Sunteți pe pagina 1din 18

Introducción

El agua es esencia de vida, recurso limitado y un derecho natural para todo ser
humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el agua
potable no debe implicar riesgos significativos a la salud del consumidor durante
toda su vida. A su vez, debe disponer de características microbianas, químicas y
físicas mínimas, fundamentadas con estudios de calidad y pruebas a nivel de
laboratorio que garanticen la calidad de la misma. Mediante controles de
purificación adecuados, el agua potable debe ser inodora, incolora e insípida.

La naturaleza característica, y la transformación de los ecosistemas acuáticos y


del entorno causan alteraciones particulares en los parámetros de calidad del
agua. En consideración, se deben establecer controles que permitan evaluar los
requerimientos mínimos permisibles para el agua y sus diferentes usos (industria,
agricultura, recreación, consumo, etc.).

Cada país tiene la responsabilidad de establecer o adoptar normas y directrices


que fijen los niveles de seguridad requeridos, basados en estrictos criterios de
evaluación de las distintas fuentes empleadas.

Un importante número de informes y reportes técnicos elaborados por agencias


nacionales e internacionales posiciona a Panamá como un país con una excelente
disponibilidad hídrica. Según datos del Banco Mundial para 2014, Panamá ocupa
el quinto lugar en la lista mundial de países con mayor precipitación pluvial, y la
segunda posición en Centroamérica con la mayor disponibilidad hídrica de la
región posterior a Nicaragua. No obstante, menos del 10 % del potencial hídrico
disponible es aprovechado en actividades como navegación, generación
hidroeléctrica, riego y abastecimiento humano.

La información presentada en el Censo 2010 señala que el 92.9% de la población


en el área urbana, y el 73% de la población en el área rural, tienen acceso al agua
a través de suministros construidos, mejorados e improvisados. Los matices de
esta cifra son importantes, pues se observa que el 98.2% de la población en las
zonas urbanas tiene acceso a agua potable pero con deficiencias en las áreas
periurbanas.
En contraste, tenemos que en zonas rurales y comarcales menos del 48.6% y
45.9% de la población respectiva reciben el agua a través de acueductos rurales.
Un porcentaje considerable de estas zonas solo dispone de las aguas de lluvia y
fuentes naturales para abastecer sus necesidades.

Nuestros sistemas de abastecimiento de agua potable actuales presentan muchas


deficiencias en la forma de manejo, tratamiento, monitoreo de la calidad y
cobertura.

Con la finalidad de promover y desarrollar tecnologías económicas y técnicamente


viables para beneficio de comunidades marginadas, se realizó el presente estudio
enfocado en el uso de la electrólisis de salmuera como alternativa para potabilizar
el agua de consumo residencial. La investigación se basó en el diseño,
construcción y caracterización de un equipo que utiliza sal común para producir
Hipoclorito de Sodio y potabilizar agua de consumo domiciliario.
Breve reseña histórica de la electrólisis

