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MERTON
Impreso en España
Printed in Spain
ESPASA-CALPE, S. A.
Talleres gráficos de la Editorial Espasa-Calpe. S. A. MADRID
Carretera de Irúo, km. 12,200. Madrid-34
1980
tf" -,
/32 ROBERT K. MERTON
MINIMIZAR EL DILEMA
oi
Reimpreso con la autorización de Approach~s lo. th~ Study Social Structur~. con'Peter
M. Blau como editor (Nueva York, The Free Press. 1975). Escrito mientras era catedrático
becado en el Centro para Estudios Superiores en las Ciencias del Comportamiento, este tra·
bajo fue apoyado por una subvención de la NationaJ Sci~nce Founda/ion para el Programa de
Sociologia de la Ciencia. en la Universidad de Columbia. Olros colegas becarios del Centro
aportaron valiosas crÍlicas y sugerencias: Joshua Ledcrberg, Yehuda Elkana, Amold Thac"
kray y Harriet Zuckerman.
·... :,., ..
... Los seguidores de Popper niegan Comprensiblemente. cada doctor que hace el diagnóstico prescribe
la posibilidad de probar, una terapia formalmente idéntica pero sustaÍltivamente diferente: ver y
pero siguen buscando ... la verdad (1). hacer las cosas a su manera. La grave crisis sólo tenderá a resolverse si
los pacientes en,'conjunto adoptan la perspectiva.sociológica del diag-
Cuando 'Alvin W. Gouldner, mi ttmigo. colegaaen-la-Iejanía, Y en nosticador: ya sea la sociología 9ialéctiCa de G urvitch o la integralista
otro tiempo alumno;' dio a su reciente libro el título de T/Je Coming de Sorokin o, más recientemente, la· reflexiva de Gouldner. Como·
Crisis 01 Western Sociology (La crisis en puertas de la sociología occiden- veremos, tampoco hay razones para que esta prescripción de las propias
tal (2). hizo una enunciación más bien tímida de la situación. Porque convicciones, teóricas sea ocasión de cínico regocijo. Despué.s de todo,
puede mantenerse, sin caer en la paradoja y con a.rgumentos igual~e.nte ¿qué fundamento cognitivo -no, téngase bien presente, fundamento
persuasivos, que la sociología ha estado en contmuo estado de CriSIS a social, psicológico o poiítico- qué fundamento cognitivo p'ara.aceptar
través de· su historia. una perspectiva teórica, mejor que el de creer que es a la vez más fruc-
tífera, más completa y más eficaz que sus rivales? .
Los aspectos de la sociología que se han tenido en cuenta como
LA CRISIS CRONICA DE LA SOCIOLOGIA capaces de proporcionar los signos y ·síntomas de la crisis son bastante
familiares: un cambio y choque de doctrinas, acompañados de tensión ~.J~'
La sociologí~ ha éonocido·siempre una situación muy poco estable, creciente y a veces de agudos conflictos entre los profesionales de la,b f" f~
y sU"S cultivadores han atravesado por fases sucesivas. de desaforado sociología. El choque implica la grave afirmación de que los paradigmas ~ ~ f\
optimismo y desaforado pesimismo sobre su capacIdad~ en aquel existentes son incapaces de solucionar pr~blemas ,que, ·en principio 1 ten- . ~ S~
momento o al meno:. .en breve plazo, para encontrar solucIOnes dura- drían que. ser. capaces de solucionar.. En este sentido podemos· describir ~ (S" C::c
SJ -ct
deras a los proble'mas de la sociedad humana y a los problcI?as de ~a
sociología humana, es decir~· soluciones a los problemas so~~ales mas I la sociología corno en estado crónico de crisis (3); roto .intermitente- . k
~~
l.
importantes, así corno a. los más destacados entre los cognttivos.
Al llegar a cierto volumen la población de sociólogos •. aumentó la I
•
(3) .Cri,;, "ón;',. no" la rm" p"adój;ea que pudkra parecer. D"dc al m;no, 10,C1§
primeros años treinta, Horkhcimer ha venido examinando intermitentemepte la «crisis con· ~() e
frecuencia con que se producían tales diagnósticos. Más o inenos todas temporanea en la ciencia ... Max Horkheimer, tlBemerkungen über \VlSSenschaft und Krise ... _~~ r./7
,las generaciones de sociólogos '~~.las ha~ arreglado para identificar su en Z~iuchriftfo'r So:ialforsdlung. (1932). págs. 1-7. Y nunque Raymond Boudon. en su libro C)-.:\ V' ---1.-
época como un momento decisivo para bIen o para mal en el desarrollo La CriJ~ d~ la Soci%gie. (Pans·Ginebra, Oral. 1971), señala que muchos sociólogos han (/\~ ~
hablado .. acertadamente .. de la actual tlcrisis de la sociología .. , pasa en seguida a observar _ ..
de la disciplina. Los que hemos vivido lo suficiente para haber obser- . que la .. sociología se caracteriza de manera más o menos permanente por una situación de ::¡ CJ
crisis latente .... Aparte de su especial aptitud para describir la condición de la sociología a~ ::::-
l
vado este comportamient.o durante varias décadas podemos recordar
sin dificultad algunos de los m~ llamativos diagnósticos de crisis. En
cuanto a mí mismo, ·me basta con seleccionar el año 1956, c~ando >"2 .:s.5J
traves de los años, el termino «crisis crónica .. adquiere mis importancia general ahora que, -".
segun el articulo de Alan Musgrave .. Kuhn·s Second ThoughtsJlo, en Briti~h Jouma/ ofthe Phi·
/osoph)" 01 Scimce. 22 (1971), págs. 287-306, T. S. Kuhn ha enmendad? su pensamiento de ~
~
Georges Gurvitch anunció «la :crisis de la explicación sociológica» Y , manera que los periodos de tlciencia normal", más que ser tlperiodos dogmáticos entre ..--'../'
Pitirim Sorokin desmenuzó otra versión de la crisis en su Fads and Fo;- \ crisis .. , son ahora vistos como «llenos de crisis propias ... Compárese la versión original df::.-S:- S
bIes iu Módern Sociology (Modas y maulas en la soc~'ologla moderna). i :2 8
¡. rile StrucfUre of Sdentific Rt'I'OJutions. de Thomas S. Kuhn (Chicago, University of Chicago
Press. 1962) con las enmiendas posteriores: tlPostscript-1969», en The Slructure 01 Scientific é:':("'"")
(1) Una·imperfecta·amp·liación d~ tres líneas .de la repudiación liri~a que Auden hace
de la ciencia social, tlUnder Which Lyre~ A ReactlOnary Tract for the Times .. , en Col/ected
Shorter Potmis 1917-1957:
O"los existcncialistas afirman
que están completamente desesperados,
¡., R~I'OlufjOfl.J (Chicago. University of Chicago Press. 1970. segunda edición); «Reflections on o;.~
My CriticsJo. en ¡mre Lakalos y Alan Musgrave, editores. Criticism alld the Gr~wh oJ Kllow- .1-.(:..")
Jedge (Cllmbridge, Cambridge University Press, 1970), págs. 231-278. Gracias a mi colega, (''-'(o
Robert Nisbet, he recordado lo que nunca debiera haber olvidado: la ainpliamente docu· ;:. ~
mentada observación de la historiadora Elizabeth L. Eisenstein, según la eual, para nuestros_S(
I eruditos de hoy, con su mentalidad de crisis. tltoda époea que se consideraba en otros 'S;,: {---,
pero siguen .escribiendo.
tiempos como "de transición- se presenta ahora como época de "crisis"... Puede leerse, en r {
secuencia cronológica, información sobre la crisis política en l;t Italia del primer Renaci- tS~
(2) Ncw York: Basic Books, 1970.
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ANALlS/S ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGfA" /37
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mente por breves y sorprendentes períodos de relativa calma. En gicos, que se distribuye de manera diferente entre los grupos que ¡nte..
cuanto distinta de la situación real de la disciplina, la sensación perió- gran la comunidad de los sociólogos; dinámica que introduce nuevas
dica de' crisis estalla en los momentos en que los sociólogos son particu,~ problemas, que tampoco han sido previstos y que vuelven a problema-
Iarmente con'scientes de darás insuficiencias en los. resultados cogni- tizar conocimientos que ya se consideraban razonablemente seguros,
tivos o prácticos, insufiCiencias conmensuradas de manera típica con En una ciencia se desarrolla una crisis de importancia cuando se acu- ':~;\
previas esperanzas de logros más espectaculares. mulan las contradicciones entre suposiciones teóricas t observaciones
En el plano social, esta intensificada conciencia de ineficacia entre prácticas hasta el punto de que esta situación resulta notoria para los
los sociólogos (y de' sus:nada sifenciosbs 'observadores en la sociedad en que trabajan en ese campo y no es posible reconciliar ambas cosas
sentido amplio), está' ocasi~nad.a por' sistemas sociales dinámicos que mediante una cadena cada vez más larga de hipótesis ad:hoc con el fin
generan nuevos problemas 'o' que agravan otros antiguos, con' el resul- de «salvar los fenómenos» (6). Esto a su vez trae consigo una ignorancia
tado de que csos-acontecimic.ntos socavan lo que se suponía ser solu- especificada: el reconocimiento expreso de lo que no se conoce pero
ciones aceptables a important'~s problemas. Me refiero aquí en parti- necesita ser conocido para sentar las bases de nuevos conocimientos.
