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EL DESARROLLO DEL JUEGO Y LAS


ACTIVIDADES LÚDICAS EN LA
HOSPITALIZACIÓN PEDIÁTRICA.- GAME...

Conference Paper · January 2011

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Carmen Ana Valdes


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VI Congreso Internacional de Psicología y Educación y III Congreso Nacional de
Psicología de la Educación 29-31 de abril de 2011

EL DESARROLLO DEL JUEGO Y LAS ACTIVIDADES LÚDICAS EN


LA HOSPITALIZACIÓN PEDIÁTRICA

GAME DEVELOPMENT AND LUDIC ACTIVITIES IN THE


PEDIATRIC HOSPITALIZATION

Carmen Ana Valdés Sánchez


1
Dra. Psicología, Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad de Oviedo
Dpto. de Medicina, Campus del Cristo s/n 33006 Oviedo (España).

Resumen
El impacto psicológico de la hospitalización en los niños es ampliamente aceptado. Muchas
investigaciones han estudiado cómo aliviar la ansiedad a través de diferentes técnicas
psicológicas; desde nuestro punto de vista, jugar en el hospital es una de ellas. La finalidad
del presente trabajo es estudiar las actividades de juego que realiza el niño hospitalizado.
Los sujetos de nuestro estudio fueron 50 niños de ambos sexos, con edades comprendidas
entre los 5 y los 14 años, además de 40 voluntarios. Los resultados muestran que el juego es la
segunda actividad utilizada por los niños para pasar el tiempo, por detrás de la televisión; los
niños prefieren jugar con sus padres en la habitación más que con los voluntarios en las salas
del hospital; asimismo, la edad y la duración de la hospitalización parecen influir en el juego
en el hospital.
Palabras clave: jugar en el hospital, niño hospitalizado, juego, voluntarios, estrés, preparación
psicológica

Abstract
The psychological impact of hospitalization in childhood is widely accepted. Several
investigations have shown how alleviate anxiety through different psychological techniques;
from our point of view, playing hospital is one of them. The main goal of this paper is to
study the play activities in the hospitalized children. The subjects in our study were 50 boys
and girls between the ages of 5 and 14 years, and 40 volunteers. The results show that the
television is the first activity preferred by the children in order to spend time in the hospital
following by playing hospital. Children prefer play with their parents in the hospital room
instead of playing with the volunteers at the playrooms. Moreover, it can be inferred that
playing at the hospital is influenced by the age and the hospital stay.
Keywords: play in hospital, hospitalized children, game, volunteers, stress, psychological
preparation.