Con la invención de la pila eléctrica en 1800 por el físico Italiano Alessandro Volta,
se impulsó inmediatamente el estudio de los efectos químicos de la corriente
eléctrica en diferentes ámbitos. Por ejemplo, los ingleses William Nicholson y
Anthony Carlisle descubrieron el fenómeno de descomponer el agua en Hidrogeno
y Oxígeno, mientras estudiaban el funcionamiento de la pila de Volta. Entre 1806 y
1808 el científico británico Humphry Davy interesado por el estudio de la pila
eléctrica, logró descubrir el proceso de la electrolisis y separó elementos como el
Magnesio, Bario, Estroncio, Calcio, Sodio, Potasio y Boro. Sus descubrimientos lo
llevaron a estudiar las fuerzas envueltas en la separación de los elementos, dando
paso al desarrollo de un nuevo campo de estudio conocido como electroquímica.
En 1833, Michael Faraday logra demostrar matemáticamente las leyes de la
electrólisis que llevan su nombre.
Historia de la desinfección del agua
La relación existente entre la calidad del agua y la salud se conoce desde siempre.
Las aguas claras se consideraban aguas limpias mientras los pantanos eran
considerados zonas sucias y aguas no salubres.
La desinfección de las aguas se ha utilizado durante mucho tiempo. Dos reglas
básicas se pueden ya encontrar en la antigüedad (desde el 2000 a. C.)[cita
requerida] que decía que las aguas debían ser expuestas a la luz del sol y filtrada
con carbón. El agua impura se debía de hervir e introducir un trozo de cobre siete
veces, antes de filtrar el agua. Existen descripciones de civilizaciones antiguas en
referencia al agua hervida y el almacenamiento del agua en recipientes de plata.
Para llevar a cabo la purificación del agua se utilizaban cobre, plata y técnicas de
electrólisis.
La desinfección se ha utilizado durante muchos siglos. Sin embargo los
mecanismos de desinfección no son conocidos hasta hace unos pocos cientos de
años.
En el año 1680 Anton van Leeuwenhoek desarrolla el microscopio. El
descubrimiento de los microorganismos se consideró una curiosidad. Pasarían
otros doscientos años hasta que los científicos utilizaran este invento, el
microscopio, para la identificación y comparación de microorganismos y otros
patógenos.
El primer filtro múltiple se desarrolló en 1685 por el físico italiano Lu Antonio
Porzo.2 El filtro consistía en una unidad de sedimentación y filtro de arena. En
1746, el científico francés Joseph Amy recibe la primera patente por el diseño de
un filtro, que es utilizado en casas por primera vez en el año 1750. Los filtros
estaban hechos de algodón, fibras de esponja y carbón.
En siglos pasados el hombre ha sufrido enfermedades como el cólera. Se decía
que estas enfermedades eran causadas por castigos de Dios o debido a la
impureza del aire que era consecuencia de cambio en la alineación de los
planetas.
En 1854 la epidemia de cólera causó gran cantidad de muertos en Londres. El
doctor inglés John Snow descubrió que la epidemia del cólera era causada por el
bombeo de agua contaminada. La expansión del cólera se evitó mediante el cierre
de todos los sistemas de bombeo. Después de este hecho los científicos han
realizado estudios e investigación de la presencia de microorganismos en el agua
y modo de eliminación para el suministro de agua apta para el consumo.
En el siglo XIX se descubrieron los efectos de los desinfectantes en el agua para
el tratamiento y desinfección de la misma. Desde 1900 los desinfectantes se
utilizan extensamente por las compañías del agua para evitar la expansión de
enfermedades y mejor la calidad del agua.
Desinfección del agua potable
La desinfección del agua para uso humano tiene por finalidad la eliminación de los
microorganismos patógenos contenidos en el agua que no han sido eliminados en
las fases iniciales del tratamiento del agua.
La desinfección del agua es necesaria como uno de los últimos pasos en la planta
de tratamiento de agua potable, para prevenir que esta sea dañina para nuestra
salud. Muchas veces, tratándose de agua de manantiales naturales o de pozo, la
desinfección es el único tratamiento que se le da al agua para obtener agua
potable.
La desinfección puede hacerse por medios químicos o físicos.

Aspectos teóricos de la electrólisis


Conceptualmente, la electrólisis consiste en la descomposición de una sustancia
iónica (electrolito) en elementos más simples, utilizando un conjunto llamado celda
electrolítica. Se trata de un proceso químico no espontáneo donde se utiliza
energía eléctrica para que suceda una reacción llamada reacción electroquímica.

Figura 1. Celda Electrolítica.

La celda electrolítica consta de dos elementos importantes: el electrolito y el par


de electrodos (ver figura 1). Cuando se aplica un voltaje externo entre el par de
electrodos, los iones libres del electrolito, con carga opuesta, son atraídos al
ánodo y cátodo provocando estados de oxidación y reducción, respectivamente.

