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La muerte como problema existencial.

1. Introducción

La muerte a lo largo de la existencia del ser humano ha creado un gran misterio y

grandes interrogantes. A diferencia de los animales el ser humano es capaz de asimilar que

tiene que morir, que en algún momento llegara esa parte de la vida inevitable para todos, se

habla incluso de una certeza espontánea e innata. Hablando de manera muy general

podemos decir que la muerte se presenta como una amenaza permanente en la existencia

del hombre pero que a pesar de eso aún se encuentra distante por lo que no genera angustia

radicalmente.

Si existe algo de lo que primeramente se dio cuenta la raza humana fue de la

muerte, independientemente de cada cultura y la concepción que tengan sobre la muerte

todos saben que es segura, cada cultura y civilización ha mostrado gran preocupación por

ella, esto se evidencia en los ritos funerarios y los preparativos para dar el último adiós a

alguien cuando a muerto. El simbolismo que cada pueblo le da, o le ha dado a sus muertos

nos permite comprender su forma de vivir, y como ellos concebían la vida. Se ha concebido

la muerte como un problema existencial debido a que este es un concepto que a la vez

genera miedo y respeto, ya que es algo desconocido, es un espacio, un lugar que no se

puede conocer entre los vivos, por esta razón la necesidad humana de crear percepciones

acerca de esa “realidad” que se debe enfrentar después de la muerte, y más aún cuando se

considera que es una eternidad la que se debe pasar en “el más allá”.

Cada persona tiene una teoría o percepción diferente de la muerte, esto depende de

la edad, la ética, la religión, la moral y la madurez de la persona, al pasar de los años las
personas cambian su ideología o creencias sobre la vida; de igual manera pasa con la

muerte, los niños ven esto como algo totalmente inofensivo y su definición no es muy clara,

pero cuando se haciende a la juventud esa la etapa de la vida donde en ocasiones se siente

inclinado hacia la muerte y lo que se hace tiene carencia de significado, que influye, tiende

a dejar trastornos y secuelas de no querer morir, muchas veces se opta por la locura pero

son pocos los casos , la mayoría lo asume y sigue. Después de esto la persona llega a una

edad en donde sus conceptos éticos y morales tienen ya sus bases bien definidas, por lo que

se le es más fácil saber que es la muerte, los cuales optan a ver la muerte desde una forma

más religiosa y en ocasiones aún más dolorosa de lo normal.

1.1 La muerte desde el ámbito filosófico

Desde hace mucho tiempo existen dos grandes misterios expuestos por los filósofos

que nadie puede resolver, el primero es la vida; esta conceptualizada con un ente autentico

y determinante, es la raíz de todo y no depende de ninguna otra cosa, el segundo misterio es

la muerte; una gran interrogante que nadie puede resolver. Estas dos ideas vistas desde una

perspectiva existencial. A lo largo de la historia la muerte ha sido concebida desde el punto

de vista filosófico como un problema de primer orden, una especie de “situación límite” en

nuestra existencia. La muerte entonces está en el mismo plano de los demás entes

particulares, de las cosas reales, de los objetos ideales y de los valores; en tanto que la vida

es lo único que está en el plano ontológico más profundo. En la vida existen estructuras

contradictorias que culminan en la contradicción entre el Ser y la nada; o sea que en la vida

siempre está presente el fantasma de la nada. Los filósofos ateos y los materialistas definen

a la muerte como “La nada”, pero están también los que piensan que la muerta es la

transición que existe entre dos vidas. De igual manera están presentes aquellos que creen
que es la verdadera vida, como la mayoría de las religiones y las filosofías espiritualistas e

idealistas.

Ahora bien, si la muerte es un misterio que no se puede resolver ¿Por qué el hombre

insiste en saber que es la muerte?, la respuesta tiene un sentido muy bien orientado; Porque

de lo que pensamos de la muerte depende nuestra vida, viviremos de una manera u otra

según nuestra perspectiva o ideología de la muerte, de ahí que se considere que la muerte es

un problema existencial. El hombre jamás ha logrado saber que es la muerte, sin embargo

no pude dejar de pensar en ella.

