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Néstor García Canclini

La globalización
imaginada

PAIDOS
México • Buenos Aires-Barcelona
ÍNDICE

Introducción: Cultura y política en los imaginarios


de la globalización , , . . . , , , . . , 9
Globalizaciones circulares y tangenciales 10
Cubierta de Vfctar Vlano .Primeras cuestiones de método . . . . . . i , 16

Fotos de cubtela: Yukinori Yanagi, I. NARRATIVAS, METÁFORAS y TEORÍAS


Alejandro Huidobio y Jimmy Hoto
1. Globalizamos o defender la identidad: cómo salir de esta opción. 21
Integración de ciudadanos o tobby empresarial 22
Cuando David no sabe dónde está Goliat . . . . . . . . . . . . . 26
Modos de imaginar lo global .,..,..,... 31
1a edición en Buenos Aires, Espectáculos de la globalización y melodramas
1a edición en México, 1999 de la interculturalidad ; 34
Reimpresión, 5003
Quedan rigurosamente picWtóte, sin la Mitotockln escrito t!e los propietarios del «topyíighti, bajo ha sauctaní» 2. La globalización: objeto cultural no identificado 45
establecidas en las teya», !n rcprcduíüón lolal o parcial de esla obra par cualquier metilo o procedimiento,
toinpjenijldoj la lepíogralla y el tatamtonlo IntetnSlico, y I» d'nlilbutifin úe ejemplares Je ella mediante alquiler o Intemacionalización, transnadonaüzaáón, globalización 45
Qué hay entre McDonald's y Macondo , 50
D. R, © 1999 de todas las ediciones en castellano, Postales para un bestiario de la globalkación 52
EtUlorialPaJdós.SAO, Hacer trabajo de campo sobre México en Edimbxirgo 59
Defensa 599, Buenos Alies, De las narrativas a la teoría cultural de la globalización 61
y Ediciones Paidós Ibérica, S. A.
Mariano Cubí % 08D21 Barcelona 3. Mercado e interculturalidad: América Latina
D. R. © de esta edición, entre Europa y Estados Unidos — 75
Editorial Paldós Mexicana, S. A. Migraciones de antes y de ahora 77
Rubén Darfom
col. Moderna
Conflictos de narrativas sobre las identidades 82
03510, México, D.K a) El binarismo rnaniqueo 86
Te),: 3379-5922, fax: 5590-4361 b) El encuentro intercultural • , . . . . . . . . . . . , . . . , 87
epaidos@paidos.com.inK c) La fascinación distante 89
d) Las identidades inconmensurables 93
Página web: www.paidos.com e) Americanización de latinos, latinización de Estados
ISBN: 95Q-12"5476»3
Unidos 95
ISBN: 968-853-434-X f) La vecindad amistosa bajo la tutela estadounidense . . . . 99
El espacio cultural latinoamericano y los circuitos
Impreso en México » Pílnted in México transnacionales 102
8 La globalización imaginada

4. No sabemos corno llamar a los otros 107


La multiculturalidad intraducibie 108
Circuitos interculturales T17
Ciudadanías multiformes 122

II. INTERMEDIO
5. Desencuentros entre un antropólogo latinoamericano,
un sociólogo europeo y una especialista estadounidense
en estudios culturales . ; . . - . . . , — 129

III. POLÍTICAS PARA LA INTERCULTÜRALIDAD

6. De París a Miarni pasando por Nueva York 143


Artes visuales; de las vanguardias al arte-jet 145
La industria editorial: mundialteación en pedazos "J50
Industrias audiovisuales: voces launas editadas en inglés .... 155
Ganancias y pérdidas 160

7. Capitales de la cultura y ciudades globales , 165


El renacimiento de lo urbano . . , . , . . . 166
La globalización de las ciudades en-la periferia ., 169
De los espacios urbanos a los circuitos mediáticos . . . . . . . . . . "170
Imaginarios provinciales y globales 175

8. Hacia una agenda cultural de la globalkadón . . . , , . . . . . , . . . , . 179


Los estudios culturales cuando escasea el asombro 182
La reconstrucción cultural del espacio publico 185
Estética para gourmete interculturales 196
'Del gesto interruptor a las políticas de intermediación .. 201

Apéndice: Hacia una antropología de los malentendidos.


(Discusión de método sobre la interculturalidad) . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Estrategias artísticas y científicas 207
Historias desconectadas 210
Descubrir la multiculturalidad 214
Rituales de un lado y del otro de la venUinilla 216
Bibliografía 227
Capítulo 2
LA GLOBALIZACIÓN: OBJETO CULTURAL
NO IDENTIFICADO

No es cierto mucho de lo que se dice sobre la globalizadón, Por ejem-


plo, que uniforma a todo el mundo. Ni siqíúera ha conseguido que exista
una sola definición de lo qiie significa globalizarse, ni que nos pongamos
de acuerdo sobre el momento 'histórico en que comenzó, ni sobre su capa-
cidad de reorganizar o descomponer el orden social.
Acerca de la fecha en que habría comentado la globalizadón, varios
autores la sitúan en el siglo XVI, al iniciarse la expansión capitalista y de
la modernidad occidental (Chesnaux, 1989; Wallerstein, 1989). Otros colo-
can el origen a mediados del siglo XX, cuando las innovaciones tecnológi-
cas y comunicadonales articulan los mercados a escala mundial. Esta con-
jiinüón de cambios tecnológicos y mercantiles sólo adopta formas globales
cuando se establecen mercados planetarios de las comunicaciones y del di-
nero/ y se consolida al desaparecer la Unión Soviética y agotarse la divi-
sión, bipolar del mundo (Albrow, 1997; Giddens, 1997; Ortiz, 1997).
.Tales discrepancias se relacionan con maneras diversas de definir lo
que se entiende por globalización. Quienes le atribuyen un origen más re-
mojó'-privilegian el aspecto económico, mientras los que argumentan la
aparición rédente de este proceso conceden más peso a sus dimensiones
políticas, culturales y comunkacionales. Por mi parte, entiendo que hay
buenas razones para sostener,, de acuerdo con la expresión de Giddens,
que.''somos la primera generación que tiene acceso a -una era global" (Gid-
dens, 1997).

