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Introducción

La historia judía de lo que aconteció en el mar Rojo y cómo escaparon de la opresión


egipcia, es un valioso sermón acerca del bautismo 1 Corintios 10:1-2 Porque no quiero,
hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos
pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,
1. El bautismo por inmersión.

El cruce del pueblo judío en medio del mar Rojo no fue la única ocasión en que un profeta
de Dios dividió las aguas, también lo hicieron Elías y Eliseo 2 Reyes 2:8-14 Tomando
entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a
otro lado, y pasaron ambos por lo seco. Pero la ocasión en que lo hizo Moisés fue diferente,
una nube iba sobre ellos (Éxodo 13:21; 14:21, 22).
El mar y la nube, ambos de agua, representan la inmersión bautismal. La palabra bautismo
es una transliteración del griego baptizo, que significa completamente mojado. Se usaba para
referirse a la tinción de vestidos o sumergir una vasija en otra más grande. Cualquier forma
de bautismo, diferente de la inmersión, ignora la enseñanza del mar Rojo.

2. La muerte al pecado.

Sin duda un pueblo tan idólatra y pagano como los egipcios es, para Dios, la comparación y
símbolo perfecto del mundo pecador al que nos vemos tentados a volver Números 11:5 Nos
acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los
puerros, las cebollas y los ajos; .
Cuando Dios, a espaldas de los judíos, cerró los muros de agua del mar Rojo, todo el ejército
real egipcio murió Éxodo 14:23-28.
Aquellos hombres impíos y pecadores, sin saberlo, representaban las pasiones desordenadas
y pecados que mueren en el acto del bautizo.

3. La vida nueva.

Después de cruzar el mar Rojo, los judíos comenzaron una vida nueva, dieron el primero de
miles de pasos hacia la tierra prometida Éxodo 14:30, 31 Así salvó el día aquel a Israel de
mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.
Y vio Israel que grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo fue tuyo,
creyó un tú y tu Moisés su siervo. .
No requiere mayores explicaciones entender que así también sucede cuando obedecemos al
bautismo, comenzamos una nueva vida en Cristo 2 Corintios 5:17 De modo que si alguien
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son nuevas.

Conclusión.

Cruzar el mar Rojo fue la única alternativa de salvación posible para el pueblo de Israel.
Obedecer al mandamiento del bautismo es nuestra única oportunidad de alcanzar vida eterna.
¿Qué espera? ¡Levántese y lave sus pecados! (Hechos 22:16).
El desierto de pecado Éxodo 16:1-12

Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin,
que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la
tierra de Egipto. Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y
Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de
Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos
pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta
multitud. Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá,
y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.
Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová
os ha sacado de la tierra de Egipto, y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha
oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros
murmuréis contra nosotros? Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para
comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones
con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones
no son contra nosotros, sino contra Jehová. Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación
de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él ha oído vuestras
murmuraciones. Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron
hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube. Y Jehová habló a Moisés,
diciendo: Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la
tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro
Dios.

El desierto de Sin. ¡Qué nombre apropiado! En inglés, la palabra “sin” significa “pecado.”
En realidad, el nombre no tiene nada que ver con ello, pero es cierto que era un lugar de
pecado. Probablemente fue nombrado para la deidad semítica de la luna, Sin, a quien
adoraban en esa región. El desierto tenía la apariencia de la luna.

En este versículo se mencionan cuatro lugares:

1) Egipto – el lugar de esclavitud. Dios los libró de Egipto.


2) Elim – el lugar de refrigerio dado por la gracia de Dios.
3) Sin – el lugar desolado donde se encuentran en este momento. Un lugar de escasez y
pruebas – y la provisión milagrosa de Dios. Muchas veces el desierto viene entre el refrigerio
y un encuentro impresionante con Dios.
4) Sinaí – la montaña que está por delante, donde Dios mostrará su gloria, y les dará su ley.
También será un lugar de rebelión; a pesar del encuentro dramático con Dios, siguen
pecando.

