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presentaciones de enfermos recditarrdo una antipsiquiatría -avance en espiral, por regresión, o torsionado* la clínica del
perfectamente deruodé- r-ro llcga a pcrcatarse de que termina psicoanáIisis a partir de operacíones como ésta, valiéndose de
orientando su bufido, paradójicanrente, en la dirección del lo que hay" Pues biery Lacan reinventó las presentaciones dt:
amo actual. Se monta casi sin saberlo en la asociación inédi- enfermos. Como fue su costumbre no trató, tampoco en este
I ta que éste produce: la astucia del discurso capitalista aliada caso, de crear de la nada, sino de inventar o reinventar. Es
::,
con... ¡los derechos universales del hombre! De donde se si- que sólo se inventa a partir de lo que hay, con Io que hay.
;r gue un historicismo relativists ), ulr nominalismo extremos Y guardándose de embestir conlra lo que hay -ya que nada
que/ en Io que a nosokos nos concierne *ya que sus efectos le da mayor consistencia a algo que llevarle la contra- optó
son mucho más bastos-, recusa lo real del tipo de síntoma más bien por caerle justo al lado, un poco de costado... con
iunto con el diagnóstico, promueve el desmantelamiento de su interpretación. Puesto que así reinventó Lacan la presen-
la clínica, reduce el acto del practicante a protocolo estandari- tación de enfermos: la interpretó. Digámoslo de este modo,
zado y al sujeto a individualidad autónoma pretendidamente tomó una partitura clásica y dejándose a su vez tomar por
protegida por consenümientos informados, sin olviclar que ella, en -y con- su interpretación Ia renovó reformulár"rdola.
garantiza, con horizonte igualitario e inclusivo *¡como debe Propiamente, 1o que hace un psicoanalista al interpretar; no
ser!*, el soporte medicamentoso de la llamada salud mental: ofrece resistencia a lo que hay, se deja tornaq, le hace el juego
psicofármacos para todos. Tal la atmósfera que en verdad le a lo que huy y, si en el proceso eso deviene obstáculo, se sirve
da aire a la crítica progresista a la presentación de enfermos. precisamente del obstáculo *como ya enseñaba Freud* para
¡Va1,a progreso! hacer de él palanc4 produciendo esa pequeña pero fecunda
Frente a ello, lectot tiene Ud. en sus manos el libro que torsión que supone la puesta en juego del cleseo del analista.
comprende 1o esencial de la tesis de MaestrÍa en psicoanálisis Y bien, en este libro se examina cuicladosa y cletenidamen-
de Laura Valcarce, De aquella tesis *que tuve el gusto de diri- te esta "operación Lacan" sobre la presentación de enfermos.
gir* a este libro* quc hoy me complace prologar*, en Las pre- Y se 1o hace valiéndose, con rigor y creatividad, de dos apar:a-
sentaciones de enfermos en Lacan,la autora aísla Ia piedra angu- tr:s de formalización clfnica construidos por Jacques Lacan en
lar que sostuvo su investigación: localiza en la introduccló,r su enseñanz4 hacia finales de los años "50 uno *el grafo del
del deseo del analista en las presentaciones de enfermos, la deseo*, sobre fines de los'60 el otrcl *los cuatro discursos-, En
clave que explica Ia mutación radical del dispositivo psiquiá- efecto, la autora no llega d.esarmada a su argumentación en
trico clásico en uno que puede subordinarse a la ética defpsi- favor de la presentación de enfermos lacaniana. Sirviéndose
coanálisis. Examina asi detalladamente, el paso que )acques cle la extraordinaria potencia de aquellos dos aparejos clíni-
Lacan produjo en acto -ya que se sirvió de este disposiiivo cos, logra distinguir con precisión, en una perspectiva ética
por décadas* al transformar la presentación psiquiátrica de antes que técnica, la presentación clásica, del nuev<¡ disposi-
enfermos en un recurso clínico del psicoanálisis, soportándo- tivo inventado por Lacan desviando asÍ, sobre la primer4 el
Ia de un deseo inédito que permite ponerla a resguardo del bufido de la crítica progresista. §i se quiere seguir resoplando,
cuesüonamiento progresista recién aludido. qLre se Io haga en esa dirección.. . si es que se encuentra toda-
Pero claro, esto constituyó en Lacan menos un progreso vía algún amo de los de antes,
que una torsión: la que le irnprimió, precisamente, al dispo- Mientras tanto, el paso del primer al segundo piso del gra-
sitivo clásico. Que siempre haya advertido respecto de la ilu- fo del deseo, tanto como los giros que conducen del discurso
sión del progreso, no le impidió, sin embargq hacer avanzar del amo al del analista -no sin aquel que va del universita-
ilfr
rio al de la histeria*, le permiten a Laura Valcarce esclarecer caso, claro está, de la de Jacques Lacán-, Es qr-re lo nuevo pro*
con agudos y originales argllmentos el m<¡do en que Lacan viene siempre de un sujeto: durante la entrevistA del entrevis-
transformó el aparato clásico de la presentación de enfermos tado; ahora, cle la asistencia y de quien ofició de entrevistador
trastocanclo las claves de su estatuto ético lradicional en el momento anterior. Es que no hay clínica psicoanalítica
1,, desde
allí la esfructura misma del dispositivo. La introducción del *no la experiencia del análisis o la de estas entrevistas de las
deseo del analista desaloja de la prácüca lacaniana de la pre- presentaciones, sino estrictamente el saldo de saber que de
sentacióry la sugestión solidaria de una clínica centrada en la ellas se precipita* que no se cargue en los hombros de un su-
mirada y en la palabra imperativa del maestro, jeto. Espéresela en vano de un analista en función de tal: como
Que sólo pre-
tendía constatar su saber con fines educativos *para eso está Freud lo enseñaba, a é1*a un psicoanalista- no le toca cavilar
allí su audiencia-, reduciendo al paciente presentado a simple ni pensar mientras analiza. ¡Pero que no se prive de hacerlo
ejemplo de Io 1,¿ sabido )/ a ese público a pasivo receptor. En cuando deviene... clínico! Pues bien, es como sujeto clínico
su lugax, a partir de la intervención de Lacary el dispoiitivo se que el entrevistador se incluye en este segundo tiempo, en
renueva quebrándose temporalmente en dos tiempos que se una conversación con la audiencia -palabrera ahora* que, en
-
vuelven nítidos en el planteo de la autora de este li-bro. lugar de consolidar un saber enmohecido, procúra más bien
Se leerá, asi que si el paciente alcanza en el primer tiem- agujerearlo con la novedad que arroja la singularidad de cacla
po de la presentación lacaniana *cuando es entievistado* la presentacién.
