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CINEMATICA DEL TRAUMA

La cinemática como concepto físico se refiere al estudio de la interacción de un cuerpo


o sistema físico con su entorno o con otro cuerpo, que no es otra cosa que entender y
analizar la escena de un accidente o trauma teniendo en cuenta los mecanismos
involucrados para determinar las posibles lesiones de los pacientes y darles un
tratamiento más rápido y efectivo.

El personal de salud debe estar preparado para reconocer y predecir los diversos patrones
de traumatismos e identificar las causas probables en ausencia de una historia coherente,
cuando el paciente no está en condiciones de entregar información y en la ausencia de
testigos fidedignos debemos intentar reconstruir el evento con los datos aportados por la
escena, para tener una rápida idea de las lesiones o sospecharlas y la magnitud que
podrían tener estas.

Si reconocer las lesiones y la gravedad de estas en el menor tiempo posible es importante,


no lo es menos el tiempo que media entre el trauma y la primera atención de urgencia,
esto influye directamente en aumentar la probabilidad de sobrevida y disminuir la
posibilidad de secuelas posteriores.

En la historia de un paciente con traumatismos es importante considerar los antecedentes


no solo del trauma, también es importante conocer los antecedentes previos a este como
son la ingesta de alcohol, comorbilidades, uso de medicamentos o drogas, cambios
anatómicos, reservas fisiológicas limitadas etc.

Evaluación de la escena

El primer paso en la atención prehospitalaria de un paciente involucrado en trauma es


observar la escena, preguntarse ¿Qué o quién golpeo a quien o a qué?, ¿a qué
“VELOCIDAD”? ¿ de qué tamaño era el objeto o sea cuanta “MASA”?, ¿usaba la victima
algún tipo de protección?, Como cinturón de seguridad en vehículos, o casco en alguna
obra y con esto concebir un índice de sospecha de la gravedad de las lesiones del
involucrado.

Con todo esto podríamos decir que la Cinemática del Trauma correspondería a
“Evaluación de un evento traumático que nos permite sospechar o determinar los daños
resultantes provocados por las fuerzas y movimientos involucrados”

Como se comprende fácilmente, la teoría física es absolutamente aplicable a la realidad


de un paciente víctima de trauma:
 Primera ley de Newton: Un cuerpo en reposo permanecerá en reposo y un
cuerpo en movimiento se mantendrá en movimiento a menos que una fuerza
actúe sobre él.

Este cuerpo en reposo puede corresponder al ocupante de un vehículo, un motorista, un


automóvil, un poste, etc.

 Principio de conservación de la energía: La energía no se puede crear ni


destruir solo cambia de una forma a otra.
Al conducir por autopista y freno mi vehículo, transformo la energía cinética en
energía mecánica disminuyendo la velocidad de giro de las ruedas y térmica
recalentando los discos de frenado, si la energía inicial no alcanza a ser
absorbida completamente en ese proceso mi vehículo no se detiene y
colisiono, la energía restante será transformada en deformidad y daño a
vehículos y ocupantes, obteniendo una PRIMERA COLISIÓN entre las
carrocerías de ambos coches, una SEGUNDA COLISIÓN entre el tórax y el
volante del vehículo y una TERCERA COLISIÓN entre un órgano interno por
ejemplo Corazón contra el tórax.
La energía cinética es directamente proporcional a la masa y a la velocidad
elevada al cuadrado según su formula:

Ec = masa X (velocidad)2
2

Esto nos indica que, si la Masa aumenta al doble la energía producida aumenta
al doble, en cambio si la Velocidad aumenta al doble la energía cinética
resultante se cuadruplica, al igual que los daños ocasionados.
Cavitación:

La cavitación ocurre cuando los tejidos impactados por un objeto móvil se desplazan
fuera del punto de impacto y lejos de la trayectoria del objeto

El intercambio de energía y el tamaño de la cavidad estarán en relación con el número de


partículas impactadas por el objeto móvil, por lo tanto, el número de partículas
impactadas es un factor significativo en la producción de una cavidad, la que está
determinad por

 Número de partículas por unidad de superficie expuesta al daño


(densidad del tejido)
 Diámetro del área frontal del objeto móvil

Por ejemplo, un cuchillo clavado en la piel impacta menos partículas tisulares que un
golpe de puño en la misma zona. Por otro lado como la densidad de pulmones, corazón,
músculos o costillas es muy diferente entre sí, la cavidad creada en el pulmón será mucho
menor que la creada en el tejido muscular próximo.

