada quien haya vivido y experimentado. Se basa en
la fe y la confianza porque no necesita ser demostrado. Se adquiere al azar,
porque no se busca metódicamente.
Por otro lado, está el conocimiento científico como forma superior y especial del
conocimiento. Es científico, porque quien lo produce no es cualquier persona, es
un investigador, a quien además de interesarle los efectos que producen los
fenómenos, le interesa también conocer las causas para explicar racionalmente
su comportamiento y estructura. Eso, determina que el conocimiento científico
sea objetivo, porque comprueba en el experimento o praxis social las síntesis a
las que arriba. Responde al ¿cómo? y el ¿por qué?, le interesa conocer la causa
y efecto, es tan práctico como teórico. Tiene precisión y claridad, porque explica
los fenómenos tanto en sus aspectos generales como particulares. Emplea un
lenguaje especializado, porque está fundamentado en las leyes de la lógica y en
conceptos y categorías. Es universal, porque tiene validez para todos. Se puede
demostrar, porque deriva de la investigación de hechos reales y concretos. Se
adquiere siguiendo reglas, procedimientos y principios, por lo que es metódico,
lo que significa también que no se obtiene al azar sino que es buscado
conscientemente. Es predictible, porque es preciso e imparcial.
Son claras entonces, las diferencias entre el conocimiento común y el
conocimiento científico. Es importante tenerlas presentes, para entender mejor
cual es el campo de la gnoseología y la epistemología, y por lo tanto el proceso
de construcción de la ciencia como la forma en que se acuerpa el conocimiento
científico.

CITAS BIBLIOGRÁFICAS:

(1) GARCÍA MORENTE, MANUEL. LECCIONES PRELIMINARES DE


FILOSOFÍA. Editores Mexicanos Unidos; 8ª. Ed. México 1985, Pág.. 13.

(2) Vásquez, Héctor. SOBRE LA EPISTEMOLOGÍA Y LA METODOLOGÍA DE


LA CIENCIA SOCIAL. Universidad Autónoma de Puebla, 1ª. Ed. México 1984,
Pág.. 11.
(3) Vásquez, Héctor. Ibid. Pag. 13-14.
(4) GARCÍA AVILES, ALFREDO. Introducción a la Metodología de la
Investigación Científica. Editores Plaza y Valdez, 2ª. Ed. México 1997. Pág.. 40.

3. DEFINICIÓN
4. MMMM
5. Epistemología del conocimiento y los tipos de conocimiento
6. 1. La epistemología se ocupa de:
7. 1.1. La definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los
criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno resulta
cierto
8. 2. El conocimiento sensible:
9. 2.1. Se adquiere a través de la captación de un objeto por medio de los sentidos.
10. 3. Conocimiento conceptual:
11. 3.1. Es aquel que se forma a partir de un conjunto de representaciones definidas
como invisibles, inmateriales, universales y esenciales
12. 4. Conocimiento holístico:
13. 4.1. Hace alusión a la forma de captar los conceptos dentro de un contexto en
particular, como uno de los elementos que componen una totalidad, sin poseer una
limitación o estructura clara.
14. 5. Conocimiento Empírico:
15. 5.1. Se define como el conocimiento basado en la experiencia y en la percepción, que
todo hombre adquiere debido a las diversas necesidades que se le presentan en la
vida.
16. 6. Conocimiento Científico:
17. 6.1. Es un saber crítico con fundamentos, metódico, verificable, sistemático, unificado,
ordenado, universal, objetivo, racional, provisorio y que explica los sucesos a partir
de leyes.
18. 7. Conocimiento Explícito:
19. 7.1. lo tenemos y para ejecutarlo como conscientes de ello. Por esto es más fácil de
transmitir o representarlo en un lenguaje, debido a que sus características son: ser
Estructurado y Esquematizado
20. 8. Conocimiento Tácito:
21. 8.1. Es conocido como el tipo de conocimiento inconsciente, del cual podemos hacer
uso, lo que hace que podamos implementarlo y ejecutarlo, como se diría, de una
forma mecánica sin darnos cuenta de su contenido.
22. 9. Conocimiento Intuitivo:
23. 9.1. está definido como la aprehensión inmediata de las experiencias internas o
externas en su experimentación o percepción
24. 10. Conocimiento Revelado:
25. 10.1. Implica que todos los fenómenos que envuelve son inteligibles, implicando para
ello, siempre una actitud de fe, teniendo un fuerte peso en el comportamiento
humano.
26. 11. La epistemología es:
27. 11.1. Una rama de la filosofía, que trata de los problemas filosóficos que rodean la
teoría del conocimiento
28. 12. ¿Qué es el conocimiento?
29. 12.1. todo saber que se puede justificar racionalmente y que es objetivo. En este
sentido distinguimos el conocimiento de la opinión, de la creencia, de la fe o de las
ilusiones de la imaginación.
30. 13. El conocimiento fue concebido desde:
31. 13.1. la antigüedad de dos modos diferentes: bien como una imagen o
representación mental del objeto conocido por los estoicos.
Teoría del conocimiento

INTRODUCCIÓN

He aquí unos de los grandes temas de la filosofía de todos los tiempos elucidar en que
consiste el acto de conocer, cual es la esencia del conocimiento, cual es la relación
cognoscitiva entre el hombre y las cosas que lo rodean. A pesar de que es una operación
cotidiana no hay un acuerdo acerca de lo que sucede cuando conocemos algo.

Históricamente la primer interrogante surgió ante el hecho de si es posible tener algún


conocimiento de la realidad. El segundo surge cuando se plantea el problema de dónde es
que se originan nuestros conocimientos; será en las facultades sensibles o propiamente en
la razón. El tercero aparece cuando se trata de determinar la esencia del conocimiento y el
cuarto se da cuando hablamos de las formas del conocimiento. En resumen el conocimiento
plantea cuatro interrogantes que son: posibilidad, origen, naturaleza y formas.

El objeto del presente trabajo es explorar de una manera general las diferentes teorías que
sobre el conocimiento se han dado a través de la historia de la filosofía por sus más
reconocidos exponentes y así tratar de llegar por medio de la crítica a una conclusión que
nos permita tener una idea más clara de la magnitud del problema que ha representado y
representa hasta hoy en tema del conocimiento.

A la pregunta ¿por qué sabemos que sabemos?, no pretendemos dar una hipótesis de
solución en éste trabajo. Sería demasiado pretencioso, pues como ya lo hemos dicho la
teoría del conocimiento ha sido una de las principales preguntas para la filosofía. Mas sin
embargo podríamos obtener algunas conclusiones al respecto.

En el presente trabajo daremos un vistazo a las principales posiciones que sobre la teoría
del conocimiento se han dado; Platón Descartes, Aristóteles, Kant y Hume sin lugar a dudas
son los principales filósofos que han aportado sus teorías en este campo sobre el
conocimiento. Enseguida hablaremos sobre las posibilidades del conocimiento y las
principales posiciones al respecto; el dogmatismo, el escepticismo, el relativismo y el
subjetivismo, el criticismo y el pragmatismo. Sobre el origen del conocimiento veremos las
posiciones racionalistas, empiristas, intelectualistas y el apriorismo. Sobre la esencia del
conocimiento trataremos el objetivismo, el subjetivismo, el realismo con sus variantes, el
idealismo tanto subjetivo como objetivo y el fenomenalismo. Y por último, veremos las
formas o tipos de conocimiento tanto pre-científicas como el conocimiento científico y sus
características.

De lo anterior obtendremos las conclusiones pertinentes y mas que plantear una hipótesis
de solución pretendemos una reflexión sobre el tema y a lo sumo dar una opinión personal.

CAPITULO I
I.1 Teorías del conocimiento: sus principales filósofos.

La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. La Gnoseología o Teoría del


Conocimiento es una de las ramas clásicas de la Filosofía que intenta explicar éste
fenómeno. Ya los antiguos filósofos griegos la trataron extensamente, llegando a explorar
muchas de las sendas posibles: idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.

