El ejido en México es una figura jurídica mediante la cual una comunidad
de personas (no empresas ni personas morales) es propietaria de una gran extensión territorial para repartirla entre sus miembros, quienes tendrán derecho a obtener fracciones de terreno para construir su casa habitación y para cultivo, quedando otras partes para la construcción de las edificaciones administrativas, de servicios públicos o culturales que sean necesarias u ordenadas por la ley.
Sociedades rurales
En el contexto del Derecho mexicano, se considera a la unión de ejidos
como la figura asociativa que contempla la Ley Agraria, se constituye con dos o más ejidos o comunidades cuyo objeto es la coordinación de actividades productivas, comercialización, asistencia mutua u otras no prohibidas por la ley.
El objeto de las uniones de ejidos es la coordinación de actividades
productivas de asistencia mutua, de comercialización para lograr este objetivo, a parte de sus actividades propias, podrán constituir empresas especializadas para integrarse óptimamente a la cadena productiva pudiendo formar cualquier forma asociativa prevista por la ley.
Para la constitución de la unión de ejidos debe presentarse la resolución
de asamblea que autorizo la constitución de la unión, la elección de sus delegados y sus facultades, además se debe elaborar y firmar el acta constitutiva y los estatutos ante fedatario público, e inscribirse en el Registro Agrario Nacional para que adquieran personalidad jurídica.
De acuerdo al artículo 109 de la Ley Agraria: los estatutos de la unión
deberán contener denominación, domicilio y duración; objetivos; capital y régimen de responsabilidad; lista de los miembros y normas para su admisión, separación, exclusión, derechos y obligaciones; órganos de autoridad y vigilancia; normas de funcionamiento; ejercicio y balances; fondos, reservas y reparto de utilidades, así como las normas para su disolución y liquidación.
El órgano supremo será la asamblea general que se integrará con dos
representantes de cada una de las asambleas de los ejidos o de las comunidades miembros de la unión y dos representantes designados de entre los miembros del comisariado y el consejo de vigilancia de los mismos.
La dirección de la unión estará a cargo de un Consejo de Administración
nombrado por la asamblea general; estará formado por un Presidente, un Secretario, un Tesorero y los vocales, previstos en los estatutos, propietarios y sus respectivos suplentes, y tendrán la representación de la unión ante terceros. Para este efecto se requerirá la firma mancomunada de por lo menos dos de los miembros de dicho consejo.
La vigilancia de la unión estará a cargo de un Consejo de Vigilancia
nombrado por la asamblea general e integrada por un Presidente, un Secretario y un Vocal, propietarios con sus respectivos suplentes.
Los miembros de la unión que integren los Consejos de Administración y
de Vigilancia durarán en sus funciones tres años y sus facultades y responsabilidades se deberán consignar en los estatutos de la unión.
Para constituir la unión se requiere el acuerdo de la asamblea de cada
uno de los núcleos, para este efecto debe elaborarse el acta constitutiva que contenga los estatutos de la figura asociativa otorgada ante fedatario público, la cual se inscribirá en el Registro Agrario Nacional.
La Procuraduría Agraria, en el ámbito de sus atribuciones, asesora
jurídicamente para la constitución de figuras asociativas y emite opinión respecto de la legalidad de sus actos constitutivos.
La inscripción de acta constitutiva de la unión de ejidos o comunidades
ante el RAN. Este trámite se resuelve en un plazo no mayor a sesenta días hábiles y se puede realizar por el interesado o a través del representante legal. Existen algunos criterios de resolución respecto de la inscripción, y se encuentran previstos en los artículos 52, 54 y 55 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional:
Artículo 52. Los registradores examinarán bajo su responsabilidad, cada
uno de los documentos y actos jurídicos que en ellos consten, para determinar si los mismos reúnen los requisitos de forma y fondo exigidos por la normativa que los rija, con el fin de garantizar los principios de legalidad y certeza jurídica.
El registrador deberá cerciorarse de que no se ha presentado con
anterioridad documento alguno que contenga actos inscribibles que se opongan al que se solicita.
El Registrador no calificará la legalidad de las sentencias o resoluciones
presentadas a inscripción, pero si a su juicio existe alguna imposibilidad material o legal por la que ésta no pueda practicarse, pondrá el caso en conocimiento del Delegado y del Director General de Asuntos Jurídicos, para que por su conducto se dé cuenta a la autoridad ordenadora; si a pesar de ello ésta insiste en que se cumpla su mandato, se procederá conforme a lo ordenado, tomándose razón del hecho en el asiento correspondiente.
Las calificaciones positivas o negativas deberán producirse en un plazo
que no excederá de sesenta días naturales, contado a partir de la fecha de presentación de la documentación de que se trate. Será positiva cuando resuelva autorizar la inscripción solicitada y será negativa cuando resuelva denegar el servicio registral.
Artículo 54. La calificación será negativa cuando:
I. El documento presentado no sea de los que conforme a la Ley o sus
Reglamentos deba inscribirse, o que el mismo no sea idóneo para acreditar el acto jurídico de que se trate;
II. El acto jurídico no sea susceptible de inscripción, en los términos de la
Ley y de este Reglamento; III. El documento no cumpla con las formalidades que establece la ley de que se trate, se presente incompleto o alterado, o
IV. Los planos no se apeguen, en su caso, a las normas técnicas
emitidas por el Registro.
Artículo 55. En los casos en que la documentación presentada para su
inscripción resulte deficiente, el Registro deberá requerir al interesado para que, con base en la normativa aplicable, se subsanen las deficiencias u omisiones o se presenten los documentos necesarios para llevar a cabo la calificación registral.
Las prevenciones a que se refiere este artículo, tendrán el carácter de
acuerdos de mero trámite y por lo tanto no procederá ningún recurso en contra de las mismas.