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ROBERT K.

MERTON

ES .PROPIEDAD AMBIVA lE NC IA SO GIOl ÓG ICA ¡


Obra original: e TIte Free'Prcss. Una División de Macmillan
Publishing Ca., Ine .. 1976
Versión española: e Espasa-Calpe, S. A .. Madrid, 1980
y
Reservados todos .Ios derechos. Ni ia totalidad ni parte de este libro pueden
reprOducirse o transmitirse utilizando medíos e!e;ctrónicQs o mecanicos, por
fotocopia, grabación, información. acumulada u otro sistema. sin permiso
OTROS ENSAYOS
por escrito del Editor

Impreso en España
Printed in Spain

TRADUCCION DEL INGLES POR JOSE LüIS LOPEZ MUJ'IOZ


Depósito legal: M. 11.618-1980
ISBN 84-239-25194

ESPASA-CALPE, S. A.
Talleres gráficos de la Editorial Espasa-Calpe. S. A. MADRID
Carretera de Irúo, km. 12,200. Madrid-34
1980

tf" -,
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MINIMIZAR EL DILEMA

La alternancia de' fases no' eliminará pero reducirá tensiones entre


funciones instrumentales y funciones para mantener la democracia. De
hecho, asociaciones efectivamente democráticas han utilizado esta
alternancia de fases sin tCflcr plena conciencia de las técnicas organiza~
tivas que estaban usando con .éxito.
En ,la fase centrada en el proceso democrático, el énfasis se pone
sobre el derecho y la obligación del conjunto de los miembros de
decidir sobre nuevos objetivos para la organización. Este es el qué de la
voluntad democrática. Después, en la fase centrada sobre la acción
encaminada a conseguir esos objetivos, el énfasis se pone en los servi-
cios de cxp'crtos para determinar la mejor manera' de trabajar para
alcanzarlos. '~ste es el cómo del logro democrático. SEGUNDA PARTE
Este delicado 'proceso de· fases alternativas es un poco como andar
en la cuerda floja, con los consiguientes riesgos y posibilidades de éxito.
Se empieza -a caer hacia un lado cuando se corta el progreso hacia las
metas de la organizaciónnegándosc, en nombre de la «completa demo-
cracia», a hacer uso de la necesaria pericia. O se empieza a caer hacia 7. ANÁLISIS ESTRUCTURAL ENSOCIOLOGIA
el otro lado limitando la exigencia de decisiones democráticas o encar-
gando a los. expertos que tornen importantes decisiones para avanzar de
manera más efectiva hacia las metas establecidas. Pero. aunque pueda ' .. Los solipsíSlas afirman'
ser dificil, sabemos qué es posible andar sobre la cuerda naja. y puede que, nadie más existe,
hacerse con menores dificultades cuando una asociación democrática pero siguen escribiendo ... para Otros.
reconoce que la alternancia de fases instrumentales y representativas
puede servir tanto para .alcanzar objetivos como para preservar el pro- ... Los behavioristas sostienen
ceso democrático .. que los que piensan no aprenden,
pero siguen pensando ... sin desanimarse .

... Los subjetivistas descubren


que todo está en la mente,
pero siguen sentándose ... en sillas de v.erdad.

oi
Reimpreso con la autorización de Approach~s lo. th~ Study Social Structur~. con'Peter
M. Blau como editor (Nueva York, The Free Press. 1975). Escrito mientras era catedrático
becado en el Centro para Estudios Superiores en las Ciencias del Comportamiento, este tra·
bajo fue apoyado por una subvención de la NationaJ Sci~nce Founda/ion para el Programa de
Sociologia de la Ciencia. en la Universidad de Columbia. Olros colegas becarios del Centro
aportaron valiosas crÍlicas y sugerencias: Joshua Ledcrberg, Yehuda Elkana, Amold Thac"
kray y Harriet Zuckerman.
·... :,., ..

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... Los seguidores de Popper niegan Comprensiblemente. cada doctor que hace el diagnóstico prescribe
la posibilidad de probar, una terapia formalmente idéntica pero sustaÍltivamente diferente: ver y
pero siguen buscando ... la verdad (1). hacer las cosas a su manera. La grave crisis sólo tenderá a resolverse si
los pacientes en,'conjunto adoptan la perspectiva.sociológica del diag-
Cuando 'Alvin W. Gouldner, mi ttmigo. colegaaen-la-Iejanía, Y en nosticador: ya sea la sociología 9ialéctiCa de G urvitch o la integralista
otro tiempo alumno;' dio a su reciente libro el título de T/Je Coming de Sorokin o, más recientemente, la· reflexiva de Gouldner. Como·
Crisis 01 Western Sociology (La crisis en puertas de la sociología occiden- veremos, tampoco hay razones para que esta prescripción de las propias
tal (2). hizo una enunciación más bien tímida de la situación. Porque convicciones, teóricas sea ocasión de cínico regocijo. Despué.s de todo,
puede mantenerse, sin caer en la paradoja y con a.rgumentos igual~e.nte ¿qué fundamento cognitivo -no, téngase bien presente, fundamento
persuasivos, que la sociología ha estado en contmuo estado de CriSIS a social, psicológico o poiítico- qué fundamento cognitivo p'ara.aceptar
través de· su historia. una perspectiva teórica, mejor que el de creer que es a la vez más fruc-
tífera, más completa y más eficaz que sus rivales? .
Los aspectos de la sociología que se han tenido en cuenta como
LA CRISIS CRONICA DE LA SOCIOLOGIA capaces de proporcionar los signos y ·síntomas de la crisis son bastante
familiares: un cambio y choque de doctrinas, acompañados de tensión ~.J~'
La sociologí~ ha éonocido·siempre una situación muy poco estable, creciente y a veces de agudos conflictos entre los profesionales de la,b f" f~
y sU"S cultivadores han atravesado por fases sucesivas. de desaforado sociología. El choque implica la grave afirmación de que los paradigmas ~ ~ f\
optimismo y desaforado pesimismo sobre su capacIdad~ en aquel existentes son incapaces de solucionar pr~blemas ,que, ·en principio 1 ten- . ~ S~
momento o al meno:. .en breve plazo, para encontrar solucIOnes dura- drían que. ser. capaces de solucionar.. En este sentido podemos· describir ~ (S" C::c
SJ -ct
deras a los proble'mas de la sociedad humana y a los problcI?as de ~a
sociología humana, es decir~· soluciones a los problemas so~~ales mas I la sociología corno en estado crónico de crisis (3); roto .intermitente- . k

~~
l.
importantes, así corno a. los más destacados entre los cognttivos.
Al llegar a cierto volumen la población de sociólogos •. aumentó la I

