Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
MUJER = MADRE
El Imaginario Social
Entran aquí en juego fuerzas sociales que operan en la mujer a nivel inconsciente, en el
registro imaginario, y que podrían ser analizadas a través de lo que se ha dado en llamar los
mitos sociales de la maternidad.
Estos mitos no están por fuera de los individuos produciendo sobre esos efectos de influencia.
Tampoco hablamos de una interacción entre individuo y sociedad a través de sus mitos, sino
que pensamos a éstos como constitutivos del sujeto, y recreado socialmente por cada individuo
singular.
Imaginario y simbólicos sociales que producen un real: mujer igual madre, que vuelve imposible
una realidad posible:
Mujer: madre o sujeto reproductor. Sujeto de goce. Sujeto productivo creativo. Sujeto histórico.
Sujeto de discurso. Sujeto de poder.
Mujer igual madre. Igual. Madre igual mujer. Porque una cosa muy diferente es decir que para
ser madre se necesita ser mujer, que decir que para ser mujer se necesita ser madre. Sin
embargo, su uso, por un deslizamiento de sentido característico del discurso ideológico, se ha
hecho equivalente
Frente a la presencia cada vez más sólo de mujeres que trabajan, estudian, es decir organizan
su vida en un proyecto de vida no circunscripta exclusivamente a la maternidad, estas
prácticas, se acumulan como transgresiones, o son también elementos directivos que
acumulan potencialidades a cristalizar luego en futuras organizaciones en que se reestructuren
el cuerpo social.
1. La ilusión de naturalidad:
Habitualmente consideramos como natural que la mujer sea madre. Así adscribimos la
maternidad como un fenómeno de naturaleza, y no de la cultura. Es natural que la mujer sea
madre porque posee: un privilegiado aparato reproductor: nidacion interna y mamas; y un
instinto materno que la guiará en la crianza de los hijos.
Esta característica biológica que ha jugado un papel decisivo en las amada inserción de la
mujer en la naturaleza diremos que la condición necesaria pero no suficiente de la maternidad.
Incluimos las naciones de proceso y de constitución, como opuestas a lo dado, donde operan
tanto aspectos conscientes con inconsciente, tanto individuales como culturales. Esta
concepción naturalista opera aquí de la misma forma que con referencia el sexo de una
persona: es natural que sin individuo nace el sexo masculino sea varón es decir se comporte y
sienta como tal dada su constitución física a la edad correspondiente, el instinto se cobrará a la
estructura biológica y lo diera en todas las conductas sexuales. Se consideran a sí
prácticamente sinónimo sexo biológico y sexo psicológico. Lo mismo ocurre con la maternidad:
variaran de una mujer a otra la significación del hijo, el deseo o no deseo del hijo, su manera de
imaginarizarlo, sus posibilidades de entrar y salir de la especularidad con su hijo, etc.
Un instinto es un saber hacer heredado genéticamente. En los seres humanos es mucho más
difícil poder aislar una conducta instintiva; nos estamos refiriendo a conductas distintivas en
general, no sólo al instinto materno. Podemos afirmar que el ser humano es un animal
atravesado por la cultura, cruzado en su propia carne por lo social. En lo ideológico de la
nación de instinto referido a la maternidad, el mito era que la madre posee un saber hacer
instintivo que le permite entender mejor que nadie lo que su hijo necesita. Dicho instinto la
guiará para encontrar el camino adecuado en la relación con el hijo. Es infalible.
Parecería ser que el pensar no como hijos del instinto nada cierta ilusión de fuerte anclaje.
Hijos del instinto nos remite a la ilusión está inscriptos en un orden necesario natural. Hijo del
deseo nos enfrenta la contingencia en la que se escriben los hechos del orden de lo humano.
2. La ilusión de la a temporalidad:
Dado que la función materna se inscriben el orden de la naturaleza, y no de la cultura, la
maternidad fue siempre así. Decir que siempre fue y será si tiene mucha más fuerza que
pensar que dicha función cambia con los tiempos.
Distintas han sido las concepciones de maternidad en la historia, en esta sociedad y por ende
distintas han sido las prescripciones implícitas y explícitas que han regido para llevarla a cabo.
En uno y otro período variaran las producciones de este imaginario social, otros eran los mitos,
otras eran las explicaciones que las disciplinas científicas ven a estos problemas. Otras eran
las valoraciones. Otra cosa será lo sancionado. Otros, por ende, serán los discursos y las
prácticas.
Las prácticas:
A través de las prácticas “maternales” podemos inferir con bastante claridad cuál otro era el
mito de la maternidad y su dispositivo en siglos anteriores. Dichas prácticas podrían conformar
los “discursos indirectos” a través de los cuales dicha sociedad habla de la maternidad, sus
mujeres y sus niños (Ej. las mujeres de buena posición tenían entre 18 a 20 hijos que
entregaban cuando nacían a vivir en casa de la nodriza para ser amamantados por un año o
dos el tiempo que durará la lactancia, muy pocos de esos sobrevivían ya que las condiciones
de afecto e higiene, eran pésimas.).
