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¿Por qué ese hombre exhibe su enorme falo que parece apuntarnos? ¿Y ese otro barbado
que se masturba? ¿Qué sentido tiene que esa mujer nos enseñe la vulva? ¿Esa pareja
está en pleno coito? Todos están ahí desde hace casi mil años, en iglesias románicas del
norte de España, tanto en el exterior, en los canecillos, elementos decorativos de las
vigas que sujetan los aleros, como en el interior, ya sea en capiteles o incluso en pilas
bautismales. ¿Por qué los canteros medievales desplegaron esta iconografía procaz?
¿Qué quería transmitir con ellos la Iglesia católica? A todo esto han intentado responder,
y de paso acercar a la mentalidad y sociedad medieval, los expertos congregados el
pasado fin de semana en el curso Arte y sexualidad en los siglos del románico,
celebrado en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo (Palencia).
"¿Que cuántas interpretaciones hay de ese erotismo? Tantas como personas en esta
sala", dijo la historiadora del Arte de la Universidad del País Vasco Eukene Martínez de
Lagos, señalando con la barbilla al centenar de alumnos que la escuchaban en la primera
jornada de un curso que incluyó la visita a cuatro ejemplos de templos románicos con
motivos sexuales en su decoración, entre ellos el más célebre, la colegiata de San Pedro
de Cervatos, en Cantabria, del siglo XII. Esta comunidad reúne lo más significativo del
sexo del románico, del que también hay ejemplos en el oriente de Segovia, el occidente
de Soria, norte de Palencia y Burgos y, en menor medida, resto de Castilla y León,
Galicia, Álava, Navarra, Aragón y Cataluña. "Los artistas tenían modelos que copiaban
y adaptaban. Eran talleres itinerantes en los que normalmente había un maestro y varios
aprendices, y se iban desplazando según los encargos que recibían", apunta Alicia
Miguélez, de la Universidad Nova de Lisboa. En todo caso, aún hoy sigue asombrando,
por ejemplo, esa pareja de exhibicionistas, ella con restos de pintura negra en su pubis, a
él le cortaron el pene en tiempos más pudorosos, que decoran un capitel ¡junto al altar!
de la iglesia de San Juan Bautista, en la localidad cántabra de Villanueva de la Nía.
"Hay quien piensa que todo esto tenía un carácter adoctrinador, la representación de lo
que no había que hacer, mostrado de una forma contundente, explícita", señala uno de
los ponentes, José Luis Hernando Garrido, de la Universidad de Educación a Distancia
de Zamora. "Es una interpretación extraña, sería como darle a un adolescente revistas
pornográficas para decirle, mira esto es lo malo", apunta Jaime Nuño, director del
Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real, organizadora del
curso. Nuño y Pedro Luis Huerta, director de este encuentro, fueron los encargados de
explicar in situ a los alumnos la historia de las iglesias visitadas. Nuño se inclina por
pensar que era "la representación de la vida cotidiana". Otros expertos se han
preguntado: "¿Era una incitación a procrear en una etapa de gran mortalidad infantil?".
Mujer que muestra sus órganos sexuales en el capitel del presbiterio de la colegiata de
San Pedro de Cervatos (Cantabria). FUNDACIÓN SANTA MARÍA LA REAL / JAIME
NUÑO
Tras estirar el cuello para ver tanto sexo, llega el momento de intentar comprender cómo
eran las relaciones carnales de entonces. "Se piensa, erróneamente, que todo el sexo era
considerado malo. Sin embargo, los médicos prescribían su práctica regular como ayuda
para una vida sana en el matrimonio, incluso se toleraba que los clérigos tuvieran
relaciones", destaca la historiadora Paloma Moral de Calatrava, de la Universidad de
Murcia. Ella puso el foco en una cuestión que enfrentó a la Iglesia y a los galenos: la
rigurosa reforma gregoriana que, desde el siglo XII, estableció el celibato de los
religiosos, en parte por una cuestión teológica ("no puede impartir el sacramento de la
eucaristía alguien que se mancha las manos con semen, considerado impuro") y, en
buena medida, por una cuestión económica: los posibles enfrentamientos entre hijos de
clérigos por las propiedades paternas amenazaban la unidad cristiana. Para los laicos las
órdenes eran claras: sexo solo para procrear.