cular a esas a menudo engorrosas y, en un mundo dé conocimientos De manera paradójica, por tanto, una ,sen.sación 'de crisis .puede est~r
muy imperfectos~ incvitabl~mcrite no-anticipadas consecuencias (4) de ocasionada por 'nuevos conocimientos,: con el. resultado de que se les
nuestra' acción s'ociaI conscicntc·, tanto a nivel individual como colecti· hagan unas demandas más precisas ri. I.os antiguos conocimientos.
vo (5), ;A. m~dida que la sociedad acumula disfunciones sociales o a Los procesos social y cognitivo dentro de la colectividad de los
medida que se, conceI?-tran en 'uno u otro de sus sectores, se desarrolla sociólogos influyen recíprocamente .sobre los acontecimientos en la
una sensación cada, vez más.aguda entre los profesionales de las cien- sociedad circundante produciendo uria div·ersidad de. apreciaciones
cias sociales de que el e'tadode sus conocimientos no se halla ni de sobre el estado .del arto sociológico. Cuando las exigencias históricas se '
lejos al niyel.que .requiere la situación. dan tanto en el dominio cognitivo como.en el social, como parece haber
En el plano cognitivo, la candencia in~ens,~fi~acta dejnsuficiencia es sucedido en los últimos años sesenta; generan una aguda· sensación. en
ge~~rada por la dinánii~a ,del pe.nsamiento 'y dé !ti investigación s~cioló. lugar de la sensación aceptable o incluso agradablemente cróni~a, de.
una actuación menos que suficiente para desarrollar paradigmas cogni·
tivamente sólidos y socialmente aplicables. Tales épocas históricas difí-
miento y la crisis estética del ta·rdio Renacimiento italiano; sobre las innumerables crisis ciles transforman las crónicas molestias sociológicas en dolores socioló-
-incluyendo una "crisis de identidad"- precipitadas por la Reforma; sobre la crisis general gicos agudos. Es entonces cuando los doctores. atentos tienden a ofrecer
europea a comienzos del siglo XVII (lS60.1660); sobre una crisis de la conciencia europea a
finales del siglo XVII (1680-1715); Y sobre la· "~poca de crisis· que sigue inmediatamente. su diagnóstico de que la sociología atraviesa una profunda crisis ..
durante la Ilustración en el siglo XVUI (l71S-1789). Hay asi que atravesar cuatro siglos de Los sociólogos ocupados en· ese diagnós,tico están haciendo en su.
crisis a!'tes de llegar a esos car.acteristicos puntos de arranque de nuestra crisis del sigloXX propio dominio lo mismo que por su dedicación hac~n en otros domi-
localizados a finales del XVlII: revolución política en Francia y revolución industrial o tam- nios de la sociedad y de la cultura. Después de todo, una de las princi-
bién llamada Gran'Transformación ~n Inglaterra". Eisenstein, .. Clio and Chronos: An Essay
on the Making and Breaking of History-Book Timelt. en llisfory cmd Theory. 6 (1966), pales tareas asignadas al sociólogo y a otras especies de ~ientíficos de la
págs. 36-6S, at p. 38. Cuando un conjunto de historiadores declara los cuatrocientos últimos sociedad es precisar el carácter y las fuentes del descontento sociaL
años, mas o menos, como época d~ continua crisis europea, quizá se nos pueda permitir a los Una acumulación de descontento apunta a una·subyacente falt,a de ade,.
sociólogos que al contemplar nu~stro breve pasado colectivo lo veamos como una larga cuación en la estructura del sistema social, en· los valores y expectativas
crisis. .
(4) El problema ·de esas consecuenCias residuales no anticipadas no se resuelve real-
que se están desarrollando en ese sistema, o en ambas cosas. Sin nece-
mente mediante un racionalismo tOlal, ni siquiera mediante el uso de la receta juiciosamente sidad de hacer una analogía con la medi~ina, los científicos de la
rreparada por Bertie \Voosl,er cuando aconsejaba a su criado con gran severidad: .. Siempre
hay que preverlo todo, Jeeves. Es la única manera.» Pero como el inmortal Wodehouse deja
bien claro, el problema es que la mayoriade entre nosotros es menos optimista que Bertie y (6) Pierre Duhcm. To Sa.·e ,He P}¡enonu:na: An Essa}' on (he Idea' of Physical T/uory fron!
todos somos mucho menos sagaces que 'Jeeves. PIafO (o Galileo (Chicago. The Uni ....ersity of Chicago Press, 1969). publicado originalmente
(5) 4CConsc:cuencias no anticipadas ~e la acción sociab, en este volumen. en 1908. .
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sociedad observan que .los procesos que dan origcn a una acumulación para los logros reales pero S(.:"',.'i"::;¡:"~¡:~,~ -limitados de la ciencia social
de quejas sociales no son necesariamente conocidos por los que las hecha éscrupulosamente. Pero esta sociología oracular llena de rápidas
expresan. Esta misma consideración invita a los sociólogos analíticos a respuestas a dificilísimas cuestiones sólo puede conducir a la desilusión,
adoptar el papel de metasociólogos, mediante el dhignóstico de su quizá de manera especial entre estudiantes Y' novicios en este "campo.
propia situación colectiva y la prescripción de la adecuada terapia para Las demandas hechas a una sociologia"'precisamente porque ha ido
las dolencias que encuentran. avanzando despacio, se aceleran de una forma que sólo agranda la dis-
Si se me llamara como medico consultor para diagnosticar el estado tancia entre expectativas y logros, una situación perfectamente calcu,.
actual de la sociología, mi opinión sería ésta: que superpuesta a la crisis i lada para produCir una, profunda sen-sación de crisis cognitiva (8).
crónica de la sociología. a 'la que ya me he referido, existe 'una crisis A reforzar el malestar entre los sociólogos que se deriva de las exce·
aguda de una especie particular. Se trata de la «crisis de prosperidad»,
un género amplio identificado 'por Tocqueville en su época y por Durk-
I sivas exigencias prácticas prematuramente aceptadas e inadecuada-
menle resueltas ha venido el parecido malestar que se deriva de los
heim, un erudito y de manera independiente «cstudiosQ»)·de Tocque. acontecimientos en dominios cognitivos vecinos. El más importante
ville, en la suya (7). La sociología se enfrenta hoy con una crisis de entre éstos es, en mi opinión, el impacto de las ideas prese'ntadas de dis~
. abundancia en parte' ce"mo resultado de la abundancia de crisis sociales~ tintas formas por Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend, Toulmin y
Las grandes transformaciohes que están teniendo lugar en gran parte muchos otros en la filosofía de la ciencia. A menudo deficiente mente
del mundo ponen delante de 'lo"s sociólogos la inmensa tarea de investí· entendidas por sociólogos en la periferia de esa disciplina, tempestuosa
garlas efectivamente y: de formular unas recomendaciones con base en los momentos presentc..s. algunas de esas ideas se-interpretan a veces
científica para intentar 'controlarlas. como seguras indicaciones de que la subjetividad reina sin rival en las
, Es precisamente el recién ganado prestigio de la sociología como ciencias físicas y biológicas y que, por tanto, se concluye, también debe
consecuencia de ciei'los avanceS en el saber sociológico lo que hace que ! reinar sin oponentes en las ciencias s6ciaJcs Y del comportamiento. Los
los sociólogos tropiecen precisamente cuando se creen preparados para
seleccionar o aceptar la tarca de ayudar a resolver esos problemas práe·
¡ sociólogos que extraen esta conclusión gratuita, la usan" como licencia'
para legitiinizar una subjetividad total :en la que cabe. todo, ya que,
ticos de considerable trascendencia. La demanda efectiva de soluciones I
I
como creen haber aprendido de los' filósofos, la objetividad en la
para los problemas sociales excede con mucho la capacidad actual de ciencia es una pura ilusión. No vaya decir nada más sobre este tema
los conocimientos sociológiCOS y los recursos actuales en mano de obra I,
;
ahora, porque volveré sobre él más tldelante. De momento bastará con
hacer notar que las actuales ansiedades y las graves dudas expresadas
sodológica masculina y femenina. El resultado no necesario pero sí
comprensible, es que esa demanda encuentra con demasiada frecuencia ! por aquellos que experimentan una «crisis de la" sociología» están a
aproximaciones sólo nominales al artículo genuino. Los sociólogos que I menudo explícitamente en conexión con ideas muy discutidas en la
¡,I
quieren creen o aseguran que se sabe lo sU,~,c:i~~te, o. se puede~,llegar a actual filosofía de la ciencia. .
saber de inmediato, ,como par;;t -propon::.iqn.ar _P'::l_ll_t_a_s,, ___c,on: las _que' Este diagnóstico provisional de la actual sensación de crisis en la
resolver este ___o"aquel gigantesco problema social consiguen poner a (8) A estas alturas tiene que rcsuHar evidente que," en mi opinión; el tipo de malestar
prueba prematuramente, ~ la _disciplina en su t9talidad., Sus improvi,: expresado por algunos sociólogos sobre la situación de la sociología teórica actual no consti·
sudas inVestigaciones. o declaraCiones sacadas de la manga de verdad~s tuye una crisis prorunda en el sentido de implicar rundamentalmente una nueva controversia
obtenidas de --fnanera insta"ntánea, consiguen una pasajera credibilidad I sobre aspcctos basicos. Las lineas mas importantes de discusión tienen una historia larga y
ricilmenle accesible. Si esa historia se revisara cuidadosamcnte. los anuncios más recientes
próxima; tan sólo encierra un _sentido vago, figurativo y no cspecial~ funcional, incluso sin llegar a alcanzarse. para hacer avanzar el estado
mente heurístico, trasladado de un dominio de la experiencia a otro. de los conocimientos sociológicos (16). Pero cuando el ideal se con-
En" -los. domiriios .de la' ciencia y.:de. la_ crudicióI!_' un -c<?rte,ro diagQós. funde con lo ya existentó, resulta disfuncional para esa búsqueda. Si se
lico de crisis, crónica o aguda, significa que la disCiplina "érf"cuestión es tomaran seriamente como guia para todos los programas de .irivestiga.