El concebir la maternidad como esencia de lo femenino. Podríamos decir que nos encontramos
aquí frente un rasgo típico del esencialismo, cuando eleva a categoría universal lo típico o
necesario de un momento histórico.
Hoy en día una mujer dedica mucho menos tiempo de su vida útil para cumplir con su función
social reproductora, que las mujeres de otro siglo. Lo acontecido el que cambia el paradigma
de maternidad en que se mueve dicha práctica. Se prolonga la crianza y el cuidado de los hijos,
que eran mínimo cuando se parían frondosisimas descendencias, de lo cual la madre actual
de 1 o 2 cual lo sumo tres hijo, dedica toda su vida a esta tarea al igual que la que tenía 20. Si
bien los factores antes expuestos han sido decisivos en la ¨ desalienación de la mujer de la
naturaleza, las fuerzas del cuerpo social se reorganizan exaltando los valores de la madre; al
tener muchos menos hijos, y siendo la maternidad su función, su misión, se centra en esos
pocos hijos toda su dedicación. Y es aquí donde decimos: a menos hijos más mito o sea más
madre incondicional más madre que cuide y vele toda la vida por los hijos al sacrificarlo todo
por ellos; a menos hijos más mito que permite justificar ocultar disimular sostener el excedente
de este confinamiento.
El llamado vínculo madre hijo presenta, como todo vínculo, aspectos idealizados y aspecto
persecutorios, tanto para la madre como para el hijo, pero lo que vamos a encontrar es que
mientras los aspectos idealizados se expresan en un nivel de explicitación permanente a través
de todos los canales sociales e individuales públicos y privados, los aspectos persecutorios se
mantienen implícito, siempre presente, pero negado, sancionados. Exalta la ternura, negada la
agresividad y el erotismo también constitutivos de dicho vínculo.
La relación necesaria entre aquellos aspectos de la realidad que el mito exalta y aquello que el
mito de miedo minimiza. Lo que está promociones ideológicas no dejan ver, no tiene una
relación de exterioridad con lo que exaltan. Diremos que lo exaltado con dinero negado como
su propia denegación. Para ser más exactos, lo invisible es lo que contiene lo visible como su
propia denegación. Es decir que si el amor de la madre por sus hijos es instintivo incondicional
indestructible, necesariamente, habremos de omitir, negar, renegar, no ver, su agresividad,
erotismo, lo que destruye en los hijos con su sobreprotección, sus abortos, etc.
Agresividad, patología, erotismo, aborto, etc., están fuera de lo posible de ser pensados
conscientemente. Y si, por negados se harán presentes como síntoma. Tendrán toda la fuerza
de lo reprimido; velarán y develarán su presencia, y su sentido.
Con respecto a la ocasión mujer igual madre dependerá del lugar profesional desde donde
miremos los hechos. Es indudable que desde un enfoque macro social, abarca activo de los
grandes movimientos, se puede ver con respecto a la mujer, un movimiento progresivo hacia
una cada vez mayor adquisición de logros sociales, inserción en proceso productivo,
redistribución de roles entre hombres y mujeres con la consiguiente redefinición de la
maternidad.
Introducción
Negación de los jóvenes para pensar e indagar sobre la sexualidad de los viejos.
No hay ninguna duda de que existen cambios fisiológicos a medida que las personas
envejecen. Sin embardo, subsiste la pregunta sobre ¿cuánto pueden influir estos cambios en la
conducta sexual?, dado que es muy difícil trazar una línea divisoria entre los aspectos sexuales
y los fisiológicos. Los cambios fisiológicos no traen de por si consecuencias negativas en la
respuesta sexual. Se hace necesario enfocar la sexualidad desde otro ámbito, pasando del
modelo de la sexualidad basado en el joven y asociado al coito (en el que no hay cabida para
el anciano), a un modelo mas permisivo y real, que lo identifica con la búsqueda de placer
sexual y en el cual las posibilidades de manifestación y actividad son mucho mas amplia que la
genitalidad: abrazos, besos, caricias, miradas, sexo oral, masturbación, etc.
DATOS BIOLOGICOS
Los hombres viejos que ignoran los cambios en el funcionamiento sexual que se
producen con la edad, pueden ser particularmente vulnerables a preocupaciones sobre
su desempeño sexual-
Tanto en el hombre como en la mujer aparecen una serie de cambios
multidimensionales hacia los 50 años- esta en el apunte de Salvarezza esta
descripción.