Moral, experta en salud femenina medieval, subraya que "la Iglesia tuvo que afrontar
que los monjes y monjas eran seres sexuales, y las soluciones que ideó fueron malas". A
las religiosas que por la abstinencia padecían "sofocación uterina" se les permitía
masturbarse, incluso podían usar un primitivo consolador. Así lo detallaron médicos que
eran también eclesiásticos en sus tratados: el "miembro viril" de ayuda debía ser
"delicado, de salitre, cera y berro". Como los monjes no padecían esa enfermedad, "no
tenían la suerte de poder masturbarse para su alivio". Para impartir esta doctrina estaban
los sermones, pero como no funcionaba con unos feligreses rurales e iletrados, se
recurrió a la iconografía, "con mensajes rotundos, pero el arte tampoco funcionó muy
bien", dice.
El poso de estas ponencias es que "ni la Edad Media era todo oscuridad y horror", como
incide Hernando, "ni hemos avanzado tanto en algunas cuestiones de la sexualidad",
concluye Moral, que menciona el papel de la Iglesia ante el sida. De que hubo tiempos
de mente cerril posteriores al Medievo lo demuestra que muchos de los hombres que
mostraban su falo sin complejos en la decoración románica hoy lo tienen cercenado.
Emociones y sentimientos
Del estudio de todo ello, se deduce que el arte románico, "desde el punto de vista de la
gestualidad, es claro heredero del lenguaje artístico anterior, y el repertorio de conductas
gestuales continuó siendo utilizado en época gótica. Debemos entender la historia del
arte como un complejo proceso evolutivo, evitando establecer grandes rupturas entre
estilos".
Para saber lo que sucederá, puede ser útil mirar al pasado. Esta semana, en la revista
Nature Astronomy, un grupo de científicos ha publicado lo que puede considerarse un
trabajo detectivesco del tiempo profundo. Observando a Andrómeda, han concluido que
hace 2.000 millones de años cometió un acto de canibalismo galáctico. En aquel tiempo,
junto a Andrómeda y la Vía Láctea, había una tercera gran galaxia en el Grupo Local.
M32p, una galaxia con un nombre mucho más anodino que sus compañeras vivas, fue
despedazada por Andrómeda, pero dejó un rastro de pistas que ahora han reconstruido
astrónomos de la Universidad de Michigan (EE UU). Según cuentan, en torno a la
galaxia caníbal existe un gran halo de estrellas que ocupan un espacio mayor que la
misma Andrómeda y junto a ella, una extraña galaxia extremadamente compacta, con
una densidad de estrellas que no se encuentra en casi ningún otro lugar del universo.
Tratar de explicar el origen de este objeto misterioso fue el inicio de la investigación.
Los autores del trabajo que aparece en Nature Astronomy afirman que esa galaxia
satélite, conocida como M32 y que podría confundirse con una pequeña galaxia elíptica,
es en realidad el núcleo de la galaxia atrapada por Andrómeda.
Además del halo de estrellas con restos de la antigua galaxia y el engrosamiento del
disco de Andrómeda, los autores señalan entre los indicios de la fusión un estallido de
formación de nuevas estrellas que coincide con el periodo de hace 2.000 millones de
años en el que se encontraron las dos galaxias.
Las fusiones entre galaxias no son algo extraño, pero el tamaño de esta sí que la hace
excepcional. M32p era al menos 20 veces mayor que cualquier galaxia engullida por la
Vía Láctea a lo largo de su historia. Según explicaba Eric Bell, investigador de la
Universidad de Michigan y coautor del trabajo, les sorprendió saber que nuestra galaxia
“tenía un pariente de gran tamaño del que nunca habíamos sabido nada”. Estudios como
el suyo también pueden cambiar la idea sobre lo que sucede cuando dos galaxias se
unen. Entre otras cosas, se ha observado que Andrómeda mantiene su forma espiral, con
los brazos característicos que también tienen nuestra galaxia. En principio, se habría
esperado que la colisión hubiese producido una galaxia elíptica, con una forma más
parecida a una esfera, pero los brazos de Andrómeda resistieron.
“El SICA es de las pocas instancias que le quedan a Ortega”, explica el analista
Alejandro Bendaña, exembajador de Nicaragua ante Naciones Unidas. “La última
resolución del SICA no le fue totalmente negativa a Ortega, pero ahora el Gobierno de
Costa Rica, presionado por una cantidad de sectores y por la situación migratoria que
tiene, es posible que no permita que el SICA sea ese actor en el diálogo”, advierte.
En una casa de piedra rojiza y madera, en la cima de una colina custodiada por el
cementerio del pueblo y los rugidos del viento, se fraguó lentamente un milagro
literario.
Es la voz poderosa y persuasiva de Emily Brontë, la más solitaria de las tres hermanas
que sobrevivieron al rosario de desdichas de la familia. Nacida hace 200 años, el 30 de
julio de 1818, su única novela, Cumbres borrascosas, y unos 200 poemas, bajo el
seudónimo masculino de Ellis Bell, desafiaron la época victoriana, rompieron los
esquemas literarios predominantes, abrieron nuevas vías a la literatura y ella se adelantó
con varios de sus temas, algunos con aires feministas que baten puertas y ventanas.