(3) .Cri,;, "ón;',. no" la rm" p"adój;ea que pudkra parecer. D"dc al m;no, 10,C1§
primeros años treinta, Horkhcimer ha venido examinando intermitentemepte la «crisis con· ~() e
frecuencia con que se producían tales diagnósticos. Más o inenos todas temporanea en la ciencia ... Max Horkheimer, tlBemerkungen über \VlSSenschaft und Krise ... _~~ r./7
,las generaciones de sociólogos '~~.las ha~ arreglado para identificar su en Z~iuchriftfo'r So:ialforsdlung. (1932). págs. 1-7. Y nunque Raymond Boudon. en su libro C)-.:\ V' ---1.-
época como un momento decisivo para bIen o para mal en el desarrollo La CriJ~ d~ la Soci%gie. (Pans·Ginebra, Oral. 1971), señala que muchos sociólogos han (/\~ ~
hablado .. acertadamente .. de la actual tlcrisis de la sociología .. , pasa en seguida a observar _ ..
de la disciplina. Los que hemos vivido lo suficiente para haber obser- . que la .. sociología se caracteriza de manera más o menos permanente por una situación de ::¡ CJ
crisis latente .... Aparte de su especial aptitud para describir la condición de la sociología a~ ::::-

l
vado este comportamient.o durante varias décadas podemos recordar
sin dificultad algunos de los m~ llamativos diagnósticos de crisis. En
cuanto a mí mismo, ·me basta con seleccionar el año 1956, c~ando >"2 .:s.5J
traves de los años, el termino «crisis crónica .. adquiere mis importancia general ahora que, -".
segun el articulo de Alan Musgrave .. Kuhn·s Second ThoughtsJlo, en Briti~h Jouma/ ofthe Phi·
/osoph)" 01 Scimce. 22 (1971), págs. 287-306, T. S. Kuhn ha enmendad? su pensamiento de ~
~

Georges Gurvitch anunció «la :crisis de la explicación sociológica» Y , manera que los periodos de tlciencia normal", más que ser tlperiodos dogmáticos entre ..--'../'
Pitirim Sorokin desmenuzó otra versión de la crisis en su Fads and Fo;- \ crisis .. , son ahora vistos como «llenos de crisis propias ... Compárese la versión original df::.-S:- S
bIes iu Módern Sociology (Modas y maulas en la soc~'ologla moderna). i :2 8
¡. rile StrucfUre of Sdentific Rt'I'OJutions. de Thomas S. Kuhn (Chicago, University of Chicago
Press. 1962) con las enmiendas posteriores: tlPostscript-1969», en The Slructure 01 Scientific é:':("'"")
(1) Una·imperfecta·amp·liación d~ tres líneas .de la repudiación liri~a que Auden hace
de la ciencia social, tlUnder Which Lyre~ A ReactlOnary Tract for the Times .. , en Col/ected
Shorter Potmis 1917-1957:
O"los existcncialistas afirman
que están completamente desesperados,
¡., R~I'OlufjOfl.J (Chicago. University of Chicago Press. 1970. segunda edición); «Reflections on o;.~
My CriticsJo. en ¡mre Lakalos y Alan Musgrave, editores. Criticism alld the Gr~wh oJ Kllow- .1-.(:..")
Jedge (Cllmbridge, Cambridge University Press, 1970), págs. 231-278. Gracias a mi colega, (''-'(o
Robert Nisbet, he recordado lo que nunca debiera haber olvidado: la ainpliamente docu· ;:. ~
mentada observación de la historiadora Elizabeth L. Eisenstein, según la eual, para nuestros_S(
I eruditos de hoy, con su mentalidad de crisis. tltoda époea que se consideraba en otros 'S;,: {---,
pero siguen .escribiendo.
tiempos como "de transición- se presenta ahora como época de "crisis"... Puede leerse, en r {
secuencia cronológica, información sobre la crisis política en l;t Italia del primer Renaci- tS~
(2) Ncw York: Basic Books, 1970.
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1, Q~
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ANALlS/S ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGfA" /37
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mente por breves y sorprendentes períodos de relativa calma. En gicos, que se distribuye de manera diferente entre los grupos que ¡nte..
cuanto distinta de la situación real de la disciplina, la sensación perió- gran la comunidad de los sociólogos; dinámica que introduce nuevas
dica de' crisis estalla en los momentos en que los sociólogos son particu,~ problemas, que tampoco han sido previstos y que vuelven a problema-
Iarmente con'scientes de darás insuficiencias en los. resultados cogni- tizar conocimientos que ya se consideraban razonablemente seguros,
tivos o prácticos, insufiCiencias conmensuradas de manera típica con En una ciencia se desarrolla una crisis de importancia cuando se acu- ':~;\
previas esperanzas de logros más espectaculares. mulan las contradicciones entre suposiciones teóricas t observaciones
En el plano social, esta intensificada conciencia de ineficacia entre prácticas hasta el punto de que esta situación resulta notoria para los
los sociólogos (y de' sus:nada sifenciosbs 'observadores en la sociedad en que trabajan en ese campo y no es posible reconciliar ambas cosas
sentido amplio), está' ocasi~nad.a por' sistemas sociales dinámicos que mediante una cadena cada vez más larga de hipótesis ad:hoc con el fin
generan nuevos problemas 'o' que agravan otros antiguos, con' el resul- de «salvar los fenómenos» (6). Esto a su vez trae consigo una ignorancia
tado de que csos-acontecimic.ntos socavan lo que se suponía ser solu- especificada: el reconocimiento expreso de lo que no se conoce pero
ciones aceptables a important'~s problemas. Me refiero aquí en parti- necesita ser conocido para sentar las bases de nuevos conocimientos.
cular a esas a menudo engorrosas y, en un mundo dé conocimientos De manera paradójica, por tanto, una ,sen.sación 'de crisis .puede est~r
muy imperfectos~ incvitabl~mcrite no-anticipadas consecuencias (4) de ocasionada por 'nuevos conocimientos,: con el. resultado de que se les
nuestra' acción s'ociaI conscicntc·, tanto a nivel individual como colecti· hagan unas demandas más precisas ri. I.os antiguos conocimientos.
vo (5), ;A. m~dida que la sociedad acumula disfunciones sociales o a Los procesos social y cognitivo dentro de la colectividad de los
medida que se, conceI?-tran en 'uno u otro de sus sectores, se desarrolla sociólogos influyen recíprocamente .sobre los acontecimientos en la
una sensación cada, vez más.aguda entre los profesionales de las cien- sociedad circundante produciendo uria div·ersidad de. apreciaciones
cias sociales de que el e'tadode sus conocimientos no se halla ni de sobre el estado .del arto sociológico. Cuando las exigencias históricas se '
lejos al niyel.que .requiere la situación. dan tanto en el dominio cognitivo como.en el social, como parece haber
En el plano cognitivo, la candencia in~ens,~fi~acta dejnsuficiencia es sucedido en los últimos años sesenta; generan una aguda· sensación. en
ge~~rada por la dinánii~a ,del pe.nsamiento 'y dé !ti investigación s~cioló. lugar de la sensación aceptable o incluso agradablemente cróni~a, de.
una actuación menos que suficiente para desarrollar paradigmas cogni·
tivamente sólidos y socialmente aplicables. Tales épocas históricas difí-
miento y la crisis estética del ta·rdio Renacimiento italiano; sobre las innumerables crisis ciles transforman las crónicas molestias sociológicas en dolores socioló-
-incluyendo una "crisis de identidad"- precipitadas por la Reforma; sobre la crisis general gicos agudos. Es entonces cuando los doctores. atentos tienden a ofrecer
europea a comienzos del siglo XVII (lS60.1660); sobre una crisis de la conciencia europea a
finales del siglo XVII (1680-1715); Y sobre la· "~poca de crisis· que sigue inmediatamente. su diagnóstico de que la sociología atraviesa una profunda crisis ..
durante la Ilustración en el siglo XVUI (l71S-1789). Hay asi que atravesar cuatro siglos de Los sociólogos ocupados en· ese diagnós,tico están haciendo en su.
crisis a!'tes de llegar a esos car.acteristicos puntos de arranque de nuestra crisis del sigloXX propio dominio lo mismo que por su dedicación hac~n en otros domi-
localizados a finales del XVlII: revolución política en Francia y revolución industrial o tam- nios de la sociedad y de la cultura. Después de todo, una de las princi-
bién llamada Gran'Transformación ~n Inglaterra". Eisenstein, .. Clio and Chronos: An Essay
on the Making and Breaking of History-Book Timelt. en llisfory cmd Theory. 6 (1966), pales tareas asignadas al sociólogo y a otras especies de ~ientíficos de la
págs. 36-6S, at p. 38. Cuando un conjunto de historiadores declara los cuatrocientos últimos sociedad es precisar el carácter y las fuentes del descontento sociaL
años, mas o menos, como época d~ continua crisis europea, quizá se nos pueda permitir a los Una acumulación de descontento apunta a una·subyacente falt,a de ade,.
sociólogos que al contemplar nu~stro breve pasado colectivo lo veamos como una larga cuación en la estructura del sistema social, en· los valores y expectativas
crisis. .
(4) El problema ·de esas consecuenCias residuales no anticipadas no se resuelve real-
que se están desarrollando en ese sistema, o en ambas cosas. Sin nece-
mente mediante un racionalismo tOlal, ni siquiera mediante el uso de la receta juiciosamente sidad de hacer una analogía con la medi~ina, los científicos de la
rreparada por Bertie \Voosl,er cuando aconsejaba a su criado con gran severidad: .. Siempre
hay que preverlo todo, Jeeves. Es la única manera.» Pero como el inmortal Wodehouse deja
bien claro, el problema es que la mayoriade entre nosotros es menos optimista que Bertie y (6) Pierre Duhcm. To Sa.·e ,He P}¡enonu:na: An Essa}' on (he Idea' of Physical T/uory fron!
todos somos mucho menos sagaces que 'Jeeves. PIafO (o Galileo (Chicago. The Uni ....ersity of Chicago Press, 1969). publicado originalmente
(5) 4CConsc:cuencias no anticipadas ~e la acción sociab, en este volumen. en 1908. .

