Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
145-164
RESUMEN. El presente artículo analiza el uso de la mitología clásica en los programas iconográficos de las exe-
quias reales celebradas en los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV (1558-1665), proporcionando un repertorio
temático exhaustivo que permite precisar cuándo y dónde aparecieron las primeras representaciones mitológicas, su
cuantificación porcentual frente a otras temáticas, el proceso de reinterpretación que siguieron sus fuentes literarias e
iconográficas en aras de un supuesto afán didáctico y, finalmente, su progresiva aceptación a lo largo del siglo XVII,
sobre todo en los programas ideados por miembros de la Compañía de Jesús, los únicos en los que esta temática encon-
tró un lugar de honor.
Palabras clave: Mitología, exequias reales, iconografía de los reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV.
RESUME. Cet article analyse l´utilisation de la mythologie classique dans les programmes iconographiques des
obsèques funèbres aux temps de Felipe II, Felipe III et Felipe IV (1558-1665), et présente un rèpertoire thèmatique
complet qui permet préciser les questions suivantes: le moment et les endroits où sont parûes les premiéres
representations mithologiques, leur rang d´usage face à face d´autres thèmes, la transformation de leurs sources
d´inspiration, autant littéraires que iconographiques, pour les remettre très didactiques, et à la fin, on y constate une
evolution progressive de leur presence pendant le XVII ième. siècle, surtout dans les programmes inventés par les
jésuites.
Mots clé: Mythologie, obsèques royals, iconographie des rois Felipe II, Felipe III et Felipe IV.
145
Mª Adelaida Allo Manero
146
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
eventos, habida cuenta del importante con- persiguieron dos objetivos básicos: el pri-
junto de entradas triunfales “all´antica” mero estuvo destinado a establecer un elo-
que, al menos desde 1507, ya habían sido gio del difunto, sirviendo de oportunidad y
organizadas en España en honor de Fer- ocasión para glorificar la Monarquía de los
nando el Católico4. Austrias y aumentar el reconocimiento del
pueblo, mientras que el segundo pretendió
Sin embargo, una vez aceptada la
extraer una lección moral en torno a la
temática mitológica y, naturalmente, con-
muerte6. Ambos aparecen claramente expli-
venientemente moralizado su uso, llegó a
citados por los correspondientes autores de
convertirse en uno de los temas más desta-
los libros de exequias y sobre ellos insisten
cados y preponderantes de los programas
machaconamente una y otra vez, plagando
iconográficos desarrollados en las entradas
sus discursos de múltiples matices enrique-
triunfales organizadas a lo largo de todo el
cedores como los siguientes.
siglo XVII, como así lo acreditan las reali-
zadas en honor de las respectivas entradas El elogio del difunto siempre se llevó
en la corte madrileña de las reinas Margari- a cabo de forma similar, dado que todos los
ta de Austria, Mariana de Austria, Maria programas ofrecen en esencia una exalta-
Luisa de Orleáns y Mariana de Neoburgo5. ción del ejercicio político apoyado en una
práctica virtuosa, tratándose en consecuen-
Ahora bien, paralelamente a las en-
cia de actuaciones del monarca puestas al
tradas triunfales, la celebración de exequias
servicio de la fe y la religión católica; se
reales ofrece un rico repertorio iconográfico
trata, en suma, de configurar la imagen de
en el que también se puede examinar el
gobernante ejemplar. Esta condición parti-
tratamiento de la temática mitológica. Por
cular será la que sirva finalmente para justi-
esta razón, intentaremos dar respuesta en
ficar el logro de la inmortalidad a través del
esta ocasión a alguna de las interrogantes
disfrute de la gloria eterna. Estos dos temas
planteadas anteriormente, precisando más
puntuales –ejercicio virtuoso y triunfo- se
concretamente cuándo, dónde y cómo fue
completaron a menudo con otros, como el
utilizada la mitología clásica en este largo
noble origen del muerto, (ilustres antepa-
periodo de nuestras exequias reales.
sados, progenie y familia) para justificar su
Pero antes de abordar la evolución legitimidad al trono, el origen divino de tal
que siguieron los temas mitológicos en derecho, la universalidad de su poder y
estos programas iconográficos, considera- circunstancias de su muerte particular (fe-
mos oportuno exponer el contexto progra- cha, enfermedad y causa, ejemplaridad de
mático en el que fueron incluidos, teniendo conducta, signos o pronósticos, dolor del
presente que, en esencia, dichos programas cónyuge, llanto de los súbditos, de la ciu-
dad patrocinadora de la ceremonia y de
■ toda la Monarquía).
