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El agua es el solvente universal, por lo que el agua subterránea tiene generalmente algunas

características minerales propias del suelo y de la roca donde se encuentra. Debido a que el
hierro es uno de los minerales más abundantes de la corteza de la tierra, este es muy frecuente
en las aguas subterráneas. Cuando hay demasiado hierro en el agua usted puede observar un
color rojizo, y un pobre sabor a café. Un problema igualmente común pero menos extendido es
la infestación de los abastecimientos de agua con las bacterias del hierro.

Efectos de las bacterias del hierro: Los problemas más serios ocurren cuando las bacterias del
hierro se acumulan en sistemas de pozos. Las bacterias del hierro no causan problemas de salud,
sino que pueden ser desagradables y tener los efectos siguientes:
 Son la causa de olores.
 Corrosión del equipamiento de tubería.
 Reduce el rendimiento del pozo (taponación de filtros y tuberías).
 Aumenta las posibilidades de infestación por bacterias de sulfuro.

Detección de las bacterias del hierro: Hay ciertos indicadores de que su pozo puede tener
problema con las bacterias del hierro. Estos son un color rojo, amarillo, o anaranjado del agua;
limo en las paredes internas de su bañera; y un olor que puede asemejarse al fuel-oil, al pepino o
a aguas residuales.

Prevención de las bacterias del hierro: Es difícil conseguir deshacerse de las bacterias del
hierro una vez existen en el pozo, por lo que la prevención es la mejor salvaguardia contra los
problemas que le acompañan. Para las perforadoras de pozos, la prevención significa la
desinfección de todo lo que entra en la tierra con una solución fuerte de dióxido de cloro
(250ppm). Las bacterias del hierro se alimentan de carbono y otros compuestos orgánicos, por
lo que es esencial que éstos no sean introducidos en cualquier parte del sistema de sondeo
durante el proceso de perforación.

Tratamiento de los problemas de las bacterias del hierro: Aunque hay métodos químicos y
mecánicos para tratar los problemas de las bacterias del hierro, los dueños de pozos privados
deben utilizar el antiguo hasta que un estudio adicional demuestre la eficacia del calor o de otros
medios para la desinfección de pozos más pequeños.

Tratamiento Químico: Por varias razones, los desinfectantes químicos rutinarios que eliminan
con eficacia a otras bacterias no son demasiado eficaces contra las bacterias del hierro. Las
bacterias del hierro se acumulan en capas gruesas, cada una forma un limo alrededor de las
células bacterianas que las protege contra los desinfectantes, por lo que estos no pueden penetrar
más allá de las células superficiales. Las reacciones químicas ocurren mucho más lentas a las
temperaturas bajas comunes en pozos, y la célula bacteriana necesita una exposición larga al
producto químico para que el tratamiento sea efectivo. Incluso si el cloro mata a todas las
células bacterianas en el agua, otras nuevas éstas pueden ser aspiradas del agua subterránea por
el bombeo o movimiento dentro del pozo.

Tratamiento mecánico: Además del tratamiento químico, existen otros métodos para controlar
las bacterias del hierro en sistemas de agua comunitarios. Las condiciones de estancamiento
pueden ser evitadas no colocando líneas de tuberías de punto muerto y limpiando
periódicamente las tuberías con un chorro de agua para reducir las bacterias. Forzar agua
caliente o vapor en el pozo para dispersar el limo y para matar a las bacterias también funciona.
Además, la limpieza del acuífero con un chorro de agua caliente se ha encontrado útil en
pruebas hechas sobre el terreno.
Almacenaje y Control de Granos.

Para garantizar la disponibilidad de granos y semillas tanto en cantidad como en


calidad, es necesario recurrir al almacenamiento y conservación. El almacenamiento se refiere a
concentrar la producción en lugares estratégicamente seleccionados; en tanto que la
conservación implica proporcionar a los productos almacenados, las condiciones necesarias para
que no sufran daños por la acción de plagas, enfermedades o del medio ambiente, evitando así
disminuciones en su peso, calidad o en casos extremos la pérdida total de la producción. Aun
cuando las condiciones bajo las cuales el grano se deteriora de manera más rápida se encuentran
en áreas tropicales, los principios relacionados con la conservación de productos y granos
almacenados se pueden aplicar igualmente en otros lugares del mundo. Almacenar granos no
significa solamente guardarlos en cualquier lugar antes de su utilización. Para poder efectuar tal
labor, es necesario contar con una serie de elementos que nos permitan realizar un buen
procedimiento, como materiales, equipos apropiados para la cosecha, transporte, limpieza,
secado y locales adecuados para su almacenamiento y vigilancia constante.

Objetivos del almacenamiento.

El almacenamiento tiene como principal finalidad guardar la totalidad de la cosecha o


parte de esta, además de constituir una reserva de alimentos para épocas posteriores y que el
agricultor disponga de semillas para la próxima temporada, en espera de mayores precios en el
mercado.

Una definición importante es saber cuál es la diferencia entre semilla y grano. Se utiliza
el término de grano cuando parte de lo cosechado se destina para la alimentación humana y
animal, o como materia prima para la industria; mientras que el término semilla se utiliza para
indicar su uso en la siembra, reproducción y multiplicación de la especie o variedad. Las
semillas, deben conservar su viabilidad, germinación y vigor hasta el momento en que serán
utilizadas, a fin de asegurar el desarrollo de una nueva planta y con ello, la producción de más
cosechas. Si una semilla pierde o reduce su capacidad para generar una nueva planta, debe ser
utilizada sólo como grano, siempre y cuando no esté tratada con productos que puedan afectar la
salud humana o animal y que hayan desarrollado compuestos tóxicos o alterado sus cualidades
alimenticias.

Consideraciones durante el almacenaje.

Al momento de almacenar, se debe considerar que este material no solamente va a


constituir el alimento básico para subsistir, sino que además es un organismo vivo que requiere
de cuidados especiales para preservar sus cualidades alimenticias y fisiológicas de tal manera de
obtener una óptima germinación, lo cual permite asegurar nuevas cosechas para los siguientes
años. Cuando no son considerados los principios elementales de almacenamiento, se corre
peligro de que agentes causales de pérdidas producto se presenten, lo cual origina:

a) Que el grano sea dañado, consumido o destruido, total o parcialmente, por insectos
que comúnmente se multiplican en granos almacenados. Muchos de los insectos que dañan el
grano durante su almacenamiento, lo invaden desde el campo, continuando su acción destructiva
en el lugar de almacenaje.

Su principal característica es su voracidad y su gran capacidad de destrucción, lo que


permite que en poco tiempo consuman y destruyan gran parte de lo cosechado.
b) Que sea invadido por hongos, los cuales originan malos olores y sustancias tóxicas
que causan enfermedades en animales domésticos y el hombre o que sea completamente
destruido por la acción de estos. Su desarrollo puede ser ocasionado porque el grano se
almacena húmedo o porque existen goteras o filtraciones en el local de almacenaje.

c) Que sea dañado, roído y contaminado con excrementos y orinas de ratas y ratones,
los cuales son transmisores de peligrosas enfermedades, tanto para personas como para
animales.