SOClú\
(0-:\11) 1U{/j
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sociedad observan que .los procesos que dan origcn a una acumulación para los logros reales pero S(.:"',.'i"::;¡:"~¡:~,~ -limitados de la ciencia social
de quejas sociales no son necesariamente conocidos por los que las hecha éscrupulosamente. Pero esta sociología oracular llena de rápidas
expresan. Esta misma consideración invita a los sociólogos analíticos a respuestas a dificilísimas cuestiones sólo puede conducir a la desilusión,
adoptar el papel de metasociólogos, mediante el dhignóstico de su quizá de manera especial entre estudiantes Y' novicios en este "campo.
propia situación colectiva y la prescripción de la adecuada terapia para Las demandas hechas a una sociologia"'precisamente porque ha ido
las dolencias que encuentran. avanzando despacio, se aceleran de una forma que sólo agranda la dis-
Si se me llamara como medico consultor para diagnosticar el estado tancia entre expectativas y logros, una situación perfectamente calcu,.
actual de la sociología, mi opinión sería ésta: que superpuesta a la crisis i lada para produCir una, profunda sen-sación de crisis cognitiva (8).
crónica de la sociología. a 'la que ya me he referido, existe 'una crisis A reforzar el malestar entre los sociólogos que se deriva de las exce·
aguda de una especie particular. Se trata de la «crisis de prosperidad»,
un género amplio identificado 'por Tocqueville en su época y por Durk-
I sivas exigencias prácticas prematuramente aceptadas e inadecuada-
menle resueltas ha venido el parecido malestar que se deriva de los
heim, un erudito y de manera independiente «cstudiosQ»)·de Tocque. acontecimientos en dominios cognitivos vecinos. El más importante
ville, en la suya (7). La sociología se enfrenta hoy con una crisis de entre éstos es, en mi opinión, el impacto de las ideas prese'ntadas de dis~
. abundancia en parte' ce"mo resultado de la abundancia de crisis sociales~ tintas formas por Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend, Toulmin y
Las grandes transformaciohes que están teniendo lugar en gran parte muchos otros en la filosofía de la ciencia. A menudo deficiente mente
del mundo ponen delante de 'lo"s sociólogos la inmensa tarea de investí· entendidas por sociólogos en la periferia de esa disciplina, tempestuosa
garlas efectivamente y: de formular unas recomendaciones con base en los momentos presentc..s. algunas de esas ideas se-interpretan a veces
científica para intentar 'controlarlas. como seguras indicaciones de que la subjetividad reina sin rival en las
, Es precisamente el recién ganado prestigio de la sociología como ciencias físicas y biológicas y que, por tanto, se concluye, también debe
consecuencia de ciei'los avanceS en el saber sociológico lo que hace que ! reinar sin oponentes en las ciencias s6ciaJcs Y del comportamiento. Los
los sociólogos tropiecen precisamente cuando se creen preparados para
seleccionar o aceptar la tarca de ayudar a resolver esos problemas práe·
¡ sociólogos que extraen esta conclusión gratuita, la usan" como licencia'
para legitiinizar una subjetividad total :en la que cabe. todo, ya que,
ticos de considerable trascendencia. La demanda efectiva de soluciones I
I
como creen haber aprendido de los' filósofos, la objetividad en la
para los problemas sociales excede con mucho la capacidad actual de ciencia es una pura ilusión. No vaya decir nada más sobre este tema
los conocimientos sociológiCOS y los recursos actuales en mano de obra I,
;
ahora, porque volveré sobre él más tldelante. De momento bastará con
hacer notar que las actuales ansiedades y las graves dudas expresadas
sodológica masculina y femenina. El resultado no necesario pero sí
comprensible, es que esa demanda encuentra con demasiada frecuencia ! por aquellos que experimentan una «crisis de la" sociología» están a
aproximaciones sólo nominales al artículo genuino. Los sociólogos que I menudo explícitamente en conexión con ideas muy discutidas en la

¡,I
quieren creen o aseguran que se sabe lo sU,~,c:i~~te, o. se puede~,llegar a actual filosofía de la ciencia. .
saber de inmediato, ,como par;;t -propon::.iqn.ar _P'::l_ll_t_a_s,, ___c,on: las _que' Este diagnóstico provisional de la actual sensación de crisis en la
resolver este ___o"aquel gigantesco problema social consiguen poner a (8) A estas alturas tiene que rcsuHar evidente que," en mi opinión; el tipo de malestar
prueba prematuramente, ~ la _disciplina en su t9talidad., Sus improvi,: expresado por algunos sociólogos sobre la situación de la sociología teórica actual no consti·
sudas inVestigaciones. o declaraCiones sacadas de la manga de verdad~s tuye una crisis prorunda en el sentido de implicar rundamentalmente una nueva controversia
obtenidas de --fnanera insta"ntánea, consiguen una pasajera credibilidad I sobre aspcctos basicos. Las lineas mas importantes de discusión tienen una historia larga y
ricilmenle accesible. Si esa historia se revisara cuidadosamcnte. los anuncios más recientes