Hoy en día, la electrolisis forma parte del proceso de un sinnúmero de


aplicaciones con fines industriales, comerciales y estéticos. Por ejemplo, se usa en
la extracción (electrowinning) de algunos metales como el Cobre, Oro, Plata, Zinc,
Aluminio, Cromo, Cobalto y Manganeso. Se emplea como técnica de
recubrimiento (electroplating) para proporcionarle al material mejores propiedades
mecánicas o acabados estéticos específicos, de uso en la fabricación de
automóviles, aviones, joyería, juguetería, electrónica, etc.. También se utiliza para
incrementar la pureza (electrorefining) de metales extraídos como el Plomo,
Estaño, Cobre, Níquel, Oro y Plata. Se aplica en la producción industrial de
Hidrógeno, Oxígeno, Cloro e Hidróxido de Sodio. Además, se emplea con fines
estéticos en la remoción de vellosidades, y como herramienta con fines de
investigación.

Al descomponer una solución diluida de Cloruro de Sodio (NaCL) o sal común, se


obtienen compuestos y radicales libres como el ácido Hipocloroso e Hipoclorito,
que actúan como agentes oxidantes y bactericidas.

Este proceso viene a conformar un tipo de desinfección electroquímica, donde los


elementos desinfectantes no son añadidos al agua, sino que son producidos
naturalmente por el proceso de electrólisis. Las reacciones químicas de la
electrólisis suceden como se presenta a continuación y podrá verificarse.

Al combinar agua y sal común se produce una reacción física donde los cristales
de la sal se rompen para formar iones de Sodio (Na+) y Cloro (Cl-) acuosos por
separados.

NaCl→Na++Cl- (1)

Cuando la solución salina entra en contacto con el potencial eléctrico de los


electrodos, el ánodo y cátodo reaccionan de la siguiente forma:

(Ánodo) 2Cl -(ac)→Cl2(g)+2e- (2)

(Cátodo) 2Na+(ac)+2H2O+2e-→H2(g)+2Na+(ac)2OH-(ac) (3)

La reacción química resultante de la solución electrolizada es:

Otras reacciones resultantes suceden de la siguiente manera:

Las reacciones consecuentes se desarrollan hasta lograr un punto de equilibrio


donde se obtienen concentraciones estables de cada sustancia,
momentáneamente. Transcurrido el tiempo, el Cloro generado tiende a evaporarse
progresivamente del agua.

El Cloro liberado en el ánodo tiende hacia una rápida desproporción, y produce


Ácido Hipocloroso, Cloruro e Iones Hidronio:

Cl2+H2O → HOCL+H++Cl- (6)

El Ácido Hipocloroso de la reacción anterior entra en equilibrio químico y la


proporción de cada uno de ellos va a depender del valor PH en el agua:
Adicionalmente, en el proceso de la electrólisis ocurren otras reacciones
secundarias que afectan de una manera u otra la tasa de producción de
Hipoclorito, pero que serán omitidas en este contenido para su posterior
publicación.

Durante las distintas reacciones químicas, una parte de la energía producida se


consume en la producción del Cloro, ya sea en forma de Ácido Hipocloroso (HClO)
o ión Hipoclorito (ClO-). Otra parte, se consume en la transformación del Cloro en
Cloratos y Cloruros. Y adicionalmente, parte de la energía se disipa en forma de
energía calórica durante las reacciones.

La electrólisis nos permite realizar la transformación de un compuesto abundante y


económicamente asequible, sal común, en productos básicos que poseen gran
demanda a nivel industrial como el Cloro, Hidróxido de Sodio e Hidrógeno.

El tratamiento del agua por cloración


1) ¿En qué consiste?
La cloración es un medio sencillo y eficaz para desinfectar el agua y hacerla
potable. Consiste en introducir productos clorados (pastillas de cloro, lejía, etc.) en
el agua para matar los microorganismos en ella contenidos. Normalmente, tras un
tiempo de actuación de unos 30 minutos, el agua pasa a ser potable. Gracias al
efecto remanente del cloro, continúa siéndolo durante horas o días (en función de
las condiciones de almacenamiento).