Métodos de conservación.

En el mundo, los granos se conservan en una variada gama de formas y estructuras,


desde la más sencilla y rústica hasta aquellas grandes bodegas y silos altamente tecnificados. El
principio de un buen almacenamiento y conservación de granos y semillas es el empleo de
bodegas secas, limpias y libres de plagas; donde se almacenen granos o semillas sanas secas y
enteras, sin impurezas. Independientemente del tipo de almacén o de recipiente que se utilice, el
producto almacenado debe mantenerse fresco, seco y protegido de insectos, pájaros, hongos y
roedores.

Principales métodos de almacenamiento

 Almacenamiento en sacos.

Los sacos son recipientes herméticos, fáciles de manejar que protegen a los granos y
semillas contra insectos, siendo apropiados para fumigar cantidades pequeñas. Sus desventajas
son que pueden romperse con facilidad, siendo destruidos fácilmente por roedores y en ciertos
casos son costosos. No obstante su manejo es fácil, permiten la circulación del aire cuando se
colocan apropiadamente y pueden almacenarse en la casa del agricultor, sin requerir áreas
especiales. Antes de utilizarse deben limpiarse perfectamente, exponerse al sol y asegurarse de
que no estén rotos. La humedad del producto por almacenar debe ser inferior al 9%.

Los productos ensacados deben inspeccionarse a menos cada dos semanas,


introduciendo la mano a su interior para revisar el calentamiento del grano o la semilla, el
cambio en olor o de color, así como la presencia de insectos. Si algún problema de este tipo se
presenta, el grano debe vaciarse de nuevo, limpiarlo, secarlo y de ser necesario tratarlo con
productos especiales.

Los sacos deben estibarse sobre plataformas de metal, madera o de ladrillos, evitando
con ello el contacto directo con el suelo, dejando también una separación con las paredes del
almacén.

 Almacenaje en mangas.

Esta tipo de almacenaje consiste en guardar los granos en bolsas plásticas herméticas,
donde el proceso respiratorio de los componentes bióticos de (granos, hongos, insectos, etc.)
consume el oxígeno (O2), generando dióxido de carbono (CO2).

La constitución de esta nueva atmósfera, rica en CO2 y pobre en O2, reduce la


capacidad de reproducción y el desarrollo de insectos y hongos, como así también la propia
actividad del grano, facilitando su conservación. La mayor ventaja que los productores
encuentran en el uso de las bolsas plásticas para almacenar granos secos es que es un sistema
económico y de baja inversión. Además de estas ventajas económicas, permite almacenar
granos de manera diferenciada, separando granos por calidad (trigos según calidad panadera),
variedad (diferentes tipos de semillas), etc., sin gran trabajo y con alta seguridad de mantener el
material diferenciado.

 Almacenaje en silos.

Las plantas de silo están diseñadas para almacenar todo tipo de granos, ya sean de
cereales, leguminosas y oleaginosas. El número de silos dependerá de los volúmenes de grano a
almacenar, de sus tipos y cualidades, ya que no es recomendable almacenar en el mismo silo,
diferentes tipos o calidades de grano.

Cuando los granos son cosechados con un elevado contenido de impurezas y basuras; es
indispensable la utilización de pre-limpiadoras. Las impurezas son portadoras de insectos, malos
olores y por lo general el grano recién cosechado tienen un porcentaje de humedad superior a la
que se requiere para conservarlo, situación que al momento de compactación impide el paso del
aire a los sistemas de aireación.

Si el grano es cosechado húmedo, es necesario contar con un equipo de secado el cual


puede ser a base de camadas o de flujo continuo. El grano almacenado húmedo, rápidamente es
invadido por microorganismos formando una masa compacta de grano caliente y descompuesto
que es necesario sacar, ya que puede destruir el silo. En las regiones con climas más cálidos en
donde la radiación solar es de consideración, el sistema de aireación juega un papel muy
importante ya que la diferencia entre la conductividad del calor de la lámina (plancha, chapa)
metálica y el grano, propicia la migración del aire intersticial caliente y húmedo hacia zonas
más frías en donde se condensa la humedad, propiciando el deterioro del grano. La aireación
homogeniza la temperatura del silo, evitando la condensación de humedad.

Medidas para lograr una buena conservación.

 Cosechar con un nivel apropiado de humedad. La cosecha con alto contenido de


humedad implica depender necesariamente del secado; por otro lado, si el producto se
cosecha muy seco, se aumenta el riesgo de pérdida en el campo y de daño por pájaros,
roedores, insectos o lluvia.
 Secado. Los granos y semillas deben secarse en forma artificial o por exposición directa
al sol hasta que alcanzan niveles de humedad menores del 12%. Si el producto será
usado como semilla, en el secado artificial, debe cuidarse que la temperatura no dañe al
embrión.
 Limpieza del producto. Después del desgrane o trilla de la cosecha, se deben eliminar
completamente los granos quebrados, los residuos de cosecha, polvo y restos de tierra e
insectos vivos o muertos, ya que el grano sucio o dañado se deteriora más rápido en el
almacén y facilita el calentamiento y desarrollo de plagas y enfermedades.
 Protección de granos o semillas. De preferencia el almacenamiento debe efectuarse en
envases que eviten el ataque de organismos. Se recomienda el tratamiento con
agroquímicos, siempre y cuando no exista riesgo de daño a la salud, en los casos en que
el producto almacenado se use en la alimentación. 5.5. Tipo de local. El local debe ser
seco, fresco, sin goteras y que reduzca el intercambio de humedad entre el producto
almacenado y el ambiente; debe evitar los cambios bruscos de temperatura cuando esta
fluctué en el ambiente exterior.
Factores físicos relacionados con el deterioro de granos.

En la mayoría de los lugares en que se guarda el grano, estos son protegidos de las
inclemencias del tiempo (lluvias, rayos del sol y viento), siendo solamente dos componentes del
clima los que tienen mayor importancia: La Humedad y la Temperatura. En general el grano
responde lentamente a cambios del ambiente. Entonces, si se aumenta la temperatura de un
granero, llevará bastante tiempo para que este entre en calor y caliente la pila de grano.
Igualmente un montón de grano llevará, mucho tiempo para absorber agua del aire, o para
secarse si está húmedo.

 Temperatura: Todos los organismos tienen un rango de temperatura fuera del cual no
pueden vivir. La mayoría de los insectos que atacan a los granos almacenados mueren a
menos de 18ºC siendo la temperatura óptima de esos insectos entre los 27ºC y los 34ºC.
A temperaturas próximas a los 40ºC, la mayoría de los insectos que atacan a los granos
almacenados no sobreviven.

Medición de la temperatura.

La medición de temperatura se puede realizar insertando termómetros de mercurio


especiales entre los granos, o bien usando termocuplas conectadas a un medidor apropiado.
Estos instrumentos se utilizan para descubrir áreas de temperaturas alta, causadas por
infestación de insectos.