INTESNACIONAUZACIÓH, TRANSNACIONAL1ZACIÓN, GLOBALIZACIÓN

Situar la globalización en la segunda mitad del siglo XX es el resultado


de la diferencia que ésta tiene con la internadonalizadón y la transnacio-
nalización. La rntematíonalizacíón de la economía y la cultura se inicia con
las navegaciones transoceánicas, k apertura comercial de las sociedades
europeas.hacia el Lejano Oriente y América Latina, y la consiguiente colo-
nización. Los barcos llevaron a los países centrales objetos y noticias des-
conocidos en España, Portugal, Italia e Inglaterra. Desde las narraciones
de Marco Polo y Alexander von Humboldt hasta los relatos de los rrugran-
46 La globalización imaginada
la globalización: objeto cultural no identificado 47
tes y comerciantes del siglo XIX y comienzos del XX fueron integrando dos por una intensificación de flujos migratorios y turísticos que favorecen
parte de lo que hoy llamamos el mercado mundial. Pero la mayoría de los la adquisición de lenguas e imaginarios multiculturales. En estas condicio-
mensajes y bienes consumidos en cada país se producían allí mismo, el tu- nes es posible, además de exportar películas y programas televisivos de un
multo de información y objetos extemos que enriquecía la vida cotidiana país a otro, construir productos simbólicos globales, sin anclajes naciona-
debía pasar por aduanas, someterse a leyes y controles que protegían la les específicos, o con varios a la vez, como las películas de Steven Spiel-
producción propia. "Cualquiera que sea la comarca que mis palabras evo- berg, bs videojuegos y la música-mundo. Estas dimensiones económicas,
quen en torno a ti, la verás desde un observa torio situado", desde las es- financieras, migratorias y comunicadonales de la globalización son reuni-
calinatas de tu palacio, le dice Marco Polo al Gran Kan (Calvino, 1985:37), das por varios autores (Appadxirai, 1996; Giddens, 1999; Sassen, en
Verás las sociedades diferentes desde tu barrio, tu ciudad o tu nación, po- prensa) al afirmar que la globalkación es un nuevo régimen de produc-
drían haber dicho un antropólogo o un periodista que contaban a sus com- ción del espacio y el tiempo,
patriotas lo que sucedía lejos de eMos cuando las sociedades nacionales y Si bien esta distinción conceptual e histórica me parece convincente,
las efnias eran observatorios bien delimitados. sabemos que no hay total consenso internacional ni transdisciplinario so-
La trnnsnntionttfízación es un proceso que se va formando a través de la bre este asunto. También se discute si este proceso debe denominarse
ínlemacíonaHzación de la economía y la cultura, pero da algunos pasos globalización o mundializadón, diferencia que separa a quienes escriben
más desde la primera mitad del siglo XX al engendrar organismos, empre- en inglés o francés peio que se vincula además con divergendas concep-
sas y movimientos cuya seda no está exclusiva ni principalmente en tina tuales (Ortiz, 1997).
nación. Phillips, Ford y Peugeot abarcan varios países y se mueven con Menos claro aún es si el balance de la globalización resulta negativo o
bastante independencia respecto de los Estados y las poblaciones con los positivo. Ya es difícil sostener que toda apertura e integración internacio-
que se vinculan. No obstante, en este segundo movimiento las interconexio- nal sea beneficiosa para todos, El agravamiento de problemas y conflictos
nes llevan la marca de las naciones originarias. Las películas de Holly- -desempleo, contaminación, violencia, narcotráfico-, cuando la liberaliza»
wood transmitieron al mundo la visión estadounidense de las guerras y la don global se siibordina a intereses privados, lleva a pensar en 1a necesi-
vida cotidiana, las telenoveks mexicanas y brasileñas emocionaron a ita- dad de que k globalización sea políticamente conducida y que la disputa
lianos, chinos y muchos otros con la manera en que las naciones produc- entre los grandes capitales sea regulada mediante integraciones regionales
toras concebían la cohesión y las rupturas familiares. (Unión Europea, Mercosur). A esta altura se discute si k globalización es
La gldbatización se fue preparando en estos dos procesos previos a tra- inevitable, y en qué grado, e incluso si es deseable en todos los aspectos de
vés de lina intensificación de dependencias recíprocas (Beck, 1998), él cre- la producción, la circulación y el consumo {Sínger, 1997).
cimiento y la aceleración de redes económicas y culturales que operan en Estas divergencias respecto del significado y el alcance de la globalka-
una escala mundial y sobre una base mundial. Sin embargo, fueron nece- dón permiten extraer algunas conclusiones elementales pero con fuertes
sarios los satélites y el desarrollo de sistemas de información, manufactu- consecuencias teóricas y metodológicas: a) k globalizadón no es un para-
ra y procesamiento de bienes con recursos electrónicos, transporte aéreo, digma científico, ni económico, en si sentido de que no cuenta con un obje-
trenes de alia velocidad y servidos distribuidos en todo el planeta para to de estudio claramente delimitado ni ofrece un conjirnto coherente y con-
construir un mercado mundial donde el dinero, la producción de 'bienes y sistente de saberes, consensados intersubjetívamente por especialistas y
mensajes, se desterritorialicen, las fronteras geográficas se vuelvan poro- contestables con referentes empíricos (Passeron, 1991:37-48 y 362-363); b)
sas y las aduanas a menudo se tornen inoperantes. Ocurre entonces una tampoco puede considerarse a la globalización im paradigma político ni
interacción más compleja e interdependiente entre focos dispersos de pro- cultural, en tanto no constituye el único modo posible de desarrollo. LÍI
ducción, circulación y consumo (Castells, 1995; Ortiz, 1997; Singar, 1997). globaiización, más que un orden social o un único proceso, es resultado de
No quiero sugerir i\n deterninismo tecnológico, sino sólo su papel facili- múltiples movimientos, en parte contradictorios, con resultados abiertos,
tador. En verdad, los nuevos flujos comunkationales e informatízados en- que implican diversas conexiones "local-global y local-local" (Mato, 1996),
gendraron procesos globales en tanto se asociaron a fuertes concentracio- Los conocimientos disponibles sobre globalización constituyen un conjun-
nes de capitales industriales y financieros, a la desreguladón y la to de narrativas, obtenidas mediante aproximaciones parciales, en muchos
eliminación de restricciones y controles nacionales que sujetaban las tran- puntos divergentes.
sacciones internacionales. También se requirió que los movimientos trans- Observarnos que esta precariedad suele ocultarse en un sector de la bi-
fronterizos de las tecnologías, los bienes y las finanzas fueran acompáña- bliografía reciente con dos operaciones. Una consiste en reducir la globali-
48 La globnliznción imaginada La globaljzacíón: objeto cultural no identificado 49

zadón casi a sinónimo de neolíberalismo y, por tanto/ punto ds partida que-suele llamarse globalizaeión se presenta como un conjunto de proce-
que se pretende indudable, "pensamiento único" más allá de las luchas sos de homogeneizaeión y, a la vez, de fraccionamiento articulado del
ideológicas. La globallzadón a la neoliberal intentó establecer un solo mo- inundo, que reordenan las diferencias y las desigualdades sin suprimirlas.
delo para países desarrollados y subdesarrollados que no quieran quedar Encuentro que esto comienza a ser reconocido en «ñas pocas narrativas ar-
fuera de la economía mundial, De este modo, aparece en algunos autores tísticas y científicas.
como lo que en otro tiempo fue la teoría de los modos de producción en el ¿Cómo situarse respecto de las discrepantes teorías de la globalka-
marxismo {el intento de pensar con un solo paradigma la totalidad del de- ción? A la desconfianza ya mencionada hada las teorías generalistas y a
sarrollo mundial y cada uno de los procesos que ocurren en cualquier so- la inexistencia de consenso universal respecto de cualquiera de ellas, se
ciedad). Los ingredientes nucleares de este "paradigma" o narrativa son la añade'la dificultad de incluir en un solo sistema explicativo las variadas
economía de mercado, el multipartidismo, la apertura de las economías dimensiones que intervienen en estos procesos. Aun1 los economistas, em-
nacionales al exterior, la libre circulación de capitales, la protección de in- presarios y políticos que tratan de tener tm discurso más duro y preciso so-
versiones extranjeras y de la propiedad intelectual, el equilibrio fiscal y k bí8;la globalizadón; se ven en la necesidad de usar metáforas para descri-
libertad de prensa. Quienes se escapan de este modelo, como Irak, Irán, Li- birla/-Ya Renato Grtíz (1997: 14) llamó la atención hada linas cuantas
bia o Albania, serían exiliados d.e la historia. Otros países que lo intentaron imágenes que desempeñaban el papel de conceptos; "sociedad amébica"
estarían confirmando con su readaptadón (China, Cuba y Vieínam) la va- (Keriichi Ohmae), "aldea global" (McLuhan), "tercera ola" (AMn Toffkr),
lidez universal del paradigma. Ésta es la visión de algunos intelectuales Octavio Janni ampió la lista: "Dísneylandia global", "teenocosmo", "nue-
(Pukuyama, Huntington) y, por supuesto, del Grupo de los Siete, dé em- va label", "ahopping ceníer global" (laruni, 3995:1546). Una de las metáfo-
presas y bancos del Primer Mundo que están conduciendo la política eco-- ras más elocuentes es la empleada por George Seros cuando escribe que
nómiea. Las crisis de este modelo en México y otros países latinoamerica- los participantes en el mercado, "si son nacionales", reconocerán que, más
nos á partir de diciembre de 1994, en Rusia y el sudeste asiático desde qtte apuntar a un futuro equilibrio, "están disparando contra un blanco en
1997, en Brasil en 1998, y los conflictos sociales agravados en todas partes, movimiento" (Soros, 1997:15). \s acuerdos de .libre comercio y las integrac
generan dudas sobre su consistencia y beneficios.
La otra posición que oculta las deficiencias de nuestro saber sobre la desempeñan, según explica Marc Abeles respecto de k Unión Europea, el
globalizadón es la de qtiienes se despreocupan de que no constituya un papel de un sfetoma en el cual proyectarnos nuestras decepciones de-las
paradigma o modelo científico, de acuerdo con el principio posmoderno ayentiiras modernas y las esperanzas de lo que podríamos encontrar en
que acepta la reducción del aáber a la coexistencia de narrativas imlltiples. esb que se da en llamar globalizadón. Ni siquiera en los acuerdos más in-
No estoy proponiendo regresar al positivismo que postulaba un saber de tegrales y planificados de unificación, como el europeo, se resuelven efec-
validez universal, cuya fomializadón abstracta lo volvería aplicable a tos negativos {el desempleo), ni se llega a arreglos duraderos en cuestiones
cualquier sociedad, Pero tampoco me parece plausible, en un mundo tan sociales y de mercado, Aíin más difícil es organizar zonas de libre comer-
interconectado/que renunciemos a plantear los problemas de la universa- cio doiide se hace como que no es necesario armonizar las políticas de em-
lidad del conocimiento, o sea, buscar rucan racionalidad interculturalmente pleo^.migratoíias, y las relaciones interculturales (TLC) o se apresura la ne-
compartida que organice con coherencia los enunciados básicos. Más aún gociación económica sin tiempo para compatíbilizar los sistemas sociales
cuando se trata de teorizar la globalizadón, . y políticos (Mercoswr),
Pensar sebre lo global exige trascender estas dos posturas: la que hace En las fallas de las dfras y los pronósticos, en las vacilaciones e insufi-
de la globalizaeión un paradigma tínico e irreversible, y la que dice que no cieríc'ias de las políticas, se instalan los relatos y las metáforas: durante la
importa que no sea coherente ni integre a todos. Más bien parece metodo- etapa eufórica de las negociaciones, con la urgencia de no perder la opor-
lógicamente necesario, ante las tendencias que homogeneizan ¡porte de los tunidad de volverse más competitivos, los funcionarios descalifican las
mercados materiales y simbólicos, averiguar'qué representa lo que la glo- quejas y las protestas aduciendo que "se conduce sin retrovisor" (Abeles,
balizadón excluye para constituirse. 1994: .101). Obra me'táfora oída por el mismo autor mientras estudiaba la vi-
La hipótesis que quiero trabajar, en consecuencia, es que si no contamos da cotidiana en el Parlamento Europeo fue que los funcionarios, apresados
con una teoría unitaria de la globalización no es sólo por deficiencias en el en el engranaje de las decisiones supranadonales, alejados de las socieda-
estado actual del conocimiento sino también porque lo fragmentario es un des que representan en Bruselas, se sentían "ángeles sin cuerpo". Sin em-
rasgo estructural de Jos procesos globalizadores. Para decirlo más claro, lo bargo, el estudio de la cotidianidad de las negociaciones hace visibles los
50 La globalización imaginada La globali/ación; objeto cultural no identificado 51

