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LA ACTIVIDAD FÍSICA AYUDA A MANTENERNOS SANOS Y CON LA MENTE

OCUPADA

Cuando pensamos en hacer deporte, lo relacionamos de primeras con mejoras para la salud en
general, ganar músculo, perder peso, estilizar la figura, recomendaciones médicas, etc. Pero tal
como anunciábamos, nuestra actividad cerebral tiene en el ejercicio físico un potente aliado que
lo convierten en una excelente actividad durante etapas de alto rendimiento académico.
¿Qué beneficios aporta al estudiante?
 Alivia la ansiedad: tras una dura sesión de horas de estudio, imagínate pedaleando en plena
naturaleza, en el parque del Collserola por ejemplo y con una BTT disponible mediante el servicio
BiciRUS. Hace tan sólo diez minutos te encontrabas en una sala de estudio con un grado de
concentración pleno y ahora, estás desahogándote en cada pedalada rodeado de pinos
mediterráneos… ¿No notas como el estrés se escapa por cada uno de tus poros?
 Nos hace sentir bien: nos guste o no es un hecho científico que la práctica de deporte proporciona
sensación de relajación y felicidad. Cuando movemos nuestro cuerpo, liberamos endorfinas, una
sustancia que produce nuestro cuerpo y que nos aleja de sensaciones negativas como la depresión,
un estado del que escapar en todo momento, más aún cuando debemos dar el 100% de nosotros
mismos.
 Supone una inyección de autoestima: tras coronar el Tibidabo o terminar una clase dirigida de
Spinning, es inevitable que nos aborde una sensación de satisfacción personal. Un excelente
empujón para tras ello, volver a la carga con los libros y apuntes.
 Aumenta la capacidad intelectual: obviamente tras un partido de fútbol 7, no nos convertiremos
en un premio Nobel, pero nuevamente la ciencia nos demuestra que una actividad deportiva
moderada aumenta la producción de nuevas células cerebrales, mejorando el rendimiento general
de nuestro órgano vital y ayudando en la capacidad de aprendizaje. Además, esta regeneración
celular es el perfecto remedio para evitar el deterioro cognitivo.
 Mejora la productividad: es absolutamente improductivo, e incluso nocivo, pasar horas y horas sin
descanso estudiando. Los expertos aconsejan un descanso de cinco minutos por cada hora de
máxima actividad cerebral. En jornadas donde podemos pasarnos todo el día frente a los apuntes,
un descanso para hacer ejercicio relajado nos aporta energía y el empuje necesario para retomar
el estudio con las pilas bien cargadas.

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