(7) Durkheim no rue, por supueslo;alumno de Tocqueville. Ni existe evidencia directa


de que la noción de Durkheim de una crisis de prosperidad presentada en el [j~r~ 11, capí-
tu[o S de Suicide: A stud}' in Socia/OC)' (Nueva York. The Free Pres5, 1951: onglnalmente
I! de crisis en soeiologia podrian reconocerse como una continuación de problemas, teóricos
que llevan mucho tiempo sometidos a debate.
Quid sea ésa la razón de que el sociólogo polaco Piotr Sztompka concluya su último
libro. titulado SyJum ond FlInclinn: TOII"Qrd a Thcnr)' 01 Sociery (Nueva York, Academic
I
i'rcss. 1974). con [as siguicntcs palabras: "lCreO que la llamada crisis de la sociología contem-
publicado en 1897) cstc basado en el capítulo de Toequeville titulado "lWhy the Americans
Are so Restless in the Midsl orThc:ir Prosperity», libro 11, capitulo [J de Del1locrac}' in A.me-
I poránea no es mis que un nuevo milo de nuestra disciplina. y que en realidad existe un
rica (Nucva York, Vintage Dooks, 1954; originalmente publicado en 1835). sólido fundamento s'obre el que basar nuevos y muy nceesarios csfuerzos tcóricos.Jt
ANAL/SIS ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA 141
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los sociólogos de la generación adulta, encontraron difícil compartir su lealtad y
sociología como derivada de acontecimientos, tanto en el dominio
su fe inquebrantable en la sociología. Por consiguiente, el interrogarse sobre la
social como cognitivo. no es incompatible con el diagnóstico provisional misma posibilidad de una sociología científica, y considerar la posibilidad de que
propuesto por Ben-David (9). Él interpreta las recientes expresiooe, de la línea de demarcación trazada en los cincuenta entre sociología e ideología
insatisfacción sobre la teoría sociológica de Gouldner (10), Fríedrichs (11) pueda no ser definitiva no tiene para ellos el mismo significado de amenaza. lota-
y Runciman (12), como resultado de un cambio peculiar a las gene- litaria que para la anterior generación. .
raciones académicas a pártir del final de la segunda guerra mundial. No Este hecho, unido a la actual confusión en el, teorizar sociológico, pueden·
se trata de que la crítica de la sociología y la disensión sean nuevas; ni ex.plicar el estallido y la ocasión de la insatisfacción y de la radical problematiza-
que el supuesto consenso sobre la sustancia de la teoría sociológica ción de la base lógica de la sociología que ocurrió en los últimos años sesen-
haya sido reemplazado por·la falta de consenso. Más bien, tal como ta (13). .
Beo-David lo resume (y lo cito por extenso debido a que muchos soció-
logos no ven la revista donde-se publicó su articulo): Si se me llamara como médico consuftor para re·visar no sólo el diag·
nóstico, sino también la terapia recomendada, .mi opinión sería ésta:
Esta unidad de la profesión (en el periodo inmediatamente posterior al final de la que la crisis crónica de la sociologia,.c_~~_,~,~:A~Y~ISi_ºªq,':,ri.'!lllic;iad-y:_cho~~·-"
guerra) no estaba basada en la eX,istencia de nada que se pareciera'3 un ~~para­ q ~ eS",:,5~ tre ,d o~ 1rinílS' ·parece, _pref9rib le ': ~ ,J,~_",t_c~,~ pi,':l.J~ ~,~ l!,~1.~~~~ ,_f.l_ _:v~cc _~,~:,.,
digma» para la teoría y la.investigación sociológicas similar al postulado por para"'rc~_ol yer'<la -,'crisis' aguda; '-_,a -,:saber; :la' prescrit)f~:ió n; d<;_:un~ ,s~I3:_, R~rs- -: ,
Thomas' Kuhn como característico de la «ciencia normah). No habia paradigma p~ctiva :,~e_ó_~ica:" 9,uc. -p.r?m~t~,"_~,ar :_~(;ce.~,'?,:J9t~l, y ,;,<~~cl~s~V9: a Ja;, v,~r:~~9 , " _, '.
en sociología, y los sociólogos adoptaban con rrecuencia actitudes muy críticas soói?_IógIc_~._:,:_Las ,-,razón7s:",para,:'_Illi."opin_ión_>~on_" clar~" a,~,nqu~ _'- _n~,_ ,se~n
frente a los puntos de vista de los demás. Sólo existía el consenso en un aspecto,
a saber, en que toclos los sociólogos aceptaban el método científico como perti-
gil
irr¿ b~tib les .• Nin rí •¡"":~tli glÍtaaisl~d()ha ,cm p~za.4o si q~i era .... d e'n0sc '
nente a la sociología y la moralidad científica como obligatoria para los soció- trarsu.sillgularCtiéá"ia',para'invcstigariodo,.el espectro. de "problemas,.
logos. Separaban claramente la ciencia de la ideología y si, en alguna ocasión, se ~_~,_~:i,g1.9g!,:'~,I1f~,~_ t,(!(J~,t~,r~;~~,nt~_~~/.x}~~~,~_;1~. :.Y~.f~~g,~~, g_<?~-~~~~,_~"gréJ?:~,~_~.~,!
acusaban unos a otros de cripta-ideólogos, esto se hacia en nombre de una el pa,s~d~_p~~figura'el fUl~~9. ,~as.pcn()_~I~.-as ~afl1festaclor:tes t?1:"I:.-~entH;lC?_"
ciencia libre de otras ingerencias, no para negar la posibilidad de una sOciología conti#do 'resultan, ,ser sóló deseos- prc:maturos ',de '.limitación ,tc6riga~'"
objetiva, libre de referencias a otros ,~al_ores. __...:' __ , _":"' __ ;,<'_':, ":_:"_'-'_'_',:__ :"""", Más aún, si la terapia propuesta llegara aádoptarse, CIlo produciria algo
Mi hipótesis es que-!;:l'clesaparición"dc"este 'c'onséil'so"en 'los úitinfos años sesenta mucho peor que una crisis. Conduciría al estasis; al estancamiento de la
se _dc_~ió, ,a,unr,cambio de generaciones. La generación que consiguió sus--docto:,./), investigación sociológica como resultado de uh acuerdo prematuro
radós en los'-años sesenta estaba formada por gente jove'n para quienes el pro- sobre un solo paradigma que es calificado de guía exhaustiva para
bh;It1a:d~ soCig~2gia-, l'eisus.idcolog:¡,a no tenía, la misma importancia crucial que
invcstigar todo el amplio espectro de los problcmas sociológicos.
pa~~"s~s pre~~cesores. La c1ección entre las 'dos no les parecía una elección
entre inevitable desilusión intelectual y fracaso moral por una parte y la razo- Los sociólogos~ por supucsto, no son los únicos que han adoptado la
nablei:lOsibilidad por la _otra de un avance sólido aunque quizá lento. La lección metáfora médica de la crisis a través de los años.' Profesionales de otras
de la generación anterior no se perdió totalmente en ellos, y se sentían probable- disciplinas intelectuales de características mucho más rigurosas han
mente más esccpticos ante las ideologías que los jóvenes de los años veinte y usado desde hace· mucho tiempo la misma metáfora· paTa expresar su
treinta, pero también se mostraban-escépticos sobre la cien'cia social y la socio- razonable descontento con la situación de esta o aquella parte de su dis·
logía. Faltándoles la experiencia de la liberación de la ideología, encontraban en ciplina. Peró;:;,ccffu'ó'iód¿;¡;-:-sabe#io's; _~p-,~.~y~q~_~Jomar lá.S)#~,t~_f~~as~.ite.
la sociología. pocos triunfos del pasado o pocas grand·es oportunidades intelcc~ ral_gl_~nte~:::I:i.aC'erI6_-~:ólCi'-:sirv_e_: para' e_ogañar: ~_' engañarse;- ya :,que -pci_cas
tuales que determinaran su lealtad a.la profesión. Escuchando las autocríticas de rn~tárb;aS.-s'oii ámllogÚis'-he,urísticas~ Al elegir la metáfora de crisis, por'
(9) Joseph Ben-David, ~The State ofSociological Theory and the Sociological Commu- consiÉiuientc, no quiCÍ"o estirarhi i~dcfinidamcnte para lograr, o para
nity,., en Comparalil'(! SlUdies in Saciel)' and /lúlory. 15 (1973), págs. 448472. atribuirle, una reductio ad absurdum. El término crisis se queda en metá·
(10) Gouldner, op. cil. fora desdibujada~ no tiene un significado literal ni es una analogía muy
(II) Robert \Y. Friedrichs.,A Sodolo&v of SrxioloKJ' (Nueva York, The Free Prcss, 1970).
(12) W. G. Runciman, Social Science and Polilical T¡'eory (Cambridge, Cambridge Unjo
vcrsity Prcss. 1963), y Soci%gy in lIs Place (Cambridge, Cambridge University Press, 1970). (13) Ben-David, op. cit.• págs. 471-472.
142 ROBERT-K. MERTON ANAL/:;IS E:;lRUCTURAL EN SoC/uLUGIA . 143

