Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Introducción.
Conclusiones.
Recomendaciones.
e-grafía.
Introducción.
Durante la primera década del siglo XIX, se argumenta que, las autoridades coloniales
españolas crearon medidas fiscales y económicas cuales afectaron a la región. Entre ellas el
aumento de tributos y la consolidación de deudas estatales para financiar las guerras europeas
de la Corona española.
Se dice también que el proceso fue más bien motivado por la Invasión Napoleónica a España
durante 1808, porque esto significó el colapso temporal de la autoridad real.
Y hay estudiosos de la historia centroamericana que aseguran que las ideas de libertad se
propagaron de primero, en forma secreta y con lentitud dentro del territorio guatemalteco.
Esto porque era la capital que había evolucionado de manera eficiente y porque era aquí
donde habitaba la población más favorecida y rica, que velaba exclusivamente por sus
riquezas y por su participación en la burocracia.
Primer intento.
La historia reconoce que en aquella época surgieron rumores de un posible atentando contra
el padre José Matías Delgado, líder de los insurgentes frente al poder colonial español.
Dicho movimiento a su inicio fue apoyado por las familias criollas molestas al ver que sus
economías comenzaban a venirse a menos por las medidas fiscales, el pago de tributos y el
impuesto de alcabala, dictados por el Gobierno colonial español.
Los insurgentes buscaban apoderarse de las armas existentes en la casamata de San Salvador,
además de 200 pesos de las arcas reales, que habían de trasladarse a Guatemala por orden del
Capitán General de la Capitanía José de Bustamante y Guerra, debido a que este, ya tenía
informes de los movimientos subversivos en la región. José Joaquín de Bustamante y Guerra
fue un marino español, nombrado gobernador de Montevideo desde 1797 hasta 1804 y años
después, en 1811, asignado como capitán general de Guatemala hasta 1818.
Aunque el movimiento se logró con éxito, no encontró respaldo en el resto de la región.
Razón por la que aisló el cabildo del resto de los que componían el Gobierno.
Estos hechos transcurrieron sin violencia, gracias al control de las masas que ejercieron los
cabecillas, conteniendo a los insurgentes cuando las acciones podían salirse de control.
Luego de asumido el poder por la Junta Gubernativa, tras la renuncia de don Bernardo José
de Arce – Presidente de la República Federal de Centroamérica y prócer de la Independencia
de El Salvador-, se convierte en el encargado de dictar las notificaciones públicas que envía
documentos invitando a los demás cabildos a formar parte de la Junta Gubernativa.
El negocio de la independencia.
El 3 de diciembre de 1811, llegó una comitiva a San Salvador para visitar a los principales
cabecillas del movimiento, dentro de las negociaciones con la diputación enviada se aceptó
la destitución de Gutiérrez y Ulloa – intendente Colonial de la Intendencia de San Salvador
en los años de 1805 hasta 1811 y poseía el título de: “Caballero de Carlos III”-, y la disolución
de la Junta Gubernativa, asumiendo la intendencia de San Salvador el señor Aycinena,
además de no tomar represalias contra las miembros de las familias distinguidas ni contra los
religiosos involucrados en el movimiento, para evitar cualquier consecuencia que estas pueda
causar en la población, que generara un nuevo levantamiento, debido a la difícil situación por
la que atravesaba la monarquía española.
Es con esta negociación que se apaga el primero de una serie movimientos liberales a lo largo
de Centro América que lograron la anhelada libertad con respecto a España.
Muchos creyeron que se necesitaban todos los votos de las provincias para disponer sobre
este Plan pero ya que se convocó a tan poco tiempo de anticipación no se tomó en cuenta la
opinión ni el voto de las demás provincias tales como Nicaragua la cual se apartó de
Guatemala y de España y se proclamó independiente.
Las provincias formaron una Junta Gubernativa provisional presidida por el antiguo Capitán
General español, Gabino Gaínza. Al concretarse la independencia centroamericana, la unión
de provincias tenía que elegir si conservaba la unidad de las provincias o se independizaban
como naciones definidas o si se anexaban al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide.
Una vez alcanzada la independencia, los próceres enfrentaron el desafío de escoger un nuevo
sistema de gobierno. En 1823 se creó una república federal integrada por cinco Estados:
Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Guatemala.
