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HISTORIA DE BELICE

La civilización maya apareció al


menos hace tres milenios en el
área baja de la península
del Yucatán y en las tierras altas al
sur, en lo que hoy es el sureste
de México, Guatemala, el oeste
de Honduras y Belice. Muchos
aspectos de esta cultura persisten
en el área a pesar de los casi 500
años de dominación europea.
Hace unos 2500 años a.C. algunas
bandas de cazadores se
establecieron en pequeñas aldeas agrícolas donde más tarde
cultivaron maíz, frijoles, calabazas y chile.
Belice fue parte del área cultural maya, que se extendía desde el sur
de México hasta Guatemala y Honduras. La ocupación más temprana del territorio
corresponde a la mitad del segundo milenio a. C., alcanzando su florecimiento en torno
al siglo IX de nuestra era. El centro político y cultural más importante de la región era
el sitio conocido en la actualidad como El Caracol, cuyas inscripciones se encuentran
en la aristocrática variante del maya, llamado Ch’olti’an Clásico por los epigrafistas.1 Al
norte de las Montes Maya las inscripciones de Lamanai se encuentran
en yucateco desde el siglo VII.2
En el periodo Clásico, antes del siglo X, vivieron en el territorio actualmente beliceño
cerca de 400.000 personas y, si bien hubo un descenso de la población durante
el Posclásico, las tierras bajas Mayas seguían ocupadas cuando arribaron los
europeos en el XVI; para entonces los principales habitantes eran los Mopán, una rama
de los yucatecos.
Dominio español
Artículo principal: Dominio español de Belice
Los conquistadores españoles exploraron la tierra, la declararon colonia y el territorio
pasó a ser parte de la capitanía General de Guatemala, pero optaron por no colonizarla
debido a la falta de recursos como el oro y la fuerte defensa de la península de Yucatán
por los mayas. Más tarde, los colonos ingleses, escoceses y los piratas conocidos como
los Baymen entraron en la zona en los siglos XVII y XVIII, respectivamente, y
establecieron una colonia comercial basada en la tala del palo de Campeche para la
producción de tinte, en lo que se convertiría en el distrito de Belice.3
Los Baymen se asentaron en la costa de Belice en 1638, en busca de una zona
protegida desde la cual pudieran atacar a los barcos españoles. El tratado de
Madrid de 1670 puso fin a estos ataques. Los colonos volvieron a cortar palo de
Campechedurante el siglo XVIII. Con la madera se produjo un agente de fijación para
los tintes de ropa que era vital para la industria lanar europea. España otorgó licencia
de ocupar el área a los colonos británicos a condición de que cesaran los actos de
piratería.4
La batalla del Cayo San Jorge fue un breve conflicto militar que se llevó a cabo
del 3 al 30 de septiembre de 1798 en la costa de lo que hoy es el territorio beliceño. La
batalla final del conflicto se produjo el día 10 de septiembre. Los británicos esperaron
hasta el año 1789 para nombrar el primer superintendente del territorio de Belice.
Anteriormente, el gobierno británico no reconoció el asentamiento de Belice como
una colonia, por temor a provocar un ataque español. El retraso en la supervisión del
gobierno permitió a los colonos el establecimiento sus propias leyes y formas de
gobierno. Durante este tiempo unos pocos colonos ricos ganaron el control de la
legislatura local, conocida como Public Meeting («Reunión Pública»), así como de la
mayor parte de las tierras y madera.
Los españoles trataron de obtener el control repetidamente sobre Belice por la fuerza,
pero no tuvieron éxito. El último intento español se produjo el 10 de
septiembrede 1798, cuando los Baymen y sus esclavos repelieron la flota española en
un breve enfrentamiento, sin ninguna baja, conocido como la batalla del Cayo San
Jorge. El aniversario de la batalla es considerado día festivo nacional en Belice.
Dominio británico

