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TEMA 4.

EL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN

1. La prestación. Concepto y clases


Definición teórica clásica: La prestación es la conducta debida del obligado, consistente en dar,
hacer o no hacer algo (art. 1.088 CC).

La prestación es el objeto del derecho del acreedor que está garantizado por la responsabilizado
de todo el patrimonio del deudor (teoría del acreedor).

La prestación es un programa de actuación futura que el acreedor puede exigir de forma


coactiva ante los Tribunales.

La prestación es una conducta, en el caso de la obligación de dar. En el derecho de crédito,


siempre existe una conducta, no en el caso de la obligación de dar; mientras que el derecho real
de dar sí que existen las cosas, y no existe una conducta o deudor que deba hacer una conducta.

Se pueden distinguir 2 clases:

 Obligaciones positivas: son las de dar y hacer

 Obligación negativa: son las de no hacer

Aquí existe una dificultad clásica que pertenece más al ámbito de la expresión lingüística y oral
que de la realidad, permitiendo el lenguaje afirmar un simple hecho de forma afirmativa o
negativa. La jurisprudencia del TS tiene un criterio general aproximado para distinguir,
independientemente de cómo se verbalice para distinguir si la obligación es positiva o negativa.

- La obligación es positiva cuando la prestación consiste en un cambio o alteración del


estado de cosa que existía en el momento de la fuente en que nació.
- La negativa es cuando la prestación consiste en mantener o conservar inalterable ese
estado de cosa (Ej: mantener abierto un establecimiento mercantil, aunque parezca
afirmativa).

2. Tipos de prestaciones según su objeto

OBLIGACION DE DAR

En la función general de la obligación de dar es el cambio posesorio (cambio de mano o


posesión). Es importantísima en el mundo económico en el intercambio de los bienes. El cambio
posesorio quiere decir la entrega de una cosa mueble o inmueble al acreedor con dos
finalidades básicas principales (o funciones específicas):
o Transmitir la propiedad: atraditio stricto sensu. El acreedor no con la mera
fuente sino una vez cumplida o pagada la obligación adquiere la posesión en
concepto de dueño.
o Transmitir la posesión o el uso: conservando la propiedad el deudor el acreedor
adquiere la posesión sin concepto de dueño, sino que la posesión lo reconoce
ahora como el dueño. Puede ser por virtud de un derecho real o de un derecho
de crédito (no crea un gravamen sobre la propiedad, es decir, no crean una
carga para el propietario; como el arrendamiento, el depósito).
La obligación de dar tiene unos efectos especiales propios y características, que a su vez se
subdividen en los dos sujetos: para el deudor y para el acreedor. Para el deudor son tres efectos:

1) Obligación de conservar la cosa (art. 1.094 CC).

Es una obligación que es de origen legal (lo pone la ley), pero tiene un carácter accesorio de la
de dar (instrumental). Tiene que mantener la cosa y evitar para que la cosa no perezca. El tiempo
en que rige esta obligación es el tiempo que media entre que nace la obligación -sea por la
fuente que sea – y se extingue por su cumplimiento. Incluye la obligación de no transmitir y de
que la cosa no perezca o se deteriore. La diligencia exigida por la ley es la de un buen padre de
familia (concepto jurídico indeterminado), que viene a ser el estándar o canon de una persona
normal, y que solo lo puede decidir un juez. Se le podría pedir una diligencia superior a la media
que se determina como profesional, que debe ser dirigida expresamente.

La sanción o principal consecuencia jurídcia de esta obligación es la presunción de culpa del


deudor (art. 1.183 CC). Esto actúa en contraposición a la presunción de inocencia que
penalmente conocemos. Con “perderse” nos referimos a destruirse. Se presume, por tanto, la
imputabilidad, excluyendo el caso fortuito, implicando la inversión de la carga de la prueba. La
prueba del caso fortuito corresponde al deudor y el acreedor está favorecido con la presunción
(no tiene que hacer nada).

Esta sanción o prueba tiene una agravación de la responsabilidad del deudor recogida en el art.
1.096 párr. 3º CC. El supuesto de hecho de este artículo son dos casos: la mora (art. 1.100 CC) y
la doble venta (art. 1.473 CC). La consecuencia jurídica de estos dos supuestos es que el deudor
incurre incluso en caso fortuito. Esto tiene su lógica

2) Obligación de entregar los accesorios de la cosa debida (art. 1.097 CC).