“Emily Brontë hubiera encajado mejor en el momento actual que en aquel tiempo
victoriano, feroz para el género femenino. Habría sido tal vez ecologista y feminista”,
aventura Ángeles Caso, autora de Todo ese fuego (Planeta), una biografía de las
hermanas Brontë: Charlotte, Emily y Anne, porque las dos mayores murieron muy
pequeñas. Se criaron con una tía en un mundo indolente, aunque su padre les inculcó la
cultura, la lectura y la reflexión. Un refugio que usaban al llegar a casa tras una jornada
como profesoras o institutrices.
Aclarado este punto, Vicente da las claves, adentrarse en ese mundo y disfrutarlo para
luego fundirse en él: “En las ilustraciones hay alguna pequeña metáfora, como esos
cuervos negros que persiguen a Heathcliff, negros como su alma. El personaje de
Catherine la he hecho pelirroja porque, además de tener un punto de locura, ese color
representa su corazón en llamas y contrasta con el color pajizo de los campos ingleses”.
En la isla imaginaria de Gondal situó Emily Brontë sus poemas. Costumbres, intrigas
familiares, rivalidades entre reinos y deseos y opresiones de la gente insuflados de la
pasión entre los humanos y el paisaje. Editorial Alba acaba de publicar Poesía completa,
con traducción de Xandru Fernández.
El origen de todo fue cuando Charlotte descubrió unos poemas de Emily. Le propuso a
ella y a Anne publicar un poemario conjunto. Emily accedió pero firmando con
seudónimo. En el verano de 1846, nacieron Currer, Ellis y Acton Bell. El libro fue bien
recibido. Charlotte lanzó una segunda propuesta: escribir una novela cada una. En
diciembre de 1847, estalló el milagro: Charlotte publicó Jane Eyre; Anne, Agnes Grey, y
Emily, Cumbres borrascosas. El siguiente diciembre, Emily moría de tuberculosis.
Tenía 30 años y logró, como escribió Virginia Woolf, “hacernos sentir lo que tenía
dentro y quería decir”.
- Un singular manuscrito de Cumbres borrascosas hecho por las diez mil manos del
público que ha acudido en el último año a visitarla.
- La proyección del cortometraje Balls, de la modelo y actriz Lily Cole, que desmiente
que su gran obra fuera una historia de amor y define a Heathcliff como un maltratador.
Hace suyo el lenguaje de los obispos y utiliza la expresión “ideología de género” para
referirse despectivamente a la teoría de género, dándole una carga negativa y
considerándola falsa. La califica de “colectivismo social” que la derecha tiene que
combatir poniendo a la persona en el eje de su actividad política. La coincidencia del
recién elegido presidente del PP con los planteamientos del conservadurismo católico se
produce igualmente en el rechazo al aborto y a la eutanasia. Casado se posiciona del
lado de la frustrada contrarreforma de Gallardón, retirada por el propio Gobierno de
Mariano Rajoy. De la proposición de ley sobre la eutanasia, admitida a trámite por todo
el arco parlamentario hace unas semanas con la sola oposición del PP, dice que es
“inadmisible e innecesaria” por los conflictos que genera entre las familias, las
Administraciones, los médicos y la sociedad en general. En su cruzada ha contado con
el apoyo de la organización de extrema derecha católica HazteOir.
En relación con la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos se pone
del lado del prior de los benedictinos. Lo que implica distanciarse de la actitud del
presidente de la Conferencia Episcopal y del arzobispo de Madrid, que han renunciado a
interferir en la decisión por considerar que se trata de un tema que tienen que resolver el
Gobierno y la familia.
Casado afirma que no gastaría un euro en desenterrar a Franco. Así apoya que un templo
católico siga siendo un monumento funerario en honor del dictador y que los monjes
benedictinos continúen ejerciendo la función de custodios de su tumba. Es una situación
que no se produce en ningún país democrático y en ninguna iglesia cristiana.
Frente a la memoria histórica que exige rehabilitar a las víctimas de la Guerra Civil y
del franquismo, el nuevo presidente del PP prefiere practicar la amnesia e insultar a la
gente de izquierdas llamándola “carca”, porque pasa todo el día pensando “en la guerra
del abuelo” y “en la fosa de no sé quién”. ¡Qué falseamiento de la historia llamar
“guerra del abuelo” al golpe militar de Franco contra la República! ¡Qué falta de piedad
para con los asesinados vilmente y arrojados a fosas comunes, a quienes
despectivamente califica de “no sé quién”! ¡Qué actitud más miserable hacia las
familias que buscan a sus seres queridos arrebatados violentamente!
