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MATERIALES I:

TRANSFORMACIONES ISOTÉRMICAS DE LA AUSTENITA


por Vicente Lorenzo

Transformaciones de la austenita. Fecha:20/11/01 Página 1 de 22


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TRANSFORMACIONES ISOTÉRMICAS DE LA AUSTENITA

1. EL MICROCONSTITUYENTE AUSTENITA: 3
2. DESCOMPOSICIÓN ISOTÉRMICA DE LA AUSTENITA 5
2.1 TRANSFORMACIONES DIFUSIVAS: 7
2.2 TRANSFORMACIONES DESPLAZATIVAS 8
3. TRANSFORMACIONES A R’ 9
4. TRANSFORMACIONES A R’’’ 13
5. TRANSFORMACIONES A R” 17
EJERCICIOS 22

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1. EL MICROCONSTITUYENTE AUSTENITA:

La austenita es uno de los constituyentes del diagrama Fe-Fe3C que no está presente a
temperatura ambiente en los aceros al carbono recocidos. Sin embargo, este constituyente
puede aparecer a temperatura ambiente en algunos aceros aleados o en ciertos aceros no
aleados siempre que se enfríen desde el estado austenítico con suficiente rapidez.

Los diagramas de fase binarios Fe-X, donde X representa a cualquiera de los posibles
elementos de aleación, se pueden clasificar en dos grandes grupos atendiendo al efecto que
los aleantes ejercen sobre la forma del campo γ. Ciertos elementos de aleación tienden a
ampliar el intervalo de temperaturas de existencia de la austenita deprimiendo la temperatura
A3 y elevando la temperatura A4 dando lugar a diagramas como el de la figura 1-1(a). Estos
elementos que estabilizan la austenita se conocen con el nombre de gammágenos. Otros
aleantes, sin embargo, tienden a contraer el campo γ ampliando el intervalo de estabilidad de la
ferrita (figura 1-1(b)). Estos elementos de aleación son conocidos como alfágenos.

(a) (b)
Figura 1-1. Efecto de los aleantes gammágenos (a) y alfágenos (b) sobre la forma del campo γ en
sistemas binarios Fe-X

La condición de alfágeno o de gammágeno de un elemento de aleación está relacionada


con su capacidad para formar soluciones sólidas extensas en la ferrita o la austenita.

• Los aleantes gammágenos son de tres tipos: metales que forman cristales c.c.c., metales
con estructura similar a la de la austenita y los solutos que entran por inserción ya que los
intersticios de la solución sólida γ son mayores que los de la α. El ejemplo más importante
de aleante gammágeno con estructura c.c.c. es el níquel, el manganeso es un ejemplo de

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aleante gammágeno del segundo tipo y el carbono y el nitrógeno los son del tercero.
Conviene señalar que el efecto gammágeno de estos últimos aleantes es más pronunciado
que el de los que forman soluciones sólidas de sustitución extensas en la austenita.
• Los aleantes alfágenos son aquéllos que se disuelven con mayor facilidad en la ferrita que
en la austenita. El efecto estabilizador de la ferrita de algunos de estos aleantes llega hasta
el punto de suprimir la transformación austenítica de la ferrita δ. Un ejemplo de este tipo de
comportamiento aparece en el sistema Fe-Cr (figura 1-2): la única solución sólida que
aparece en las aleaciones con porcentajes de cromo superiores al 13% es la ferrita.

Figura 1-2: Diagrama de fases Fe-Cr. Obsérvese que la froma del bucle γ no se ajusta exactamente a
lo mostrado en la figura 1-1(b).

Cuando la cantidad de aleantes gammágenos presentes en un acero es lo suficientemente


elevada, es posible encontrar austenita estable a temperatura ambiente. Un ejemplo de este
tipo de aceros son los inoxidables austeníticos: en la formulación de estos aceros aparece un
porcentaje de cromo superior al 13% que les confiere resistencia a la corrosión y un porcentaje
de níquel superior al 8% para estabilizar la austenita. En algunos casos, por razones de
economía, se puede sustituir parte del níquel por otros elementos de aleación gammágenos
como el manganeso y, en otros, el contenido en nitrógeno se puede elevar hasta el 0,25% con
los mismos fines.

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Más adelante, al estudiar las transformaciones Ar’’’ de la austenita, se discutirá como es


posible obtener austenita a temperatura ambiente en ciertos aceros al carbono actuando sobre
la velocidad de enfriamiento.