cuerpos culturales que diferencian, por ejemplo, a anglosajones y latínos, no se deja encerrar bajo la pretendida homogeneidad de la globalización
la distinta valoración de la ecología y de los medios de comunicación en- es resistencia. Se pierde mucho de la versatilidad de los procesos cultura-
tre europeos del norte y del sur (Abeles, 1994:102). Por eso, dedicaremos les cuando, para celebrar aquello que los globaíizadores no logran devo-
un buen sector de este libro a examinar cómo evolucionan y cómo se rei- rar, olvidamos el deseo de participar en la globalización. Migrantes multi-
teran estas divergencias entre anglos y latinos; entre europeos, estadouni- 'culturales, cornunicadores masivos y artistas quieren aprovechar los
denses y latinoamericanos, beneficios de otras audiencias, conocer y apropiarse de lo diverso que pue-
Si este trabajo va a conceder amplio espacio a las narrativas y metáfo- de enriquecerlos. Críticos del globalismo mercantil, como Greenpeace y Le
ras es no sólo por este carácter huidizo, como blanco en movimiento, de la Monde Dipiomatique, aprovechan las oportunidades de la globalización
globalización. Además, porque para ocuparse de los procesos globalizado- ecológica, informativa y política para expandir su influencia en más países
res 'hay que hablar, sobre todo/ de gente que tnigra o viaja, que no vive y.'lenguas. Su acción no se extiende como simple resistencia en oposición
donde nació, que intercambia bienes y mensajes con personas lejanas, mi-
a los movimientos globales, sino montándose sobre sus ambivalencias y
ra cine y televisión de otros países, o se cuenta historias en grupo sobre el
'contradicciones para proliferar junto con ellos. Las paradojas no se en-
pafe que dejó. Se reúne para celebrar algo lejano o se comunica por correo
cuentran sólo en la globalización o las culturas locales, sino en la "glocali-
electrónico con otros a los que no sabe cuándo volverá a ver. En cierto mo-
zación", ese neologismo proliferante ante la necesidad de designar la in-
do, su vida está en otra parte, Quiero pensar la globalización desde los re-
latos que muestran, junto con su existencia publica, la intimidad de los terdependencia e interpenetración de lo global y lo local (Beck, 1998;
Matfcelart, 1996; Robertson, 1996).
contactos interculturales sin los que no sería lo que es. En tanto la globali-
zacián no sólo hornogeneiza y nos vuelve más próximos, sino que multi- Si se atiende a lo que sucede en los intercambios entre lo global y lo lo-
plica las diferencias y engendra nuevas desigualdades, no se puede valo- cal, la investigación no puede ser ni un listado de los triunfos globalizado-
rar la versión oficial de las finanzas y de los medios de comunicación res, ni la recolección de resistencias que limitaría su éxito o anunciaría su
globalizados que nos prometen estar en todas partes sin comprender al .fracaso. De acuerdo con lo que ahora sabemos de la globalización, parece
mismo tiempo la seducción y el pánico de llegar fácilmente a ciertos luga- mejor concebirla como un proceso con varias agendas, reales y virtuales,
res y acercarnos a seres diferentes. También el riesgo de ser excluidos o de que se estaciona en fronteras o en situaciones translocales, y trabaja con su
sentirse condenados a convivir con los que no buscábamos. Como la glo- diversidad. Coca-Cola y Sony "están convencidas de que la globalización
balización no consiste en que todos estemos disponibles para todos, ni en no significa construir fábricas por todo el mundo, sino conseguir conver-
que podamos entrar en todos los sitios, ésta no se entiende sin los dramas tirse-en parte viva de cada cultura", dice Beck. No comparto su siguiente
de la interdi! turalidad y la exclusión, las agresiones o autodefensas crue- afirmación: que "una cultura mundial unlversalizada", que anulara las di-
les del racismo y las disputas amplificadas a escala del mundo por diferen- versas formas de córner, vestirse y razonar, "sería el final del mercado, el
ciar los otos que elegimos de los vecinos por obligación. La globalización final de los beneficios" (Beck, 1998:16). Aparte cíe que habría razones an-
sin la .interculturalidad es unüCNi, un objeto cultural no identificado. tropológicas para dudar de que las culturas locales puedan evaporarse, el
Hablar de "objeto cultural no identificado" no significa que los gesto- problema principal es que el capitalismo desarrolla sus tendencias expan-
res de la gbbíillzadón y sus analistas no se den cuenta de que existen pro- sivas necesitando nla vez homogeneizar y aprovechar la multiplicidad. En
cesos intexculturales, modos diversos de comunicación, ciudades con per- ese sentido, sí acompaño la última declaración de Beck, en esta parle de su
files distintos y movimientos artísticos divergentes, Pero la estrategia razonamiento, cuando sostiene que la re-localizaclón posterior a la deslo-
hegemónka de la globalización suele atender sólo a lo que en estos proce- calización no significa automáticamente "el renacimiento de Jo local". La
sos es reductible al mercado, o sea, lo que cabe en sus políticas clientela- celebración de las salchichas bávaras, citadas por Beck, o de Jas músicas
res. Cuando se considera lo diferente, se le pide que se desiden tinque o se reggae y del tango, o de diseños nórdicos, no evita ingresar en el orden glo-
descaracterice, no necesariamente que se extinga. bal, La afirmación de tradiciones particulares conduce a insertarse en lo
global o en sus márgenes, de modos diversos que en la simple "macdonal-
dizacíón", pero no de una sola manera, ni como simple oposición. Podre-
QUÉ HAY ENTRE MCÜONALD'S V MACONDO mos tratar con más prolijidad este asunto cuando nos ocupemos de las op-
ciones de política cultural que tienen los países latinoamericanos para
Hay que cuidar que la crítica a las integraciones aplanadas no nos arro- situarse competitivamente en los mercados culturales: exportar melodra-
je, por el efecto de péndulo, al extremo opuesto: suponer que todo lo que mas y músicas foldóñcas, someterse a Ja ecualización de sus diferencias,
52 La globalización imaginada La globoiizaeión: objeto cultural no identificado 53

