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El espesor de la capa de arena suele oscilar entre 0,7 y 1 m. y la talla efectiva entre
0.8 y 1mm con un coeficiente de uniformidad entre 1,5 y 1,7. En el caso de lechos bicapa, el
espesor de arena es 1/3 del total y sobre ella una capa de antracita de 2/3 del espesor total y
talla efectiva entre 1,2 y 2,5mm.
Los materiales filtrantes que presentan cierta friabilidad no deberían emplearse ya que los
lechos filtrantes y en concreto la arena, se ven sometida a fricción durante la fase de lavado
a contracorriente produciéndose unos finos que originan diversos inconvenientes, tales
como: - Modificación de la curva granulométrica.
Las materias en suspensión retenidas por los medios filtrantes en la superficie de los
granos lo son por diversas fuerzas (Ives):
Δh C
F = ―――― x ――――
V x t C0
La retención de partículas será por tanto mejor cuando el índice F sea más bajo. Por otra
parte, a igual granulometría, el crecimiento de la perdida de carga (Δ h) es menor con los
granos angulosos que con los granos redondeados, ya que en los primeros se acoplan con
más dificultad los unos en los otros y dejan por tanto secciones de paso mayor.
La granulometría se representa mediante una curva que representa los porcentajes en peso de
los granos de arena que pasan a través de las mallas de una serie de tamices normalizados.
Se traza la curva: En ordenadas la luz de malla y en abcisas el porcentaje que pasa por cada
tamiz.
Se considera que una buena arena para la filtración debe tener un coeficiente de uniformidad
inferior a 2 (más cerca de 1,5 que de 2).
Nº de tamiz Luz malla Peso retenido Peso acumulado % Retenido % Que pasa
(mm) ( gr ) ( gr )
4 4,76 2 2 0,1 99 1
Uno de los parámetros más indicativos del comportamiento del filtro es la turbidez del agua
filtrada. Al comenzar el período de filtración, partiendo de un lecho filtrante limpio, hay un
período inicial de tiempo, relativamente corto, conocido como "período de maduración" en
el cual la turbidez del agua filtrada va disminuyendo hasta alcanzar un punto a partir del cual
la turbidez se mantiene casi constante un período largo de tiempo, que dependerá de la altura
de capa del lecho.
Para conseguir una tasa o velocidad de filtración constante, se pueden utilizar filtros que
operan a nivel constante, con regulación aguas arriba y abajo mediante flotadores, válvulas
de mariposa o sifones, o bien, emplear filtros de nivel variable, en los cuales, este nivel va
aumentando a medida que aumenta la pérdida de carga como consecuencia del atascamiento
o colmatación del lecho filtrante.
Llegado el momento de la máxima pérdida de carga de alguno de los filtros que forman la
instalación, se interrumpe la entrada de agua a filtrar y se procede al lavado a contracorriente,
que consta de tres fases: 1) Esponjamiento del lecho con aire a baja presión (entre 30 y 60
segundos). 2) Lavado con aire yagua (entre 3 y 6 minutos) y 3) Aclarado con agua (entre 12
y 7 minutos).
En la figura siguiente se representa el esquema de un filtro (de nivel constante) con indicación
de los flujos de filtración y de lavado a contracorriente así como los niveles de filtración y
de lavado.
En el lavado a contracorriente, el lecho de arena se expande y el aire provoca que los granos
de arena al rozar uno contra otro se desprendan de las partículas retenidas, que después serán
arrastradas por el agua de lavado hacia los vertederos o canales de recogida del agua de
lavado. El proceso de lavado finaliza cuando esta agua resultante del lavado no muestra
apenas partículas en suspensión.
LAVADO DE UN FILTRO (con canales de recogida de agua de lavado)
REGULACION DE LA VELOCIDAD DE FILTRACION DE UN
FILTRO DE NIVEL CONSTANTE Y CAUDAL DE FILTRACION
CONSTANTE (Mediante válvula de regulación hidráulica en la salida de
agua filtrada)
Por otra parte, consideremos la evolución de la turbiedad del agua filtrada; al llegar al tiempo
t2, el filtro ha llegado a la perforación, correspondiéndole una turbiedad dada por el punto
M2, dado que t2es menor que t1, el filtro continúa filtrando, ya que no se ha alcanzado aún la
perdida de carga máxima. Esto nos indicará que el filtro está mal concebido y habrá que
aumentar el espesor de arena, de forma que la pérdida de carga máxima se alcance antes, por
ejemplo al cabo del tiempo t¢ 1, donde todavía no se ha llegado a la perforación del filtro y
la turbiedad, punto M1, continúa aún en valores aceptables.