A través de la historia han surgido diferentes corrientes filosóficas respecto del conocimiento
tales como el idealismo representado principalmente por, Platón y Descartes, el realismo de
Aristóteles, el Criticismo de Kant y el empirismo de Hume. De las cuales haremos una breve
sinopsis a continuación.

I.2 Teoría del conocimiento para Platón.

Platón dijo, "La ciencia no radica en nuestras impresiones, sino en el razonamiento que
hacemos acerca de éstas. Aquí, efectivamente, es posible aprehender el ser y la verdad".

Por primera vez la teoría del conocimiento ocupó un lugar igualmente importante que los
resultados del conocimiento. Formalmente Platón hizo la pregunta: ¿Qué es el
conocimiento?, y rechazó la concepción que reinaba en la filosofía hasta este momento, que
afirmaba que el conocimiento significaba la percepción, que para conocer las cosas había
que entrar en contacto con ellas a través de los sentidos. En vez de esto, consecuente con
la supuesta existencia real de su mundo de las ideas, Platón distinguió entre el conocimiento
racional y sensorial. Y no es solamente, que el primero corresponde al conocimiento de las
ideas, y el segundo, al conocimiento de las cosas, sino que aún el conocimiento sensorial
necesita del apoyo del conocimiento racional: es cierto que los colores, por ejemplo,
conocemos a través de la vista y los sonidos, a través del oído, pero para percibir la
diferencia entre los sonidos y los colores, como también para entender los conceptos de
igualdad, del número o del concepto en general, necesitamos de la razón.

Dada en su famosa teoría de las Ideas, puede reducirse a lo siguiente: mundo de las Ideas.

La teoría del conocimiento de Platón explica la presencia de los conceptos universales en el


alma recurriendo a la Teoría de la Reencarnación, aprendida por Platón de los pitagóricos.

Platón establece a través de su metafísica el método dialéctico para el conocimiento y dice:


"El método dialéctico es el único que marcha, cancelando los supuestos, hasta el principio
mismo, a fin de consolidarse allí. Y dicho método empuja poco a poco al ojo del alma, cuando
está sumergido realmente en el fango de la ignorancia, y lo eleva a las alturas...".

Paso 1: el alma existe antes que el cuerpo. En su vida anterior, en el mundo suprasensible,
contempla las ideas.

Paso 2: cuando el alma se une al cuerpo, olvida el conocimiento que había adquirido.

Paso 3: en el mundo sensible, el hombre percibe por los sentidos los objetos que fueron
hechos por el Demiurgo, a partir de una materia preexistente (jora), teniendo como modelo
a las ideas.

Paso 4: la percepción sensible de los objetos despierta en el alma, por su semejanza con
las ideas, el recuerdo de las ideas olvidadas. De allí que se denomine a esta teoría "Teoría
de la Reminiscencia" o del recuerdo.

I.3 Teoría del conocimiento de Descartes.


La medida del conocimiento, según Descartes, es la razón. Los sentidos son útiles en la
vida, pero no en el conocimiento.

Para Descartes el conocimiento representó la búsqueda de la certeza.

Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al escepticismo reinante. Su


estrategia no fue el rechazo o la negación de la duda sino su aceptación hasta las últimas
consecuencias. Es decir, utilizó la duda como método y sometió todo conocimiento a duda
con el fin de encontrar una verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Así
llegó a alcanzar una certeza primera: “Pienso, existo.” Y teniendo en ella una base
inconmovible, reconstruyó el edificio filosófico. En primer lugar, alcanzó una segunda
certeza: la existencia de Dios. En segundo lugar, reafirmó la confiabilidad del conocimiento
científico, el cual tenía a Dios por garante.

Duda metódica: en busca de una certeza, decidió rechazar como falsa toda afirmación de la
que se pudiese dudar.

Duda del conocimiento sensible: los datos de los sentidos no son seguros, podemos dudar
de ellos. De hecho, los sentidos nos engañan a menudo. Incluso no hay indicios ciertos para
distinguir el sueño de la vigilia, por lo que todo lo que percibimos por los sentidos podría no
ser real. En consecuencia, todos los datos de los sentidos, inclusive el propio cuerpo, quedan
a un lado en esta búsqueda de la certeza.

Duda del conocimiento racional: como no se basan en los datos de los sentidos, las
verdades de razón (lógicas y matemáticas) no son alcanzadas por la duda, la cual recae
sobre el conocimiento sensible. Sin embargo Descartes señala que más de una vez nos
equivocamos al realizar algún cálculo, y lleva la duda al extremo de afirmar que podríamos
estar siendo engañados por un "genio maligno" o "dios engañador", astuto y poderoso.
¿Cómo podríamos defendernos de él?

Descartes dijo “Pienso, existo”: más allá de toda duda se encuentra nuestra propia
existencia. Incluso aunque admitiese que soy engañado por un genio maligno, ello no
invalidaría la certeza que tengo respecto de esta proposición mientras la estoy concibiendo
en mi espíritu. Pues no se trata de un razonamiento o una deducción (como todo lo que
piensa existe, si yo pienso, yo existo) sino de una evidencia que se impone, de un
conocimiento intuitivo que se obtiene de modo inmediato y directo.

Criterio de verdad: Descartes analiza su primera certeza para descubrir las notas distintivas
que le servirán de criterio para identificar otras afirmaciones verdaderas. La
afirmación “Pienso, existo” se presenta a la conciencia con "claridad" y "distinción". Por lo
tanto, serán aceptadas como verdaderas aquellas ideas que sean claras (ciertamente
presentes a la conciencia) y distintas (no confundidas con otras ideas).

Existencia de Dios: a pesar de haber encontrado una certeza absoluta (“Pienso, existo”), y
a partir de ella un criterio de verdad, de todos modos sigue en pie la duda que sobre todo
otro conocimiento nos genera la Hipótesis del Genio Maligno. La demostración de la
existencia de Dios despeja las dudas sobre el conocimiento racional, que tiene en Dios a su
garante. Su existencia se demuestra como causa externa de la existencia en la conciencia
de la idea de perfección, que no puede provenir del yo que duda y es imperfecto. Y siendo
Dios perfecto no puede ser engañador ni puede habernos hecho para que nos confundamos
sistemáticamente. Podemos equivocarnos porque no somos perfectos, pero no estamos
hechos para el error.

Conocimiento racional seguro: con Dios como garantía, el conocimiento lógico y matemático
recobra su seguridad y se desecha la Hipótesis del Genio Maligno.
Ideas innatas: son las ideas que no proceden ni de la experiencia ni de la imaginación, son
las únicas verdaderamente claras y distintas (la idea de Dios, por ejemplo).

Conocimiento sensible: se refiere a las ideas adventicias que, se supone, representan las
cosas reales. Pero ¿cómo superar la duda respecto de este conocimiento? ¿No será sólo
un sueño? ¿Cuál es su causa, su origen? Nosotros no, porque nos sentimos pasivos ante
ellas. Dios tampoco, porque él no es engañador. Debemos concluir que la causa de nuestras
ideas adventicias son las cosas externas realmente existentes. De todos modos, sólo
conocemos de ellas con claridad y distinción que son substancia extensa.

Ideas facticias: son las ideas producidas por la propia conciencia mediante la imaginación
(la idea de minotauro, por ejemplo).

Ideas adventicias: son las ideas que nos vienen del exterior, a través de los sentidos (la idea
de azul, por ejemplo).

I.4 Teoría del conocimiento de Aristóteles.

Aristóteles dijo: “…si todas las opiniones y todas las apariencias son verdaderas, es
necesario que todo sea, a la par, verdadero y falso. Pues muchos sustentan juicios contrarios
entre sí y consideran que yerran quienes no opinan los mismo que ellos”.

Aristóteles, como todos sus contemporáneos , entendía la filosofía en el sentido más amplio,
como el "conocimiento de la verdad".

En la filosofía, Aristóteles distinguía: 1) una parte teórica, relativa al ser, sus elementos,
causas y principios, 2) una parte práctica: sobre la actividad del hombre, y 3) una parte
poética: acerca de la creación. El objeto de la ciencia es lo general, a lo que se llega por la
razón. Pero lo general existe sólo en lo singular, sensorialmente perceptible, y puede
conocerse sólo a través de lo singular: es condición de todo conocimiento general, la
generalización inductiva, que no puede realizarse sin la percepción por los sentidos.