 Humedad: En general se pueden guardar granos con contenidos de al menos 14% de


humedad en equilibrio con una humedad relativa de menos del 70% sin peligro de
infección por micro-organismos. Aún con humedades bastantes bajas, los insectos
atacan al grano. Sin embargo, mientras más seco esté el grano, menos deterioro habrá.
Muy pocos insectos atacan los productos almacenados causando deterioro al grano con
menos del 10% de humedad, ya que la mayoría de estos mueren en condiciones de
menos del 12%.

Medición de la humedad.

Valores adecuados para asegurar la capacidad germinativa del grano durante el


almacenamiento están en torno al 14-15% de humedad. En la mayoría de las ocasiones, previo
almacenamiento del grano, se necesita bajar su contenido de humedad. El cuadro 1 indica el
contenido de humedad máximo de algunos granos para evitar su deterioro en almacenaje. En la
mayoría de las ocasiones, previo almacenamiento del grano, se necesita bajar su contenido de
humedad. Para ello, si las condiciones climáticas son favorables, el ambiente se encarga de
hacerlo a bajo costo, sin embargo esto requiere tiempo. Esta forma de secado es la forma más
utilizada y aconsejada debido a que es la que mejor combina bajos costos de recolección,
menores pérdidas de cosecha y descuentos de comercialización por secado.

Si el productor opta por secado natural a campo y comienza a cosechar con el 14%
finalizará con valores del 10-11%, lo que significa que entregará el trigo con una humedad
inferior al porcentaje base (14%), perdiendo de un 2 a un 4% de su producción en la
comercialización. Por lo expuesto se aconseja comenzar a cosechar con el 16-18% para finalizar
los últimos lotes con el 14% de humedad.
Frente a lo anterior, para llevar el grano a la humedad comercial se deberá secar el trigo
artificialmente. El incremento de costos por el secado artificial puede quedar compensado con
las ventajas de realizar una cosecha anticipada.

Cuadro 1. Contenido de humedad máxima de algunos granos para evitar su deterioro.

Grano Humedad (%)


Maíz (desgranado) 14,5
Maíz (harina) 11
Trigo (grano) 13,5
Trigo (harina) 12
Poroto 14
Avena 13,5
Cebada 13,5

Cuadro 2. Contenido de humedad durante la cosecha y para almacenamiento seguro (% base de


humedad).

Cereal Máximo durante Optimo a cosechar Común Requerido para almacenaje


la cosecha para perdidas mín. a cosecha seguro
Por 1 año Por 5 años
Cebada 30 18-20 10-18 13 11
Maíz 35 28-32 14-30 14 10-11
Avena 32 15-20 10-18 14 11
Arroz 30 25-27 16-25 12-14 10-12
Centeno 25 16-20 12-18 12 11
Trigo 38 18-20 09-17 13-14 11-12

Principales insectos y ácaros en granos almacenados.

Existe un numeroso grupo de insectos y ácaros que afectan los granos almacenados
provocando daños de tipo cuantitativo y cualitativo (Cuadro 4, Figura 5). Durante el almacenaje
los insectos encuentran condiciones muy favorables para su establecimiento, reproducción y
posterior desarrollo, puesto que cuentan con alimentos y protección adecuada. Según el daño
que estos insectos producen en los granos, se pueden establecer las siguientes categorías:

 Plagas primarias: Aquellas que poseen aparato bucal masticador y puede romper la
cubierta exterior del grano para alimentarse o depositar sus huevos. Atacan granos
enteros, limpios y no dañado. Ej: Gorgojo del trigo (Sitophilus granarius), barrenador
de los granos (Rhyzopertha dominica), polilla de los granos (Sitotroga cerealella).
 Plagas secundarias: Aquellas que atacan después de un insecto primario. Se desarrollan
entre harinas y granos quebrados. Su presencia indica, que existen otras plagas que
están o estuvieron dañando el grano Ej: Gorgojo de la harina (Tribolium castaneum y
Tribolium confuseum) y polilla de la harina (Ephestia spp.).
 Plagas terciarias: Aquellas que se desarrollan con posteridad al ataque de los insectos
primarios y secundarios Ej.: Gorgojo plano de los granos (Cryptolestes ferrugineus)

Los ácaros no son insectos, pertenecen a la clase arácnida, pues tienen cuatro pares de patas
y el cuerpo dividido en dos partes sin segmentos, siendo organismos muy pequeños, difíciles de
ver a simple vista. Con calor y humedad, se reproducen fácilmente en dos semanas
aproximadamente pasa de huevo a adulto. Generalmente están encima o debajo de los sacos,
donde hay más humedad. Las harinas infectadas adquieren mal olor. Ej. Acaro de la harina
(Acarus siro).

Cuadro 4. Insectos que dañan granos y productos almacenados en Chile.

Nombre científico Nombre común


Sitophilus granarius Gorgojo del trigo
Sitophilus oryzae Gorgojo del arroz
Sitophilus zeamais Gorgojo del maíz
Rhizopertha dominica Pequeño barrenador de los granos
Acanthoscelides obtectus Gorgojo o bruco del frejol
Bruchus pisorum Bruco de la arveja
Tribolium confusum Gorgojo falso o confuso de la harina
Tribolium castaneum Gorgojo castaño de la harina
Tenebroides mauritanicus Gorgojo cadelle
Alphitobius diaperinus Gorgojo cornudo de la harina
Palorus subdepresuss Gorgojo deprimido de la harina
Latheticus oryzae Gorgojo cabeza larga
Oryzaephilus surinamensis Gorgojo dientes de sierra
Oryzaephilus mercator Gorgojo dentado de los granos
Cryptolestes ferrugineus Gorgojo plano de los granos
Ahasverus advena Gorgojo forastero de los granos
Lasioderma serricorne Gorgojo de las drogas y del pan
Stegobium paniceum Gorgojo de las drogas y Gorgojo del pan
Typhaea stercorea Gorgojo peludo
Ptinus spp Gorgojo araña
Sitotroga cerealella Polilla de los cereales o dorada
Ephestia kuehnella Polilla de la harina
Plodia interpunctella Polilla india de la harina
Glyciphagus sp Tyrophaqus sp. Pyemotes sp. Ácaros

Control de insectos que atacan a los granos almacenados.

 Control físico.

Higiene. Este es el aspecto más importante del control de plagas de almacenes. Aunque
una mayor parte del grano que entra al almacén infestado, la mayor parte de las plagas se
originan en residuos viejos e infectados. Se puede reducir mucho el daño hecho al grano con las
siguientes medidas:

 Limpiar bien el almacén, desechando y quemando residuos años anteriores (granos,


saco, residuos de paja y harina, etc.). Fijarse bien en las grietas, debajo del piso y entre
las estibas.
 Cuando sea posible, diseñar almacenes que se puedan limpiar fácilmente. Si es
necesario ocupar un almacén ya en existencia, además es necesario que se llene todas
las grietas y espacios.
 Si el grano está en sacos, estos deben ser acomodados limpiamente en pilas, nunca
contra la pared del almacén y con un espacio adecuado entre estos para poder limpiarse
fácilmente.
 Los alrededores del almacén (bodega, silo, manga) no deberán tener vegetación que
pueda guardar residuos infectado.
Secado del grano. Es básico para toda buena práctica de almacenaje, que el grano se
seque bajo un máximo de 14% de humedad (base mojada) antes de entrar al almacén. Haciendo
esto se eliminan hongos y se reduce la intensidad del ataque de insectos. En contenidos de
humedad menos de 12% se inhiben la mayoría de los insectos excepto Sitotroga cerealella
(Polilla de los cereales o dorada) y en contenidos de humedad de mucho menor del 10%
únicamente Trogoderma granarium (Gorgojo Khapra) puede hacer un daño considerable.