INTRODUCCIÓN
La Comisión Hospitalaria de la CEE (1986) recomendó a las autoridades con el fin de realizar
un “tratamiento considerado de niños hospitalizados”, asegurar, hasta donde sea medicamente
factible, que el niño pueda seguir en el hospital las actividades normales de su edad,
fundamentalmente sus necesidades de formación escolar y juego. Posteriormente, diversas
asociaciones (Save the Children Fund (SCF); National Association of Hospital Play Staff )
han recalcado la importancia del juego en el hospital (Valdés y Flórez, 1995).
El juego es un factor vital en el desarrollo físico, social, emocional e intelectual del niño de
todas las edades, cumpliendo una función de ayuda en el ajuste ante las situaciones
potencialmente estresantes (Peterson, 1989). Es considerado como uno de los mejores medios
para reducir la ansiedad, la tensión, los miedos y el conflicto en los niños hospitalizados
(Doverty, 1992; Browmer, 2002; Haiat et al., 2003).
El hospital es un acontecimiento estresor que implica a su vez muchas otras situaciones
estresoras: exploraciones y procedimientos dolorosos, falta de estimulación, nuevos horarios y
rutinas, reducción del campo espacial y un importante aislamiento sensorial y relacional, casi
no recibe visitas de sus amigos y hermanos y se encuentra separado de sus ámbitos cotidianos
(familia y escuela) (Valdés y Flórez, 1992).
El juego no es solo una de las necesidades básicas del niño, también es un medio a través del
cual puede hacer frente con éxito a las situaciones estresantes (SCF, 1990). Las funciones del
juego en el hospital incluyen: proporcionar una experiencia lo más normal posible dentro de
un entorno estresante; prevenir las regresiones en el desarrollo; reducir la ansiedad y el estrés;
facilitar la comunicación entre el personal hospitalario y el niño; ayudar en la transmisión de
información ante los procedimientos médicos, rutinas y/o intervención quirúrgica; y fomentar
la expresión emocional (Valdés y Flórez, 1995).
Los programas terapéuticos para reducir la ansiedad infantil ante la hospitalización se basan
generalmente en la información, modelado y el entrenamiento en estrategias de afrontamiento
(González y Montoya, 2001); sin embargo, progresivamente el juego terapéutico ha
demostrado su eficacia en dichos programas. El juego en el hospital, proporciona bienestar y
autoconfianza (Costa 2000); facilita la comprensión de la enfermedad; promueve el
desarrollo del niño; le ayuda a afrontar la hospitalización y los acontecimientos estresantes
(González, Benavides y Montoya, 2000); y mejora su autocontrol así como la comunicación
con el personal sanitario (Jesse, 1992; Browmer, 2002). Por otro lado, ayuda a la
normalización de los ambientes sanitarios, facilita la preparación ante las intervenciones
médicas, quirúrgicas (Díaz-Sibaja y Peris-Mencheta, 2007) y la anestesia (Amstrong, 2000),
siendo eficaz incluso en la preparación psicológica de los niños con enfermedades graves que
amenazan su vida (Adams, 1976; Méndez et al., 2004), por otro lado, permite al adulto
comunicarse con el niño y conocer su estado emocional (Valdés y Flórez, 1995)
Sin embargo, el juego es extremadamente sensible a las condiciones ambientales, las
actividades lúdicas en el hospital están mediatizadas por las exigencias terapéuticas que
pueden inhibir el juego espontáneo del niño, entre ellas están: las limitaciones físicas y
psicológicas, las restricciones físicas (necesidades de reposo, inmovilización, goteros,
escayolas,…) y por último los limitados espacios de juego (González y Montoya, 2001). Al
niño le cuesta trabajo concentrarse en su juego y no se divierte observándose una inhibición
del juego espontaneo cuando está tenso y angustiado (Peterson, 1989)
Existen muchos aspectos de juego en el hospital: como recreación, como educación y cómo
terapia (Serrada, 2007). Dichos aspectos son desarrolladas bien por profesores desde las aulas
hospitalarias bien por voluntarios de diversas asociaciones que realizan actividades de
animación (González, Benavides y Calvo; 2008). Según Ullán y Belver (2004), las aulas
hospitalarias supusieron un punto de inflexión en la ocupación del tiempo de los hospitales
pediátricos, pero presentan un inconveniente: su calendario escolar. La finalidad de nuestro
estudio era determinar el nivel de juego existente en los niños hospitalizados en aquellos
periodos en los que no funciona el aula hospitalaria.
OBJETIVOS
Esta investigación está enmarcada en un proyecto de carácter más general subvencionado por
el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Oviedo, en él se pretende:
1- Analizar el tipo de actividades que realiza el niño en el hospital para pasar su tiempo y
el nivel de juego existente, tanto espontaneo como dirigido.
2- Estudiar la influencia de las variables: edad, sexo y duración de la hospitalización, en
el tipo de actividades realizadas
3- Determinar con qué personas y en qué contextos se realiza la actividad lúdica y cuáles
son sus efectos.
SUJETOS
El estudio se realizó en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) concretamente
en el Centro Materno-Infantil, en él ingresan niños con edades comprendidas entre los 0 y los
14 años de vida. En el momento del ingreso, los niños se derivan a uno de las siguientes
secciones en función de su edad: lactantes (0 a 3 años), preescolar (3-6 años) y escolar (6 a 14
años); en algunos casos, si existen problemas de camas en la unidad de preescolar los niños de
5 años pueden ingresar en escolares.
Nuestra investigación se realizó en la unidad de escolares, en ella participaron 50 niños con
edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, de ambos sexos (56% niños y 44% niñas) . En
dicha muestra el 68% de los niños tenían una edad inferior a 10 años y el 32% restante
superior. La duración de la hospitalización fue en el 78% de los casos inferior a 10 días y en
el 22% superior. También participaron 42 voluntarios de distintas asociaciones que realizaban
en ese momento labores de animación en el hospital (76,2% mujeres y 23,8% hombres) con el
fin de poder determinar el perfil del animador hospitalario.
MÉTODO
Es necesario señalar, que en el hospital existe un aula hospitalaria que realiza programas de
atención educativa, recreativa y escolar, en horario de 10:30 a 12:30 aproximadamente, a ella
asisten niños de 3 a 14 años. Fuera del horario de actividad docente, el aula es una
dependencia que permanece abierta ininterrumpidamente ya que hace funciones de sala de
juegos, T.V., etc.; tiene unas dimensiones reducidas en proporción a la cantidad de niños
hospitalizados que pueden asistir a ella.
En el hospital por la tarde desarrollan su actividad los voluntarios vinculados a diversas
asociaciones (Cruz Roja, la Caixa, SED, GALBAN), realizando con los niños: manualidades,
juegos, marionetas, magia, globoflexia, actividades relacionadas con nuevas tecnologías,
cuentacuentos, etc.
Los datos de la presente comunicación se recogieron durante las vacaciones escolares; por
tanto, en ese momento las labores de animación recaían únicamente en los voluntarios.
Se administraron dos cuestionarios, uno para los voluntarios y otro para los niños, ambos
tenían carácter voluntario. El cuestionario elaborado para los niños era entregada por la
trabajadora social del hospital a los padres el día del ingreso, se les explicaba el objetivo del
mismo y se solicitaba su colaboración; las instrucciones eran que fuese contestado por los
niños mayores de 6 años de forma independiente, pero si el niño tenía alguna problema físico
o médico que le impidiese hacerlo solo (escayolas, sueros,…) o si era menor de esa edad, los
padres podían leérselo y anotar sus respuestas pero siembre sin interpretar o influir en las
mismas. Los cuestionarios se devolvían de forma anónima en un buzón situado en la unidad
de enfermería. Se entregaron 75 cuestionarios y fueron cubiertos 50.
El cuestionario elaborado para los voluntarios se distribuía a través del coordinador de cada
asociación, en él se cubrían entre otros los siguientes apartados: edad, sexo, formación, horas
diarias de dedicación, actividades realizadas y medios.
RESULTADOS
La primera actividad que los niños realizan para pasar su tiempo es ver la televisión (76%)
seguida del juego. El 62% de los niños manifiestan jugar en el hospital frente al 38% que
dicen no jugar. Ante la pregunta de si juegan con los animadores y voluntarios del hospital
sólo el 28.2% dice hacerlo.
Se ha observado una correlación significativa (p; 005) entre la variable juego y edad. El 72%
de los niños menores de 10 años juega en el hospital pero solo el 35.7% de los mayores de 10
lo hace; los motivos más argumentados para no jugar son la falta de actividades adecuadas
para su edad y la poca variación de las mismas. También se observa una correlación (p; 004)
entre las variables duración de la hospitalización y juego, el aumento de la estancia
hospitalaria produce una reducción de la actividad lúdica y por tanto una inhibición de la
conducta de juego. El 60.9% de los niños con estancias inferiores a 10 días juegan en el
hospital y solo el 39.1% de los niños con hospitalizaciones superiores lo hace.
Al estudiar la relación conjunta entre la variable juego y las variables edad y duración de la
hospitalización también se han encontrado diferencias significativas (p; 002). Parece ser que
el 90% de los niños entre 5 y 10 años y con hospitalizaciones inferiores a 10 días son los que
más juegan en el hospital. Las actividades y formas de pasar el tiempo en el hospital, pueden
verse en la fig. 1.

