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Correspondiente eléctrico-cerebral del comportamiento

Dentro de la neurotransmisión, dígase la comunicación entre una neurona y otra, está envuelta la
electricidad, que es la forma principal de energía que impulsa e interviene en la comunicación
entre las neuronas. Los mensajes de neurona a neurona se mueven con energía eléctrica, y es por
ello que la misma es tan importante en el comportamiento.
En 1870, durante una guerra, los médicos prusianos Hitzig y Fritsch observaron que, al estimular
mediante corriente galvánica determinadas áreas del cerebro descubiertas, se producían
movimientos en el lado opuesto del cuerpo. Cinco años después, Richard Caton descubrió
señales eléctricas procedentes directamente de la superficie de cerebros expuestos de animales.
Con todo esto, a finales del siglo XIX se tenían bastantes pruebas de que el cerebro poseía
actividad eléctrica. Pero no fue hasta 1929 cuando Hans Berger anunció al mundo que era
posible registrar las débiles corrientes eléctricas que se generan en su interior (un millón de veces
menos intensas que la pila de un mando a distancia de TV) sin abrir el cráneo. Berger llamó a
esta nueva forma de registro electroencefalograma y estableció las bases de una técnica de gran
importancia en el estudio funcional del cerebro.
Uno de los signos de que esta actividad eléctrica-cerebral afecta nuestro comportamiento es la
posible anormalidad que se pueda contraer como resultado de un desequilibrio en esa área. La
Epilepsia se da cuando un conjunto de neuronas de una zona del cerebro inicia una actividad
colectiva sincronizada que, si es bastante intensa, puede desencadenar una verdadera tormenta
eléctrica, una crisis.
Un ejemplo opuesto es el uso de este fenómeno con fines terapéuticos, aunque con el método de
causar actividad anormal a propósito. La terapia electroconvulsiva consiste en usar dos corrientes
eléctricas a través de una maquina para causar una reacción eléctrica en el cerebro del paciente,
lo cual a su vez causa convulsiones en este. Se cree que esto reconecta al cerebro, haciendo que
en el paciente haya un “reseteo”, principalmente en cuanto a su memoria. Esto se hace para que
el paciente que tenga depresión se olvide del sentimiento y las ideas que esta le causa, por
ejemplo.
Es fascinante la elección del cerebro del tipo de energía que viaja a través de él, y es primordial
su estudio para poder determinar de una vez por todas su efecto sobre la conducta humana.

Bibliografía
https://metode.es/revistas-metode/monograficos/actividad-electrica-cerebral-un-lenguaje-por-
descifrar.html
http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2010/10/tus-neuronas-se-comunican-con-
se%C3%B1ales-el%C3%A9ctricas-qu%C3%ADmicas-y-ondas-cerebrales.html
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007474.htm

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