Almacenaje hermético. Grano seco en envases herméticos puede almacenarse con


seguridad por largos periodos. Cualquier insecto que se desarrolle en el grano morirá
rápidamente por falta de oxígeno.

 Control químico

Insecticidas.

Tratamientos de superficies: Paredes, suelos y otras superficies dentro y fuera del


almacén pueden ser tratados con un insecticida para dar un período más o menos largo (hasta
unas cuantas semanas) de protección contra insectos. Es conveniente realizarlo después de
limpiar la bodega y antes de poner nuevo grano. Los insecticidas usados para este fin son
generalmente polvos humectables (polvos que se disuelven en agua para rociarse) o
concentrados emulsibles (líquidos que se mezclan con el agua para ser rociados).

Los polvos en agua son preferidos para tratamientos de superficie absorbentes tales
como el ladrillo y el concreto (Cuadro 5).

Cuadro 5. Insecticidas para usarse en el tratamiento de superficies.

Producto Formulación Cantidad a aplicar


Malathión (Malathión 50% PM) 100 grs/10 lts. agua
Pirimidios-metil (Actellic 40% PM) 125 grs/10 lts. agua
Pirimidios-metil (Actellic 50% LE) 100 cc/10 lts. agua
Diclorvos (Vapona 48% LE) 100 cc/10 lts. agua
Fenbalerato (Belmark 30% LE) 5 cc/10 lts. agua

Mezclar insecticida con grano. Varios insecticidas pueden mezclarse directamente con
grano, cuya formulación es en polvos diluidos, generalmente con una concentración de entre
0,1% y 5% de ingrediente activo. Su empleo debe estar orientado cuando se sabe que el grano
ha sido expuesto al ataque de insectos antes del almacenamiento. Los insecticidas en este caso
se aplican directamente al llenar el silo, rociando el grano a medida que entre o tratando cada
saco a medida que estos se apilan. Normalmente son utilizados en grandes cantidades de grano y
en condiciones industriales.

Fumigaciones. Las fumigaciones se realizan en depósitos y silos herméticos o en


almacenes que se convierten en herméticos, sellando puertas y ventanas, con un material
apropiado o bajo telas de polietileno, las cuales deben ser fijadas a los lados, poniendo pesas
(cadenas., tubos llenos de arena, etc). El uso de productos fumigantes y la fumigación de granos
en particular es extremadamente peligrosa y difícil, razón por la cual deben tomarse todas las
medidas pertinentes para evitar desgracias personales. En partidas muy grandes es conveniente
contratar servicios profesionales entendidos en la materia. Los fumigantes comúnmente usados,
son Bromuro de metilo y Fosfina (Fosfuro de aluminio y fosfuro de magnesio). El ácido
cianhídrico es utilizado en menor frecuencia y en condiciones muy controladas, como por
ejemplo en fumigaciones de granos en buques graneleros. Existen otros productos como el
Tetracloruro de carbono y el Dibromuro de etileno, pero cuyo uso en granos almacenados es
muy peligroso para la vida y la naturaleza.

 Alternativas naturales de control.

La zeolita es un alumniosilicato, siendo este un medio natural para resolver problemas


universales de manejo, almacenamiento, y conservación de granos y semillas. El aluminio
silicato es un mineral natural que presenta afinidad con el amonio, caracterizado por una
estructura tridimensional, con un desarrollado sistema de canales y cavernas, en los que se
distribuyen cationes y moléculas de agua.

El aluminiosilicato tiene un efecto mortal sobre los insectos que infectan cereales y
granos almacenados, provocando su muerte en corto tiempo. Este mineral penetra en las
membranas intersegmentales, provocando la muerte por deshidratación dentro del insecto
durante las 48 horas después de entrar en contacto con el mismo. Además altera la capacidad de
reproducción, porque a partir de dos horas después del contacto con los insectos, provoca
grandes alteraciones, y no se encuentran ya con capacidad para acoplarse y depositar sus
huevos.

El efecto del aluminiosilicato en el porcentaje de semillas podridas, después del


almacenaje de 12 meses, permite la reducción de este fenómeno negativo en más del 30%, lo
que se refleja en un mayor índice de germinación en las semillas almacenadas para dosis de
2,5%.

El incorporar aluminiosilicato a razón de 25 Kg/Tonelada de grano, reduce en gran


medida los efectos dañinos provocados por aflatoxinas producidas por los hongos presentes en
los granos, al adsorber más de un 60% de las mismas.

Hongos de granos almacenados.

Desde tiempos antiguos, las pérdidas por hongos en los granos almacenados han sido
una de las causas principales de los graves problemas alimentarios mundiales. Los daños que
estos microorganismos causan en los granos son:

1. Reducción del poder germinativo


2. Ennegrecimiento de embriones y también del grano
3. Calentamiento
4. Pérdida de peso

Algunos investigadores, separan a estos hongos que invaden los granos almacenados en
dos grupos según su disposición en el grano: Microflora externa y Microflora interna, otros, sin
embargo, lo hacen de acuerdo al momento en que estos hongos invaden el grano agrupándolo en
hongos de campo y hongos de almacén.

Los representantes más importantes de los hongos son los géneros: Alternaria,
Cladosporium, Helmintosporium y Fusarium. Todos estos no tienen una real importancia en las
pérdidas de grano. El segundo grupo, los hongos de almacén, es el que provoca la mayor parte
de las pérdidas. En este grupo se incluyen dos géneros de real importancia: Aspergillus y
Penicillium, existiendo otros géneros que no son de gran importancia agronómica.

El género Aspergillus tiene como hongos de almacén, unas doce especies de las cuales
unas cinco son las más frecuentes, estas son: Aspergillus candidus, A. flavus, A. flumigatue, A.
glaucus y A. níger. Penicillium sólo cuenta con unas cuatro especies, entre llos que destacan P.
cyclopium, P. martesii.

Las condiciones de almacenaje que están limitando el ataque de los granos por hongos
son:

1. El contenido de humedad del grano


2. La temperatura
3. El periodo de tiempo de almacenaje
4. El grado de invasión por hongos que tenía el grano antes de ser almacenado
5. Materiales presentes en el grano

Cada una de estas condiciones se relaciona con las otras, así tenemos que si el contenido
de humedad del grano es óptimo para el ataque de hongos, pero la temperatura es baja, estos se
pueden desarrollar lentamente. Un contenido de humedad seguro para conservar granos
almacenados por un año es de 12 a 13, un mayor tiempo requiere menos de 11%

Una de las consecuencias de la contaminación de los granos almacenados es el


calentamiento, fenómeno que se refiere al aumento de la temperatura de los granos a causa de la
actividad de los hongos, a veces en conjunto con insectos y ácaros. Otra consecuencia es la
producción por parte de algunas especies de hongos de almacén, de toxinas las cuales al ser
ingeridas por animales domésticos o por el hombre pueden ser letales. Las más comunes son:
“aflatoxina”, producida por Aspergillus flavus, “ocratoxina”, producida por Aspergillus
ochraceus, “estrógeno f-22”, producido por Fusarium rosae.