Aristóteles admitía cuatro causas: 1) la materia o posibilidad pasiva de un proceso de


formación, 2) la forma (esencia, el ser del ente), la actualización de aquello que en la materia
está dado sólo como posibilidad, 3) el principio del movimiento y 4) el fin.

La lógica formal aristotélica se halla estrechamente ligada a la teoría del ser, a la del
conocimiento y a la de la verdad, dado que en las formas lógicas Aristóteles veía, al mismo
tiempo, las formas del ser. En la teoría del conocimiento, distinguía el conocimiento fidedigno
<<Apodíctico>> y el probable, comprendido en la esfera de la opinión. En Aristóteles, sin
embargo, estas dos clases de conocimiento se hallan relacionadas entre sí a través del
lenguaje. Según él, la experiencia no constituye la última instancia para comprobar una
opinión, y las premisas superiores de la ciencia se ven directamente en calidad de
verdaderas por el intelecto y no a través de los sentidos.

Ahora bien, los altos axiomas del saber intelectivamente aprehensibles no son innatos a
nuestra mente y presuponen una actividad: acumulación de datos, orientación del
pensamiento hacia los hechos reunidos. El último fin de la ciencia, según Aristóteles, radica
en la definición del objeto, y ésta se halla condicionada por el hecho de unir la deducción con
la inducción.Como quiera que, en su opinión, no existe un concepto que pueda ser predicado
de todos los otros conceptos, y, por ende, los distintos conceptos no pueden ser
generalizados en un género único, Aristóteles señala la existencia de categorías, o sea, de
géneros superiores a los que se reducen los demás géneros de lo que realmente existe.

I.5 Teoría del conocimiento de Kant.


Los nuevos resultados de la filosofía kantiana se deben a la formulación de una nueva
pregunta filosófica: ¿Cómo es posible que basándose en las representaciones de las cosas
podemos saber algo de las cosas mismas? Ya que efectivamente, lo que nosotros
poseemos son tan solo representaciones, y sin embargo emitimos juicios que hacen
referencia a las cosas mismas; ¿cómo es posible este traslado? Escribiendo una carta a su
amigo Hertz, Kant lo expresó de la siguiente manera: "Me di cuenta que me hacía falta algo
distinto, algo que yo, y otros también, lo dejamos inadvertido en nuestras investigaciones
metafísicas, y que sin embargo, es la clave a todo este misterio encerrado en la metafísica.
Me hice, pues, la siguiente pregunta: ¿sobre que base, lo que se llama representación se
refiere al objeto?" .

La teoría del conocimiento de Kant, presentada en su Crítica de la razón pura, es uno de los
grandes hitos en la Historia de la Filosofía. Con ella pretende responder las objeciones de
Hume respecto del fundamento del conocimiento científico, basado, según el filósofo inglés,
sólo en la costumbre.

Kant no duda que el conocimiento científico, universal y necesario, es posible; la física de


Newton lo prueba. Y sabe que un conocimiento de este tipo no puede tener su fundamento
en la mera costumbre. Por ello no se pregunta por la posibilidad sino por las "condiciones
de posibilidad". Su teoría le permite encontrar el suelo firme para la Ciencia no en
el noúmeno en la realidad, en la cosa en sí sino en el propio sujeto, portador de formas
universales que obtienen de la experiencia la materia indispensable para construir su objeto
de conocimiento, el fenómeno.

Revolución copernicana: mientras los filósofos anteriores (racionalistas y empiristas) habían


puesto el acento en el objeto del conocimiento, Kant pondrá el acento en el sujeto que
conoce. El sujeto no encuentra al objeto como algo dado sino que lo construye.

A priori: independiente de la experiencia y condición de posibilidad de toda experiencia.

Noúmeno: la cosa en sí, la realidad tal como es en sí misma. (Permanece incognoscible.).

Caos de impresiones: las impresiones constituyen la materia del conocimiento. Sin ellas el
intelecto no conocería nada. Pero irrumpen en el intelecto en forma caótica y es éste quien
las ordena con sus formas a priori construyendo el fenómeno. Kant dice que las impresiones
sin las formas y las categorías que aporta el intelecto serían "ciegas". Por ello, si bien les
reconoce a los empiristas que todo conocimiento comienza con la experiencia, no admite
que todo conocimiento provenga de la experiencia pues el mismo sería imposible sin el
aporte que hace el sujeto de sus formas a priori.

Formas y categorías a priori: las formas y categorías a priori construyen el fenómeno a partir
del caos de impresiones. Kant sostiene que, sin las impresiones, las formas y categorías
permanecerían "vacías".

Objeto de conocimiento: el intelecto, con sus formas a priori de la sensibilidad y sus


categorías del entendimiento, construye, tomando como materia las impresiones caóticas,
el objeto de conocimiento, el fenómeno, que es intramental. El intelecto no conoce las cosas
tal como son en sí mismas (noúmeno) sino tal como él mismo las construye (fenómeno).

Ideas de la razón pura: las ideas de Dios, de alma y de mundo permanecen vacías. Son las
impresiones las que dotan de contenido a las formas vacías del intelecto, pero de las ideas
de la razón no tenemos impresión alguna. Estas ideas proyectan la tendencia de la razón a
realizar una síntesis cada vez más abarcativa, hasta un plano en el que este objetivo ya no
puede ser logrado.

I.6 Teoría del conocimiento de Hume.


Hume fue uno de los máximos representantes del empirismo británico. Sus críticas claras y
profundas al racionalismo despertaron a Kant de su "sueño dogmático".

Hume aplicó el método científico al estudio del espíritu humano, analizando los procesos
psíquicos con un modelo similar o equiparable al utilizado por Newton para el análisis de los
fenómenos físicos. Los elementos básicos o "átomos" son aquí las percepciones
(impresiones e ideas simples) que se relacionan espontáneamente entre sí según las leyes
de asociación de ideas (semejanza, contigüidad espacial y temporal, y causalidad). Como
todas las ideas derivan de las impresiones, no cabe hablar, como hacían los racionalistas,
de "ideas innatas".

Según Hume, las impresiones provienen de causas desconocidas. “No existe ningún
fundamento para reconocer la conexión causal necesaria entre los hechos”. Lo hacemos
porque trasladamos la experiencia al futuro no basándonos en el razonamiento alguno sino
en la costumbre. Nos hemos acostumbrado que después de apretar el gatillo resuena el
disparo. Por eso nuestras conclusiones, en este caso, son resultados más bien de la fe que
del saber. La búsqueda de las conclusiones causales es un instinto que tenemos por
naturaleza.

Percepciones: son los elementos básicos o primigenios de la actividad del espíritu, la cual
consiste precisamente en relacionarlos.

Impresiones: son percepciones vivaces e intensas y pueden provenir de la sensación


externa, también llamada simplemente "sensación" (oír, ver, etc.); o de la sensación interna,
también denominada "sentimiento" (desear, odiar, etc.).

Ideas simples: son percepciones débiles y oscuras. Se trata de copias de las impresiones y
provienen de ellas (recuerdos, fantasías de la imaginación, etc.).

Razonamientos: a partir de las ideas simples, el espíritu razona y construye proposiciones


e ideas complejas.

Ideas complejas: el espíritu tiende naturalmente a asociar las ideas


simples conformando ideas complejas. Las ideas más generales y abstractas provienen de
las ideas más simples y éstas de las impresiones. Si las ideas simples que componen una
idea compleja no se dan en ella en el mismo orden en que se nos dan las impresiones de
las cuales provienen, la idea compleja no responde a las impresiones sino a la imaginación.

Proposiciones de razón: son proposiciones cuya verdad depende de las mismas ideas
pensadas. Permiten lograr un conocimiento verdadero porque su contenido es necesario y
no contingente (Matemática y Lógica). Sólo en este plano es posible la "demostración".