Esto responde a un principio general del derecho, accesorium sequito principale, es decir, que
lo accesorio sigue a lo principal. También se hace referencia que esto se aplica, aunque no se
mencione en el contrato.

La gran cuestión de este problema es el concepto de accesorio. No existe una definición, pero
se podría decir que lo accesorio “son los elementos patrimoniales que no tienen entidad
relevante por sí solos sino solo aplicados a la cosa principal”. En materia de bienes inmuebles
existe una lista, recogida en el art. 334. 3-7 CC, que desde siempre han sido pertenencia de las
fincas o inmuebles por predestinación. En este sentido nos referimos a la instalación de la
vivienda de luz y agua, etc.

Por su parte, en materia de bienes muebles no hay una lista de que se entiende por accesorio y
qué se entiende como principal, debiendo regirse por el sentido común, aunque en la práctica
surgen problemas de calificación. Una buena regla práctica sería señalar concretamente los
accesorios que hay que entregar, a pesar de que el Código dice que no sea obligatorio
expresarse, es bueno enumerar los objetos.

Esta norma no es de orden público, ni es imperativa; es decir, se puede pactar lo contrario.

3) Requisitos de legitimación y capacidad de obrar del solvens (que en las obligaciones de


dar es el transmitente, el que paga).
Esto hace referencia no al pago, sino a cumplirla. Hacemos referencia a la legitimación sustantiva
-es decir, una relación de la persona con la cosa tal que permite el acto-.
Estos requisitos se encuentran en el art. 1.160 CC: hay una regla en el primer inciso y una
excepción en el segundo. Esta piensa básicamente en la obligación de dar con la función de
transmitir la propiedad. A esta se puede aplicar también para transmitir la mera posesión.

En la regla (primer inciso), hay dos preceptos distintos:

- Libre disposición de la cosa o legitimación sustantiva: esta legitimación puede ser directa
o indirecta. La legitimación directa es la propiedad de la cosa sin limitación de la facultad
de disposición. La legitimación indirecta es la representación legal o voluntaria del
propietario.
- Capacidad para enajenar o capacidad de obrar plena.

En la excepción se hace referencia a la validez del pago de dinero al acreedor de buena fe que
lo haya gastado o consumido. La buena fe de este acreedor consiste en la ignorancia excusable
del defecto (falta de legitimación o falta de capacidad). La buena fe no es necesario probarla,
sino que es el solvens el que tendría que probar la mala fe.

En cuanto a la consecuencias concretas de la falta de estos requisitos, hay que distinguir dos
planos:

- Plano obligacional: la consecuencia es que ese pago no es válido y por lo tanto no


extingue la obligación, por lo que puede repetirse o reclamarse la devolución (excepción
del inciso segundo indica que no hay repetición en la excepción no en la regla).
- Plano jurídico-real: encontramos una regla y una excepción. La regla es que no se
transmite inmediatamente la propiedad, sino que se adquiere la posesión en concepto
de dueño, la cual con el tiempo se puede convertir en propiedad por usucapión. En la
excepción se puede adquirir verdaderamente la propiedad sin esperar casos de
usucapión, que son los casos de adquisición ad non dominum, recogido para los bienes
inmuebles el art. 34 Ley Hipotecaria y para los muebles el art. 464 CC.

La legitimación el solvens se refiere únicamente al momento y validez del pago, pero no es


necesaria para el momento o fuente de la obligación (en el contrato).

Para transmitir la posesión en concepto de dueño no es absolutamente necesario como


requisito de legitimación la propiedad.

Los efectos especiales para el acreedor son también tres:

1) Derecho a los frutos

Se encuentra recogido en el art. 1.095 CC. Tiene dos incisos, y la norma importante es la del 2º
inciso, que establece el sistema de título y modo. El que a nosotros nos interesa es el primer
inciso.

El ámbito material son los frutos, que pueden ser naturales e industriales (cosas productivas) y
los frutos civiles (rentas e intereses).