incapaz de ocuparse de partes o ~spectos de la. rcal~d~d que tr~t~ o que ción las prematuras exigencias de limitación o cierre teórico en socio-
«debiera» tratar. En su forma,mas grave, el dragnostlco de CrISIS en la logía, que es 'Ia única clase de exigencias que pueden avanzar Jos
ciencia prc~cnta paradojas fundamentales 'sin resolver. Identificar esas monistas teóricos entre nosotros, el resultado sería que se desperdi·
paradojas es en si mismo un logro considerable. Ello requiere y pone de ciaran muchos esfuerzos, con la consiguiente desilusión a la que
rnanifiestó considerable desarrollo científico, como con la profunda for- seguiría algo muy parecido al estancamiento. Por muy efectivos que
mulación de Plack (14) a final de siglo, que estaba concebida para algunos de los paradigmas que se usan actualmente sean en su limitado
resolver las paradojas con que -se enfrentaba la teoría· clásica de la emi- terreno propio (terreno todavía por precisar adecuadamente), .carecen
sión y absorción de la luz.- En forma algo más leve, el diagnóstico de de la autoridad suficiente para monopolizar la búsqueda de una mayor
crisis identifica problemas pertinentes que, según se afirma, los con· claridad teórica en la sociología. Como ya hemos indicado brevemente
ceptos, ideas y métodos al ,alcance de los profesionales no ~~eden y podremos examinar con más deteniniiento.en el curso de este trabajo,
resolver adecuadamente. Este ,es el caso con la reciente reJaclOn de lo que constituiría una profunda crisis 'con el corisiguiente estasis·sería,
Morgenstern de «trec~ pu·ntos críticos en la teoría económica contem· muc~o m.ás 9uc la pluralidad de paradigmas, la aceptación' por parte.de
poránea» (15). Pero. ni en la forma más severa ni en la más leve se sigue los "sóciólogós en activo de' un solo paradigma propuesto como pa •.
que los científicos salgan de sus érisis sólo inventando colectivamente nacea (17).
una teoría unificada 'capaz d~ resolver el completo espectro de pro·
blemas de su disciplina.
No se' pone aquí en cuestión el ideal de una teoría unificada que lo (16) Vilfredo Pareto, The Mind ond Societ>,. vol. III (Nueva York, Hárcourt Brace Jo"-a;
abarque todo ..Como otros ideales del tipo T de Pareto, éste puede ser novich, 1935). págs. IJOO-1322. Publicado originalmcnte en 1917. .
(17) Al pareccr existe un cuerpo crcciente de opinioncs sociológicas e~ cste sentido. En
enero de 1975. mientras este trabajo estaba en la imprcnta, Shmuel Eisenstadt y yo descu-
brimos, durante mi visita a Jerusalén, que durante vanos años hemos estado desarrollando
(14) Esté. como se rccordacl, es el ~ismo Max Planck q~e en su juventud abandon~ el independientementc casi los mismos temas sobre la pluralidad dc tcorías sociológicas, la
estudio de la economía por su dificultad y, por supuesto, el mismo Planck cuya observaCión naturaleza de sus interrelaciones. la periódica insistcncia·en una crisis reciente de la socio-
sobre la aparición de nuevas verdades en la cicncia es quizi entre las de su clase la quc se logia. y las conexiones dc lodo esto con la estructura de la Comunidad de sociÓlogos y con
cita más vcces. Bernard Barber. cResistancc by Scienlists to Scicntific Discovery». en dcsarrollos crílicos en el cntorno social, Hasta cse momcnto los dos habíamos expuesto estas
Scienu, 134 (1961), págs. 592-602; Kuhn, op. cit., 1962, pág. 150; Danicl S. Greenberg, The ideas en forma de publicación oral: Eisenstadt, en clases en la Hebrew. University; yo, en
Po/itid 01 pure Science (Nueva York, Ncw American Library, 1967), .pág. 45; Warre.n Hags- clases en la Universidad de Columbia. Y ahora estamos p'oniendo nuestras ideas por escrito:
trom The Scienrific Community (Nueva York. Basic Books, 1965), pago 283, y Harnet Zuc- ¿l. en gran escala, en su libro a punto de aparecer en colaboración con M. Curelaru tit;ulado
kerm'an y Roberl K. Merlon, cAge, Aging, and Age_S~~cture in. Sci.ence» •. en Robert Sociological Theory. TIle Soci%g>, Communily and I(Crisis~ o/.Soci%fJ}'; yo, 'cn pcqueña
K. Mert'on, TIIe Sociology ofScience: Theoretical and Emplrlcallm·estlg~t/Oru. ed!tada y con escala. en este ensayo. Para un trabajo preliminar basado en esc libro. véase Eisenstadt.
una introducción de Norman W. Storer (Chicago y Londres, Universlty or Chlcago Press, cSome ReOections on the Crisis of Sociology», en Sociological lnquiry. 44 (1974), págs. 147.
1973), pág. 514, son algunos entre los sociólogos de la ciencia que han utilizado ~e maneras 157. Demasiado tarde para utilizar su contenido en este trabajo, he. leído dos artículos, que
diversas la observación de que «una nueva verdad científica no trlunra convencle~do a sus reOe:<ionan sobre el tema, de Gallino y Pozzorno, en Ricerca" Sociologica e Ruolo del Socio-
oponentes y haCiéndoles ver la luz, sino más bien porqu.e sus. ~p~nentes termman por lago (editor, Pielro Rossi) (Solonia, Socicla editrice iI Mulino, 1972), sobre los quc Eisens~
morirse' y va crc;ciendo una nueva gencración que ya esta fam~hanza~a ca? ella,., Max tad! llamó mi atención.
P!anck Scientific AUloblography and Other Papers (Nueva York, Phllosophlcal Llbrary. I~49). En febrero de 1975, cuhndo este trabajo estaba ya en la imprenta, Stefan N'owak, de la
págs. 33.34. Como Scherner ha hecho notar, se trata del tipo de aforismo que fácil y equivo- Universidad de Varsovia, me dio un ejemplar del trabajo que había presentado en el séptimo
cadamcnte se presta a un relativismo y subjetivis~o carentes ,de examen. Israel Scherner. congreso mundial de sociología ~n Taranta pocos días antes de 'que yo prescntara éste a la
Science and SubjedMty (Indian:ipolis, Bobbs-Mcrrlil, 1967), pags. 370-371. . Asociación Sociológica americana en Montreal. Oc nuevo existe un llamativo y, para mI,
(15) Oskar Morgenstern, cThirteen Critical Points in Contemporary Economlc confortador paralelismo (una adecuada respuesta a los descubrimientos independientes
Theory~, en Journal 01 Economic Literalure. 10 (1972), págs. 1163-1189. simultáneos en ciencia y en erudición). Nowak ve la ccrisis,. '~omo algo característico de la
ANAUSIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA 145
144 RDBERT K. MERTON
autobiográfica que Peter Dlau ha coricedioo aproximadamente a t,lna
docena de entre nosotros en este simposio. Como arquitecto jefe de
SOBRE LA LIMITADA VALIDEZ DEL ANÁLISIS ESTRUcrURAL esta reunión, decidió cvidentemente que los criterios ordinarios de'
decoro que exigen disfrazar las ideas personales mediante un discurso
Todo esto puede explicar porqué no considero que eI"paradigma del impersonal podian suavizarse sin peligro en esta ocasión. de manera
análisis estructural desarrollado a través de los años proporcione la que cada participante pudiera dedicarse con absoluta autoindulgencia a '
única salida de la crisis que se anuncia periódicamente en la sociología. reflexionar en público sobre algunas de' sus idcas prefcridas. O como
Parafraseando las palabras de. Winston ChurchilI sobre democracia, Blau lo explicó en su encargo, cada uno de nosotras tic'nc'que presentar
diré que considero el paradigma de este lipo de análisis estructural «la específica significación de su enfoque para ·proporcionar explica-
como la peor orientación teórica para la sociología. con la excepción de ciones sistemáticas dc las estructuras sociales y de su dinámica».
todas las demás orientaciones _que se han probado en un momento u En mi caso puedo resistir la tentación: al menos, en parte. Porqu~
otro~ Tiene que ser así, o de lo contrario no seguiría esforzándome por exponer este aspecto de rrii trabajo sería sólo ,repetir parte de lo que
trabajar con él. Pero 'con elIo,'estoy muy lejos de decir que el análisis Charles y Zona Loomis, Filippo Barbano (en una serie de trabajos,
estructural, en una variante u otra, proporcione una base teórica exclu- entrc ellos, en uno ,subtitulado «La emancipación 'del 'análisis estruc-
siva y exhaustiva. Muy al contrario. El análisis estructural ha generado tural en sociología»), Walter \Vallace. M. J. Mulkay, y, de manerá más
una problemática que me parece interesante y una forma de pensar los analítica, Arthur Stinchcombe han 'elaborado como aspectos esenciales
problemas que c'onsidero más efectiva que ninguna otra de las que de este tipo de análisis estructural, y con mayor profundidad y de
conozco. Más aún, enlaza CO'Ji: otros paradigmas sociológicos que, a manera más crítica de lo que yo estoy preparado para hacer (18).
pesar de las polémicas, son ~od6 menos contradictorios en buena parte En lugar de esas complejas y detalladas descripciones, sólo vo.y a
de lo que suponen o afirman.' Sin duda es ésta una postura pacifista delinear los componentes básicos de este tipo de análisis estructural
indecorosa en una época en que el c~mpo de la sociología resuena con dándoles la forma de una serie de estipulaciones. Aunque el 'término
los gritos deJos gladiadores quc)uchan por'doctrinas rivales. Más aún, «estipulación» está tomado de la cultura adversaria del derecho, lo uso
el trabajo reciente ,en análisis estructural me lleva más hacia esferas de aquí sólo para indicar un acuerdo provisional sobre el tipo de análisis
acuerdo y de compl~m.entariedad que a las supuestas básicas contradic· estructural sometido a discusión. ObtcQido ese aéuerdo. puedo seguir
ciones entre los diferentes paradigmas sociológicos. Esto no es extraño. con el resto de mi lcma: el lugar de cse tipo de teorización en la estruc-
Porque no es posible proponer doctrinas sociológicas (paradigmas, teo- tura social y cognitiva de la sociología y su relación con algunas ideas
rías, esquemas c.onceptuales, m'odelos) incluso mínimamentc plausibles actuales en la sociología y filosofía de la ciencia.
que se contradigan entre sí eri' supuestos, ideas y conceptos básicos.