En el control de la eficacia de un filtro se suele acudir a la medida de la turbiedad, pero la
sola medida de esta no es muy significativa de las diferencias de calidad del filtrado. Se ha
llegado a proponer lo que se conoce como la determinación del factor de atascamiento, en
definitiva es un porcentaje del estado de atascamiento del medio filtrante. El agua filtrada a
estudiar se somete a una microfiltración bajo presión constante (2,1 bares) a través de una
membrana de 0,45 µm., actuando así:
Si llamamos Ti al tiempo necesario para recoger 500 ml. de agua (este tiempo Ti debe ser
superior a 15 segundos) y seguimos filtrando por la membrana durante 15 minutos y a
continuación recogemos otros 500 ml. y sea Tf el tiempo invertido en recoger esta segunda
muestra, el factor de atascamiento (FA) viene dado por la expresión:
Ti
FA % = 100 ( 1 ― ――― )
Tf
Tasa de filtración constante y nivel del agua a filtrar constante o variable (en función de la
perdida de carga).
El agua a filtrar que es repartida por igual a cada uno de los filtros que componen la
instalación, así como la velocidad de filtración constante en cada filtro es obtenida por medio
de dispositivos tales como flotadores, válvulas electroneumáticas, cajas de parcialización, y
sifones.
Dispositivo de regulación, caja de parcialización y sifón
Caja parcializadora-sifón concéntrico, ubicados dentro de la caja del filtro y aguas abajo del
filtro.
Sifón: Constituido por dos tubos concéntricos, donde el agua circula desde el tubo interior
hacia el exterior, y se encuentra en la tubería de salida de agua filtrada.
Esta entrada de aire está comandada automáticamente por la caja de parcialización, en la cual
el flotador detecta el nivel de agua que se debe mantener constante sobre el filtro y deja entrar
una cantidad de aire en función de ese nivel.
Si el nivel de agua sobre el filtro se eleva, bien sea porque el filtro está sucio o porque el
caudal de la planta se incrementa, la caja de parcialización tiende a cerrarse, entra solo una
pequeña cantidad de aire dentro del sifón y se produce un incremento en el caudal de agua
filtrada. Si el nivel de agua disminuye, entonces el proceso es a la inversa. El sifón tiene un
vacuómetro colocado en la parte superior que indica la pérdida de carga del filtro.
La filtración directa es una técnica de tratamiento apropiada para aguas brutas de baja
turbidez. Este proceso se caracteriza por la supresión de la etapa de decantación en la línea
convencional de tratamiento: Mezcla, coagulación -floculación, decantación, filtración;
pudiendo por tanto considerarse como una alternativa al proceso convencional completo.
Las características que debe reunir el agua bruta para emplear este procedimiento han de estar
próximas a las siguientes:
La dosis de coagulante suele variar entre la mitad y la cuarta parte de las empleadas con la
decantación, generalmente se utilizan dosis menores de 10 mg./l. expresadas en sulfato de
aluminio del 17 % en Al2O3
Con la filtración directa, los sólidos coloidales son coagulados antes de la filtración, a
diferencia de la filtración en línea, en la que los sólidos son coagulados durante la filtración,
en el interior del lecho filtrante. La filtración directa, pretende conseguir una óptima
combinación entre la energía proporcionada por una agitación rápida y la dosis de coagulante,
mientras que la filtración en línea, busca sólo la dosis óptima de coagulante.
En algunas instalaciones donde se aplica la filtración directa, realmente está teniendo lugar
un proceso mixto entre filtración directa y filtración en línea, ya que a veces la insuficiencia
de agitación, da lugar a que parte del coagulante llegue al filtro sin haber interreaccionado
con los coloides en suspensión y sería esta porción del coagulante, la que está contribuyendo
a la filtración en línea, junto con la filtración de sólidos precoagulados antes de llegar al filtro
o bien pretendiendo una filtración en línea, sin agitación previa, en parte se obtiene un cierto
grado de floculación por un largo trayecto entre la incorporación del coagulante y el filtro.
El tiempo de contacto entre la incorporación del coagulante y la filtración debe ser, según
diferentes experiencias superior a 3 minutos, para evitar una postfloculación, e inferior a 10
minutos, para evitar una colmatación rápida del filtro. Estos tiempos llegan a duplicarse para
las temperaturas más bajas del invierno.
Para prevenir la rotura de los microflóculos y la perforación del filtro, es muy conveniente la
dosificación de polielectrolito como ayudante de floculación. Sin polielectrolito, los
siguientes factores incrementan directamente la probabilidad de perforación del filtro en la
filtración directa:
Una medida para evaluar la filtración a escala real en la propia instalación, es utilizar el índice
de filtrabilidad (F) propuesto por IVES en 1.978 y que viene dado por la siguiente expresión:
F = h .C / V.t.Co
h = Pérdida de carga (en m. de columna de agua) en el lecho filtrante al cabo del tiempo t.
La retención de partículas será mayor cuanto menor sea el índice F, que es un número sin
dimensiones, es decir, una buena filtrabilidad es expresado por un bajo valor de F.
El índice de filtrabilidad, es uno de los diversos índices numéricos para evaluar el
rendimiento de un filtro, siendo muy apropiado para fijar las condiciones óptimas de
operación en la filtración directa.