dignidad de lo que se llama sujeto, ello se debe a que quien Por firy el chiste y el pase, son las referencias últimas de
cntrevista lo hace a titulo de psicoanalista -único oüieto pe.- las que se vale la auLora para culminar su riguroso recorrido:
mitido parala ocasión*. ¿Y qué ha cle esperarse en el lugar la asistencia, encarnando ese lugar del tercero, especialmente
clel saber ya sabido, del cual el entrevistador se despoia en permeable, acogedor de las marcas que produce la entrevista,
tanto que analista? La novedad, que en este primer tiempo, no le permite avanzar en la analogía con la posición del pasador
puede provenir más que de la palabra que, en la reinvénción en el dispositivo del pase, pero también con la de la estructura
de Lacan, es devr¡elta al entrevistado. Luego, puede pasarse del Witz freudiano *ya ligada con la del pase por Lacan mis-
ya al precipitado de ello, que sélo puede ser recogido por los mo*, La analogfa se extrema: en el horizonte del chiste, del
asistentes a la presentación, En efecto, si es un analista quien pase y también, entonce§, de las presentaciones de enfermos
conduce la entrevista, la responsabilidad por labrar acia cle lacanianas, se destacan contingencia/ sorpresa y apertura a lo
1o que acont€zca *regisko que se retomará en un segundcl nuevo. Un efecto de reducción puede conciucir asi muchas
rromento* no puede quedar en sus manos. El silencio de la vecet, en ellas, al aislamiento de un significante novedoso,
escritura de una audiencia que toma notas enmarca la escena neológico quizás, uno que eventualmente sacuda la modorra
así renovada. de l«: que ya se sabe, despierte del sueño clasificatorio y per-
Luego, en el segundo tiempo de la presenfación, tanto el mita algún avance en el saber que, por cierto, no redundará
paciente como el psicoanalista dejan la escena: para el en- sino en esclarecedor aporte para 1a orientación de la cura del
trevistado concluyó la presentacióry para el psicoanalista, paciente entrevistado.
su función en ella. §e destaca entonces que, en este segr.rndo En resumidas cuentas, el libro que Ud., lectoq, se apresta
rnomento, el entrevistador deviene nn sujeto más en la discu- a lee4 constituye una valiosa contribución cle Laura Valcarce
sión clínica que se abre, aun cuando sea él quien la coordine o que despeja 1as brumas prejuiciosas que de tiempo en tiempo
conduzca, incluso si su palabra tiene un peso especial *era el pretenden envolver la práctica lacaniana de la presentación
1B 1,,.\r.Jt{,\ \,,\t,( /\R( l
as presentaciones
T
l-.rraclo
c1e enfermos son un tema que ha gene-
y gcnera debates, reflexiones, controversias, posicio-
nes divergentes ),,,.muchas vece$, despierta pasiones.
En Lorno a las presenlaciones de enfermos suelen encolum-
narse otras disctrsiones añejas. La polarización psiquialría-
psicoanálisis agrupa una serie de argumentos que intentan
avalar o cuestionar *dependiendo de los p<tsicionamientos-
el ejercicio cle esta práctica. Observamos algunas preguntas
que se presentan con insistencia: ¿por qué realizar una prác-
tica que pertenece a,l campo de la rnedicina?, ¿por qué conti-
uuar implementando un dispositivo que con Jos avances de
nuestra época muchcls consideran obsoleto?
La participación en el dispositivo de presentación de en-
fermos me enseñó que allí se produce algo valioso o, mejor
clicho, que algo valioso puecle producirse. El encuentro con
un sujetr: en el marco del dispositivo de la presentación crea
las condiciones para precisar el modo en qr-le cada uno se las
arregla con el goce. Es una experiencia que pr.rede permitir
que se renueve, cadavez,lo vivo del psicoanáisis y, el esfuer-
zo de su Lransmisión.
El recorrido de esta investigación posibilitó aislar el lugar
del entrevistadc¡r como una pieza clave que marca Ia imprón-
ta del dispositivo. En este senlido, la particular posición del
entrevistador impacta de mcldo directo en 1o que se constitu-
ye como la presentación.
24 L.\t li\ \'\t( \ti{. I l-r\S f RLSIN 1.,\CIONIiS t)li l:Nlil:li\lOS IN 1.,\(..,\N 25
El disp.siLivo, tal com. r, im¡rr.rnc,ta Lacan, con ra clivi- Rccuerda elrtonces qlre "cn cicrto lrrodo, I-emoine tomaba no*
sióll en sus dos instancias, perrrnitc una arbicurlacirin cntre ra tas sobre todo Io que se rclataba en rasas pretsetrtacic)ncs", \'
cxpcrie,cia lnisma 1' lo qr-rc dc clla sc tra.snrite. podríanros cnfatiza: "Yo sugicro eso, do1, testin"ronio de aqucllo colto clo
decir clue las acerca, las arnalgarna, al rnismo ticmpo qt-le pre_ una expericncia que no serrí itn¡tosible dt sistcmntiznr, aún si no
se.rva ol espacio propio dc cada lrna. [,]s como si se tratara so\' )'o quien deba ser cl punto dc pivote".l
de
materialos divcrs.s, ial como lo plantca Fretrcl a propirsito dcl En la actualidad encontrarnos quo, a pesar dcl csta indi-
sí.lol,a histérico cn el histr¡lrial clc [)i:ra: una srcrtc dc sol- cación dc Lacan, tal sistematización no ha sido rcalizad¿r1. Si
dadura qlle conserva la hcterogcneidacl cle sus componentes. bien el dispositivo constibr-tr,ó un espacio privilergiardo para la
Lil disposi tivo de Ia prescrrtación dc cnfermos sc c.nstitr_r- reflexión y, el avance de sr-ls invcstigaciones, por lo gcrreral se
1,c.así cr-r un cspacio vali.s«t para poncr a prucba la cficacia han abordado solo aspectos parcialcs de las presentaciones.