La austenita es una solución sólida con estructura c.c.c. cuyo parámetro varía con el
contenido en carbono de acuerdo con la ley:

a (nm) = 0,3555 + 0,0044.%C [1.1]

Algunas de las propiedades de la austenita vienen determinadas por su sistema cristalino y son
comunes a todas ellas: es el más denso y dúctil entre los constituyentes de los aceros. Otra
propiedad común a todas las austenitas es su carácter no magnético. Otras propiedades de la
austenita, en cambio, dependen en gran medida de su composición química. Así, por ejemplo,
la resistencia a la tracción de la austenita puede variar dentro de márgenes relativamente
amplios, entre 700 y 1500 MPa mientras que el alargamiento a la rotura puede presentar
valores que van del 30 al 60%. La respuesta al ataque químico también depende de la
composición de la austenita: así, mientras que la austenita de los aceros Hadfield (aleaciones
para moldeo con %C = 1-1,4 y %Mn = 12-14) es coloreada por el nital, es necesario utilizar
reactivos especiales o un ataque electrolítico para revelar los bordes de grano de la austenita
de los aceros inoxidables.

2. DESCOMPOSICIÓN ISOTÉRMICA DE LA AUSTENITA

El interés de estudiar el constituyente austenita radica en que gran parte de los detalles
estructurales de los aceros y, en consecuencia, de sus propiedades, vienen determinados por
las condiciones en las que la austenita presente a temperaturas elevadas se descompone en el
enfriamiento hasta temperatura ambiente. Esto es así tanto para productos sin tratamiento
térmico como, por ejemplo, perfiles laminados en caliente cuya microestructura depende de la
velocidad del enfriamiento que sigue a la conformación, como para todos aquellos productos
tratados térmicamente desde temperaturas superiores a A1.

El diagrama Fe-Fe3 C da información sobre la descomposición de la austenita cuando el


enfriamiento es lento. Como todos los enfriamientos que se utilizan en la práctica industrial no
cumplen esta condición, es necesario presentar nuevas herramientas que permitan predecir la
estructura resultante de la descomposición de la austenita sea cual sea la historia térmica que
se impone. Este objetivo puede parecer demasiado ambicioso, pero el problema se puede
abordar de una forma relativamente sencilla ya que la experiencia demuestra que es posible
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valorar la influencia de una historia térmica arbitraria considerando procesos isotérmicos de


descomposición de la austenita. Basta con conocer como se descompone la austenita al
aplicar historias térmicas como la mostrada en la figura 2.1 para poder predecir de forma
aproximada cuál será la estructura resultante de un enfriamiento continuo.

Figura 2-1. Historia térmica que se impone para estudiar la descomposición isotérmica de la austenita.

Para que quede perfectamente definido un proceso de este tipo no sólo hay que fijar las
temperaturas de austenización, TA, y de descomposición, Td, además hay que caracterizar de
un modo preciso cuál es la estructura de la austenita que se descompone. Esta estructura
viene definida por dos parámetros:

• Composición química de la austenita: es importante tener claro que en muchos casos la


composición química de la austenita que se descompone no coincide con la del acero que
se considera. Así sucede para el caso de calentamientos intercríticos o para aceros
aleados con elementos cuyos carburos sólo se disuelven en la austenita a temperaturas
muy elevadas.
• Tamaño de grano de la austenita: el crecimiento de grano es un proceso difusivo de modo
que, para el caso que nos ocupa, su extensión viene determinada por la temperatura de
austenización TA y por el tiempo de permanencia a dicha temperatura.

Los resultados de experimentos como el descrito muestran que las transformaciones


isotérmicas de la austenita se pueden clasificar de acuerdo con lo que se muestra en el cuadro
siguiente:

Transformaciones difusivas: agregados de ferrita y carburos


Ar': estructuras laminares
Ar": ferrita en placas y carburos globulares
Transformaciones desplazativas:
Ar'": productos con la misma composición que γ

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2.1 Transformaciones difusivas:

En los procesos controlados por difusión se llega a agregados de ferrita y carburos cuya
morfología depende de la temperatura Td. Para valores inferiores pero próximos a la
temperatura crítica A1, se producen transformaciones, conocidas como Ar’, que conducen a
productos de descomposición formados por láminas alternadas de ferrita y carburos. Si las
temperaturas de descomposición son menores la austenita se descompone dando productos
en los que los carburos presentan una morfología globular y la ferrita aparece en forma de
placas que pueden estar agrupadas en paquetes o no. Estas últimas transformaciones se
conocen como Ar”.