Uno de los monumentos prehistóricos más conocidos del mundo, Stonehenge, sigue
siendo un enorme misterio. Hace entre 5.000 y 4.000 años, antes del descubrimiento de
la rueda, cientos de personas se tuvieron que poner de acuerdo para transportar unas 80
piedras de hasta dos toneladas de peso, algunas de ellas desde las montañas de Preseli,
en lo que hoy es el oeste de Gales, hasta el sur de Inglaterra, a una distancia de unos 225
kilómetros. Su intención sigue siendo un enigma.
La clave está en el subsuelo. Las tierras calizas del sur de Inglaterra, en las que se
levanta Stonehenge, presentan perfiles de estroncio diferentes a los de las formaciones
geológicas del oeste de Gales, donde se encuentran las canteras de las que salieron
algunas piedras del monumento. Este estroncio soluble e identificable pasó a las plantas,
que fueron ingeridas por seres humanos, quedando el metal almacenado en sus huesos.
Snoeck y los suyos han analizado los restos de 25 personas enterradas en Stonehenge.
El estudio sugiere que 10 de ellas se alimentaron con vegetales del oeste de Gales en la
última década de su vida. Los habitantes de las montañas de Preseli pudieron recorrer el
mismo camino que sus piedras y ser enterrados entre ellas con honores, junto a los
locales. Pero la investigación de Snoeck también apunta a otra posibilidad: que a
Stonehenge solo llegaran los restos ya cremados.
Las épocas de sequía que atormentan a muchas sociedades hoy en día no son un
problema nuevo. Y quizás estudiar lo que pasó en la antigüedad pueda dar pistas sobre
cómo enfrentarse a esa plaga. La civilización maya, afincada durante muchos siglos en
Centroamérica, fue una de las que más sufrieron las temporadas secas. Distintos
estudios apuntan a que la que caracterizó décadas enteras en los siglos IX y X d. C. en
muchas regiones donde vivían los mayas causó graves alteraciones socioeconómicas y
contribuyó en provocar su declive cultural. Una investigación publicada este jueves en
Science calcula que las consecuencias de esas sequías en la península de Yucatán
(México) provocaron un descenso anual medio de las precipitaciones de casi un 50%
con respecto a las condiciones actuales. Fue una de las épocas de sequía “más severas
de los últimos 10.000 años en esta zona”, según uno de los autores.
No cabe duda sobre el hecho de que eventos climáticos extremos dejaron una huella
profunda en la historia de los mayas, una civilización politeísta cuya estructura
sociopolítica y cuya herencia cultural, lingüística y religiosa despiertan curiosidad y
fascinación en muchas partes del mundo. Esclarecer cómo de intensos fueron esos
eventos y hasta qué punto fueron directamente responsables de su declive, en cambio, es
todavía objeto de debate. Los autores del estudio publicado este jueves, científicos de la
Universidad de Cambridge (Reino Unido) y de Florida (EE UU), aportaron un nuevo
elemento a la discusión tras analizar los sedimentos del lago Chichancanab, en la región
de Yucatán (México).
Una temporada seca tan larga provocó picos en los que el descenso de la media de
precipitaciones anuales alcanzó hasta un 70% con respecto a las condiciones actuales
del lago Chichancanab. También se registró una disminución de entre un 2% y un 7% en
la humedad. “Las causas de estas sequías fueron de origen natural, ya que en este
periodo el ser humano no tenía aún la capacidad de cambiar el clima a escala global, a
diferencia de lo que ocurre en la actualidad”, asegura Gázquez-Sánchez. El periodo
identificado como el de situaciones de sequía más extremas “coincide perfectamente
con el declive de la civilización Maya constatado a partir de restos arqueológicos, por
ejemplo, la disminución en el número de construcciones civiles y templos construidos
durante este periodo”, explica el investigador almeriense.
“Las sequías no explican la caída de todos los sitios o ciudades mayas y definitivamente
hubo eventos socio-políticos que contribuyeron a la caída de la civilización”, afirma
Martín Medina, de la Universidad de Auburn (EE UU). “Hasta qué punto fue el clima el
detonante o simplemente un catalizador de cambios, es una pregunta sobre la cual no
tenemos una respuesta clara”, prosigue. En su opinión, el estudio publicado este jueves
aporta un método independiente para confirmar que la época de sequía que afectó a los
mayas fue “suficientemente intensa como para causar graves perturbaciones sociales y
hasta quizás el colapso de la entera civilización”.