4
M. FALOMIR FAUS, “Entradas triunfales de Fer-
En cuanto a la lección doctrinal refle-
nando el Católico en España tras la conquista de Ná-
poles”, La visión del mundo clásico en el arte español. jada en estos conjuntos funerarios se apoya
Actas de las VI Jornadas de Arte, Madrid 15-18 Di- en dos visiones distintas del tema de la
ciembre, 1992. Madrid, 1993. T. KNIGHTON Y C. MORTE Muerte. La primera insiste sobre aspectos
GARCÍA, “Ferdinand of Aragon´s entry into Valladolid
in 1513: the triumph of a christian king”, Early Music
History, vol. 18, 1999, pp. 119-163. ■
5 6
Vid. Bibliografía especializada en La fiesta corte- A. ALLO, “Imagen y propaganda: los programas
sana en la época de los Austrias, M. L LOBATO Y B. J. iconográficos para exequias reales”, Exequias de la Casa
GARCÍA (coords.), Valladolid, 2003, pp. 320-326 y 337- de Austria en España, Italia e Hispanoamérica, Zaragoza,
340. Universidad, 1993, pp. 99-110.
147
Mª Adelaida Allo Manero
tan concretos como su poderío inquebran- lógicos por excelencia: Cartari7, Juan Pérez
table, su rápida e inesperada llegada, su de Moya8, fr. Baltasar de Vitoria9, Giraldi,
rigor y fatalidad, su impiedad, su poder Conti y sin duda el más citado, las Meta-
sobre todas las cosas terrenas, etc., perma- morfosis de Ovidio10, a través de las distin-
neciendo muy próxima a la sensibilidad tas ediciones moralizadas de las que fue
que había caracterizado su expresión en la objeto. Además de estos manuales, los au-
tradición medieval. Esta concepción de la tores de nuestros jeroglíficos se sirvieron de
Muerte convivió asimismo con la idea cris- muchos libros de emblemas, en los que la
tiana de la muerte, entendida como fin de la mitología, como se sabe, ocupó un papel
existencia humana y paso obligado a la destacado, y así aparecen citas expresas,
consecución de la gloria celestial, del triun- entre otros autores, a Alciato, Juan de Borja,
fo final, de la inmortalidad eterna. Los pro- Juan de Horozco, Sebastián de Covarrubias,
gramas iconográficos desarrollados en los Nicolás Reusner, Gabriel de Rollenhagen, y
túmulos y en los jeroglíficos desde 1558- Aquiles Bocchio11. No podemos cerrar esta
1700 aglutinaron frecuentemente ambas breve alusión a las fuentes de nuestros jero-
visiones sobre este tema, si bien esto no glíficos mitológicos sin mencionar la gran
impidió el fortalecimiento de una u otra enciclopedia de símbolos de la época, la
visión a través de la especial disposición de Hieroglífica de Piero Valeriano12.
las imágenes destinadas a representarla. En
La aparición y desarrollo de los te-
líneas generales se observa que la idea fata-
mas mitológicos en los programas icono-
lista, poderosa y rigurosa de la Muerte pre-
gráficos de exequias reales en España e
valeció con bastante vigor hasta el reinado
Hispanoamérica ofreció la siguiente evolu-
de Felipe IV, y que a partir de sus exequias,
ción.
esta visión, aunque no desapareció, cedió
paso a la consideración de la muerte como
camino obligado para la obtención del I. REINADO DE FELIPE II (1558-1598).
triunfo final, el difunto triunfa sobre la
Las exequias reales de este periodo
muerte y alcanza la gloria eterna.
corresponden a las celebradas en honor de
Para expresar plásticamente en forma
de esculturas alegóricas y sobre todo de ■
“jeroglíficos” (emblemas, empresas, enig- 7
V. CARTARI, Le imagini de i Dei degli Antichi, Vene-
mas, etc.) estos contenidos programáticos cia, 1556 (consultada ed. Lione, 1581).
8
fueron utilizadas multitud de fuentes: los J. PÉREZ DE MOYA, Philosofía Secreta, Madrid, 1585
clásicos grecolatinos, la Biblia, la Historia, (consultada ed. Barcelona, 1977).