Estas reformas fueron iniciadas por Felipe V (1700-1746), continuadas por Fernando VI
(1746-1759) y desarrolladas principalmente por Carlos III (1759-1788). Los objetivos
fueron, básicamente, recuperar la hegemonía comercial y militar de España, y explotar y
defender mejor los ingentes recursos coloniales.
A finales del siglo XVII, el imperio español mostraba signos de decadencia. Las
constantes guerras con Inglaterra, la corrupción y la evación de impuestos contribuía al
deterioro de las finanzas. Las instituciones politico-administrativas permanecían casi
inamovibles desde los tiempos de la conquista. Las pestes y las epidemias habían producido
una crisis demográfica. Ante esta situación, los monarcas fortalecieron la economía española
mediante el máximo aprovechamiento de los recursos provenientes de las colonias y
unificaron así, su administración a través de la designación de ministros más eficientes.
La reunión de la Diputación fue presidida por el Jefe Político Superior Gabino Gaínza y el
acta la redactó el célebre intelectual y político hondureño José Cecilio del Valle a los
escribanos indígenas Lorenzo Romaña y Domingo Dieguez de acuerdo a versión del
Dr.Orlando Betancourth. La sesión se efectuó en el Palacio Nacional, que estaba ubicado en
lo que hoy día se conoce como el Parque Centenario.
Siendo públicos e indudables los deseos de independencia del gobierno español que por
escrito y de palabra ha manifestado el pueblo de esta capital recibidos por último correo
diversos oficios de los ayuntamientos constitucionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxtla en
que comunican haber proclamado y jurado dicha independencia, y excitan a que se haga lo
mismo en esta ciudad siendo positivo que han circulado iguales oficios a otros ayuntamientos
determinado de acuerdo con las Excma. diputación provincial que para tratar de asunto tan
grave se reuniesen en uno de los salones de este palacio la misma diputación la Excma.
audiencia territorial, el venerable Sr. deán y cabildo eclesiástico, el Excma. ayuntamiento, el
M. I. claustro el consulado y M. I. colegio de abogados, los prelados regulares, jefes y
funcionarios públicos congregados todos en el mismo salón: leídos los oficios expresados
discutido y medito detenidamente el asunto y oído el clamor de Viva la Independencia que
repetía de continuo el pueblo que se veía reunido en la calles, plaza, patio, corredores y
antesala de este palacio, se acordó por esta diputación e individuos de Excmo. ayuntamiento:
1. Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del pueblo de
Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el congreso que debe formarse, el
Sr. Jefe político la mande publicar para prevenir las consecuencias querían temibles en el
caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.
2. Que desde luego e circulen oficios a las provincias por correos extraordinarios para sin
demora alguna se sirvan proceder a elegir diputados representantes suyos, y éstos concurran
a esta capital a formar el congreso que debe decidir el punto de independencia general y
absoluta y fijar, en caso de acordarla, la forma de gobierno y ley fundamental que deba regir.
3. Que para facilitar el nombramiento de diputados, se sirvan hacerlo las mismas juntas
electorales de provincia que hicieran o debieron hacer las elecciones de los últimos diputados
a cortes.
4. Que el número de estos diputados sea en proporción de uno por cada quince mil individuos,
sin excluir de la ciudadanía a los originarios de África.
5.Que las mismas juntas electorales de provincia, teniendo presente los últimos censos, se
sirvan determinar según esta base el número de diputados o representantes que deban elegir.
6.Que en atención a la gravedad y urgencia del asunto se sirvan hacer las elecciones de modo
que día primero de marzo del año próximo de 1882, estén reunidos en esta capital todos los
diputados.
8.Que el Sr. jefe político brigadier D. Gavino Gaínza continúe con el gobierno superior
político y militar, y para que éste tenga el carácter que parece propio de las circunstancias,
forme una junta provisional consultiva, compuesta de los señores individuos actuales de esta
diputación provincial, de los señores Miguel Larreynaga, ministrote esta audiencia, D. José
del Valle, auditor de Guerra, Marqués de Aycinena, Dr. D. José Valdés, tesorero de esta santa
iglesia, Dr. D. Ángel María Candina, y Lic. D. Antonio Robles, alcalde 3° constitucional, el
primero por la provincia de León, el segundo por la de Comayagua, el tercero por
Quezaltenango, el cuarto por Sololá y Chimaltenango, el quinto por Sonsonete, y el sexto por
Ciudad Real de Chiapa.
9. Que esta junta provisional consulte al señor jefe político en todos los asuntos económicos
y gubernativos dignos de su atención.