dcl psicoa,álisis y el varor otorgacro a ra parábr:a, Un alto porcentaje de la bibliografía cxistente trata cl tema
Jea,-]acques
c.rog afirna, elr el marc«l clc ,na rneÁa rccloncla sobrcj las desdc el punto de vista del cstrrdio de un caso prcsclltado, la
prcsentacioncs de enfcnnos, quc ,,lo qLrc sorprcnclc a los psi- elaboración dcl sabcr cxtraído en Lrna dcterminada presenta-
quiatras cs qllc sc pueda tomar como criterio prcciso lo qr_re ci(rn, ltrs rcflcxioncs dc analis[as sobrc'l¿r propia cxpcricncia
aiguien dice, sin relerirsc nsccsarianrcntc a lo qu,c pr-rcda sa_ en las presc.ntaciones 1, la cficacia dcl dispositivo, la descr:ip-
bcrsc por otras furentes".r [is, justamente, en el valor que se
otorga a lo qurc alguic, dice do.dc locarizamos Ia clirnr.siirrr
ética qurc atraviesa el dispositivo. : itr¡¿. [i]l dest¡cado rnc pc.rtenece.
4 Rospccto del tórrnirro "sistematizaci(ir-'r" tt¡rnamos cor¡r: reicrcnci.l dt>s
clcl'irriciorres" Dc acucrclo a la cstablccicla cn el clicciorrario lull¿rría l\',loliner
llospccto dcl recorrido realizado, una progunLa marcci str (1-c166), la sistcrnatizaciírn es la "accirin cle sistt'm¿rtizar", stcndo "siste-
inicio: ¿por qr-ré Jacqucs l-acan implernen[ó J clispositivo dc matizar" cl "organizar Lrflcl cosa cotr sisterta". l]tt cstc caso, el sisteln;l
la presentación dc enfc.r¡.s r sc si rvió clc él a l, laig. es clcfinido corno un "corrjunto ordorradr¡ clc normas t' proct'climic'ntos
dc f,cla
sn cnseña,z,a? Más allá dc las,rodificacioncs, los-ivanccs' corl qllc'funciona o se hace funcionar una cosa", o bicn, ur-r "conjttntcr
dc cosas que sc muclvcn, actúan tt obran coorditradarncutc" t> ltn "pro-
torsioncs que sc rccorlan a lo largo clc csta enscñanza, las prc._
ccdirniento ordt:nado o sistenratizadr¡ de lracer l¿.ts ccisas: 'proccdor con
sentacio,cs dc cnfernros sc mantlrvier.rr a nrocro crc lrir. corr- sistema"'. (lvloliner; I966).
duclor dtrrarrte toda su cxte,sión, corrrprcndicncr. urn pcri'dc: Por otra partc, el clicciorrario cle l¡ Rcal Academia lispañola (201,1)dcfinc
dc trcs décad¿rs. el ténnino "sistcmatiz¿rr" corno "org,.rnizar sc¡;ún utr sistertra", t l¡s dis-
tintas acepci()¡rcs dc "sistema" ir-tdic¡t-r Ia importancia dc la rclacitin qr-re
Salremos quc Lacan sostuvo rigurosamentc csta práctica; est¡bleccrr entre sí los clemcntos quo lo comprlncn. Asr, cste ti'rnrino es
sin errrbargo, como lo cxplicita en 7920, en el escrito inédito dcfinido con"lo: Llr "conjunto cle r:cglas o principios sobrc un¿r m¿tteri.1 ra-
"Exposición cn lo cie I)aumerzorr,,, cl dispositivo dc las prc_ cic»ralmt¡r.rtc cnlaza<los entrc sí", \' "coltjlrnt() de cttsas que rel.tcioltadas
sc.tacirncs de cnfcrm.s no rra sido sistcmatizacr. ro strfi- cntrc sí ordcnadarncnte contribul'en ¿r clctcrminackr olrjcto".
Olrscrv¿rnros qr,rt: las distintas c]erliniciones dr¡ "sistcm¡" clcstacan ln rela-
cientc. Así 1«r surgicre en csc n.lolrcnto y conlexto: ,,se puoclc ci(rn existenle cntre l¡¡s partes, culo procedirnicntr> ordr-'naclo posibilita
lar.¡r.lrtar quc lo,quc lra sicro escuchadci rccogiclo cn cr «:l funciorr¿rmiento dc Lrna cosa. Intonccs, cl intcnto c]c sistcnr¿rtizaci(ru
currso
dc los aíi,s, rr«r ha'a sido objcto dc un trabafo sistcmátic.,,.2 que nos proponeimos apllnta a cxtr¿icr urrar ltigica de iurlciclnamicnto del
dispositivo dc- Ias prcsentaciot.tcs dc' cnft'rlnos. [)csc]tr osta pt'rspt'ctivi't,
\' Lrna vez rcalizada la descripci<in de los dis¡:ositivos, ttos sL'r'vircnt()\
dc clos instrurrentos dc formalización quc [.,acan h¿ crrtrccptltalizitdo ct't
('l¡stl't's i,/. irl , l()Sii:
1
P.4-[ distintos momcntos clc sLr enscñattza: el g,raltl c.lcl tlost'o t los cr-¡alro dis-
2 l,tcan, |()701r: nt('(iili).