fortalecer la producción endógena y la circulación intrarregional, desarro- ciones demasiado rápidas y violentas de las identidades habituales, a ve-
llar nuevos programas e instituciones culturales regionales que acompa- ces construye imágenes conciliadoras. En otros casos, piensa en mons-
ñen la integración comercial entre naciones. Hay muchas más oportunida- truos.
des en nuestro futuro q\is optar entre McDonald's y Macondo.
Existen razones socioeconómicas por las cuales lo global no puede 1. Treinta y seis banderas de diferentes países, hechas con cajitas de
prescindir de lo local/ ni lo local o nacional puede expandirse, o aun sobre- plástico llenas de arena coloreada. Las banderas están interconectadas por
vivir, desconectado de los movimientos glóbalizadores (Robertson, 1996). tubos dentro de los cuales viajan hormigas que van corroyéndolas y con-
Aquí me detendré en los argumentos culturales que incitan a pensarlos fundiéndolas. Yukinori Yanagi realizó una primera versión de esta obra
juntos, Uno de ellos es que narrar historias en tiempos globalzados, aun- en 1993 para la Bienal de Venecia. En 1994 la reprodujo en San Diego, en
que sea la propia, la del lugar en que se nadó o se vive, es hablar para el contexto-de la muestra de arte multinacional inSTTE, con las banderas
otros, no sólo contar lo que existe sino imaginarlo fuera de sí. También por de.pafees de las tres Américas. Después de unas semanas, los emblemas
esto'se vuelven importantes las metáforas, que explican el significado de se volvían irreconocibles. Puede interpretarse la obra de Yanagi como me-
algo por comparación con lo diferente. Contamos historias y empleamos táfora de los trabajadores que,' al migrar por el mundo, van descompo-
rnetóforaá poique al hablar de lo que léñanos queremos referimos a otra niendo los'nadonalisrnos e imperialismos. Pero no todos los receptores se
cosa, porque participar en cualqtder mercado -de alimentos, de dinexo, de fijaron en eso. Cuando el artista presentó esta obra en la Bienal de Vene-
imágenes- es como disparar a un blanco que.se mueve. cia, la Sociedad Protectora de Animales logró clausurarla por unos días
' Las narraciones de lo que está lejano pe» se siente corno propio, las para que Yanagi no continuara con la "explotación de las hormigas".
metáforas que comparan esto con aquello, $e intensificaron desde que Eu- Otras reacciones se debían a que los espectadores no aceptaban ver deses-
ropa inició su expansión moderna. América Latina fue uno de los desen- tabilizadas las diferencias entre naciones. El artista, en cambio, intentaba
cadenantes de este juego metafórico. Pero relatos y metáforas se vuelven llevar su experiencia hasta la disolución de las marcas idenütarias: la es-
aún más protagonices en este siglo de masivas migraciones laborales y exi- pecie de hormiga conseguida en Brasil para la Bienal de San Pablo de "1996
lios políticos y económicos, cuando sé huye de güeñas y de gobiernos de- le pareció a Yanagi demasiado lenta, y él manifestó al comienzo de la ex-
dicados a globalizar la macroecononiía de tal modo que deja fuera a quie- hibición su temor de que no llegara a trastornar suficientemente las ban-
nes no pertenecen a las élites. Si bien el proceso comenzó antes de lo que deras.
en rigor puede llamarse globalización, es con estos movimientos de la se- La metáfora sugiere que las migraciones masivas y la globalización
gunda mitad del siglo XX que se llega al punto en que, por ejemplo, una convertirían el mundo actual en im sistema de flujos e interactivídad don-
¿quinta parte de los mexicanos y una cuarta parte de los cubanos vive en de se disolverían las diferencias entre las naciones. Los datos demográfi-
' Estados Unidos. Los Ángeles se volvió la tercera ciudad mexicana, Miami cos no avalan esta imagen de fluidez total, ni de una movilidad transna-
la segunda concentración de cubanos, Buenos Aires la tercera urbe bolivia- cional generalizada, El número total de personas que deja su país para
na. ¿Cómo pensar una nación que en gran medida está en otra parte? ¿Có- establecerse en otro por más de un año oscila entre 130 y "150 millones, o
mo se forma el imaginario de una ciudad o de un país cuando im alto nú- sea un 2,3 por ciento de la población mundial. "El 'planeta nómada', en el
mero de quienes lo habitan no son de aquí, cuando los libros, las películas cual Tino se desplana y circula efectivamente cada vez más rápido -aclara
y los programas de televisión que nos nombran se producen desde obser- Gilda Simón- a un costo glo'balmente decreciente, está, de hecho, poblado
vatorios lejanos? de .sedentarios, y la imagen de un mundo recorrido por olas migratorias
incontrolables es propio de la gran tienda de los clichés" (Simón, 1999:43).
Ni siqtiiera dentro de la economía puede generalizarse la idea cíe que
POSTALES PARA UN BESTIARIO DE LA GLOBAUZACIÓN la globalixáción sustituya a las naciones y vivamos en un mundo sin fron-
teras. Los mercados financieros están plenamente globaüz'ados, y el hecho
Si sobre cualquier aspecto de la vida social conviene informarse con de que se hayan quintuplicado sus transacciones en los últimos quince
esos expertos en relatos y metáforas que son los artistas y escritores, más años les confiere un peso importante en el conjxinto de la economía. Pero
pertinente resulta cuando el fenómeno que tratarnos de describir es es- gran parte del comercio es todavía nacional o intrarregional, y las presio-
quivo, remite a otros lugares y a otras gentes. Como ocurrió a menudo en nes globalizadoras fomentan agolpamientos regionales de las economías,
la historia, la metaforización de lo inaprehensible, cuando alude a altéra- con lo cual se refuerzan las capacidades de decisión de algunos Estados,
54 La globsilízación imaginada La globalización: objeto cultural no identificado 55