CONSIDERACIONES PSICOLOGICAS
La vida sexual humana consiste esencialmente en satisfacer el impulso a la búsqueda de
placer mediante el contacto de los órganos genitales propios con los del otro, o bien en
actividades de tipo autoerótica. Pero es necesario discriminar entre “lo sexual” y “lo
genital”. El primero es un concepto mas amplio y comprenden muchas actividades que
no guardan relación alguna con los órganos genitales. La sexualidad ha sido definida
como el conjunto de impulsos, conductas, emociones y sensaciones que están
intrínsecamente relacionada con la act. Reproductora o con el uso de los órganos
genitales como fuente de satisfacción.
La sexualidad adulta tiene como precursora a la sexualidad infantil, que existe desde la
constitución misma del individuo bajo la forma de una pulsión, como concepto limítrofe entre lo
psíquico y lo somático., con la posibilidad de acceder a objetos (el objeto de la pulsión es
contingente) y fines mas o menos específicos. Al principio el niño podrá satisfacerse de
múltiples formas, PERVERSO POLIMORFO, sin centrarse específicamente en los órganos
genitales. Paulatinamente, en el cual el sujeto traviesa un largo y difícil recorrido, en el cual el
sujeto para constituirse como tal, debe soportar prohibiciones y sacrificios, estas pulsiones van
confluyendo en la erotización, tanto de los órganos genitales como de su función. A partir de
allí se instaura la genitalidad adulta que desde la pubertad en adelante será la exteriorización
mas visible de la sexualidad, por lo tanto la genitalidad quedara subsumida en el movimiento
mas abarcativo de la sexualidad, del cual solo es un representante, pero no el único. Pero no
solo esta involucrada en la relación con los otros, sino que la relación con uno mismo,
narcisista, esta ampliamente determinada por la sexualidad. Así definida la sexualidad no tiene
límites de edad para su exteriorización, desde el nacimiento hasta la muerte, nos acompaña.
CONSIDERACIONES CLINICAS
Existen tres premisas fundamentales que es importante tener en cuenta para poder
contraponer las desviaciones que deben ser consideradas como perturbación o patología:
No hay causa alguna para que un sujeto, en un razonable estado de salud general, no
pueda continuar experimentando deseos sexuales y ejercitando su función genital
hasta estadios de edad muy avanzados.
La posibilidad de que esto ocurra efectivamente esta determinado de modo directo con
la actitud que el sujeto haya tenido para con su sexualidad a lo largo de toda su vida:
aquellos que han sabido gozar de ella, convirtiéndola en fuente de placer en el goce
compartido y de autoafirmación de su identidad deseante mas allá de los tabúes,
prejuicios e imposiciones socioculturales son los que se mantienen activos por mas
tiempo. Por el contrario, quienes hayan actuado con temor, repugnancia, o rechazo,
son los que invocaran las razones de su edad para retirarse de la actividad sexual.
Enfermedades y medicamentos
Cualquier deterioro agudo o crónico, que se manifieste en el ámbito de la mente o del cuerpo
puede estar en relación con el descenso o ausencia de pulsiones sexuales. Cuando el
problema es agudo, la complicación será transitoria y si no hay una estructura de personalidad
ansiosa, suele tolerarse. Cuando es crónico, la reducción de la capacidad de respuesta es
consecuencia directa de la disminución de la eficacia física.
La actividad sexual puede actuar como función terapéutica como preventiva. El acto sexual es
en si mismo una forma de actividad física y ayuda a la gente a estar en buenas condiciones, al
mismo tiempo que reduce las tensiones físicas como psicológicas.
“Si no es la biología, quien puede decir algo sobre la diferencia de los sexos, puesto que la
bisexualidad coloca un velo de ambigüedad en los caracteres sexuales secundarios…¿de
dónde vendrá para un sujeto su especificación como ser sexuado?”
….puede decirse que lo decisivo, en la apreciación de una conducta con respecto al par
masculinidad – femineidad, son las fantasías subyacentes, que solo pueden descubrirse
mediante investigación psicoanalítica”
A lo largo de sus investigaciones Freud desarrolla diferencias entre la articulación del drama
edípico y el complejo de castración en la niña y en el varón, pero el descubrimiento de
importancia de la fase de la exclusiva vinculación materna, fortalece en Freud la hipótesis del
predominio fálico (función simbólica, como objeto de deseo)
En la mujer es más imperiosa la necesidad de ser amada que amar, ya que adscribimos en la
femineidad un alto montaje de narcisismo….”Considera sus atractivos como una compensación
posterior de su inferioridad sexual original…”
En cuanto al varón “junto con la identificación secundaria con el padre, subsiste la identificación
primaria: el niño es porque encarna lo que falta a su madre para alcanzar el ideal y ese deseo
puede subsistir en la heroicidad…está condenado a vivir pendiente del éxito, de su pene, su
potencia, y los otros hombres amenazan su castración.