M uch_as ideas del análisis estructural y del interaccionismo simbólico se
oponen entre sí. d,e la misma manera que el jamón se opone a los (18) Charles P. and Zona K. Loomis. Modun Social TMorirs (Nueva' York', van Nos-
huevos: son' claramente. diferentes, pero mutuamente enriquecedores. (rand. 1961). capítulo 5; Filippo Barbano ... L·Opera del Merton nella Soci.ologia Contempo-
Este, pues, es el contexto en el que puedo disfrutar de la libertad ranea». en R. K. M ertan, Teoria e SlrUUura Socialr (Bolonio.. II MuJino, 1959); págs. ix-xx\'i:
Barbano •• R. K. Merlon e le Analisi della Sociologialt, en R. K. Merton. Teoria a Slrulfura
Socia/e. 2," ed. (Bolonia. JI Mulino. 1966), pags. vii-Iviii; Barbano, «Social Structurcs and
sociología desde hacc mucho tiempo, rechaza «el viejo sueño de sistematizar todos los cono- Social Functions: The Emancipation of Structural Analysis in SocioJogylo, ,en Inquiry, 11'
cimientos teóricos importantes sobre la .sociedad en una teoría ·única- y totalizadora». y (1968), págs. 40-84: Barbano, «La Teone Sociologiche ,tra Storicita e Scienza», en
hace' notar que «tendremos 'que vivir durante largo tiempo con muchas leorias parciales. R. K. Merton, Troria e SlrUllura Socia/e. 3." ed. (Bolonia.1I Mulino. 1971), págs. vii-xxxiv;
mutuamente complementarias y acumulativas en diferentes sentidos del término. aplicables Walter L. Wallace, editor, Sodolugical Throry (Chicago, Aldine Publishing Ca., 1969).
a diferentes aspectos de la realidad social, contestando a diferentes preguntas teóricas y pags. 24-59: M. J. Mulkay, Funcliona/üm. Exchange and Theorelica/ Stfotegy (Londres.
útiles para diferentes fines sociales prácticos». Stdan Nowak, «Empirical Knowledge and Routlcdgc & Kegan PauJ, 1971), cap. 5, y Arthur-Stinchcombe, «Mcrton's Theory of Social
Social Yalues in the Cumulative Dcvclopment of Sociology». Revisión de un trabajo prepa- Structurclo, en Lewis A. Coser. editor. The Idra oI Sodal Srruclure (Nueva York. Harcourt
rado ¡::ara la Mesa Redonda. «¿Hay una crisis en sociología?», en el octavo congreso mun- Brace Jovanovich. 1975), págs. J 1-33.
dial de sociología en Toronto, agosto de 1914.
AMBIVALEr-:CIA SOCIOLOGICA y OTROS ENSAYOS.-IO
/46 ROBERT K. MERTON ANA LIS/S ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA /47
. .
de «análisis estructural» desarrollada por W~sily Lcontief en econo~
mía (21). ' ..
CATORCE ESTIPULÁCIONES PARA EL ANÁLISIS ESTRUCTURAL
3. Que el análisis estruclural en sociología implica la confluencia
de idea~ quc. derivan principalmente de Durkheif!J y Marx. Lejos de ser
Estas'son, por tanto. catorce estipulaciones de esta variedad de aná- contradictorias, como se ha dado a veces por sentado, ideas basicas
lisis estructural. Se estipula: sacadas de su obra respecliva han resultado ser cOmplementarías en
L Que la noción todavía-'cn desarrollo de «estructura social» es una larga serie.dc investigaciones a través de'los años, ideas que van de
polifilética y polimorfa (aunque no, esperamos, polimórficamenle per- las fuentes sOCIO-estructurales del cornportarniento anormal y la forma-
versa): es decir, la noción tíeile más de una línea ancestral ~e pensa- ción de la personalidad burocrática al crecimiento 'y estructura institu-
miento sociológico, y estas líneas difieren parte en la sustancia y parte cional de la ciencia (22). De manera rnás concreta, 'un paradigma pro-
en el método (19). . '. puesto para el análisis funcional en los años treinta y publicado en 1949
2. Que las ideas básicas del análisis estructural en sociología son llamaba la atención sobre las zonas de superposición, no de identidad
muy _anteriores en el tiempo al movimiento mixto s~cial e i~tel.ec~ual entre estas oricntaciones teóricas, Sirva de ejemplo el concepto básic~
conocido, como. «cstructuralismo») (20)._Abarcando diversas disciplinas de. ~co~tradicciones» en una y-de «disfunciones» en el otro; el lugar
básicas el estructuralismo se ha convertido últimamente en el foco de priVIlegiado acordado en Marx a las «condiciones» de la sociedad y del
un pop~lilr movimiento social, a veces ·falto de discriminación, que se «contexto estructurah~ o «coacción estnicturah) en análisis estructural
ha aprovechado de manera poco rigurosa de la autoridad intelectual de Y. en el dominio ,de la sociología del c6nocimiento~. el postulado de
figuras tan prestigiosas como Ferdinand de Saussure y Rom~n Jakobso~ Marx de que la cambiante «existencia social de los hombres determina
en lingüística, Claude,Lévi-Strauss en antropología, Jean P13get cn PSI- la
su ~slado consciente» que se corresponde con· concepción de Durk-
cología y, más recic'ntementc, Franc;:ois Jacob en biologí~. En breve: heim de que las representaciones co1ectivas reflejan una realidad so-
aunque el análisi$_"estt:U_ctur:al. _c;n sociología hoy se haya Visto afectado cial (23). . .
por Ciertos aspectos. comunes del estructuralismo utilizados como con- El entrecruzarsc de estos cabos de pensamiento no ha pasado 'inad-
texto, cognitivo -por ejemplo, ciertos paralelos entre Saussurc y Durk- ve:t~do. Los análisís de Slínchcombe (24) sobre los grupos de ideas
heim- no se deriva históricamente de estas tradiciones intelectuales teOrIcas que se ,superponen ha generado su término «funcionalisrno
más de 10 que pueda derivarse, digamos, la forma consumo-rendimiento rnarxiano», mientras Gouldner toma nota repetidamente de rni «acentua-
ción de las afinidades entre ellos», concluyendo con la concisa observa-
(19) Boudon adop~a la imagen d~'un-«polimorfismo de 'la soi:iolog~,:,-., en. u~ ~en~ido ción sobre el análisis en «Estructura social y destrucción de esas estruc-
emparentado pero diferente, al hacer referencia a varios tipos, de tr~b.aJo soclologlco. un turas» que (cAquí, en efecto, Merton 'usa' a Marx para forzar a Durk-
flensayo brillante», un flestudio empírico'descriptivolt, una .«leona a~alltlc.alt ~ornprobable o heim a abrirse» (25). Kalab (26) describe el método de Marx como
una deoria especulativa» apuntan hacia diferentes direCCiones de iOvestlgaclón. Raymond «análisis estructural concebido dialécticamente» y hace notar la inter-
Boudon, op. dt" págs. 9-10. : •
(20) La floreciente litc:ratura sobre·estructuralismo es prácticamente Inagotable y no
dependencia del «análisis histórico y del estructurah~ como hizo el
tendría sentido proporcionar aquí una larga lista de títulos. Las ?~ras de los ma:stros están
al alcance de todos y no hace falta mencionarlas, excepto, qU.IZJ., la 'pan~rámlca de Je~n (21) Wassily Leonticf. -Sorne Basic Problems 'of Structural Analysislt, en T/¡~ Rel'iew oJ
Piaget, Structuralism (Nueva York, Basic Books, 1970), y la magiStral hlston.a de la herenCIa. Economics and Statisrirs. 34 (1952), págs. 1-9. . .
con su sucesivo desvelamiento de estruc,turas, TII/! L~gic of Life d~ Fran~ols Jacob (~ucva (22) Robert K. Merton, Social Theory and Social Structu;''e (Nueva York, The Free
York. Panthcon Dooks, 1973). Rayrilo.nd Boudon h,:l:-hecho un' serio esf~erza para ~Ifc=ren. Press. 1968. edición ampliada), y op. dt" 1973. . . .
ciar y formalizar las concepciones 'm:ís import:lntcs' sobre estructura SOCial en relación ~on. (13) Menan, op. dI .. 1968, págs. 93-95. 160-161,516 Y sigs.
las nocionc=s de estructura en otras disciplinas en T"/! Us/!s ofStructuralism (londr~, Heme- (24) Arthur Stinchcombe, Corutrucling Sociol Tht!Ori~s (Nueva York, Harcourt Brace
ara otras obras secundarias, vense Jean Viet, Les Mbhodes Structuralwes dalU Jovanovich, 1968). págs. 80-101. y op. dI.• 1975. , . .
mann, 1971). P l' Q' I
les Sciences Socia!n (París, Mouton & Ca., 1965); Osw:lld Ducrot el a lOS, u est-Ct! que e (15) Gouldncr.op. cit .• págs. 335.402,416,448, y, para el resumen, pág. 477.
