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Lecturas de un grupo de padres interesados en crear el colegio

El 8 de abril del 2015 se reunión por primera vez un grupo de padres y madres interesados en la
idea de crear un colegio que continuase la experiencia . Con el apoyo del mismo que en la fase
inicial facilitó sus instalaciones, el grupo se consolidando con el tiempo. En algún momento se
crearon tres subgrupos: uno financiero, otro administrativo y otro pedagógico. Luego los tres
grupos pasaron a dos: el financiero-administrativo y el pedagógico. Y posteriormente quedó un
grupo pedagógico que dio en reunirse cada una o dos semanas durante varios meses, para discutir
y soñar cómo sería un colegio que continuara la experiencia . Nos explicaron que un colegio debía
tener un PEI distinto del PPE de ; y nuestro trabajo se orientó a desarrollar dicho proyecto. En ese
tiempo no teníamos claro que dicho proyecto podría ser simplemente un desarrollo del PPE de .

Comprendimos que, más allá del simple ánimo querer un colegio que diese continuidad a la
educación propuesta en el jardín de nuestros hijos, era fundamental que nuestras voluntades
convergiesen en una idea más o menos definida de lo que significa crear un colegio y de por qué
queríamos hacerlo. Recuerdo que como parte de esa discusión, leímos un texto escrito por Cesar:
“La pedagogía como visión del otro”, y que yo escribí una relatoría de la que me permito recordar
estas línea que, en cierto modo, creo, capturan algo que nos convoca en este proyecto, que está
más allá de los tecnicismos y que es más básico que las racionalidades:

Uno cuida de sí mismo en la medida en que tiene una suerte de estética de sí,
permítaseme, una idea de cómo le gusta a uno ser. Si le tocara en suerte un hijo que
preguntase sistemáticamente “¿y por qué hacemos esto?” podríamos resistir con algunos
cuantos argumentos. Pero si el pequeñín sigue preguntando, quizá nos aorille a decirle:
“porque es lo correcto”. Y si, en seguida el niño te pregunta: “¿y por qué eso es lo
correcto?”… ¿qué le dirías? Uno puede, como el papa de , comenzar a leerse a Platón y
a Kant…

Eso, o esto otro: puede uno contrapreguntar “Que por qué lo hacemos así… ¿Dime no te
gusta más que lo hagamos así?” Esta a mí me parece siempre una respuesta interesante,
porque pone sobre la mesa la cuestión de cómo es que nos gusta existir o ser. Es decir, el
tema de la estética de la existencia. Pensaría, a la luz del texto escrito por Cesar, que los
padres compartimos entre sí mucho más una cierta estética de la vida, unos ciertos
gustos por cómo nos gusta que nuestros niños sean, que una cierta ética (esto es, que
unas ciertas normas sobre lo que es y no es correcto). Y la comparten también con el
jardín: concordamos en que nos gusta ver lo que nuestros hijos logran hacer allí, lo que
les pasa. Y este gusto no es de carácter primeramente racional, sino que ante todo es un
gusto que atraviesa todas las dimensiones de nuestro ser humano: están ahí los afectos,
las emociones, los sentimientos, las ideas. Podríamos decir que más que concordar en la
apreciación de que nos gusta, concordamos en el sentimiento de que nos gusta.

Todos, padres y jardín, cuidamos de nuestros hijos en formas semejantes y en


concordancia con una suerte de estética de la vida humana. Y es desde esa estética de
la existencia que, para seguir hablando del colegio, y a modo de caso a considerar, el
jardín ha educado a los niños.

Alrededor de esta suerte de convergencia existencial, nos pareció importante que los padres tipo
contasen con una alternativa escolar (básica y media) afín a la ofrecida por y que no implicase
que los niños y niñas tuvieran que viajar por más de una hora hacia las afueras de la ciudad.

Nos habíamos leímos y discutido el PPE, que nos emocionaba y nos emociona a todos, y nos
pareció importante que el colegio contase con esa pedagogía del ser que dispone los entornos,
tiempos, espacios y materialidades para que a los niños les ocurra eso que nos gusta que les
ocurra.

Decidimos que cada uno podría aportar algo al PEI desde su historia de vida y desde sus
conocimientos; y así montamos un seminario alemán en el que se definieron lecturas propuestas
por todos.

Cesar nos dio una charla introductoria sobre la pedagogía, y ubicó la propuesta de en el universo
de propuestas pedagógicas. Complementarias a esa presentación son las lecturas propuestas de
Posner, Tyler y Dewey.

Yo propuse la lectura de un texto de David Russell y de otro de McCormick acerca de lo que es la


escritura y cómo trabajarla en la escuela, con el ánimo de entender lo que significa desescolarizar
la escritura.

Dalia propuso la lectura de la Naturaleza de lo Psíquico. Adriana la de Los siete saberes de Morin,
entre otras y la de la Medicina desde el Paciente. Ana y Pablo (su esposo), estaban explorando la
posibilidad de trabajar la lectura de Padres brillantes, maestros fascinantes. También surgieron en
algún momento las sugerencias de leer a Hanna Arendt, a Grundy y a Mockus. Pero las lecturas
relacionadas en este párrafo no se realizaron debido a que luego de la lectura del texto propuesto
por mí, sostuvimos la reunión con Martiza en la cual se definió que no se crearía un proyecto
nuevo para el colegio, sino que se desarrollaría el que proyecto del colegio a partir del PPE del
jardín.

En ese momento entramos en otra dinámica que incluyó trabajo sobre el PPE en la perspectiva de
desarrollarlo, la elaboración del metaplan y la definición de los objetivos estratégicos. Creo, pues,
que eso más o menos resume lo que ha venido pasando en términos de lecturas. Si algo falta o es
impreciso, por fa, díganlo compañeros.

Alejandro

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