s
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§,
li
:
i l. \t.ili \ \ \r ('\ii( l I .\.i t,titiqtiN ¡,\(.1()NIis I)li li\lIillll\f()s I11\ L,\cAN
ción del dispositivo con la discrinrinación de las funciones y nalista, de apremierrlo para c¡ue declare sus razol-les"." .f usta-
los componentes, o bie n l¿ls clilcrc.cias 1' las similituclcs e ntr:e rrente, Ia dcclaración dc la razoncs se diferencia dcl acto mis-
los dispositivos utilizados para la cnseñanza meidica v la psi- mo del artalista; es deciL no harl' ni surperposición ni cc¡inci-
coanalítica. dencia entre el acto analítico y l¿ .1ir-',.r. La clínica más bicn sc
En csta misma línc.a, las palabras dc Erik Porgc resumen la constituYe en un tiempo a postcriori que permitirá dar curcnta
dificr-rltad quc se presenta. Si bicr-r Porgc clcstaca que las prc- de I acto: es, cntonces, LLn nromeltto segr-rndo respecto dol actcr
scntaciones motivaron durante un tiempo la creación dc grr_r- qr-re la antcccde. En cltras palabras, no se Lr¿lta dc la expcrien-
pos de trabajo, no deja de sul:ravar con cierto asombro la poca cia misma, sino just;rmente de la elaboraci(ln -posterior* dc
claboración qtrc ello ha sr-rscitado: "clr las escasas publicacio- esa experionci¿l.r() Dcsdc csta perspccLiva, tal comcl lo destaca
nes consagradas a este tema las presentaciones son exaltadas, Fabián Schejtmtlr: "la clÍnica psicoanalítica no es la expericn-
se larrzan Ios llamados, pero de los lesul tados, prrícticnrnuúe cia analítica en bruto. Supone [ .l la lccto-cscritura de csa
tmdo".5 cxperiencia, su conccptualizaciórr qrJe, cs preciso subral,'arlo,
Como recuerda Millcl.las prescntaciones creaban Llll es- no va de su1'o y conviene que se adicione a la práctica, por
pacio que cansaba la rcflexión sobrc lo qr-re a1lí sucedía sobrc rnejor:cs resultados qr-re dc ella se obtcngan".rt
1.
la clÍnica: ol grupo de ji:venes que asistía ar las prescntaciones [-a importancia c]e la arficulación entrc la práctica )' sLl corl-
de Lacan se reunía con ur-la frecuencia cluincenal par¿l collct-l- ceplualización qucda bicn anralgamada en la respucsta qtte
tarlas. Esas reunioncs, qlrc sc rcalizaban cn cl mismo horario da Lacan a r-rn alumno cuarrdo en el Centro Experimental de
de las prescntacioncs cle l.acan en cl hospital Hcnri Rousselle Vincennes lc pregunta si ól corrsidcra qLro las ideas qute recibe
pero en las scmanas alternas, ciierorr lugal a Ia colrstiturción de la práclica del psicoanálisis le aportan algo quc no ptlcde:
del Círculo dc Clínica Psicoanalítica, gcstando clc estc nrodo cncontrarse fuera de ella. l.acarr responde atinnativamcnte 1'
cl grupo qlre confornraría postericlrmcntc la Sccción Clír-rica ¿rgrcga que por ello sc ha tomado tanl-as molestias desdc hace
dc ParÍs, fundada el 5 de enero de 1gZ7. "El reton-¡o a la clí- 18 o 19 años.r'2
rrica [ue ]a bandcra", dice Cracicla Brodsky,T 1, las prcsenta, I-,a relevancia otor¡;ada a la cxperiencia nrisrna hace quc la
ciones dc enfcrmos constitr-ryeron el corazórr dc las Secciones rcspuesta de Lacan sea contundente, pertniticnclo diferenciar
ClÍnicas. Tal como lo destaca Eric l.alrrcnt, fue a partir cle este la elaboración de saber del psicoanálisis dcl dc 1a filosofía. Asi
ejcrcicio -de la prcscntaciórr de cnfermos- cot-lto la Secciór-r cn el Sclrinnrio 2), destaca que el analista es "al mcnos dos":
Clínica de París "cncontró su puntr: dc anclaje,,.s cl que intervienc soportando el acto ), cl que da cuenta de sut
Asi las prescntacioncs sc constitr_lían cn la vía rcgia para acto, ya ubicadcl en el banqurillo para declarar sus razoncs.r3
zalnbullirse cn el campo de la cJ ínica: cl sabcr cxtraíclo l. cla- [:]n csta segunda vertiente es donde localizamos la clÍnica.
bclrado en cllas permitíarr el retorrro. Consideramos qllc el dispositivo de la presentaciíln cle
En la "Apertura de [a Secciíx-r ClÍnica", I-acan señala que la cnfermos tal como ha sido irnplementado por Lacatr *com-
cl ínica psicoanalítica cs "Llna lrancra cle intcrrogar al psicoa- puesto por las dos instancias dc la entrcvista 1' la discusión o
q i;n, D77:p.42"
5 Itrrcc, 1989: p. 163. El destac¡do .10
r.rrc ¡rcrtctrecc Schcjtrnan: 2000.
6 N,lillcr,1996. I1 Schc.jtrnan, 2073a: y'>. 27.
7 Ilrodskr,2011. l2 Lacarr, 1969-11)70.
ti Cllastrcs ct al, 19§5: ¡r. 40. l3 [-ac¡n, 1974"-1975.