Proposiciones de hecho: sobre las cuestiones de hecho no hay posibilidad de alcanzar un


conocimiento cierto, demostrativo, ya que allí no hay necesidad sino contingencia y, en
consecuencia, siempre lo contrario puede ser pensado sin contradicción. Sin embargo,
Hume sostiene que, en base a la observación regular y a la experimentación, pueden
formularse "pruebas" (que no permiten una duda razonable) o "probabilidades" (que recogen
experiencias con resultados variables). De todos modos, no tenemos de las cuestiones de
hecho verdadera ciencia, ya que la idea de causalidad que nos permite unir los fenómenos,
explicarlos y predecirlos, no se respalda en ninguna impresión y, por tanto, halla su
fundamento sólo en la imaginación y la costumbre.

Palabras: representan a las ideas, por lo que su significado deriva en última instancia de las
impresiones de las que proceden éstas.

CAPITULO II
II.1 Sobre la posibilidad del conocimiento.

Tendremos que determinar si el conocimiento es posible, es decir, si el sujeto puede o no


aprehender el objeto, si nuestras facultades nos suministran datos que nos permitan una
representación adecuada de la realidad o, por el contrario, si el hombre no puede tener
ninguna seguridad respecto del conocimiento de las cosas del mundo externo o interno.
Para tratar de resolver ésta dificultad, han surgido varios sistemas:

II.1.1 El Dogmatismo.

Están convencidos de que el conocimiento es posible. Por eso lo dan como un hecho.
Suponen que sí se puede dar una relación entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido.
No se interesan por hacer una justificación de éste problema, ni determinan la forma como
nuestras facultades conocen, ni la manera como los objetos nos son dados.

Según Hessen la concepción del dogmatismo, los objetos de la percepción y los objetos del
pensamiento nos son dados de una misma manera: directamente en su corporeidad .

II.1.2 El Escepticismo.

Toma una actitud contraria al dogmatismo. El sujeto no puede aprehender el objeto. En


efecto, los sentidos nos engañan, el hombre comete muchos errores, estamos sometidos a
las contradicciones, a la diversidad de opiniones entre los hombres respecto a una misma
cosa hace que no podamos tener ninguna seguridad respecto de nuestros conocimientos;
nuestras facultades cognoscitivas están sometidas al engaño. El sujeto cognoscente
depende de factores externos que impiden llegar al objeto.

Para Hessen “El escéptico podría recurrir a la duda como un escape, podría formular el juicio
de que el conocimiento es imposible”.

II.1.3 El Relativismo y el Subjetivismo.

Para el relativismo el conocimiento si es posible, dado que podemos tener algún grado de
certeza. Pero lo que niega de hecho es que podamos llegar a obtener verdades universales,
absolutas, inmutables. En efecto, nuestro conocimiento siempre es relativo, es decir
dependiente de factores y circunstancias especiales. Hay muchas circunstancias que
afectan al sujeto cognoscente. La actitud relativista queda formulada así por Protágoras “El
hombre es la medida de todas las cosas de las que son en cuanto que son y del que no son
en cuanto que no son”. Lo que significa que las cosas son para cada cual lo que cada cual
quiera pensar de ellas. Cada cual elabora su propia verdad.

II.1.4 El Criticismo.

El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son, fundamentalmente formas de


escepticismo. Como ya se ha dicho, la antítesis del escepticismo es el dogmatismo; pero
existe una tercera posición, que desarrolla la antítesis hasta llegar a una síntesis. Esta
posición intermedia entre el escepticismo y el dogmatismo es el criticismo. Esta posición
comparte con el dogmatismo una gran confianza en la razón humana; se parte de la
propuesta de que es posible el conocimiento humano, de que existe la verdad, pero mientras
esta noción induce al dogmatismo a aceptar con ligereza todas las afirmaciones de la razón
humana, si poner límites al conocimiento, el criticismo, cercano al escepticismo, propone la
confianza en cuanto al conocimiento humano en general y al mismo tiempo la desconfianza
hacia todo conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la
razón humana y establece criterios rigurosos, cuestiona los motivos y pide cuentas a la razón
humana; su proceder no es dogmático ni escéptico, sino reflexivo y crítico.
Para Hume “el criticismo es una media entre la temeridad dogmática y la desesperanza
escéptica”

El verdadero fundador del criticismo es Kant, cuya filosofía se llama pura y simplemente
“criticismo”. Kant llego a ésta posición a partir del dogmatismo y el escepticismo, posturas
éstas que considera exclusivistas; una tiene una confianza absoluta en la razón humana, y
la otra una gran desconfianza hacia la razón pura que se adopta sin previa crítica. Para Kant,
el criticismo supera esos exclusivismos; se trata según Kant de “aquel método de filosofar
que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones, y las razones
en que las mismas descansan, método que da esperanza de llegar a la certeza”. Este
posición parece madura en comparación con las otras cuando Kant dice lo siguiente, “El
primer paso en las cosas de la razón pura, el que caracteriza la infancia de la misma, es
dogmático. El segundo paso es escéptico y atestigua la prudencia del juicio ya instruido por
la experiencia. Pero es necesario un tercer caso, el del juicio maduro y viril”.

II.1.5 El Pragmatismo.

Afirma la posibilidad del conocimiento. Mas el conocimiento queda subordinado a la acción,


la que se convierte en fundamento de la verdad y de la certeza. El hombre antes de ser
teórico, es un ser práctico; de ahí que todo el valor de nuestro conocimiento es en base a la
acción. Es verdad lo que útil y provechoso al hombre.

William James, filósofo americano, el cual se considera como fundador del pragmatismo y a
él se atribuye su denominación. Otro exponente importante de esta corriente es el filósofo
inglés Shiller quien le da el nombre de humanismo. También en Alemania con Friedrich
Nietszche quien, partiendo de una valoración naturalista y voluntarista del hombre, propone
que “la verdad no es un valor teórico, sino tan sólo una expresión que designa la utilidad y
expresa aquella función del juicio que conserva la vida y sirve a la voluntad del poder”; lo
mismo se expresa de manera tajante y paradójica en lo siguiente: “La falsedad de un juicio
no constituye una objeción contra ese juicio. La cuestión es hasta qué punto estimula la vida,
conserva la vida, conserva a la especie y tal vez incluso educa a la especie”.

CAPITULO III

III.1 El Origen del Conocimiento.

Cuando tratamos el problema del origen del conocimiento queremos saber si todo
conocimiento se origina en la experiencia o en la razón; si el hombre viene de por sí dotado
de ciertos conocimientos o, por el contrario, requiere del concurso de las facultades
sensibles e intelectivas a la vez.

Para tratar de responder esta cuestión será necesario admitir que el ser humano tiene la
capacidad de conocer de alguna forma al objeto. Para explicar de que forma se puede
conocer han surgido diferentes teorías sobre el origen del conocimiento.

III.1.2 El racionalismo.

Esta postura sostiene que es el pensamiento, la razón, la fuente principal del conocimiento
humano. Para los racionalistas el conocimiento sólo merece este nombre cuando es
lógicamente necesario y universalmente válido. Cuando juzgamos, a partir de la razón, que
una cosa tiene que ser precisamente como es y no podría ser de otro modo, y que así es
siempre y en todas partes, estamos entonces ante un verdadero conocimiento.

Evidentemente, una forma especifica de conocimiento ha servido de modelo a la


interpretación racionalista del conocimiento y son las matemáticas, puesto que se trata de
una forma de conocimiento fundamentalmente conceptual y deductivo. En especial en la
geometría, todos los conocimientos se derivan de axiomas y conceptos supremos; de
manera que el pensamiento se desarrolla con absoluta independencia de la experiencia,
siguiendo sus propias leyes.

Los planteamientos más antiguos del racionalismos los encontramos en Platón, quien
estaba profundamente convencido de que la experiencia no puede llevarnos a un saber
autentico; lo que proporcionan los sentidos no es una Episteme, sino una Doxa, no un saber
, sino una mera opinión.

III.1.3 El Empirismo.

El empirismo a diferencia del racionalismo que propone la razón como fuente de


conocimiento, sostiene que el conocimiento procede de la experiencia, del contacto directo
con la realidad. Para el empirismo no existe un caudal de ideas situado a priori en el
pensamiento humano. La conciencia cognoscente no extrae sus contenidos de la razón,
sino de la experiencia.

