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PROGRMA DE ASISTENCIA LEGAL A POBLACIÓN

VICTIMA DE DESPLAZAMIENTO
UNIVERSIDAD DE LA AMAZONÍA
Facultad de derecho-Consultorio Jurídico
Cra 11#5-69 Teléfono: (8) 4341170
uniamazonia@anfora.co

Señor,
JUEZ CONSTITUCIONAL (REPARTO).
Florencia – Caquetá.

Referencia: ACCIÓN DE TUTELA.


Accionante: ANGELICA URRIAGO DIAZ.
Accionadas: UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VICTIMAS
UNIDAD TERRITORIAL FLORENCIA.

ANGELICA URRIAGO DIAZ, mayor de edad, identificada con la Cédula de Ciudadanía No. 26.540.897
expedida en Pitalito-Huila, actualmente domiciliada en Florencia- Caquetá en mi condición de
desplazada, en ejercicio del artículo 86 de la Constitución Política, y de conformidad con los Decretos
2591 de 1991, 306 de 1992 y 1386 de 2000, interpongo ante su despacho la presente Acción de Tutela,
con el fin de que se me protejan, mis derechos fundamentales a la vida en condiciones dignas y
adecuadas, al mínimo vital, así como la aplicación de la Resolución 0223 de 2013 (Indemnizaciones
prioritarias) y Auto de 006 de 2009, con fundamento en los siguientes:

I. HECHOS.

1. Soy VICTIMA del conflicto político, social y armado, por el delito de DESPLAZAMIENTO FORZADO
acaecido en el Corregimiento de la Mecaya jurisdicción del Municipio de Puerto Leguizamo Departamento de
Putumayo, por hechos ocurridos en Noviembre de 2007; época en la cual laboraba en un establecimiento
cuya actividad comercial era la venta de pollos asados en esta región; para este momento recibí AMENAZAS
por parte de integrantes de las “FARC-EP” con el fin de que abandonara el corregimiento ya que
supuestamente yo era informante y sostenía reuniones con el Ejército Nacional de Colombia; luego siguieron
las persecuciones y más amenazas en contra de mi vida. En virtud a ello tuve que huir en horas de la noche
por temor de represalias por parte de este grupo ilegal en contra de mi vida.

2. la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO, quien en la fecha en que ocurrió el hecho victimazante era mi
jefe en el asadero de pollos en el corregimiento de Mecaya, Putumayo, me brindó hospedaje desde el 2007
en una casa-lote de la cual ella era propietaria ubicada en el Municipio de Florencia – Caquetá, aunque ella
seguía viviendo en el corregimiento de Mecaya Putumayo, por lo tanto yo vivía sola en aquel inmueble. En el
año 2010 TRES AÑOS DESPUÉS DE MI DESPLAZAMIENTO, me reencontré con la señora DIRISLEY
FIGUEROA TRUJILLO, quien fue desplazada por el conflicto armado en el Corregimiento de la Mecaya-
Putumayo, sólo que su HECHO VICTIMIZANTE FUE POSTERIOR y EN DIFERENTES CIRCUNSTANCIAS
AL MÍO. Conviví otro tiempo con la señora Dirisley Figueroa Trujillo tras su desplazamiento en la casa que
me había brindado hospedaje desde el 2007.

3. Desde mi llegada al Municipio de Florencia en el 2007 hasta la actualidad he emprendido una lucha
jurídica y social para mi inclusión como víctima y el reconocimiento del derecho a la asistencia humanitaria e
indemnización. Tan sólo hasta el año 2010 la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO tras su
desplazamiento adelantó acciones administrativas tendientes a la obtención de las ayudas humanitarias y la
reparación administrativa; en virtud de ello, la señora Figueroa al momento de dar su declaración manifestó
que yo me encontraba dentro de su núcleo familia y que me había desplazado juntamente con ella, lo cual no
es cierto, puesto como manifesté anteriormente mi desplazamiento fue anterior (2007) y por otras
circunstancias, pero ante mi ignorancia del tema de Derechos que me asisten como víctima del Conflicto
Armado no pude hacer nada en su momento; Luego de que la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO
cuyo desplazamiento fue en el 2010, manifestara que yo hacía parte de su núcleo familiar le fue admitida y
obtuvo su resolución y por consiguiente las ayudas Humanitarias pero su actuación de mala fe se demostró
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debido a que NUNCA me informo de la declaración que había hecho ni mucho menos de mi inclusión en el
Registro único de Víctimas y JAMÁS he recibido la parte que me corresponde de las ayudas humanitarias
con todos sus componentes que ella como jefe de hogar recibe, ni estaré como beneficiaria de una posible
reparación administrativa máxime cuando en la actualidad no tengo ningún tipo de contacto con esta señora.

4. De la declaración rendida por la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO identificada con cédula de
ciudadanía No. 26.638.098 e inclusión a su Núcleo familiar me encuentro inscrita en el RUV desde el 04 de
Octubre de 2010, en cual se expresa que ella se desplazó junto a su núcleo familiar en el cual me incluyen
sin ser esto cierto puesto que yo me desplace SOLA en el año 2007 y por hechos diferentes.

5. Como consecuencia de la inclusión en el RUV, el grupo familiar de la señora DIRISLEY FIGUEROA


TRUJILLO en el cual me encuentro incluida fue registrado originariamente de la siguiente manera:

NOMBRE PARENTESCO
Yorchar Medina Esposo
Juan Bautista Rico Figueroa Hijo
Jhonathan Rico Figueroa Hijo
Diego Fernando Medina Figueroa Hijo
Danna Thaliana Rico Figueroa Hija
Yeimi Alejandra Medina Ortega Hijastra
ANGELICA URRIAGO DIAZ No pariente.