2) ¿Quién utiliza principalmente este medio y desde cuándo?


Este procedimiento se utiliza desde hace varias décadas. En las grandes redes de
distribución de agua potable se añade cloro al agua para que no se contamine
durante el transporte desde la planta de tratamiento hasta el usuario. Por otro
lado, la cloración se utiliza a escala individual, familiar o colectiva en muchos
países desarrollados donde el agua disponible es susceptible de estar
contaminada. También la utilizan los organismos de solidaridad internacional en
situaciones de emergencia.

3) ¿Por qué ?
El tratamiento del agua por cloración permite eliminar de forma sencilla y poco
costosa la mayor parte de los microbios, las bacterias, los virus y los gérmenes
responsables de enfermedades como la disentería, las fiebres tifoideas y el cólera.
No obstante, es incapaz de destruir ciertos microorganismos parásitos patógenos.
La cloración, por tanto, desinfecta el agua, pero no la purifica por completo.

4) ¿Quiénes son los principales interesados ? Lugares o contextos en los que este
medio parece el más adecuado
La cloración es adecuada siempre que las fuentes de agua carezcan de la calidad
suficiente y se disponga de productos clorados adaptados.

5) ¿En qué consiste este procedimiento ? ¿Cómo se pone en práctica ?


Al igual que sus derivados clorados, el cloro es un potente oxidante que al
mezclarse con el agua quema en media hora las partículas orgánicas en ella
contenidas, especialmente los virus patógenos y los microbios.
Aunque se necesita una cantidad importante de cloro para neutralizar esta materia
orgánica, solo hace falta una parte, el denominado cloro residual libre, para tratar
posibles contaminaciones posteriores del agua en la red o las viviendas. Según la
OMS, la concentración de cloro libre en el agua tratada debe estar entre 0,2 y 0,5
mg/l.
Hay que utilizar bastante cloro para que permanezca tras el tratamiento del agua,
excepto si su consumo es inmediato.

Existen diversos procesos de cloración, que se utilizan según la calidad del agua a
tratar.

La cloración solo es eficaz en agua clara. Si no es transparente y contiene


impurezas visibles a simple vista, la cloración será mucho menos eficaz. En tal
caso habrá que realizar un tratamiento preliminar.
Si el agua está clara, se puede proceder directamente a la cloración. La cantidad
de producto clorado necesario varía según la calidad del agua no tratada (tanto
menor cuanto más clara sea el agua y más inferior a 8, un valor bastante ácido,
sea su pH), el grado de concentración del producto utilizado, el volumen de agua y
cuánto tiempo se desee mantener la calidad del agua tras el tratamiento.
En la mayoría de casos, y siempre que el agua esté clara, se considera que hay
que utilizar 5 mg de cloro activo por litro de agua y esperar unos 30 minutos. Pero
si el agua está turbia, conviene filtrarla y decantarla.
En la actualidad existen productos que llevan a cabo ambas funciones : la
decantación y la cloración.

De cualquier modo, el primer paso antes de cualquier etapa del tratamiento es


lavarse las manos con jabón o, a falta de él, con cenizas.

a) El tratamiento preliminar (a aplicar si el agua está turbia o contiene impurezas


visibles a simple vista)
Hay dos tratamientos preliminares que se recomiendan encarecidamente,
considerándose incluso indispensables : la filtración y la decantación. Si la
filtración no es suficiente por sí misma, habrá que llevar a cabo una decantación.

La filtración
El agua puede filtrarse con ayuda de un filtro de arena (consultar ficha n.º E21, «
El tratamiento del agua por filtración lenta en arena para uso familiar »), o, si se
carece de él, con un tejido adecuado.