próxima; tan sólo encierra un _sentido vago, figurativo y no cspecial~ funcional, incluso sin llegar a alcanzarse. para hacer avanzar el estado
mente heurístico, trasladado de un dominio de la experiencia a otro. de los conocimientos sociológicos (16). Pero cuando el ideal se con-
En" -los. domiriios .de la' ciencia y.:de. la_ crudicióI!_' un -c<?rte,ro diagQós. funde con lo ya existentó, resulta disfuncional para esa búsqueda. Si se
lico de crisis, crónica o aguda, significa que la disCiplina "érf"cuestión es tomaran seriamente como guia para todos los programas de .irivestiga.
incapaz de ocuparse de partes o ~spectos de la. rcal~d~d que tr~t~ o que ción las prematuras exigencias de limitación o cierre teórico en socio-
«debiera» tratar. En su forma,mas grave, el dragnostlco de CrISIS en la logía, que es 'Ia única clase de exigencias que pueden avanzar Jos
ciencia prc~cnta paradojas fundamentales 'sin resolver. Identificar esas monistas teóricos entre nosotros, el resultado sería que se desperdi·
paradojas es en si mismo un logro considerable. Ello requiere y pone de ciaran muchos esfuerzos, con la consiguiente desilusión a la que
rnanifiestó considerable desarrollo científico, como con la profunda for- seguiría algo muy parecido al estancamiento. Por muy efectivos que
mulación de Plack (14) a final de siglo, que estaba concebida para algunos de los paradigmas que se usan actualmente sean en su limitado
resolver las paradojas con que -se enfrentaba la teoría· clásica de la emi- terreno propio (terreno todavía por precisar adecuadamente), .carecen
sión y absorción de la luz.- En forma algo más leve, el diagnóstico de de la autoridad suficiente para monopolizar la búsqueda de una mayor
crisis identifica problemas pertinentes que, según se afirma, los con· claridad teórica en la sociología. Como ya hemos indicado brevemente
ceptos, ideas y métodos al ,alcance de los profesionales no ~~eden y podremos examinar con más deteniniiento.en el curso de este trabajo,
resolver adecuadamente. Este ,es el caso con la reciente reJaclOn de lo que constituiría una profunda crisis 'con el corisiguiente estasis·sería,
Morgenstern de «trec~ pu·ntos críticos en la teoría económica contem· muc~o m.ás 9uc la pluralidad de paradigmas, la aceptación' por parte.de
poránea» (15). Pero. ni en la forma más severa ni en la más leve se sigue los "sóciólogós en activo de' un solo paradigma propuesto como pa •.
que los científicos salgan de sus érisis sólo inventando colectivamente nacea (17).
una teoría unificada 'capaz d~ resolver el completo espectro de pro·
blemas de su disciplina.
No se' pone aquí en cuestión el ideal de una teoría unificada que lo (16) Vilfredo Pareto, The Mind ond Societ>,. vol. III (Nueva York, Hárcourt Brace Jo"-a;
abarque todo ..Como otros ideales del tipo T de Pareto, éste puede ser novich, 1935). págs. IJOO-1322. Publicado originalmcnte en 1917. .
(17) Al pareccr existe un cuerpo crcciente de opinioncs sociológicas e~ cste sentido. En
enero de 1975. mientras este trabajo estaba en la imprcnta, Shmuel Eisenstadt y yo descu-
brimos, durante mi visita a Jerusalén, que durante vanos años hemos estado desarrollando
(14) Esté. como se rccordacl, es el ~ismo Max Planck q~e en su juventud abandon~ el independientementc casi los mismos temas sobre la pluralidad dc tcorías sociológicas, la
estudio de la economía por su dificultad y, por supuesto, el mismo Planck cuya observaCión naturaleza de sus interrelaciones. la periódica insistcncia·en una crisis reciente de la socio-
sobre la aparición de nuevas verdades en la cicncia es quizi entre las de su clase la quc se logia. y las conexiones dc lodo esto con la estructura de la Comunidad de sociÓlogos y con
cita más vcces. Bernard Barber. cResistancc by Scienlists to Scicntific Discovery». en dcsarrollos crílicos en el cntorno social, Hasta cse momcnto los dos habíamos expuesto estas
Scienu, 134 (1961), págs. 592-602; Kuhn, op. cit., 1962, pág. 150; Danicl S. Greenberg, The ideas en forma de publicación oral: Eisenstadt, en clases en la Hebrew. University; yo, en
Po/itid 01 pure Science (Nueva York, Ncw American Library, 1967), .pág. 45; Warre.n Hags- clases en la Universidad de Columbia. Y ahora estamos p'oniendo nuestras ideas por escrito:
trom The Scienrific Community (Nueva York. Basic Books, 1965), pago 283, y Harnet Zuc- ¿l. en gran escala, en su libro a punto de aparecer en colaboración con M. Curelaru tit;ulado
kerm'an y Roberl K. Merlon, cAge, Aging, and Age_S~~cture in. Sci.ence» •. en Robert Sociological Theory. TIle Soci%g>, Communily and I(Crisis~ o/.Soci%fJ}'; yo, 'cn pcqueña
K. Mert'on, TIIe Sociology ofScience: Theoretical and Emplrlcallm·estlg~t/Oru. ed!tada y con escala. en este ensayo. Para un trabajo preliminar basado en esc libro. véase Eisenstadt.
una introducción de Norman W. Storer (Chicago y Londres, Universlty or Chlcago Press, cSome ReOections on the Crisis of Sociology», en Sociological lnquiry. 44 (1974), págs. 147.
1973), pág. 514, son algunos entre los sociólogos de la ciencia que han utilizado ~e maneras 157. Demasiado tarde para utilizar su contenido en este trabajo, he. leído dos artículos, que
diversas la observación de que «una nueva verdad científica no trlunra convencle~do a sus reOe:<ionan sobre el tema, de Gallino y Pozzorno, en Ricerca" Sociologica e Ruolo del Socio-
oponentes y haCiéndoles ver la luz, sino más bien porqu.e sus. ~p~nentes termman por lago (editor, Pielro Rossi) (Solonia, Socicla editrice iI Mulino, 1972), sobre los quc Eisens~
morirse' y va crc;ciendo una nueva gencración que ya esta fam~hanza~a ca? ella,., Max tad! llamó mi atención.
P!anck Scientific AUloblography and Other Papers (Nueva York, Phllosophlcal Llbrary. I~49). En febrero de 1975, cuhndo este trabajo estaba ya en la imprenta, Stefan N'owak, de la
págs. 33.34. Como Scherner ha hecho notar, se trata del tipo de aforismo que fácil y equivo- Universidad de Varsovia, me dio un ejemplar del trabajo que había presentado en el séptimo
cadamcnte se presta a un relativismo y subjetivis~o carentes ,de examen. Israel Scherner. congreso mundial de sociología ~n Taranta pocos días antes de 'que yo prescntara éste a la
Science and SubjedMty (Indian:ipolis, Bobbs-Mcrrlil, 1967), pags. 370-371. . Asociación Sociológica americana en Montreal. Oc nuevo existe un llamativo y, para mI,
(15) Oskar Morgenstern, cThirteen Critical Points in Contemporary Economlc confortador paralelismo (una adecuada respuesta a los descubrimientos independientes
Theory~, en Journal 01 Economic Literalure. 10 (1972), págs. 1163-1189. simultáneos en ciencia y en erudición). Nowak ve la ccrisis,. '~omo algo característico de la
ANAUSIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA 145
144 RDBERT K. MERTON
autobiográfica que Peter Dlau ha coricedioo aproximadamente a t,lna
docena de entre nosotros en este simposio. Como arquitecto jefe de
SOBRE LA LIMITADA VALIDEZ DEL ANÁLISIS ESTRUcrURAL esta reunión, decidió cvidentemente que los criterios ordinarios de'
decoro que exigen disfrazar las ideas personales mediante un discurso
Todo esto puede explicar porqué no considero que eI"paradigma del impersonal podian suavizarse sin peligro en esta ocasión. de manera
análisis estructural desarrollado a través de los años proporcione la que cada participante pudiera dedicarse con absoluta autoindulgencia a '
única salida de la crisis que se anuncia periódicamente en la sociología. reflexionar en público sobre algunas de' sus idcas prefcridas. O como
Parafraseando las palabras de. Winston ChurchilI sobre democracia, Blau lo explicó en su encargo, cada uno de nosotras tic'nc'que presentar
diré que considero el paradigma de este lipo de análisis estructural «la específica significación de su enfoque para ·proporcionar explica-
como la peor orientación teórica para la sociología. con la excepción de ciones sistemáticas dc las estructuras sociales y de su dinámica».
todas las demás orientaciones _que se han probado en un momento u En mi caso puedo resistir la tentación: al menos, en parte. Porqu~
otro~ Tiene que ser así, o de lo contrario no seguiría esforzándome por exponer este aspecto de rrii trabajo sería sólo ,repetir parte de lo que
trabajar con él. Pero 'con elIo,'estoy muy lejos de decir que el análisis Charles y Zona Loomis, Filippo Barbano (en una serie de trabajos,
estructural, en una variante u otra, proporcione una base teórica exclu- entrc ellos, en uno ,subtitulado «La emancipación 'del 'análisis estruc-
siva y exhaustiva. Muy al contrario. El análisis estructural ha generado tural en sociología»), Walter \Vallace. M. J. Mulkay, y, de manerá más
una problemática que me parece interesante y una forma de pensar los analítica, Arthur Stinchcombe han 'elaborado como aspectos esenciales
problemas que c'onsidero más efectiva que ninguna otra de las que de este tipo de análisis estructural, y con mayor profundidad y de
conozco. Más aún, enlaza CO'Ji: otros paradigmas sociológicos que, a manera más crítica de lo que yo estoy preparado para hacer (18).
pesar de las polémicas, son ~od6 menos contradictorios en buena parte En lugar de esas complejas y detalladas descripciones, sólo vo.y a