Un concepto importante de tener presente es el de elasticidad, esto es, la capacidad de


una estructura de retomar su forma y posición original. Pensemos en un golpe sobre la
caja torácica: Debido a la elasticidad del torax en paciente pediátrico o joven, se produce
una cavidad temporal mientras dure el impacto, volviendo a su forma original, sin que se
produzca un fractura costal, así resulta factible que el golpe pueda provocar lesión de
estrructuras internas (pulmón, corazón, mediastino) sin existir lesiones externas
evidentes.

En trauma debemos distinguir dos tipos de traumatismos:

1.- Trauma cerrado

Es aquel en que no hay evidencia externa de sangramientos o lesiones penetrantes,


tenemos dos tipos de fuerzas involucradas: de compresión y de desaceleración
Compresión ( concepto de segunda colisión)

Una estructura anatómica se lesiona directamente al ser impactada por otra estructura
por ejemplo :

 Lesión craneal (fractura de cráneo, lesión contusa cortante de cuero cabelludo)


por impacto contra el parabrisas o el volante.
 Lesión torácica (fracturas costales torax volante) por impacto contra el volente
de un vehículo
 Lesión abdominal directa

Desaceleración (concepto de tercera colisión)

En el caso de un trauma vehicular se producen lesiones como consecuencia de un brusco


cambio de velocidad (desaceleración) del vehículo y de sus ocupantes. Durante la
desaceleración, el cuerpo, los órganos internos y la sangre de los vasos desarrollan “pesos
aparentes” proporcionales a la velocidad alcanzada

Órgano Peso real (kg) Peso aparente según velocidad


36km/hr (kg) 72 km/hr (kg) 108 km/hr (kg)
Bazo 0,25 2,5 10 22,5
Corazón 0,35 3,5 14 31,5
Encéfalo 1,5 15 60 135
Hígado 1,8 18 72 162
Sangre 5,0 50 200 450
Total corporal 70,0 700 800 6300

Las diferencias en el momento de las fuerzas producen movimientos que originan


cizallamientos y aplastamientos, causando lesiones por desgarros, avulsión y ruptura.

La tasa de cambio de velocidad es importante: Es más probable que produzca lesiones


graves una desaceleración instantánea que otra gradual y controlada. Cambio de
velocidad (delta V) menor de 30 km/hr rara vez produce lesiones graves, en tanto que un
delta superior a 35 km/hr puede provocar lesiones graves. A partir del estudio de las
fuerzas de compresión y desaceleración es que nace el concepto de “ triple colisión”
mencionado anteriormente.

Primera colisión: las estructuras del automóvil impactan con una estructura móvil o fija
(otro automóvil, un árbol, una pared, etc.).

Segunda colisión: las estructuras corporales impactan contra estructuras del vehículo
(concepto de lesiones por compresión).
Tercera colisión: los órganos internos sufren desaceleración por lo que pueden
desgarrarse o convertirse en un proyectil interno pudiendo impactar contra sus
estructuras óseas de sostén.