Fig. 1- Actividades realizadas por los niños en el hospital para pasar el tiempo
Tipo de Actividad Porcentaje
Actividades Ver televisión 76%
espontáneas Jugar 62%
Aburrirse-dormir 58.6%
Música 28.3%
Lectura 26.4%

No se han encontrado diferencias significativas en función de las variables edad, sexo y


duración de la hospitalización en el estudio de las actividades ver la televisión, lectura y
aburrirse.
Como puede verse (fig. 1), el 58.6% de los niños se aburren en el hospital y duermen para que
el tiempo pase antes. Existe una correlación inversa significativa (p; 002) entre las variables
juego y aburrirse, como era de esperar, al disminuir la conducta de juego aumentar la
sensación de aburrimiento. La lectura es la actividad menos utilizada por el niño en el
hospital.
En relación a la actividad escuchar música si se han encontrado diferencias significativas en
función de la edad (no en función de las variables sexo y duración de la hospitalización),
obteniéndose un nivel de significación de (p; 000). El 68.85% de los niños que escuchan
música son mayores de 10 años, solo el 11.8% de los niños entre 5 y 10 lo hacen. También se
ha observado que la actividad de escuchar música es elegida por los niños que realizan más
número de actividades (p; 03). De los niños que escuchan música en el hospital, el 7.7%
realizan un actividad, el 38.5% dos actividades y el 53.8% tres o más actividades.
Otro tipo de actividades lúdicas son las realizadas por los voluntarios. El perfil de voluntario
encontrado fue mujer (76.2%), edad inferior a 30 años (66.7%), con estudios superiores
(76.2%) y que no suelen recibir ninguna formación específica desde el hospital. El tiempo
empleado al día para la realización de la animación oscila entre dos y tres horas (59.5%). Las
actividades desarrolladas por los voluntarios pueden verse en la fig. 2
Fig. 2- Actividades dirigidas por los voluntarios
Tipo de Actividad Porcentaje
Actividades dirigidas Juegos recreativos 45.2%
por voluntarios Actividades plásticas 41.8%
Actividades informáticas 23.8%
Otras actividades 16.9%