Hay autores que consideran que este artículo únicamente se refiere a los frutos naturales e
industrales, pero esta opinión es incorrecta puesto que no se excluyen los frutos civiles. La
doctrina explica que la regla del 1.095 CC es un principio general que luego en la práctica tiene
muchos matices y factores, pero tenemos esta regla de fondo. Debe de entenderse, más bien,
desde el sentido corregido en el que acreedor puede tener derecho a los frutos sin asegurar que
lo tenga en todo caso, depende entre otros de los pactos del contrato fuente, que los frutos no
pertenezcan a una persona distinta al transmitente, y de otras normas civiles más especiales
sobre frutos e intereses (por ejemplo, en materia de préstamo, compraventa, etc.).

Al respecto al ámbito temporal -periodo que se tiene derecho a los frutos –, se debe entender
desde que la obligación es exigible por no estar sujeta a condición o a plazo suspensivo. Para la
condición suspensiva (1.120 parrafo primero), te dice que los frutos son del deudor, ha nacido
la obligación. En el caso del plazo suspensivo también se puede defender que los frutos antes
del plazo son del deudor también (salvo pacto en contrario o normas contrarias, por ejemplo en
materia de compraventa).

No hay norma referida al funcionamiento de los frutos del acreedor, cabe decir que en la práctica
los frutos e intereses debidos al acreedor se liquidan o entregan en el momento del
cumplimiento de la obligación principal, salvo pacto en contrario.

2) Derecho al cumplimiento específico o in natura

La acción de cumplimiento tiene dos modos: una es el cumplimiento específico (in natura) que
es entregar “un caballo que poseemos” y la otra es el cumplimiento por equivalente económico
(en dinero). El acreedor de cosa tiene derecho al cumplimiento específico.

Esto lo encontramos en el art. 1.096 párr. 1º CC. En este contexto, cosa determinada se
contrapone a cosa genérica y que está identificada individualmente. Todos los inmuebles son
cosas determinadas y los muebles pueden ser determinados o genéricos. Se podría decir que
todos los muebles con características propias que lo identifiquen se pueden considerar cosas
determinadas. Este art. se armoniza con el art. 1.101 CC que habla del resarcimiento o
indemnización.

Este derecho del acreedor no lo garantiza el código porque no siempre es posible.

Las acciones de cumplimiento y resarcimiento son distintas y acumulables. En los casos de


incumplimiento in natura puede ser o por mora o por cumplimiento defectuoso total o parcial.

3) Capacidad de obrar del accipiens o persona que recibe el pago.

Se encuentra en el art. 1.163 párr. 1º CC. Esta norma relativiza bastante el requisito de la
capacidad de obrar del accipiens. El sentido de esta norma es que en principio se exige la
capacidad para administrar, pero la norma afirma que la falta de esa capacidad puede ser suplida
simplemente por la utilidad del pago. Si el pago no es útil para el incapaz, será invalida sin
extinguir la obligación debiendo hacerse otra vez.

El concepto “utilidad del pago” es un concepto jurídico indeterminado que aparece en más
artículos del código y que en cada contexto tiene un sentido. Según el contexto del art. 1.163
párr. 1º. CC quirere decir según la jurisprudencia o bien que el pago ingrese de forma estable y
segura en el patrimonio del sujeto, o bien que eso se gaste o se invierta en beneficio del incapaz.
La importancia de esta figura es que la prueba de la utilidad del pago le corresponde al solvens
aunque no haya norma que lo diga, porque es el interesado.
Esta norma del art. 1.163 CC debe ponerse en conexión con otras normas y principios para dar
cuenta de una buena práctica, ya que a pesar de lo que dice el código, el pago debe hacerse a
los representantes legales del incapaz, que tienen su administración; bien sean los padres, bien
sean los tutores.
Ahora bien, si de hecho se hace el pago al incapaz cuando no se debe de hacer, lo que emana
del código es que no es necesariamente nulo, sino que entra en juego el art. 1.163 CC. También
existe la posibilidad para el que va a pagar (para el solvens) que es la consignación, entendiend
pro consignación el depstio judicial del dinero en vez de pagar al acreedor. Esta posibilidad de
consignar se produce cuando la persona incapaz no conste como incapaz declarado; no
obstante, si se le hace al incapaz o presunto incapaz puede valer con el requisito de la utilidad.

Reglas procesales de la ejecución en la obligación de dar (NO ENTRA EN EL EXAMEN, PERO


INTERESA EN LA CONEXIÓN CIVIL-PROCESAL).