notoriamente en Europa (Giddens, 1999:40-46). En cuanto a la cultura, co- en el deporte transmitido por televisión- saludan a "un público planeta-
rno analizaré en próximos capítulos, existen tendencias globalizadoras, es- rio" (Galli, 1991). Esta relación más "abstracta" con la virtual tribuna me-,
pecialmente en las industrias culturales, pero no corresponde hablar de diática, que encontramos en otras ciudades, incorpora gestos de jugadores
lina cuitara global que reemplazaría a las culturas nacionales cuando sólo famosos de diversas naciones. En las calles de México he visto a niños co-
lina fracción pequeña de los productos cinematográficos, musicales e in- íriendo, luego del gol, al borde de la cancha, frente a Ja platea inexistente
ternéticos son generados sin rasgos locales. pero imaginada, y repetía- uno las acrobacias de Hugo Sánchez, otro el acti-
Algunos antropólogos adoptan la narrativa del "Eujorama cultural namiento de LUÍ niño qtte inició Bebeto luego de ser padre, otro los saltos
global", segán la expresión de Ulf Bartnersg, con la advertencia de que la arrastrándose del "gusano Ñapóles".
interacción no es indiscriminada, Iste especialista en "conexiones tansna-
dónales" aclara que "los flujos tienen direcciones" y escenarios preponde- 3. Más allá de las paredes de las comunidades nacionales se dispersan
rantes. ¿Cuáles son los escenarios que prevalecen? Él cita a "Nueva York, bienes, personas y mensajes. El rechazo a "los que viven de otro modo o a
Hollywood y la sede del Banco Mundial" (Harinera, 1997:13). Podríamos ios compatriotas que se fueron a otro país, indiice a usar nombres de ani-
ampliar la lista, pero seguiríamos comprobando que los símbolos mayores males para marcar su diferencia. Los cubanos de Miami, llamados gusanos
de la globalización se encuentran casi todos en-Estados Unidos y Japón, al- desde la isla, se convirtieron en mariposas cuando se comenzó a aceptarlos
gunos todavía en Europa y casi ninguno en América Latina, Harmej» se^ como turistas que llevaban dólares a Cuba y restablecían las relaciones con
ftaló también ejemplos de contraflujos, exposiciones de artistas africanos jos qtte viven adentro. Loa acercamientos entre cubanos de dentro y de
en Londres y grupos terapéuticos de Oslo que se basan en técnicas mala» fuera, así como la intensificación de intercambios entre mexicanos, colom-
yas.de interpretación de los sueños. Pero estos y otros reconocimientos a bianos y argentinos que viven en sus países y los connacionales residentes
las artesanías, la literatura y los saberes periféricosno permiten olvidar las .en Estados Unidos, muestra que la separación engendra descalificaciones
"asimetrías de los flujos", manifestadas en la diseminación desigual de ha- y-atractivos, o sea comunidades transnacionales ambivalentes. Se forman
bilidades fundamentales y formas mstitudonales modernas, de la editca- nuevos circuitos y redes que enlazan a los que habitan en territorios leja-
eión básica y superior de tipo occidental., de prácticas administrativas y sa- nos. Los envíos constantes de dinero de mexicanos residentes en Estados
beres biométlicos. Por eso, Harinera; sostiene que la fluidez con que Unidos a sus familiares en México suman unos 7.000 millones de dólares
dreulan y contracirculan los bienes y mensajes no clausura la distinción por año, Los^miembros ausentes regresan a las comunidades de origen pa-
entre centros y periferias. ra fiestas o simples visitas. La comunicación se sostiene y renueva cada se-
Los movimientos globalizadores a veces se condensan en metáforas ar- mana por teléfono/fax, correo electrónico, mensajes radiales y escritos,
tísticas o literarias, que sirven para hacer visibles las nuevas condiciones ¿puánto gastan en .comunicaciones telefónicas a sus países de origen los
de interacción en la diversidad cultural del mundo. Sin embargo, necesita- latinoamericanos que viven en Estados Unidos? El estudio de Maxine L.
mos situar estas imágenes en relación con datos-duros, macrosociales, pa- Margolis, realizado a principios de los años noventa, antes de que se gene-
ra saber cuál es el horizonte de inteligibilidad d.e la metáfora y dónde su ralizara, el uso de Internet, encontró que el 95 por ciento de los brasileños
.potencial imaginativo pierde valor heurístico. residentes en Nueva York llamaba habititalmente por teléfono a Brasil,
gastando entre 85 y 200 dólares por mes.
2. La comunicación con lo que está más allá de lo local puede, hacer Este tráfico globalizado puede ser tan significativo en las sociedades
imaginar que las identidades se disuelven o puede llevar a buscar referen- periféricas como lo muestran los envíos en dólares de migrantes qiie son
tes globales indefinidos. Un director de teatro vuelve a las calles de Mon- la tercera fuente de ingresos externos en la economía mexicana y la prime-
tevideo donde jugaba fútbol cuando era niño y recuerda que cuando ese ra en la salvadoreña. Pero además se envían relatos de un país a otro, se
deporte era juego y no negocio también las relaciones entre los niños eran amplía el horizonte de cada cultura nacional y se construyen rituales com-
diferentes. Cada vez que alguien hacía un gol, era festejado por todos en partidos que ablandan las fronteras. Casi suprimen la distancia. Una radio
abrazo grupal: "era Ja posibilidad no sólo de ponernos cara a cara, sino boliviana .en Buenos Aires, además de transmitir melodías y noticias que
cuerpo a cuerpo, manifestando una especie de unidad" dentro del barrio generan nostalgia, propone ritús para encuentros imaginarios: "Nuestra
D de la calle cerrada para jugar. Hoy el qne hace el gol, y los demás atrás, música. A tornarse las manos, compadres. A cerrar los ojos y pensar que es-
salen a festejar, pero "saludando a un público imaginario, a una audiencia, tamos en nuestra tierra", Como dice el antropólogo que estudió a este gru-
como si la tuvieran enfrente". Ya no hacen el círculo, sino que -como ven po, la comunicación ya no se produce "alrededor de) fuego de la aldea si-
56 La globalizadón imaginada La globalkación: objeto cultural no identificado 57

no frente a la aldea construida por la radio". En ese espado mediático la donal. En el último caso, donde el caballo bicéfalo representa la bidireccio-
nación se recompone fuera de las relaciones con el territorio específico lla- nalidad y reciprocidad de las interacciones, el carácter traslúcido del ani-
mado Bolivia (Grknson, 1999). mal sugiere que ya no puede ocultarse lo que "ellos quieren hacer con no-
sottfos y nosotros con ellos"; se hace explícito el conflicto, pero no se lo
4. Otros movimientos expresivos de esta permeabilidad transnatíonal representa con imágenes nacionalistas sino con un símbolo multinacional
están representados en el caballo de Troya instalado por Mareos Ramírez q],ie, releído, invita a reflexionar sobre una frontera específica. Mientras la
Erre en la última edición del programa de arte urbano inSJTE, realizado en obra de Yanagi, situada en la misma frontera estadounidense-mexicana,
1997, entre Tijuana y San Diego. Ise artista tíjuanense colocó a pocos me- celebraba la disolución de las barreras nacionales, el caballo bicéfalo de
tros de las casetas de la frontera un caballo de madera, de 25 metros de al- Ramírez y el conjunto de su instálarión-^erforwíi-wce (camisetas y trajes tro-
tura, con dos cabezas, una hacía Estados Unidos, otra hacia México. Evite yanps para travestirse y fotografiarse, souvenirs que parodian las neoarte-
así el estereotipo de la penetración unidireccional1 del norte al sur, También áanías para consumo turístico) señalan cómo ocurren en una frontera par-
se aleja de las ilusiones opuestas de quienes afirman que las migraciones ticular los malentendidos interculturales.
del sur están contrabandeando lo que en Estados Unidos no aceptan, sin r Estos cuatro ejemplos representan modos actuales de reelaborar los en-
que se den cuenta. Me decía el artista que este ''antimonumenlo" frágil y lacies y quiebres entre lo concreto y lo abstracto, lo inmediato y lo intercul-
efímero es "translúcido porque ya sabemos todas las intenciones de ellos túral. La dificultad de denominar estos cambios y comunicarnos con los
hacia nosotros, y ellos las de nosotros hacia ellos". In medio de los vende- diffrentes induce a imaginarlos con metáforas y ordenarlos con rituales.
dores- mexicanos circulando entre autos aglomerados frente a Jas casetas, Diferentes imágenes muestran distintos modos de concebir la redistribu-
que antes ofredan calendarios aztecas o artesanías mexicanas y ahora ción que en este tiempo está ocurriendo entre lo propio y lo ajeno. Necesi-
agregan "al hombre araña y los monitos del Wdt Disney", Ramírea Irre no tamos discutir con Jos datos más objetivos que nos sea posible obtener si
presenta una obra de afirmación nacionalista sino tin símbolo luiiversal estas recomposiciones deben nombrarse como toternadonalkación, trans-
modificado. La alteración de ese lugar común de la iconografía histórica nacipnalkación o globalizadón. ¿MulticulturaJidad, racismo, desigualdad
que es el caballo de Troya buseí indicar la multidireccíonalidad de los nprte-sur, choque de civilizaciones o ¡zonas de contacto? Sugerí al comien-
mensajes y las ambigüedades que provoca su iitUkación mediática, El ar- zo'.de este capítulo por qué xtnas u otras palabras designan con mayor per-
tista reprodujo el caballo en camisetas j postales para que se vendan jun- tinenda diferentes procesos, cuáles dejan fuera demasiadas novedades o
to a los calendarios aztecas y "los monifcos de Disney", También disponía tradiciones persistentes y cuáles quedaron ancladas en otras épocas. Pero
de cuatro trajes de troyano a fin de que se Jos pusieran quienes deseaban aí mismo tiempo las narrativas y metáforas sugieren la coexistencia de
fotografiarse al lado del "monumento", como alusión irónica a los regis- • épocas diferentes en las tensiones entre lo local y lo global, y vivendas con-
tros fotográficos que se hacen los turistas junto a los símbolos de la mexi- .tradictorias de los actores, cuya intensidad y polivalencia es difícil ence-
canidad y del amerícm way ofli/e, naf* en. conceptos.
En este cuatro casos se trasciende la cormirüdad local. Pero su articu- , '¿Es;.el uso de metáforas un recurso deficiente, provisional, del pensa-
lación con lo global es imaginada de diversas maneras. Las hormigas de miento social, apenas admisible mientras vamos configurando conceptos
Yanagi que desconstruyen las banderas sugieren una interacción generali- científicos, o es una necesidad para comprender mejor cómo fundona la
zada en la cual se disolverían las marcas idenütarias. En el segundo ejem- sociedad y cómo actuar en ella? La primera posición, de corte positivista,
plo, cuando los niños saludan a un público planetario, los referentes par- no es compatible con las 'teorías más consideradas sobre lo metafórico, por
ticulares, tomados de jugadores mexicanos y brasileños, no se pierden ejemplo las de Jacques Derrida y Paul Ricoeur, aunque sobrevive en el em-
totalmente sino que se subordinan a un imaginario global? los actores ce- pirismo rústico con que muchos economistas miran las ambigüedades de
lebran un acontecimiento tan local como lo que ocurre sólo para quienes •los estudios sobre cultura. Pero como, de hecho, las metáforas pululan en
lo ven en esa calle, pero pensando en signos transnacionales. En el relato los discursos duros sobre globalización conviene tomarlas en serio y como
sobre los bolivianos que viven en Buenos Aires se imagina una comunidad recurso nada transitorio. Desborda los objetivos de este libro ocuparme del
con los qxie habitan en Bolivia, con lo cual se afirma la nacionalidad pese debate sobre la metáfora, por ejemplo entre la desconstrucción derrideana
a la dispersión y la distancia: el ritual de tomarse las manos con los que es- y la hermenéutica de Ricoeur, Déjenme decir, al menos, que incorporo las
tán aquí y escuchar la música producida por los que están allá enlaza a metáforas empleadas por quienes hablan de globalización no con la inten-
grupos que intentan borrar la distancia sin olvidar su diferencia étnico-na- ción de poner en evidencia la precariedad de esos discursos sino porque
58 La globalkación imaginada La globnlización: objeto cultural no identificado 59