, Structuralisme? (París, Editions du Seuil: 1968), y Davíd Rabey (editor), Structuralúm: An (26) Milos Ka\;ib;«The Marxist Conception of (he Soéiological Methodlt, en Qualiry &
lntroduction (Oxfofd, Clarcndon Pre!'.s, 1973). Quantir)'. 3 (1969), págs. 5-23.
L
1
148 ROBERT K. AlERTON
ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA /49
ejemplar historiador Herbert Butterfield hace años cuando ·describió
como la mayor contribución del marxismo a la historiografía el aquí que lejos de constituir necesariamente un signo de crisis teórica o "1¡
habernos «cQscñado a convertir nuestra historia en una obra estructural de decadencia, la convergencia de líneas separadas de pensamiento ,
.de análisis>'. (27); En un instructivo volumen, Giddens (28) ha analizado puede implicar, y en este caso implica de hecho, un proceso de consoli-
recientemente concordancias en los escritos de Marx, Durkheim y dación de conceptos, ideas y proposiciones que dan como resultado
paradigmas más generales (34). .
1
Weber, y en otro libro, Sztompka (29) encuentra extraordinarias con-
cordancias entre análisis .func.ional y marxiano, como lo hizo Pierre L. 5. Que, al igual que las orientaciones teóricas en las otras ciencias
van den Bcrghe en un árp.bitó reducido hace más de diez años (véase sociales, por no decir nada de las ciencias físicas y biológicas,"el análisis
también Malewski) (30). La conclusión de Van den Berghe expone el estructural en sociología ·tiene que enfrentarse sucesivamente" con
caso acertapame,nte: micro y macrofenómenos. Como esas otras ciencias,- la sociología tien·c.
que resolver el formidable problema, recientemente abordado de nuevo
Lo que sostenemos r~ndamentalmente es que los dos puntos de vista más impor~ por Peter Blau (35) y otros muchos, de desarrollar conceptos, métodos
tan tes que han dominado gran parte de la ciencia soéiaI presentan imágenes par- y datos para conectar micro y macroanálisis (36). .
ciales'pero complementarias de la realidad. Cada cuerpo teórico plantea dificul~ 6. Que. adoptando la importante y sucinta formulación de Stinch-
lades que pueden resolverse ya sea rechazando ciertos postulados innecesarios, combe sobre el micronivel
ya sea introduciendo conceptos tomados del otro planteamiento. Puesto que fun~
cionalismo y diah::ctica mu'estran," aparte de serias diferencias, algunos puntos de el proceso básico concebido como central en la estructura social es la elección
'-convergencia y que se· superponen, tnmbién hay esperanza de trascender el entre altemarbm soda/mente estructuradas. Esto difiere del proceso de elección en
e.clecticísmo ad hoz y alcanzar un.a síntcsis teórica cquilibrada (JI). teoría económica, en el que se concibe que las alternativas tienen utilidades
inheren~es. Difiere dc.l proceso de elección en la teoría de aprendizaje, en el que
se conCIbe a las alternativas emitiendo estímulos que refuerzan o anulan. Difiere
4. Que si la confluencia dc -elementos de Durkheim y Marx ha sido
evidente al menos desde los-años treinta, no se la puede considerar,
(·)4) Esta estiptclación es muy antigua. He venido defendiendo la importancia d~ la eon~
como Gouldner (32) proponc·_ que se la considc.,·e, como otro signo de solidación teórica en sociologia desde los años cuarenta (Menan, op. cit" 1968, cap. 2, espe.
la crisis que atribuye'tanto a la· sociología funcional como a la marxista cialmente págs. 49·53).
en los sesenta (33). Expresándolo de manera más general, se estipula (35) Peter Blau, Ex.hange ond Polt-'er in Social iife (Nueva York, John Wiley·& Sons,
1964).
(36) Parece conveniente estipular esta concepción más que disculirla por extenso ahora
(27) Herbert" Bulteifield. HiJror)' alld Human Re/atioTlS (londres y Glasgow. Collins. que ha conseguido SilUat'5e en ese depósito de «conocimientos reconocidos», el libro de
1951). p:i.gs. 79·80. texto. (Sobre la importancia del libro de texto en diferentes disciplinas. véase Kuhn, op. cit.,
(28) Anthony Giddens.· Capitalism 'and Medern Social Theery (Cambridge. Cambridg.e 1962, págs. 163·165.) Asi, al discutir el t:estructuralismo de cambio., de Blau. Jonathan
University Press. -1971). . ." Turner escribe: «Salvarla distancia entre el nivel micro y el macro. Uno de los problemas
(29) Piotr SZlompka. ep; cit. analíticas más importantes con que se enfrenta la teorización sociológica gira alrededor de
(30) Andrezej Malewski, «Der Empirische Gehalt der Theorie des Historischei'l Mate- la pregunta: ¿Hasta que punto e5lán las estructuras y procesos-de la organización SOcial a
rialismusll; en K6!ner Zduchrififiir So:i%gie ulld So:ia/psychologie•. 11 (1959). pags. 281-305, nivdes micro y macro sujetos a análisis por-los mismos conceptos y sujetos a descripción
y Vcrha/tcn und InfrrafafofLf (Tübingen, J. C. B. Mohr -Paul Siebcck-, 1967). usando las mismas leyes_ sociológicas? Jonathan Turner, ThcStruc(ure ofSociologicol Theory ,
(31) Pierre van den Berghe, .cDialectic and Functionalism: Toward a Theoretical Syn· (Homewood, 111.. Dorsey Press, 1974), pág. 292. . . . .
thesisll, en Am~rican Sociological Re ....it'k-·. 28 (1963), pags. 695·705. y sin caer en fáciles e inadecuadas anaJogias,'los sociólogos deben interesarse hasta
(32) Gouldner, op. cit.. pags. 341 y sigs. cierto punto en la observación del físico polimático, Richard Feynman. de que en con~xión
(33) En conexión con esto, tengo que rechazar lo que Gouldner reconoce como conje- con las leyes de la física t:hemos descubierto que el comportamiento de materia en pequeña
tura de que en los años treinta. y cuarenta, «traté de hacer las paces entre marxismo y fun· escala obedece a leyes muy diferentes de las cósas en gran escala. De manera que ia pre.
cionalismo precisamente subrayando .sus afinidades, y hacer así mis fácil para los estu· gunla es, ¿qué aspecto tiene la gravedad en pequeña eScala? A eso se llama la Teoría del
diantes marxistas el llegar a ~cr profesores funcionalistas •. Gouldner, op. cit.. pág. 335. Aqui. Quantum de gravedad. Hoy no existe la Teoría del Quantum de gravedad. Nadie ha logrado
Gouldncr sin duda me hace demasiado honor. Ni yo tenía esa intención tan previsora ni el del todo hacer una teoría consecuente con los principios de incertidumbre y los principios
ingenio y el poder de transformar de esa manera a mis alumnos. del quantum mecánico •. Richard Feynman, The Characrer of Physicaf Law (Londres, Cox
and Wyman. 1965). págs. 32-33.
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ROBERT K. MERTON
,/50
de ambos en que ... la utilidad o rerue,rzo d,! una particu.lar ~lec.ción se considera 10. Que las estructuras sociales generan porcentajes diversos de com- ¡'
como socialmente establecida. como parte .del orden institucional (37). portamientos OI.lOrmales. así definidos con criterios diferentes por miem-
bros de la sociedad estructuralmente identificables.-EI~comportamiento l'
7. Que, en el mac~oniv~l,.las distribuciones ,sociales, (es .decir: ~a definido como anormal resulta. en grado significativo, de discrepancias )'
concentración y dispersión) de autoridad, poder, Jn~uen~la'y. prestigio socialmente modeladas entre aspiraciones personales cultural mente
comprenden estructui<;ts de c~~.trol social qu~ ,cambian hl~toncamente. generadas y desigualdades ya incorponidas a la «estructura de la opor:'
en parte a través de procesos de «acllmulaclO~ ,de ventajas, y desvcn· tunidad>. al tralar. de realizar esas· aspiraciones mediante procedi-
tajas») 'en 'las personas que ocupan diversa~ ?OSlC~ones e~t~atlficadas e,n mientos institucionalizados (41 J.
esa estructura (sujetas a procesos de rencelO" b~Jo condiciones todavJa 11. Que, además de' los acontecimientos exógenos, las estructuras
muy poco conocidas) (38). . sociales generan tanto cambios dentro de-la estructura 'como cambios ,de la
. 8. Que. para el paradigma del análisis es_~ruclural, .es fund~menl~l, estructura y que csos tipos de cambio sc produc'en a través de elecciones
na accidental, que .tas eslruclllras sociales gellerGlrconjllct?S socwles ~or de condúcta modeladas por acumulación y mediante. ¡as aÍnplifica~
estar direrenciadas, con direr'eÍlcias históricas cua~titatlva~ y ~uahta ciones de las consecuencias disfuncionales de ciertos tipos de tensiones.
tivas, ~n conjuntos entrelazados de estatu~, es.tratos, organIzaciones y conflictos y contradicciones en la estru.ctura social'diferenciada (42)~
comunidades sociales que tienen sus propIOS mtereses Y valores (39), 12. Que, de acuerdo con las estipulaciones precedentes, cada
potencialmente confl,ictivos, por tanto, y también intereses y valores_ , nuevo grupo nacido dentro de una estructura social. en cuya creación
comunes (en seguida diré algo más acerca de esto)., . no intervino, procede de manera diferenciada, juhto con otros grupos.
