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Creada por LEY DE LA REPÚBLICA Nº 3301 del 27/VIII/2007

SEDE HORQUETA

Carrera: OBSTETRICIA

PEDIATRÍA II

Profesora
Lic. Vanessa Mercado

Responsable
Marcos Fernández

Año 2018
INTRODUCCION

Este capítulo proporciona la metodología para evaluar los impedimentos del sistema genito-

urinario y su ubicación en clases.

La valoración del menoscabo que una enfermedad del sistema genito-urinario produzca en

la capacidad de trabajo será evaluada luego que se hayan aplicado las correspondientes

medidas terapéuticas (medicamentosas, quirúrgicas, rehabilitación); o después de un tiempo

de ocurrido él o los episodios agudos.

El estudio del menoscabo debe tener una concordancia entre los síntomas clínicos, los

estudios de laboratorio y funcionales. Para ello deberá contarse con los informes de los

médicos tratantes o informes de la asistencia recibida en Instituciones del sistema de salud;

los correspondientes exámenes de laboratorio y funcionales pertinentes, así como los


resultados de los estudios anátomo patológicos, si ellos se han efectuado.

Todo ello deberá ser tenido en cuenta en la evaluación final, por parte del o los médicos

peritos actuantes.
SÍNDROMES GENITO-URINARIOS
El síndrome genitourinario engloba las infecciones urinarias de repetición -como la cistitis-,
las infecciones vaginales, la sequedad vaginal y la atrofia vaginal

Anamnesis: signos y síntomas orientadores:


Disuria:
La disuria se define como la difícil, dolorosa e incompleta expulsión de la orina. Además de
dolor o escozor al orinar, otros síntomas de infección del tracto urinario incluyen dificultad
para a orinar, micción frecuente, orina oscura, relaciones sexuales dolorosas, etc.
El dolor al orinar puede ser causado por una serie de condiciones y determinadas sustancias,
incluyendo enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia, infecciones
de orina como la cistitis o la pielonefritis.

Polaquiuria.
El término polaquiuria se refiere al aumento en el número total de micciones al día sin
incrementos en la cantidad de orina que se expulsa. De hecho, lo más habitual es que la
diuresis sea escasa en cada ida al baño. No debe confundirse con poliuria, que es el aumento
en la cantidad de orina eliminada.
Existen diversas causas de polaquiuria. Las más numerosas guardan estrecha relación con el
aparato urinario pero no son exclusivas de este. Algunas enfermedades sistémicas o
padecimientos a distancia pueden generar esta condición, y también existen fenómenos
vinculados al género y al grupo etario que explican algunos casos de polaquiuria.

Características de la orina.
En cuanto a semiología se debe preguntarse por cosas como color, olor, espuma, aire al
orinar, etc.
El color.- La orina normal es de color pajizo claro y ámbar, dependiendo de su
concentración. La orina puede ser más concentrada por la mañana y cuando disminuye la
ingesta de líquidos. La sangre procedente de los riñones o los uréteres hace que la orina
adquiera un color rojo oscuro, la sangre procedente de la vejiga o la uretra causa un color
rojo brillante. Existen varios fármacos que pueden cambiar el color de la orina. La ingesta de
remolacha puede proporcionar un color rojizo a la orina. La orina de color ámbar oscuro se
puede deber a concentraciones altas de bilirrubina, causadas por enfermedad hepática.
Transparencia.- La orina normal recién emitida es transparente. Después de reposas durante
varios minutos en un contenedor, se convierte en turbia. La orina reciente de personas con
enfermedad renal puede ser turbia o espumosa, a causa de una concentración alta de
proteínas. La presencia de bacterias también proporciona a la orina un aspecto espeso y
turbio.

Hipertermia
La temperatura corporal elevada que no está causada por una modificación del punto de
ajuste de la temperatura se denomina hipertermia. Es también uno de los síntomas de las
enfermedades genito-urinarias.
Edemas.
Los edemas son un signo que aparece en muchas enfermedades y se manifiesta como una
hinchazón de los tejidos blandos debida a la acumulación de líquido en el compartimento
intersticial.
El edema surge si se produce un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso del
líquido de un compartimento a otro. Si el paso de agua es abundante del compartimento
intravascular al intersticial, aparece el edema.
El descenso en la cantidad de proteínas o partículas osmóticas que tienden a retener agua en
el compartimento intravascular. La disminución en los niveles de proteínas se debe a una
mala alimentación, a una alteración en la formación de proteínas en el hígado, como en la
cirrosis, o a la pérdida de proteínas por el riñón.