en lo que se dice sabré lo global se manifiestan, de manera extrema, las in- HACER TRABAJO DI CAMPO SOBRE MÉXICO EN EDIMBURGO
determinaciones 'de lo social. Las operaciones metafóricas pueden ser leí-
das como alusiones a lo que no se deja atrapar por conceptos unívocos/ a En esta articulación de lo objetivo y lo subjetivo no se trata sólo de la
lo que vivimos y está en tensión con lo que podríamos vivir, entre lo es- subjetividad délos informantes. Como se volvió frecuente en estudios cul-
tructurado y lo desestructurante. turales y antropológicos, es útil que el investigador explícite en qué condi-
Por razones análogas, la narración es mucho más que -ion recurso para ciones contextúales e, incluso, con qué ubicación personal o grapa!, selec-
hablar en la cultura., Todo discurso socioeconómico puede ser leído corno ciona los datos y construye las preguntas, a fin de controlar en lo posible
narrativa (en oposición a paradigma, según decía antes), y más aún cuan- esos condicionamientos.
do, se refiere a los movimientos globalSzadores, donde lo que el discurso Intentaré explícita* en varios tramos corno enfrenta estos asuntos un ar-
tiene como portador de sentido j referencia está indeciso. ¿Adonde nos
gentino exiliado en México, que estudió en Francia y en los últimos años
conducen los movimientos financieros? ¿Qué tipo-di sociedad se está for-
sé ve exigido, como cualquier mexicano, a preguntarse si habitar este país
mando con la acumulación de migrantes? Lo imaginario es liria dimensión
es ser latinoamericano o norteamericano. Por ahora quiero traer el relato
de su "realidad", Isos trabajos con lo imaginarlo, que son las metáforas y
narrativas, son productores de conocimiento en tanto intentan capto lo de otro hecho que me hizo evidente la urgencia de renovar la capacidad de
que se vuelve fugitivo en. el desorden global, Jo que no se deja delimitar Jas ciencias sociales para reflexionar sobre universos tan vastos y diversi-
por las fronteras sino que las atraviesa, o cree gue las atraviesa y las ve rea- •ficados: ocurrió cuando rne descubrí, en octubre de "1996, haciendo antro-
parecer trn poco más adelante, en las barreras de la discriminación. Las pología sobre México en Edimburgo,
metáforas tienden a figurar, a hacer visible, lo que se mueve, se combina O Nos había invitado el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Uni-
se mezcla, Las narraciones "buscan trazar un orden en la profusión de los versidad de Stlrling a hablar sobre, "las fronteras entre culturas" a varios
viajes y las comimieaciones, en la diversidad de "otros". especialistas de Europa y de América Latina. Me preguntaba dónde están
Las metáforas, además, tienen particular importancia cuando habla- ahora las fronteras mterculturales al contrastar este interés creciente por
mos de interculturalidad, porque su vocación comparativa, al jugar con lo América Launa en el mundo angloparlante con el escaso diálogo que tene-
diferente y lo parecido, construye el sentido no como algo en sí, que se po- mos con países latinos de Europa, como Francia e Italia, que han aportado
see en forma autbsuñdente, sino tornando en eiienta lo que es de los de- grandes contingentes migratorios, y que tuvieron y tienen vigorosa In-
más. La sociedad entendida bajo el modo metafórico "no tiene existencia fluencia en nuestro continente. ¿Por qué los intercambios académicos y las
sino por el desvío de otros fenómenos", de otros modos de ser. Esta remi- traducciones de autores latinoamericanos se expanden más en Estados
sión a lo diverso puede hacerse mediante rodeos por el mundo animal, co- Unidos que en las sociedades latinas europeas?
mo vimos en las metáforas traídas a este capítulo (que no necesariamente Pensaba en estas "paradojas", que trabajé en la reunión de Stírling y de-
son despectivas), Puede servir, asimismo, para hacer presente la multipli- sarrollo aquí más adelante, mientras cenaba en un restaurante italiano de
cidad de sentidos de lo humano, Si bien para conocer necesitamos el rigor Edimburgo.-Después de ser obligado a hablar en mi inglés de emergencia
y la fijeza de los conceptos, la metáfora entrega el sentido "de perfil, por por un mesero locuaz, descubrí que él era mexicano. Ahí comenzó tina de
alusiones o asociaciones, por una inteligencia del pasaje" (Mons, 1994:216). esas, experiencias no previstas de trabajo de campo: él me contó que le re-
Un asímto arduo para las cigntías sociales es eóíno intersectar narra- sultaba difícil decir de qué parte de México era, pues su padre -como fun-
ción y explicación, metáforas y teoría. En lo que sigue se verá que he tra- cionario de gobierno-había sido enviado a dirigir obras en Querétaro, lue-
tado de evitar dos modos de hacerlo: a) los relatos o metáforas como casos gp"en San Miguel de Allende, en el Distrito Federal y en otras ciudades. En
cuya acumulación permita generalizaciones (empirismo inductivista); b) los intervalos de sxis viajes de una mesa a otra, me iba relatando que había
como ilustraciones utilitarias para ejemplificar principios teóricos cons- estudiado ingeniería en Querétaro y que tuvo una beca para trabajar "en
truidos a pribri (teoridsmo deductivista). Intento, más bien, que los casos cuestiones de biología marina" en Gxiaymas, pero prefirió irse a Los Ánge-
ejemplares o estratégicos lo sean por su capacidad de desafiar las coneep- les siguiendo a un amigo. "Me interesaba conocer a gente de otros países
tualizaciones preconstrui'das sobre la globalizacióh y la interculruralidad, más que a los mismos de siempre." También había vivido en San Francis-
tanto los esquemas teóricos y abstractos como los del sentido común "ern- co, Canadá y París, y había ido combinando lo que escuchó en esas socie-
pirista". Me. importan los estudios de caso porque ayudan a recrear esos dades heterogéneas con visiones propias sobre la multiculturalidad. Me
modos de pensar y a la vez permiten configurar nuevas-lecturas -desde el dijo que en Los Ángeles "son cosmopolitas, pero no tanto porque muchos
trabajo teórico- sobre los materiales empíricos. grupos sólo se ven entre ellos. Se encuentran en los lugares de trabajo, pe-
60 La globalización imaginada La giobalización; objeto cultural no identificado 61