9, Que las estructuras nQrmat~vas n~ t¡en~n .c?nJunt?~ unIficados generacionales. a modificar es~r -'estructura,'-'-,tantú involuntariaménte
de normas. En lugar de ello, la .'amblvalenclG soclologl~a est~ mcorpo!ada corno a propósito,. mediante sus respuestas a las objetivas consecuencias
a las estructuras normativas en forma de expectatlva~ lO~o~p~tlbles sociales. también- involuntarias y previstas., de las anteriores acciones
añadidas a. los cometidos sociales y una ~(alte:nanc~~ dmamlca d.e organizadas y colectivas (43).
normas y contra-normas»:, de acuerdo con la ~denl1ficaCIOn de la «ambl- 13. Que es analíticamente útil distinguir entre niveles manifiestos y
valencia'sociológica» que se ha hecho, por ejemplo, en las\csferas de la latentes tanto de estructura social como de función social (añadiendo
burocracia. de la medicina y de la ciencia (40). entre paréntesis que el estructuralismo tal como 10 exponen'otras disci·
el
152 ROBERT K. MERTON ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA 153
¡Ílinas -en la obra, por ejemplo, de Jakobson, Lévi-Strauss y Chomsky- capitulo. significativamente titulado «Die Funktionen sozialer Kon-
considera. esenci.al di~tinguir ~ntre estructuras' «superficiales») y -«pro- flikte», Dahrend~rf observó que este tipo de análisis estructural
fundas») (44). o o o',
14. Y~'finalmcntc.·como resultará evidente en el resto de este tra- permite a Merton, en contraste con Mayo, aceptar la,idea de que los 'conflictos
bajo, se estipula. en el terreno de los postulados teóricos (no como pueden ser sisfenuiricanu:nte producidos por las ,estructuras sociales. Existen para él
puñalada a las" modestias demasiado llamativas) que,-como otras orien- circunstancias en las que las estructuras-de-cometidos, grupos de referencia e
taciones teóricas en sociología, el análisis estructural no pretende ser instituciones hasta cierto punto generan conflictos necesariamente. Pero ¿de dónde
surgen esos conflictos y cuál es su significado? En este momento Merton intro-
capaz de dar cuenta de- manera exhaustiva de todo el espectro deJenó-
duce el concepto de 4<disruneión,._:que tanto se ha usado desde entonces ... Este
menos sociales y culturales. paso adelante (en .-el desarrollo del análisis· funcional) estriba--'sobrc: todo en '
A la vista de estas estipulaciones, aunque sea de manera lan conden- indicar la posibilidad de una exp~icación sistemática del conflicto (<<al nivel estruc-
sada,. liene que quedar claro que esta variante del análisis estructural tural~) (el subrayado ei; mio) (46). .
debe mucho a la modalidad de análisis estructural-funcional desarro.
liada por mi maestro, amigo y colega·en·la·lejanía, Talcott Par· Hans Goddijn hizo prácticamente la misma observaci~n de manera
sons (45). Pero la variante difiere de la forma eS~,án~ar en lo que, para independiente al -hacer notar que este tipo d~ análisis estructural halla
mí, son dos important~s aspectos: el sustantivo y el metateórico. «los orígenes del conflicto social dentro de la misma estructura social,
es decir, en la antítesis entre posiciones sociales. Por .esta razón, se
puede considerar que ese análisis entra en el contexto de una sociología
del conflicto> (47). '
FUENTES ESTRUCrllRALES DE CONFLICTO Y DE COMPORTAMIENTO
Gouldner ha hecho el mismo tipo de observación histórica y analf-
ANORMAL
tica sobre el análisis estructural del comportamiento anormal. Rom-
piendo fácilmente las barricadas ilusorias que evitarían incluso una
En~:eLaspectoi,sus,t~Q~.i.Yo,_ esta Y~.r~~i:!n.tc;: _ ~~:)a doctrina deja más sitio comunicación muy restringida entre las orientaciones teóricas que
para las fuentes estructurales y,par'h"tas"é'O'nse'cuencias diferenciales de. nacen de Marx y' Durkheím, Gouldncr -señala la superposición entre
conflicto, de las 'disfuáciones y de las contradicciÓnes de la estructura ellas. Como no soy capaz de mejorar la propia formulación de
social, representando así, como se ha hecho notar, una conjunción de Gouldner, opto por reproducirla. El observa que cie~tas teor,izaciones
las lineas centrales' de -pensamiento en Marx 'y Durkheim. Me parece sobre comportamiento anormal '
significativo que Ralf Dahrendorf, etiquetado durante mucho tiempo
como «teórico del conflicto» en las a veces semi-míticas clasificaciones debieran-verse históricamente, de acuerdo con lo que significaban la primera vez
de la sociología teórica, recalcara este punto 'básico hace ya años. En su que aparecieron y se difundieron. En este contexto, hay que subrayar. que el tra-
bajo -de Merton sobre destrucción de,esirucruras!.-asi como ,el trabajó de 'Milis sObre
',',
~patológia social~ fueron obras liberadnras par~ aqueIl~s que yivieron con ellas
~44) Cf. Alvin W. Gouldnc:r, «:Cosmopolitans hnd Locals: Toward an Analysis of Latent como parte de una cultura l'il.'a que es algo distinto de:: c6mo aliara puedan verse
S?clal Roles: [,and lb. en Adminutralú'e Scienu Quarler/y, 2 (1957), págs. 281-306; 2 (1958).
pags. :444-480; Barbano, op. cit.• 196,8. págs. 55-57. en cüanlo parte del simple registro de aqu~lla cultura viva en otro tie.mpo.,
(45) Parsons ha desarrollado su concepción del análisis estructural·funcional en un con-
junto de libros tan numeroso que no pueden detallarse todos aquí. Una muestra incluiría su Hay varias razones para estO. Una es que tanto Merton como Milis mantuvieron
primer gran libró; Th~ Struciur~ 01 Sodal Action (Nueva York, McGraw-HiII, 1937). que eS. abierto un camino 'de acceso a la teoría marxista. De hecho, ambos mantenían
en e~ecto, su Summa contra Uli{jtario$; Essays in Sodological Theory (Nueva York. The Free una especie de marxismo tácito. El marxismo de Milis era siempre mucho más,
Press, 1949), que- 'viene a ser su Summa Soci%giea. posteriormente mas desarrollada en tacita de lo que sus propias posiciones radicales daban a ,ente~der, mientras
varias direc.ciones. representadas en parte en Structure aM Proe~ss in Modun Sod~lies
(Nueva York. The_ Free Press, (960) y Sociologicaf Theory and Modern Sodety (Nueva York. (46) RaJf Dahrendorf. Pfadt aus Uropia (Munich. R. Pipcr & Co.• 1967), págs. 268·269.
The Free Press, 1967), dos colecciones de trabajos quc no desmerecen de los titulas de los (47) H. P. M. Goddijn. Het Funklionalisme in de Soci%gie (Assen. Van Gorcu~. 1963),
libros que las, recogen. cap. 4.
- ... : ...
A la vista de las diferentes doctrinas pluralistas que ahora llenan las sociedad se veían suficientemente escarmentados por la experiencia
revistas de la filosofía de la ciencia. es todavía más interesante que esta como para reconocer el carácter ver~aderamente modesto de sus logros
rudimentaria propuesta de una pluralidad de teorlas de alcance medio teóricos. La noción de paradigma, sin" demasiada cohesión p"ero mucho
describiera la teoría sociológica real como compuesta sobre todo de más conveniente que el pozo sin fondo'del puro empirismo, proporcio~
«orientaciones generales») toscas y'poco trabadas en lugar del tejido de naba una descripción y una razón de ser a lo que estaba sucedien'do.
grano fin'o y muy apretado de la'«teoría hipotético-deductiva» de la que aunque sin forzar a que se abandonara toda esperanza de convertir los
tanto se hablaba por entonces .. Por ejemplo. se hacía notar que paradigmas en construcciones te~ricas más amplias y más exigentes.