Los experimentos demuestran que la cinética de estas transformaciones viene descrita por
una ecuación de Avrami:

n
f(t) = 1 – exp(-kt ) [2.1]

donde f(t) es la fracción transformada en el instante t mientras que k y n son parámetros que
están relacionados con las particularidades de los procesos de nucleación y crecimiento de las
nuevas fases.

En las curvas de la figura 2-2, que se han construido empleando la ecuación [2.1], se
puede apreciar que la cinética de estas transformaciones viene dada por una curva de tipo
sigmoidal en la que se pueden distinguir tres etapas:

• Período de incubación: esta etapa está controlada por la nucleación: empiezan a formarse
los núcleos de las nuevas fases y la descomposición de la austenita es relativamente lenta.
• Cuando se han formado suficientes núcleos, el proceso de transformación pasa a estar
controlado por el crecimiento. Como todavía queda mucho material por transformar, el
transporte predomina y la evolución es rápida.
• Una vez que el material por transformar está casi agotado, la velocidad de transformación
se hace de nuevo muy pequeña.

Es conveniente destacar que estas características no son específicas de la descomposición de


la austenita sino que son comunes a todas las transformaciones de fase controladas por
nucleación y crecimiento

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1.00 0.003
f(t) = 1 -exp (- πN G t / 3 )
3 4

Frecuencia de nucleación:
-3 -1
0.75 N = 1000 cm s
Velocidad de crecimiento:
0.002

df(t)/dt (s )
-5
G = 3.10 cm/s
f(t)

0.50

-1
0.001
0.25

0.00 0.000
100 1000

Tiempo de descomposición (s)

Figura 2-2. Cinética de una transformación difusiva con crecimiento lineal tridimensional y frecuencia de
nucleación constante, condiciones que se dan para la formación de la perlita. Los valores de los
parámetros son los que corresponden a la descomposición isotérmica de la austenita de un acero no
aleado de composición eutectoide a una temperatura próxima a los 680°C

2.2 Transformaciones desplazativas

Las transformaciones Ar’’’ de la austenita son las que se producen para los valores más
reducidos de la temperatura de descomposición, Td. Como todas las transformaciones
desplazativas se producen sin difusión y, por tanto, la composición química de la fase
transformada, la martensita en este caso, debe coincidir con la composición química de la fase
que se transforma, la austenita. Ya se ha apuntado con anterioridad que la composición de la
austenita puede no coincidir con la del acero y, en consecuencia, la de la martensita, tampoco.

La transformación martensítica de los aceros es una transformación atérmica, es decir es


una transformación cuya extensión únicamente depende de la temperatura. Para que se forme
martensita es necesario que la temperatura Td descienda por debajo de cierta temperatura
característica MS (iniciales de las palabras inglesas “martensite start”) y, cuando se cumple
esta condición, de modo prácticamente instantáneo se transforma una fracción de austenita
que es una función creciente continua de la diferencia MS - Td según se muestra en la figura 2-
3(a).

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El comportamiento descrito en el párrafo anterior no es general ya que es posible encontrar


otras aleaciones metálicas en las que la transformación martensítica comienza con un estallido,
situación que se da cuando la fracción de austenita transformada presenta una discontinuidad
por salto brusco al enfriar justo por debajo de MS (figura 2-3(b)) o, en otras ocasiones, se
pueden encontrar transformaciones martensíticas, conocidas como isotérmicas, cuya extensión
es tanto función de la temperatura como del tiempo (figura 2-3(c)). Estos otros
comportamientos se han encontrado, entre otros casos, en aleaciones de base férrea sin
carbono como, por ejemplo, aleaciones Fe-30% Ni.

f(T) f(T) f(t)

∆T ∆T t
(a) (b) (c)
Figura 2-3. Extensión de la descomposición Ar’’’ de la martensita, f, en función del subenfriamiento ∆T
= MS - Td para las transformaciones martensíticas atérmicas (a), atérmicas con estallido (b) y del tiempo
de permanencia, t, para las isotérmicas (c)

3. TRANSFORMACIONES Ar’

Dentro de este grupo se incluyen las transformaciones que se producen en la vecindad de


la temperatura Ar1 y que conducen a la aparición de constituyentes formados por láminas
alternadas de ferrita y de carburos. La nucleación de los constituyentes de tipo Ar’ siempre es
heterogénea y se produce sobre la interfase entre la austenita y los constituyentes
proeutectoides, si es que éstos se llegan a formar, o en el borde del grano austenítico en caso
contrario. Se ha comprobado que la frecuencia de nucleación y, en consecuencia, la finura de
la estructura medida por el espaciado interlaminar, λ, crecen con una ley del tipo:

λ = cte. / ∆T [3.1]

donde ∆T es el subenfriamiento definido por:

∆T = Ar – Td [3.2]
1

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siendo Ar la temperatura a la que se produce la transformación eutectoide en el enfriamiento.