ro luego cada uno regresa a su casa, a su barrio", Y concluía que "el capi- sistema precario que se llama la comida argentina se formó con la enérgi-
talismo trae segregación". A cada rato decía que "los judíos son los más c^ presencia de migrantes italianos, que se mezclaron con españoles, ju-
poderosos en Estados Unidos". De "los negros" afirmaba que "creen mu- díos, árabes y gauchos para formar una nacionalidad. Pertenecer a una
cho en sus héroes, pero los debilita sentirse tan discriminados, Son fuertes identidad de fusión, de desplazados, ayudó a este filósofo convertido en
sólo en la música". "Y a los mexicanos lo que nos pierde es que para hacer antropólogo a representar Ja identidad mexicana ante un mexicano casado
negocios necesitamos tomar." Sus juicios mostraban que la simple acumu- ¿0n una escocesa, que representaba la italíanidad en un restaurante de
lación multicultural de experiencias no genera automáticamente hibrida- Edimburgo.
ción, ni comprensión democrática de las diferencias. Sé que entre los millones de mexicanos residentes en Estados Unidos,
Al cerrar el restaurante, fuimos a tomar un trago a mi hotel, y allí me o-'que han pasado por este país, pueden encontrarse historias semejantes
explicó que "las cosas funcionan más en Estados Unidos que en ef leino qiie vuelven problemático saber quiénes y cómo representan hoy la nacio-
•Unido. Los escoceses tienen orgullo, pero pasivo, Los amerfcanos.10 tienen nalidad. No sólo los que habitan el territorio de la nación, No era el lugar
activo; se identifican en todo el mundo, se hacen notar en los negocios y de residencia lo que definía nuestras pertenencias en esa noche de Edim-
porque minea quieren perder". Hablaba con tal admiración de su vida en burgo, Tampoco la lengua ni la comida constituían marcas identitarias que
Los Ángeles que le pregunté por qué había dejado esa ciudad. "Porque nos inscribieran rígidamente en xina sola nacionalidad. Él y yo habíamos
cuando entiendo algo y me doy cuente cómo se hace, es como cambiar un tomado de varios repertorios hábitos y pensamientos, signos heterogéneos
vídeo, y entonces me aburro," Su ditctffidadrmulttcultural se apreciaba, de'identidad, que nos permitían desempeñar roles diversos e incluso fue-
asimismo, cuando hablaba italiano casi tan bien como inglés, pese 'a no ha- ra;de contexto,
ber estado mtnca en Italia, sólo a. fuerza de interachiar con los compañeros 'Me pareció evidente que ya.no es posible entender estas paradojas con
y representar cada día la itaHanidad entre agnelhttis, carpamos j vinos una antropología para la cual eiobjeto de estudio sean las culturas locales,
Chianti Á> . tradicionales y estables, Y que, por tanto, el futuro de los antropólogos (y
Cuando quise saber cómo había decidido ir a vivir a Edimburgo, me di- de otros científicos sociales) depende de que reasumamos esa otra parte de
jo que su esposa era escocéis, y me sorprendió -él, que había transitado la disciplina qiie nos ha entrenado para examinar la alteridad y la intercul-
por muchas partes de México, Estados Unidos y Canadá- afirmando que turalidad, las tensiones entre lo local y lo global. James CHfford escribe que
le gustaban los escoceses porque "no son cosmopolitas, Son gente conser- el objeto de investigación deben ser las "culturas translocales", las media-
vadora, que cree en la familia y están orgullosos de lo que tienen. Viajan ciones entre los espacios donde se habita y los itinerarios: es preciso "repen-
como turistas, pero están tranquilos y se sienten contentos con la seguri- sar las culturas como sitios de residencia y de viaje" {CJifford, 1999:46).
dad que hay en ésta ciudad de 400.000 habitantes".
Al final me dijo que quería poner un restaurante mexicano de calidad,
pero no le gustaban las tortillas que llegan a Edimburgo para venderse en LAS NARRATIVAS A LA TEORÍA CÜUU1AI, DE LA GLOBAUZACIÓKt
los restaiirantes tex-mex porque las traen de Dinamarca, (Me hizo recordar
las fiestas en la Embajada de México en Buenos Aires, cuando el "15 de sep- ¡Retorno el problema que colocaba hace un momento. ¿Qué hacer con
tiembre, para celebrar la independencia mexicana, se refeen los pocos mexi- éstos relatos y metáforas para ir construyendo una visión conceptual ca-
canos que viven ahí con centenares de argentinos que estuvieron exiliados paz de ordenar las perspectivas divergentes, los -imaginarios sobre la glo-
en México, y el embajador contrata al único grupo de mariachis que pue- bíüisación, en una definición y un conjiinto de procedimiento metodoló-
de conseguirse en Argentina, formado por paraguayos residentes en Bue- gicos que estudien razonadamente sus ambivalencias? Voy a señalar
nos Aires.) algunos cambios teóricos necesarios en las nociones habituales de cultura
Entonces, el mesero mexicano en Edimburgo me pidió que al volver a y gtobalimción.
México le mandara la receta de las tortillas, Me lo pidió a mí, que soy ar-
gentino, llegué'hace dos décadas a México como un filósofo exiliado y me Lfi aíitum rede/inicia. Los cambios globalizadores han modificado la ma
quedé porque aprendí antropología y me dejé fascinar por muchas cos- ñera de concebir la cultura. Entre los años sesenta y ochenta de este siglc
tumbres mexicanas, atinque una cíe mis dificultades de adaptación la en- los estudios sodosem ió ticos, y con ellos la antropología, la sociología y
cuentro en la comida picante, y por eso cuando elijo un restaurante mi pri- otras disciplinas, fueron estableciendo que la cultura designaba los proce-
mera preferencia va hacia los italianos. Esa inclinación procede de que ese sos de producción, circulación y consumo de la significación en la vida so-
62 La globaJización imaginada La globalización: objeto cultural no identificado 63