Las lesiones por desaceleración de órganos internos (tercera colisión), pueden afectar a
diferentes niveles:

a. Encéfalo: la desaceleración provoca que su estructura sufra lesiones por compresión y


desgarro dependiendo de la dirección de las fuerzas que actúan sobre él (el encéfalo
"rebota" dentro del cráneo)

b. Corazón: la desaceleración provoca lesiones por compresión del ventrículo derecho


contra la pared interna del esternón; asimismo, provoca desgarro del cayado aórtico
independiente de la dirección del impacto; pareciera ser que la angulación del cayado
aórtico lo hace menos resistente a los cambios de velocidad. También se han descrito
lesiones valvulares y auriculares por cambios bruscos de la presión intratorácica
c. Tórax: se ha descrito daño del parénquima pulmonar por el llamado "efecto de la bolsa
de papel"; el mecanismo que lo explica sería un brusco aumento de la presión
intratorácica y simultáneamente una maniobra de Valsalva .
d. Abdomen:
se describe el "efecto de la rebanadora de queso", cuando el hígado tiende a seguir hacia
delante y se impacta contra el ligamento Teres. Al igual que el hígado, otras estructuras
como el riñón y las vísceras pueden dañarse por desaceleración.
Muchos factores interaccionan para determinar el tipo y severidad de la lesión: la fuente
de la lesión, la cantidad de energía cinética desarrollada, la capacidad para transferir esa
energía a los tejidos, la plasticidad de éstos, el área de aplicación o impacto de las fuerzas,
entre otros. Asimismo, la aceleración provoca un efecto fisiopatológico a nivel del torrente
sanguíneo el cual cambia su peso corporal aparente. A nivel de 5 Gz (corresponde a 5
veces la fuerza de gravedad en dirección cefálica) con una PAM de 120 mm/hg a nivel
cardíaco, la presión arterial a nivel encefálico es cero y a nivel podálico es 370 mm/hg.
Esto provoca el llamado efecto G-Lock, es decir, la pérdida de conciencia brusca observada
en los pilotos de combate expuestos a estos niveles de Gz. (fuerza gravitacional) Por otro
lado, las diferentes estructuras anatómicas sufrirán lesiones dependiendo de la cuantía de
la energía involucrada. Ejemplo:

Fractura de columna (compresión) 20 – 40 G


Lesión de columna cervical alta 20 – 30 G
Desgarro de la Aorta 50 G
Sección de la Aorta 100 G
Fractrura de pelvis 250 G
2.- Trauma abierto:

Corresponde a la lesión que por la energía involucrada es capaz de vencer la resistencia de


la piel, transformándose en una Herida penetrante, los daños ocasionados tendrán
relación con la energía involucrada y la zona anatómica afectada: TEC abierto,
Neumotorax abierto, taponamiento cardíaco, lesión de grandes vasos toracoabdominales,
evisceración etc. Que serán tratados en detalle en clases posteriores.

TRAUMA VEHÍCULAR

Los accidentes de tránsito, son para la atención prehospitalaria un desafío constante y


prevalente tanto por su frecuencia de aparición, como por los mecanismos de energía
involucrados. El hecho de que organismos se enfrenten a cambios de aceleración tan alta
y a la vez a estructuras tan sólidas como las de cualquier vehículo, sin duda lesionarán de
forma muy variada a estos pacientes; desde una simple contusión local hasta provocar
incluso lesiones tan devastadoras que sean incompatibles con la vida, provocando la
muerte inmediata.
Técnicamente se habla de choque cuando un vehículo en movimiento golpea o “choca” a
un objeto u otro vehículo que se encuentren detenidos. Mientras que colisión implica que
ambos vehículos se hayan estado desplazando o moviendo previo al incidente.