La decantación
La decantación permite eliminar muchos materiales en suspensión. Consiste en
dejar reposar el agua durante varias horas, tiempo en el que las impurezas se
acumulan en el fondo del recipiente. A continuación se recupera el agua clara,
vertiéndola con suavidad en el recipiente destinado a la cloración o filtrándola.
El agua decantada no es salubre, ya que solo se eliminan las partículas de gran
tamaño, mientras que los gérmenes y microorganismos nocivos continúan estando
presentes.
La decantación puede favorecerse añadiendo ciertos productos químicos como
cloruro férrico o sulfato de aluminio, que provocan la formación de aglomerados de
impurezas, los cuales se depositan con mayor rapidez en el fondo. Es la
denominada floculación. El alumbre (sulfato doble de aluminio y potasio) y las
semillas de Moringa oleifera (árbol que crece en las regiones tropicales) cumplen
esta función (consultar ficha n.º ..., « Floculación-decantación mediante el uso de
semillas de Moringa oleifera »).

b) La cloración (a aplicar sobre un agua clara)


Existen diferentes productos clorados que pueden utilizarse para tratar el agua. La
estrategia a seguir varía ligeramente de uno a otro. He aquí algunos de los
productos usados :

Pastillas o gránulos de hipoclorito de calcio


Este tipo de producto suele ser uno de los que mejor se adaptan al medio rural. Se
conserva muchos años. Hay varios tipos.
La cantidad a añadir por litro y el modo de empleo figuran en el envase. Por lo
general, el procedimiento es el siguiente : si el agua está clara, se colocan las
pastillas en ella y se las deja reposar 30 minutos con el recipiente cerrado, tras los
cuales el líquido puede consumirse. Si está turbia, se filtra y decanta,
añadiéndosele a continuación una dosis doble de cloro ; tras 30 minutos en el
recipiente cerrado, el agua puede consumirse.

Una solución líquida, de tipo Waterguard (Sûr’eau)


Waterguard es una solución de cloro líquido vendida en diferentes formatos por
una empresa estadounidense. Si el agua está clara, se vierte el contenido de un
tapón de producto por bidón de 20 litros, dejándose reposar 30 minutos en el
recipiente cerrado. Si está turbia, el procedimiento es el mismo que en el caso de
las pastillas : se filtra y decanta el agua, se dobla la dosis de Waterguard y se deja
reposar 30 minutos en el recipiente cerrado.
A pesar de ser eficaz, muy práctico y utilizado por ciertas ONG, este producto es
objeto de críticas debido a su coste y a su relación calidad/precio (ver artículo del
periódico Libération indicado al final de la ficha).

Lejía (hipoclorito de sodio)


Originalmente, la lejía no fue concebida para tratar el agua, y por ello su utilización
en este sentido presenta pequeños riesgos. Sin embargo, es un producto sencillo
y eficaz que los aldeanos conocen bien por otros usos (colada, desinfección, etc.).
Si no se puede acceder a ningún otro medio (pastillas, soluciones líquidas
prefabricadas u otro método de purificación como la desinfección solar SODIS, la
ebullición, etc.), puede emplearse tomando ciertas precauciones.
El procedimiento es el mismo que el anterior : Si el agua está clara, se le añaden
de 5 a 10 miligramos de cloro activo y se deja reposar 30 minutos en el recipiente
cerrado, tras los cuales podrá consumirse. Si está turbia, se filtra y se decanta,
añadiéndosele a continuación entre 10 y 20 miligramos de cloro activo por litro ;
tras 30 minutos en el recipiente cerrado, el agua puede consumirse.
El periodo de actuación del hipoclorito de sodio es de al menos media hora, pero
si la temperatura está comprendida entre los 10 y los 18 °C, debe incrementarse a
al menos una hora, y aún más si la temperatura es inferior a los 10 °C.