La nueva Ley de Enjuiciamiento Civil trae mucho más detallada esas normas:
- Para la obligación de dar dinero (art. 571 ss LEC).
- Para la obligación de dar cosa mueble determinada (art. 701 LEC).
- Para la obligación de dar cosa genérica (art. 702 LEC).
- Para dar cosa y mueble (art. 703 LEC).
OBLIGACIÓN DE HACER

OBLIGACIÓN DE NO HACER

4.3. DIMENSION TEMPORAL DE LA PRESTACIÓN

4.4. OBLIGACIONES PURAS Y CONDICIONALES

El régimen jurídico: art. 1.113

Obligaciones puras: aquellas cuya dinámica (nacimiento, ejercicio y extinción) no depende de


una condición. Con la condición se refiere en el art. 1.113.3 dice que la condición es un suceso
futuro e(no o) incierto; también puede ser un suceso pasado e ignorado por las partes. Es decir,
pueden ser considerado inciertos sucesos pasados que el interesado no sabe.

La condición siempre es incieta (incertus an) y el plazo.

Obligación condicional: aquella cuya dinámica sí depende de una condición. No obliga


absolutamente sino en función de la condición. De nuevo la fuente crea la titularidad pero su
ejercicio y desarrollo no está claro aún. Las clases de condición pueden ser:

a) Suspensivas y resolutorias (art. 1.114 Cc) y además, aunque el Código no la diga,


modificativa:

Suspensiva: si la exigibilidad de la prestación depende del suceso incierto (adquisición del


crédito)

Resolutoria: si el fin de la obligación depende del suceso incierto. Hay que entender que en estos
casos la relación obliga mientras no se da la condición; pero una vez cumplida la relación acaba.
La verdadera condición resolutoria es que extingue la relación en general, no el plazo.
Modificativa: el suceso incierto produce un cambio o alteración en alguno de los elementos de
la obligación. Ej: antes era a plazo y ahora se vuelve instantánea. Hay que diferenciarla de la
novación, que también es una modificación de la obligación. En la novación hay un acuerdo en
la condición al contrato, mientras que la condición modificativa está ya puesto en el contrato.
El efecto más importante de la condición modificativa es la cláusula del vencimiento anticipado
por impago, en las que se pacta en una condición a plazo pero por impago se convierte en
instantánea. Algunos autores dicen que esto no se puede hacer puesto que no viene en el
código, pero no es necesario ya que según el principio de autonomía privada (art. 1255) esto se
puede hacer.

Efectos de las clases principales

Toda obligación condicional tiene dos fases:

1) Condicion pendiente: antes de que pase el suceso.


2) Condición cumplida: después de que pase el suceso.

Estas dos fases se dan en los dos tipos de obligaciones condicionales (suspensivas y resolutorias),
produciendo efectos distintos.

En la condición suspensiva:

- Fase de condición pendiente: 1.121 párrafo 1º. Estas acciones para la conservación de
su derecho son preventivas, cautelares para conservar su derecho, no la de su
cumplimiento. En el párrafo 2º (leer).

En el art. 1.122 Cc. reglas de pendiente de la cosa (secundaria a efectos del examen pero para
nota)

- Fase de condición cumplida: el efecto es que el acreedor puede exigir el cumplimiento,


y por otro lado está el efecto retroactivo del cumplimiento de la fuente (art. 1.120).

En la condición resolutoria:

- Condicion pendiente: art. 1.113 párrafo 2º. En la que puede exigir el acreedor el
incumplimiento desde ya.
- Condicion cumplida: art. 1.114 cc. El efecto básico es la extinción del crédito, y también
está incluida la restitución de la obligación. Art. 1.123 párrafo 1º. La restitución dice que
la restitución solo está previsto para las obligaciones reciprocas, no en las simples; es
decir, está previsto para solo aquellos casos en los que no ha habido contrato. En la
práctica real se puede excluir la restitución por parte del vendedor mediante una figura
que es la cláusula penal de retención o pérdida del precio cobrado en concepto de
indemnización. Hay que aclarar que esto solo cabe en las condiciones explícitas;
mientras que en las implícitas no cabe la cláusula penal por lo que hay que devolver la
prestación.

En cuanto a la condición modificativa los efectos son análogos en cuanto a la suspensiva, solo
que en lugar de efecto retroactivo que para contrario a la propia naturaleza.