6. Sin embargo, desde la inscripción en el RUV dentro este grupo familiar, la señora DIRISLEY FIGUEROA
TRUJILLO es quien recibe directamente las ayudas humanitarias siendo la jefe del núcleo FAMILIAR,
lamentablemente como lo manifesté NUNCA me ha hecho efectiva la entrega de la parte que me
corresponde de estas ayudas humanitarias y mucho menos me ha indicado una fecha determinada para el
pago de la indemnización por vía administrativa por el delito del Desplazamiento forzado que se establece en
el Art. 132 de la Lay 1448 de 2011.

7. Desde el año 2011 no convivo con la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO ni tengo contacto alguno
con ella, Lo anterior se puede verificar en una declaración juramentada que presente ante la Notaria segunda
de Florencia para estos fines.

8. Actualmente soy mujer de la tercera edad (66 años), estoy inscrita en el SISBEN con un puntaje de 62.67;
poseo graves quebrantos de salud como lo son Diabetes Mellitus, Hipercolesterolemia pura e incapacidad
parcial del sentido de la vista, ya que tengo caídos los parpados lo que me impide ver con claridad, por esto
fui sometida a intervención quirúrgica de la cual no se obtuvo mayor resultado, me encuentro sola sin más
ayuda que la de una familia generosa que me brinda apoyo permitiéndome vivir de posada en su inmueble y
brindándome alimentación sólo a título de caridad.

9. Por razones de las anteriores enfermedades e incapacidad padecida, los médicos me exigen realizar una
dieta especial en alimentos bajos en sal, grasa y aumentar la ingesta de frutas y verduras además de
controles mensuales y tratamientos farmacológicos, pero por razones económicas, pues no cuento con
ninguna fuente de ingreso luego del desplazamiento forzado, no puedo atender tales recomendaciones
médicas desmejorando evidentemente mi estado de salud con el paso del tiempo.

10. Tengo conocimiento de que actualmente la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO se encuentra con
medida de aseguramiento por el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y siendo ella la jefe
del núcleo es aquella por la que se canaliza todos los recursos que nos brinda el Estado como víctimas del
conflicto armado, pero en estas condiciones sumado con los anteriores hechos de mala fé es imposible que
la suscrita pueda obtener parte de las ayudas humanitaria o de una posible reparación administrativa.
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11. Así las cosas, se torna fundamental que de manera inmediata se proceda a la escisión de mi presente
núcleo familiar (del grupo de origen) y se proceda a reasignarme en un nuevo núcleo en el RUV donde
conste como jefe de hogar; aunado a ella se proceda con la entrega inmediata a mi nombre de los recursos
provenientes de la ayuda humanitaria.

12. Finalmente, aunado a la situación anteriormente reseñada, estoy inmersa en otras situaciones de
vulnerabilidad por lo cual solicito se adelanten las gestiones y acciones afirmativas tendientes al
restablecimiento y protección de mis derechos. Es Decir, la aplicación del marco normativo y jurisprudencial
de protección con enfoque diferencial pertinente para mi caso SENTENCIA T-025 DE 2004, Resolución 0223
de 2013 Art 3 Numeral cuarto (4) literal d) y Numeral octavo (8) (Indemnizaciones prioritarias), Auto 092 de
2008 (protección reforzada a las mujeres víctimas del conflicto armado), Auto de 006 de 2009 (Intensificación
de las afectaciones derivadas del conflicto en este grupo poblacional).

II-DERECHOS AMENAZADOS VIOLADOS O VULNERADOS.

DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA Y AL MÍNIMO VITAL.

A la luz del artículo 1º de la Constitución Nacional, Colombia es un Estado social de derecho, basado
entre otros principios “en el respeto a la dignidad humana…”. Así, según la interpretación que de dicho
precepto hace la Corte Constitucional en la Sentencia C-397de 2010, ha de entenderse que:

“La dignidad humana tiene una triple naturaleza constitucional ya que es un valor, un principio y
un derecho fundamental autónomo, catalogado por este Tribunal como único valor absoluto que
soporta la totalidad de los derechos humanos. De tal modo que constituye un principio fundante,
estructural y eje definitorio del ordenamiento jurídico colombiano”.

Luego entonces, no puede olvidarse que en la sentencia T-025 de 2004 el más alto Tribunal
Constitucional reafirmó al Estado colombiano la obligación que tiene de velar por el respeto, garantía y
cumplimiento de los derechos de estos ciudadanos, y señaló que:

“El derecho a una subsistencia mínima como expresión del derecho fundamental al mínimo
vital, según está precisado en el Principio 18, lo cual significa que “las autoridades competentes
deben proveer a las personas desplazadas, así como asegurar el acceso seguro de las
mismas, (a) alimentos esenciales y agua potable, (b) alojamiento y vivienda básicos, (c)
vestidos apropiados, y (d) servicios médicos y sanitarios esenciales.” También se dispone que
las autoridades deberán realizar esfuerzos especiales para garantizar la participación plena de
las mujeres en condición de desplazamiento en la planeación y la distribución de estas
prestaciones básicas. Este derecho debe leerse también a la luz de lo dispuesto en los
Principios 24 a 27 reseñados en el Anexo 3, ya que es a través de la provisión de asistencia
humanitaria que las autoridades satisfacen este deber mínimo en relación con la subsistencia
digna de los desplazados. Esta asistencia humanitaria se refiere tanto a la ayuda humanitaria
de emergencia, que se presta al producirse el desplazamiento, como a los componentes de
asistencia mínima durante las etapas de restablecimiento económico y de retorno”. Sentencia
T-025 de 2004.

Respecto del Derecho del mínimo vital, la Jurisprudencia ha dicho:

El derecho al mínimo vital no sólo incluye la facultad de neutralizar las situaciones violatorias de la
dignidad humana, o la de exigir asistencia y protección por parte de personas o grupos discriminados,
marginados o en circunstancias de debilidad manifiesta (CP art. 13), sino que, sobre todo, busca
garantizar la igualdad de oportunidades y la nivelación social en una sociedad históricamente
injusta y desigual, con factores culturales y económicos de grave incidencia en el "déficit social".