de lo que suponen o afirman.' Sin duda es ésta una postura pacifista delinear los componentes básicos de este tipo de análisis estructural
indecorosa en una época en que el c~mpo de la sociología resuena con dándoles la forma de una serie de estipulaciones. Aunque el 'término
los gritos deJos gladiadores quc)uchan por'doctrinas rivales. Más aún, «estipulación» está tomado de la cultura adversaria del derecho, lo uso
el trabajo reciente ,en análisis estructural me lleva más hacia esferas de aquí sólo para indicar un acuerdo provisional sobre el tipo de análisis
acuerdo y de compl~m.entariedad que a las supuestas básicas contradic· estructural sometido a discusión. ObtcQido ese aéuerdo. puedo seguir
ciones entre los diferentes paradigmas sociológicos. Esto no es extraño. con el resto de mi lcma: el lugar de cse tipo de teorización en la estruc-
Porque no es posible proponer doctrinas sociológicas (paradigmas, teo- tura social y cognitiva de la sociología y su relación con algunas ideas
rías, esquemas c.onceptuales, m'odelos) incluso mínimamentc plausibles actuales en la sociología y filosofía de la ciencia.
que se contradigan entre sí eri' supuestos, ideas y conceptos básicos.
M uch_as ideas del análisis estructural y del interaccionismo simbólico se
oponen entre sí. d,e la misma manera que el jamón se opone a los (18) Charles P. and Zona K. Loomis. Modun Social TMorirs (Nueva' York', van Nos-
huevos: son' claramente. diferentes, pero mutuamente enriquecedores. (rand. 1961). capítulo 5; Filippo Barbano ... L·Opera del Merton nella Soci.ologia Contempo-
Este, pues, es el contexto en el que puedo disfrutar de la libertad ranea». en R. K. M ertan, Teoria e SlrUUura Socialr (Bolonio.. II MuJino, 1959); págs. ix-xx\'i:
Barbano •• R. K. Merlon e le Analisi della Sociologialt, en R. K. Merton. Teoria a Slrulfura
Socia/e. 2," ed. (Bolonia. JI Mulino. 1966), pags. vii-Iviii; Barbano, «Social Structurcs and
sociología desde hacc mucho tiempo, rechaza «el viejo sueño de sistematizar todos los cono- Social Functions: The Emancipation of Structural Analysis in SocioJogylo, ,en Inquiry, 11'
cimientos teóricos importantes sobre la .sociedad en una teoría ·única- y totalizadora». y (1968), págs. 40-84: Barbano, «La Teone Sociologiche ,tra Storicita e Scienza», en
hace' notar que «tendremos 'que vivir durante largo tiempo con muchas leorias parciales. R. K. Merton, Troria e SlrUllura Socia/e. 3." ed. (Bolonia.1I Mulino. 1971), págs. vii-xxxiv;
mutuamente complementarias y acumulativas en diferentes sentidos del término. aplicables Walter L. Wallace, editor, Sodolugical Throry (Chicago, Aldine Publishing Ca., 1969).
a diferentes aspectos de la realidad social, contestando a diferentes preguntas teóricas y pags. 24-59: M. J. Mulkay, Funcliona/üm. Exchange and Theorelica/ Stfotegy (Londres.
útiles para diferentes fines sociales prácticos». Stdan Nowak, «Empirical Knowledge and Routlcdgc & Kegan PauJ, 1971), cap. 5, y Arthur-Stinchcombe, «Mcrton's Theory of Social
Social Yalues in the Cumulative Dcvclopment of Sociology». Revisión de un trabajo prepa- Structurclo, en Lewis A. Coser. editor. The Idra oI Sodal Srruclure (Nueva York. Harcourt
rado ¡::ara la Mesa Redonda. «¿Hay una crisis en sociología?», en el octavo congreso mun- Brace Jovanovich. 1975), págs. J 1-33.
dial de sociología en Toronto, agosto de 1914.
AMBIVALEr-:CIA SOCIOLOGICA y OTROS ENSAYOS.-IO
/46 ROBERT K. MERTON ANA LIS/S ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA /47
. .
de «análisis estructural» desarrollada por W~sily Lcontief en econo~
mía (21). ' ..
CATORCE ESTIPULÁCIONES PARA EL ANÁLISIS ESTRUCTURAL
3. Que el análisis estruclural en sociología implica la confluencia
de idea~ quc. derivan principalmente de Durkheif!J y Marx. Lejos de ser
Estas'son, por tanto. catorce estipulaciones de esta variedad de aná- contradictorias, como se ha dado a veces por sentado, ideas basicas
lisis estructural. Se estipula: sacadas de su obra respecliva han resultado ser cOmplementarías en
L Que la noción todavía-'cn desarrollo de «estructura social» es una larga serie.dc investigaciones a través de'los años, ideas que van de
polifilética y polimorfa (aunque no, esperamos, polimórficamenle per- las fuentes sOCIO-estructurales del cornportarniento anormal y la forma-
versa): es decir, la noción tíeile más de una línea ancestral ~e pensa- ción de la personalidad burocrática al crecimiento 'y estructura institu-
miento sociológico, y estas líneas difieren parte en la sustancia y parte cional de la ciencia (22). De manera rnás concreta, 'un paradigma pro-
en el método (19). . '. puesto para el análisis funcional en los años treinta y publicado en 1949
2. Que las ideas básicas del análisis estructural en sociología son llamaba la atención sobre las zonas de superposición, no de identidad
muy _anteriores en el tiempo al movimiento mixto s~cial e i~tel.ec~ual entre estas oricntaciones teóricas, Sirva de ejemplo el concepto básic~
conocido, como. «cstructuralismo») (20)._Abarcando diversas disciplinas de. ~co~tradicciones» en una y-de «disfunciones» en el otro; el lugar
básicas el estructuralismo se ha convertido últimamente en el foco de priVIlegiado acordado en Marx a las «condiciones» de la sociedad y del
un pop~lilr movimiento social, a veces ·falto de discriminación, que se «contexto estructurah~ o «coacción estnicturah) en análisis estructural
ha aprovechado de manera poco rigurosa de la autoridad intelectual de Y. en el dominio ,de la sociología del c6nocimiento~. el postulado de
figuras tan prestigiosas como Ferdinand de Saussure y Rom~n Jakobso~ Marx de que la cambiante «existencia social de los hombres determina
en lingüística, Claude,Lévi-Strauss en antropología, Jean P13get cn PSI- la
su ~slado consciente» que se corresponde con· concepción de Durk-
cología y, más recic'ntementc, Franc;:ois Jacob en biologí~. En breve: heim de que las representaciones co1ectivas reflejan una realidad so-
aunque el análisi$_"estt:U_ctur:al. _c;n sociología hoy se haya Visto afectado cial (23). . .
por Ciertos aspectos. comunes del estructuralismo utilizados como con- El entrecruzarsc de estos cabos de pensamiento no ha pasado 'inad-
texto, cognitivo -por ejemplo, ciertos paralelos entre Saussurc y Durk- ve:t~do. Los análisís de Slínchcombe (24) sobre los grupos de ideas
heim- no se deriva históricamente de estas tradiciones intelectuales teOrIcas que se ,superponen ha generado su término «funcionalisrno
más de 10 que pueda derivarse, digamos, la forma consumo-rendimiento rnarxiano», mientras Gouldner toma nota repetidamente de rni «acentua-
ción de las afinidades entre ellos», concluyendo con la concisa observa-
(19) Boudon adop~a la imagen d~'un-«polimorfismo de 'la soi:iolog~,:,-., en. u~ ~en~ido ción sobre el análisis en «Estructura social y destrucción de esas estruc-
emparentado pero diferente, al hacer referencia a varios tipos, de tr~b.aJo soclologlco. un turas» que (cAquí, en efecto, Merton 'usa' a Marx para forzar a Durk-
flensayo brillante», un flestudio empírico'descriptivolt, una .«leona a~alltlc.alt ~ornprobable o heim a abrirse» (25). Kalab (26) describe el método de Marx como
una deoria especulativa» apuntan hacia diferentes direCCiones de iOvestlgaclón. Raymond «análisis estructural concebido dialécticamente» y hace notar la inter-
Boudon, op. dt" págs. 9-10. : •
(20) La floreciente litc:ratura sobre·estructuralismo es prácticamente Inagotable y no
dependencia del «análisis histórico y del estructurah~ como hizo el
tendría sentido proporcionar aquí una larga lista de títulos. Las ?~ras de los ma:stros están
al alcance de todos y no hace falta mencionarlas, excepto, qU.IZJ., la 'pan~rámlca de Je~n (21) Wassily Leonticf. -Sorne Basic Problems 'of Structural Analysislt, en T/¡~ Rel'iew oJ
Piaget, Structuralism (Nueva York, Basic Books, 1970), y la magiStral hlston.a de la herenCIa. Economics and Statisrirs. 34 (1952), págs. 1-9. . .
con su sucesivo desvelamiento de estruc,turas, TII/! L~gic of Life d~ Fran~ols Jacob (~ucva (22) Robert K. Merton, Social Theory and Social Structu;''e (Nueva York, The Free
York. Panthcon Dooks, 1973). Rayrilo.nd Boudon h,:l:-hecho un' serio esf~erza para ~Ifc=ren. Press. 1968. edición ampliada), y op. dt" 1973. . . .
ciar y formalizar las concepciones 'm:ís import:lntcs' sobre estructura SOCial en relación ~on. (13) Menan, op. dI .. 1968, págs. 93-95. 160-161,516 Y sigs.
las nocionc=s de estructura en otras disciplinas en T"/! Us/!s ofStructuralism (londr~, Heme- (24) Arthur Stinchcombe, Corutrucling Sociol Tht!Ori~s (Nueva York, Harcourt Brace
ara otras obras secundarias, vense Jean Viet, Les Mbhodes Structuralwes dalU Jovanovich, 1968). págs. 80-101. y op. dI.• 1975. , . .
mann, 1971). P l' Q' I
les Sciences Socia!n (París, Mouton & Ca., 1965); Osw:lld Ducrot el a lOS, u est-Ct! que e (15) Gouldncr.op. cit .• págs. 335.402,416,448, y, para el resumen, pág. 477.
, Structuralisme? (París, Editions du Seuil: 1968), y Davíd Rabey (editor), Structuralúm: An (26) Milos Ka\;ib;«The Marxist Conception of (he Soéiological Methodlt, en Qualiry &
lntroduction (Oxfofd, Clarcndon Pre!'.s, 1973). Quantir)'. 3 (1969), págs. 5-23.