Asumirse como mujer es exhibirse como objeto de deseo del hombre, el cuerpo se torna sexual
izado porque se ofrece a una mirada, el yo corporal se constituye como primer objeto de amor,
por el hecho de ser mirado como si fuera otro, identificación a una imagen, identificación
primaria.
Esto sucede a partir de un orden que precede a la existencia, el sujeto ocupa el lugar del falo
que le estaba reservado desde el orden edípico (intercambio de falo por hijo). Castración y
Narcisismo se articulan.
De esta forma un sujeto varón puede sentirse hombre y masculino, o hombre y afeminado u
hombre que se imagina mujer, y lo mismo para la mujer.
El cuerpo de hombres y mujeres está habitado por una sexualidad enigmática, lo femenino y lo
masculino se desencajan, no coincide lo que se es, lo que se siente y lo que parece.
Asumir la femineidad o masculinidad, es adscribirse a una clase, ordenar los deseos, ideales y
sostener el narcisismo.
Freud habla de un envejecer diferencial y cita que un hombre de 30 años, (en la mitad de la
vida para su época) todavía era un hombre inacabado, joven, flexible. En cambio la mujer de
igual edad es inflexible e inmutable psíquicamente, su libido ha ocupado posiciones definitivas
y parece incapaz de cambiarlas., como si el proceso de la ardua evolución a la femineidad se
hubiera ya cumplido por completo.
Cuerpo: los rasgos biológicos y sociales del envejecer acusan rasgos diferenciales, los
psicológicos son comunes a ambos.
Los factores psicológicos del envejecimiento no hacen distinción de sexos sino de modos de
posicionarse en relación a la castración
Un ejemplo, menopausia:
Toda mujer atravesara el climaterio (factor biológico)
Podrá ser valorado socialmente, como la pérdida del valor productivo (factor social)
No toda mujer vera herida su autoestima por dicha pérdida (factor psicológico)
Una mujer lesbiana que ejerce una sexualidad masculina, no verá afectado su narcisismo al
atravesar esta etapa (aspectos sexuales sobre factor psicológico)
La mujer actual tiende a seguir ejerciendo la femineidad por lo tanto se observa menor
aparición de síntomas menopáusicos (aspecto sexual sobre factor biológico)
Burin describe un modelo patriarcal, que actualmente está cambiando, desde las estadísticas
observamos mayor cantidad de mujeres con patologías cardiacas propias del hombre , esto
habla del despliegue narcisista de la masculinidad en las que superaron el modelo patriarcal
de femineidad descripto por Burin
Los factores psicológicos del envejecer son el punto de enlace y la resultante del interjuego
recíproco de los factores biológicos y sociales con el destino particular de la sexuación.
Esta será efecto de las identificaciones en el orden edípico por el modo de operar la castración
en relación al narcisismo, la femineidad y la masculinidad
Están engarzados con la modalidad de constitución del Yo ideal y su relación con el ideal del
yo.
Para muchas mujeres el deberse, el ponerse en función de, el acto de preparar su rol y su
máscara es, en la mujer activa, el motor que pone en marcha a su cuerpo y sostiene su auto
validez.
Se trata de entender que para sentirse joven o femenina no es necesario, ni conveniente verse
con diez años menos.
La cuestión pasaría por ir reconociendo las marcas del paso del tiempo para que su aparición
“Afuera”, no nos sorprenda con horror.
Neugarten: afirma que si los cambios predecibles son elaborados, no producen crisis, de lo
contrario la imagen repentina nos sorprenderá sin recursos con efecto siniestro.
Como dice Simón de Beauvoir “ ocurre que la preocupación de esa valoración ordena toda la
vida amorosa, se convierte en una perpetua empresa de seducción, una constante afirmación
de vigor viril…mientras que la mujer-objeto se identifica desde su infancia con la imagen total
de su cuerpo, el niño varón encuentra en su pene el alter ego; en su pene se reconoce el
hombre toda su vida y en el se siente en peligro…una imagen desfavorable de si lo disuade ,
entonces se crea un circulo vicioso que le impide tener relaciones sexuales”.
“Si hubiera sostenido a lo largo de toda su vida, una masculinidad no tan basada en la
ostentación de potencia, no le afectaría tanto que a un joven “se le pare” y a él no”
Si todo está puesto en el desempeño genital siempre saldrá perdiendo en el dato comparable,
ya que con la disminución de las funciones caerá toda ilusión.
“Lo inadecuado es tratarse a si mismo como una máquina, que debe responder con eficiencia y
siempre igual”
“hacer pasar el eje del goce compartido, de la erotización de la vida, por la recuperación de la
función eréctil delata la dificultad para aceptar y para adaptarse creativamente al hecho
inevitable en el envejecimiento, de la pérdida de un margen de capacidad funcional en el
ejercicio de la genitalidad”.