Así como vimos que los racionalistas se formaron principalmente en las matemáticas, los
empiristas se formaron en las ciencias naturales.

Desde la antigüedad nos encontramos con ideas empiristas primero con los sofistas y mas
tarde con los estoicos y los epicúreos, pero no es sino hasta la época moderna en que John
Locke en el siglo XVII combate decididamente la teoría de las ideas innatas.

John Locke dijo: “La noción que a través de los sentidos adquirimos de las cosas exteriores,
aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento intuitivo, merece el nombre de
conocimiento”.

Y después afirmo:”Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia”.

III.1.4 El Intelectualismo.

El intelectualismo surge como mediador entre el racionalismo y el empirismo, sostiene que


tanto el pensamiento como la experiencia intervienen en la producción del conocimiento.

Al igual que el racionalismo sostiene que existen juicios lógicamente necesarios y


universalmente válidos, que se establecen sobre las bases no solamente de objetos ideales,
lo que también es admitido por el empirismo, sino también sobre objetos reales.

En la edad media se desarrolló esta teoría principalmente por Santo Tomás de Aquino, cuya
tesis fundamental establece que “el conocimiento de nuestro entender es el producto de
nuestros sentidos” <<cognitio intellectus nostri tota derivatur a sensu>>.

Para Santo Tomás, se comienza por recibir imágenes concretas de las cosas sensibles; a
partir de esto existe un “entendimiento activo”, que extrae de las “imágenes esenciales”; el
“entendimiento potencial” recibe estas impresiones y procede a juzgar sobre las cosas.
Formando así los conceptos esenciales, por medio de otras operaciones del entendimiento,
se obtienen conceptos supremos y generales, como los que se contienen en las leyes
lógicas del pensamiento. De igual manera, los principios supremos del conocimiento radican
originalmente en la experiencia. Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás declara que “el
conocimiento de los principios se nos da por medio de la experiencia”.

III.1.5 El Apriorismo.
Un segundo intento de intermediación entre el empirismo y el racionalismo es el apriorismo.
Esta posición considera también a la experiencia y al pensamiento como fuentes del
conocimiento, pero el apriorismo se maneja en un dirección contraria al intelectualismo: Para
esta corriente nuestra manera de conocer presenta elementos “a priori”; esto es ,
independientes de la experiencia; esta postura se comparte con el racionalismo; pero
mientras éste considera los factores a priori como contenidos de conceptos perfectos, para
el apriorismo los conceptos son formas del conocimiento y solamente reciben su contenido
de la experiencia; es en esta posición que el apriorismo se separa del racionalismo y se
acerca al empirismo.

Los elementos a priori se conciben como recipientes vacíos, que son llenados por la
experiencia. Hay un principio fundamental del apriorismo que dice: “Los conceptos
desprovistos de las intuiciones están vacíos; las intuiciones son ciegas sin los conceptos”.
A primera vista, este concepto parece coincidir con el axioma fundamental del
intelectualismo aristotélico- escolástico; puesto que se coincide en admitir un elemento
racional y uno empírico en el conocimiento humano. Sin embargo, se define la relación entre
ambos elementos en un sentido totalmente diferente.

El intelectualismo concibe el elemento racional como derivado del empírico: todos los
conceptos proceden de la experiencia; el apriorismo rechaza abiertamente esta derivación
al considerar que el elemento a priori no deviene de la experiencia, sino del pensamiento,
es de naturaleza racional. De cierta manera, esto identifica las formas a priori con los hechos
mismos, con la materia empírica, y los asimila al conocimiento. En el apriorismo el
pensamiento no se considera como una simple capacidad receptiva y pasiva frente a la
experiencia, como en el intelectualismo, sino como un proceso espontáneo y activo.

Se considera a Emmanuel Kant como el fundador del apriorismo, y dice: "No hay duda
alguna de que nuestro conocimiento comienza con la experiencia. (...) Mas, si bien, todo
nuestro conocimiento comienza con la experiencia no por eso originase todo él en la
experiencia”.

CAPITULO IV

IV.1 Sobre la esencia del conocimiento

Hablar de la esencia del conocimiento es plantear el problema de la relación sujeto-objeto.


Hemos entendido el conocimiento como una actividad del sujeto, por la cual pretende captar
el sentido de los objetos. El estudio de esa relación entre los dos elementos del
conocimiento, su naturaleza y sus límites, es lo que se han planteado algunos sistemas para
elucidar la esencia del conocimiento.

IV.1.1 El Objetivismo.

Para esta corriente, el objeto es el elemento decisivo entre los dos miembros de la relación
cognoscitiva; entonces el objeto determina al sujeto; el sujeto asume de cierta manera las
propiedades del objeto, reproduciéndolas en sí mismo. Esto supone al objeto como algo
totalmente definido que se presenta a la conciencia cognoscente. En esto reside la idea
central del objetivismo; los objetos están dados como una estructura completa; la conciencia
no hace más que reconstruir esa estructura.

Para Husserl: “El reino de la verdad se divide, objetivamente, en distintas esferas. No está
en nuestro albedrío el modo y el punto de deslinde entre las esferas de la verdad.”

IV.1.2 El Subjetivismo.
El subjetivismo busca el fundamento del conocimiento en el sujeto, ubicando la esfera de
las Ideas y todo el conjunto de principios del conocimiento en el sujeto, que se convierte así
en el punto del que pende, la verdad del conocimiento. Se debe señalar que cuando se habla
de sujeto, no significa un sujeto concreto, individual, sino un sujeto de índole superior,
trascendente.

IV.1.3 El Realismo.

Es aquella postura epistemológica que afirma que existen cosas reales, independientes de
la conciencia. Esta posición tiene diversas modalidades:

IV.1.3.1 Realismo ingenuo.

Llamado así porque no se encuentra influido por ninguna reflexión crítica acerca del
conocimiento; el problema esencial del sujeto y el objeto no existe para él; tampoco distingue
entre la percepción, que es un objeto de la conciencia y el objeto percibido y el objeto
percibido, no entiende que las cosas no nos son dadas en sí mismas, en su corporeidad,
sino sólo como contenidos de la percepción con los objetos, atribuye a unos las propiedades
de los otros.. Así las cosas son exactamente tal y como las percibimos. Son propiedades de
las cosas en sí mismas, independientemente de la conciencia que las percibe.

IV.1.3.2 Realismo Natural.

Esta influido por reflexiones críticas respecto del problema del conocimiento, lo que se
evidencia en que no se identifica el contenido de la percepción y el objeto, sino que
discrimina uno del otro: Sin embargo establece que los objetos responden exactamente a
los contenidos de la percepción.

IV.1.3.3 Realismo Crítico.

Para esta forma de realismo no es conveniente que las cosas converjan en los contenidos
del la percepción; sino más bien al contrario, que las cualidades o propiedades que
percibimos sólo por uno de los sentidos, existen únicamente en nuestra conciencia y surgen
cuando determinados estímulos externos actúan sobre los órganos de nuestros sentidos y
se configuran como reacciones de la conciencia, dependiendo naturalmente de ella misma,
por lo que no tiene carácter objetivo, sino subjetivo; sin embargo, es conveniente suponer
en las cosas algunos elementos objetivos y causales que nos den la pauta para explicar la
aparición de estas cualidades.

De acuerdo con Hessen de que “la existencia del mundo real no descansa en el
razonamiento lógico, sino en la vivencia inmediata, en la experiencia que genera la voluntad”

IV.1.4 El Idealismo.

El idealismo en el sentido epistemológico, sostiene que no existen cosas reales,


independientes de la conciencia; dado que se eliminan los objetos reales, quedan solamente
dos clases de objetos: los de la conciencia, que equivales a las ideas como imágenes y a
los sentimientos; y los objetos ideales, que son las entelequias de la lógica y de las
matemáticas que llevan en sí, su principio y su fin.

El idealismo considera los objetos reales como objetos de la conciencia, o bien los mismos
como objetos ideales; de ahí resulta las dos formas del idealismo:

IV.1.4.1 Idealismo subjetivo o psicológico.