1

Los resultados experimentales, que son del tipo de los mostrados en la figura 3-1, demuestran
que la constante K viene a estar entre 5 y 10 µm/°C.

Figura 3-1. Variación del espaciado interlaminar de los constituyentes Ar’, λ, con el subenfriamiento,
∆T según los resultados experimentales de distintos autores.

Los constituyentes Ar’ se han clasificado tradicionalmente en función de este espaciado en


los tres tipos siguientes:
• Perlita: es el constituyente formado por la descomposición isotérmica de la austenita a
temperaturas entre, aproximadamente, 700 y 650°C y que presenta un espaciado
interlaminar que está por encima de los 0,25 µm. Este constituyente ya ha sido descrito con
anterioridad la tratar de los microconstituyentes de los aceros recocidos, pudiéndose
encontrar detalles sobre sus propiedades en el capítulo correspondiente.

• Sorbita: término introducido por Osmond en el año 1900 para denominar a un constituyente
descubierto por Sorby que aparecía oscuro tras ataque con nital y que no se podía resolver
con el microscopio óptico. Estudios posteriores demostraron que este constituyente Ar’,
que se forma a temperaturas de descomposición comprendidas entre los 600 y los 650°C,
es de tipo laminar con espaciados interlaminares que, según resulta de medidas de
microscopía electrónica, van desde los 0,10 a los 0,25 µm (micrografía 3-1).

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Micrografía 3-1. Sorbita de un acero indeformable 100Cr6 normalizado (%C = 1, %Mn = 0,28, %Si =
0,20, %P = 0,013, %S = 0,010 y %Cr = 1,5).

El subenfriamiento no sólo afecta al espaciado interlaminar, además influye sobre la


composición química del agregado eutectoide según la construcción que se muestra en la
figura 3-2. La línea que prolonga la curva Acm marca la composición del agregado Ar’ que
se forma en la descomposición isotérmica de un acero hipoeutectoide como función de la
temperatura Td mientras que la prolongación de la curva A3 representa lo mismo para un
acero de composición hipereutectoide. Conforme a ésto, al ir cayendo la temperatura de
descomposición de la austenita de un acero hipoeutectoide, el agregado eutectoide se va
diluyendo y la cantidad de ferrita proeutectoide que se forma se reduce hasta que la
composición del constituyente Ar’ se iguala a la de la austenita y deja de observarse la
presencia de ferrita.

A3 γ
A cm

Td

α + Fe C
3

c c'

Figura 3-2. Construcción debida a Hultgren que permite determinar la composición de los productos Ar’ en
función de la temperatura de descomposición isotérmica de la austenita: cuando la austenita de un acero
con % C = c se descompone a la temperatura Td, se forma un agregado Ar’ con composición c’ y ferrita
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• Troostita: es el constituyente que aparece cuando las temperaturas de descomposición


caen entre 500 y 600°C. Este constituyente presenta espaciados interlaminares que
están por debajo de los 0,10 µm. A diferencia de la sorbita, la troostita suele aparecen
en forma de nódulos que nuclean sobre el borde de grano de la austenita (ver
micrografía 3-2).

Micrografía 3-2. Troostita de un acero moldeado (%C = 1,20, %Mn = 7, %Si = 0,30, %P = 0,030, %S =
0,020, %Mo = 1).Esta estructura se obtuvo por descomposición de la austenita a 550°C durante 3 h.

Las propiedades mecánicas de estos agregados bifásicos dependen de su finura.


Conforme aumenta el subenfriamiento y el espaciado interlaminar disminuye, los productos de
descomposición de la austenita se vuelven progresivamente más duros y menos dúctiles según
se muestra en la tabla que se presenta a continuación.