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Cnpfruro L I
El paradigma médico: la mostración como método
de enseñanza
vrera/ que vlcra más y mcjor, sc) ltaría palabra qlle enlrncia Y c(¡n FerrLrs" r, luego Lettretr0,,v cn la Salpótriürc con []¡ill¡r'
cnseña ".5 Dcsd c esta pcrspccti va, 1 a prc,sc.
taci ó,i .t
r, la cnseña:nza aparecen colnc) .,,r pár indisociablc." ",.,
tu.,-,.,,i, llcrrr y Falret.12 Foucar.rlt dcstaca clue "todo ¡¡ran jcfc dt'su".
vicio, aunque no sea profesor, uhlizará cicsde ItJ30 o lulllj csc
sistema de presentaciórr clírrica de enfen¡os, cs deci r t.'l jtrcgo
cntre el examcn uródico ), la activiclad profesotal".r" llcct¡no-
l. Los 0rígenes dc ln clfuico: pinel r'icndo quc "esta práctica de la clírrica se estableció I ... I dc r"rna
rnanera mu)' precoz denLrc de la práctica asilar",ra intctrta dar
Bcrcherie dcstaca que ,,la clílrica como llótodo cuertta de las razorres qr-re justifican ), sosLienen el poder psi-
conscien-
tc de sí nrisnrr¡ ¡' sishrnátic, apareció cn una fccha qr-riátrico en el asilo. Resalta así la figura de sabcr que rcviste
precisa
y con un autor partic.rlaq, l)ineI,,.,, [_Ocal:izamos cl módico a lo largo del siglo xrx; de allí la irnportancia y la
entonces un
punto de paltida, e'r col¡icnzo dc u,a historia ,rr..rir-po, nccesariedad cle sr-r presencia cn [a dirección de una institu-
intercambios, conlrovcrsias \ rtrpturas entrc ción asilar.
los psiqurrairas
dc la escuela franccsa, la alemaná r. la ital,ana. Particndo de la afirmación de que cl módico sahc, expresa:
nn el nivcl del
método, Pincl ftrnda una tradiciirn. "l-.,o que se estima neccsario perra cl buen funcionamiento ctel
A partir dc los idealcs hunranitarios clc Ia Revolución .rsilo, lo que hace que óstc deba estar, por ftrcrza, marcado
francesa, se roaliza Ia clistrncií:lr elntrc aqr_rcl rrédicamente, es el efccto de poder cornplementario dado, no
qr_re es,,loco,, 1,
el que no lo cs. F.n 1793, plriliprpc Trinel es ,-.'onit",.uJ,,
Ai.".to'. ¡ror el contenido de un saber sino por la marca del saber, apli-
del hospittrl de Bicétrr, donclc cornienra a realizarsc c¿rda con fuerza de ]t:\"'.'5 llecorta cl-rtonccs cr:álcs son esas
cl diag_
nóstico 1' el tratamienbo cle l.s loc.s, clenominaclo, nrarcas, retomando cn primer luqar: las palabras de Pincl:
o pu.ti
dc ese lnomento "alienacjos,,. Er-r estc nlarco,
lrincl proponc el
conocid. "tratamicnto nlorar", qLrc posibirita ra ai,rciiru C-uando irrterrogam<)s ¿l Lln en[crr-n{r, cs prcciso trntc
crcr
los enfennos cn Lrna instituciórr i.r.rtirr. Se t«¡do estar inforr'¡raclos scllrrc é1, sarbclr por qr-ró lra vcnitlo,
proclucc Lnt pa-
saje furndamental, \'a que la lclcura ingrcsa [... I i-.uál lra sido su biografía; dchcrrros hacer pr:eviamente
colno enferrneclarl
cn cl campo de la nreclicina. Hste grñ period, arveriguacioncs en su tamili¿l o sus aile¡;ados, de Lal n-¡¿lne-
será irrcruido
por Lantcri-l-aura on el prir-,er:o d*c los'tres paracligmas r¿t qlle, err el momento dc ir.rLcrrogar:io, siempre sepamos
que
P,fttponc para la psiquiatría nroclerna, al quc dcnJnlir-ra ),la miis que él o, al menos, scpármo$ nr¿Ís de lo qr-re él se irna¡;i-
alionación nlcntal',.7 rua li de este moc{o, cuando vellga ¿l decirnos algo que con-
fr,n cuanto a las prescntacionr:s, Foucault sidercmos como falk¡ de vcr:acidad, podarnc:s intervenir 1'
recucrcla surs ori-
Bcrlos n partir de Esquirol, quien cn lgl7 comienza con las
prirrrcras prácticas err ra salp0triirc.s 'r'rece
años crespr-rós se "Norntrr¿rdo médico en jef'c a prirrcipios cle 1.826, cla entrc 1833 r
-l6119
irrician c1c nrancra reglrlar rai cnseñanzas crínicas 'Bi"ét.", 'r las
u,-., l.r\'otts clittiqtrcs s¿l /r.s tnttlnditts nutlnlts" (lior-rcar"rlt,2003: p. 219, rrota 32).
l0 .1E47"
"Or{¡aniza cn lti40 ulr cíclo de lc.ccioncs clÍnicas qtrc ¡rrosiguc lrasta
(Iroucault, 20t)3: p. 219, nota 32).
ll "Reanucl¡ la cnseñanza clínica cn .1641" (For-rcault,2003: p. 219, nota 33).
l12. "l)esignado nróc1ico c{e un¿r secciirn clo alienados, comicnza r.n iE,43 r.rna
5 Itl.
cnseñanz¿1 clÍnica". (Foucault, 2003: p. 219, nota 33).
6 Ilcrclrerjr,, l()fi(r: Ir. E
7 l-¿ultcr"i^1,¡Lt rir, I ()g8.
ll'i lioucar,rlt, 2003: p. 219,
8 Foucault, 2(X):l
t l tbit1., p.219.
15 lltid.: p.2.16.