Considera que toda la realidad se encuentra encerrada en la conciencia del sujeto; así que
las cosas son solamente contenidos de nuestra conciencia y por lo tanto al dejer de ser
percibidas dejan de existir; puesto que no poseen un ser independiente de nuestra
conciencia, que es lo único real.

IV.1.4.2 Idealismo objetivo o lógico.

Parte de la conciencia objetiva de la ciencia, de acuerdo al método de las obras científicas;


así que el contenido de esta conciencia no es un complejo de procesos psicológicos, sino la
suma de pensamientos, de juicios. Dicho de otra manera, no hay nada psicológicamente
real, sino lógicamente ideal, como en un encadenamiento de juicios.

IV.1.5 El Fenomenalismo.

En el tema del origen del conocimiento se encuentran frente a frente el racionalismo y el


empirismo y por lo que se refiere a su esencia se enfrentan el realismo y el idealismo; pero
tanto como al origen como a la esencia del conocimiento se han dado intentos para
reconciliar estas posiciones opuestas. Aquí nuevamente Kant, quien intentó mediar entre el
realismo y el idealismo, lo mismo que entre el racionalismo y el empirismo, donde su filosofía
se presenta como un apriorismo o trascendentalismo; pero como una mediación entre el
idealismo y el realismo, se presenta como un fenomenalismo.

Conforme a esta teoría no conocemos las cosas como realmente son, en sí mismas, sino
como se nos aparecen.

Para el fenomenalismo existen cosas reales , pero su esencia permanece desconocida para
nosotros; sólo podemos saber qué son las cosas; pero no lo que son.

De esta manera coincide con el realismo al admitir la existencia de las cosas reales; pero
también coincide con el idealismo en tanto que limita el conocimiento a la conciencia, a todo
lo que es aparente, de donde se deduce la imposibilidad del conocimiento auténtico de la
realidad.

CAPITULO V

V.1 Las Formas o especies del conocimiento.

V.1.1 Tipos precientíficos de conocimiento.

De acuerdo a Marx Wartofsky: Es un error creer que la ciencia no tiene nada que ver con el
conocimiento de tipo usual. El hecho de que el pensamiento científico se origine en la
actividad humana inteligente que utiliza conceptos, y en el entendimiento humano racional
que reflexiona sobre ellos, lleva a una conclusión más ponderada que las dos anteriores:
toda ciencia es un conocimiento por medio de conceptos es conocimiento científico.

1. La utilización más manifiestamente discutible del término ciencia es la que se da al


aplicarlo a charlatanerías, supercherías y supersticiones sistematizadas

Los prototipos de la explicación científica se encuentran con frecuencia ocultos porque se


tiende a descartarlos, o como productos del sentido común ordinario o como producto de la
ignorancia y la superstición.

2. Hay otro tipo de conocimiento que, si bien no aspira a llamarse ciencia, posee un
significado en la génesis del pensamiento científico: es el que se expresa en proverbios,
dichos populares y reglas empíricas
Tal sabiduría popular por lo que se refiere a la experiencia humana y semejante saber
artesanal constituyen el producto de la múltiple experiencia de las generaciones.

3.- Finalmente, existe un malentendido popular que se manifiesta en el lenguaje habitual y


encierra una verdad a medias.

El lenguaje popular suele calificar de "ciencia" dicha pericia y dominio de la técnica o de las
reglas de trabajo.

Hemos examinado tres tipos de conocimiento: a) el de la explicación a base de poderes o


seres imaginados; b) el de las generalizaciones a partir de la experiencia, y c) el de las
técnicas o reglas de actuación bien establecidas.

Como todos ellos representan tipos precientíficos de conocimiento.

V.1.2 Orígenes, razones y causas.

Entre las primeras formas de explicación se encuentra aquella que da cuenta de los
fenómenos de la naturaleza sobre la base de acciones y propósitos de tipo humano y
personal, y se imagina las fuerzas naturales como vivas, conscientes e intencionales.

La imaginación poética y dramática remodela lo pavoroso, lo sorprendente de acciones e


impresiones humanas, y el mito sirve para sugerir cierta intimidad con la naturaleza, una
manera de no sentirse incómodo ante lo desconocido hay en el mundo natural y en nosotros
mismos.

V.1.3 Los principios físicos de la explicación.

La no aceptación de explicaciones mitopoéticas a base de tales entidades imaginarias


personales se encuentra estrechamente relacionada con los primeros casos en que se da
una explicación física.

Con el desarrollo de los nuevos modos de explicar, los modelos mito poéticos y mágicos se
transformaron radicalmente: en lugar de entidades personales, con motivos de tipo
antropomórfico y con la fisonomía de un Tú, comenzaron a actuar, como medio
independiente de explicación, principios físicos concebidos a base de sustancias naturales
corrientes.

En la explicación de los fenómenos naturales también se sustituyeron los dioses, dotados


de intención, por "elementos": agua, aire, fuego, tierra o combinaciones entre ellos.

EL universo es, en suma, inteligible por su propia naturaleza, o resulta racional por ser como
es.

V.2 El conocimiento científico y sus características.

La ciencia es una de las actividades que el hombre realiza, un conjunto de acciones


encaminadas y dirigidas hacia determinado fin, que es el de obtener un conocimiento
verificable sobre los hechos que lo rodean.

El pensamiento científico se ha ido gestando y perfilando históricamente, por medio de un


proceso que se acelera notablemente a partir del Renacimiento. La ciencia se va
distanciando de lo que algunos autores denominan "conocimiento vulgar", estableciendo una
gradual diferencia con el lenguaje que se emplea en la vida cotidiana. Porque la ciencia no
puede permitirse designar con el mismo nombre fenómenos que, aunque aparentemente
semejantes, son de naturaleza diferente.

Otras cualidades específicas de la ciencia, que permiten distinguirla del pensar cotidiano y
de otras formas de conocimiento son:

Objetividad: se intenta obtener un conocimiento que concuerde con la realidad del objeto,
que lo describa o explique tal cual es y no como desearíamos que fuese. Lo contrario es
subjetividad, las ideas que nacen del prejuicio, de la costumbre o la tradición. Para poder
luchar contra la subjetividad, es preciso que nuestros conocimientos puedan ser verificados
por otros.

Racionalidad: la ciencia utiliza la razón como arma esencial para llegar a sus resultados. Los
científicos trabajan en lo posible con conceptos, juicios y razonamientos, y no con las
sensaciones, imágenes o impresiones. La racionalidad aleja a la ciencia de la religión y de
todos los sistemas donde aparecen elementos no racionales o donde se apela a principios
explicativos extra o sobrenaturales; y la separa también del arte donde cumple un papel
secundario subordinado, a los sentimientos y sensaciones.

Sistematicidad: La ciencia es sistemática, organizada en sus búsquedas y en sus resultados.


Se preocupa por construir sistemas de ideas organizadas coherentemente y de incluir todo
conocimiento parcial en conjuntos más amplios.

Generalidad: la preocupación científica no es tanto ahondar y completar el conocimiento de


un solo objeto individual, sino lograr que cada conocimiento parcial sirva como puente para
alcanzar una comprensión de mayor alcance.

Falibilidad: la ciencia es uno de los pocos sistemas elaborados por el hombre donde se
reconoce explícitamente la propia posibilidad de equivocación, de cometer errores. En esta
conciencia de sus limitaciones, es donde reside la verdadera capacidad para auto corregirse
y superarse.

V.3 Los tres modelos del proceso de conocimiento.

Adam Schaff, nos dice de que a pesar de que los historiadores y los representantes de otras
ciencias tengan o no conciencia de del valor que ha tenido la filosofía en el desarrollo de sus
disciplinas y en sus puntos de vista sobre el proceso del conocimiento y , por consiguiente
sobre el problema de la verdad.

El análisis filosófico del proceso del conocimiento y sus productos, constituye la sustancia
de lo que se denomina la teoría del conocimiento.

Los tres aspectos que aparecen en todo análisis del proceso de conocimiento son: El sujeto
cognoscente, objeto de conocimiento y conocimiento como producto del proceso
cognoscitivo. Se hace una abstracción de l aspecto psicológico por lo que no se ocupa del
análisis del acto de conocer, concentrándose exclusivamente en la problemática
gnoseológica.