Perlita Sorbita Troostita


Rm (MPa) 750-900 900-1400 1400-1750
HB 225-270 270-400 400-500
A (%) 25-15 20-10 15-8

Como resumen de la discusión anterior hay que destacar que, en sentido estricto, hoy no
cabe hacer distinción entre los distintos constituyentes Ar’ ya que la única diferencia entre ellos
radica en el espaciado interlaminar. En el caso de la sorbita y la troostita, el espaciado
interlaminar está por debajo de la resolución del microscopio óptico y, en consecuencia, resulta
lógico que fueran considerados como constituyentes diferentes de la perlita cuando la
microscopía óptica era la técnica experimental más sensible empleada en metalografía. La
utilización de técnicas experimentales más sensibles, como la microscopía electrónica, hacen
hoy innecesaria tal distinción, siendo el término perlita el más extendido en la actualidad para

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referirse a estos constituyentes, si bien es posible encontrar textos que todavía mantienen
dicha terminología.

4. TRANSFORMACIONES Ar’’’

Puede resultar sorprendente que se estudien las transformaciones Ar’’’ antes que las Ar”
pero conviene hacer las cosas de este modo por motivos metodológicos. Las transformaciones
Ar” comparten ciertas características con las Ar' y otras con las Ar''', de modo que se
comprenden mejor tras entender los comportamientos extremos.

Las transformaciones que se producen cuando los subenfriamientos son muy grandes
producen un cambio de estructura cristalina sin que haya difusión. En estos casos, el cambio
de fase se produce por movimiento cooperativo de átomos dando lugar a cizallamientos que
facilitan la acomodación de las tensiones provocadas por la deformación de la red cristalina. La
estructura cristalina de las fases que se forman en estas transformaciones viene determinada
por la geometría del cristal que se transforma debiendo existir coherencia entre ambas fases:
hay ciertas relaciones entre determinados planos de la fase transformada y otros de la fase sin
transformar como, por ejemplo, las que se conocen como relaciones de Kurdjumov y Sachs:
{111} || {101} y <110> || <111> donde los subíndices M y γ se refieren a la martensita y a la
γ M γ M

austenita, respectivamente.

Los resultados experimentales muestran que la temperatura MS de comienzo de


transformación martensítica depende sólo de la composición química de la austenita que se
transforma (no de la del acero, que puede ser distinta si han quedado carburos, nitruros o
carbonitruros sin disolver en la austenita o se ha austenizado a una temperatura intercrítica) y
que el efecto de los diferentes aleantes es aditivo. En la literatura se pueden encontrar diversas
expresiones que relacionan MS con la composición química para diferentes tipos de aceros.
Una de las más populares es la debida a Andrews:

MS (°C) = 539 - 423.%C - 30,4.%Mn - 12,1.%Cr - 17,7.%Ni - 7,5.%Mo [4.1]

que se aplica a aceros de temple y revenido con contenidos medios de carbono con una
precisión de ± 25°C y se obtuvo por regresión a partir de los datos correspondientes a 189
aceros normalizados. Cualquiera de estas expresiones empíricas muestra que, en general, los
aleantes deprimen la temperatura MS y, entre ellos, el que provoca un efecto más acusado es
el carbono.

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La temperatura a la que finaliza la transformación martensítica se conoce como Mf , iniciales


de las palabras inglesas “martensite finish” y también viene determinada por la composición
química de la austenita. La diferencia entre MS y Mf depende de la composición química del
acero, siendo el carbono el elemento de aleación que más hace crecer esta diferencia. Entre el
resto de los aleantes, el manganeso, el níquel y el cromo son los que hacen caer la
temperatura Mf de forma más importante.

Figura 4-1. Efecto del contenido en carbono sobre las temperaturas MS y Mf

El examen de la figura 4-1 muestra que, cuando el contenido en carbono de un acero es


suficientemente elevado, o lo es el de otros elementos de aleación, su temperatura Mf puede
caer por debajo de la temperatura ambiente. Cuando se da esta condición, la descomposición
isotérmica de la austenita a temperatura ambiente no finaliza, de modo que se llega a una
microestructura formada por martensita atérmica y por la austenita que no se ha transformado,
conocida como austenita retenida. Precisamente, este es el caso que se mencionaba en el
apartado 1 cuando se señalaba que era posible encontrar austenita en aceros a temperatura
ambiente por motivos cinéticos. La cantidad de austenita retenida presente a temperatura
ambiente en los aceros puede llegar a ser muy importante. Así, la figura 4-2 muestra que
puede llegar a representar cerca del 40% en volumen en aceros no aleados con alto contenido
en carbono a temperatura ambiente.