L
1
148 ROBERT K. AlERTON
ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA /49
ejemplar historiador Herbert Butterfield hace años cuando ·describió
como la mayor contribución del marxismo a la historiografía el aquí que lejos de constituir necesariamente un signo de crisis teórica o "1¡
habernos «cQscñado a convertir nuestra historia en una obra estructural de decadencia, la convergencia de líneas separadas de pensamiento ,
.de análisis>'. (27); En un instructivo volumen, Giddens (28) ha analizado puede implicar, y en este caso implica de hecho, un proceso de consoli-
recientemente concordancias en los escritos de Marx, Durkheim y dación de conceptos, ideas y proposiciones que dan como resultado
paradigmas más generales (34). .
1
Weber, y en otro libro, Sztompka (29) encuentra extraordinarias con-
cordancias entre análisis .func.ional y marxiano, como lo hizo Pierre L. 5. Que, al igual que las orientaciones teóricas en las otras ciencias
van den Bcrghe en un árp.bitó reducido hace más de diez años (véase sociales, por no decir nada de las ciencias físicas y biológicas,"el análisis
también Malewski) (30). La conclusión de Van den Berghe expone el estructural en sociología ·tiene que enfrentarse sucesivamente" con
caso acertapame,nte: micro y macrofenómenos. Como esas otras ciencias,- la sociología tien·c.
que resolver el formidable problema, recientemente abordado de nuevo
Lo que sostenemos r~ndamentalmente es que los dos puntos de vista más impor~ por Peter Blau (35) y otros muchos, de desarrollar conceptos, métodos
tan tes que han dominado gran parte de la ciencia soéiaI presentan imágenes par- y datos para conectar micro y macroanálisis (36). .
ciales'pero complementarias de la realidad. Cada cuerpo teórico plantea dificul~ 6. Que. adoptando la importante y sucinta formulación de Stinch-
lades que pueden resolverse ya sea rechazando ciertos postulados innecesarios, combe sobre el micronivel
ya sea introduciendo conceptos tomados del otro planteamiento. Puesto que fun~
cionalismo y diah::ctica mu'estran," aparte de serias diferencias, algunos puntos de el proceso básico concebido como central en la estructura social es la elección
'-convergencia y que se· superponen, tnmbién hay esperanza de trascender el entre altemarbm soda/mente estructuradas. Esto difiere del proceso de elección en
e.clecticísmo ad hoz y alcanzar un.a síntcsis teórica cquilibrada (JI). teoría económica, en el que se concibe que las alternativas tienen utilidades
inheren~es. Difiere dc.l proceso de elección en la teoría de aprendizaje, en el que
se conCIbe a las alternativas emitiendo estímulos que refuerzan o anulan. Difiere
4. Que si la confluencia dc -elementos de Durkheim y Marx ha sido
evidente al menos desde los-años treinta, no se la puede considerar,
(·)4) Esta estiptclación es muy antigua. He venido defendiendo la importancia d~ la eon~
como Gouldner (32) proponc·_ que se la considc.,·e, como otro signo de solidación teórica en sociologia desde los años cuarenta (Menan, op. cit" 1968, cap. 2, espe.
la crisis que atribuye'tanto a la· sociología funcional como a la marxista cialmente págs. 49·53).
en los sesenta (33). Expresándolo de manera más general, se estipula (35) Peter Blau, Ex.hange ond Polt-'er in Social iife (Nueva York, John Wiley·& Sons,
1964).
(36) Parece conveniente estipular esta concepción más que disculirla por extenso ahora
(27) Herbert" Bulteifield. HiJror)' alld Human Re/atioTlS (londres y Glasgow. Collins. que ha conseguido SilUat'5e en ese depósito de «conocimientos reconocidos», el libro de
1951). p:i.gs. 79·80. texto. (Sobre la importancia del libro de texto en diferentes disciplinas. véase Kuhn, op. cit.,
(28) Anthony Giddens.· Capitalism 'and Medern Social Theery (Cambridge. Cambridg.e 1962, págs. 163·165.) Asi, al discutir el t:estructuralismo de cambio., de Blau. Jonathan
University Press. -1971). . ." Turner escribe: «Salvarla distancia entre el nivel micro y el macro. Uno de los problemas
(29) Piotr SZlompka. ep; cit. analíticas más importantes con que se enfrenta la teorización sociológica gira alrededor de
(30) Andrezej Malewski, «Der Empirische Gehalt der Theorie des Historischei'l Mate- la pregunta: ¿Hasta que punto e5lán las estructuras y procesos-de la organización SOcial a
rialismusll; en K6!ner Zduchrififiir So:i%gie ulld So:ia/psychologie•. 11 (1959). pags. 281-305, nivdes micro y macro sujetos a análisis por-los mismos conceptos y sujetos a descripción
y Vcrha/tcn und InfrrafafofLf (Tübingen, J. C. B. Mohr -Paul Siebcck-, 1967). usando las mismas leyes_ sociológicas? Jonathan Turner, ThcStruc(ure ofSociologicol Theory ,
(31) Pierre van den Berghe, .cDialectic and Functionalism: Toward a Theoretical Syn· (Homewood, 111.. Dorsey Press, 1974), pág. 292. . . . .
thesisll, en Am~rican Sociological Re ....it'k-·. 28 (1963), pags. 695·705. y sin caer en fáciles e inadecuadas anaJogias,'los sociólogos deben interesarse hasta
(32) Gouldner, op. cit.. pags. 341 y sigs. cierto punto en la observación del físico polimático, Richard Feynman. de que en con~xión
(33) En conexión con esto, tengo que rechazar lo que Gouldner reconoce como conje- con las leyes de la física t:hemos descubierto que el comportamiento de materia en pequeña
tura de que en los años treinta. y cuarenta, «traté de hacer las paces entre marxismo y fun· escala obedece a leyes muy diferentes de las cósas en gran escala. De manera que ia pre.
cionalismo precisamente subrayando .sus afinidades, y hacer así mis fácil para los estu· gunla es, ¿qué aspecto tiene la gravedad en pequeña eScala? A eso se llama la Teoría del
diantes marxistas el llegar a ~cr profesores funcionalistas •. Gouldner, op. cit.. pág. 335. Aqui. Quantum de gravedad. Hoy no existe la Teoría del Quantum de gravedad. Nadie ha logrado
Gouldncr sin duda me hace demasiado honor. Ni yo tenía esa intención tan previsora ni el del todo hacer una teoría consecuente con los principios de incertidumbre y los principios
ingenio y el poder de transformar de esa manera a mis alumnos. del quantum mecánico •. Richard Feynman, The Characrer of Physicaf Law (Londres, Cox
and Wyman. 1965). págs. 32-33.