Estado social de derecho, dignidad humana y derecho al mínimo vital


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5. El Estado social de derecho hace relación a la forma de organización política que tiene como uno de
sus objetivos combatir las penurias económicas o sociales y las desventajas de diversos sectores, grupos
o personas de la población, prestándoles asistencia y protección.

Del principio de Estado social de derecho se deducen diversos mandatos y obligaciones constitucionales:
primariamente, el Congreso tiene la tarea de adoptar las medidas legislativas necesarias para construir
un orden político, económico y social justo (Preámbulo, CP art. 2). Por otra parte, el Estado y la sociedad
en su conjunto, de conformidad con los principios de la dignidad humana y de la solidaridad (CP art.1),
deben contribuir a garantizar a toda persona el mínimo vital para una existencia digna.

El Estado social de derecho exige esforzarse en la construcción de las condiciones indispensables para
asegurar a todos los habitantes del país una vida digna dentro de las posibilidades económicas que estén
a su alcance. El fin de potenciar las capacidades de la persona requiere de las autoridades actuar
efectivamente para mantener o mejorar el nivel de vida, el cual incluye la alimentación, la vivienda, la
seguridad social y los escasos medios dinerarios para desenvolverse en sociedad.

Toda persona tiene derecho a un mínimo de condiciones para su seguridad material. El derecho a un
mínimo vital - derecho a la subsistencia como lo denomina el peticionario-, es consecuencia directa de los
principios de dignidad humana y de Estado Social de Derecho que definen la organización política, social
y económica justa acogida como meta por el pueblo de Colombia en su Constitución. Este derecho
constituye el fundamento constitucional del futuro desarrollo legislativo del llamado "subsidio de
desempleo", en favor de aquellas personas en capacidad de trabajar pero que por la estrechez del
aparato económico del país se ven excluidos de los beneficios de una vinculación laboral que les
garantice un mínimo de condiciones materiales para una existencia digna.

El derecho a un mínimo vital, no otorga un derecho subjetivo a toda persona para exigir, de manera
directa y sin atender a las especiales circunstancias del caso, una prestación económica del Estado.
Aunque de los deberes sociales del Estado (CP art. 2) se desprende la realización futura de esta
garantía, mientras históricamente ello no sea posible, el Estado está obligado a promover la igualdad real
y efectiva frente a la distribución inequitativa de recursos económicos y a la escasez de oportunidades.1

Ahora bien, el hecho que actualmente me encuentre en el Registro Únicos de Víctimas dentro de un
núcleo familiar al que no pertenezco ni mucho menos vela por mi sostenimiento, flagela en todo sentido
este derecho puesto que con esta inclusión al RUV es la oportunidad que tiene el Estado Colombiano de
conocer mi situación de Desplazamiento y brindarme toda la protección que me asiste como víctima del
conflicto armado y si por hechos de terceros de mala fé me encuentro inscrita pero no recibo ninguna
protección de tipo económica y social que hace que actualmente sobreviva con lo que las persona a título
de caridad puedan ofrecerme, no es justo que el estado colombiano imponga una carga más gravosa a
quien fue víctima del conflicto en donde no tuvo ningún papel y aun saliendo perjudicada por el
desplazamiento ahora nuevamente soy víctima de quien utilizando mi nombre y un falso testimonio en su
declaración no me permita obtener mínimamente las ayudas humanitarias y/o una posible reparación u
otras Derechos que se consagran en la Ley de Víctimas sólo por una formalidad legal y la presunción de
la buena fé con que la señora Figueroa supuestamente declaro; claramente mi derecho a una vida en
condiciones dignas entendida como aquella que tiene lo elementos mínimamente necesarios para la
subsistencia está siendo palpablemente vulnerada puesto que señor Juez en muchas ocasiones no me
he alimentado ni me he vestido dignamente porque a mi avanzada edad y con las graves complicaciones
en mi salud no soy apta en un mercado laboral donde las personas de tercera edad como yo somos
discriminada y tildadas de ”inútiles”.

DERECHO A LA IGUALDAD.

Prescribe la Constitución en el artículo 13 que “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley,
recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y

1
Corte Constitucional, C 496 De 1992, M.P Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz
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oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua,
religión, opinión política o filosófica. …El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real
y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados”, el principio de igualdad
determinado en esta preceptiva constitucional constituye uno de los pilares del Estado constitucional, y
como lo señala BERNAL PULIDO2 ello impone al Estado el deber de tratar a los individuos de tal modo
que las cargas y las ventajas sociales se distribuyan equitativamente entre ellos, así existe un deber que
se concreta en cuatro mandatos: (i) trato idéntico para aquellos destinatarios que se encuentran en
idénticas circunstancias, (ii) trato completamente diferente a quienes se encuentran en situaciones que no
comparten nada en común, (iii) trato igual para quienes se encuentren en situaciones que tengan
similitudes y diferencias, pero que las similitudes sean más relevantes que las diferencias (iv) trato
diferenciado a quienes se encuentran en situaciones en parte similares y en parte diferentes pero que las
diferencias tengan mayor relevancia que las similitudes.

Así pues, en tratándose de la igualdad que consagra el artículo 13 de la Constitución, constituye además
de principio, un derecho a que las personas reclamen de las autoridades públicas –y excepcionalmente
de los particulares– que “no se instauren excepciones o privilegios que exceptúen a unos individuos de lo
que se concede a otros en idénticas circunstancias, de donde se sigue necesariamente, que la real y
efectiva igualdad consiste en aplicar la ley en cada uno de los acaecimientos según las diferencias
constitutivas de ellos…”3

Luego, si según los postulados emanados del artículo 13 de la Constitución, Solicito entonces que este
derecho también sea tutelado puesto que no hay justificación para un trato diferente al que tienen todas
las víctimas de la Violencia en el país.

II. FUNDAMENTOS LEGAL.

La presente petición está sustentada en la protección al Derecho a la Vida en condiciones dignas


contemplado en el Art. 11 e igualdad Art. 13 y Art. 46 de la protección especial para personas de la
tercera edad y Art. 4. Derecho de las personas disminuidas físicamente.