Exploración clínica.
En la anamnesis dirigida preguntaremos por:
 Antecedentes
 Edad
 Antecedentes patológicos: incidencias (HTA, diabetes, infecciones)…)
Exploración física:
– Inspección: Debemos observar los genitales para descartar alguna malformación. En
algunos casos podremos encontrar una distensión infraumbilicar por un blobo vesical o una
distensión abdominal por grandes masas renales en enfermos con PQR (poliquistosis renal,
que cursa con aumento de la grandaria de los roñones). Hay que observar también la
presencia de cicatrices, cateteres y sondas.
– Palpación abdominal (técnica bimanual – con el paciente estirado consiste en colocar una
mano en la espalda y otra en el dorso. Con la mano de la espalda hacemos presión y con la
mano de delante notamos la presencia de cualquier masa que tenga contacto posterio, como
por ejemplo un riñón más grande de lo normal o un tumor renal), movimiento con la
inspiración profunda, fosas lumbares, PPL (puño percusión lumpar – se ha de ir con cuidado
con los enfermos que vienen refiriendo un dolor cólico renal, ya que esta técnica les resulta
muy dolorosa).
– Tacto rectal: Lo practicaremos siempre que sea necesario para valorar la consistencia y
textura de la próstata. Si la exploración resulta dolorosa podemos pensar en una postatitis, si
tiene mucha consistencia podremos pensar en una neoplasia prostática, etc. Es sencilla de
realizar y muy importante.

Exámenes complementarios
Hemograma: El hemograma es uno de los exámenes de laboratorio más solicitados por los
médicos, ya que indica alteraciones en las células sanguíneas. Estas son los glóbulos rojos
(eritrocitos), blancos (leucocitos) y las plaquetas. Dentro de los exámenes de laboratorio
iniciales, el hemograma es útil para investigar la presencia de anemia o hallazgos sugerentes
de enfermedades malignas. Es importante conocer la función renal y hepática, y descartar
alteraciones hidroelectrolíticas.
Orina completa: En frasco limpio (no necesita esterilidad), se hace orinar al paciente a
cualquier hora del día previo lavado de genitales (sin jabón), recogiendo el primer chorro
miccional. Se pide sedimento y examen químico. Se utiliza para detectar glucosuria,
albuminuria, control de piuria, leucocituria, nitrituria, presencia de gérmenes, etc.
Urocultivo: El urocultivo, o también llamado urocultivo de orina sirve para diagnosticar la
infección urinaria, detectando cuál es la bacteria involucrada y el número de colonias
existentes. Normalmente, para que los resultados sean más exactos se recomienda recoger la
primera orina de la mañana, sin embargo, el examen se puede hacer durante el día.
Ecografía: La ecografía es una técnica que permite una exploración bastante completa del
aparato urinario, alcanzando una alta sensibilidad para la detección de enfermedades
relevantes, sobre todo a nivel renal, vesical y prostático. La detección temprana de afecciones
como los tumores o la obstrucción de la vía urinaria, en ocasiones incluso antes de presentar
expresión clínica, ha mejorado su manejo y pronóstico en muchas ocasiones. Esto, junto con
su bajo coste e inocuidad, convierte a la ecografía en la técnica idónea para el abordaje inicial
y el seguimiento de un número amplio de enfermedades del aparato urinario.
Rx Necesario. La Rx simple o directa de árbol urinario es, en general el primer examen que
se indica a un paciente con sospecha de patología del aparato urinario. La Rx simple nos
permite: Demostrar el número, posición, tamaño y forma de las siluetas renales, Determinar si
hay calcificaciones, proyectadas sobre las siluetas renales o fuera de las mismas,
visceromegalias, masas, o cuerpos extraños, Identificar claramente los músculos psoas, que
constituye un signo indirecto de ausencia de colecciones retroperitoneales. Se utiliza para el
diagnóstico de la litiasis calcificada pero hay una marcada tendencia a reemplazarla por la TC
espiralada no contrastada, de mayor sensibilidad. Es siempre la primera placa que se obtiene
en el urograma excetor.

Infección. Diagnóstico. Tratamiento. Profilaxis.