Bandera de Honduras Británica


En el siglo XIX, los británicos ejercieron un mayor
control sobre los colonos, amenazando con la
suspensión del Public Meeting a menos que se
observara las instrucciones del gobierno con
respecto a la abolición de la esclavitud. Aunque la
esclavitud fue abolida en 1838 en el Imperio
Británico, las condiciones de trabajo de los
trabajadores en la colonia de Belice eran denigrantes. Los esclavos de la colonia fueron
valorados por sus habilidades en la extracción de caoba. Como resultado, los antiguos
dueños de esclavos en la Honduras Británica ganaban 53,69 £ de promedio por
esclavo, el monto más alto pagado en cualquier parte del Imperio Británico. 3
Poco después, se puso en marcha una serie de instituciones para garantizar la
presencia continua de fuerza de trabajo viable. Algunas de ellas limitaron la capacidad
de las personas para obtener la tierra, mediante un sistema de peonaje por deudas
que permitió mantener los antiguos esclavos «liberados» como fuerza de trabajo.
Debido a que una pequeña élite controlaba la tierra y el comercio de la colonia, los
antiguos esclavos no tenían otro remedio que seguir trabajando como leñadores.3
En 1836, después de la independencia de América Central de la dominación española,
los británicos reclamaron el derecho de administrar el territorio de Belice y
en 1862 Gran Bretaña la declaró formalmente una colonia de la Corona
Británica subordinada a Jamaica, y la llamó Honduras Británica.5 Como colonia, Belice
comenzó a atraer a inversores británicos. Entre las empresas británicas que dominaron
la colonia en el siglo XIX se encuentra la Belize Estate and Produce Company, que logró
adquirir la mitad de todas las tierras de propiedad privada en la colonia. La gran
influencia de esta compañía privada se explica en parte por la dependencia de la
colonia del comercio de caoba durante el resto del siglo XIX y la primera mitad del siglo
XX.
Vista panorámica de la ciudad de Belice, c. 1914
La Gran depresión de 1930 provocó un colapso casi total de la economía colonial, ya
que la demanda británica de madera se desplomó. Los efectos del desempleo
generalizado se agravaron por un huracán devastador que afectó a la colonia en 1931.
Los esfuerzos de rescate y reconstrucción del gobierno fueron percibidos como
inadecuados, una situación que agravó tras su negativa ante las llamadas populares de
legalizar los sindicatos e introducir un salario mínimo. Las manifestaciones y los
disturbios de 1934 marcaron el comienzo de un movimiento nacionalista a favor de la
independencia. En respuesta, el gobierno revocó las sanciones penales contra los
trabajadores que violaron los términos de sus contratos de trabajo por haberse afiliado
a sindicatos, y concedió a los trabajadores el derecho de afiliarse a sindicatos.
Las condiciones económicas mejoraron durante la Segunda Guerra Mundial (1939-
1945), cuando muchos hombres de Belice ingresaron en las fuerzas armadas o
contribuyeron como fuerza laboral al esfuerzo bélico. Después de la guerra, la
economía de la colonia se estancó nuevamente debido a las presiones causadas por los
efectos perjudiciales de la guerra. La decisión británica de devaluar el dólar de la
Honduras Británica en 1949 empeoró las condiciones económicas y condujo a la
creación del Comité del Pueblo, que exigía la independencia. El sucesor del Comité del
Pueblo, el Partido Unido del Pueblo (PUP), solicitó reformas constitucionales y la
ampliación de los derechos de voto a todos los adultos.
Independencia
Las reformas constitucionales se iniciaron en 1954 y dieron lugar a una nueva
Constitución diez años más tarde. Gran Bretaña concedió a la Honduras Británica el
autogobierno en 1964, y el líder del PUP, George Price, se convirtió en primer ministro
de la colonia. La Honduras Británica fue rebautizada oficialmente como «Belice»
en 1973. El progreso hacia la independencia, sin embargo, se vio obstaculizado por un
reclamo guatemalteco de la soberanía del territorio. Belice, finalmente, alcanzó la
plena independencia el 21 de septiembre de 1981, aunque Guatemala se negó a
reconocer a la nueva nación. Unos 1.500 soldados británicos se quedaron para
proteger Belice de la amenaza guatemalteca.
Con Price a la cabeza, el PUP ganó todas las elecciones hasta 1984. Ese año el PUP fue
derrotado por el Partido Democrático Unido (UDP), y el líder de la UDP, Manuel
Esquivel, reemplazó a Price como Primer ministro beliceño. Price regresó al poder tras
las elecciones de 1989. El presidente de Guatemala reconoció formalmente la
independencia de Belice en 1992. Al año siguiente, el Reino Unido anunció que pondría
fin a su participación militar en Belice. Los soldados británicos se retiraron en 1994,
pero el Reino Unido dejó una unidad de entrenamiento militar para ayudar en la recién
creada Fuerza de Defensa de Belice.
El UDP recuperó el poder en las elecciones de 1993 nacional, y Esquivel se convirtió en
primer ministro por segunda vez. Poco después, Esquivel anunció la suspensión de un
pacto alcanzado con Guatemala durante el mandato de Price. El pacto redujo la
disputa fronteriza de 130 años de edad entre los dos países. Las tensiones fronterizas
continuaron en la década del 2000, aunque los dos países cooperaron en otras áreas.
El PUP obtuvo una victoria aplastante en las elecciones nacionales de 1998, y líder del
PUP, Said Musa, prestó juramento como primer ministro. En las elecciones de 2003 el
PUP mantuvo su mayoría, y Musa continuó como primer ministro. Se comprometió a
mejorar las condiciones en el sur subdesarrollado y en gran parte inaccesible de Belice.
En 2005, Belice fue escenario de disturbios causados por el descontento con el
gobierno del PUP, que aumentó los impuestos. El 8 de febrero de 2008, Dean
Barrowprestó juramento como primer ministro después de que el UDP obtuviera una
aplastante victoria en las elecciones generales.
A lo largo de la historia de Belice, Guatemala ha reclamado la propiedad de la totalidad
o parte del territorio. Esta afirmación se refleja en ocasiones en mapas que muestran a
Belice como parte de Guatemala. En el 2012, el conflicto de la frontera con Guatemala
siguió sin resolverse y sigue siendo un tema bastante polémico.67
La reclamación de Guatemala al territorio de Belice se basa, en parte, en términos de
la Cláusula VII del Tratado anglo-guatemalteca de 1859 que obliga a los británicos a
construir una carretera entre la ciudad de Belice y Guatemala. En varias ocasiones el
problema ha requerido la mediación del Reino Unido, la Comunidad del Caribe, Jefes
de Gobierno, la Organización de Estados Americanos, México y Estados Unidos. Cabe
destacar que tanto Guatemala como Belice participan en las medidas de fomento de la
confianza aprobadas por la OEA, incluyendo el Proyecto de Guatemala-
Belice Language Exchange.