“La civilización maya clásica, como muchas otras, era compleja en su modelo
socioeconómico y político, así como en su relación con el medio natural”, afirma
Gázquez-Sánchez. Organizados en ciudades autónomas con al frente un gobernante,
estos antiguos habitantes del actual Guatemala, Honduras, El Salvador y las regiones
meridionales de México se sustentaban sobre todo gracias al cultivo y al consumo de
maíz y otros vegetales, detalla Hugo García, historiador de la Universidad Nacional
Autónoma de México. La producción agrícola se vio extremadamente afectada por la
falta de lluvias provocadas por las sequías, según constataron distintos estudios.
"El sistema económico mundial en la actualidad está globalizado y tiene una mayor
capacidad de adaptación. Esto conlleva que el impacto de fenómenos climáticos
extremos, como las sequías, sea menor en términos de mortandad y colapso
socioeconómico a escala global", reflexiona Gázquez-Sanchez. Pero no hay que bajar la
guardia, según alerta: "La mayoría de las predicciones climáticas auguran un deterioro
importante de los recursos hídricos que sin duda tendrán un impacto significativo en
nuestra economía y nuestra sociedad".
Medina cree que las sociedades contemporáneas son igual de frágiles que las
civilizaciones antiguas. "Los mayas no sabían qué ocurriría el siguiente año y mucho
menos en una década o un siglo. No contaban con predicciones climáticas. Hoy en día,
con toda la información climática que tenemos, seguimos navegando en un barco que se
dirige directamente hacia el témpano de hielo", afirma. Entender cómo dar un rumbo a
ese barco es una necesidad primaria para el futuro del planeta, opina Medina. "¿Por qué
no podemos cambiar su dirección? ¿Hasta qué punto los líderes del mundo son
responsables por esta inactividad?", se pregunta.
El Maestro Xuecheng, uno de los líderes espirituales más conocidos de China y con
numerosos cargos oficiales, ha sido acusado de coaccionar y abusar sexualmente de
varias monjas que convivieron con él en el famoso templo budista de Longquan, situado
a las afueras de Pekín. El abad, que ha negado categóricamente las acusaciones, se
convierte en el primer caso de denuncias públicas por acoso sexual contra las mujeres
que toca de cerca el círculo de poder en el país asiático.
Los casos descritos ocurrieron desde finales del año pasado y durante lo que va de 2018.
“Mis creencias casi se desmoronaron. Incluso consideré abandonar el budismo y
regresar a la vida secular”, explicó una de las afectadas a uno de los monjes que ha
redactado el texto. Además de estas acusaciones por abusos sexuales, el documento le
acusa también de haberse embolsado 12 millones de yuanes (alrededor de 1,5 millones
de euros) que habría recaudado de los fieles.
El abad ha desmentido los contenidos de este texto en su perfil en las redes sociales. Se
trata, dice, de “materiales falsificados, hechos distorsionados e información falsa”. La
Administración Estatal de Asuntos Religiosos del país ha iniciado una investigación
para esclarecer los hechos, según informó el periódico local Global Times. Varias de las
afectadas han acudido a la policía.
Todos los casos, aunque unos más que otros, han levantado cierta polvareda en redes
sociales. Pero el del Maestro Xuecheng, apoyado con un informe tan detallado y
numerosas conversaciones que ponen los pelos de punta, eleva considerablemente el
nivel de influencia del acusado y sube la apuesta sobre qué harán las autoridades al
respecto. Si las denuncias son ciertas, dejarle caer significaría un mensaje de tolerancia
cero con estos comportamientos, aunque también daría alas a un movimiento con el que
Pekín no se siente nada cómodo. Está por ver si se podrá sortear una barrera tan alta.
El caso ha provocado, de momento, una reacción airada en las redes sociales. Las
autoridades han eliminado miles de comentarios y la búsqueda de “Maestro Xuecheng”
en Weibo, una plataforma similar a Twitter, ni siquiera arrojaba resultados este jueves.
Cuando uno trata de enviar el informe elaborado por los dos monjes a través de Wechat
(el servicio de mensajería instantánea por excelencia en China), el documento no llega
al destinatario. La censura parcial o total ha sido hasta ahora la respuesta de Pekín al
movimiento, consciente de que una discusión pública y amplia sobre el acoso sexual
contra las mujeres significa debatir sobre derechos individuales, crear entidades no
controladas por el Gobierno y, quizás, organizar protestas.
Nadie sabe bien lo que salió del encuentro en Helsinki. La batalla de imagen la ganó
Putin desde el momento en que Trump no logró apartar las sospechas de la injerencia
rusa en la campaña electoral que lo llevó al poder. Los propios republicanos acusaron la
deblidad de Trump cuando minusvaloró sus propios servicios de seguridad frente a los
de su viejo enemigo.