Impactos frontales:
El ocupante de un asiento delantero sin cinturón de seguridad puede tener dos formas de
lesión: hacia abajo o por mecanismo inferior, o hacia arriba o por mecanismo superior
En el modo inferior, el pasajero se desliza del asiento y las rodillas se desplazan hacia
delante, golpeando generalmente el borde inferior del tablero. Las fuerzas se transmiten
por medio de los fémures a las caderas y a la pelvis, produciéndose fractura-luxación de
rodillas, fractura de los fémures y fractura-luxación de cadera. El impacto de los pies sobre
el suelo causa fracturas y luxaciones y lesiones de partes blandas por debajo de las
rodillas. Como la parte superior del cuerpo se desplaza hacia delante, golpea el volante, el
tablero y el parabrisas, con resultado de lesiones de cara, cabeza, cuello, tórax
y abdomen.
En el modo superior, la cara y la cabeza son los primeros puntos que golpean el
parabrisas, seguidos del tórax. Se producen lesiones de cara y cabeza, y se presentan
lesiones de la columna cervical por extensión o por compresión. La lesión directa de la
parte anterior del cuello por impacto contra el volante y el parabrisas puede producir
graves lesiones traqueales.
El patrón lesional de un conductor con un impacto frontal, según la incidencia, es el
siguiente:
Lesión craneal 16%
Lesión facial 37%
Lesión cervical 10%
Lesión toracoabdominal 46%

Impactos posteriores:
El choque por detrás provoca brusca aceleración del cuerpo. Como la cabeza posee un
nivel de aceleración mayor que los hombros y el tronco, los movimientos de hiperflexión o
hiperextensión pueden producir desde un esguince cervical hasta un daño medular,
dependiendo de las fuerzas aplicadas y del grado de sujeción de la cabeza.
El apoyo cervical de los ocupantes anteriores de un vehículo debe reunir las siguientes
características:
• debe prevenir el latigazo
• estar a la altura de centro de gravedad del cráneo
• estar a una distancia no mayor de 10 cms, por riesgo de daño cervical .
La energía del impacto es transferida como movimiento de aceleración; mientras mayor
es la diferencia de velocidad entre los móviles, mayor es la fuerza del impacto. La
magnitud del daño es la resultante de la diferencia de la velocidad de los dos vehículos
que impactan. Por ejemplo, el impacto generado por la colisión de un vehículo
estacionado (0 km/hr) con otro vehículo que se desplaza a 70 km/hr, es de 70 km/hr.

Impactos laterales:
Existen dos escenarios posibles:
• Vehículo impactado que permanece en el lugar: la energía del impacto se transforma en
daño al vehículo más que en desplazamiento.
• Cuando el vehículo es desplazado por la fuerza del impacto lo que ocurre es que el
vehículo "se mueve debajo de los ocupantes".

El impacto lateral suele ir acompañado de penetración de partes de la carrocería del


vehículo en el compartimiento de pasajeros (segunda colisión). Dado que el lado del
conductor o el cuerpo del pasajero están relativamente expuestos y sin sujeción, la lesión
puede afectar cualquier región cuando el cuerpo golpea el lateral del vehículo. Esta escena
puede complicarse por un pasajero acompañante sin sujeción que se desplaza hacia el
lado del choque y aumenta las fuerzas de aplastamiento.

La columna cervical, por su movilidad, tolera menos las fuerzas centrífugas, de tal modo
que las fracturas cervicales son más frecuentes en los choques laterales que en los
posteriores. Los órganos alejados de la línea media del cuerpo están en mayor riesgo
durante los impactos laterales, y pueden producirse graves fracturas pélvicas (ipsilaterales
al impacto).

En el caso de que el vehículo no sea desplazado, las lesiones serán por compresión de
estructuras del vehículo sobre las estructuras anatómicas del ocupante.
Cuando el vehículo se desplaza, aumenta la posibilidad de daño de la columna cervical, ya
que la cabeza se inclina y rota en dirección contraria al tronco.
IMPACTO LATERAL

FUERZA

El patrón lesional de un conductor víctima de un impacto lateral, según incidencia, es el


siguiente:

TEC 52%
Lesión de Torax 76%
Lesión de Abdomen 17%
Lesión de Pelvis 55%

Impactos rotacionales:

Los impactos con deslizamiento lateral producen un componente rotacional; ello origina
una fuerza centrífuga que comprime a los ocupantes contra la carrocería del vehículo. Un
choque rotacional puro es raro y suele asociarse con lesiones leves. Más frecuente es que
exista un componente rotacional en otras formas de impacto.