9
B. DE VITORIA, Teatro de los Dioses de la Gentilidad,
la Astrología, la Emblemática y natural-
Salamanca, 1620-1623.
mente la Mitología. Ahora bien, una mito- 10
Ovidio, Metamorfoseo Vulgare, (consultada edi-
logía, como corresponde a este momento, ción de A. RUIZ ELVIRA, Barcelona, 1964-69).
11
moralizada, interpretada, de manera que A. ALCIATO, Emblemas, Madrid, Augsburgo,
sus dioses y héroes se presentan como 1531. (consultada ed. Editora Nacional, 1975). J. DE
BORJA, Empresas Morales, Praga, 1581 (consultada
ejemplos de virtud y defensores del bien.
Bruselas, 1680). J. DE HOROZCO Y COVARRUBIAS, Em-
blemas Morales, Segovia, 1589. S. DE COVARRUBIAS
Los autores de estas composiciones OROZCO, Emblemas morales, Madrid, 1610. N. REUSNER,
simbólicas no dudan en citar en muchos Emblemata, Francoforti, 1581. G. DE ROLLENHAGEN,
casos sus fuentes de inspiración iconográfi- Nucleus Emblematum selectissimorum, Arnheim, 1611. A.
BOCCHI, Symbolicarum Quaestionum, Bolonia, 1555.
ca, haciendo gala de su erudición. Y así, a lo 12
I. P. VALERIANO, Hieroglyphica sive de sacris aegyp-
largo de la cronología estudiada se han tiorum aliarumque gentium literis commentarii, Basilea,
encontrado alusiones a los manuales mito- 1556.
148
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
149
Mª Adelaida Allo Manero
150
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
151
Mª Adelaida Allo Manero
conocidas circunstancias que envolvieron tro caballos saliendo de Oriente entre gran-
tanto la vida como la muerte del joven, des resplandores31.
pues, como es sabido, fue arrestado y acu-
Idéntica situación se repite en las
sado de entendimiento con los rebeldes
honras fúnebres posteriores. De las 16 rela-
holandeses. Su autor fue el entonces racio-
ciones de exequias de la reina Margarita de
nero de la catedral salmantino Sebastián de
Austria32, fallecida en 1611, tan sólo figuran
Covarrubias y Horozco.
jeroglíficos de temática mitológica en los
programas desarrollados en Córdoba33 y en
II. REINADO DE FELIPE III (1598-
Zaragoza, y su relación porcentual con
1621).
respecto al conjunto resulta meramente
Tan escasas como lo habían sido en el testimonial, puesto que en ambos casos es
reinado anterior, van a ser ahora las repre- muy similar: uno entre 14 en el caso cordo-
sentaciones mitológicas en los programas bés y uno entre 16 en el zaragozano.
de exequias reales. Si se analizan las com-
En 1621, con motivo de las exequias
posiciones simbólicas realizadas para las
de Felipe III, el panorama empieza a cam-
exequias de Felipe II, y son muchas las rela-
biar de forma significativa: dos son los je-
ciones conservadas29, sólo se ha encontrado
roglíficos que se hicieron en Sevilla, tam-
mitología en los programas iconográficos
bién hubo composiciones mitológicas en el
de los túmulos construidos en Sevilla y
programa de la Villa de Madrid y en Zara-
Zaragoza y, por lo que respecta al caso za-
goza incluso llegaron a surgir duras críti-
ragozano 30 , conviene considerar que tan
cas, precisamente, por la proliferación que
sólo hubo una composición simbólica de-
tales imágenes habían tenido en su pro-
ntro de un conjunto de 26, que se trató de
grama iconográfico34.
una de las divisas del monarca y que fue
colocada en el techo del baldaquino del Además de este uso discreto, se ini-
túmulo, ocupando el lugar del tradicional cia, como veremos seguidamente, un proce-
escudo de armas del difunto, lo que lleva a so de reinterpretación de las fuentes utili-
concluir que su presencia no fue en absolu- zadas, que afecta tanto a las de carácter
to significativa. Muy parecida resulta la literario como a las puramente iconográfi-
conclusión que podemos extraer del apara- cas, en una búsqueda desmedida por crear
to fúnebre sevillano, cuyo complejo y ex- composiciones originales y ante todo muy
haustivo programa iconográfico tan sólo didácticas, cuyas cotas más geniales, no
exhibió tres escuetos emblemas de temática obstante, darán sus mejores frutos en el
mitológica: Hércules con el mundo sobre reinado siguiente. Veamos algunos ejem-
sus hombros, alusivo a los trabajos del rey, plos.