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% 50
de
au 40
ste
nit 30
a
ret 20
eni
da
10

0
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4
% de carbono

Figura 4-2. Variación del porcentaje en volumen de austenita retenida con el contenido de carbono en
aceros no aleados templados en agua desde el estado austenítico

El constituyente que se forma en las transformaciones Ar’’’ se llama martensita α. Este


constituyente es una solución sobresaturada de C en hierro α con estructura tetragonal
centrada con parámetros:

c= 0,2866 + 0,0116.%C [4.2]


a = 0,2866 - 0,0013.%C [4.3]

Las expresiones anteriores muestran que la tetragonalidad de la martensita crece con la


cantidad de carbono disuelto y es fácil comprobar que varía entre 1 y 1,06. La estructura de la
martensita está muy distorsionada como lo demuestra el hecho de que la densidad de
11 12 -2
dislocaciones que se encuentra en ella, entre 10 y 10 cm , es comparable a la de los aceros
muy fuertemente deformados en frío.

Ya que la transformación Ar’’’ se produce sin difusión, la composición de la martensita debe


coincidir con la de la austenita de la que procede. En consecuencia, el carbono no es el único
soluto presente: el resto de los elementos de aleación disueltos en la austenita permanecerán
disueltos en la martensita.

La martensita de los aceros puede aparecer con dos morfologías diferentes dependiendo
del contenido en carbono:

• Martensita en listones: es la morfología que aparece para los contenidos en carbono más
reducidos, %C < 0,5. En este caso se observan listones paralelos agrupados en paquetes
que, en la mayoría de los casos, no se resuelven en microscopía óptica. Pueden aparecer

pequeñas zonas de austenita retenida entre los listones .

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• Martensita en placas: cuando los contenidos de carbono son superiores al 1%, la


martensita aparece formando placas lenticulares en las que se detecta la presencia de
maclas. Este constituyente presenta aspecto acicular en la observación metalográfica. Las
agujas de martensita, que aparecen rodeadas por una matriz de austenita, suelen formar
ángulos próximos a 60° porque esta disposición facilita la acomodación de las tensiones
que se desarrollan en el proceso de transformación.

Para contenidos de carbono entre el 0,5 y el 1%, la martensita aparece con morfologías
mixtas.

La martensita es un constituyente duro y frágil como corresponde a un metal con una red
cristalina muy deformada y con una densidad de dislocaciones muy elevada. El endurecimiento
de la martensita debe ser mayor cuanto más elevada sea la deformación de la red o, lo que es
lo mismo, cuanto más elevada sea la cantidad de carbono disuelta en la misma. Este efecto
viene descrito por la fórmula de Just:

HRC = 20 + 60. %C [4.4]

que permite calcular la dureza Rockwell C, HRC, de la martensita en función de su contenido


en carbono para aceros con contenidos en carbono por debajo del 0,6%. La resistencia a la
tracción de la martensita α también resulta muy elevada, entre 1700 y 2500 MPa, y crece con
el porcentaje en carbono. Como contrapartida, la ductilidad de la martensita es muy reducida,
como muestra su alargamiento a la rotura que varía entre el 0,5 y el 2,5%, y su tenacidad es
baja.

Además de la martensita α es posible encontrar en los aceros otra forma de este


constituyente que se conoce como martensita β o martensita revenida. Este nuevo
constituyente se forma por precipitación de carburos submicroscópicos a partir de la martensita
α cuando ésta se calienta entre 50 y 200°C. Por este mecanismo se reduce la sobresaturación
en carbono, cayendo su porcentaje por debajo del 0,25%, y, consecuentemente, disminuye la
deformación de la red que pasa a ser cúbica centrada.

Cabe preguntarse cuál es el sentido del párrafo anterior que describe una transformación
que sufre en el calentamiento la martensita α en un contexto de discusión de las
transformaciones isotérmicas que sufre la austenita. El motivo de introducir la martensita β en
este momento es que este constituyente también se puede formar en la transformación
isotérmica de la austenita o en sus enfriamientos continuos. Cuando una austenita sufre una
transformación Ar’’’ a temperatura superior a la ambiente, la martensita α que se forma
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inicialmente puede pasar a martensita β durante la permanencia isotérmica. Del mismo modo,
la martensita α que se forma a las temperaturas más altas durante el enfriamiento continuo de
la austenita se puede transformar en β si el enfriamiento es suficientemente lento. Esta
condición es necesaria porque la transformación martensita α → martensita β es de tipo
difusivo: su extensión es función tanto de la temperatura como del tiempo (ver micrografía 4-1).