CONSULTA POPULAR DE BELICE

Consciente de la
suprema importancia
de este tema de país
del que se ha hablado
suficientemente entre
juristas y otros
dilectos profesionales
internacionalistas a lo
largo de la historia
contemporánea
guatemalteca; en este
espacio, aspiramos
situar en el escenario
de la opinión pública un grano de arena en el análisis del porqué debemos resolver el
diferendo territorial con Belice. La idea es generar un argumento de reflexión entre la
Consulta Popular convocada por el Tribunal Supremo Electoral -TSE- para el mes de
abril 2018 y la importancia de hacer valer el derecho histórico legalmente sustentado
que Guatemala tiene sobre el territorio que hoy temporalmente administra el
Gobierno de Belice.

Es importante hacer distinguir que desde antes de la independencia de Guatemala en


1821, La Corona Española en 1783 y posteriormente en 1786 otorgó una concesión a
Gran Bretaña para aprovechar o explotar el palo de Tinte y otros productos forestales
en una pequeña parte del territorio que hoy administra temporalmente Belice; esta
concesión no fue de carácter territorial, menos insular o marítima. Excepto el cayo San
Jorge que sirvió o serviría exclusivamente para efectos sanitarios. Por tanto,
Guatemala, en el momento de su independencia, hereda la presencia de una población
de habla inglesa dentro de parte de su territorio -hoy Belice- que le fuera concedido
por la Corona Española, en base a títulos otorgados durante la independencia en 1821.

En esto radica el derecho legítimo -legalmente sustentado- de buscar ante la Corte


Internacional de Justica -CIJ- dirimir el diferendo territorial entre Belice y Guatemala.
Desde luego, llegar a esta instancia de la CIJ, es después de múltiples y profundos
esfuerzos de acercamiento bilateral (tanto con Gran Bretaña como con Belice) no
pudiéndose llegar a arreglos fraternos entre las partes. La Organización de Estados
Americanos -OEA- ha sido testigo garante en el apoyo suscribiendo tratados para
solucionar el diferendo sin mayor éxito. No obstante, en presencia de la OEA, el ocho
de diciembre del 2008, se alcanza suscribir y firmar un acuerdo entre Guatemala y
Belice para ir a la Corte Internacional de Justica -CIJ-. Esta corte es el más alto
organismo del orbe de resolución de diferendos territoriales y demás asimetrías entre
territorios. Existen otras instancias de apoyo como la Corte Permanente de Arbitraje
pero con menor fuerza resolutiva. Por la naturaleza del diferendo, el arbitraje no sería
la opción preferente. Guatemala se juega su Honor de Soberanía Nacional, tanto a
nivel continental e insular como marítima.

Votar por un Sí, en la Consulta Popular prevista para abril 2018, traerá beneficios para
ambas poblaciones (Guatemala-Belice): 1. Beneficio económico: el Petén podrá
acceder al mar y con ello el comercio se incrementará; desde que el FyDEP fue
liquidado, Petén quedó prácticamente aislado al grado que su población -me consta-
piensa que sería mejor anexarse a México que pertenecer a Guatemala; 2. Beneficio
social: permitirá que en la actual Zona de Adyacencia se generen sinergias de
convivencia y auto determinación fraternal entre la gente mediante la interconexión
de culturas hermanas; lo cual es decisivo en pleno siglo XXI; 3. Beneficio territorial.
Belice dejará de ser un territorio indeterminado y difuso; pues hasta ahora solo goza
de un derecho de posesión. Y Guatemala, aunque deberá demandar ante la CIJ, el 100
por ciento del territorio que hoy administra temporalmente Belice; seguramente,
ampliará sus fronteras marítima, insular y territorial, conforme a la soberana e
inapelable determinación que sobre el diferendo territorial juzgue la Corte
Internacional de Justicia. Continuará.
MAPA DE BELICE

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