Hércules con las dos columnas, también
alusivo al monarca y, finalmente, la empre-
sa filipina con el carro del Sol con sus cua-
■
31
■ V. LLEÓ CAÑAL, op. cit., p. 142.
29 32
A. ALLO, 1993, pp. 313-345. A. ALLO, 1993, pp. 349-393.
30 33
Estudiado por J.F. ESTEBAN, “Mensaje simbólico F. MORENO CUADRO, Las celebraciones públicas
de las exequias reales realizadas en Zaragoza en la cordobesas y sus decoraciones, Córdoba, 1988, pp. 32-40.
34
época del Barroco”, Seminario de Arte Aragonés, XXXIV, P. ALBINIANO DE RAJAS, Lágrimas de Çaragoça en
1981, pp. 121-150 y J. B. SCOTT, “The catafalques of la muerte de Filipo, Rey II de Aragón deste apellido y Exe-
Philip II in Zaragoza”, Studies in Iconography, V, 5, quias que con aparato real a su memoria celebró. Çaragoça,
1979, pp. 107-134. Juan de Lanaja, 1621.
152
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
153
Mª Adelaida Allo Manero
manera que, teniendo en cuenta este nuevo mento39. En esta ocasión en concreto, dicha
matiz, en el jeroglífico también se aludiría elección se basa en la idéntica ubicación
implícitamente al origen celestial de la rea- geográfica del fuerte de Larache y el mismí-
leza: la reina, que procede del cielo, vuelve simo jardín de las Hespérides, lo que lleva a
a él. equiparar una victoria naval de Felipe III
con una de las hazañas de Hércules más
Júpiter sobre su águila aplacando la conocidas.
rebelión de los Gigantes. Con el mote “Alitis
opus” y la letra “Por él inclinó el Danubio/ III. REINADO DE FELIPE IV (1621-
La frente al César triunfante / Del Palatino 1665).
arrogante”. (Sevilla, 1621).
A pesar de que sería erróneo hablar
de triunfo de la mitología en este reinado, sí
Para vengar la derrota de los Titanes,
es verdad que el análisis de su uso en los
los Gigantes se enfrentaron a los Olímpicos
programas iconográficos de exequias reales
y, según algunos autores (Apolodoro,
revela una mayor aceptación que en los
Hesíodo), arrojaron grandes piedras y teas
periodos anteriores. Esta aparición se hace
encendidas contra el cielo o, de seguir a
extensiva además a cualquier lugar de la
Ovidio, colocaron montañas unas encima
geografía española, no figurando relegada
de otras para poder llegar hasta el cielo.
en exclusividad a los centros culturalmente
Pero Júpiter los destruyó con sus rayos,
más avanzados.
provocando su aplastamiento. En la litera-
tura emblemática este tema pasó a simboli- De las 12 relaciones de exequias de la
zar los peligros de sedición, la guerra, y, reina Isabel de Borbón (1644), se observa la
apoyándose en el mismo, el autor del jero- aceptación de asuntos mitológicos en cinco
glífico explica que significó la rebelión del de los programas iconográficos descritos en
elector palatino frente al emperador de ellas: corte de Madrid, Villa de Madrid,
Austria, vencido en la batalla de la Monta- Logroño, Granada y universidad de Sala-
ña Blanca (1620) con la ayuda de tropas manca, con una presencia destacada, fun-
españolas. damentalmente, en los dos últimos40.
154
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
ción testimonial, que se cifra en un único Atlas soportando dos globos, uno ce-
jeroglífico de temática mitológica en cada leste con insignias eclesiásticas, como la
programa: corte de Madrid y Zaragoza. tiara, la mitra y el capelo, y otro terrestre
con una corona, el bastón de mando y la
Mención aparte merece el programa
celada. Con el mote “Iuxta vires”. (Toledo,
que ostentó el túmulo construido en Toledo
1642).
por el cardenal infante D. Fernando de Aus-
tria (1642), en el que la mitología ocupó un Atlas fue el gigante que encabezó a
lugar destacado. Igualmente, se aprecia un los Titanes en su lucha contra los dioses,
uso alcista de esta temática en las exequias por lo que fue condenado a llevar eterna-
reales del monarca Felipe IV42. Sin embar- mente la bóveda celeste sobre sus hombros.