OTRAS CLASES DE CONDICIONES

Condiciones potestativas: art. 1.115. Depende de la exclusiva voluntad del deudor, que se
considera nula.
Condiciones causales: si depende de la suerte o de la voluntad de un tercero, surtirá todos los
efectos. Esta sí que vale.

La jurisprudencia remarca mucho el carácter exclusivo, es decir, que dependa solo de la voluntad
del deudor. En este sentido, no es potestativa si depende en parte de la voluntad del deudor y
de otro. Además, ha dicho que tampoco sería potestativa si aunque dependa de la voluntad del
deudor tiene de por sí consecuencias negativas. En este caso está la casuística del impago.

En el fondo, las puramente potestativas ha quedado restringida según la jurisprudencia al si


quiero o no, a las caprichosas condiciones potestativas.

Condiciones imposibles, inmorales o ilícitas: art. 1.116 párrafo 1º.

Condiciones positivas y negativas: positivas que ocurra algo y negativa que no ocurra algo. Con
plazo o sin plazo se refiere a que se cumpla el plazo (NO ENTRA, LEER)

Condición impedida por el propio deudor: ocurre cuando el obligado hace algo que impide que
se cumpla. Por una sanción se tiene por cumplida (ficción jurídica).

Condicion resolutoria implícita: ineficacia sobrevenida. En el caso de que una de las partes no
cumpla con su parte, el otro puede optar por exigir su cumplimiento.

5. OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES

Las obligaciones divisibles e indivisibles (1149-1151). En el caso del art. 1151 para los efectos
de los artículso que se preceden, se reputaran (…). Las obligaciones de hacer serán divisibles
cuando tengan por objeto la prestación de un numero mínimo de días de trabajo, la ejeucicón
de obras por unidades métricas u otras análogas. En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad
o individisibilidas se decidirá por el caráctw de la prestación en cada caso particular. Las
obligaciones de no hacer son mayoritariamente indivisibles, salvo excepciones. Si no existe
pluralidad de sujetos (un deudor y un acreedor), nos remitimos al art. 1149 el hecho de que la
cosa divisible o indisivilde de las cosas sea divisible o indivisible no tiene ningun efecto. Si hay
pluralidad de sujetos (varios acreedores y deudores) pasamos al art. 1150, significa que el
incumplimiento de un deudor implica el incumplimiento total de todos ellos con todas sus
consecuencias.

6. CARACTERES O REQUISITOS DE LA PRESTACIÓN


Hay que deducirlo de las reglas 1271-1273 del Código, y los requisitos son 3: posibilidad, licitud
y detemrinación.

1.- Posibilidad (1272): no podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles. Esto
tiene su aquel ya que contratar alguna cosa o servicio imposible tiene la nulidad absoluta de la
obligación. La imposibilidad tiene muchas graduaciones: imposibilidad metafísica, imposibilidad
moral. Es importante saber el momento de la imposibilidad, según el cual la cosa o servicio tiene
que ser imposible en el momento de la fuente: en el contrato. La imposibilidad sobrevenida:
opera la teoría de los riesgos, es decir, si hay culpa del deudor, responsabilidad contractual; si
no hay culpa, se considera caso fortuito o fuerza mayor y la obligación de extinguirá.

2.- Licitud (1271): en el primer párrafo y el segundo hace referencia a las cosas: no puede ser a
contrario sensu los bienes que están fuera del comercio. Por ley está prohibido su transmisión.
En el párrafo tercero dice que todos los servicios no contrarios a las leyes o las buenas
costumbres, constituyendo una obligación de hacer o no hacer, teóricamente son nulos, pero
cuando se cumplen de facto no cabe la restitución.

El párrafo segundo del 1271 habla de las cosas futuras, es decir, que no existen en el momento
de la fuente pero sí que pueden existir en el futuro (vgr. Crías que no han sido paridas, cosechas
del año 2020). Las cosas futuras pueden ser objeto de contrato o de derecho de crédito, pero
no pueden ser objeto de derecho real (que implica la existencia de la cosa). Hay una excepción
en este párrafo 2º que es típica y propia del derecho civil común -no foral -y que prohíbe la
sucesión contractual.

7. DETERMINACIÓN DE LA PRESTACIÓN

3.- Determinacion (1271.2 desarrollado en 1273). El significado general del requisito de la


determinación es la necesidad de una descripción o designación adecuada/suficiente de la
prestación. Es decir, que no quede sin concretar. También significa que no quede al arbitrio de
uno solo. Ni tampoco se prevé que quede a merced de un acuerdo posterior.