38 1,,\r_ R \ \,.\t,c \R(-rl 1.,\S l'ltFSI'lN 1,,\ClONtr$ I)[ l1N lrtll{\tOS I]\ L,\C,'\\
l,() tlstc aspecto ser¿í c'lt¡sarrollado e tt los capítulos 3, "l-,as ¡rrcscntaciorres dr:
cnfermos r'n cl dispositivo c{e la l\'lcdicin¿r. Charcot \ stts prescntacio-
nes", \r 4, "l,,as presentacioncs de (l[r.rrcot en cl Ilt>spital dc la Salpétrib-
lá t*i*f¿,, por []oucaulr (2003) ctc pinel (1802 ; oo. S_(¡) re". Su difcrerrci¿r cou las prl:sentaciotlcs psicoarralíti<r¡s scr¿in l-uatcria de
17 lbid.: p.21.7. El dcst¿rcaclo rnc pcr.tcnccL,.
los capítulos 5 -r 6).
40 f.\(rR\ \r\t( \ti(l 1,,\(.\\ ,t
L,\5 PtlliSI\ I;\CIONI'.S I)lr liNlillR\1()S tiN I
Foucault rr:salta quc ra praÍcrica dc la clí,ica ira sido f,nda- arr¿rnnesis general del Se despliega antc cllos "t:l colt
c¿'rso.
mental e, la historia dc ra psiquiatría, ante ro cual sc plantea jr-rnto de la vida del enfermc¡" ), "s" lrará qr-rc él la clrttlrle' o,
el intcrrogante de pclr qtró lo fuc. Para responcl._.. a csta prc_ si no quicre hacerlo, será contacla en sLl lugaí'.;r7 l)c csl¿ ttlil-
gLlnta, retotna "nna mu1, lrermosa tcoría,,2] extraíCla de ncra, "cl enfermo verá clesplegarse ante sí *srlr «)tt btr rt.t¡rdn,
Jéan_
Picrrc Falret, dc la qr_re clcstaca cuatro ptrntos escncialcs.2;2 si quiere hnblnr, o sin elln, si se e¡tcierrn en al tntttisttltr- slt ¡rtrr¡ria
En primer [r_rga4.la esccna qLlc sc crea a partir cle la prc_ vida, que va a tcner realidad dc enfenncdad, pttcs sc ha pre-
sencia de ia asistencia rcfuerz¿r c[ sabcr crer nréclico: ,,el scrrtado efeclivamcrtle cotrto tal frente a estudialrtcls qLlc son
cfecto
dc podcr de sr-r palabra sc, nrtrltiplicará, entonccs, gracias cstudiantes dc medici na".28
a la
prcsencia de los o\/entes//.2:r E, cstc pr-r,t. rc.tclma lás palabras Se obscrva entonccs qtrc el foco dc la presentación prioriza el
dc lralret: "la prcscncia de un público nufileroso y clcferente aprendizaje de los alLunnos, dado que la infornración solicitada
da ,ra'or atrtc¡ridad a s, palabra,,.2.r Una y cltra vez se rlcbc surgir en la presentación a los filres de la cnseñanza de los
desLaca
quc cn la prescntación dc enfermos existo un especial cstucliantes. N4ás allá dc la cleccjón t' decisión del paciente, hav
ó.fasis
qLle rccae en la figurra dcl médico_rnacstro. clcterrninados datos dc su lristoria qr:c deben hacerse prescntes
En segundo luga4 Ia clúrica pcrnrilc al móclico no solo ¡llí. Si el pacicr-rte cleciclc no lrablar dc cicrto tema, alguieln lo
intc_
ffogar al e,ferm., sino mc¡strarlc c¡uc'corocc su cnfcrmcciaci rclevará v sc encargará de tomar la palabra ctr su lttgar.2!'
)r qlre, al sabcl sobrc'ella, pr-rodc haccr una exposicici, tcórica Por írltimo, Foucaurlt cita nucvalncntc a fialret, quien sos-
a Ios ¿rlunrrros. "El cstatus dcl diálog. cluc cr u,it".,-,",,.,
sclstcn¡¡a ticne que cl enfcrmo, al accptar: cxponer su etrfe rmcclad t, rcs-
con cl nrédic, cal,biará, a_sus ojoi, cii_. natr_rralcru; pondcr a Ias pregr-tntas clcl médico, "sc dará cttenLa dc que
dcrá cnt,nces qlrc *r la palabra der ,réclic. se cst¿i f.rrnurran",,,rpr"ii- complace al prr fesiclnal/'r0 v en cierta rnedicla compensa el
do algo quc «:s una verdad accptacla por todos,,.2¡ Ubicalnos rrsfuerzo y la atención quc cl nrédico lc dedica.
dc csLc modo qr-rc Ia prcser-rtació, de enferrnos rcfucrz¿r ra [i- Dcsdc csta pcrspectiva, "la palabra dcl r¡édico aparece
g.rra de sabcr'dc artor:idad crclmédico. El irricrrogatorio ('()mo posecdora c'lc un podcr urás grande qurc la palabra de
crcr
crrfermo t' la presencra clc Ios cstudiantcs para irrsiir-rirsc ror- r:ualquier otro" 1, así "cl gran arnplificador dcl podcr psiquriá-
lalecen la posicitin dcl módico-macstro que encarna cl Lrico quc sc Lrarna err la vida cotidiana clel asilo va a scr esc
sabcr.;r,,
En Lerccr ltrgar; la clínlca adqr-ricre irnporta.cia en ft:nci(:r_l
.
de quc en la presontació. sc róaliza a,-ric ros estucri¿rntcs ra
larnoso rito cte prcsentación clínica del cnfenno".:rr
Iltid.: p.267.
.r,) lbid.: p.30t). ffi
tr' ll¡irl.: p.315.
34 ['il qur,. vcmos cn frrncion¿tr¡licnto a partir
clc los años lS20_1830. r$ lli La otra actividarl es la visita. Las actividades, erltonccs, sotr sólo dc¡s.
-)) lltid.,: p.314. i'r Irn 1887 frrc nombrado nrédico jefe cle la scccid»r de alienados dc llicétrc.
36 lbid',: pp.314-315. El dt'stacacro nrc p.rtcr'reco.
Iln cstc pL¡nto sc subrar.¡ 'ii$. Irn lc)10 se traslad(r a la Salpétrilre, r' allí se jr-rbil(: en 1922.