Micrografía 4-1. Martensita beta de un acero de herramientas con %C = 1, %Mn = 2,25, %Si = 0,30,
%P = 0,020, %S = 0,018, %Cr = 1, %Mo = 1,30 templado al aire desde 1000° y revenido a 200°C durante
una hora. El fondo claro es de austenita retenida.

5. TRANSFORMACIONES Ar”

Estas transformaciones, que se producen a temperaturas intermedias entre la de fin de las


transformaciones Ar’ y la de comienzo de formación de martensita, dan lugar a la formación de
unos constituyentes que se conocen como bainitas. La temperatura de comienzo de las
transformaciones bainíticas se designa BS y, como la de comienzo de transformación
martensítica, MS, depende de la composición química de la austenita que se descompone. Una
ecuación empírica que se puede utilizar para estimar BS es:

BS (°C) = 830 – 270.%C – 90.%Mn – 37.%Ni – 70.%Cr – 83.%Mo [5.1].

Esta ecuación muestra que todos los elementos de aleación tienden a desplazar las
transformaciones hacia temperaturas más reducidas y que, entre ellos, el carbono es el que
más estabiliza la austenita.

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Las transformaciones bainíticas presentan algunos aspectos en común con los dos tipos de
transformaciones que ya se han descrito. Así, las transformaciones Ar” conducen a la
formación de agregados de ferrita y carburos como las transformaciones Ar’. Para que las
cosas sucedan de este modo es necesario que haya difusión pero existe una diferencia
importante entre ambos casos: el único elemento de aleación que se difunde a temperaturas
menores que BS es el carbono. Pero, en estas condiciones, el carbono sólo se difunde a
distancias muy cortas de modo que, en lugar de formarse láminas de carburos como en el caso
de las transformaciones Ar’, los carburos aparecen en forma de partículas submicroscópicas.
Dependiendo de la temperatura de descomposición de la austenita, las bainitas pueden
presentar morfologías en placas o en listones análogas a las de la martensita. Las similitudes
con las transformaciones Ar’’’ van más allá, se ha comprobado que existen relaciones de
coherencia entre la bainita y la austenita que se descompone y que las transformaciones Ar”
van acompañadas de cizallamientos que producen distorsiones superficiales.

Aunque los mecanismos de formación de la bainita no se conocen de forma precisa y son


objeto de polémica en la literatura especializada, parece estar claro que, en líneas generales,
las transformaciones bainíticas se desarrollan en varias etapas según se muestra de modo
esquemático en la figura 5-1:

Figura 5-1: proceso de formación de la bainita.

El proceso comienza con la nucleación heterogénea de subunidades de ferrita


sobresaturada en los bordes de grano austenítico (figura 5-1 (a)). La aparición de la nueva fase
provoca una deformación localizada de la austenita en las proximidades del extremo de la
subunidad creciente, que detiene su crecimiento cuando alcanza una cierta longitud. El avance
posterior de la transformación se produce con la nucleación de nuevas placas de ferrita

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sobresaturada en las zonas de austenita fuertemente deformadas (figura 5-1 (b)), proceso que
se repite dando lugar a la formación de haces con subunidades paralelas que presentan
orientaciones cristalográficas muy próximas. El carbono disuelto en la ferrita sobresaturada,
que no es una fase estable, se segrega para formar precipitados de cementita y disolverse en
la austenita (figura 5-1 (c)). La disolución de carbono en la austenita tiende a hacerla
progresivamente más estable al reducir su temperatura BS, finalizando la transformación
isotérmica cuando la temperatura BS de la austenita enriquecida en carbono se hace menor
que Td. Como consecuencia de lo anterior, la descomposición Ar” isotérmica de la austenita no
llega a ser completa, aumentando su extensión cuando la temperatura de transformación
disminuye.

El modo en el que se produce la precipitación de la cementita permite distinguir entre dos


tipos de bainitas:

• Bainita superior: se forma a temperaturas relativamente próximas a BS. En estas


condiciones, la difusión del carbono es lo suficientemente rápida para que las placas de
ferrita, de unos 10 µm de largo y unos 0,2 µm de ancho, se decarburen completamente de
modo que las partículas de cementita precipitadas aparecen entre las placas de ferrita de
los haces. Estos haces resultan relativamente anchos, de modo que en la observación
microscópica, presenta un aspecto arborescente (ver micrografía 5-1).

