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Jhon Kennedy Toole tuvo una férrea disciplina al escribir La conjura porque La
conjura lo motivaba. La motivación se impuso a la voz de un crítico que estaba
dentro de Jhon Kennedy Toole, y que lo persuadía de pensar qué escribir pero
no lo persuadía de escribir siempre que no se encontraba escribiendo. Puede
que estemos hablando de una voz quejosa dentro de Jhon Kennedy Toole y no
de la voz de un crítico, porque sólo una voz quejosa persuade a un joven de
pensar qué escribir y al mismo tiempo no lo persuade de escribir. Todos, o casi
todos los pensamientos que una voz quejosa nos persuade de tener sobre la
actividad de escribir son insignificantes, al paso que
No está mal, pero el problema es que es muy Martiniano, o sea que es usted él
que escribe, y en su peor tradición, suele hacer confuso lo que podría ser claro,
lanza una buena intuición que luego oscurece y complica lo que podría se fácil.
El tema como tal me parece muy interesante: las posibilidades éticas de la
escritura. Creo que intuye al escoger este tema la envergadura y el alcance de
la defensa derridiana de la escritura (y de Platón en cierto sentido, pues la
gracia de Derrida es hacer decir a Platón lo contrario de lo que parece decir).
La escritura no es solo recordatorio externo, es más bien huella que se deja,
traza que marca y que puede seguirse por otros, no para repetir un eidos
eterno e inmortal sino para proponer caminos de sentido que sirvan para
ahuyentar el miedo a la muerte y al sinsentido. Claro, usted lo dice de manera
mucho más enrevesada, y sin desarrollar los puntos centrales. Además el texto
no va al punto, se pierde en disgresiones, cae en malentendidos…. En fin, debe
trabajar más en su escritura precisamente, sin temor a ser claro…. La
oscuridad no es necesariamente signo de profundidad.
La fuente muda
¿De qué podría haberse encargado Ernesto Sábato en la historia que construye
sin prever el incendio que luego vino sobre ella? Una fuente muda es,
posiblemente, una pileta abandonada a la no-mención de la invitación que una
mujer le hizo, y que él, entre paréntesis Ernesto Sábato, rechazó. Aquí ‘muda’
quiere decir que la actitud de la mujer que acababa de ser rechazada por él fue
muda, justamente porque, mientras se sumergía a fondo otra vez, hasta tocar
la baldosa, ella deseaba alguna otra cosa: olvidar por un momento la
amurallada frente del escritor de Rojas es también una manera de tratar de
‘sentir de nuevo’ lo que imaginamos sigue a la común experiencia que supone
detenerse ante un fósforo que no supimos prender, antes de decidir preparar
una vez más las llamas. Tal decisión es casi literalmente un relámpago porque
no es insensata; ella retoma, o sea la mujer, los fueros de su vocación sin
torcer su decisión bajo una inDtuición oscura y persistente, a la cual llegamos
sólo por medio de la significativa imagen de un fósforo apagado porque,
honestamente, no sabemos nada de La fuente mudaLalAlALLAl