Adam, distingue tres modelos fundamentales del proceso de conocimiento. Si por proceso
de conocimiento, entendemos una interacción específica entre sujeto cognoscente y el
objeto del conocimiento, que tiene como resultado los productos mentales que
denominamos conocimiento.

El primer modelo tiene la concepción mecanicista de la teoría del reflejo en donde el objeto
de conocimiento actúa sobre el aparato perceptivo del sujeto que es un agente pasivo,
contemplativo y receptivo; el producto de éste proceso es un reflejo o copia del objeto, reflejo
cuya génesis está en relación con la acción mecánica del objeto sobre el sujeto.

Éste modelo está efectivamente representado en la historia del pensamiento filosófico y de


ahí parte a los restantes dominios del pensamiento. Se remonta por lo menos a la teoría
democritiana de los eidola y subsiste hasta el moderno sensualismo y el empirismo
trascendente. Sin la teoría del reflejo, sería imposible defender de manera consecuente la
definición clásica de la verdad.

El segundo modelo es el idealista o activista, en el se produce todo lo contrario que en el


primero: el predominio o la exclusividad, vuelve al sujeto cognoscente que percibe el objeto
de conocimiento como su producción. Éste modelo se ha concretado en diversas filosofías
idealistas subjetivas y, en estado puro, en el solipsismo.

El tercer modelo que, al principio de la preponderancia de uno de los elementos de la


relación cognoscitiva (del objeto en el primer modelo y del sujeto en el segundo), opone el
principio de su interacción.

Este modelo propone , en el marco de una teoría modificada del reflejo, una relación
cognoscitiva en la cual el sujeto y el objeto mantienen su existencia objetiva y real, a la vez
que actúan el uno sobre el otro.

Ese evidente que la elección de cualquiera de éstos tres modelos implica importantes
consecuencias para el conjunto de nuestra actitud científica y en particular para la
concepción de la verdad.

Existen otros modelos de relación cognoscitiva como el dualismo o el ocasionalismo pero el


autor no los considera por su carácter anticientífico, es decir místico, que les quita todo valor
heurístico.

En conclusión Schaff opta por el tercer modelo de relación cognoscitiva, que es la de la


teoría del espejo interpretado en su sentido activista.

Éste modelo de relación sigue siendo una relación entre sujeto y objeto, siendo esto la
evidencia misma, en la que si desaparece uno de sus términos la relación cesa de inmediato.

En éste modelo es evidente que el objeto de conocimiento existe objetivamente,


independientemente de cualquier espíritu cognoscente y el sujeto es el termino principal de
la relación cognoscitiva.

La concepción del individuo debe anteponerse, puesto que constituye el problema de


cualquier filosofía del hombre considerada en sí misma, sino también de cualquier análisis
en el que el hombre, como individuo concreto, activo, desempeñe un papel importante.

CONCLUSIONES

A nuestra pregunta inicial ¿por qué sabemos que sabemos? su respuesta se debate
fundamentalmente entre dos posiciones opuestas y una tercera que intenta mediar entre
ellas.

Si nos referimos a las posibilidades del conocimiento las opiniones van desde el dogmatismo
al escepticismo en el que el primero acepta el conocimiento sin pedir ninguna justificación
mientras que el segundo pone en duda el conocimiento argumentando que los sentidos nos
engañan; el relativismo y subjetivismo que acepta la posibilidad de conocimiento al tiempo
que niega la posibilidad de conocimientos universales o el pragmatismo que acepta el
conocimiento solo en medida de su practicidad o utilidad. Así pues aparece Kant que acepta
la posibilidad del conocimiento, pero un conocimiento reflexivo y crítico.

Por lo respecta al origen del conocimiento las posiciones se debaten entre el racionalismo y
el empirismo en el que para el primero es la razón la que determina el conocimiento pues
sin ésta el objeto del conocimiento no existe y por parte de la segunda dice que todo
conocimiento proviene de la experiencia externa de los sentidos; para mediar entre estas
posturas surge el intelectualismo y el apriorismo, en el que el primero acepta el conocimiento
como un proceso de la razón alimentado por la experiencia y en el segundo añade el
concepto del “a priori“ o sea conocimientos independientes de la experiencia pero que se
alimentan de ésta.

Con relación a la esencia del conocimiento tenemos al objetivismo y al subjetivismo;


mientras que la primera atribuye al objeto la función principal del proceso cognoscitivo la
segunda le da al sujeto esta facultad preponderante; así como entre el realismo y el
idealismo que afirman o niegan la existencia de las cosas independientes de la conciencia.

De lo anterior, se han derivado diferentes tipos y niveles del conocimiento; desde el mítico-
poético hasta el científico, pero ninguno ha alcanzado el objetivo último del conocimiento
que es la certidumbre. Parece ser que el denominador común del conocimiento es la
“incertidumbre”. Nadie en su sano juicio podría afirmar que posee un conocimiento cierto.
Sabemos que sabemos por la experiencia que nos da nuestros sentidos y por la conciencia
que de nosotros mismos tenemos a través de nuestra razón; pero la certeza de lo que
sabemos no la puede dar la combinación de estos elementos. Más bien podríamos aspirar
mediante el conocimiento a disminuir el grado de incertidumbre y a aumentar la confianza
en lo que conocemos. Como seres contingentes nos debatimos diariamente en la
incertidumbre. La incertidumbre es el signo de nuestra época aprendamos a convivir con
ella.

FIN.

BIBLIOGRAFÍA

Baron, Antón, Filosofía a través de la Historia, Editorial Norte, Colombia, 1999.

Aristóteles, Metafísica, Editorial Sudamericana, Argentina, 2000.

Hume, Del Conocimiento, Editorial, Aguilar, Argentina, 1982.

Hessen, J., Teoría del Conocimiento, Editorial Tomo, México, 2003.

Barragán, Linares, Epistemología, USTA, Bogotá, 1977.

Wartofsky, M., Introducción a la Filosofía de la Ciencia, Alianza Editorial, Madrid, 1973.

Schaff, Adam, Historia y Verdad, Ed. Grijalbo, México, 1974.

Copleston, Frederich, Historia de la Filosofía ,Editorial Ariel, México, 1988.

Pasqua, Hervé, Opinión y Verdad, Editorial Rialp, Madrid, 1991


A continuación, 13 filósofos que cambiaron el mundo con sus ideas:

 Platón
 427 a.C. – 347 a.C.

Platón fue una de las figuras más destacadas de la filosofía griega. Fue discípulo de
Sócrates y fundó laAcademia en el 387 a. C. (aprox.), dando lugar a una institución que se
mantendría en pie como referente intelectual durante más de novecientos años. Aristóteles
fue uno de los grandes alumnos de Platón en la Academia.

La filosofía política, así como la ética y la moral fueron algunos de los temas que más
preocuparon al filósofo. Escribió sobre estos y otros asuntos, siempre a través de diálogos.

Sin duda sus investigaciones y pensamientos, transmitidos gracias a la mediana


conservación de sus obras, sentaron un precedente del que muchos pensadores han bebido a
lo largo del tiempo.
 Aristóteles
 384 a.C. – 322 a.C.

La trayectoria del pensamiento y del saber occidental debe en gran medida su desarrollo
al discípulo de Platón: Aristóteles.

Aristóteles, tras ingresar en la Academia de Atenas, comenzó un estudio pormenorizado de


los múltiples asuntos que le inquietaban. Fue un polímata, investigó sobre temas tan
variados como la física, la biología, la lógica, la metafísica, la retórica o la astronomía.

Muchos de sus conceptos han marcado la historia del pensamiento y han permitido el
desarrollo del conocimiento, ya sea por adherirse o por oponerse a ellas. Buen ejemplo de
esto son las ideas de sustanciao categoría.

Una de sus grandes ocupaciones en vida fue convertirse en maestro de Alejandro Magno,
al que aportó una meticulosa formación.
 San Agustín de Hipona
 354 d.C. – 430 d.C.

San Agustín de Hipona fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio.
Considerado en la actualidad santo y doctor de la Iglesia católica.