10. Que la religión católica, que hemos profesado en los siglos anteriores y profesaremos en
los sucesivos, se conserve pura e inalterable, manteniendo vivo el espíritu de religiosidad que
ha distinguido siempre a Guatemala., respetando a los ministros eclesiásticos, seculares y
regulares, y protegiéndoles en sus personas y propiedades.
11. Que se pase oficio a los dignos prelados de las comunidades religiosas, para que,
cooperando a la paz y sosiego, que es la primera necesidad de los pueblos, cuando pasan de
un gobierno a otro, dispongan que sus individuos exhorten a la fraternidad y concordia, a los
que estando unidos en el sentimiento general de la independencia, deben estarlo también en
todos los demás, sofocando pasiones individuales que dividen los ánimos y producen
funestas consecuencias.
13. Que el señor jefe político publique un manifiesto haciendo notorios a la faz de todos los
sentimientos generales del pueblo, la opinión de las autoridades y corporaciones, las medidas
de este gobierno, las causas y circunstancias que lo decidieron a prestar en manos del señor
alcalde 1°, a pedimento del pueblo, el juramento de independencia y fidelidad al gobierno
americano que se establezca.
14. Que igual juramento presten la junta provisional, el Excmo. ayuntamiento, el Illmo. señor
arzobispo, los tribunales, jefes políticos y militares, los prelados regulares, sus comunidades
religiosas, jefes y empleados en las rentas, autoridades, corporaciones y tropas de las
respectivas guarniciones.
15. Que el señor jefe político, de acuerdo con el Excmo. ayuntamiento disponga la
solemnidad y señale el día en que el pueblo deba hacer la proclamación y juramento
expresado de independencia.
16. Que el Excmo. ayuntamiento acuerde la acuñación de una medalla que perpetúe en los
siglos la memoria del día Quince de Setiembre de mil ochocientos veintiunos, en que
proclamó s u feliz independencia.
17. Que, imprimiéndose esta acta y el manifiesto expresado, se circule a las Excmas.
diputaciones provinciales, ayuntamientos constitucionales y demás autoridades eclesiásticas,
regulares, seculares y militares, para que siendo acordes en los mismos sentimientos que ha
manifestado este pueblo, se sirvan obrar con arreglo a todo lo expuesto.
18. Que se cante el día que designe el señor jefe político una misa solemne de gracias con
asistencia de la junta provincial, detonas las autoridades, corporaciones y jefes, haciéndose
salvas de artillería y tres días iluminación.
Gavino Gainza
Mariano de Beltranena
José Mariano Calderón
José Matías Delgado
Manuel Antonio Molina
Mariano de Larrave
Antonio de Rivera
José Antonio de Larrave
Isidoro del Valle y Castraciones
Mariano de Aycinena
Pedro de Arroyave
Lorenzo de Romaña, secretario
Domingo Diéguez, secretario.
Gaínza le contestó un mes más tarde, el 3 de diciembre de 1821, que era necesario consultar
a diversos cabildos centroamericanos para dar una respuesta sobre la cuestión. Culminaba su
contestación con estas elocuentes expresiones: "Espero que Vuestra Excelencia dejará en
suspenso sus decisiones, y detendrá la marcha de su división armada, hasta la llegada de mi
respuesta que le enviaré por correo el 3 de enero de 1822".
Apenas dos días después de la fecha límite, el 5 de enero, Gaínza pudo remitir su conteo (aún
incompleto): 32 ayuntamientos aceptaban la anexión; 104 aceptaban con condiciones; 2 se
oponían de plano, mientras que otros 21 opinaban que esta cuestión sólo podía ser debatida
por el congreso que debía reunirse en marzo.
A estos últimos no les faltaba razón, pues la ocurrencia de Gaínza de consultar a los cabildos,
aunque le daba algo de tiempo, violaba la disposición N° 2 del Acta del 15 de septiembre: un
"Congreso que debe decidir el punto de independencia general absoluta y fijar en caso de
acordarla, la forma de Gobierno y ley fundamental que debe regir".
Pero además surgieron sospechas sobre el recuento mismo, ya que se acusó al secretario de
la Junta Consultiva que asesoraba a Gaínza, Mariano Gálvez, de haber acomodado el
resultado a favor de la anexión.