Mucho había sucedido en el mes que Israel tenía de ser libre de su esclavitud en Egipto! Sin
duda, lo suficiente para darles una confianza sólida en Dios. Acabaron de disfrutar del
refrigerio de Elim, pero ese oasis ahora parece muy alejado. Están de vuelta al desierto.
Muchos cristianos tienen la misma experiencia después de un poderoso retiro o culto: Llegas
a casa o al trabajo y ya estás de vuelta en el desierto.
Curiosamente los israelitas sólo pasaron unos días en Elim, y un tiempo bastante corto en el
monte Sinaí. ¡Pero eran esclavos por cientos de años y estaban en el desierto por 40 años!
¡Dios está preparándolos para una eternidad en el paraíso!
¿Dónde te encuentras ahora? ¿En uno de estos lugares? ¿Cómo manejas el desierto?

Israel aprendió varias lecciones:

1. ¡Ten cuidado con murmuraciones!

2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el


desierto.

Refunfuñar, quejarse, murmurar, gemir: Todos son nombres para el mismo pecado. Si eres
un líder, prepárate para ellos; cada líder los enfrenta. Ya sea en tu familia o en tu iglesia,
puede ser un cáncer que infecta a todo el cuerpo. Es común – y mortal.

Directa o indirectamente, es un pecado contra Dios. Él nos llama a estar contentos, y confiar
en Él en situaciones difíciles. Resiste la tentación de murmurar. Entrena a tus hijos a no
quejarse. No lo toleres en tu casa. Advierte a tu iglesia al respecto. Ten cuidado de no caer
en el mismo pecado. Y sé pro-activo: cuando la gente a tu alrededor se queja, no guardes
silencio. Sin condenarlos, desafíalos y ofrece una alternativa constructiva.

2. ¡Moisés y Dios conspiran para matarlos!

3 «¡Si tan sólo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos
sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba;
pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre». (NTV)

El temor distorsiona la realidad y es la fuente de muchas quejas. ¡Egipto suena muy bueno!
¡Después de sólo un mes ellos romantizan la esclavitud! Tal vez comían un montón en
Egipto, pero convenientemente se olvidan de los horrores de la esclavitud. Probablemente
salieron de Egipto con alimentos suficientes para un mes. Ahora la comida se acabó, y les
falta la fe para creer que Dios no va a dejarlos morir de hambre. Desesperados, prefieren la
muerte. Y están engañados en creer que Dios quiere matarlos, apenas unos días después de
su amable provisión de agua.

También cuestionan los motivos de Moisés. En lugar de un pastor que los cuida, él se
convierte en un asesino de masas, engañándolos para salir de Egipto sólo para matarlos en el
desierto. Eso tiene que ser una de las cosas más difíciles para un líder. Moisés había dejado
todo. Israel era un dolor de cabeza para él. ¡Ser acusado de intento de homicidio sería muy
doloroso! Ya sean tus hijos, tu esposa, o tu iglesia, es peligroso juzgar sus motivos. ¡Tú no
sabes lo que hay en su corazón! Está bien tener miedo, pero como enseña todo seminario
para matrimonios, expresa esos sentimientos en “yo,” en vez de juzgar a la otra persona. Si
te acusan como acusaban a Moisés, no te pongas a la defensiva. Mira el miedo detrás de ella,
déjalos la oportunidad de expresar lo que se sienten, y escucha para la voz del Señor.
3. El peligro de la prosperidad

Los israelitas estaban encantados con Elim. Estaban alabando a Dios después de cruzar el
Mar Rojo, listos para abrazar la enseñanza que la vida con Dios es solo bendición y victoria.
Tristemente, esa enseñanza te deja vulnerable cuando Dios no te prospera como lo prometen.
¡Imagínate si Moisés los había prometido abundante comida, buen tiempo, y victoria sobre
todos sus enemigos! ¡Esta hambre habría sido una verdadera sorpresa! Pero eso es
exactamente lo que hacemos cuando predicamos que la vida cristiana es pura bendición,
alegría, victoria, y abundancia. Cuando eso no sucede, pueden echarle la culpa a Dios, al
predicador, o a sí mismos. Aún pueden pensar que sería mejor morir. Más probable, se
recuerdan de lo bueno que era su vida en el mundo, hasta aun abandonar la fe.