Para conocer el volumen de lejía que hay que añadir para alcanzar la
concentración deseada hay que conocer su grado clorométrico, que debe figurar
en la botella (no obstante, en ciertos países hay que prestar atención a la fiabilidad
de la información y a las falsificaciones).
Un grado clorométrico corresponde a 3,17 gramos de cloro activo por litro de lejía.
Así, si la lejía disponible está a x °C y se desea obtener una concentración c de
cloro activo en el agua a tratar (entre 5 y 20 mg/l, según el caso), el volumen de
lejía que hay que añadir puede calcularse con facilidad a través de la siguiente
fórmula :
Vlejía = c * Vagua a tratar / (x * 3,17)
Si la concentración se ha expresado en mg/l, el resultado obtenido viene en ml.
A modo indicativo o de recordatorio, el volumen de una gota es de unos 0,2 ml, y 1
ml equivale a 0,001 l.

c) Cómo producir hipoclorito de sodio localmente


Existe un procedimiento reciente (2009), sencillo y poco costoso que permite
elaborar por uno mismo una solución de hipoclorito localmente, sea para uso
familiar, en un centro comunitario o en un ambulatorio. La fundación suiza Antenna
Technologies ha puesto a punto el WATA, un pequeño aparato que funciona
según el principio de la electrolisis y que, a partir de agua clara, sal y electricidad
(una batería de automóvil o solar son suficientes), transforma la sal disuelta del
cloruro sódico en hipoclorito.
El modelo pequeño de este dispositivo puede producir un litro de hipoclorito cada
hora, es decir, permite tratar 4.000 litros de agua al día, una cantidad que puede
abastecer a entre 150 y 200 personas, a un precio de unos 45 euros por aparato.
En la actualidad, este procedimiento se utiliza en una cincuentena de países. Su
ventaja es que, al contrario que la mayoría de productos clorados, permite la
producción local, lo que abarata su coste, y funciona durante largos periodos de
tiempo (unas 20.000 horas en principio).

d) Cómo realizar una decantación y un tratamiento químico de manera simultánea


Existen productos que permiten realizar simultáneamente una decantación por
floculación (como el alumbre y las semillas de Moringa oleifera) y tratar el agua.
Hay dos principales, cuyo uso está muy generalizado : PUR (Purifier of Water) y
Watermaker. Su eficacia es casi idéntica. Permiten potabilizar el agua lodosa, pero
son caros. Estos dos métodos (PUR y Watermaker) son algo más complicados de
utilizar que los mencionados anteriormente.

Cómo utilizar PUR (de la compañía Purifier of Water)


Las bolsitas de PUR son fabricadas por la empresa Procter & Gamble, y su precio
es de unos 10 centavos de dólar por unidad. Contienen 4 g y permiten tratar 10 l
de agua. Se vierte el contenido de una bolsita en un cubo de 10 l. Se mezcla
durante 5 minutos para favorecer la acción de floculación del producto químico, y a
continuación se deja reposar durante otros 5 minutos. Si el agua no está lo
suficientemente clara, se repite esta etapa. Después se filtra el contenido del
sobre con ayuda de un tejido adecuado sin agujeros (preferiblemente algodón).
Tras 20 minutos de espera, el agua puede beberse. Si está amarilla, no hay que
beberla.

Cómo utilizar Watermaker (de la compañía Watermakers)


Las bolsitas de Watermaker están disponibles en varios formatos (5 g para 20 l o
2,5 g para 10 l).
Se vierte el contenido de la bolsita en un cubo de agua con el volumen adecuado.
Se mezcla durante 5 minutos para favorecer la acción de floculación del producto,
y a continuación se deja reposar durante 15 minutos. Se filtra el agua con un tejido
adecuado. El agua puede beberse inmediatamente. Si está amarilla, no debe
consumirse.
Existe un nuevo producto cuya utilización es muy fácil y sencilla : el AQUAPURE.