Encontrar recursos creativos a partir del amor a la vida, nos marca el camino de la aceptación
y adaptación a los cambios.
García Márquez escribe…”había emoción, atrevimiento, felicidad, turbación y miedo, que son
as sensaciones del amor a cualquier edad…””….cuestiones de la genitalidad, que aunque
declinan, no anulan la sexualidad, que podrá ser para toda la vida, en la medida que no se
caiga en la desesperación por el desempeño…”
La reminiscencia, es indicativa de la elaboración normal del duelo por los objetos internos
perdidos y señala la posibilidad de pasaje a nuevos investimentos objetales, al retomar
imágenes para el presente , de sí olvidadas. Son un cotejo con el pasado que impulsa al futuro.
La nostalgia a diferencia implica inhibición.
Relaciones intergeneracionales
Otto Kernberg estudia algunas conflictivas normales y patológicas que atraviesan mujeres y
hombres entre 35 y 55 años
Describe entre otros padres motivados por la envidia que sienten por hijos del mismo sexo,
demuestra como la persistencia de conflictos sexuales no resueltos y su resolución parcial
después de años de experiencia adulta reaparece en relaciones inconscientes de los padres
con sus hijos.
La jubilación y abuelidad son eventos expectables desde la mitad de la vida y ponen en juego
las posibilidades sublimatorias de la femineidad y masculinidad.
En relación a la jubilación
Sg. Freud “…ninguna otra técnica de orientación vital liga al individuo tan fuertemente a la
realidad como la acentuación del trabajo…
…La actividad profesional cuando ha sido libremente elegida ofrece particular satisfacción,
mediante la sublimación permite utilizar inclinaciones preexistentes y tendencias pulsionales
evolucionadas…”
Estas palabras de Freud nos hacen considerar la importancia del trabajo en la economía
libidinal del sujeto, en su significación inconsciente en el envejecer.
Por ej. Los aspectos masculinos sublimados, tanto en h. como en m. que ocupan lugares de
poder, los enfrenta a la posibilidad de soportar la pérdida de potencia.
Los cambios biológicos y sociales del envejecer ponen a prueba la economía libidinal y lleva a
hacer replanteos permanentes de identidad.
Su aparición en la clínica
Ejemplos:
En las estructuras obsesivas el envejecer con la perspectiva del fin, va abriendo puntos de
angustia que pueden descompensarlos y llevarlos al replanteo.
Freud señalo que en la clínica de la edad avanzada las resoluciones de femineidad no se dan
de una vez y para siempre, sino que como el señalo en algunos historiales se halla repetición
alternante de periodos de masculinidad y otros de femineidad
En la clínica se pueden ver casos donde en vez de presentarse señales de angustia que hacen
interrogar la condición de sujeto deseante, surgen señales de tensión narcisista (”siempre fui
nerviosa/o ahora soy hipertensa/o”) que desembocan en estados depresivos, bálsamos
para el yo según Rolla, o efectos de una traición del sujeto a si mismo según Collet y sus
secuelas de somatización
Entrar en análisis lleva a un cuestionamiento de su identidad en cuyo núcleo se anuda la
articulación de femineidad y masculinidad que no se logro armonizar
Plenitud de erotismo:
Femenino y masculino, como vimos, son maneras de posicionarse respecto al deseo, que es
atemporal y acompañan al sujeto hasta su muerte
Los avatares del deseo nos enfrentan a condicionamientos biológicos y sociales que introducen
las marcas de la temporalidad, interrogando a nuestro deseo y a nuestra identidad –
En este cotejo con la temporalidad, factores psicológicos del envejecer se pone en juego la
identidad sexual, ¿Cómo me satisface lo que hice de mí, lo que logre?
Los vientos fuertes del envejecer ponen a prueba nuestros cimientos, pero a diferencia de una
casa la fortaleza no se muestra en la dureza, sino en la flexibilidad.
Para mantener el aparato psíquico joven la líbido debe seguir circulando, debe estar
desplegada en distintas cuestiones para poder seguir soportando las ausencias y poder seguir
desplazando y condensando, haciendo metáfora, simbolizando, invistiendo catectizando, la
entrada de nuevos ideales en escena que prolonguen y complementen la productividad
amatoria y laboral tanto en el orden de lo femenino como de lo masculino que nos constituye
Para “crear-se “hay que “no creer-se” hay que estar dispuesto permanentemente a reconocer la
propia inconsistencia, la incompletud inherente a todo ser humano.
Una abuelidad lograda dependerá de la manera de ubicarse en ese orden trigeneracional, ser
abuelo es uno de los modos de re- hacerse y re- crearse en el envejecer.