La fortaleza que exhibe Putin hacia afuera se ve, sin embargo, seriamente cuestionada
desde dentro. Este fin de semana los pensionistas volvieron a la calle a protestar por el
incremento de la edad de jubilación. Putin aprovechó el comienzo del Mundial para
enviar la ley para que la aprobara el Parlamento cuando la atención de la gente estaba en
otra parte, y los medios deformaron y minimizaron la información, e incluso la
ocultaron, siguiendo directrices de la Administración presidencial. La suerte de los
pensionistas empieza a ser la gota que colma el vaso de la paciencia rusa. Es, desde
luego, el tema social más delicado con el que se enfrenta Putin en todo su largo periodo
de mando. El presunto gigante que asoma fuera sigue teniendo los pies de barro con su
propia gente.
La trata de seres humanos es la fuente de la que bebe la esclavitud más cruda, que se
materializa en forma de explotación sexual o laboral. La Unión Europea detectó en 2005
la necesidad de elaborar un instrumento jurídico de carácter global que se centrara en
los derechos humanos de las víctimas de trata. Fue entonces cuando España introdujo
por primera vez en el código penal en 2010 el execrable delito de tráfico de seres
humanos con fines de explotación sexual. Sin duda, un avance fundamental contra esta
lacra que sirve de instrumento a las fuerzas de seguridad, la fiscalía, la judicatura y las
organizaciones no gubernamentales.
El negocio de la trata de personas con fines de explotación sexual es, quizás, más
lucrativo que el de tráfico de drogas o la venta ilegal de armas. Dado que, en España,
existen cerca de 2.000 centros de explotación sexual que mueven 5 millones de euros al
día, según datos oficiales, no se puede desvincular el delito de tráfico de personas con el
delito de proxenetismo. De ahí que sea básico y primordial perseguir con eficacia estos
dos tipos penales para combatir eficazmente la esclavitud sexual.
En la última reforma del Código Penal en 2015, España estuvo muy cerca de penalizar
el proxenetismo, lo que, por ejemplo, habría llevado a cerrar todos los centros de
explotación sexual. Desgraciadamente, el texto final no fue lo suficientemente claro.
En España solo se castiga a los clientes de prostitución cuando hay violencia, coacción
o una situación abusiva, pero es casi imposible de probar si la víctima no denuncia
En los últimos meses, fruto del impulso social y político, estamos asistiendo a
propuestas de una nueva modificación del Código Penal en materia de consentimiento
expreso en las relaciones sexuales. Conviene no olvidar que las mujeres que se
encuentran presas de sus proxenetas no disponen de la libertad para expresar su falta de
consentimiento ante relaciones sexuales, ya que, en muchos casos, se juegan la vida o
incluso la integridad de sus familiares.
Conviene no olvidar que no existiría tráfico de personas con fines de explotación sexual
si no hubiera una demanda que confunde el consentimiento de las mujeres a las que se
somete, con la parálisis y el pánico. Es obvio que en estos casos no existe el necesario
acuerdo de voluntades para que la relación sexual sea considerada en condiciones de
igualdad. Las mujeres víctimas son desposeídas de la libertad, autoridad y oportunidad
de las que goza el hombre que compra sus servicios. Ellos llegan libremente a los
centros de explotación sexual. Ellas, las víctimas explotadas, no.
El Código Penal actualmente en vigor ya prevé que una relación sexual sin
consentimiento mutuo es un delito contra la libertad sexual de las mujeres. La posible
reforma estribará en la forma de consentimiento, que deberá ser nítido y expreso.
Conviene tener presente que las mujeres víctimas de esclavitud moderna en su vertiente
más cruda —la explotación sexual— están en una situación de especial vulnerabilidad.
En España, con la legislación en la mano, solo se castiga a los clientes de prostitución
cuando hay violencia, coacción o una situación abusiva, pero es casi imposible de
probar si la víctima no denuncia. Y no es difícil comprender que resulta muy difícil que
lo hagan.
Por todo ello, nuestros representantes en el poder legislativo no pueden olvidar a miles
de mujeres en esta situación en la siguiente reforma del Código Penal. Esta vez no.
Deben tener en cuenta una perspectiva completa de género en la norma; solo puede ser
válida la decisión consentida de aquellas mujeres que no sufran coacciones, presiones,
injerencias o límites a su libertad.
La nueva definición del tipo delictivo no debe admitir ningún margen de ambigüedad y
no puede dejar a nadie fuera. Las instituciones, y las fuerzas políticas que en ellas
realizan su labor, deben tener presente que la lucha a favor de la dignidad y la integridad
de la mujer va ligada a la plena titularidad de derechos. En libertad, sin amenazas de
ningún tipo y sin excepciones. Miles de mujeres en situación de máxima vulnerabilidad
tienen derecho a que el legislador defienda que la Ley nos interpela y nos protege a
todos por igual. A todos y a todas.