Los hongos sobre granos almacenados producen cambios deteriorativos que afectan su
calidad, los cuales pueden resumirse en los siguientes aspectos: pérdida de viabilidad,
manchado, calentamiento, producción de toxinas, pérdidas de las propiedades nutritivas, además
de malos olores y sabores.

Un punto importante es lo que se refiere a la fuente de inóculo, dado su importancia en


un posible control. Las fuentes de inóculo más comunes son: micelio y esporas en estado latente
en la parte externa del grano e interna de los granos y en los envases o en las paredes de las
bodegas sucias con polvo y alimentos. Por esto el control debe ir dirigido a las condiciones de
almacenaje y no tanto a las condiciones del grano antes de su arribo a la bodega, aunque esto
también tenga importancia. Un grano almacenado sano, seco y limpio tendrá mayor seguridad
en su conservación.

Micotoxinas en granos almacenados.

Las Micotoxinas son aquellas sustancias tóxicas generadas como producto del
metabolismo de los hongos. El termino Micotoxina significa “veneno de hongos”. Una gran
cantidad de hongos de diferentes géneros y especies producen compuestos químicos de variada
actividad toxica. Se conocen más de 200 micotoxinas cuyos nombres derivan ya sea del hongo
que lo producen o bien de la composición química. Estas micotoxinas producen una serie de
trastornos y enfermedades tanto en los animales como en los seres humanos, presentando
diversos grados de toxicidad. Los hongos productores de estas micotoxinas son muy comunes,
principalmente los denominados de almacén como son aquellos del genero Aspergillus,
Penicillium. Asimismo existen también micotoxinas producidas por hongos de campo tales
como Fusarium, Alternaria, Cladosporium, etc.

Las micotoxinas más comunes en los cereales son las Aflatoxinas, Zearalenona y
Tricotecenos. Las aflatoxinas tienen efecto cancerígeno a niveles de microgramo por kilo de
alimento. La zearelonona producida por Fusarium graminearum tiene un efecto estrogénico
(aborto) principalmente en cerdos.

Las alteraciones directamente visibles que se producen en los alimentos a causa del
crecimiento de los hongos son bien conocidas, y se deben especialmente a condiciones
favorables para su desarrollo. Sin embargo, el aspecto más delicado en una contaminación de
hongos es el riesgo de producción de micotoxinas, que no son visibles y por lo tanto no siempre
es causal de la eliminación del grano o alimento.

El problema de las micotoxinas es que aunque el hongo se desarrolle solo


superficialmente en un alimento, por sus exigencias aerobias, estas difunden al interior y por lo
tanto no son removidas al eliminar la contaminación.

La contaminación con Micotoxinas, puede producirse durante el cultivo, recolección,


transporte, secado y almacenamiento de productos agrícolas (sin descartar la posibilidad a nivel
del consumidor).

Los géneros de hongos Aspergillus y Penicillium son más característicos en su acción


durante el almacenaje, aun cuando A. flavus también se ha encontrado en la cosecha. El
Fusarium es un contaminante característico en el campo y en las operaciones de secado
prolongadas en que el grano permanece largo tiempo con humedades altas.

Cuadro 6. Micotoxinas, condiciones de crecimiento y efectos tóxicos

Toxinas Hongos Humedad Temperatura Lugar Efecto


productores Mínima Optima Rango Optimo
Aflatoxina A. flavus 18- 20% y 12- 25- Almacenaje Deficiencias
18,5% + 42ºC 32ºC en el
crecimiento
Lesiones
hepáticas
Mortalidad
Ocratoxinas A. 15- 22% y 0- 16- Almacenaje y Nefropatías
ochraceus 15,5% + 30ºC 23ºC campo Lesiones en el
hígado y riñón
Zearalenona F.roseum 19-20% 22- 2-25% 8-12% Campo y Hiperestrogism
45% secado o
natural Aborto
Mortalidad
Tricoteceno F. Deficiencia en
tricinectum el crecimiento
Disminución de
la postura
Alteración de
las mucosas
Roedores.

Los roedores son plagas que causan problemas no sólo en los granos almacenados sino
en la salud humana. Los roedores poseen filosos incisivos que crecen de 10 a 12 cm al año, y
para desgastarlos necesitan roer constantemente. Esta característica los hace ser muy
destructores. Existen tres especie de roedores: rata común (Ratus norvegicus), rata de techo
(Ratus ratus) y rata de casa (Mus musculus) (Figura 7). Esta es una plaga con distribución
cosmopolita. Cabe destacar que en muchas zonas el ataque de roedores constituye una plaga no
insectil de mucha importancia, pudiendo ocasionar daños tanto al grano que está en el campo
como en el almacén. Pueden consumir grandes cantidades de grano, sobre todo si las estructuras
de almacenamiento no cuentan con protección contra plagas de este tipo. Recordemos que las
ratas son portadoras de pulgas, que transmiten bacterias al ser humano, y de enfermedades
graves, como la rabia.

Los roedores presentan el índice de reproducción más alto entre los mamíferos. Son
capaces de poblar completamente un cultivo partiendo de una baja población. Se sabe que se
reproducen de 6 a 10 veces por año con un promedio de 8 crías por parto, las cuales, a su vez,
alcanzan la madurez sexual a los tres o cuatro meses de edad.

Algunos de los indicios para detectar la presencia de roedores son excrementos (forma y
tamaño de una especie a otra), orina (de olor característico y color fosforescente bajo luz
ultravioleta), roeduras (algunas especies ocasionan más daño que otras), madrigueras, veredas y
huellas.

 Control. Existen varios métodos de para el control, de roedores entre los que se
cuentan:
 Control físico-mecánico: Incluye prácticas de limpieza y ordenamiento del
almacén; asimismo, se sugiere que las estructuras sean a prueba de roedores y
que se coloquen trampas.
 Control químico. En el mercado se encuentran diferentes tipos de rodenticidas,
entre los que se cuentan:
 Agudos o de una sola dosis (Estricnina): Provocan una muerte casi
inmediata, sin embargo, una dosis subletal provoca recelo y estado de
alerta en los demás.
 Anticoagulantes crónicos o de dosis multiple (Warparina, Coumarina):
Los roedores mueren luego de comer varias veces, actúan lento, no
causan timidez y recelo. El producto es peligroso para otros mamíferos.
 Anticoagulantes de dosis única (Klerat): Actúa rápido entre 2 a 4 días,
basta una sola dosis y se puede usar tanto en el interior como en el
exterior.
 Rodenticidas a base de Bromethalin: En este caso, es necesaria una sola
ingestión para provocar la muerte del roedor, sin embargo, actúa lento y
estos suelen morir en otros lugares.

Dentro de las consideraciones básicas para los cebaderos se encuentra:

 Usar suficiente cebo.