La infección del tracto urinario (ITU) consiste en la colonización y multiplicación microbiana,
habitualmente bacteriana, a lo largo del trayecto del tracto urinario. Se denomina
pielonefritis si afecta al riñón y la pelvis renal, cistitis si implica a la vejiga, utetritis si afecta a la
uretra y prostatitis si la infección se localiza en la próstata.
Diagnóstico.
Una historia clínica y exploración física adecuadas aportan los datos suficientes para llegar
al diagnóstico qu determine si existe o no infección urinaria en la mayor parte de los casos.
Es necesaria la positividad del urocultivo para confirmar el diagnóstico. Dentro de las pruebas
complementarias destacan:
 Análisis sistemático de orina y sedimento: para hallar la presencia de leucocitos,
bacterias, sangre…
 Tiras reactivas: para saber rápidamente si hay o no posible infección mediante
distintas reacciones químicas.
 Cultivo de orina: El cultivo de orina es una de las mejores pruebas, pero aún así puede
dar posibles falsos negativos, debido a tratamientos antibióticos, fase temprana de la
infección, eficacia de la eliminación de bacterias por el efecto de arrastre de la orina,
micción reciente, obstrucción uretral…
 Hemograma y bioquímica: puede ayudar en la diferenciación de ITU de vías altas y
bajas, fundamentalmente en ancianos con pocos síntomas y ausencia de fiebre.
 Hemocultivos: está indicado ante la sospecha de pielonefritis aguda o prostatitis
aguda en pacientes que requieran hospitalización.
 Radiografía simple de abdomen: es la primera exploración que se debe realizar; es
conveniente si existe sospecha de cálculos, o si el paciente es diabético y presenta
pielonefritis grave, entre otras razones.
 Ecografía abdominal: se trata de la prueba de imagen más utilizada. Es fundamental
para descartar dilataciones por cálculos o tumores, o complicaciones.
Tratamiento
El tratamiento para combatir las infecciones del aparato urinario incluye antibióticos, si
están causadas por bacterias, o antivirales (como el aciclovir) si están causadas por virus.
Para administrar eficazmente uno y otro tipo de fármaco, el médico especialista tiene la
posibilidad de realizar una prueba de sensibilidad o antibiograma, que le ayuda a elegir el
más efectivo contra el tipo de microorganismo que está produciendo la infección. Los
antibióticos más usados son el trimetoprim, la amoxicilina y la ampicilina. También una clase
de fármacos llamados quinolonas han sido aprobados en los últimos años para el
tratamiento de las infecciones del tracto urinario, como son la ofloxacina, ciprofloxacina y
trovafloxina.
Profilaxis
Profilaxis: continua por 6 meses o nocturna: Alternativas: nitrofurantoina 50-100 mg/d,
TMP/SMX 40/200 mg/d o 3veces/semana, cefalexina o cefradina 250 mg/d, norfloxacina 200
mg/d.
Profilaxis poscoito: Alternativas: TMP/SMX 40/200 mg, nitrofurantoina 50-100 mg, cefalexina
o cefradina 250 mg.

Síndrome nefrótico y nefrítico: diagnóstico.


 Síndrome Nefrítico: Consiste en la inflamación de los glomérulos por distintas
etiologías (postinfecciosa, de causas primarias, enfermedades sistémicas…). Se
caracteriza por hematuria u orinas oscuras, oligoanuria e hipertensión arterial.
• Síndrome Nefrótico: Se debe a un aumento anormal de la permeabilidad de la
membrana basal glomerular. Provocado por causas primarias o por secundarias a
infecciones, fármacos, neoplasias, etc. La clínica se basa en proteinuria, edemas por
hipoalbuminemia, insuficiencia renal, hipercoagubilidad, hiperlipidemia, etc.
Diagnóstico
Es fundamental la realización de una historia clínica completa, interrogando sobre
antecedentes familiares, clínica sistémica, infección reciente o empleo de fármacos. En la
exploración física valoraremos la presencia de edemas, hipertensión arterial o datos de
insuficiencia cardiaca. La ausencia de clínica sistémica, el antecedente de infección, la
hipocomplementemia y títulos elevados de anticuerpos antiestreptolisina, establecen
usualmente el diagnóstico de glomerulonefritis aguda post- estreptocócica. La biopsia renal
estaría indicada si existiera algún dato que planteara dudas diagnósticas o si existe
insuficiencia renal progresiva. Si se sospecha otro tipo de infecciones o existe clínica
sistémica, estaría justificado el estudio serológico, realización de cultivos, pruebas de imagen,
estudio de autoanticuerpos o inmunoglobulinas
CONCLUSIÓN

Este capítulo hemos aprendido metodología para evaluar los impedimentos del sistema

genito-urinario y su ubicación en clases.

En los niños, los problemas del aparato urinario pueden incluir insuficiencia renal aguda y

crónica, infecciones y obstrucciones en el tracto urinario, y anomalías de nacimiento.

Las enfermedades suelen producir cambios temporales o permanentes en las estructuras

funcionales y vasos pequeños ubicados dentro del riñón. Las infecciones frecuentes del tracto
urinario pueden provocar la cicatrización de estas estructuras, lo que origina insuficiencia

renal.

Los trastornos del aparato genitourinario en los niños suelen detectarse mediante una

ecografía fetal antes de su nacimiento. Si no se detectan de este modo, los niños suelen
desarrollar una infección del tracto urinario que impulsará al médico de su hijo a realizar

pruebas de diagnóstico especiales que podrían detectar una anomalía. Algunas

enfermedades del riñón aparecen más adelante o luego de que un niño padece una infección

bacteriana o un trastorno inmunológico.

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