Micrografía 5-1: bainita superior del mismo acero moldeado de la micrografía 3-2. La austenita
obtenida en el hipertemple mantuvo a 450° durante 8 horas.

• La forma de la bainita que aparece a temperaturas próximas a MS se conoce como bainita


inferior. En este rango de temperaturas, la difusión no es lo suficientemente intensa para
producir placas de ferrita libres de carburos observándose la presencia de partículas de
cementita precipitadas en su interior. Estos precipitados de cementita son
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extremadamente finos, su ancho es de unos pocos nanómetros y su largo del orden de las
centenas de nanómetros, y precipitan de forma coherente: suelen aparecer alineados a
60° respecto al eje de las placas de ferrita. Los haces de la bainita inferior son más
estrechos que los de la superior, apareciendo en microscopía óptica con una morfología
acicular.

Micrografía 5-2. Bainita inferior del mismo acero de las micrografías 3-2 y 5-1. Esta estructura se
obtuvo al descomponer la austenita resultante del hipertemple a 500°C durante 5 horas.

Las diferencias estructurales entre ambas formas de la bainita se traducen también en


distintas propiedades mecánicas según se puede ver en la tabla adjunta.

Bainita Bainita
superior inferior
Rm (MPa) 1600-2000 1700-2300
HRC 43-55 55-60
A (%) 10-3 6-1

Estos resultados no son difíciles de explicar: los constituyentes con estructura más fina son
más duros y resistentes pero menos dúctiles. Además de estas diferencias existen otras más
sutiles asociadas a la distribución de los carburos que vale la pena discutir. La figura 5-2
muestra que al reducir la temperatura de transformación la resistencia de la bainita superior
tiende a aumentar mientras que la temperatura de transición dúctil-frágil crece. Al alcanzar el
intervalo de temperaturas de formación de la bainita inferior, la resistencia sigue creciendo y se
produce una caída por salto brusco en la temperatura de transición. La mayor tenacidad de la
bainita inferior se debe a que los carburos precipitados en el interior de las agujas de ferrita
dificultan la propagación de las grietas.

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80

Temperatura de transición
60

dúctil-frágil (°C)
40

20
Bainita Bainita
superior inferior
0

300 450 600 750 900 1050 1200

Resistencia a la tracción (MPa)

Figura 5-2. Relación entre la temperatura de transición dúctil-frágil y la resistencia a la tracción para
aceros de bajo contenido en carbono (0,05-0,15%) con estructuras bainíticas.

En cualquier caso, conviene destacar que el compromiso entre resistencia y tenacidad de


las estructuras bainíticas en cualquiera de sus formas resulta especialmente favorable, de ahí
la creciente utilización de aleaciones férreas con este tipo de estructuras.

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EJERCICIOS:

1. Un acero no aleado con 0,5% de carbono que se ha transformado isotérmicamente


desde el estado austenítico presenta una estructura formada por un 15% de ferrita y un
85% de perlita. Estime la temperatura de transformación. Calcule de forma aproximada
el espaciado interlaminar de la perlita. ¿Cuál es la relación entre el espesor de las
láminas de ferrita y de las de cementita en la perlita?.

2. Discuta las siguientes afirmaciones:


• La perlita de un acero contiene un 0,95% de carbono.
• El porcentaje de carbono de la perlita de un acero es independiente de la
temperatura de transformación.
• El espaciado interlaminar de la perlita de un acero es independiente de la
temperatura de transformación.

3. Evalúe el cambio de volumen que acompaña a la transformación austenita →


martensita en función del contenido en carbono del acero. Calcule la energía por
unidad de volumen que hay que aportar para provocar una deformación elástica de la
misma magnitud.
Datos: módulo de Young del acero, E = 210 GPa, coeficiente de Poisson, ν = 0,25,
módulo de compresibilidad, K = E/(3(1 - 2ν))

4. Según Koistenen y Marburger, la fracción en volumen de martensita que se forma


atérmicamente a la temperatura T = MS - ∆T es:

-2
f = 1 –exp(-1,10.10 . ∆T).

Describa cómo cambia la microestructura de un acero C45k (%C = 0,45, % Mn = 0,65,


%Si = 0,20, %P y % S < 0,035) que ha sido sometido a la siguiente historia térmica:
- Mantenimiento a 800°C durante 1 hora.
- Enfriamiento instantáneo hasta 200°C.
- Mantenimiento a temperatura durante ½ hora.
- Enfriamiento hasta temperatura ambiente.

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