Debemos de aprender y aceptar que la muerte no es un problema si no algo que a

todo ser vivo le llega, esta no debe de afectar nuestra forma de vivir. Cuando llega la vejez,

pensar en la muerte se hace innecesario y menos apremiante y con el tiempo cada vez se

vuelve más acogedora y dulce. No se trata de resignación sino de evolución, casi no hay

lugar para la angustia porque es más valioso vivir despreocupado con una aceptación serena

y con una actitud de entrega.

Los verdaderos filósofos han aprendido a aceptarla tal cual es, un misterio absoluto,

¿por qué habrían de temerle, si no saben qué es? Se puede elegir entre las dos alternativas,

la nada u otra vida o bien no elegir, dejar sin respuestas la cuestión y atreverse a vivir la

aventura y la oportunidad de vivir sin preguntarse nada. Vivir es luchar, resistir y

sobrevivir, para los occidentales, que creen que la vida es un valle de lágrimas y la muerte

la salvación. Para los orientales, que creen que la muerte es volver a la vida, es aceptación,

entrega, rendición y no resistencia, porque la próxima vida dependerá de cómo vivan ésta.

La ironía sobre la muerte es de pensarse ya que en realidad no nos preocupa la muerte


misma si no la muerte de algún ser amado, sin embargo la aceptación de la muerte es el

mejor camino para vivir.

1.2 La muerte desde al ámbito cultural.

Como ya se mencionó en apartados anteriores la humanidad ha mostrado una

constante e imparable preocupación por la muerte los ritos y costumbres funerarios son

algo exclusivo del ser humano que ningún otro ser vivo realiza, estas prácticas están

relacionadas en gran medida con las creencias religiosas sobre la muerte y la creencia de

una vida posterior, el estudio del tratamiento que cada pueblo le da a sus muertos nos

permite comprender más a fondo su manera de vivir, sus costumbres y concepciones. Los

primeros registros sobre la muerte vienen desde la época del Homo Sapiens, el hombre del

neandertal pintaba a sus muertos con ocre rojo y los adornaba con objetos religiosos o

amuletos, a veces al fallecido se le ataban los pies; esto solo por poner un ejemplo.

La muerte es una parte inevitable del proceso de la vida, tan natural como el

nacimiento y la madurez aunque resulta mucho más difícil de afrontar, cada individuo en el

mundo adopta diferentes posturas ante ella que pueden ir desde la negación o la evitación

de reflexionar sobre un hecho incuestionable, hasta la aceptación existencial.

Las siguientes son algunas interpretaciones que el hombre ha hecho de la muerte:

Las siguientes son las distintas interpretaciones del fenómeno de la muerte que ha

hecho el hombre a lo largo de su historia:

Separación irreversible del cuerpo del alma: es la concepción filosófica-religiosa,

sus orígenes se atribuyen a Platón. En el terreno medico su aplicación es imposible.


Cese irreversible del metabolismo de todas las células del cuerpo: la muerte es

entendida en términos biológicos, se iguala la muerte del hombre con la muerte de las

células del organismo. El principal criterio diagnostico sería la putrefacción del cuerpo.

Perdida irreversible del flujo de los fluidos vitales en el organismo: los criterios

tradicionales se han basado en este concepto. Pero sin duda existe una gran diferencia entre

afirmar que el cese de circulación de sangre oxigenada conduce a la muerte y que la muerte

consiste solamente en eso. Esta definición establece las funciones del miocardio y de los

pulmones como centro de la vida humana. En la actualidad, estas funciones pueden ser

reemplazadas por aparatos mecánicos de soporte vital.

Perdida irreversible de la capacidad de interacción social: esta definición se basa

en que la característica específica del hombre es su capacidad de raciocinio, el ser humano

que pierde totalmente las funciones mentales, incluyendo la conciencia, debería

considerarse muerto. Las objeciones que pueden hacerse a este concepto son que toma solo

la parte mental para definir la muerte, y no la totalidad de mente y cuerpo; y que nuevos

contingentes de seres humanos con funciones mentales alteradas, como por ejemplo, los

autistas y dementes, deberían considerarse como muertos.