Pero es cierto que muchos pueblos (Comayagua, Ciudad Real de Chiapas, Quetzaltenango,
Sololá, las intendencias de Nicaragua) se unían por iniciativa propia al Imperio, aun saltando
por encima del conducto regular que incluía a Ciudad de Guatemala. Había apariencias de
unanimidad y mucha presión puesta sobre esta decisión. Por lo mismo, Gaínza y la Junta
Provisional Consultiva declararon la unión del Reino de Guatemala al Imperio de México en
un acta firmada el 5 de enero en Ciudad de Guatemala.1 Para entonces ya se habían anexado:
Anexión de Guatemala a México es un artículo que se refiere a la acción política, por medio
de la cual la provincias que integraron previamente el Reino de Guatemala pasaron a formar
parte del Imperio mexicano, regido por Agustín de Iturbide. El acuerdo respectivo se emitió
en la Nueva Guatemala de la Asunción, el 5 de enero de 1822, por la Junta Provisional
Consultiva. Desde octubre de 1821, los intelectuales liberales, en especial Pedro Molina, José
Francisco Barrundia y José Francisco Córdova se manifestaron contra la posible anexión,
apoyada por Gabino Gaínza (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Ante la amenaza del ejército comandado por Filísola, las autoridades salvadoreñas enviaron
a Juan Manuel Rodríguez, a Estados Unidos, para proponer un pacto de unión con dicho país.
El 14 de enero de 1823, Filísola atacó San Salvador y consiguió que, el 21 de febrero, las
fuerzas salvadoreñas capitularan. Sin embargo, al enterarse del contenido del Plan Casa Mata,
por el cual el ejército mexicano había obligado a Iturbide a reinstalar el Congreso, decidió
retomar a Guatemala. El 18 de junio de 1823, las autoridades guatemaltecas ordenaron a
Filísola retirar las tropas mexicanas de América Central. Antes de irse, Filísola convocó al
Congreso General, contemplado en el Acta de Independencia, para que decidiera el futuro
político de la región. La Asamblea Nacional Constituyente desconoció la anexión y, el 1 de
julio de 1823, ratificó la Independencia declarada el 15 de septiembre de 1821 (Diccionario
Histórico Biográfico, 2004).
Aunque se la conozca como Constitución de Bayona, no cumple los requisitos actuales para
calificarla de "constitución".
Napoleón es, durante unos días, Emperador de Francia y Rey de España. No pudiendo aplicar
las normas francesas en España y deseando demostrar que traía el progreso a España, dicta
un texto que solo se aplicará a un grupo de sus súbditos; los españoles.
Este tipo de solución, propia del Derecho internacional privado es conocido como «estatuto»,
siendo uno de los medios para para determinar la ley aplicable a un grupo de personas
respecto de otros. Por este motivo se le conoce como "Estatuto de Bayona".
Por otra parte, se la llama «carta» al ser un documento unilateral otorgada por Napoleón, a
través de su hermano José I, que surte efectos en el momento que, tras recibirlo, su
destinatario (nominalmente el pueblo español, realmente los representantes del clero y la
nobleza española convocados en Bayona) lo acepta.
Cronología.
El proceso de formación de este documento se mezcla con las Abdicaciones de Bayona, que
fueron las renuncias sucesivas de Fernando VII y Carlos IV al trono de España. Los hechos
fueron:
Características.
Principios.
El único principio es el pragmatismo, aquello que es necesario para políticamente conseguir
la adhesión del pueblo y la buena marcha del país. Aquellas «cortes», llamadas «Junta
Nacional», en territorio extranjero, estaban formadas por liberales moderados de marcado
carácter afrancesado. Su número era reducido, 65 diputados, y su encargo limitado. El texto
fue presentado por Napoleón, y solo pudieron deliberar sobre su contenido.
Influencias.
Las influencias son la Francia Napoleónica y la Constitución francesa de 1791.
Soberanía nacional.
No se recoge este concepto.
División de poderes.
Existe una división de poderes formal, pero el rey los invade todos.
Parlamento.
Es bicameral, formado por unas Cortes o "Juntas de la Nación" y un Senado. No existía
legislatura, eran convocados para la ocasión y, al menos, una vez cada 3 años.
Las facultades del Congreso y del Senado no tienen fuerza para obligar. La iniciativa
legislativa la tenía el Rey
El Rey y el Consejo de Estado.
El rey tiene un papel predominante, aunque su estatuto personal y prerrogativas no estén
claramente enunciadas, pero las que se expresan ya le otorgan un poder inmenso.