Se comercializa en forma de pastillas bicapa de doble cara que llevan a cabo de


manera sucesiva una doble acción de clarificación y desinfección del agua. La
primera está formada por sulfato de hierro, un coagulante ; la segunda, por
dicloroisocianurato de sodio, destinado a la cloración y la desinfección del agua.
La pastilla Aquasure reúne estos dos productos en un mismo soporte,
separándolos mediante un producto que impide que la segunda capa comience a
actuar cuando la primera se disuelve para provocar la floculación (para que la
cloración sea eficaz, es necesario que el agua ya esté clara) y la lleva hasta la
superficie mientras se disuelve para permitir que entre en acción la cloración.
La tasa de cloro remanente final tras el tratamiento estaría entre 0,5 y 1 mg/l,
cantidad que se corresponde con las normas que rigen esta materia.
Una pastilla permite tratar 200 litros de agua, pero no puede eliminar la materia
orgánica a concentraciones muy bajas, como los pesticidas. En la actualidad, el
producto se vende en kits que contienen 6 kg de pastillas (unas
150), lo cual se considera que corresponde a las necesidades en caso de
emergencia de una población de 1.000 personas durante 5 días (tomando como
base 5 l de agua por persona y día), además del material : un depósito flexible de
1 m3, una bomba (4 a 5 m3/h), un dispositivo agitador, un colector de 4 grifos,
varios metros de tuberías, un turbidímetro y un pequeño aparato para la medición
del cloro.
El kit básico de 6 kg cuesta 3.500 Euros, impuestos incluidos (precio de salida de
una fábrica cercana a St. Etienne, en Francia). Un kit de 12 kg de pastillas cuesta
4.300 euros, y el de 18 kg, 5.000 euros. La caducidad del producto es de 2 años,
lo que facilita su almacenamiento.

Este producto, muy adecuado para situaciones de emergencia, sobre todo durante
los primeros días, mientras se espera la reparación o la llegada de material de
tratamiento pesado, está siendo investigado y transformado para adaptarlo a las
necesidades familiares.

6) Dificultades especiales, soluciones y medidas de precaución para ellas

Los productos clorados pueden ser dañinos en caso de contacto con los ojos.
Deben almacenarse fuera del alcance de los niños y los animales, en un entorno
seco y protegido del sol.
El cloro puede conferir al agua un sabor ligeramente desagradable. Esto se puede
solucionar parcialmente agitando con vigor el agua tratada en una botella, con el
fin de disolver un poco de aire en ella y darle un sabor más natural. También se
puede poner en una nevera durante unas horas.
Los recipientes utilizados en cada etapa del tratamiento deben estar limpios.
Sin embargo, lo ideal no es clorar o desinfectar el agua, sino tomar todas las
medidas de prevención necesarias para evitar la contaminación del agua. La gente
no debe considerar la cloración como una especie de medicamento ni que el agua
clorada carece del riesgo de volver a contaminarse.
Es importante sensibilizar previamente a la población sobre los problemas de
higiene y de salud, para que comprenda bien las razones y los métodos de
intervención y cambie su comportamiento si es necesario. Sea cual sea el método
utilizado, la cloración no debe preceder a estas campañas de educación sanitaria,
sino ser una continuación de ellas.

7) Observación : ¿La cloración debe tener un carácter individual o colectivo ?


La elección depende sobre todo de la situación y el contexto de la región o aldea.
En una aldea, el tratamiento suele realizarse de manera colectiva, lo cual resulta
también más conveniente (por ejemplo, directamente en los pozos, utilizando
diversos sistemas, como el de los recipientes cloradores difusores de cloro
situados en el fondo, aunque prestando atención a que esto no se traduzca en un
relajamiento de la población en materia de higiene y salud, o la distribución/venta
en lugares adecuados de productos clorados comprados al por mayor por la
comunidad).

Pero en zonas rurales con viviendas dispersas, los sistemas individuales o


familiares parecen mejor adaptados y capaces de modificar los comportamientos
de forma duradera.

8) Ventajas e inconvenientes principales


a) Ventajas
- El tratamiento es rápido y poco costoso, y su puesta en práctica, relativamente
sencilla. Hay una interesante variedad de posibilidades.
- Puede utilizarse a escala individual, familiar o colectiva.
- Normalmente, el agua tratada por cloración está protegida frente a
microorganismos y gérmenes durante unos días.

b) Desventajas
- La fiabilidad de estos tratamientos es buena, pero puede fallar.
- Los productos no están disponibles en todas partes, y en ocasiones las
indicaciones sobre concentraciones no son seguras.
- Tratar cantidades grandes de agua resulta difícil.
- La dosis de cloro no es siempre fácil de determinar.
- La cloración del agua puede crear subproductos (compuestos organoclorados)
considerados nocivos desde el punto de vista sanitario.