cial, Esta definición sigue siendo útil para resolver las tentaciones de res- fluctúa entre el orden que hace posible el funcionamiento de la sociedad
taurar algún dualismo (entre lo material y Jo espiritual, entre lo económi- (local y global) y los actores que la abren a lo posible.
co ylo simbólico, o lo individual y lo colectivo), También tiene la virtud de
mostrar la cultura como un proceso en el cual los significados pueden va- La globalización haciéndose cargo de la cultura. Según comenzamos a ver
riar, en este capítulo, los datos macrosociales muestran la globalización como
Sin embargo/ esa definición -concebida para cada sociedad y con pre- 'una etapa histórica configurada en la segunda etapa del siglo XX, en la
tensiones de validez universal-no incluye lo que constituye a cada cultu- cual la convergencia de procesos económicos,, financieros, comunicadona-
ra por su diferencia con otras. Llama la atención que varios aittores pro- les y migratorios acentúa Ja interdependencia entre vastos sectores de rnu-
pongan en los años noventa reconceptaalizar este término para poder . crias sociedades y genera nuevos flujos y estructuras de interconexión su-
hablar de la mtemüluralidad. Arjun Appadwrai prefiere considerar la cul- pranacional,
tura no como un sustantivo/ como ai fuera algún upo dé objeto o cosa, si- .Analicemos los tramos de esta definición, Al caracterizar la globallza-
no como adjetivo. lo ciúhiml facilite hablar déla cultura como una dimen- elón como un fenómeno iniciado en la segunda mitad del siglo XX, no olvido,
sión que refiere a "diferencias, contrastes .y comparaciones", permite ••corno dije, que las transformaciones ocurridas desde el comienzo del capi-
pensarla "menos como vana propiedad de los individuos y de los grupos, talismo y de la modernidad fueron preparando el período global. Pero
y más como un recurso heurístico que podemos usar para hablar de la di- tampoco puedo desconocer las diferencias cualitativas y cuantitativas en
ferencia" (Áppadurai, 1996:12-13), ,l Já.mterrelación entre naciones engendradas por la conjunción de cambios
Fxedrie Jameson ha sido más radical al rédefMr la cultura como "el económicos, financieros, comunicadonales y migratorios, que distinguen
conjtinto de estigmas que un grupo porta ante los ojos de otro (y vicever- a este período de lo que ocurrió en las etapas colonialista, imperialista y de
sa)"» También afirma que la cultura "no-es una sustancia o un fenómeno iii ^nacionalización de la economía y de la cultura.
por derefcho propio, es un espejismo objetivo que emerge al menos entre la La segunda observación que quiero hacer es que la definición no sólo
relación de dos grupos". "La cultura debe, así, ser apreciada como -un ve- señala los tres factores más elaborados en las teorías de la globalización:
Wculo o medio por el que la relación entre los grupos es -llevada a cabo" económicos, financieros y comunicadonales. Los procesos globales -y las
flamesón, 1993:104). imágenes que los representan- se vienen constituyendo por la circulación
Es evidente, en esta perspectiva, el papel clave que juega en lo cultural más fluida de capitales, bienes y mensajes, pero también de personas que se
lo imaginario, Pero lo imaginario intercultural, no como mero suplemento trasladan entre países y culturas como migrantes, turistas, ejecutivos, estu-
de lo cjue cada cultura local representa de lo vivido en esa sociedad, En pri- diantes, profesionales, con frecuentes idas y vueltas, manteniendo víncu-
mei lugar, las imágenes representan e instituym lo social, como tantas veces los asiduos entre sociedades de origen y de itineranda, que no eran posi-
se ha demostrado al examinar el papel de los imaginarios urbanos y me- bles-hasta mediados del siglo XX. Incorporar este aspecto a la teoría de la
diáticos. En segundo término, hoy es evidente que representamos 8 insti- :globaíización, como lo hacen varios antropólogos (Appadurai, Hannerz,
tuimos en imágenes lo que a nuestra sociedad le sucede en relación con Orti^rénlre otros) y algunos sociólogos (Beck, Giddens), es reconocer, por
oirás, porque las relaciones territoriales con lo propio están habitadas por as'í-decir, el soporte humano déoste proceso, sin el cual se cae en la reduc-
los vínculos con los que residen en otros territorios, nos hablan1 y envían ción de los movimientos económicos a flujos anónimos. Registrar lo global
mensajes que dejan de ser ajenos en la medida en que muchos de los mies- con lina visión despersonalizada puede colaborar con la doctrina neolibe-
tros viven allá, muchos de ellos llegan hasta aquí Isas formas de organi- ral que afirma a la vez la libertad y la fatalidad de los mercados, pero con
zación de lo imaginario que son las metáforas y narrativas tratan de orde- ¿J^osto de aislar a la economía al imposibilitarle diálogos consistentes con
nar lo que el imaginar tiene de dispersión de sentido, rasgo que se acentúa las'teorías sociológicas y antropológicas qxie se niegan a prescindir de las
en un mundo globalizado. Y, por ultimo, ese ordenamiento es siempre una personas cuando se preguntan por el lugar donde se juegan la libertad y
"delimitación fluctuante" (Mons, 1994: 252): instrumento para hacer fun- las, decisiones.
cionar con sentido a la sociedad y deriva poética hacia lo no visible, En su- ;En esta dirección anticipo que incluir el papel de las personas y, por
ma; lo cultural abarca el conjunto de procesos a través de los cuales repre- tanto,-la dimensión cultural de la globalización, permite tomar en cuenta
sentamos e instituimos imaginariamente. lo social, concebirnos y tres aspectos sobre los cuales volveremos: el drama, ¡a responsabilidad y la po-
gestionamos las relaciones con los otros, o sea las diferencias, ordenamos sibilidad de reorientar el -itinerario. Al decir que no se trata sólo de movimien-
su dispersión y su inconmesurabilidad medíante una delimitación que tos de capitales, bienes y mensajes, pienso en el desarraigo de los migran-
64 La globalizacíón imaginada La gtobalizadÓJi: objeto cultural no identificado 65

tes, el dolor de los exiliados, la tensión entre los bienes que se tienen y lo en revoluciones, vanguardias políticas, artísticas y otros imaginarios trans-
que prometen los mensajes que los publidtan; en suma, las escisiones dra- formadores. El problema del sentido (abierto) de la globalizadón hace en-
máticas de la gente qtie no vive donde nació. trar en su teoría conjuntamente las cuestiones culturales y políticas.
Luego, hablar de las personas que hacen, reproducen y padecen la glo- De todas maneras, no es por voluntarismo que incluyo lo imaginario en
baltóadón ~y aun de las que son excluidas de ella™ vuelve posible encon- la definición de lo global. Más bien, por rigor descriptivo. Por xana parte,
trar responsables de ESOS procesos. Por más que los adores sociales parezcan la definición propuesta indica -convergencia de procesos mpt-rimmmie ob-
evaporarse en esa figura jtmdieo-económica síníomática de la globaliza- ser&a'bks -económicos, financieros, comunieacionales y migratorios- que
dón (aunque la preceda) que son las sociedades muñimos, la teoría social acentuaron k interdependencia a escala mundial. Al mismo tiempo, la in-
no puede desentenderse con tanta facilidad de los stijetos de las acciones. tensificación de vínculos antiguos y la construcción de nuevos flujos y es-
Necesite identificar a los grupos responsables y a los destinatarios de los tructuras de intercambios no coloca a todos los habitantes del planeta en
• cambios, a quienes mueven los capitales y los bienes, emiten, circulan y situación de copresenda 8 interacción. Sólo algunos sectores producen,
reciben mensajes, venden y consumen bienes y mensajes gbbalizados. Si Benedict Anderson
. En la medida en que enceaitmmos actores que eligen, toman decisiones llamó a las naciones "comunidades imaginadas" porque "airn los miem-
y provocan efectos (que podrían haber sido otros), la globalizatíón deja de bros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de ms
ser un juego anónimo de fuerzas del mereadp sólo regidas por la exigen- compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos" (Anderson,
cia de lograr todo el tiempo el mayor lucro en la competencia supranado- 1997; 23), es todavía más pertinente llamar imaginada a la globalización.
nal, "Las leyes del mercado" es una fórmula demasiado racional y teleoló» Recordaba Anderson en el mismo texto la frase de Ernest Renán según la
giea en vista del zigzagueo errático con que se desplazan, crecen o se cual "la esencia de una nación es que todos los individuos tengan muchas
pierden los capiteles y los bienes en los íiltimos años. Pero el argumento cosas en común, y también hayan olvidado irradias cosas"; por ejemplo,
que más interesa es que la reaparición dé las personas y los grupos en la los franceses, decía Renán, para afirmar lo que los \me suelen olvidar la
teoría social permite concebir a la globalkadón de oirás maneras. noche de San Bartolomé y las masacres del Mediodía en el siglo XHL
La reorganización mundlalizada de las sociedades parece ser un proce- En cuanto a la globalización, no. serían tan persuasivos quienes 1a pro-
so irreversible y que deja pocas posibilidades de éxito a quienes buscan re- pagan si la precaria integración mundial lograda en la economía y las co-
gresar a épocas previas o construir sociedades alternativas desenchufadas municaciones no se acompañara con el imaginario de que todos los miem-
de lo global. En este-sentido, la metáfora, de las hormigas que disuelven bros de todas las sociedades podemos llegar a conocer, ver y oír a los otros,
banderas es pertinente. Pero este realismo económico, político y comuni- y con el olvido de quienes nunca podrán incorporarse a las redes globales.
cacional no implica admitir con fatalismo el modo unidimensional en que Por eso, lo imaginario se impone como un componente de la globalizadón.
vienen globalizándonos los economistas y empresarios con la aceptación La segregación es el reverso "necesario" de las integraciones, y la desigual-
complaciente o malhumorada de gran parte de-los consumidores, Pensar dad limita las promesas de la comunicadón,
la globalizacíón como una consecuencia lógica de la convergencia de cam-
bios económicos, comunieacionales y migratorios no impide concebirla a
la vez como un proceso abierto que puede desarrollarse en varias direccio-
nes, Esto se insinúa en la comparación de los imaginanos.de niños jugan-
do fútbol en la cañe, de los bolivianos transterrados, el caballo bicéfalo en
la frontera México-Estados Unidos y el mexicano actuando la itelianidad
en Edimburgo.
Dejar hablar a los actores desde sus peculiares experiencias de la inter-
culturalidacl transnadonal puede contribuir a reconquistar poder frente al
fatalismo predominante de los economistas. Los consumidores podemos
expandir el lado activo de nuestros comportamientos hasta llegar a rein-
ventar la manera de ser ciudadanos, Por esto, el análisis crítico de la glo-
balización irá asociado una y otra vez a las maneras en que podría rever-
tirse la impotencia política con que acabó este siglo que había sido pródigo

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