Ley 1448 de 2011, por medio de la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a
las víctimas del conflicto armado interno: Art. 3 (Concepto de victima), Principios generales Art. 4,5, 6, 7,
8, 9, 13; Derecho a las ayudas humanitarias e indemnización por vía administrativa Arts. 47 y stes, Art.
69 y stes y todos los demás afines a la petición.

Decreto 4800 de 2011 por medio del cual se reglamenta la Ley 1448 de 2011, Art. 119 (División del
núcleo familiar) y los demás afines.

Resolución 0223 de 2013, (Indemnizaciones prioritarias), Art 3 Numeral cuarto (4) literal d) y Numeral
octavo (8):

“ARTICULO TERCERO. CRITERIOS SE PRIORIZACIÒN PARA LA APLICACIÓN DE LA


GRADUALIDAD PROGRESIVA. La unidad para la atención y la reparación integral a las víctimas,
priorizará para el acceso a la medida de indemnización de su competencia a: (…)

4. Víctimas del conflicto armado interno con discapacidad física, sensorial, intelectual, mental o múltiple,
la cual se acreditara a través de por lo menos uno de los siguientes medios (…) d) que la condición
conste en una certificación medica expedida por la entidad promotora de salud respectiva. e) que la
condición conste en historia clínica. En todos los casos se observará el principio de Buena Fe y se
preferirán los documentos que más fácilmente pueda allegar la persona a efectos de acreditar su
condición.

2 BERNAL PULIDO, Carlos. El derecho de los derechos. Universidad Externado de Colombia, 2005
3 Corte Constitucional, sentencia T–1122 de 2002. M. P. Clara Inés Vargas.
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8. Víctima del conflicto armado interno mayores de 60 años y cuyo puntaje en el Sisben no supere los 63
puntos. “

FUNDAMENTO JURISPRUDENCIAL.

AUTO No. 006 DE 2009 DE LA CORTE CONSTITUCIONAL:

“III.8.4. La edad avanzada como ámbito crítico de intensificación de riesgos y problemáticas


acentuadas para la población desplazada con discapacidad.

Para el adulto mayor, el desplazamiento genera consecuencias devastadoras, pues los despoja de
aquello que durante años habían construido, con el agravante adicional de que no cuentan ya con el
mismo tiempo, ni con las mismas condiciones vitales para reconstruir lo que habían logrado. Si una
persona desplazada con edad avanzada tiene además una deficiencia física, sensorial, mental o
intelectual, los factores de riesgo descritos, como el abandono, la agravación de sus condiciones de
salud, la pérdida de sus entornos familiares y sociales, los riegos a su integridad y seguridad
personal,[93] las restricciones en la participación, los efectos psicosociales,[94] sólo por mencionar
algunos, tienden a acentuarse con particular severidad. Esta mayor vulnerabilidad, no es excepcional. De
hecho, según las cifras del DANE, los mayores de 60 años se ubican en segundo lugar, en términos de
distribución por grupos de edad, entre las personas desplazadas con discapacidad (34.1%).[95]

La crítica situación de los adultos mayores con discapacidad, debe ser abordada mediante un enfoque
diferencial en discapacidad, lo suficientemente detallado y comprensivo que de cuenta de los riesgos
acentuados para ellos, teniendo en cuenta, además, que a medida que avanza la edad, puede aumentar
su estado de vulnerabilidad. Sin embargo, un enfoque diferencial en discapacidad, también tiene que
advertir que la edad avanzada, sumada a la severidad del desplazamiento, aumenta el riesgo de adquirir
una discapacidad. Por ejemplo, la pérdidas de visión, de movilidad, de audición, están íntimamente
relacionadas con el avance en la edad, pero además pueden verse agravadas en tato existan
condiciones inadecuadas del entorno. Entre otros factores, no puede dejarse de lado que la
desintegración de la familia o la reconfiguración de los roles tradicionales de sus miembros como
consecuencia del desplazamiento, hacen más difícil el cuidado y atención del adulto mayor en condición
de discapacidad o en riesgo de adquirirla, o que el hambre y la desnutrición a la que se ve abocada la
población desplazada en general tiene un impacto acentuado para los adultos mayores.[96]

Ahora bien, dentro de las problemáticas que hacen crítica la situación de esta población están la falta de
visibilización de la misma y la escasa oferta institucional para atender sus necesidades particulares.
Como ya la Corte lo ha puesto de presente en anteriores oportunidades la política pública de
desplazamiento carece de un enfoque diferencial de edad[97] que, entre otros factores, se expresa en el
hecho de que no se tenga en cuenta la diversidad que subsiste dentro de esta población. En general, los
datos existentes parten de la categoría “personas mayores de 60 años” o “adulto mayor”, sin reflejar
diferenciaciones pertinentes en términos de edad. Esto es particularmente relevante en un enfoque en
discapacidad, pues como ya se ha señalado, los riesgos se acentúan conforme aumenta la edad. Así una
persona de 80 años puede encontrarse en mayor riesgo de adquirir o ver agravada una deficiencia
sensorial, física, intelectual o mental, que una de 60. Por tanto es recomendable que en la caracterización
de esta población, se utilicen las categorías reconocidas en el plano internacional, es decir, persona de
edad (60-70 años), persona de edad avanzada (70-80 años), persona de edad muy avanzada (80 años o
más), y se desarrollen mecanismos para la identificación de las condiciones de vida particulares de las
personas mayores en situación de desplazamiento.”4.

Auto 092 de 2008: Carácter de género.