Como mini~estructllras de ideas básicas; conceptos"problemáticas y
. buena parte de lo que se describe en los libros de texto como_.teqría sociológica' hallazgos. se consideró que los paradigmas representaban una posibi-·
consiste en o,ielllaciones genera/es.-sobre materi'ales sustantivos: Tales orienta- ¡idad sin pretensiones, pero organizada, de conseguir un tipo limitado
ciones llevan eonsigo amplios postulados que indican tipos de variables que de de conocimientos científicos. Se los consideró como algo intermedio
alguna manera hay que lener en cuenta en lugar de especificar determinadas rela~ entre lo que Lcontícf había descrito en aquellos días corno «teorización
ciones entre variables particulares. Aunque estas orientaciones Son ,indispensa- implicitU»), con su ausencia de control teórico, y la teorLzación hipoté-
bles, proporcionan tan sólo el más amplio de los marcos imaginables para la
tico~deductiva. con sus elaborados conjuntos de proposiciones basadas
investigación empírica (el subrayado no estaba en el original) (56).
empíricamente y lógicamente interdependientes (59). Finalmente, en
contraste con el 'cientifismo de la época' y el movimiento de '«unidad de
r:.sta fue la razón de que, a'partir de los años cuarenta, algunos de la ciencia», la noción de una pluralidad de paradigmas sin demasiada
nosotros, propusiéramos' la' terminología' de «paradigmas» y «orienta- cohesión evitaba a los sociólogos el adop,tar las comparativamente
ciones teóricas» para referirnás:'a la estructura teórica de la sociología maduras ciencias físicas, químicas y biológicas como modelos "apro~
realmente operante. Aquellos ,fúeron los días en los que yo empecé a piados en lugar de, en algunos aspectos, como simples modelos de refe-
aludi'r al carácter y funciones de los paradigmas en· sociología y hallé rencia con los :que establecer un contraste.
paradigmas válidos para el 'análisis funcional y para la sociología del
conocimiento;' paradigma's' concebidos para identificar suposiciones
básicas, conceptos, próblemátlcas, y tipos de pruebas pertinentes (57),
Quedó para Raymond Boudon la tarea de clarificar y explicar la distin- : K UHN y EL ANA LISIS ESTRUCTURAL
ción entre teoría sociológica propiámente así llamada y paradigmas y, a
través de 'su tipología de los paradigmas, indicar sus usos característicos Esta situación de Jos sociólogos, trabajando de manera diversa en
y sus limitaciones (58). . sus tareas en un estado de modestia i,mpuesta por la realidad, se pro-
Una razón para la inmediata'aceptación en aquel momento del con- longó de 'manera visible a través de gran parte d.e los cuarenta y de los
cepto-de, .una pluralidad de paradigm~s; se presenta a la mente por sí cincuenta (de la misma manera que", a pesar de algunas opiniones
misma. Y es que representaba el estado real y no el ideal remoto de la actuales en contra, ha continuado desde entonces el .uso de los para·
o ciencia social. Aunque importantes regiones de la economía e incluso digmas múltiples), Luego vino 1962 y la aparlcíón pública de The Struc-
de la psicologla se consideraba por entonces que habían desarrollado ture oJ Scielllific Revol"tio/ls por el físico y filósofo de la historia de la
sistemas teóricos razonablemente bien trabadas, tos científicos de la cíencía, Thomas Kuhn (60), Resultado de casi quince años de medita-
ción lentamente cristalizada, la monografía empezó a tomar su forma
(56) Robert K. Merton, 4I:Sociological Theorylt, en American Joumal o/ Soci%gy, 50 final, de manera muy apropiada, durante la estancia de Kuhn en 1958:
(1945), págs. 462-473. ,
(57) Merton,op. cit., 1968, págs. 69~72. 109, 514, Y Robert W. Friedrichs, «Dialectal
Sociology: An Exemplar ror the 1970s., en Social Forcu, 50 (1972), págs. 447-455. (59) Wassily téontief, -ocImplicit Theorizing: A Methodological Critieism of the Neo~
, (58) Rayrnond Doudon, fiNales sur la Nolion de Théorie dans les Sciences Sociales., Cambridge School .. , c=n Quarler/y Jouma/ 01 Economics. 51 (1937), págs. 337~351. "
en Archives Europ¿enncs, de SOci,ologie. 11 (1970), págs. 201~251. (60) Op. cit.. 1962.
ROBERT K. MERTON ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOCJOLOGIA 161
investigación teoflca~ente onentada. interés como algo probablemente integrado en moldes de «premadurez, madurez y pos·
'. ' 1 analistas funcionales sobre el concepto madurez", de las contribuciones a la ciencia. Sobre las disrunciones de las ortodoxias mono-
La preocupación predommantc entre o.s. de los fenómenOS de desequilibrio polistas en la ciencia que dan como resultado t:desequilibrios acumulativos» de atención en
de equilibrio social" ¿distrae la .aten clOn la investigación y sobre las runciones de con nielo cognitivamente regulado para corregir ese
social? (74). , desequilibrio. \'éase Merton. op. ál., 1973, págs. 57-58; Gcrard Radnilzky, «Philosophy or
E casos corno é~te ~l probl~ma no ~s tanto detectar l~ cont:~dic~,. Science in a Ne..... Key», en Melhodologyand Science. 6 (1973), págs. 134-i78 en pág. 136; pa.ra
cioiú:i>-s'ristanfivaS-efitr~ 'pifrad-lgmas, sino-'consid~ra.r s.us problematlcas. un an¡j,lisis de ocel desequilibrio entre orientación psicológica y sociológica en el tema de la
ambivalencia",. véase Merton y Elinor Barber, op. elf., pags. 9)·94 (en este volumen,
Los paradigmas difieren en que enfocan gamas dlstmtl~dasdde .prot?;emas págs. 16·18). .
.. It d· l que' una comUfil a cien u1ca se (16) Como Frank Beach ha explicado, duranle cierto tiempo más de la mitad de los psi-
de investigaclOn.,Como resu a o, c_ _' _ ,'''' --", _ '. - ---"'1
. l ' --'''-t'
adhiera exc USlvamen e -".-"-un---:'p·'aradigmá , séa el'quc fuere,
. onentara a
---
cólogos experimentales americanOS se limitaban a' una especie, la rata, como organismo
experimental. Véase Frank Beach •• The Snark Was a Boojum», en American Psychologisr, 5
atenéión de los científicos en el sentido de ~a~:rles CO~_~~,~t,~~r~ _~~:na (1950), pags. 115·124. Ernst Mayr observa ciertas implicaciones'en semejante limitación en
limitada gama de problemas -á experisas de no, ~t~~de~ a otrOS. e loa objetos de investigación e intereses investigativos: .Gran parte de la ,reciente controversia
. ·dad ·Ia teoría monista se hace disfúÍlciOnal para el progreso de en los trabajos sobre comportamiento animal puede entenderse ,mejor ahora que nos damos
esa' prIori • .d t t nto
otrOs tipos de conocimiento en, ese campo: Parece ~Vl ~n e: por a d i cuenta de las importantes direrencias entre comportamientos controlados mediante pro-
gramas genéticos cerrados o abiertos. los ~tólogos se han interesado básicamente en señales
que los escrupulosos defensóres del mOnismo teónco aran caso e especificas de la especie y en su evolución. Las comparaciones, entre diferentes especies ha
aviso: caveal prreemplor (75).· sido de gran interés para ellos. los psicólogos experimentales clásicos,"que se interesaban
fundamentalmente en los aspectos neurofisiológicos y de desarrollo del comportamiento,
. :' . '. h vol X de The Colftcred Writings alJohn
casi de manera invariable trabajaban con una sola especie. Su ¡nteres primario se centraba
(73) John Maynard Keynes, Essa~'s In BIOgrart~' 1972) págs. 98.99. Publicado original- en aprendizaje, condiCionamiento y otras modificaciones del comportamiento. Abordaban
Maynard Keynts (Londres, The Macmlllan PresS ., • , el comportamiento con el interés del psicólogo, y los fenómenos que estudiaban eran, en
gran medida, aspeclos de comportamiento no comunicativo, como el salir de un laberinto o
mente en 1 9 3 3 . . s '107.;OS publicado originalmente en 1949. .
(74) Merlon,op: c":'. 1968, p~g . h' ducida por Joshua lederberg, Hamel selección de alimento.» Emst Mayr, .Behavior Programs and Evolutionary Strategies», en
(75) Una invcstlgacton todavla ~n ma~c ~de~~~cado este proceso de la prioridad de American Sciemisl, 62 (l974), págs. 650-659 en pág. 657.
Zuckerman, Yehuda Elkana y yo mismo a
/68 . ROBERT K. MERTON ANALlS/S ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA /69
digmas están intclectualm'entc' disciplinados y no son meramente un Examinando esta misma circunstancia desde la perspectiva de la
conjunto casual de intereses personales que apenas tienen poder cogni· sociología de la ciencia, tengo que informar. de que las variaciones en el
tivo, la diversidad lleva a iluminar aspectos muy distintos de la actua- número y diversidad de paradigmas en las disciplinas científicas siguen
ción humana y de la sociedad. incluyendo aspectos que con un solo siendo mal comprendidas. Hasta el momento, ningún modelo del creci-.