La mortalidad en relación a la dirección del trauma vehicular se resume en la sgte. Tabla:

Frontal 50 – 60%
Lateral 22 – 35%
Volcamiento 8 – 15%
Posterior 3 – 5%
Múltiple 3 – 6%

Las víctimas expulsadas del vehículo tienen seis veces más probabilidades de fallecer que
las que no fueron eyectadas, de allí la importancia del uso del cinturón de seguridad.
Según datos de la NHTSA, el cinturón de seguridad evita, sólo en América, 10.000 muertes
cada año. El uso apropiado del cinturón de seguridad transfiere los efectos de la fuerza del
impacto a la pelvis y al tórax.

En cambio, su uso inapropiado aumenta el riesgo de:

• Lesiones por el componente transversal:

 lesión de órganos intra-abdominales


 fractura de vértebras lumbares
 hernia diafragmática (por aumento de presión intra-abdominal)

• Lesiones por el componente diagonal:

 lesiones severas de cara, tórax y cuello tras impacto contra el tablero y


parabrisas.

Si están bien diseñados y se utilizan correctamente, los cinturones de seguridad limitan el


impacto del usuario con el interior del vehículo (segunda colisión) y con los restantes
pasajeros. Los cinturones redistribuyen las fuerzas de desaceleración a áreas de
resistencia (pelvis y tórax) y evitan áreas de contacto en zonas anatómicas no protegidas
por estructuras óseas, en las que se producirían lesiones graves.

Los cinturones de seguridad no ofrecen una protección total, pero si se usan


correctamente pueden evitar la eyección y reducir la mortalidad y las lesiones graves, en
especial las cefálicas.

La colocación incorrecta del cinturón de seguridad por encima de la pelvis deja el


abdomen inferior y la columna lumbar expuestas a lesión.

Atropellos.

Para comprender las potenciales lesiones en un paciente atropellado podemos remitirnos


a los estudios de Carabineros de Chile, los que relacionan la gravedad de las lesiones con
la velocidad estimada del vehículo

Velocidad (km/hr) Fallecidos (%) Graves (%) Leves (%)


65 85 15 0
50 45 50 5
30 5 65 30
En los accidentes peatonales se observan dos patrones lesionales, en función de la edad
de la víctima:

 Adulto.
 Primer impacto sobre extremidades inferiores (fracturas tibio-peronéas)
 Segundo impacto sobre el automóvil (lesiones toraco-abdominales)
 Tercer impacto por caída al piso.

Todo niño golpeado por un automóvil debe ser considerado como víctima de un trauma
multi-sistémico, requiriendo rápida atención y traslado. Debido a su estatura, los niños
son golpeados a un nivel más alto de su cuerpo, recibiendo con más frecuencia impactos
toraco-abdominales y cefálicos (TEC), aumentando significativamente el riesgo de muerte.
Además, debemos considerar que en el niño:

o la pared abdominal es más delgada y ofrece menor protección.


o el diafragma es más horizontal, por lo que están más expuestos a lesión de
hígado y bazo.
o Las costillas son más elásticas, lo que junto con brindar menor protección,
determina que se fracturen menos frecuentemente; por ello, siempre hay
que descartar un mecanismo de cavitación transitoria y potencial daño en
órganos toraco-abdominales con independencia de la indemnidad de la
pared torácica
Caídas de altura:

Consideremos la siguiente analogía: un impacto frontal de un vehículo a 30 km/hr produce


una liberación de energía cinética absorbida en parte por los ocupantes equivalente a una
caída desde un 2o piso. (Fuente: Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito).

Las caídas desde gran altura producen fuerzas de desaceleración en el plano vertical que
causan patrones identificables de lesiones contusas, dependiendo de la altura de la caída,
de la situación de la víctima al chocar y de los factores que determinan la transferencia y
la absorción de la energía, así como de la superficie del impacto. En posición de pie, las
fuerzas del impacto se transmiten a través de pies y talones, tibia, peroné, fémur, pelvis y
columna vertebral; pueden lesionarse algunas de estas estructuras o todas ellas.