go, y como se podrá demostrar seguida- Su representación es muy frecuente en la
mente, ninguna ciudad española hizo gala emblemática y en muchos grabados del s.
de una afición tan decisiva por estos asun- XVII para simbolizar la pesada carga sopor-
tos como Zaragoza, cuyos programas ico- tada por el monarca en el desempeño de su
nográficos fueron elaborados sistemática- función; Juan de Borja con el lema “Liviano
mente por el Colegio de la Compañía de y de poca duración” se refiere a los trabajos
Jesús. y responsabilidades de esta vida, en com-
paración con el premio de la otra 44 . Por
Veamos seguidamente un repertorio
analogía, se comparó al gigante con el car-
selectivo de este periodo.
denal, apareciendo éste último como nuevo
Hércules Gálico. (Toledo, 1642). Signi- Atlas soportando su doble responsabilidad:
ficó la gran elocuencia del cardenal infante la política, pues fue gobernador de Flandes,
D. Fernando de Austria. y la eclesiástica, dado que fue arzobispo de
Toledo.
Se trata de una cultísima imagen bien
conocida y estudiada. Corresponde a la Ninfa Amaltea con dos cornucopias
identificación de Hércules con Ogmio, el esparciendo flores y frutos, que se reponían
dios de los celtas cuyo poder de persuasión constantemente desde el cielo. Con el mote
era enorme. Según Luciano estaba repre- “Quas dedit, habet”. (Toledo, 1642). Signifi-
sentado por un viejo vigoroso, con maza, có la extrema liberalidad de D. Fernando de
cubierto con la piel de león y de cuya boca Austria.
salían cadenas de oro que, enganchadas a
Las Tres Gracias, diferenciadas por
los oídos de quienes le escuchaban, hacían
sus correspondientes guirnaldas de olivo,
que éstos le siguieran. Erasmo, al traducir
flores y espigas, portaban los tres blasones
la obra de Luciano en 1512, rescató esta
de D. Fernando de Austria –infante, carde-
imagen, que no fue conocida en la Edad
nal-arzobispo, general-gobernador- e iban
Media y Alciato la incluyó en sus Emble-
acompañadas de las inscripciones “Ex mor-
mas como símbolo de la elocuencia (fig. 7),
te vita”, “Ex labore requies” y “Ex bello
pasando a ser tratada con idéntico simbo-
pax”. Les acompañaba el difunto represen-
lismo por otros autores como Aquiles Boc-
tado como Febo resplandeciente, con el
chio43.
mote “Solem suum sua sydera noscunt”
(Toledo, 1642).
■
42
A. ALLO, 1993, pp. 559-627.
43
ALCIATO, op. cit., embl. CLXXX, p. 156. A. BOC- ■
44
CHI, op. cit., II, 43. J. DE BORJA, op., cit., 1ª parte, 6-7.
155
Mª Adelaida Allo Manero
156
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
eligió una nave determinada, la de los ar- Asimismo en Méjico fueron coloca-
gonautas, a tenor de las múltiples vicisitu- das cuatro esculturas de bulto redondo en
des que éstos, guiados por Jasón, hubieron el segundo cuerpo del túmulo. Sus mayores
de librar en la búsqueda del vellocino de excelencias fueron puestas en analogía con
oro. las correspondientes del difunto Felipe IV.
Los personajes elegidos fueron: Teseo con
Júpiter y Felipe IV compartiendo el
un ovillo de lana, por la prudencia que guió
poder (Universidad de Salamanca, 1665).
al rey en sus primeros años de gobierno.