Estos dos temas, económico y migratorio, están amenazando hacer estallar el proyecto
europeo, pues la crisis actual los vincula irreductiblemente. La obsesión de la
inmigración está borrando progresivamente las fronteras ideológicas y políticas entre la
derecha conservadora tradicional y los partidos de extrema derecha populistas, del
mismo modo que, en los años treinta del siglo pasado, sus predecesores utilizaban como
chivos expiatorios a judíos, masones, gitanos y comunistas, siempre con la misma
solución: exclusión y nacionalismo agresivo.
El temor a los que vienen de fuera es el precio de la crisis social provocada por la
gestión ultraliberal
Gran parte de los países europeos conllevan ya gobiernos de coalición (o con apoyos
parlamentarios) de la derecha y la extrema derecha: Italia, Austria, Hungría, Eslovaquia,
Polonia, Dinamarca, Bulgaria y Finlandia. Solo España, Portugal, Irlanda y Grecia
quedan de momento fuera del ojo del huracán. Del mismo modo que la derecha
francesa, en Alemania, la CSU, socio de la CDU de Angela Merkel y que acaba de
ganar la pugna frente a la canciller, articula sobre los refugiados, con diferentes
palabras, el mismo programa que el expuesto por el movimiento neonazi AFD.
Hay que combatir el discurso manipulador que se está apoderando del imaginario
europeo
Hay que combatir sin cuartel el discurso falso, manipulador y demagógico que se está
apoderando del imaginario colectivo europeo, creando una interpretación ficticia de la
realidad, pues con una población global superior a 500 millones de habitantes, sólo han
entrado de modo ilegal a la UE 200.000 personas durante 2017, entre las cuales muchas
son verdaderos refugiados.
Lejos de hacernos caer en la paranoia, la demanda migratoria debe ser respondida tanto
con una reforma de los criterios del sistema Dublín como, urgentemente, con una
financiación europea suficiente para afrontar el tratamiento de las peticiones de asilo
actualmente atascadas en los enjambres administrativos.
Por otro lado, resulta más necesaria que nunca la renovación de la política de
cooperación al desarrollo para estabilizar a las poblaciones en sus países de origen. Este
es el gran proyecto que urge construir en común. Y, en todo, defender la idea de política
común europea frente al retorno de los nacionalismos excluyentes.
Sami Naïr es catedrático de Ciencias Políticas.
El momento catalanista
La desesperación unilateralista de Puigdemont y Torra
todavía no ha cobrado conciencia de su sabotaje
democrático del 6 y del 7 de septiembre. Esos días
infaustos partieron por la mitad las reglas del juego
democrático
Conéctate
Jordi Gracia
31 JUL 2018 - 00:00 CEST
En el aire, en las redes y hasta en las imágenes está la evidencia de una reinstalación de
la cuestión catalana en carriles políticos, pero es posible también que el mensaje
explícito del cambio esté sobre todo en Cataluña y no en el Gobierno de España. La
oportunidad de un catalanismo militante ha regresado ante la sospecha silenciosa de los
muchos errores estrictamente democráticos cometidos por el unilateralismo. Impulsó un
plan de separación de España sin apoyo popular suficiente, sin reconocimiento
internacional tácito ni explícito, sin preparación institucional adecuada para hacerlo
viable y, en último lugar, pero central, sin haber respetado los derechos, la legitimidad y
hasta la misma existencia de más de dos millones de votantes contrarios a la
independencia.
El momento catalanista del que hablo no contiene nostalgia alguna del ventajista peix al
cove (pájaro en mano) convergente, ni es una trivial reivindicación de respeto cultural
(mejorable, sin duda, pero ampliamente garantizado estatutaria y constitucionalmente).
El catalanismo político del que hablo carece de turbulencias étnicas o esotéricas, no
prescribe un carácter ni un ser, no predefine opciones políticas o ideológicas. Delimita
un espacio político transversal que negocia, defiende y protege la cuota de poder
político y económico que corresponde a Cataluña, como sociedad rica, en el contexto de
una España democrática cuyo Estado necesita actualizar algunas de sus estructuras tras
40 años de democracia. El catalanismo político puede ser más de derechas o más de
izquierdas, puede y debe reivindicar la sede oficial de instituciones comunes, de
tribunales, del Senado o de cualquier otra cosa, del mismo modo que reivindica la obvia
bicapitalidad cultural de la España contemporánea y el bilingüismo cultural y literario
de la sociedad catalana.