 Dejarlo expuesto por suficiente tiempo
 Disponer de una cuidadosa ubicación y vigilancia de estaciones de cebo.
 Asegurar de mantenerlos cada cierto tiempo.

 Control biológico. Los depredadores comunes son los búhos, los gavilanes, los
halcones y los gatos domésticos.

Consideraciones finales

El manejo de postcosecha de granos es una actividad especializada que como tal debe
ser asumida en plenitud para evitar pérdidas en cantidad y calidad. El almacenamiento se rige
por los mismos principios que se rigen el resto de los granos, con las particularidades que
surgen para cada especie del sistema productivo que lo rodea. No se puede concebir una
estrategia de conservación de granos que no contemple a la característica propia de este su
historia al acondicionamiento, y control de calidad que permanentemente se conoce para evitar
los problemas originados tanto por insectos, hongos y roedores.

Se debe tener en cuenta que las medidas preventivas son las de menor costo y evitan las
pérdidas. Las curativas son más costosas y se aplican cuando ya el daño sobre los granos ha
comenzado. Lo que es muy importante considerar que solamente si todo el sistema en su
conjunto está bien diseñado y funciona correctamente, tendremos buenos resultados. Esto
requiere de un ordenamiento en la recepción del material en la planta para conocer el estado del
cereal cuando llega al depósito y el estado del mismo. Además el monitoreo y control de calidad
debe ser permanente.
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR ANIMALES DOMESTICOS.

Cada día aumentan las enfermedades transmisibles de los animales al hombre, debido a
la tenencia cada día mayor de animales domésticos, al consumo cada día mayor de los productos
derivados de los animales y a la proliferación de animales o plagas domésticas. Al dormirnos
nuestra casa, se llena de pequeños habitantes, que son capaces de transmitir enfermedades
graves estos contaminan los animales y algunos nos pican y succionan nuestra sangre
contaminándola. En ocasiones por complacer los deseos o caprichos de nuestros hijos llevamos
animales domésticos, portadores de microbios que pueden afectar nuestra salud. Podemos
tenerlos sin que constituyan un peligro para nosotros y nuestros hijos.

Enfermedades transmitidas potencialmente por cucarachas y chiripas


Abscesos Hepatitis B Gangrenas
Osteomielitis Poliomielitis Cólera
Gastroenteritis Lepra Toxoplasmosis
Infecciones intestinales Tuberculosis Alergias
Disentería Fiebre tifoidea
Enfermedades transmitidas por perros y gatos
Rabia Tuberculosis Rinosinusitis
Estafilococo Gripes Toxoplasmosis
Leptospirosis Parasitosis Salmonella
Hepatitis Chagas Herpesvirus
Fiebre tifoidea
Enfermedades transmitidas por moscas
Fiebre tifoidea Hepatitis Cólera
Poliomielitis Tuberculosis Gastroenteritis
Amibiasis Meningitis Parasitosis
Infecciones urogenitales

Enfermedades transmitidas por zancudos


Hepatitis Influenza Dengue
Infecciones por herpevirus Fiebre amarilla Malaria
Poliomielitis
Enfermedades transmitidas por el hámster
Coriomeningitis Toxoplasmosis
Infecciones por adenovirus Histoplasmosis
Enfermedades transmitidas de posible contagio por los conejos
Toxoplasmosis Encefalitis
Salmonelosis Infecciones por pseudomonas
Rabia Peste humana
Enfermedades de posible contagio por rumiantes (capridos, bovinos, ovidos)
Tuberculosis Toxoplasmosis
Salmonellosis Rabia
Infecciones por neumococo Teníais
Encefalitis (garrapatas) Infecciones por arbovirus y adenovirus
Leptospirosis

Enfermedades de posible contagio por cerdos


Virus Influenza Leptospirosis
Tuberculosis Toxoplasmosis Disentería
Triquinosis
Enfermedades de posible contagio por los aves
Ornitosis Infecciones por pasteurella Salmonellosis
Estafilococo aureus Toxoplasmosis Coliforme
Tuberculosis Adenovirus Peste aviar
Rabia Influenza
Enfermedades de posible contagio por ratas
Peste Bubónica Enfermedad de mordedura de rata
Leptospirosis Tifus exantemático
Fiebre amarilla Toxoplasmosis
Enfermedades de posible contagio por peces (reptiles, crustáceos y moluscos)
Mal Rojo Cisticerosis, salmonellosis, toxoplasmosis
Infecciones por estafilococo Botulismo
Enfermedades de posible contagio por monos
Paludismo Disentería Fiebre amarilla
Virus herpes B Bilarziosis

CONSEJOS PARA EVITAR ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR ANIMALES


DOMESTICOS.
1. Si tiene animales domesticas llévelos periódicamente al médico veterinario.
2. Limpie periódicamente su hogar con agua y jabón y/o agua y vinagre.
3. Mantenga los botes de basura herméticamente tapados.
4. Use bolsas plásticas y mantenga siempre cerrados los depósitos de basura.
5. Nunca deje residuos de comida o de alimentos en los cuartos, comedor ni cocinas.
Haga limpieza nocturna.
6. Proteja los cubiertos de uso doméstico en bolsas plásticas o recipientes plásticos y
mantenga las gavetas cerradas. Antes de usarlas de nuevo lávelas.
7. Descubra y recoja los excrementos de animales domésticos, esparcir cal sobre sus
defecaciones.
8. Elimine de su vivienda y sus alrededores cauchos sin uso botellas, vacías, latas,
potes, materos o recolectores. No deje depositar agua en ellos.
9. Elimine con rellenos o drenajes las aguas estancadas, charcos, baches, lagunas o
alcantarillas tapadas.
10. No consuma carnes ni pescados crudos. Evite consumo de alimentos de ventas
ambulantes. Siempre precise si están supervisados por el Ministerio de Sanidad.
11. Mantener aseados y perfumados, así como darles mucho amor no impide que usted
se contamine y enferme.
12. Consejos para destruir y alejar cucarachas y chiripas.
Uso de cebo: (una parte de ácido bórico y nueve partes de azúcar blanca).Pulverice
incluso en licuadora. Esparza en las zonas de tránsito, esquinas, recovecos,
comedor, cocina, cerca de los botes de basura, dormitorios, bibliotecas).Extractos de
plantas acuosas de plantas como : uña de danta, cundeamor, ricino, cedro, eucalipto,
trinitaria, ajonjolí, extracto acuoso de maguey, manzanilla, tallos de amapola o
lechuga de agua, las semillas de auyama, quinchonchos, cedro y semillas de caoba,
corteza de la granada y el ají chirel.
13. Consejos para repeler las moscas:
Plantas: clavel muerto, pasote, tártago, ricino, albahaca o anís, yerbasagrada,
cirenaria, hervir corteza o ramas de sauco y azucararle, las flores de girasol en
infusión o decoción.
Raíces de col de brúcelas o repollo.
14. Consejos para repeler zancudos y mosquitos :
 Consuma cebolla, ajo, pimienta o jengibre.
 Infusiones de onoto y eucalipto.
 Licuado alcohólico de eucalipto.
 Consuma ajo y leche, plantas de mango, semillas de anon. Pulpa fresca del fruto
del onoto o esparrago, ajenjo, girasol, tártago, ricino, eucalipto, mapurite.
RESIDUOS DE PLAGUICIDAS

Los plaguicidas son sustancias destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier


plaga, incluyendo las especies no deseadas de plantas o animales que causan perjuicio o que
interfieren de cualquier otra forma en la producción, elaboración, almacenamiento, transporte o
comercialización de alimentos y otros productos agrícolas.