Si tienes hambre y estás luchando en este momento, ten cuidado de no romantizar el pasado.
No te enojes con tu pastor. Desafía a los pensamientos de fatalidad y desesperación. Dale
gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho. Estudia las Escrituras y sé animado por su
fidelidad. No te metas en una “confesión positiva” falsa. Sé real acerca del dolor en tu vida.
Y mira a Dios y confía en Él para su provisión.
4 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Voy a hacer que les llueva pan del cielo. El pueblo
deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si
cumplen o no mis instrucciones. 5 El día sexto recogerán una doble porción, y todo esto lo
dejarán preparado.» (NVI)

4. La segunda prueba

La primera prueba fue el agua amarga de Mara EXODO 15:22-27. No hicieron muy bien en
esa prueba. Ahora serán probados a ver si siguen instrucciones o no. ¿Cómo harías tú con
eso? Cuando tú compras los muebles listos para ensamblar, ¿lees las instrucciones? ¿Las
sigues? ¿O crees que sabes mejor cómo hacerlo? ¿Estudias el manual de tu vehículo y sigues
las directrices para los cambios de aceite y mantenimiento? No seguir las instrucciones – ya
sea para cambios de aceite o las leyes de tráfico – a menudo revela un corazón rebelde. Tú
sabes mejor que la otra persona, o simplemente no te gusta que te digan cómo hacerlo. Es el
orgullo. Aprender a someterse a direcciones es un fundamento de la vida cristiana.
Seguir las instrucciones para recopilar el maná puede parecer trivial. Pero si no sigues las
instrucciones para las pequeñas cosas, lo más probable es que no lo harás para las cosas
importantes. Es la idea detrás del enfoque de tolerancia cero para quebrantar la ley de la
ciudad de Nueva York, que la hizo una de las ciudades más seguras del país. Si las personas
saben que tienen que obedecer las leyes de menor importancia, van a desarrollar un hábito
de obediencia, y serán menos propensas a romper las otras leyes. La misma idea está detrás
de entrenar un perro. Si tiene que sentarse y esperar para su comida, probablemente vendrá
cuando le llamas, y eso puede salvar su vida en una calle muy transitada.

5. Dios proveerá para ti

Dios todavía no había dado la ley del sábado, pero el principio estaba establecido desde la
creación. El séptimo día Dios no les daría el maná; tendrían que comer lo que prepararon el
día antes. Si ellos no siguen las instrucciones, padecerán hambre. La naturaleza humana
tiende a irritarse con la ley, pero junto con las instrucciones vino la provisión milagrosa de
Dios. Moisés no pidió nada, y Dios pasó por alto sus murmuraciones y amablemente hace
llover pan del cielo. Es un patrón que continúa hasta el día de hoy: “Danos hoy nuestro pan
diario.” Confiamos en Dios para proveer día a día. Eso no significa que no puedes almacenar
algo para un día lluvioso. Tenemos que ser prudentes en el uso de lo que Él nos da, pero Jesús
también nos advierte claramente acerca de preocupaciones materiales (Mateo 6:25-34):
»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo,
cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la
ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin
embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de
ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No
trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se
vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es
arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se
preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos
vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que
ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus
propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
¿Por qué es tan difícil seguir lo que dice Jesús, después de tantos años de ver su fidelidad?
¿Por qué somos tan reacios a buscar primero su reino? ¿Por qué insistimos en la búsqueda de
las riquezas del mundo? ¡Hay mucha libertad en dejar ir las preocupaciones terrenales!
¡Imagínate tantas quejas serían eliminadas! ¡Vive cada día al máximo! ¡Confía en Dios por
lo que necesitas hoy!

6. Tu maná diario

Ya no salimos a recoger maná, pero debemos buscar a Jesús y alimentar nuestras almas en la
Palabra cada mañana. Muchas personas luchan con un tiempo devocional, y lo resisten como
legalismo. Sin embargo, en más de cuarenta años de seguir a Jesús, he observado que eso es
el factor más importante para la salud espiritual. A veces no tienes las ganas, pero al igual
que te bañas, te vistes, y te desayunas cada mañana, haz el tiempo devocional una parte
indispensable de tu rutina diaria. Confía que Dios va a hacer llover pan del cielo para ti.
6 Moisés y Aarón les dijeron a todos los israelitas: —Esta tarde sabrán que fue el Señor quien
los sacó de Egipto, 7 y mañana por la mañana verán la gloria del Señor. Ya él sabe que
ustedes andan murmurando contra él. Nosotros no somos nadie, para que ustedes murmuren
contra nosotros.
8 Y añadió Moisés: —Esta tarde el Señor les dará a comer carne, y mañana los saciará de
pan, pues ya los oyó murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? ¡Ustedes no están
murmurando contra nosotros sino contra el Señor! (NVI)

7. ¿Contra quién te quejas?