Simon de Beauvoir– “La Jubilación”
La jubilación es un hecho crucial en la vida de mucha gente, dado que trae aparejado una serie
de cambios importantes en los patrones de actividad, implica una reestructuración de la
variable tiempo (re-crearlo), una manera distinta de reorganizar las tareas diarias.
Una visión estereotipada indica que la jubilación es un evento negativo que representa las
mayores perdidas para el individuo, no solo en términos económicos, sino también, en su
status social, y que es frecuentemente acompañado por cuadros de depresión y ansiedad. Es
un hecho crítico.
En cuanto a las tendencias sociales, la autora indica que el hecho mas dramático es la
disminución de la edad para jubilarse. Al mismo tiempo que la edad de las jubilaciones cae, la
longevidad esta aumentando muy rápidamente. La gente se jubila más temprano, pero vive
más.
La vida del jubilado, presenta una secuencia de cambios: algunas personas describen este
momento como aburrido, declinación y monotonía, un periodo de “hacer tiempo” hasta la
muerte. Sin embargo, algunos adultos tienen actitudes favorables hacia la jubilación y la miran
como el tiempo de ocio merecido, como una recompensa por tanto esfuerzo en el trabajo, y
esperan que cuando llegue ese momento gocen de buena salud y que sus ingresos sean
buenos para poder disfrutar el tiempo libre.
La decisión de jubilarse: puede estar determinada por problemas de salud, la importancia que
tiene el trabajo en el propio sentido de la identidad, el placer que el trabajo le proporciona, la
calidad de las relaciones con los colegas, la cantidad de dinero que involucra la decisión así
como también las actitudes de esposa e hijos frente a la decisión. La decisión de jubilarse
ocurre cuando el trabajador establece que haciendo un balance entre los pos son mayores los
contras.
Una vez que se ha tomado la decisión, la vida comienza paulatinamente a cambiar, un autor la
describe a esta primera etapa como “luna de miel” durante la cual algunas personas intentan
emprender o realizar todas aquellas actividades postergadas por las responsabilidades
laborales. Una segunda etapa: termina entre los seis meses y el año, tiempo en el cual el
jubilado ha establecido un patrón de actividades que generalmente es descripto como
satisfactorio. En este periodo el jubilado suele describir este momento como “muy ocupado”
con actividades a las que ven como significativas.
Algunas personas son mas propensas que otras a sufrir complicaciones psicológicas con la
jubilación (series complementarias), uno de estos grupos comprende a aquellos que han tenido
durante toda su vida trabajos mal pagos y de mucho esfuerzo físico a causa quizás de pocos
alcances en la educación. Estas personas tienen pocos recursos personales o sociales para
enfrentar los cambios que ocurren con la jubilación. Otro grupo esta constituido por aquellos
que han sido obligados a jubilarse tempranamente de lo que hubiesen deseado, a causa de su
mala salud o que sus trabajos terminaron por decisión de sus compañías empleadoras. Estas
personas para las cuales la jubilación llego “fuera de tiempo” posiblemente tengan una mala
adaptación por lo menos al principio.
Otros son portadores de problemas psicológicos de larga duración y que son disparados por la
jubilación. Esto incluye a personas con conflictos sobre los roles sexuales, con metas
personales no cumplidas y con ciertas características personales como por ejemplo la
tendencia a la autodenigración.
La jubilación cae sobre el trabajador como un mazazo. Esto produce cambios sumamente
significativos en las subjetividades, es frecuente que el discurso de las personas recientemente
jubiladas indique “yo no pensaba nunca en dejar de trabajar, creí que me moriría antes”, “una
mañana me desperté y me encontré jubilada”. “ya no tengo nada para hacer”.
Ante esta situación muchos jubilados intentan encontrar un trabajo retribuido, pero solo una
minoría lo consigue y no les procura las mismas satisfacciones que su trabajo inicial. Extraídos
de su medio profesional, los jubilados deben modificar su manera de emplear el tiempo y todos
sus hábitos.
Algunos sienten la jubilación como una limosna. No ganarse la vida parece una decadencia. El
hombre define su identidad por su ocupación y su sueldo, la pierde al retirarse, un ex obrero, ya
no es obrero: no es nada. “la función del jubilado, dice Borges, consiste en no tenerla”. Por lo
tanto esto significa para la autoestima, perder su lugar en la sociedad, perder la dignidad, y casi
la realidad. Además el jubilado no sabe que hacer con su tiempo libre, se aburre. Aquellos
jubilados que no saben que hacer o que no pueden sustituir por otras funciones cambian
extrañadamente, algunos mueren.