Las reglas concretas del 1273, según el cual el requisito absoluto es la determinación en cuanto
a la especie (dinero, petróleo, aceite, …); mientras que el requisito relativo se refiere a la
cantidad. El código en el 1273 permite que la cantidad quede determinable sin necesidad de un
nuevo acuerdo (vgr. Precio por referencia a otra cosa cierta -tantos gramos de oro tal día, un
mercado o bolsa, o por fijación de terceros o árbitros o peritos (1448)).

La consecuencia de este requisito es que si la fijación de la cantidad depende de una sola parte
será nulo (1256, principio general del derecho) y para mayor concreción esta previsto para la
compraventa en el 1449. Si queda a merced para un nuevo acuerdo de las partes, no está
prohibido sino que es un precontrato.

En función del requisito de la determinación se producen clasificaciones de las obligaciones:


distinción entre específica (subtipo de pecuniaria) y la genérica; obligaciones alternativas (1131-
1136); facultativas/alternativas inventadas por la doctrina.

Sobre la crisis actual de la determinación objetiva hay mucha tendencia en torno a contratos
con prestación no prefijadas que se denominan fluctuantes en beneficio de la empresa. El mejor
criterio para esto es establecer un máximo posible por encima del cual no opera la fluctuación.

En función del requisito de la patrimonialidad es de saber si es requisito de la prestación que sea


directamente evaluable en dinero o no. En el código no hay norma clara que exija o no este tipo
de requisito. Lo mejor es recurrir a la distinción entre débito y responsabilidad. El débito puede
ser cualquier cosa o servicio que responda al interés del acreedor aunque no sea patrimonial
(puede ser con valor sentimental); ahora bien, la responsabilidad por incumplimiento (aspecto
negativo de la prestación) puede y debe ser patrimonial porque el 1911 habla de dinero; el
remedio básico o solución práctica puede ser establecer una obligación alternativa, pero
siempre que quede designado a priori el equivalente económico que le da el acreedor.

8. OBLIGACIONES ESPECÍFICAS Y GENÉRICAS


Las obligaciones específicas son aquellas en cuya prestación hay una o varias cosas concretas
individualmente identificadas. Se trata de dar cosas determinadas en el sentido de no
intercambiar por otra análogas (son únicas). Se suelen llamar obligaciones infungibles.
El efecto principal de riesgo de pérdida ocurre cuando la cosa se pierde o se destruya sin culpa
del deudor y antes de constituirse en mora, la obligación se extingue (art. 1182). Esto es una
regla ancestral del derecho romano que se enuncia diciendo que “en las obligaciones específicas,
el riesgo (pérdida fortuita antes de la entrega) es del acreedor”; es decir, que el acreedor no
tiene derecho a la indemnización por incumplimiento, y como no es culpa del deudor, éste
último no pagara nada.

Las obligaciones genéricas la prestación solo tiene una referencia cuantitativa a una categoría
(clase, tipo o género) de cosas fungibles en el sentido de intercambiables. Por ejemplo, dar 100
litros de vino tinto o barriles de virgen extra, o euros. En ellas, el efecto en cuanto al riesgo es
la inversión del riesgo por pérdida, que en realidad en nuestro ordenamiento hay que deducirlo
del 1182 en sentido contrario, ya que éste articulo habla de la cosa determinada e
implícitamente de la pérdida. El riesgo lo soporta el deudor: es decir, si la cosa se pierde o se
destruya, no se extingue la obligación, sino que sigue obligado al cumplimiento.

La ratio de por qué se reparte así el riesgo es pérdida es que “el género no perece”, seguirá
estando presente.

En las obligaciones genéricas se puede imponer características de las cosas siempre y cuando no
se llegue a individualizar la cosa (por ejemplo, esta botella). También existe la posibilidad de un
término medio: obligaciones de género delimitado.

Tampoco debemos confundir la diferencia entre las obligaciones específicas y genéricas y las
divisibles o indivisibles: en las primeras predomina un criterio cualitativo sobre la naturaleza de
la cosa y solo existe en las obligaciones de dar; mientras que en las obligaciones divisibles o
indivisibles es un criterio cuantitativo sobre la posibilidad de realizar la prestación.