Fueron representados como figuras Jasón con el vellocino de oro, por su cons-
de bulto y aparecieron coronando la cúpula tancia. Prometeo, llorando, por su sufri-
del último cuerpo del túmulo, como remate miento ante las adversidades. Y por último,
de éste. El primero con un rayo en su mano Jano con dos caras y un cetro rematado por
y el segundo con el cetro, un águila real un ojo, significando la vigilancia y pruden-
entre ambos, mientras soportaban un orbe cia sobre sus reinos más lejanos.
monumental en el que se leía la inscripción
Ahora bien, aunque fueran las exe-
“Júpiter y César comparten el Imperio”.
quias del divino Felipe IV, el rey-sol por
Se trataba de una atrevida imagen de antonomasia, las que gozaron de un trata-
Felipe IV participando de todo el ejercicio miento mitológico más exhaustivo, ningún
del poder desde el cielo, junto a la mayor centro español concentró de una forma
divinidad y de igual a igual. A pesar de tal sistemática el uso de estas fuentes mitológi-
triunfo, al autor le debió parecer poco, cas en sus exequias reales como lo hizo la
puesto que no dudó en afirmar: “Ni parece ciudad de Zaragoza. Y ello se debió al
que se dio Júpiter por contento de este res- hecho de que la responsabilidad de erudi-
petuoso convite, ni por pagado el difunto ción de sus correspondientes aparatos fú-
con tan cariñoso agasajo, sin duda porque nebres siempre fue delegada por parte del
aspiraban a más glorioso premio los méri- concejo zaragozano al Colegio de la Com-
tos ventajosos de nuestro católico monarca; pañía de Jesús. En efecto, los jesuitas zara-
que el lucir en la eternidad de los justos es gozanos fueron los responsables intelectua-
verdad que será en algo semejante al de las les de los aparatos de exequias reales en
estrellas, pero no en todo, que éstas aún 1621, 1644, 1665, 1689, 1698 y 1700, es decir,
pueden padecer manchas y eclipses, y es la de todas las honras fúnebres de personas
luz de los justos sin intercedencias y sin reales fallecidos hasta el cambio de dinastía.
desmayos; su asiento aún ha de ser más Veamos algunos ejemplos.
sólido y más firme, donde no tenga el peli-
gro de ellas de desquiciarse, ha de ser a par En las exequias reales de Felipe III
de Dios y servirse de las estrellas, de los fueron elaborados 24 emblemas, de los que
signos y los planetas por alfombra de sus 14, es decir, algo más del 50%, ofrecieron un
plantas”49. tema procedente de la Mitología Clásica.
Constituyeron en su conjunto una de las
Cuatro héroes míticos (Méjico, 1666) reflexiones más completas que el siglo XVII
nos ha legado en torno al concepto de la
Muerte, como señora de los elementos, de
las edades y de cualquier tipo de ocasiones,
■
49
sobre su sentido de fatalidad, poder, incer-
F. DE ROYS, Pyra Real que erigió la Mayor Athenas
tidumbre, su rigor, la necesidad constante
a la Mayor Majestad. La Universidad de Salamanca a las
Inmortales Cenizas, a la Gloriosa Memoria de su Rey y de meditación sobre su llegada, su triunfo
Señor D. Phelippe IV el Grande. Salamanca, 1666, p. 190. sobre las cosas humanas y sobre el Amor,
157
Mª Adelaida Allo Manero
etc. Para ello fueron elegidos temas tales tes escritores y la aprobación de edades y
como la historia de Medea, las fábulas de siglos, había tenido por los primeros en
Acteón, Faetón, la de Icaro, las muertes de estas virtudes, y lo que dicho en un sermón
Astianax a manos de Ulises, la de Esquilo, en la iglesia no ofendiera, no hay razón
Palinuro, el sacrificio de Policena sobre la para que escrito, esculpido o pintado se
tumba de Aquiles, la muerte de Arquíme- repruebe, pues tanto monta declarado de
des en Siracusa, la de Diágoras, la de Layo una u otra suerte si la significación es la
por su hijo Edipo o las de Fabio y Ana- misma”50.
creonte, etc.
En las exequias de la reina Isabel de
Además de este interesantísimo con- Borbón volvió a repetirse una situación
junto emblemático, cuatro monumentales similar. De los 23 emblemas y jeroglíficos
esculturas fueron dispuestas en las esqui- que ornaron el lado de la epístola de la Seo
nas del túmulo. Representaban a César zaragozana, ocho representaron temas tales
Augusto, Numa Pompilio, Alejandro Mag- como: Ceres, Aquiles disfrazado de mujer,
no y Jano, cuyas cualidades mas representa- Dafne convertida en laurel, Cupido, el
tivas fueron parangonadas con Felipe III. monte Olimpo, Venus con el caduceo de
Mercurio, Astrea, Cástor y Pólux; mientras
Como hemos comentado anterior- que en el lado del evangelio figuraron: Flo-
mente, este programa iconográfico provocó ra, Pentesilea socorriendo a Troya, Juno
violentas críticas en los círculos eruditos de plantando una azucena en la Vía Láctea, la
la ciudad. Según se afirma en la relación, historia de Leandro y Hero, y finalmente
las obras que más polémica suscitaron fue- Amaltea. Todos ellos ejemplificaban virtu-
ron las cuatro esculturas de bulto, por tra- des y cualidades de la reina difunta. Vea-
tarse de personajes paganos y, por ello, mos algunos ejemplos concretos.