Los juegos recreativos más habituales fueron: juegos de mesa o grupales; las actividades
plásticas: manualidades, dibujo y pintura; las actividades informáticas (realizadas por la
Fundación la Caixa en la ciber@ula) consistían en: informática, juegos de ordenador e
Internet. En el apartado otras actividades se incluyen la globoflexia, magia, teatro y
marionetas.
En relación al lugar de juego más habitual, éste es la habitación 62%, seguido de las salas del
hospital 20%. Hay que señalar que el 54.8% de los voluntarios encuestados dicen haber
trabajado alguna vez en la habitación con los niños (hay que tener en cuenta que existe una
ludomovil). La opción de jugar con los voluntarios es la menos elegida (36%), los niños
prefieren jugar con sus padres (72.4%) o con otros niños (41.5%). Como se observa en la fig.
3., los niños que juegan en su habitación utilizan muy poco las aulas de juego en el hospital

Fig. 3. Espacios de juego en el hospital

30

Aulas de juego

SI
NO
20

10

0
SI NO
Habitación

Se han encontrado diferencias significativas entre las variables jugar en la habitación y jugar
con los padres (p; 017), parece que el 72.4% de los niños que juegan en la habitación lo hacen
normalmente con sus padres, hay que señalar asimismo que el nivel de aburrimiento aumenta
cuando juegan con sus padres en la habitación (p; 003) y disminuye al jugar con otros niños
en salas hospitalarias. Aunque las diferencias no son significativas (p; 055) nos gustaría
señalar que solo un 20% de los niños que juegan con sus padres lo hacen también con los
voluntarios. El hecho de jugar en las salas hospitalarias con los voluntarios no parece influir
en el aumento del nivel de juego con otros niños.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La televisión es la primera actividad que los niños utilizan para distraerse en el hospital
(76%), pensamos que el tiempo medio que el niño pasa delante del televisor es muy alto, con
el fin de combatir el aburrimiento ven la televisión de forma indiscriminada, por lo que están
expuesto a programas no aptos para su edad y a excesiva información comercial. Sería
conveniente que los niños pudiesen acceder a canales de programación infantil gratuitos o a
circuitos cerrados de televisión.
También hemos constatado, en el hospital donde hemos realizado nuestro estudio, que el
juego se realiza con una función recreativa de animación (desde las asociaciones de
voluntarios) o educativa (desde el aula escolar), olvidándose la importante función que tiene
el juego como terapia, no se aprovecha la utilidad del juego terapéutico. La ludoterapia es una
técnica muy eficaz para reducir la ansiedad del niño en el hospital (Guillis, 1989; Sadler,
1990; Flórez y Valdés, 1990; Serrada, 2007), el juego es una herramienta muy útil para dar
información al niño sobre los procedimientos médicos y quirúrgicos que se le van a realizar
ayudando a mejorar su cooperación ante los mismos (Peterson, 1989; Valdés y Flórez, 1995).
Observar como el niño juega y ver como manipula los materiales utilizados en su tratamiento
nos permite averiguar cómo ha interaccionado la información que ha recibido y como está
viviendo su experiencia en el hospital (Committe on Hospital Care, 1985) lo que nos permite
modificar sus ideas falsas y sus fantasías sobre el hospital (Peterson, 1989)
Por otro lado, señalar que la lectura es la actividad menos utilizada por el niño para pasar el
tiempo; quizás debido a que precisa cierto nivel de concentración y éste se encuentra
restringido en el hospital: por la propia enfermedad, por las rutinas y horarios, el exceso de
personas en la habitación, su nivel de ansiedad, etc. Sería conveniente realizar talleres de
lectura con el fin de estimular dicha actividad.
También se ha constatado que el juego se inhibe en el hospital según aumenta la edad y la
duración de la hospitalización. El lugar más habitual utilizado por los niños para jugar es la
habitación y prefieren jugar con sus padres más que con los voluntarios.
Las asociaciones de voluntariado realizan actividades que se centran generalmente en la
animación hospitalaria y éstas parecen ser adecuadas para los niños pequeños pero no para
los mayores de 10 años los cuales demandan otro tipo de actividades. También sería adecuado
estabilizar la figura del animador en el marco hospitalario ya que como señala Serrada (2007)
el niño prefiere jugar con personas que ya conoce, sería altamente recomendable que los
hospitales formasen a los animadores, coincidimos con Moix (2000) en que la formación y
supervisión debe ser una función a desempeñar por el psicólogo dentro del marco del hospital.

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RESEÑA BIOGRÁFICA
Carmen Ana Valdés Sánchez, es Doctora en Psicología por la Universidad de Oviedo, trabaja
actualmente como profesora contratada con dedicación plena en dicha universidad
impartiendo docencia en la Facultad de Ciencias de la Salud, sus líneas de investigación se
centran en la gerontología y en la mejora de la hospitalización pediátrica. Es autora del libro
El niño ante el hospital: Programas para reducir la ansiedad hospitalaria (ver bibliografía)
que ha sido una referencia básica para muchos investigadores en el estudio de esta temática.

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