4
Auto de Protección de las personas desplazadas, con discapacidad, en el marco del estado de cosas
inconstitucional declarado en la sentencia T-025 de 2004.
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Así, en el precitado auto, se identificó un número significativo de riesgos de género en el marco del conflicto
armado colombiano, que son a su vez factores específicos de vulnerabilidad a los que están expuestas las
mujeres, circunstancias ante las cuales se impone a las autoridades el deber de emprender acciones
integrales, racionales, coordinadas y cuidadosamente diseñadas, para atacar en forma directa los factores
que generan el impacto diferencial de la violencia desplegada por el conflicto armado sobre las mujeres
colombianas.
Así, que dispuso:
“… las autoridades que conforman el SNAIPD deberán establecer e implementar, dentro de sus
procedimientos ordinarios de funcionamiento, dos presunciones constitucionales que amparan a
las mujeres desplazadas en tanto sujetos de protección constitucional reforzada:
a. La presunción constitucional de vulnerabilidad acentuada de las mujeres desplazadas, para
efectos de su acceso a los distintos componentes del SNAIPD y de la valoración integral de su
situación por parte de los funcionarios competentes para atenderlas; y
b. La presunción constitucional de prórroga automática de la ayuda humanitaria de
emergencia a favor de las mujeres desplazadas, hasta que se compruebe la autosuficiencia
integral y en condiciones de dignidad de cada mujer en particular.
Es responsabilidad del Director de Acción Social disponer las actuaciones y procedimientos
necesarios para que la totalidad de los funcionarios públicos que están encargados de atender los
derechos de las mujeres desplazadas conozcan, comprendan y apliquen adecuadamente estas
dos presunciones constitucionales; así se les ordenará en la presente providencia.”(Negrilla y
subraya extratexto)
Es decir, con mi mera condición de mujer, se me predica una vulneración acentuada, y una carga
desproporcionada, que no tengo el deber jurídico de soportar.

Sobre el tema específico de realizar la modificación del hoy Registro Único de Víctimas, señaló la Corte
Constitucional en la sentencia T-025 de 2004, que:

“La especial protección constitucional de los derechos de los niños, de las mujeres cabeza
de familia, o de personas de la tercera edad, así como de la familia y su manifestación a través
del derecho de la población desplazada a la reunificación familiar, de conformidad con el
Principio Rector 16, justifican esta autorización especial. Estas mismas razones justifican que
se permita, como lo prevé el tercer evento, la modificación del registro para que mujeres
cabeza de familia o parejas nuevas con hijos puedan constituir núcleos familiares de
desplazados con registro autónomo y diferente al originario, y de esta manera, obtener la
ayuda que les permita existir independientemente como familias.
Bajo este último evento descrito, se encuentra la actora del expediente T-686751, quien
como mujer cabeza de familia, solicita ser separada del núcleo familiar bajo el cual quedó
registrada, para inscribirse como un núcleo familiar independiente con ella a la cabeza, con su
hijo. Por lo cual la Sala tutelará sus derechos y ordenará a la Red modificar el registro de su
inscripción como desplazada, y permitirle como mujer cabeza de familia el acceso a las ayudas
previstas para la población desplazada”(Negrilla y subraya fuera de texto)

En igual sentido, respecto a la escisión o modificación de los grupos familiares en el RUV, señaló la
Corte Constitucional en la sentencia T-057 de 2008, que:
“El artículo 42 de la Constitución establece que toda persona es libre de constituir una
familia, sin que exista, en principio, ninguna limitación a este derecho, que es una modalidad de
la cláusula general de libertad del artículo 28 constitucional. Adicionalmente, como lo dispuso la
ley 387 de 1997, marco general de la política pública en materia de desplazamiento forzado,
uno de los principios que orientan la actuación del Estado es que: "la familia del desplazado
forzado deberá beneficiarse del derecho fundamental de reunificación familiar " esto significa
que las personas desplazadas tienen derecho además de reunirse con su núcleo familiar, a
conformar uno nuevo, si así lo han decidido”.

Respecto al tema de la entrega la ayuda humanitaria al nuevo grupo familiar el artículo 119 del Decreto
4800 de 2011, indica:
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Artículo 119. Ayuda humanitaria en caso de división del grupo familiar.


Cuando se efectúe la división de grupos familiares inscritos en el Registro Único de
Víctimas, se mantendrá el monto de la ayuda humanitaria que el grupo inicial venía recibiendo y
seguirá siendo entregado al jefe de hogar que había sido reportado.
Parágrafo. En aquellos grupos familiares cuya división obedezca al abandono por parte del
jefe del hogar y se requiere la protección de los niños, niñas y adolescentes o es producto de
violencia intrafamiliar, dichos hogares recibirán de manera separada la ayuda humanitaria
correspondiente, de manera proporcional según la conformación del grupo familiar.
Para tal efecto, la persona deberá acreditar de manera sumaria dicha situación. La Unidad
Administrativa para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas podrá solicitar al Defensor de
Familia o al Comisario de Familia correspondiente, la información que le permita realizar la entrega
separada de la citada ayuda humanitaria.

De la separación o escisión del nucleo familiar la corte ha manifestado en la Sentencia T-598/14

3.4. De la separación o escisión del núcleo familiar de los desplazados por la violencia

3.4.1. El Registro Único de Víctimas (RUV) se encuentra previsto en el artículo 154 de la Ley 1448 de
2011, como una herramienta administrativa que conserva la información sobre las víctimas del conflicto
armado interno, en los términos previstos en el artículo 3º de la ley en cita[13].
Esta Corporación de forma reiterada ha advertido que la inscripción carece de efectos constitutivos, pues
el registro cumple únicamente con la finalidad de servir de instrumento técnico para la identificación de la
población afectada y como mecanismo útil de información para el diseño e implementación de políticas
públicas que salvaguarden los derechos constitucionales de las víctimas[14].