¡rrcscntr.¡,r,.r"0. vJ..,.rfir.,r,rs, ;i.,,
la posicií>r.r de De clóramira_uit c. las
i§ l() ('h¿rslin,2010.
prescntaciones dc C. dt¡ Clór¿rmlr¿r.¡It;,.
,l I I ( llavrctrl, 1978: p.1.39.
1..\trR,\ \1,\1.( \tt( I I,AS PI(llSliN I.\CI()N[IS I)11 I1t\lrl lt\los IIN i,AC'\Ñ 45
el modo de prescntación del pacicnte: permanecer en rccolcctar los arrtecedentes del paciente y toda la infclrmación
silen_
cio, hablar cspontáneamentc o rcsponcler a las preguntas, *en caso de quc los hal'a* e'l
así l)osible, aconsejando en osPecial
como también los tenras quc podría aborcrar: creliriltcs .i lstudio de los escritos producidos por cl pacicnte'
o no,
etc. El capít,lo contempla exrraustiva,rcnbc las cristintas Ill cxamen psíqr-rico -por el cual sugierc collrellzar- consis-
va- ii
riables, contingentcs, con lars quc poclría toparse el Ic cn "Llna inspección minuciosa y ate nta, clisimuIacla con fra-
méclico en
el c,cucntro corl 1,1 cnfermo.'Anies dc pr:esentar el ,,pIan t* scs de cortcsía ). de convcrsaci<in banal, qlle uno debc diri¡iir
cle
observación", desarrolra con precisirin ra,s consicreraciJncs i* r;icrnpre al cnfermo'/.'1!i Más allá cle las diversas circunstanciil¡r
ge-
neralcs y los pr«:cedimientos clel exan¡cn. (lLrc se le presc'nten, el r:nédico siempre debe tener ullra acti-
l&
Acc.t-úa Chaslin que, clurante el examen, la actitud clel it&
.*I Irrd de cortesía y bcnevcllencia hacia cl enfermo: "despu(rs clt'
nrédico debc ser sienrprc de corLesía l' benevolcrrcia :#r
Iodo, el méctico es cl médico, cs deciq, un hombre cu;ra Or,,tr"'."
v subra- 1$
1'a tambié, que cs convenienre crestacar explícitarnenie ra r;ir'ln implica cierta clc'vación en el carácter y la inteligcncia, lirr
ma-
nera con10 cl médico debe procecler en la observació.
cle Icls $ ru debcr, y le conviene no olvidarlo'/.'r"
cnfermos, a fin de detectar signos arribar , .,,,r aiagrlJsti",r. Prosigue en la dirección do qtLe "olr:a regla irnportatttc cs
1,
Clonsidcra que cl cstaclo nrcnial t, iornático clc un n#
ri
1..\l. li\\\r.('\ticl I \S l'ltllsirN l,\('lONIlS I)li IrNlil RNlOS IIN l,'\(',\\ 47
St il,,¡d,p.'t039, l,r,', i'ri<"rn ), cl detalle: "'lbdo r:l artc dcl irrterrogatorio reside
52 /1,ú1.: p. 10,10. ¡r',l,rllcttto cn la librc clccciirn cte estas preguntas"57. Se pre-
53 (lh¡slin sc rcfiorc ¿ la t¡bscrv¡citirr rcaliz¡cr¡ por un rnóclico |il1,r irsí cl dctallc minltcir:so sobrc c¡tté indagar: de acuc¡rdo
,,persctrrid.r,,. corlcrrrsarltc
a una.pacientc [il rnrir]ic. qtii.,r:c.1rrc la c,ic,_na sc levatrte r rrlr'ilr.i clclirantcs dc divcrsa índolc,5'' estado de la memclria,
la pdlera partr golpcai ros te.c*rncs r.turi.rrro".
i,a enf"rma r",,i"g";.ri-
cicntl<r al¡;o ,sí como quc' rc¡ habían mi.lt¿rc].
lars picrnns,,. (,rraslin crcstaca
qtra cl c,r.rcursarltc'ao
[)rcsL] .ltcnci()r1 .r est.l rcrir'cstrr, crosaprovcchandc>
t'sl.t "r's¡r1,,i¡l e rplusitirl rev_cl¿rlor;t,'. l: s¿t t,xPt*si,in
, l/,r,/.: p. lt)48.
la'.,,.,,r,.,,r'p.rru ll'ttl.: ¡r. l03li.
_ inrl.rg,rr ,t(1.r.c,t (l(.1 dt,lir.io {Ch.rrlin, lt) IU: p.
tir+tl.l.
"rn ',
ll'rrl . p. 1050.
54 C-'haslin,20l0: p. 1040. Dcst.rc¡rros nlg.,,r.i, rit.
las inc,caciouc.s dc Chas_ r lr,r:lin pl"opot'lc clir¡ers¿rs pregllnias p"rra las posiblcs telnáticas cll I¿r idca-
iin, a qr-ritrr I.;lc¿rn rcco..co corno a rrn. de slrs
m¿iestros, cn er rospe,to , r,,rr tlL,lir¡lric. Así, antc las idcas de. pr:rsecucriru cxprosn: "¿tictrtt ertromigos
l
por la sirr¡¡ul.rrid¡d cl ilctalle.