resultar totalmente inadecuadas para un
Monte Olimpo, con su cumbre libre de
lugar donde se celebrarían oficios religio-
nubes. Con el mote “Nubes excedit Olym-
sos, pudiendo haber sido más oportuno la
pus” y la letra “Fortaleza y honor son su
elección de reyes cristianos “pues a Aragón
vestidura” (Zaragoza, 1644). La cumbre del
le sobran ejemplos”. El jesuita responsable
monte Olimpo no puede ser alcanzada por
del programa se justificó apelando al uso, y
tempestades, por lo que pasó a ser símbolo
para ello recordó la colocación de la divisa
de fortaleza y honor, tal como lo ejemplifica
de Felipe II en 1598, así como a la actuali-
Hernando de Soto51.
dad de aquellos temas, ya que de igual
forma lo había hecho la Villa de Madrid en Venus con el caduceo de Mercurio.
estas mismas exequias. Pero además, Con el mote “Vel semel liceat” y la letra
haciendo gala de toda su ironía apuntó: “y “Abrió su boca con sabiduría”. (Zaragoza,
como se pusieron otros emblemas pintados 1644). Significó la unión de la belleza y el
tomados de fábulas o historias gentilicias ingenio de la reina52.
en que ninguno reparó, así se pusieron
estatuas de bulto, ¿debió estar el hierro y
diferencia en ser unos pintados y otros de ■
todo relieve?”. Y finalmente, dentro de la 50
P. ALBINIANO DE RAJAS, op. cit., p. 102.
51
misma polémica, también afirma “no haber H. DE SOTO, op. cit., embl. 26.
52
encontrado mejor medio que comparar a V. CARTARI, op. cit. p. 454. Según Plutarco, re-
sulta frecuente asociar las imágenes de Venus y Mer-
Felipe III con los príncipes a quienes la
curio, para significar que, en la unión amorosa es
Antigüedad, verdadera estimadora de re- importar conjugar el trato suave y dulce con las pala-
ales méritos, y el común sentir de excelen- bras agradables, para que nazca y se conserve el amor.
158
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
159
Mª Adelaida Allo Manero
celebrarían oficios religiosos. En esta misma Otra cuestión muy diferente es cómo
línea de opinión se sitúa el propio padre fue utilizada la mitología en sus programas
Claude François Menestrier, reputado y iconográficos. Se viene afirmando que, des-
conocido teórico de las decoraciones fúne- de finales del siglo XVI y sobre todo duran-
bres, que a finales del siglo XVII afirma: “Il te el siglo XVII, la apropiación por los jesui-
faut seulement prendre garde de ne rien tas de la cultura clásica para fines pedagó-
introduire dans l´Eglise et dans les lieux gicos hizo estragos en el frágil compromiso
saints, des misteres de la Fable et de la vital del humanismo, es decir, parece evi-
Theologie Payenne... Il faut donc bannir des dente que se trivializó la utilización de las
eglises les representations de Junon, de fuentes con objeto de llegar a un público
Júpiter, de Mercure, d´Apollon, de Mars, de cada vez más amplio54. Casos puntuales
Venus, etc., et des autres fausses divinités, como el jeroglífico mejicano de las exequias
qui se pourroient soustrir en des decora- de Carlos II parece confirmarlo sin explica-
tions de colleges et d´Academies, où les ciones más allá de su propia lectura (fig.
Fables et la Posie ancienne sont reçues53. 10).
12
■
53
J.C.F. MENESTRIER, Les décorations fúnebres, Paris,
1684, p. 6.
54
M. PRAZ, “Lo agradable y lo útil”, Estudios de
Emblemática. Imágenes del Barroco, Madrid, 1989, pp.
195-232.
160
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
161
Mª Adelaida Allo Manero
162
La mitología en las exequias reales de la Casa de Austria
163
Mª Adelaida Allo Manero
164