En general, las mujeres temer que sus maridos se jubilen porque el nivel de vida bajara, habrá
preocupaciones por el dinero, les estará todo el tiempo encima. Solo en aquellos medios en
donde hay una buena situación económica las mujeres pueden disfrutar la jubilación de su
marido. Algunos hombres frente a la situación de jubilación se sienten humillados ante su
mujer, o ante sus hijos cuya situación es superior a la suya. Se ha visto a tiranos domésticos
que de un día para otro, pierden su autoridad y hasta piden permiso para cortar un pedazo de
pan. Otros se hunden en la hipocondría.
¿Cómo repercute esto en la salud?: el índice de mortalidad es mucho mayor mas que nada
durante el primer año de jubilación. La mayoría de los gerontólogos franceses la consideran
nefasta.
En este sentido existen muchos clubes que reúnen en los barrios a los jubilados, eso les
permite conservar la vida social, y también es una buena excusa para que puedan desempeñar
distintas actividades o talleres recreativos: excursiones, debates, hacer o escuchar música,
talleres literarios. Las personas que concurren a estos centros dan un buen indicio de salud.
Como conclusión el autor indica, que en la vejez los explotados están condenados, si no es a la
miseria, a la pobreza, o a alojamientos incómodos, a la soledad, lo que les produce un
sentimiento de decadencia y de ansiedad generalizada. Se hunden en un embotamiento que
repercute en el organismo y en su salud (física y psíquica). Aunque conserve salud y lucidez, el
jubilado es igualmente presa de un terrible flagelo: el tedio. (fuera de lo que era su trabajo, su
tiempo libre esta alienado). Su ociosidad triste conduce a una apatía que compromete lo que
queda de su equilibrio, físico, psíquico y moral.
Salvarezza, Leopoldo - “Viejismo. Los prejuicios Contra la Vejez”
La vejez en si representa un conflicto. El grado de conflicto que representa para cada uno y las
conductas defensivas que se adopten para evitarlo estarán determinados por la historia
personal de los participantes, la cual habrá ido sedimentando a través de las sucesivas
experiencias, fantasías y represiones en una ideología general sobre lo que es la vejez, cuales
son sus causas y consecuencias y cual es la mejor manera de comportarse frente a ella.
De acuerdo con la teoría del desapego, a medida que el sujeto envejece se produce una
reducción de su interés vital por las actividades y objetos que lo rodean, lo cual va generando
un sistemático apartamiento de toda clase de interacción social. De modo tal, que
gradualmente la vida de las personas viejas se separa de la vida de los demás, se van
sintiendo menos comprometidos emocionalmente con su alrededor. Este proceso a su vez se
va a poyando en el lógico declinar de sus capacidades sensorio motrices. Al mismo tiempo este
distanciamiento afectivo lo pone a cubierto de confrontaciones con objetos y situaciones que le
plantean problemas de difícil solución. Como consecuencia, este desapego cumple
secundariamente una función social importante, al no permitir un adecuado desarrollo
económico de las generaciones mas jóvenes.
De esta premisa se desprende que la conducta aconsejable a seguir frente a los viejos, debe
inducir o favorecer un apartamiento progresivo de sus actividades como un paso de
preparación necesaria para la muerte.
El viejismo representa una conducta social compleja con dimensiones históricas, sociales,
psicológicas e ideológicas, y usada para devaluar, conciente o icc, el estatus social de las
personas viejas.
A su vez existe otro termino: GERONTOFOBIA, que también es utilizado con frecuencia pero
que debe distinguirse del concepto de VIEJISMO. Gerontofobia se refiere a una mas rara
conducta de temor u odio irracional hacia los viejos, de manera que es menos abarcativa y
debe ser incluida dentro del viejismo y no ser utilizada como conceptos intercambiables, no son
sinónimos.
Los prejuicios contra la vejez (como cualquier otro prejuicio) son adquiridos durante la infancia
y luego se van asentando y racionalizando durante el resto de la vida de los seres prejuiciosos.
Generalmente son el resultado de identificaciones primitivas con las conductas de personas
significativas del entorno familiar y por lo tanto, no forman parte de un pensamiento racional
adecuado, sino que se limitan a una respuesta emocional directa ante un estimulo
determinado. Busse señala que las personas prejuiciosas muestran una llamativa disociación
de sus conductas, ya que al pedirles una explicación sobre su comportamiento, la dan en
términos lógicos y adultos, mientras que sus respuestas emocionales dan cuenta de una sobre
exageración irracional de ansiedad, desesperación, temor, o furia que corresponden a patrones
de conducta infantiles.
Uno de los prejuicios mas comúnmente extendidos es el de “todos los viejos son enfermos o
discapacitados”, “pasan mucho tiempo en cama a causa de las enfermedades”, “tienen muchos
accidentes en los hogares” “desarrollan infecciones fácilmente” “son cascarrabias”, “son
débiles”, “ tienen una pobre coordinación psicomotriz”, el resultado de estos prejuicios es que
se crea una fuerte sinonimia: viejo=enfermo, que entraña un gran riesgo, ya que pasa a ser una
suerte de profecía auto predictiva que termina por internalizarse aun en los destinatarios del
prejuicio: los propios viejos.