De acuerdo con el artículo 17 del Decreto 4800 de 2011, la Unidad Administrativa Especial para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), es la entidad del Estado encargada de la
administración, operación y funcionamiento del RUV. Para tal efecto, se dispone que quien se considere
víctima se deberá presentar ante el Ministerio Público para solicitar su inscripción[15], en la oportunidad
prevista en el artículo 155 de la Ley 1448 de 2011[16]. La solicitud de registro debe permitir su
identificación, así como la obtención de información básica sobre los hechos ocurridos y la conformación
del grupo familiar. Al respecto, el artículo 33 del Decreto 4800 de 2011, dispone que: “Para ser tramitada,
la solicitud de registro deberá, como mínimo, contar con la siguiente información: (…) Los datos de
identificación de cada una de las personas relacionadas [y] las circunstancias de modo, tiempo y lugar
previas, durante y posteriores a la ocurrencia de los hechos, (…) teniendo en cuenta el tiempo en el que
ocurrió la violación, y la situación de vulnerabilidad de la víctima”.

Las declaraciones deberán ser enviadas al siguiente día hábil a la UARIV[17], la cual tomará un término
máximo de 60 días hábiles para otorgar o denegar el registro[18]. Las medidas de asistencia y atención
se otorgarán conforme a la integración del núcleo familiar y su suministro se hará al jefe de hogar
reportado.

3.4.2. En la Sentencia T-025 de 2004[19], esta Corporación recordó que es constitucionalmente viable la
modificación del registro, en aquellos casos en que, por el paso del tiempo, se constituyen nuevos
núcleos familiares entre las personas víctimas del desplazamiento forzado, en aras de obtener las ayudas
que les permita existir independientemente como familias. Precisamente, uno de los principios relativos a
la protección durante el desplazamiento, señala que todo ser humano tiene derecho a que se respete su
vida familiar[20].

Así las cosas, si bien la composición del núcleo familiar puede variar por distintas circunstancias con el
transcurrir del tiempo, ya sea aumentando o disminuyendo el número de sus miembros; ello no es óbice
para admitir que, en desarrollo de los derechos al libre desarrollo de la personalidad y a constituir una
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familia (CP arts. 16 y 44), se puedan presentar fenómenos de división o escisión del grupo familiar. En
este último caso, como lo ha señalado la Corte, es preciso determinar que dicha separación no
corresponda a una estrategia indebida para aumentar la ayuda recibida.

En desarrollo de lo anterior, en la providencia en cita, en relación con la pretensión de corrección del


núcleo familiar, se manifestó que es posible distinguir varias situaciones: “(i) la de quienes desean
separarse del núcleo familiar con el fin de aumentar las posibilidades de ayuda; (ii) la de quienes por las
condiciones mismas del desplazamiento interno son separados de su núcleo familiar, se reencuentran
posteriormente con él y desean unirse para solicitar las ayudas previstas para la población desplazada;
[y] (iii) la de quienes han formado un nuevo núcleo familiar al constituirse como pareja estable con hijos o
como madre cabeza de familia, pero separada de su esposo o compañero permanente”.

Frente a cada uno de los anteriores escenarios, se han establecido distintas reglas dirigidas a determinar
la procedencia o no de la modificación del registro, con el propósito de salvaguardar los recursos que
permiten el desarrollo de las medidas de asistencia y atención que se otorgan a las víctimas. Así, en la
citada Sentencia T-025 de 2004, se manifestó que:

“En el primer evento, dada la complejidad administrativa que implicaría permitir el cambio
de inscripción por la mera voluntad del desplazado o el riesgo de que ello sea solicitado
estratégicamente con el fin de aumentar la ayuda recibida, resulta razonable que no sea
posible obtener un nuevo registro, máxime si se tiene en cuenta que en todo caso, las
ayudas se canalizarán a través del núcleo familiar con el cual fueron registrados. En el
segundo evento, especialmente cuando se trata de menores de edad y de ancianos que se
reencuentran con su familia, las autoridades deben tomar medidas para garantizar que éstas
personas puedan reunirse con sus allegados y, cuando sea necesario, modificar la
información del registro para garantizar que estos núcleos familiares reciban la ayuda
adecuada y proporcionalmente mayor que se le brinda a la población desplazada. La
especial protección constitucional de los derechos de los niños, de las mujeres cabeza de
familia, o de personas de la tercera edad, así como de la familia y su manifestación a través
del derecho de la población desplazada a la reunificación familiar, de conformidad con el
Principio Rector 16, justifican esta autorización especial. Estas mismas razones justifican
que se permita, como lo prevé el tercer evento, la modificación del registro para que
mujeres cabeza de familia o parejas nuevas con hijos puedan constituir núcleos familiares de
desplazados con registro autónomo y diferente al originario, y de esta manera, obtener la
ayuda que les permita existir independientemente como familias.”[21] (Negrilla fuera del texto
original)

Con fundamento en estas reglas, en la Sentencia T-721 de 2008[22], este Tribunal se pronunció sobre un
caso de división del grupo familiar, en el que la ayuda humanitaria era otorgada a la esposa de un
desplazado, quien, pese a sus precarias condiciones de salud, fue abandonado y dejado a cargo de dos
hijos menores de edad. Para la Corte, las apremiantes complicaciones materiales y emocionales del
accionante, aunadas a su condición de desplazado, exigían la verificación de su núcleo familiar por parte
de la autoridad demandada[23], a efectos de determinar si procedía o no la inscripción autónoma en el
registro.

3.4.3. Con la expedición del Decreto 4800 de 2011, “por el cual se reglamenta la Ley 1148 de 2011 y se
dictan otras disposiciones”, se establecieron un conjunto de reglas sobre la división del grupo familiar y la
distribución de las ayudas alimentarias, en un contexto en donde se verifica una simple fragmentación del
núcleo y en otros en los que se identifican condiciones particulares que exigen una especial protección
constitucional. Textualmente, en el artículo 119, se consagra que:

“Artículo 119.- Ayuda humanitaria en caso de división del grupo familiar. Cuando se
efectúe la división de grupos familiares inscritos en el Registro Único de Víctimas, se
mantendrá el monto de la ayuda humanitaria que el grupo inicial venía recibiendo y seguirá
siendo entregado al jefe de hogar que había sido reportado.
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Parágrafo.- En aquellos grupos familiares cuya división obedezca al abandono por parte
del jefe del hogar y se requiere la protección de los niños, niñas y adolescentes o es
producto de violencia intrafamiliar, dichos hogares recibirán de manera separada la
ayuda humanitaria correspondiente, de manera proporcional según la conformación del
grupo familiar.