, r, [' ll.ilt jur;.rtlo una mala pasada?"; pa ra las iclcas cltr clefcnsa, por eien'r-
1,
49
48 I,,\U IiA V,'\I,CAIiCIi I,A5 PRESENIACIO\IES I)E IJNITERNIOS }IN LT\CAN
atención y lenguaie. Se vale cle la utilización de problemas 1,,,. .,r1i,,,,, qure dan cuenta la enfermedad y su correlato orl
c1e
matemáticos, la lectura de un texto, la escritura 1, los dictados 1,, ,,,,i,,',i,1'.ra a los estudiantes' Esta perspectiva
se rcflcja etr
a los fines de evaluar al paciente. li ¡.. rlrlllos c1c Chas1in63 cuando afirma:
Ahora bien, una vez planteada la exhaustiva descripción
cte Chaslin respecto del interrogatorio, retomamos la diferen- 'trr r¡rtisicra, mostrando contittusmente al enfernto. tan "viv{)"
* ,,,,,',, ,,,n posible, indicari por así deciq, con
el dedo los sig-
cia que establece Foucault entre el interrogatorio individual y
ctt
la presentación de enfermos, rro., ,l itrvcstigar y a apreciar, 1'guiar as{ al príncipiante
En cuanto al interrogatorio, Foucault destaca: ',dame tus r.1 .lrlír,il arte del-diagnóstico. Y todo eso de la forma nl;5s
.,rrtrt ill.l, la más slmpl"e [' " '], sin tratar por nada clel nlttlrdtr
sílrtomas, hazme de tu vida unos síntomas y harás de mí un
médico".5e En esta línea, introduce las pr:esentaciones de en* rl,'lt,.tccr urra psicoltgía patolégica: nada que no sea la clí-
fermos bajo la rúbrica de una necesidad de revigorización rrir'ir; ¡rt'rtl la más cldsica...ria
del rito clel interrogatorio. "La presentación clínica frente a
los estudiantes es, al interrogatorio privado del enfermo por I ir). l-r.rl¿lbras clc Chaslin subrayan ul'Ia vez más 1a estrccha
.,r¡¡tr rll,r'r.ión qr:e existc cn.tre el interrOgatorio ciel enfermo y
lit
el rnédico, lo que la misa cantada es a la misa rezad¿//,ri0 \z su funciÓn tlc
prosigue con Llna pregunta; " ¿Pet qué la psiquiatrÍa se arrojó ¡r¡¡rti,il¡r1zl a ios participantes. El psiquiatra/ el"l
tiiilrJ',lrrl, ," p.upo,l. güiar al principiante mostrtttxdy
al cnfcr-
tan pronto y con tanta rapidez en esa Missn sollemnis que es la y aprcciar'
presentaciérr del enfenno clelante de los estudjantes, por qué {tirr, i1rri,'n plrta los signos-que se deheninvestigar
'
se lanzó a cse ritc¡ de la presentaciól'r cuasi pública o, en todo
,l,rt,, r.,nulo For-rciu1t"5, ya a ,fi.es del siglo xvlll la. en$e-
t,
fl$ir.1.r ilr' l,l Lneclicina se interrclgaba acerca de
la nece¡;iclad dtr
caso, cle la presentaciólr de los enfermos a los esLudiantes?".61 añ,s clcs-
iii ir,,,,,',,,if,,r práctica ¡le los estüdiantes' Doscient.s
Foucault resalta que la "corona" de estudiantes espectado- concllrso p{ll'il
res que rodean al maestro y escuchan atentos las respuestas !.tirt:r. h4ot'ra"i' retoma esta
probleyryitl-*" su
de la Universidad I'lacio'al
del enfermo reactualiza cl poder que encarna el ¡nédico. De, f,iiu,l,,,.,,r' irdiu,to de Psiquiatría
¡rtr, l 'rirrlolra:
clara entonces: "creo que 1a dimensión magistral de la pala-
bra que en eI médico es, por decirlo asi simplemente aclitiva,
i,r tnrt'ia c()mo tal, aislac{a en la exposiciÓn del prol-csor'
una manera de incrementar su prestigio y hacer un poco más ('lt-
rir, ¡rt.tt'clt, colro se comprencle/ enseñar Ia Psiqr-riatría
veraces sus dichos, en el caso del psiquiatra es mucho más
,,,,',,, l,os couocimientos que el ahtmno va.va adquiriettdo
esencial, mucho más inherente: la dimensión magistral de la
r.rnro lr\ t'lttr: tlel curso lectivo o que ha1'a extraído L:tl $tl§
palabra clel psiquiatra es constitutiva de su poder médico,,.r,a
itt lrttits tclrcirán que ser armónicos )' congruentrrnlrilltn
Observamos que las presentaciones de enfermos en el ¡ltrr¡t,trlos por ttna práctica vivida en la semiología qLrc
cl
marco de la psiquiatría ponen el acento en 1a figura del psi- pru.iicando cluranter stts clases; eu cl t:()1o,
1r¡¡r11,',,1¡¡ uot'u
quiatra resaltando el saber del médico en la observación de r¡¡ur ('(ttt ttl cnfermo [..,].t'7
(1l)qtr)'
plo, "¿nadie lo defieridtl?, ¿no interviene contra slls enernigos?,,; ante las ¡:: I rlr,rirl¡, rlr'(lhirslin (1912: p' v), citaclo en Consejo de Itedacción
ideas de grandeza, "¿acaso no es lo que parece ser?, ¿tiene una misiólr?,,. i,t i, ¡¡,i,i{, rlt' lleciacción, 799b: p.3. El destacado me pertcncce'
59 Fouctrult, 2003: p, 317. , .i l,rr,,rLrll, 2()03.
60 lbid,: p.3'17. ',r, f ri',ttplrl^i's('lltndoporelDr'Moruasobrelaorientacióndelaelrscñ¡nai¡
61 p.317.
Ibict.: r 1il, (".lrl',,tri(in clb la materia.
62 lbid.: p.318- t,.r r., l(r(ll: pp. 173-4.
50 1,,\ U li,\ V \1,('AItCIr
tin este recorriclo nos orientamos con la delinición dr-'deseo del analista
t¡rl cr¡mo lo explicita Javier Aramburu: "es una x/ Ltna incégnita, es la
*nunciación. Por la vía de la afirmacióu, la cura condltciría a un ldeal,
¡rero el deseo del analista está más allá de los ideales de una colectividad,
irrcluso la analÍtica, más allá de las identificaciones" (Ararnbr-rrtr, 2000: p.
q3). "El deseo del analista es causa de un deseo miis ampiir: que el deseo
c.rpturado por el Ideal" (2000: p. 9A).