Los impactos directos de cabeza reparten las fuerzas sobre cabeza, columna vertebral,
hombros y cintura pélvica. La mayoría de las caídas de más de 16 metros
(aproximadamente cuatro pisos) son necesariamente mortales, pero está demostrado que
hay personas que, milagrosamente, llegan a salvarse.

Lesiones penetrantes:

La lesión traumática tiene lugar cuando la energía aplicada al tejido produce la rotura o
alteración anatómica, con cambios microscópicos y macroscópicos. Los cuadros
traumáticos suelen ser complejos; el traumatismo penetrante puede tener un
componente contuso asociado al mismo y viceversa, en tanto que el traumatismo
explosivo puede ir asociado con lesiones incisas y contusas.

La energía cinética que un objeto agresor imparte a los tejidos corporales es representada
por la fórmula anteriormente descrita. Cuando un objeto impacta alguna estructura del
cuerpo, su energía es intercambiada por la energía que provoca aplastamiento de esas
células y las rechaza en su trayectoria (Cavitación). En el caso de un proyectil, a mayor
tamaño de éste, mayor número de partículas impactarán y mayor será el intercambio de
energía.

Grados de lesión y energía:

El daño causado por una lesión penetrante puede ser estimado clasificando los objetos
penetrantes en tres categorías: Efecto de lesión por arma blanca.

Lesión limitada a la trayectoria de potencial penetración:

1. Baja energía. (cuchillo, cualquier objeto corto punzante, etc.).


Producen daño solamente por su borde cortante agudo; dado que son lesiones de baja
velocidad, usualmente producen menor trauma secundario asociado.

Es necesario efectuar siempre una evaluación completa que permita descartar


complicaciones. Por ejemplo, uno de cada cuatro pacientes con lesiones abdominales
tiene también una lesión torácica, pues una herida penetrante en la región superior del
abdomen frecuentemente provoca daño diafragmático o pulmonar asociado. Las heridas
por arma blanca van desde las pequeñas heridas por punción a las grandes incisiones y
desgarros.

2. Energía media. (pistolas, algunos rifles).

A mayor cantidad de pólvora en un proyectil, mayor será la velocidad y por lo tanto la


energía cinética de la bala. Estas armas dañan no sólo el tejido en relación a la trayectoria
del mismo, sino que también en función de las partículas presentes en el cono de presión,
las que son rechazadas a la periferia del trayecto del misil, o sea comprime y elonga el
tejido circundante. Esto se denomina cavidad temporal y corresponde de tres a seis veces
el área de superficie frontal del móvil.

La herida es el resultado de la separación de los tejidos por la presión de un borde o un


extremo afilados que ejercen fuerza de aplastamiento. La intensidad de la lesión por
aplastamiento tiende a ser pequeña con cuchillas estrechas, rebajadas (ej. navajas de
afeitar), que causan una lesión cortante microscópica que se limita al trayecto de la punta
del instrumento, pero que se hace mucho más extensa y macroscópica en el caso de las
armas grandes y romas (ej. hacha).

4. Energía alta: (rifles de cacería, armas de asalto).

Estos proyectiles provocan una cavidad temporal mucho más grande y producen daño y
lesión sobre un área más amplia de lo que se aprecia en la evaluación inicial. La evaluación
de los sitios de las heridas por bala puede proporcionar información valiosa sobre las
potenciales lesiones. Existen, por ejemplo, claras diferencias entre el orificio de entrada y
el orificio de salida de un proyectil.

La investigación propia de la balística de las heridas ha contribuido considerablemente a


conocer la fisiopatología de las lesiones por proyectiles...