Otro aspecto sería la determinación de la calidad, la eficacia o ineficacia (NOTA).

9. OBLIGACIONES PECUNIARIAS

Interés fijo: se establece mediante un solo tipo que es un tanto por ciento del capital que
permanece inalterable durante toda la vigencia.

Interés variable: el tipo o porcentaje oscila a lo largo del tiempo base a una fórmula que se suma.
Se suma un diferencial o margen financiero que está expresado en puntos a un índice-base o
tipo de interés de referencia expresado en porcentaje el cual se modifica periódicamente de
forma objetiva o matemática, como es el EURIBOR. La obligación ha puesto muchos requisitos:
a parte del margen y del índice base, es requisito esencial que la cláusula de intereses establezca
las fechas en las que se aplicará el tipo aplicable de manera que en cada periodo de interés
permanecerá inalterable la cuantía del mismo. Pasado el periodo previsto se modifica al alza o
a la baja lo que varía el índice base.

Interés mixto: se empieza con un periodo de interés fijo de un año o dos y el resto se vuelve
variable hasta el final.

Interés global: es una práctica arcaica, aunque está contemplado en el art. 220 RH, no se expresa
mediante una fracción o porcentaje ni se paga periódicamente, sino que se fija una determinada
cantidad de dinero como prestación de intereses que suele pagarse antes con el principal o
según con él se pague. El interés no tiene por qué ser un porcentaje, sino que vale con ser el
precio del préstamo.
La razón económica del interés variable del EURIBOR. Una de las principales fuentes de la
ganancia bancaria es la diferencia entre los intereses que el banco cobra como acreedor y los
que el banco paga. Vive de la obligación pecuniaria (como acreedor y como deudor). En las
obligaciones activas los bancos prestan a los particulares son a medio o a largo plazo (5 años
para arriba); en las obligaciones pasivas o de refinanciación los bancos prefieren prestarse y
pedirlo a otros bancos, para pagar menos, a corto plazo. El banco nunca reconoce que le presta
un particular.

Usura: es sinónimo de interés. En el sentido estricto y moderno significa interés excesivo o


abusivo. Aquí entramos el problema moral del interés del dinero. La Ley represora de la usura
tipifica 3 tipos de prestamos: usurarios (interés notablemente superior al normal y
manifiestamente desproporcionado a las circunstancias; es un concepto jurídico indeterminado
donde no hay tasa y los jueces valora), leoninos (el aceptado por el prestatario debido a su
situación angustiosa o inexperiencia y limitadas facultades --- económica) y fraudulentos
(préstamo en el que se supone recibida mayor cantidad de la realmente entregada).
FICHA

Deuda indemnizatoria
La obligacion indemnizatoria es una especial deuda de dinero análoga a la de valor, cuya
finalidad propia y específica es el resarcimiento o reparación de un daño (o lesión a los bienes
patrimoniales o no patrimoniales). Tanto la LEC como el CP permite que hayan indemnizaciones
que sean de dar otra cosa distinta de dinero o incluso de hacer. En la práctica, la inmensa
mayoría de las indemnizaciones son pecuniarias, en dinero, aunque no es esencial. De hecho
una de las funciones necesarias del dinero, es la de indemnizar.

La deuda indemnizatoria es análoga a la de valor pero no es lo mismo, ya que la diferencia es


que en la deuda de valor el dinero sustitiye a un bien que no se entrega en natura, cosa que no
pasa en la deuda indemnizatoria en la que el dinero sustituye a un mal o daño. La idea es la de
sustitución, pero en la de valor es un bien o servicio y en la indemnizatoria es un daño; por
supuesto es distinta a la deuda de cambio.

Las causas u orígenes principales básicamente son 2:

 La responsabilidad contractual (1101): es un daño asociado al incumplimiento del


contrato. Pero algunas veces también puede traer un daño añadido al simple
incumplimiento, un subtipo de la cual es la deuda de intereses moratoria, que es por
retraso de la pecuniaria
 La responsabilidad extracontractual: puede ser por ilícito civil o ilícito penal.
o Ilícito civil (1902 ss.): es un daño no asociado al incumplimiento contractual
o Ilícito penal: responsabilidad civil derivada de delito (109 ss. CP)
10. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS  MANUAL
11. OBLIGACIONES FACULTATIVAS  MANUAL

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