Bajo el término plaguicidas se incluye una gran variedad de productos químicos que
difieren considerablemente en cuanto a modo de acción, absorción por el organismo,
metabolismo, eliminación y toxicidad para el ser humano.

La utilización de plaguicidas ofrece ventajas tan importantes para el rendimiento de los


cultivos que hace que sea muy difícil prescindir de esta práctica tal y como está concebida hoy
la agricultura. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de sustancias que han de ser
utilizadas adecuadamente para evitar su toxicidad tanto para los aplicadores de los productos en
el campo, como para el medio ambiente y para los consumidores de los alimentos, ya que en
éstos pueden quedar residuos de los tratamientos. Para que no representen riesgos para la salud
de los consumidores, los plaguicidas deben utilizarse siguiendo los códigos de buenas prácticas
agrícolas.

La legislación establece cuáles son los Límites Máximos de Residuos (LMRs)


permitidos para cada plaguicida en cada producto alimenticio. En concreto en España, el RD
280/199446 regula los límites máximos de residuos de plaguicidas y su control en determinados
productos de origen vegetal. Asimismo se han establecido contenidos máximos para los
residuos de plaguicidas en los productos alimenticios de origen animal

El control de la adecuación de los productos alimenticios a lo dispuesto en los Decretos


anteriores constituye una importante tarea de vigilancia compartida por las Instituciones
competentes en materia de Agricultura y Sanidad. Pero, desde el punto de vista sanitario, es
además muy importante valorar la exposición real a los residuos de plaguicidas presentes en el
conjunto de la dieta y determinar su relación con los valores toxicológicos de referencia (IDTs).

La determinación de ingestas de residuos de plaguicidas a través de la dieta comenzó en


1990 con la vigilancia de 16 compuestos pertenecientes al grupo de los organoclorados. En
1992 se incluyó la determinación de N-metil carbamatos (17 compuestos) y ditiocarbamatos y
en 1994 se añadieron también plaguicidas organofosforados (25 compuestos). Sólo se han
calculado ingestas para aquéllos plaguicidas que aparecen en más de una ocasión por encima de
los límites de determinación de las técnicas analíticas. Para la estimación de las ingestas de
residuos de plaguicidas, los valores inferiores al límite de determinación se han considerado
iguales a cero.

Plaguicidas Organoclorados

El riesgo de la exposición a plaguicidas organoclorados se asocia fundamentalmente


con la exposición a largo plazo, debido a su persistencia en el medio ambiente, acumulación en
la grasa corporal y carcinogenicidad en animales de experimentación. Muchos de estos
compuestos son potentes inductores de enzimas microsomales y pueden modificar el
metabolismo de otras sustancias químicas

Debido a su liposolubilidad son bien absorbidos por vía oral y tras su distribución en el
organismo se acumulan en el tejido adiposo. Los procesos de biotransformación generan en
muchos casos metabolitos tóxicos con capacidad de acumulación similar a la del compuesto
original. Se excretan principalmente en orina pero también pueden eliminarse por la leche. Por
todo ello la vigilancia de los residuos de plaguicidas organoclorados ha de incluir algunos de los
principales metabolitos. Cabe esperar que los alimentos de origen animal sean los que presenten
los contenidos mayores.

La legislación establece límites máximos de residuos para muchos plaguicidas


organoclorados pero las materias activas autorizadas en el Estado español para aplicaciones
agrícolas sólo son: endosulfan, lindano y metoxicloro

Los plaguicidas organoclorados han sido analizados en los 16 grupos de la dieta.


Durante el periodo 1990/91 se analizaron 10 dietas consecutivas, pero los bajos valores
obtenidos condujeron a una reducción de la frecuencia de las determinaciones, que se han
limitado a dos dietas anuales durante el periodo 1992-1995.

Los análisis incluyen la determinación de 16 compuestos: a,b,g y d-HCH, HCB,


heptacloro, heptacloro-epóxido, aldrin, dieldrin, endrin, a y b-endosulfan, DDT, DDD, DDE y
metoxicloro.

De las 4608 posibles combinaciones grupo de la dieta/plaguicida individual, sólo en un


5% de las ocasiones los niveles han superado el límite de determinación de la técnica analítica y
siempre, excepto en el caso del lindano (g-HCH), las concentraciones han sido muy bajas,
cercanas a dicho límite (1-10 μg/kg según los grupos). El DDE es el compuesto que se detectó
con mayor frecuencia seguido del lindano y del dieldrin.

Como ya se ha dicho, los plaguicidas organoclorados se acumulan en la grasa de los


animales dada su liposolubilidad y persistencia y, por tanto, es lógico que sea en los alimentos
de origen animal (pescados, huevos, leche y productos lácteos) donde se hayan encontrado
residuos con mayor frecuencia.

Plaguicidas organofosforados

Los plaguicidas organofosforados son los más utilizados en la agricultura debido a su


escasa persistencia en el medio ambiente y a su gran actividad. Son potencialmente muy tóxicos
para el hombre pero los riesgos se asocian sobre todo con episodios de intoxicaciones agudas
que cursan con la sintomatología colinérgica propia de la inhibición de colinesterasas. Algunos
compuestos organofosforados producen además una neuropatía retardada por acción sobre la
esterasa neurotóxica.

Por sus características fisicoquímicas se absorben en proporciones elevadas por todas


las vías, incluida la oral. Se metabolizan ampliamente, generando compuestos activos que, a su
vez, son biotransformados a metabolitos no tóxicos. Teniendo en cuenta su degradación
medioambiental y sus aspectos cinéticos se comprende que la vigilancia de sus residuos sólo se
lleve a cabo sobre productos de origen vegetal.

Los plaguicidas organofosforados han sido analizados en los grupos de pan, cereales,
patatas, verduras y frutas de las doce dietas correspondientes a 1994 y de seis de 1995. Se han
determinado 25 materias activas: acefato, azinfos etil, azinfos metil, clorfenvinfos,
clorpirifosetil, clorpirifos-metil, diazinon, dimetoato, etion, fenitrotion, fentoato, fonofos,
fosalone, fosfamidon, heptenofos, malation, metacrifos, metamidofos, metidation, ometoato,
parationetil, paration-metil, pirazofos, pirimifos-metil y quinalfos.