9) Alternativas a la cloración
Algunos países, como Canadá, desean reducir las cantidades de estos
subproductos. Es posible hacerlo combinando la cloración con otros métodos,
entre los que destacan :
- La ozonización, producida por una corriente eléctrica de alta intensidad que
atraviesa el agua y muy eficaz contra los microbios, pero sin un efecto protector
remanente como el del cloro utilizado en las canalizaciones. Por ello hay que
añadir una pequeña cantidad de este.
- El tratamiento por rayos ultravioletas (ver ficha E20), aunque es más costoso, su
implantación resulta más difícil y carece de efecto protector remanente.
- El uso de cloraminas, que originan menos subproductos ; no son eficaces contra
todos los microbios, aunque pueden serlo para la desinfección secundaria de la
red.
Conclusiones

La investigación nos permitió evaluar el impacto que tiene la tecnología de la


electrólisis de salmuera como técnica de desinfección de agua de consumo y
alimentos domiciliarios.

a OMS establece que los niveles de cloro deben oscilar entre 0.5 y 0.2 mg/L de
Cloro, a una distancia comprendida entre el punto de cloración y el sitio de entrega
más cercano. Basados en este criterio, el proyecto logró obtener concentraciones
próximas a 0.38 mg/L de Cloro aproximadamente. Estos resultados deben validarse
con mediciones posteriores para asegurar que la cloración se mantenga dentro de
los límites permisibles.

Los potenciales beneficios en la salud de los usuarios podrán ser apreciados en el


futuro a medida que la comunidad: se comprometa con el proyecto; apliquen el
seguimiento adecuado de desinfección; y ejecuten las tareas de mantenimiento
para prolongar el funcionamiento del sistema entregado.
Bibliografía

a) Páginas Web

- PS-Eau. « Chloration en milieu rural dans les pays en voie de


développement » [« Cloración en el medio rural en países en vías de desarrollo »].
Interesante documento de 96 páginas que recoge las conclusiones de diversas
reuniones sobre el tema, tanto técnicas como de educación sanitaria de las
poblaciones, en las que participaron numerosos expertos.
Disponible (online) en http://www.pseau.org/outils/ouvrage...

- Communications économiques et sociales. Acta de una jornada de


información celebrada en marzo del
2003, en la que participaron numerosos expertos, además de ONG como EAST,
sobre las técnicas y problemas de la cloración en función de la calidad del agua a
tratar, los medios disponibles y la naturaleza de las redes e instalaciones. Título :
« Chlore et désinfection de l’eau » [« Cloro y desinfección del agua »]. Disponible
(online) en : http://www.conso.org/pdf/chloreeteau.pdf

- Universidad de Loughborough (Inglaterra). Publicó, aunque exclusivamente


en inglés, una ficha interesante y bien ilustrada, titulada « Ficha de información
sobre el tratamiento del agua en el hogar ». Disponible (online) en :
. http://www.lboro.ac.uk/well/resourc...

- Artículo del periódico Libération : « Malawi : l’autre marketing de l’eau ». Muy


crítico con el producto Waterguard.
Disponible en : http://aventure.blogs.liberation.fr...

- « Antenna Technologies » (fundación suiza). Documento que explica cómo


funciona el WATA, un aparato muy sencillo para la producción de cloro a escala
local :
Disponible online en : http://www.antenna.ch/recherche/eau...

b) Vídeos

Un vídeo de la Fundación « Antenna Technologies » muestra el principio de


funcionamiento y los usos del WATA, generador local de cloro. Disponible (online)
en : http://www.antenna.ch/recherche/eau...

Otro vídeo, titulado « Chloration de l’eau de boisson avec Wata », muestra su


aplicación en el agua para beber. Disponible en :
http://www.youtube.com/watch?v=dk4N...

S-ar putea să vă placă și