Para tal efecto, la persona deberá acreditar de manera sumaria dicha situación. La Unidad
Administrativa para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas podrá solicitar al
Defensor de Familia o al Comisario de Familia correspondiente, la información que le permita
realizar la entrega separada de la citada ayuda humanitaria.”

Como se infiere de la norma transcrita, su lógica se inscribe en la fijación de un parámetro general, por
virtud del cual se busca evitar que el monto de la ayuda humanitaria sea fragmentado sin justificación
alguna, a partir de la simple división del núcleo familiar, ya sea motivado por la mera voluntad del
desplazado o con el fin de aumentar la ayuda recibida. En este tipo de casos, se mantendrá el monto
autorizado y seguirá siendo entregado al jefe del hogar que había sido reportado. Por el contrario, en
aquellas circunstancias en las cuales se trate del abandono del grupo por parte de quien lo representa o
de violencia intrafamiliar, se procederá a la división de la ayuda correspondiente, de manera proporcional
a la nueva conformación de los núcleos familiares. En tales circunstancias, el interesado deberá acreditar
de manera sumaria dicha situación, sin perjuicio de la carga que se impone a la UARIV, consistente en
verificar la división alegada, para lo cual, en caso de estimarlo pertinente, podrá acudir a las autoridades
estatales de familia, con el fin de poder entregar de forma separada la citada ayuda humanitaria.

La existencia del citado marco reglamentario no es óbice para entender que las otras hipótesis de
escisión o separación del grupo familiar, conforme a lo previsto en la jurisprudencia constitucional, se
mantienen vigentes y son susceptibles de amparo. Ello ocurre, entre otras, por las siguientes razones:

En primer lugar, porque uno de los principios rectores durante el desplazamiento, señala que todo ser
humano tiene derecho a que se respete su vida familiar[24], lo que conduce en el caso de la población
desplazada a adoptar (i) medidas de protección cuando se presenta el reencuentro de menores de edad
y adultos mayores con sus familias, o a (ii) modificar y actualizar el registro para admitir a mujeres cabeza
de familia o a parejas nuevas con hijos. Así, por ejemplo, el artículo 28 de la Ley 1448 de 2011 dispone
que: “Las víctimas de las violaciones contempladas en el artículo 3º de la presente ley, tendrán entre
otros los siguientes derechos (…): 7. Derecho a la reunificación familiar cuando por razón de su tipo de
victimización se haya dividido el núcleo familiar”.

En segundo lugar, porque los derechos de las víctimas (como sujeto de especial protección) se someten
al principio de progresividad, por lo que el Estado además de aumentar paulatinamente el goce efectivo
sobre los mismos, debe abstenerse de adoptar medidas que impliquen un retroceso frente al nivel de
protección otorgado[25]. Lo anterior implica que si bien el reglamento puede establecer reglas sobre la
división del grupo familiar y la distribución de las ayudas humanitarias, no por ello puede entenderse que
dicho régimen excluye los desarrollos jurisprudenciales vigentes sobre la materia, pues su exigibilidad –
en términos de progresividad y de la cláusula de no regresividad– responde a la necesidad de amparar
derechos fundamentales de la población desplazada, como ocurre con los derechos al mínimo vital, a la
vida digna y a constituir y preservar una familia (CP arts. 11, 12 y 42).[26].

Por último, como lo ha señalado reiteradamente la Corte[27], porque una de las reglas relativas a la
inscripción de una persona desplazada en el registro, cuando exista división del núcleo familiar, consiste
en verificar y caracterizar dicha división y comprobar el verdadero estado en el que se encuentran los
miembros de un grupo familiar, para, si es del caso, modificar el existente o realizar la respectiva
segmentación y otorgar un nuevo registro.

3.4.4. De acuerdo con lo expuesto, a partir de la jurisprudencia constitucional y de la normatividad


vigente, es posible extraer cinco circunstancias que generan la división de un grupo familiar que fue
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desplazado por la violencia, de las cuales sólo una no amerita la división de la ayuda humanitaria y tres
justifican la entrega de ayuda independiente a la del grupo original. Tales situaciones se pueden resumir
de la siguiente manera:

(i) Cuando las personas deciden separarse de su núcleo familiar original sin justificación o para recibir
mayor ayuda humanitaria (inciso 1º del artículo 119 del Decreto 4800 de 2011 y Sentencia T-025 de
2004). En este escenario no es posible incluir un nuevo registro y se mantendrá el monto de la ayuda
inicialmente otorgada, la cual será entregada al jefe de hogar que consta en la correspondiente
declaración.

(ii) Cuando se trata del abandono por parte del jefe de hogar y se requiere la protección de
menores de edad (parágrafo del artículo 119 del Decreto 4800 de 2011 y Sentencia T-721 de
2008). En esta hipótesis se procederá a la creación de un nuevo registro y se dividirá
proporcionalmente la ayuda según la conformación de cada grupo familiar.

(iii) Cuando el núcleo se separa por violencia intrafamiliar (parágrafo del artículo 119 del Decreto
4800 de 2011). En este escenario se siguen las mismas reglas previamente expuestas, esto es,
se debe crear un nuevo registro y dividir proporcionalmente la ayuda.

(iv) Cuando se trata de menores de edad y de adultos mayores que se reencuentran con su
familia (Sentencia T-025 de 2004). En esta circunstancia, siempre que sea necesario, se debe
modificar la información del registro, para garantizar que el núcleo familiar reciba la ayuda
adecuada y proporcional a su nueva realidad.