Todo el Título VIII está dedicado al Consejo de Estado. Es un órgano consultivo y, casi,
tumultuario.
El poder judicial.
La justicia es competencia exclusiva de los tribunales.
Contiene una declaración de unos futuros códigos civiles, criminales y de comercio que
pretendían poner racionalidad en un sistema legal absolutamente caótico.
Organización territorial.
Se acuerda la supresión de las aduanas interiores.
Vigencia.
Tuvo una vigencia muy dudosa en cuanto al tiempo y al espacio. El reinado de José I fue
corto, y solo se extendió a los lugares ocupados por el ejército francés, y cuando este se
desplazaba, se perdía el control de aquel territorio y ya sabemos que en tiempo de guerra,
con un ejército enemigo ocupando el territorio, poca aplicación tienen las leyes.
Antecedentes.
La Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América designó una
comisión para redactar la futura Constitución de la República y en diciembre de 1823 aprobó
las Bases de Constitución Federal, documento que operó como Constitución provisional y
como anteproyecto para la redacción de la definitiva.
El régimen federal, fue tomado del modelo que la Constitución norteamericana ofrecía, pero
si ésta no hubiera existido, probablemente la nueva clase política abocada a la reconstrucción
nacional, hubiera tenido que inventarlo. Es decir, el modelo norteamericano era un ejemplo
radical, pues sirvió como punto de referencia para fijar posiciones. Toda la influencia de la
teoría política europea, y los requerimientos de una realidad orientada a la dispersión en busca
de la unidad, condujeron al federalismo o al centralismo. El régimen federal perduró en
Centroamérica hasta el año 1838, en que se inicia el rompimiento de la federación, lo cual
convirtió el antiguo Reino General de Guatemala, en cinco provincias pequeñas que
devinieron en estados soberanos.
Contenido.
En su parte orgánica, la Constitución reprodujo y aumentó los defectos de las Bases. Mantuvo
la división entre un Congreso unicameral todopoderoso, un Ejecutivo prácticamente reducido
a la nulidad, un Senado que actuaba como cuerpo intermedio y una Corte Suprema de
Justicia, todos elegidos popularmente conforme a un sistema de sufragio universal indirecto
en cuatro grados. No se indicaba la ciudad sede del Congreso, ni se establecía un distrito
federal, sino que solamente se anunciaba que cuando las circunstancias lo permitiesen, se
construiría una ciudad nueva para residencia de las autoridades federales, que ejercerían en
ella jurisdicción exclusiva.3
La Constitución era rígida, ya que para la aprobación de una reforma parcial a la Constitución
se exigía la aprobación de dos terceras partes de votos del Congreso y la ratificación de la
mayoría absoluta de los Estados, con las dos terceras partes de votación de sus respectivas
asambleas. Si la modificación proyectada variaba elementos esenciales de la forma de
gobierno, se debía convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para que resolviese, en
definitiva. Algunos aspectos de esta constitución permanecen en la actualidad.
Vigencia.
En esta segunda época de vigencia de la Constitución federal los titulares del Ejecutivo
federal fueron don Francisco Morazán Quesada (1830-1834), don Gregorio Salazar y Castro
(1834-1835) y nuevamente don Francisco Morazán Quesada (1835-1839).
La experiencia vivida entre 1825 y 1829 demostraba a todas luces la urgencia de revisar la
Constitución federal; sin embargo, la única modificación que se efectuó, en 1832, fue para
consagrar en la Carta fundamental la libertad absoluta de cultos. Esta reforma fue promovida
por los liberales extremistas y coincidía con la política anticlerical desarrollada desde 1829
por las autoridades federales.
Fin de la Federación.
1. Las reformas borbónicas en la Nueva España fueron una serie de cambios administrativos
aplicados por los monarcas españoles de la casa de Borbón a partir del siglo XVIII en el
Virreinato de Nueva España.
2. Anexión de Guatemala a México es un artículo que se refiere a la acción política, por
medio de la cual la provincias que integraron previamente el Reino de Guatemala pasaron
a formar parte del Imperio mexicano, regido por Agustín de Iturbide.
3. La Constitución de 1824 era la carta Magna de la República Federal de Centro América.
La Asamblea Nacional Constituyente, después de sesionar a partir del 24 de junio de 1823,
en el Salón Mayor de la Universidad de San Carlos, presentó, el 23 de mayo de 1824, el
proyecto de Constitución.
Recomendaciones.