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La psicoanalista austro-británica Melanie Klein acuña el concepto de “objetos parciales” para

referirse a la experiencia que tiene el niño del cuerpo materno, en la medida que percibe solo
partes de este último, al no poder aún concebirlo como un “objeto total” o unitario. En estas
experiencias tempranas el niño, en un principio, tiene una relación especialmente importante con
el pecho materno en tanto que fuente de alimento y, por lo mismo, de satisfacción. Según la
hipótesis de Klein estas primeras experiencias son determinantes de las relaciones que
establecemos como adultos, tanto en términos vinculados a nuestra sexualidad como en general
(si es que no son lo mismo).

Ahora, a lo que apunta esta noción de “objetos parciales” puede ser entendido como que definen
una realidad como tal, es decir, que las partes del cuerpo valen por sí mismas, sin su vinculación
con el cuerpo en su imagen total, o, pueden ser entendidos como siempre remitiendo a un objeto
total del cual son justamente una mera parte.

¿Qué ventajas tiene pensar los objetos parciales como lo que son, como partes que tienen sentido
por sí mismas y no sólo en relación a un cuerpo total al que le faltan? Bueno, de partida, en la
medida que son objetos vinculados a la sexualidad, algo en lo que hemos insistido varias veces:
dan cuenta del deseo como flujo, como movimiento y cambio constante, y no como algo ligado a
entidades fijas. En ese sentido, un pezón puede ser objeto de deseo sin necesariamente estar
ligado a un pecho, y aún más sin estar ligado a un cuerpo (que puede ser tanto femenino como
masculino) al cual ese pezón pertenece. A partir de esto uno podría preguntarse también ¿por qué
instagram censura que en las fotografías se muestren pezones adjudicables a una mujer (ojo, no a
un hombre, sino que exclusivamente a una mujer)? Al parecer hay algo que instagram liga a la
sexualidad que es parte solo del cuerpo femenino. Es decir, al parecer el pezón no es tomado solo
como pezón, sino que siempre ligado a un pecho, y específicamente al pecho femenino. Solo en
ese caso, es censurable.

Pareciera ser que lo que está implícito en esta decisión sexo-política de instagram es “hay deseo
cuando se establece la conexión pezón-mujer”. ¿Qué tipo de pensamiento o de imagen se está
produciendo en esa decisión? ¿Qué modalidades del deseo se están fomentando políticamente allí
y cuáles se están dejando fuera?

Quizás una de las formas básicas de ejercicio de poder es la de definir conjuntos cerrados respecto
a lo que puede ser apreciado estéticamente o no, lo que puede gustarte o no, lo que es censurable
o no. Siempre los cortes. El establecimiento de identidades fijas, en base a imágenes fijas. Senos
de mujer no, pezones sí. ¿Pero qué es lo que marca la diferencia? Justamente, el que en un caso el
objeto sea atribuible a una unidad total (mujer) y que en el otro caso no. ¿Pero tiene que ver eso
con la materialidad del objeto o es simplemente una cuestión ideológica? La imagen vinculada a
este post pareciera indicar que es más bien lo segundo lo que pasa. Es toda una maquinaria de
corte y de extracción a partir de un flujo continuo que no hace esas distinciones. “La sustracción
de flujos implica el desprendimiento de una cadena; y los objetos parciales de la producción
suponen los stocks o los bloques de registro” (Deleuze & Guattari, 1972, p. 48). Maquinaria tanto
política como económica del deseo. Se abandona la coexistencia y la conexión entre los distintos
elementos. Paradoja, también, de la representación: así como se dice “Esto no es una pipa”,
instagram dice “Esto no es un pezón”.

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