(v) Cuando se está en presencia de mujeres cabeza de familia o de parejas nuevas con hijos
(Sentencias T-025 de 2004, T-783 de 2011 y T-462 de 2012). En esta hipótesis se deberá
inscribir un nuevo registro “autónomo y diferente al originario”[28], con miras a proporcionar la
ayuda necesaria “que les permita existir independientemente como familias”[29].

3.4.5. Las circunstancias expuestas evidencian que, en varias ocasiones, resulta necesaria la
modificación del registro o la inscripción de uno nuevo, como herramienta idónea para proteger los
derechos fundamentales de la población desplazada y salvaguardar la institución familiar, con miras a
preservar el mínimo vital y la subsistencia de sus miembros, en especial de adultos mayores y menores
de edad.

No obstante, como se infiere de lo expuesto en el Decreto 4800 de 2011, es preciso constatar la


ocurrencia de cada una de las situaciones previamente descritas. De ahí que, por una parte, se demande
de la persona interesada la acreditación sumaria de la hipótesis que alega; y por la otra, se asigne a la
UARIV la obligación de identificar el entorno de la familia y caracterizar el estado en el que se encuentra.
Para tal diligencia, la citada Unidad podrá solicitar el apoyo correspondiente de las autoridades
competentes en asuntos de familia (el Defensor de Familia o el Comisario de Familia), para que, en virtud
de su conocimiento especializado en dicha área, informen sobre las circunstancias que rodean a las
personas que pretenden constituirse como un nuevo núcleo familiar y, por dicha vía, obtener un registro
autónomo e independiente del originario.
Bajo este entendido, es viable señor Juez realizar la escisión de actual núcleo familiar al que pertenezco
puesto que estando la jefe de hogar en la cárcel sumado a la obtención de mis beneficios económicos por
la declaración de la mala fe brindada, son pruebas de que la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO
no es la persona adecuada para ser la jefe de hogar ni mucho menos manejar los recursos a su antojo
desfavoreciendo mis derechos esencialmente a la vida en condiciones dignas, encontrándome sujetada
actualmente a un vinculo familiar que nunca existió y por el cual esta persona se beneficia mientras que
yo sufro los rezagos de sus malas decisiones.
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IV-PETICIÓN

Con fundamento en lo anteriormente expuesto le solicito señor juez que se tutelen mis derechos
fundamentales invocados como amenazados, violados y/o vulnerados: LA DIGNIDAD HUMANA, AL
MINIMO VITAL, A UNA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS Y ADECUADAS, A LA IGUALDAD, Y A
TODOS AQUELLOS DERECHOS DERIVADOS DE MI CALIDAD DE VICTIMAS DEL CONFLICTO
ARMADO.y en consecuencia:

1. Se ORDENE a la accionada UNIDAD DE ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VICTIMAS-


UNIDAD TERRITORIA DE CAQUETA- que efectué la modificación del Registro Único de Victimas y se
realice la escisión de mi presente núcleo familiar del grupo de origen, en virtud a ello se me asigne un
uno nuevo código de inclusión en el Registro Único de Victimas.

2. Se ORDENE a la accionada UNIDAD DE ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VICTIMAS-


UNIDAD TERRITORIA DE CAQUETA- que Se realice estudio de caracterización, para determinar las
condiciones de vulnerabilidad y la composición de mi núcleo familiar.

3. Se ORDENE a la accionada UNIDAD DE ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VICTIMAS-


UNIDAD TERRITORIA DE CAQUETA- Que una vez hecha la división y el estudio de caracterización, se
me haga entrega PRIORITARIA de las ayudas humanitarias correspondientes con la totalidad de sus
componentes y de acuerdo a mis necesidades y hasta tanto alcance mi autosostenimiento.

4. De conformidad con el artículo 24 del Decreto 2591 de 1991, me permito solicitar que en el fallo por
Usted dictado se prevenga a la entidad accionada “para que en ningún caso vuelva a incurrir en las
acciones u omisiones que dieron mérito para conceder la tutela, y que, si procediere de modo contrario,
será sancionada de acuerdo con lo establecido en el artículo correspondiente de este decreto, todo sin
perjuicio de las responsabilidades en que ya hubiere incurrido.

5. Que se ORDENE el amparo de aquellos derechos fundamentales no invocados como amenazados,


violados y/o vulnerados y que Usted, en su función de guardián de la Constitución, pueda establecer
como violados, amenazados y/o vulnerados.

V. PRUEBAS.

Téngase como pruebas las siguientes:

 Fotocopia simple de la Cedula de Ciudadanía de la suscrita en la cual se prueba mi


identificación y edad actual.
 Copia simple de la declaración juramentada realizada el 15 de Abril de 2013 ante la Notaria
Segunda de Florencia por medio de la cual exprese que ya no convivo con la señora
DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO.
 Copia simple de la certificación expedida por la Personería Municipal de Florencia en el cual
se determina el núcleo familiar de la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO en el cual me
encuentro vinculada.
 Copia simple de la Cédula de Ciudadanía de la señora DIRISLEY FIGUEROA TRUJILLO.
 Copia simple de los resultados de los exámenes de la suscrita de glucosa y Diabetes
Mellitus e hipercolesterolemia respectivamente.
 Examen de orden médica para examen de insulina de fecha de 18/10/14.
 Copia simple de resultados de exámenes de hemoglobina de la suscrita. Del 2015-03-09.
 Copia simple de la remisión por oftalmología por caída de parpado derecho emitido por
OPTICA LCB.

VI. NOTIFICACIÓN.
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De acuerdo con la situación de mi núcleo familiar me permito manifestar mi interés en que la respuesta
dada, sea notificada en las oficinas del Consultorio Jurídico de la Universidad de la amazonia. Esta
oficina ha manifestado su interés en colaborarme con el seguimiento que requiere este tipo de acciones
judiciales.

Dirección Universidad: Carrera 11 No. 5-69, Consultorio Juridico, Sede Centro Universidad de la Amazonia,
Florencia, Caqueta.

Cordialmente,

_______________________
ANGELICA URRIAGO DIAZ
C. C. N° 26.540.897

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