Por otra parte y para localizar la procedencia de los residuos, en las dietas recogidas
durante 1995 se analizaron separadamente los alimentos de todos los grupos de verduras y
frutas en los que se había detectado algún plaguicida. Los resultados confirmaron que los
residuos se encontraban a niveles muy bajos en todos los alimentos analizados, siendo siempre
inferiores a los correspondientes LMRs.
El pirimifos-metil se ha detectado prácticamente en todas las ocasiones en los grupos de
pan y cereales, a veces en cantidades elevadas si se comparan con los LMRs permitidos en
granos de cereales. La presencia de residuos se debe sobre todo a su utilización postcosecha
pero las ingestas representan únicamente el 0.5% de su IDT

Plaguicidas Carbamatos

Los carbamatos tienen un comportamiento toxicológico similar al de los compuestos


organofosforados ya que también son inhibidores de colinesterasas, aunque en este caso la
inhibición enzimática es reversible. Al igual que los organofosforados se han relacionado con
episodios de intoxicaciones agudas, pero el riesgo con los carbamatos es menor debido a la
regeneración espontánea y paulatina de la actividad enzimática.

En cuanto a la vigilancia de sus residuos en alimentos, son válidas las mismas


consideraciones realizadas para los organofosforados, pero por su menor utilización en los
cereales no han sido analizados en este grupo. Junto al análisis de muchos de los plaguicidas N-
metil carbamatos se incluyen sus principales metabolitos.

En total se han analizado 17 compuestos (aldicarb, aldicarb sulfóxido, aldicarb sulfona,


bendiocarb, carbaril, carbofurano, 3-hidroxi-carbofurano, etiofencarb, etiofencarb sulfóxido,
etiofencarb sulfona, metiocarb, metiocarb sulfóxido, metiocarb sulfona, metomilo, oxamilo,
propoxur y tiofanox) en tres grupos de la dieta (patatas, verduras y frutas) correspondientes a 14
dietas recogidas en el periodo noviembre 1992 - diciembre 1993.

Existen pocas estimaciones de la ingesta de plaguicidas carbamatos a través de la dieta


en otros países. Las ingestas determinadas en la CAPV son bastante similares a las de EEUU.
En cuanto a los 3 grupos de la dieta en los que se han analizado estos plaguicidas, es el de
verduras el que presenta el mayor porcentaje de los residuos detectados (67%). En patatas no se
han encontrado residuos en ninguna ocasión aunque los plaguicidas N-metilcarbamatos son
bastante utilizados en este tipo de cultivo. Esto puede atribuirse a que los compuestos más
persistentes se utilizan sobre todo en los tratamientos anteriores a la siembra y que los análisis
se realizan sobre la patata que previamente ha sufrido un tratamiento térmico.

Ditiocarbamatos

Los plaguicidas ditiocarbamatos son compuestos derivados del ácido carbámico que
poseen una ligera actividad anticolinesterásica y presentan una gran capacidad para la captación
de metales e interacción con radicales sulfidrilo.

Dentro de este grupo de plaguicidas tienen especial interés los etilenbisditiocarbamatos


(EBDCs) ya que pueden contener etilentiourea (ETU) bien como impureza o bien como
producto de su degradación y/o metabolismo. La formación de ETU se favorece cuando los
productos tratados con EBDCs se someten a tratamientos térmicos. La ETU posee actividad
bociógena, carcinógena y teratógena

Los plaguicidas ditiocarbamatos se analizaron de forma conjunta mediante su


conversión en CS2, en los grupos de patatas, verduras y frutas correspondientes a 12 dietas,
durante el periodo abril 1992 - abril 1993.

Sólo en una ocasión se obtuvieron valores por encima del límite de determinación de la
técnica analítica. Se trataba de una muestra del grupo de frutas que contenía 0.14 mg/kg de CS2.
Por esta razón no se ha calculado una ingesta media para este grupo de plaguicidas. La ingesta
máxima correspondiente a la dieta en la que aparece este valor resultaría ser de 53 μg/día, es
decir, inferior al 4% del valor más restrictivo para las IDTs de los compuestos de este grupo (la
de ferbam y ziram)

Se ha estudiado la posibilidad de vigilar la exposición a estos compuestos a través de la


determinación de ETU procedente de los EBDCs, en muestras de dieta total. A pesar de que la
determinación de ETU es interesante desde el punto de vista toxicológico, los inconvenientes
derivados de su análisis han desaconsejado la realización de ese proyecto. Teniendo en cuenta
asimismo los bajos niveles de CS2 detectados en muestras de dieta total, la vigilancia de estos
plaguicidas se limita en la actualidad a aquellos productos donde existen evidencias de un
empleo generalizado o incorrecto (fundamentalmente vegetales de hoja).

Controles Selectivos de Plagas

Una vez comprobado que la ingesta de residuos de plaguicidas es muy pequeña, la vigilancia de
estos compuestos se orienta fundamentalmente a la realización de controles selectivos en
determinados alimentos. En el establecimiento de las prioridades de selección de los alimentos
que han de incluirse en los controles, se ha tenido en cuenta su importancia en el conjunto de la
dieta (alimentos básicos), los hábitos alimentarios en relación al alimento (consumo en crudo o
no) y la existencia de problemas potenciales concretos (prácticas de mayor riesgo en
determinados cultivos).

Residuos de plaguicidas en pan


En numerosas ocasiones se han detectado residuos de plaguicidas en el grupo del pan
del estudio de dieta total por lo que se decidió llevar a cabo un control selectivo de plaguicidas
en este alimento.
Se investigaron los residuos de los siguientes plaguicidas: lindano, hexaclorobenceno, a
y b - endosulfan, clorpirifos, clorpirifos-metil, malation y pirimifos-metil y en total se
analizaron 82 muestras (69 de pan blanco y 13 de pan integral) en toda la CAPV. Como era de
prever, se detectaron más residuos en el pan integral que en el blanco (23% en pan blanco y
69% en pan integral), aunque siempre en niveles bajos. En concreto se hallaron residuos de
lindano (13 μg/kg), clorpirifos (10-24 μg/kg) y metil-pirimifos (100-218 μg/kg).
El metil-pirimifos es el plaguicida que aparece más frecuentemente y en mayores cantidades en
el pan, y aunque en la legislación española no se han establecido LMRs de plaguicidas en pan
(sólo en granos de cereales) la Comisión del Codex Alimentarius ha fijado el LMR para metil-
pirimifos en pan en 0.5 mg/kg para pan blanco y 1 mg/kg para pan integral58.
Los residuos detectados han sido siempre muy inferiores a este valor.

• Las ingestas de residuos de plaguicidas a través de los alimentos son muy bajas y
representan en todos los casos porcentajes de las correspondientes Ingestas Diarias
Tolerables inferiores al 7%.
• En cuanto a los plaguicidas organoclorados, las ingestas se mantienen bajas durante
todo el periodo 1990-1995. En el caso del lindano, a partir de 1991, se observa un
descenso importante de su ingesta como consecuencia de las medidas correctoras
puestas en marcha al detectar un problema de contaminación en una panificadora.
• Los grupos que más plaguicidas organoclorados aportan son los de origen animal:
pescados, huevos, leche y productos lácteos.
• La presencia de residuos de plaguicidas organofosforados en cereales y pan, y
especialmente de pirimifos-metil, es una constante debido a su uso en tratamientos
postcosecha, aunque la ingesta de este plaguicida no representa más del 0.5% de la
correspondiente IDT.
• Al igual que en el resto de países desarrollados, pero contrariamente a la percepción
generalizada de la población, la presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos
presenta un amplio margen de seguridad.

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