El potencial de lesión de un proyectil depende de numerosos factores: la clase de


proyectil, la cantidad de energía cinética desplegada, la cantidad de energía transferida a
los tejidos, la duración de esta transferencia de energía, el modo en que el proyectil
lesiona los tejidos, el grado de deformación o fragmentación en el cuerpo, la trayectoria
dentro del cuerpo y la reacción de los tejidos, incluyendo factores hísticos como
plasticidad, elasticidad, inercia y viscosidad La mayoría de las lesiones por proyectiles son
causadas por balas, esferas, dardos y fragmentos, incluidos los fragmentos secundarios
activados por el proyectil primario antes de la penetración o fragmentos que proceden de
la víctima después de la penetración (ej. huesos, dientes).

Las balas pueden clasificarse según su composición, forma o características. Las balas
homogéneas están fabricadas con una única sustancia (ej. plomo). Las revestidas tienen,
por lo general, un núcleo de plomo recubierto por otro metal (ej. acero). Las encapsuladas
tienen un núcleo cubierto por una gruesa capa de aleación metálica. Las
semiencapsuladas tienen parte del núcleo al descubierto, por lo general la punta, lo que
produce deshilachamiento y fragmentación en el tejido, aumentando el potencial lesivo.
La Convención de Ginebra de 1949 estableció que todos los proyectiles bélicos debían
estar totalmente encapsulados para originar menor daño a los tejidos, pero esta
regulación suele ignorarse.
Proyectil y transferencia de la energía:

La cantidad de energía cinética que existe en el momento del impacto y el grado en que se
transfiere a los tejidos son los principales factores que rigen el potencial lesivo. Los
cañones estriados aumentan el giro del proyectil sobre sí mismo, induciendo velocidades
angulares elevadas; por tanto, la energía cinética tiene también un componente
rotacional. La ecuación de la energía cinética muestra que el aumento de la velocidad
tiene teóricamente una repercusión más intensa sobre la energía que un aumento
proporcional de la masa: duplicando la masa, la energía sólo se duplica.

En la práctica, los grandes aumentos de velocidad son difíciles de lograr. En cambio,


aumentar la masa del proyectil resulta bastante más fácil. Velocidad, masa y, por tanto,
energía cinética, son esenciales para causar heridas penetrantes, pero la ecuación de la
energía cinética no es una ecuación para herir. La tendencia actual hacia las armas ligeras,
de alta velocidad, es el resultado de los cambios en las necesidades militares, más que el
propósito de desarrollar armas que signifiquen heridas más graves. Las operaciones de
guerrilla en las que participan pequeñas unidades, a menudo aisladas en territorio
enemigo y sin suministros seguros, ha llevado a la preferencia por las armas y municiones
ligeras, lo que hace posible que el soldado de infantería lleve consigo más cartuchos.

Además de las características del proyectil y del arma utilizada, la lesión potencial estará
determinada, en último término, por la energía cinética desarrollada por el proyectil.

La resistencia del aire disminuye la velocidad y, dependiendo de la forma del proyectil,


una gran fricción puede reducir rápidamente la velocidad y el potencial lesivo. Los
fragmentos de forma irregular de las bombas que inicialmente tiene velocidades muy
elevadas, desaceleran rápidamente. Sin embargo, dado que las balas son bastante
estables aerodinámicamente y que las distancias en el caso de traumatismos de la vida
civil son cortas, la velocidad de impacto se aproxima, frecuentemente, a la velocidad de
salida del cañón del arma.

Dado que la velocidad disminuye cuanto mayor es la distancia desde el origen, también
disminuyen la energía cinética y el potencial lesivo. Según la energía residual al impacto y
la proporción de esta energía que se transfiere a los tejidos, son posibles tres resultados:
el proyectil puede no penetrar la piel, se puede producir una herida penetrante (sólo de
entrada) o puede producirse una herida perforante (entrada y salida).