Perdida irreversible de la capacidad para la integración corporal: parte del

principio de que cuando un ser humano ha cesado de funcionar como una unidad integrada

se ha perdido la característica especifica de la vida humana y la persona ha muerto. El

hecho de que ciertos órganos sean capaces de seguir funcionando y sea en el cuerpo mismo,

o en una solución de nutrientes, o en el cuerpo de otra persona, es un problema distinto. No


es la totalidad del ser humano lo que sigue viviendo, sino parte aisladas que antes formaban

una unidad.

1.3 La muerte y el existencialismo.

El existencialismo es el sistema que intenta dar respuesta a la problemática que el

hombre ha tenido por siglos; su existencia, algunas veces el hombre se refugia en

respuestas inauténticas o poco veraces de la vida. El existencialismo en una doctrina que

hace posible la libertad y la responsabilidad del hombre, declara que no hay una naturaleza

humana predeterminada, el hombre comienza por existir, surge en el mundo; después se

define, empieza por ser nada y eso acaba siendo a la hora de su muerte.

La existencia del ser humano se caracteriza por una confrontación que aparece desde

su nacimiento con la muerte. El pensamiento existencialista concibe el tiempo como un

elemento del futuro, y respecto a este se ordena el presente y el pasado. La vida y la muerte

son dos caras de la misma moneda, las encontramos coexistiendo la una con la otra, la

muerte se encuentra latente bajo la vida y ejerce un efecto determinado en la forma en que

cada persona la experimenta o visualiza, la muerte se considera como una fuente esencial

de angustia.

“La muerte es un hecho de la vida ya que esta presente desde el principio y aunque

físicamente destruye al hombre la certeza de que irremediablemente está allí sirve para

darle sentido a la existencia” (Irving Yalom)

El miedo a la muerte es un hecho permanente por el cual el ser humano se cuestiona,

esto genera angustia en él y por ende consume gran parte de su energía vital en tratar de

negarse a aceptarla. Derivado de esto ha creado a través del tiempo mecanismos que le
permiten alcanzar una especie de inmortalidad, tratando de trascender en su permanencia.

“Perpetuamos al grupo para perpetuarnos a nosotros mismos ya que el grupo humano se

forma alrededor del temor a muerte” (Freud).

Otro de los términos más comunes en este ámbito es el de; Ansiedad existencialista,

esta dice que se emana de la confrontación del ser humano con los datos de la existencia,

confrontación con las 4 preocupaciones más importantes del hombre; La muerte, la libertad,

la soledad y el sin sentido, estas son situaciones límites de las que no podemos escapar y es

imposible su alteración. Situaciones como una enfermedad en la que estará involucrado el

sufrimiento y el dolor contemplado desde la visión existencialista como evitables pues

quien los padece puede evitarlos.

No se vive la propia muerte pues no es un evento que se pueda presenciar como tal,

en este caso no deberíamos de preocuparnos por su llegada.

Conclusión

El sentido de la muerte se encuentra en la vida misma, en cuanto sabemos que

vamos a morir, dirigimos nuestros esfuerzos hacia la vida intensamente vivida. Entender

que la vida misma no es más que un periodo pequeño de nuestra existencia.

La vida cobra sentido en cuanto se revela como un tránsito, morir es cambiar de

estado y el bien morir puede ser entendido en términos de desprenderse finalmente de todo

lo material que nos confina a este mundo para facilitarnos el paso a la eternidad. El bien

morir es estar dispuesto con humildad a despedirse de la vida, entregar la existencia que nos

fue dada, sin rencores ni arrepentimientos, sin culpa y sin dolor.


¿Por qué vivir si sabemos que vamos a morir? Porque en la vida encontramos el

significado de la existencia y en la muerte encontramos el significado de la vida, el

convencimiento de nuestra muerte nos impulsa a trabajar, a hacer, a producir, sin posponer

inútilmente nuestro destino. La presencia de la muerte nos pone frente a nuestra

responsabilidad, que es la de hacer de la vida el sentido mismo de la existencia.

Bibliografía

 Astrada C. (1992). El existencialismo, filosofía de nuestra época. Argentina: S/E.

 Sartre P. (1943). El ser y la nada. Francia: Éditions Gallimard, Philosophical

Library.

 Arnoldo Kraus. (2017). Pensar la muerte. El Universal, 28.

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