Dedicó gran parte de su vida a sus escritos, dando lugar a una obra prolífica que da cuenta
de los temas que le preocuparon: La filosofía y la teología. Son especialmente conocidas
sus reflexiones sobre el tiempoy la memoria.

San Agustín, de personalidad inquieta y mente despierta, pasó por varias etapas clave a lo
largo de su vida. Influenciado por escritos platónicos, entre otros, pasó su juventud de la
mano del racionalismo.

Sin embargo, el tiempo le condujo de nuevo a la fe, hasta que encontró un punto intermedio
en el querazón y fe convivían en sus pensamientos. Esta es la base en la que el pensador
cimentó sus teorías y obras.
 Santo Tomás de Aquino
 1225 – 1274

Tomás de Aquino es uno de los filósofos en el que más confluyen las distintas influencias
de autores previos a él.

Dedicó su vida al estudio filosófico y teológico, convirtiéndose así en un referente del saber
de la época.

Su fe le llevó a unirse a la Orden de Predicadores (dominicos), donde fue el mayor


representante de la enseñanza escolástica.

La Teología Sistemática fue otro de los asuntos en los que trabajó incansablemente,
llegando a generar una influencia en el pensamiento dominante de la época que le valió el
dar nombre a dos corrientes de pensamiento: Tomista y Neotomista.
 René Descartes
 1596 – 1650

Fueron muchas las ramas del conocimiento en las que trabajó este pensador.

René Descartes estudió filosofía, matemáticas y física, dando lugar a un pensamiento


racional y sistemático. Además, sus inquietudes racionalistas acabaron desembocando en la
creación de la geometría analítica.

En la actualidad, se le considera padre de la filosofía moderna, y se sabe que constituyó


un importante papel en la Revolución Científica.

El principio básico del racionalismo occidental: cogito ergo sum (pienso, luego existo),
lleva su firma (Meditaciones metafísicas).

Otra de sus grandes aportaciones a la ciencia fue el desarrollo del “método para conducir
bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias” (Discurso del método).
 John Locke
 1632 – 1704

Locke fue un médico y filósofo de origen británico. Considerado en la actualidad como


el padre del Liberalismo Clásico y una de las figuras precursoras que impulsaron el
desarrollo del pensamiento de la Ilustración en el convulso periodo del Siglo de las Luces,
que no llegó a vivir.

Fuertemente influenciado por autores como Francis Bacon, tuvo una alta participación en el
desarrollo de la idea teórico-política del contrato social. Es una de las figuras más
preponderantes del empirismo inglés.

Autores posteriores como Voltaire y Rousseau se vieron altamente influidos por el


pensamiento de John Locke, particularmente por su teoría del conocimiento y su teoría
política.

Uno de los temas que más preocupó al filósofo fue el estudio de la identidad y del yo, que
tiempo después sirvieron a filósofos como Hume para la construcción de sus obras.
 David Hume
 1711 – 1776

Historiador, economista, sociólogo y filósofo especialmente relevante en la evolución de


la Ilustración en Escocia.

El escepticismo y el naturalismo son dos de las nociones en las que desenvolvió sus teorías.

Autores como Locke y Berkeley supusieron una gran influencia en el pensamiento de


Hume, así como científicos internacionales de la talla de Isaac Newton.

Uno de los pensamientos que Hume más afirmó en vida es que la esencia del conocimiento
radica en la experiencia sensible, fuente primaria del saber.
 Jean-Jacques Rousseau
 1712 – 1778

Rousseau, pensador de origen suizo, trabajó en tantos asuntos que actualmente se le


considera un polímata de la época.

Aunque ha pasado a la historia como una figura clave de la Ilustración, son varios los
asuntos que le hacen diferenciarse de sus coetáneos ilustrados. Su contradicción al
pensamiento ilustrado le granjeó conflictos con pensadores como Voltaire.

Se dedicó a la escritura, la música, la filosofía, la pedagogía, el naturalismo y la botánica.


Por su estilo de escritura y pensamiento muchos lo categorizan como un prerromántico.

Sus ideas políticas supusieron un antes y un después en el desarrollo de la Revolución


Francesa. Incorporó al estudio político y social conceptos tales como la voluntad general y
la alienación.
 Immanuel Kant
 1724 – 1804

Kant, a través del desarrollo de sus teorías, se convirtió en el precursor del idealismo
alemán.

En la actualidad se tiene al filósofo como uno de los pensadores más influyentes de le


Europa moderna y la filosofía universal.

El proyecto crítico kantiano supone un punto de inflexión en la trayectoria de la historia de


la filosofía y es una de las cumbres del pensamiento moderno.

Sus obras más reconocidas son Crítica de la razón pura, Crítica de la razón
práctica y Crítica del juicio.

Planteó la filosofía más allá de la pugna entre empirismo y racionalismo, convirtiéndose en


una enorme influencia para el pensamiento de la Alemania de la época.
 Karl Marx
 1818 – 1883

De origen judío y natural de Prusia, Marx fue


un economista, periodista, filósofo, sociólogo e historiador.

Su militancia en la Liga de los Comunistas influyó decisivamente en el desarrollo de su


obra.

Sin embargo, sus teorías no fueron exclusivamente políticas, pese a ser el tema por el que
más se lo conoce.

Trabajó en común con Friedrich Engels, dando a luz el socialismo científico. El desarrollo
de sus teorías desembocó en el comunismo moderno y el marxismo.

Dos de las obras en las que se puede analizar el pensamiento de Marx son el Manifiesto del
Partido Comunista, y El Capital.

Junto a otros autores, Karl Marx se constituyó como uno de los padres de la ciencia social
moderna.
 Friedrich Nietzsche
 1844 – 1900

Una de las figuras clave del pensamiento contemporáneo. Nietzsche fue filólogo, poeta,
músico y filósofo.

Su línea de pensamiento parte del análisis de las actitudes morales del hombre hacia la vida.
También crítico fervientemente la religión y la cultura.

Una de sus máximas preocupaciones fue el triunfo del secularismo de la Ilustración. Esto le
condujo a la afirmación: “Dios ha muerto”. Fueron muchos los pensadores posteriores que
hicieron uso de su planteamiento para sus teorías.

La cosmovisión con la que trataba sus teorías impactó directamente en el pensamiento


hegemónico, cambiando radicalmente el rumbo de la filosofía del futuro siglo XX.
 Ludwig Wittgenstein
 1889 – 1951

Wittgenstein trabajó en el campo de la lógica y de la matemática, además de


la lingüística y la filosofía.

Su influencia llegó al Círculo de Viena y los positivistas lógicos, aunque nunca se reconoció
como parte de él.

Su obra ha de ser dividida en diversas etapas, pues no solo cambió su pensamiento; sino
que el propio Wittgenstein criticó fuertemente su línea de investigación primaria en sus
obras posteriores.

El estudio del lenguaje fue una de sus máximas preocupaciones, dedicándole grandes
esfuerzos en todas sus obras.

El concepto de la verdad también le supuso una gran inspiración. En relación a él,


Wittgenstein afirmó que, como con cualquier otra palabra, la relación isomórfica entre el
lenguaje y el mundo es la que determina la correspondencia entre el sentido de una
proposición y el hecho en sí.
 José Ortega y Gasset
 1883 – 1955

De nacionalidad española, Ortega desarrolló sus teorías filosóficas en la


corriente novecentista, convirtiéndose en padre de la teoría del perspectivismo y de la razón
vital.

Su obra, escrita en forma de ensayo, ha sido una enorme influencia en el desarrollo


del pensamiento español. Fue la figura central de la cultura española de principios del siglo
XX.

El contexto de crisis política e ideológica que tuvo lugar en la España de 1900 le sirvió de
caldo de cultivo para albergar sus pensamientos y teorías.

El pensamiento del autor se divide en tres etapas diferenciadas: La primera, objetivista. La


segunda, perspectivista. Y la tercera, con una clara inclinación hacia la madurez del
pensamiento expresada a través del raciovitalismo.

Su sentencia “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, da


cuenta de la preocupación de Ortega por el hombre y el contexto en el que se desenvuelve.

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