Relación entre proyectil, peso, velocidades y energía:

Arma Peso (gr) Velocidad (m/seg) Energía (joules)


Pistola 8 300 509
Rifle 7,1 600 1270
Fusil 3,4 905 1510

La cantidad de energía transferida a los tejidos aumenta aún más con los proyectiles que
se forman y fragmentan. Cuando el área de transferencia de energía aumenta, la
proporción de transferencia de energía también lo hace; a menos que el proyectil perfore
el tejido, se transfiere toda la energía cinética. Las desviaciones del eje longitudinal del
proyectil de la trayectoria en línea recta, o cabeceo, aumenta la tasa de transferencia de
energía a los tejidos y es independiente de la velocidad y de la masa. El cabeceo tras la
penetración depende del previo del impacto, de la forma del proyectil y de la situación del
centro de gravedad del mismo. La mayor tasa de transferencia de energía ensancha las
cavidades permanente y temporal, con lo que aumenta el potencial lesivo. La munición
encapsulada que suele resistir a la deformación, puede salir del tejido sin mucha pérdida
de energía y producir a la vez heridas menos graves. Cuando el proyectil sale del cuerpo
acompañado por fragmentos secundarios (huesos y otros tejidos), origina una herida de
salida con bordes evertidos que en el 60% de los casos es mayor que la de entrada. Las
heridas se alteran y contaminan con materiales con los que choca el proyectil antes de
penetrar en el tejido (ej. vestidos, maderas, vidrios). Estos choques también pueden
aumentar la deformación y la fragmentación del proyectil.

Presentación del proyectil:

Dado que existe suficiente velocidad (y por tanto energía) para penetrar la piel, se origina
una herida cuyo tamaño y forma depende del calibre y forma del proyectil.

 herida de entrada: los tejidos superficiales son empujados hacia adentro. La


herida es redonda u oval y puede presentar quemadura por pólvora.
 herida de salida: es una herida estrellada y no presenta zona de quemadura
por pólvora.

Durante la trayectoria, los proyectiles pueden cabecear o presentar presesión (cabeceo


circular en forma de espiral alrededor del centro de masas), que teóricamente puede
ofrecer un área mayor que la punta del proyectil al contacto con el tejido.

Con las armas modernas, estos problemas tienen probablemente escasa importancia para
el mecanismo de la lesión. Sin embargo, el cabeceo y el volteo (rotación hacia delante del
centro de gravedad) en el interior del tejido son importantes para el mecanismo de la
herida.En su trayectoria a través del tejido, todos los proyectiles indeformables, todos los
que son afilados y algunos con puntas romas cabecean 180o para acabar con la base hacia
delante. La distancia desde el orificio de entrada al punto en el cual el cabeceo se hace
manifiesto varía según las armas y la munición; por ejemplo, la bala del M-16 no se
fragmenta o cabecea en los primeros 12 cms. de los tejidos blandos que atraviesa ni
produce una cavitación temporal importante antes de una penetración de 12 cms.

Los proyectiles que viajan a mayor velocidad que el sonido originan ondas de choque que
les preceden a través del tejido. Aunque estas ondas pueden producir presiones elevadas
(hasta 100 atm), tiene una duración muy corta (unos 2 mseg) y probablemente no
contribuyen a la lesión.

Las heridas originadas por proyectiles se producen por la formación de cavidades


permanentes y temporales. Cuando una bala atraviesa el cuerpo, aplasta el tejido,
produciendo una cavidad permanente de aproximadamente el mismo diámetro que la
bala. Simultáneamente, el tejido es comprimido y destrozado, produciéndose una cavidad
temporal que puede ser entre 10 y 14 veces mayor que el tamaño de la cavidad
permanente. Esta cavidad sufre varias expansiones y contracciones durante unos pocos
milisegundos, tiempo en el cual puede ocurrir mayor daño del tejido.

En síntesis, la cinemática debe ser considerada en todo escenario de trauma. Su


evaluación apropiada nos proporcionará una guía para desarrollar un índice de sospecha
adecuado, con el fin de predecir las posibles lesiones, encontrarlas, evaluarlas y tratarlas
adecuada y oportunamente.

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