De hecho, las máscaras han caído de golpe desde la moción de censura ganada por
Pedro Sánchez. La estrategia neoespañolista de Ciudadanos para atraer al votante de un
PP carcomido ha dejado a la vista su tacticismo temerario y su alergia al catalán, incluso
cuando lo habla La Moncloa, pero no ha restado legitimidad a sus argumentos contra el
unilateralismo. La desesperación unilateralista de Puigdemont y Torra todavía no ha
cobrado conciencia de su sabotaje democrático del 6 y del 7 de septiembre y mantiene
impenitente la fe fiel a un unilateralismo que llaman legitimismo. Pero las cargas
policiales y reales del 1 de octubre no redimen democráticamente una votación a la que
no estuvimos invitados la mitad de los catalanes.
Tampoco son infinitas las opciones abiertas, pero son muchísimas más que antes,
cuando no había ninguna. Hace un mes que el reloj ha dado un golpe de agujas y ha
regresado al lugar de donde no debió haberse movido nunca: la negociación política
sobre un conflicto político gravísimo (gravísimo porque atañe a la profunda
insatisfacción de casi la mitad de catalanes). Se han puesto varias ideas sobre la mesa y
posiblemente todas tienen cosas malas y buenas. Programar con tiempo y neutralidad
institucional una consulta con dos o más opciones es una de ellas; restituir la legitimidad
al Estatut o incluso programar una reforma constitucional controlada en clave federal y
hacerla votar en España y en Cataluña es otra; contraprogramar el unilateralismo con
una batería vincente de propuestas de negociación no sometida a chantaje es otra. Hay
más: unas serán mejores que las otras, pero no es relevante.
Lo relevante es que un cambio de poder y un Gobierno solvente han hecho caer las
caretas de dos bandos cargados de intransigencias pasionales. De golpe, todo ese pasado
grandilocuente y épico, de un lado, y la intransigencia jurídica del otro, suenan a teatro
y comedia, o a tragedia, mejor, inducida por múltiples errores políticos: de menosprecio
y oportunismo electoralista por parte del Gobierno de Rajoy, y de populismo arrebatado
y adanismo ingenuista por parte del unilateralismo. En parte, el sustrato carlista y
creyente de unos y, en parte, el españolismo impermeable a la plurinacionalidad de
España de otros, suenan de golpe a cosa tan residual como los telespectadores de 13
Televisión o a cosa tan remota como el peor siglo XIX.
Multiverso
Físicos de gran prestigio parecen convencidos de que
nuestro universo es solo uno entre muchos, tal vez
infinitos, otros
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Javier Sampedro
2 AGO 2018 - 00:00 CEST
Vas por la calle y una encuestadora te pregunta cuál es el gran problema que le queda
por resolver a la ciencia. Curar el cáncer, responderás si perteneces al tipo apresurado;
erradicar las enfermedades hereditarias, si estás más informado; el origen de la vida,
cómo funciona el cerebro y cómo podemos acoplarlo a una máquina para poder
expandir nuestra conciencia, y acaso la de la máquina. Los físicos están hechos de otra
pasta. Se preguntan por los orígenes, sí, pero no de nuestro cerebro o de la vida en
nuestro planeta, sino de la existencia en su conjunto, el origen del cosmos y de todo lo
que existe. Si le preguntas a Martin Rees cuáles son las grandes cuestiones pendientes,
te responderá que son dos: saber si nuestro Big Bang es solo uno entre muchos, tal vez
entre infinitos otros; y si, en caso de ser cierto lo anterior, todos los universos son
iguales o tienen diferentes leyes cada uno. No me refiero al Código Penal, sino a las
leyes de Newton, las ecuaciones de Maxwell, la relatividad de Einstein y todas esas
cosas que rigen nuestro mundo. Pero que tal vez sean distintas en otros universos.
La idea del multiverso está muy lejos de la demostración empírica. Eso quiere decir que
por el momento no es física, sino metafísica, pero es una clase de metafísica que
subyuga a nuestros mejores físicos teóricos. Físicos de la altura de Leonard Susskind,
Alan Guth, Michio Kaku, Brian Greene o el propio Rees parecen convencidos de que
nuestro universo es solo uno entre muchos, tal vez infinitos, otros. Por supuesto, la más
mínima prueba experimental de lo contrario les hará cambiar de opinión. Eso es lo que
significa ser un científico. Pero hoy por hoy su opción es el multiverso, aunque solo se
apoyen en la filosofía del juez Potter Stewart, cuando le enfrentaron al problema de
definir la pornografía: “No sé definirla, pero la reconozco cuando la veo”. Así es
también el multiverso.