Cuando se intenta romper la sinonimia viejo = enfermo, el primer problema que se presenta es
el de resolver que si unifican los términos de “salud” y “enfermedad”, problema de por si muy
complicado. La OMS señala que la salud debe definirse como un “estado de completa
satisfacción física, mental y social, y no solamente como ausencia de enfermedad”. Si bien se
trata de una definición ideal y pasible de varias interpretaciones, por lo menos, proporciona
puntos de partida para empezar a pensar que es lo que debe funcionar, en contraposición con
lo que “no funciona”.
La definición alternativa de la salud de los viejos según su nivel de funcionamiento indica que:
“la salud de los viejos es mejor medirla en términos de función, el grado de ajuste mas que la
falta de patología debe ser usado como la medida del monto de servicios que el viejo requiere
de la comunidad”.
Zarebsky Graciela – “Abuelidad normal y patológica” - Hacia un buen envejecer.
En primer lugar, ser abuelo no implica necesariamente ser viejo. Hoy debido a un incremento
en la expectativa de vida, la abuelidad en muchos casos queda comprendida dentro de la
mediana edad. En la actualidad, mas que en otras épocas, llegar a abuelo configura una de las
facetas posibles de la identidad de quien es. Lo cual da cuenta del malestar que en algunas
personas puede ponerse en juego al ser llamado “abuelo”.
Es preciso establecer una diferenciación entre los aspectos imaginarios (que alguien nos
suscite la imagen de abuelo, cuestión netamente subjetiva) y simbólicos de la abuelidad
(cumplir la función de abuelo, en el orden familiar social, mas allá de serlo o no
biológicamente).Redler plantea que lo simbólico precede y constituye al sujeto en la
genealogía. La abuelidad esta siempre ahí, se acceda o no rehúse o no un individuo de ella. Se
trata de dilucidar cómo habita al individuo desde su nacimiento, su orden trigeneracional…
La abuelidad trasciende la cuestión del envejecer, desde el momento en que si bien no todos
llegaremos a ejercerla, todos estamos atravesados por ella en la estructuración de nuestro
psiquismo: el lugar que ocupan nuestros abuelos en nuestra historia, en nuestra historia
edípica sobre todo.
Es muy frecuente que el viejo sea victima del olvido de los otros, esto en parte es real.
El abuelo tiene la posibilidad de juego en tanto abuelidad sana, esto favorece y posibilita el
intercambio. Goce compartido intergeneracional. El nieto despierta en el abuelo su “niño
dormido” y este le otorga a veces el tiempo que los padres por el trabajo y ocupaciones no
puede brindarle.
“Olvidarse del viejo”, desde una lectura social puede pensarse en tanto no pensar en el viejo,
relegarlo, depositarlo, desplazarlo, crecer olvidándose que la vejez es una parte integradora de
la vida y que a todos nos espera un viejo al final del camino.
En cambio el envejecer patológico, cuando las pérdidas son vividas como un quiebre de la
personalidad, la vejez en si misma (como la infancia, la adolescencia) supone una crisis vital, el
modo de resolución de la misma podrá ser vivenciada como una oportunidad de fortalecimiento
y unidad yoica, o bien, la personalidad se sentirá derrumbada. Se necesita acudir al pasado
idealizado que lo ubica en una posición nostálgica. Esto se grafica claramente en el caso
“Mauricio” que expone la autora: sufre mucho porque ya no puede “llegar primero” como antes-
se trata de personalidades en cuya escala de valores, el punto culmine estaba representado
por este ideal de llegar primero, pero en la vejez la realidad lo enfrenta con que este “llegar
primero” es del orden de lo imposible, con lo cual en este “llegar primero” se juega “el no soy
nada”.
Se juega allí una preocupación (generatividad) por lo que continúan, y allí esta puesta la
esperanza.
Duelos por la muerte: perdida de abuelos, padres, otros familiares, de amigos. Posición frente a
la propia muerte. La sensación como indica Salvarezza de que “ya no hay nadie entre la
muerte y yo”.
Un viejo “normal” tiene la posibilidad de poder ponerle palabras a aquello que lo angustia
(capacidad de metaforizar, de simbolizar), encuentra el modo de no quedar preso de la
“encerrona trágica”. Es un viejo que esta en condiciones de hacerse cargo de su salud y de su
enfermedad.
Conclusión: El deterioro es propio del proceso de envejecimiento de un sujeto, al que hay que
escuchar, no solo escucharlo frente a ciertos impedimentos y como esto interfiere en su
cotidianidad sino también cómo ese sujeto esta implicado en su deterioro y en su modo de
llevarlo.