paradigma hubieran pasado inadvertidos. miento de la ciencia ha conseguido explicar la extensión del pluralismo
La diversidad de aspectos que requieren investigación proporciona doctrinal en diferentes disciplinas o en la misma disciplina en diferentes
otra' razón de por qué los paradigmas aparecen con más frecuencia épocas. Mucho antes de que el tema del crecimiento del saber llegara a
compitiendo a nivel social que cognitivo. Exponentes de particulares ser un renovado foco de investigación, las metara.ras más antiguas
paradigmas sociológicos compit'cn por el interés de grupos de nuevos implicaban ya sugerencias de un modelo u .otro. La metáfora de un
profesionales para que vayan adelante en su linea de trabajo de la «mercado de ideas» sugería procesos de producdón, distribución e'
misma manera que compiten. ~no. supone que de manera menos efec- intercambio bajo condiciones que iban del monopolio a la-libre compe-
tiva, por el interés:de, los grupos de veteranos que han estado usando tencia; el «foro de ideas» sugería una imagen de libre discusión sujeta a
otros, paradigmas para que los abandonen y trabajen con ellos. En procesos de persuasión y al ejercicio de difer,cntes tipos de autoridad; el
resumen: exponentes de paradigmas compiten en la asignación de todos «campo de ideas» llevaba consigo la imagen de un combate a muerte,
,los recursos que afectan a la distribución de la atención de los soció- rechazando la posibilidad, excepto en raros momentos de indulgencia,
logos en el amplio espectro del trabajo sociológico. Con más frecuencia de la coexistencia o complementareidad de,los paradigmas; y, para no ir
de lo que podría suponerse, paradigmas coexistentes en una disciplina más lejos, la metáfora de «una población de ideas» sugiere un modelo
como la sociología que evoluciona laboriosamente. implican sobre todo genctico de población. con variación y selección en el desarrollo evolu·
competición por la atención cognitiva más que contradicciones y con- tivo. Pero ya se adopte el modelo de refutación de falsedad de POpp1:r.o
frontaciones cognitivas, aunque el desagradable y, para algunos, atrac- el de matriz de Kuhn o el de programas de investigación de Lakatos o
tivo ruido de las polémicas pueda sugerir otra cosa (77). los· evolucionistas de Donald Campbell, Gerald Holton y Stephen
Aunque a veces 'se, vean oscurecidos· por las polémicas, los pro- Toulmin. los modelos de crecimiento científico funcionan como uno
blemas cognitivos de los parad,igmas coexistentes exigen que se descu- solo en mantener'. que una pluralidad de paradigmas en
irÚeracción
bran las aptitudes y limitaciones de cada uno. Esto lleva co'nsigo identi- competitiva y a veces llena de conflictos está- sujeta a criterios más o
ficar los tipos y la amplitud de. los problemas para los que cada uno menos comunes y a reglas probatorias que trascienden. otras diferencias
sirve (e identificar aquellos para:los que es incompetente o inaplicable), entre las tradiciones intelectuales contendientes (78). Así, después de
proporcionando así un 'conocimiento potencial de los aspectos en que que Kuhn hubiera rechazado el relativismo total que !TIuchOS conside-
son complementarios o contradictorios. Dentro de este tipo de con- raban implicito en la versión de 1962 de su doctrina, Radnitzky a~usó
texto; las estipulaciones para una variante de análisis estructural han incluso a su versión posterior mucho más moderada de ser incapaz de
indicado una gama de problemas para los que parece particularmente resolver el problema estratégicamente importante de si .los cambios en
apropiado; una detallada ampliación de esas' indicaciones no podría los paradigmas representan, en casos concretos, un avance o un retro-
hacerse en una tarde. Pero incluso en forma condensada, las estipula- ceso, cuestión que Imre Lakatos considera central para su idea de «pro·
ciones'pueden sugerir por qué, este tipo de análisis estructural continúa gramas de investigación» (79). Una vez más, los 'exponentes del subjeti·
despertando cierto interés y por qué, al mismo tiempo, incluso los vismo total que va abriéndose camino aquí y allá en la,socio~ogía actual,
sociólogos dedicados al análisis e'structural tienen que reconocer que
sigue siendo sólo uno, aunque sea muy sugestivo, entre la pluralidad de (78) En cualquier caso, la solida imprcsion de un sustancial acuerdo subyacente en este
paradigmas -sociológicos con los que ahora se trabaja intensamente. punto procede de un prolongado examen de los vigorosos debates a los que apenas he hecho
referencia en las paginas precedentes de este trabajo. .
(79) Gerard Radnillky, .From Logic or Science lO Theory or Research», en Cammuni-
(77)' Sobre el proceso general. especialmente el de acuerdo cognitivo y desacuerdo de carian and Cognitian, 7 (1974), pags. 110-111; Imre Lakatos, ap. elt.. 1970'y_«Popper on
valores, véase Merton,.op. _cit., 1973, cap. 3. Demarcation and Inductionll, Paul A. Schilp, editor,' en op. cil., pags. 241-273.
~.
/70 /WBERT K. MERTON ¡ji
que expresamente buscan su legitimación en la actual filosofía de la Relationships in l/¡~ Social Sciences (Chicago, Aldine Publishing Co., 1969),
ciencia, se van quedando atrás y tienen que defenderse ellos solos. pags. 324-348.
¡nclu'so en el último tercio del siglo xx. el juego de los alfileres no está a -, t(Natural Science as an Epistemological Model>~, R. Naroll y R. Cohen, edi-
la misma altura que la poesía (80). tores, en A lIandbook o/ MetllOd in Cultural AlIlhropology (Garden City, Nueva
Debería quedar claro. por tanto, que al describir y abogar por una York. Thc Natural History Press, 1970), págs, 51-85,"
pluralidad de oric"ntaciones teóricas en sociología- en la forma de un «Evolutionary Epistemology~, Paul A. Schilpp; cd. op. cit., págs. 413-463.
Norman R. Campbell. P/¡ysics: T/¡~ Elements (Cambridge, Cambridge University
«eclecticismo disciplinadQ»), no estoy describiendo ni abogando por un Press. 1920).
tipo de anarquismo teórico en el que todo es aceptable (81). Como V. Gordon Childe. Sociel)' and KlTowledge (Londres, Alle"n and Unwin, 1956).
tampoco se apoya esta posición sobre el die/l/m de Pekin: «Que no- L. Jonathan Cahen, ffIs the Progress of Science Evolutionary?)), en Britislt
r.czcan cicn flores y que disputen cien escuelas de pensamiento.» Des- Journal olt/¡~ /lislor}' of Sdence. 24 (1973), págs. 41461.
pués de todo~ como el concepto de hipcrcxis nos enseña. es posible que Ychuda Elkana,"«5cicntific and Mctaphysical Problcms: Euler and Karit», R. S.
haya demasiado de una cosa buena (como evidentemente el mismo eohen y M. \Y. Wartofsky. editores, en Methodo~ogical attd Historlcal Essays
Mao-Tsc-Tun'g ha comprobado por sí mismo desde su afirmación de in lite Satural al/d Social Sciences."Boslon Srudies in "lhe Pltilosophy of Science,
1957). El análisis estructural en sociología tiene que encontrar su sitio número J..t (Dordrecht, Holanda, D. Reidc:l Publishing Ca., 1974), págs. 277-
305.
para evolucionar entre una pluralidad mucho menor de orientaciones
teóricas. No parece aventurado concluir a partir de lo que ha sucedido
-, Tlle DiscOl"ery of the COllserl'Qtion 01 Energ)' (Londres, Hutehinson Interna4
tional. J97..t).
anteriormente que, en el proceso interactivo de selección cognitiva y -. como editor, TIr~ Interaction between' Science ~nd Philosophy (Atlantic High-
social _entre las ideas -sociológicas, el análisis estructural continuara" lands, N. J., Humantties Pres, 1974). "
enlazándose con ideas complementarias en otros paradigmas y seguirá N. R. Hanson, Pal1erns o/ Disco''er)' (Cambridge University Press, 1958i
así realizando modestas consolidaciones teóricas en camino hacia el L. J. Henderson, «An Approximate Detinition of Fact>~, en Unú-ersily of Cali-
definitivo y todavía muy remoto ideal de una teoria unificada que fornia Publicarions in Plúlosoplry. 14 (1932), pags. 1794199.
abarque toda la sociología. Alan Musgra\'e, «On a Demarcation Dispute», I. Lakatos yA. Musgrave, edi-
tores. en Prohlems in tIJe P/¡ilosophy of Science (Amsterdam, North-Holland
¡ Publishing Ca .• 1968). pags. 78·85. .
-, ffFalsitication and Its Critics». P. Suppes et alii, editores, en Logic. Metlrod04
REFERENCIAS ADICIONALES 1 logr. and P/¡i/o.wplry of Sch.'llce (Amsterdam y Londres, Narth-Halland Publi-
J shing Campan)', 1973), págs. 393-406.
Talcott Parsons. The Structure olSocial Action (Nueva York. McGraw-HiII, 1937).
Joseph Agassi, Towards on Historiograp/¡y o/ Science, Histor}', "and Theor)'. Beiheft Michael Polanyi.Personal KnOl"ledge (Londres, Routledge & Kegan Paul, 1958).
2.de History and T/¡eory ('S4Gravenhage, Moutan & Ca., 1963). Kad R. Popper, Tire Logic o/ Scienlific Discol'(!ry (Nueva York, Basics Books,
Herbert Butterfield, Tlle Whig fnterprelatioll o/I/islor)' (Nueva York, Charles 1959). Publicado originalmente en 1935.
Scribner's Sons, 1951). -. Conjecrures and Reftllations: Tlle Growrh ofScientific K/lowledge (Londres, Rou-
Donald T. Campbell, «Ethnocentrism of Disciplines and the Fish-Scale Model of t1edge & Kehan Paul. 1962).
Omniscíence», Muzafer Sherif y Carolyn Sherif, editores, en lnterdisciplinar)' -, Objeclj¡·e KllolI·ledge: An El'Olulionar)' Approach (Nueva York, Oxford Univer-
sity Press, 19'72;. "
(80) Aludo, por SUPU~SlO, a la ~asi" inolvidable afirmación de Bentham: «Prejuicios Dereck J. de Solla Price, Liale Science. oig Science (Nueva York, Columbia Uni-
aparte. el juego de los alfileres tiene el mismo valor que las artes y ciencias de la musica y la vcrsity Press, 1963).
poesía.,. Ralionalist Re\'Ü!w (1825), pág.-206. ' Gerard Radnitzky, Contemporar)' Schools o/ Metascience (Góteborg, Akademif6r-
(81) cr. Paul Fcyerabend, «Problems of Emptricismlt, en R. COIodny. editor. Bqond
the Edge ofCertainty (Englewood Clifrs, N.J.: Prcntice Hall, 1965), págs. 145-260; Feyera
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