Cuando te quejas contra alguien que Dios ha puesto sobre ti en autoridad, te quejas contra
Dios. Moisés no podía darles carne y pan, pero en respuesta a la murmuración, Dios mostrará
su poder y su gloria. Él les dio todo el pan que podían comer. Hubiera sido monótono, comer
el mismo maná todos los días, pero era completamente fiable. Un cantante cristiano de la
década de los 80, Keith Green, escribió una canción humorística sobre ello:
Así que quieres volver a Egipto, donde es cálido y seguro.
¿Lamentas que compraste el billete de ida cuando pensabas que estabas seguro?
Querías vivir en la tierra de la promesa, pero ahora se está poniendo muy difícil.
¿Lamentas estar aquí, en el desierto, en lugar de tu propio patio trasero?

Comer puerros y cebollas por el Nilo.


Ooh qué mal aliento, pero salimos a cenar con estilo.
Ooh, mi vida se está desmoronando.
Dame las pirámides.

Pues no hay nada más que viajar, y seguro que viajamos mucho.
Porque hay que mantener los pies moviéndose cuando la arena se pone tan caliente.
Y por la mañana hotcakes son los del maná. Picamos maná durante todo el día.
Y seguro que había un ganador anoche para la cena, se llama soufflé maná.

Bueno, una vez nos quejamos por algo nuevo para picar.
La tierra se abrió y comió algunos de nosotros para el almuerzo.
Ooh, qué fuego y humo.
¿No puede Dios ni siquiera tomar una broma? … ¿Eh? …. (¡No!)
Así que quieres volver a Egipto, donde los viejos amigos te esperan.
Puedes tener una gran fiesta y decirle a toda la pandilla, que lo que decían era todo
cierto.
Y esto Moisés actúa como un pez gordo, ¿quién cree que es?
Es verdad que Dios trabaja un montón de milagros, pero Moisés cree que son todos suyos.

Bueno, yo estoy pasando por muchos problemas, incluso ahora.


¿Por qué se enfadó tanto por el becerro, el becerro de oro?
Moisés, él parece bastante ocioso, sólo descansa.
Sólo se sienta y escribe la Biblia.

Oh, Moisés, baja tu pluma.


¿Que?… ¡Oh, no! ¿Otra vez el maná?
Oh, maná waffles….
Hamburguesas maná…
Panecillos maná…
Filete de maná…
Manacoti…
¡Pan Bamana!

¿Eres culpable de quejarte acerca de Dios, porque te quejas acerca de alguien que Él ha puesto
en autoridad? ¿Estás contento con lo que Él te ha dado, o te sientes que mereces algo mejor?
¿Has estado impactado por la codicia y el materialismo que han infectado una gran parte de
la iglesia?
9 Luego se dirigió Moisés a Aarón: —Dile a toda la comunidad israelita que se acerque
al Señor, pues los ha oído murmurar contra él.
10 Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el
desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.
11 El Señor habló con Moisés y le dijo: 12 «Han llegado a mis oídos las murmuraciones de
los israelitas. Diles que antes de que caiga la noche comerán carne, y que mañana por la
mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.» (NVI)
Allí mismo, en el desierto de Sin, con todas sus murmuraciones, ¡vieron la nube de gloria!
¡Dios quiere mostrar su gloria! ¡Él proveerá tus necesidades diarias! ¡Cuánto mejor es
disfrutar de la gloria de su presencia y recibir su provisión graciosa diaria con corazones
agradecidos, llenos de fe y alegría, que murmurar! Al igual que Dios los estaba probando,
ellos estaban probando a Dios. ¡Pero Jesús dijo que no se debe poner el Señor a prueba!
¿Estás probando a Dios?
¿Acerca de qué estás quejándote en tu corazón? ¿La esposa que Dios te dio? ¿Tu trabajo?
¿Tu pastor? ¿Tu congregación?
¿Cómo puedes cambiar tu actitud para que veas la gloria de Dios?
¿Estás aprovechándote del maná a tu disposición todas las mañanas? ¿Qué estás perdiendo
porque no has tomado el tiempo y el esfuerzo para salir y encontrar lo que Dios ha preparado
para ti?
No somos mejores que Israel. El desierto de Sin no era un lugar agradable, pero a menudo es
en el desierto que se ve la gloria de Dios. Cuando tienes hambre, ¡incluso el maná puede ser
una delicia!

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