I
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I,
J51
ROBERT K. MERTON
,/50
de ambos en que ... la utilidad o rerue,rzo d,! una particu.lar ~lec.ción se considera 10. Que las estructuras sociales generan porcentajes diversos de com- ¡'
como socialmente establecida. como parte .del orden institucional (37). portamientos OI.lOrmales. así definidos con criterios diferentes por miem-
bros de la sociedad estructuralmente identificables.-EI~comportamiento l'
7. Que, en el mac~oniv~l,.las distribuciones ,sociales, (es .decir: ~a definido como anormal resulta. en grado significativo, de discrepancias )'
concentración y dispersión) de autoridad, poder, Jn~uen~la'y. prestigio socialmente modeladas entre aspiraciones personales cultural mente
comprenden estructui<;ts de c~~.trol social qu~ ,cambian hl~toncamente. generadas y desigualdades ya incorponidas a la «estructura de la opor:'
en parte a través de procesos de «acllmulaclO~ ,de ventajas, y desvcn· tunidad>. al tralar. de realizar esas· aspiraciones mediante procedi-
tajas») 'en 'las personas que ocupan diversa~ ?OSlC~ones e~t~atlficadas e,n mientos institucionalizados (41 J.
esa estructura (sujetas a procesos de rencelO" b~Jo condiciones todavJa 11. Que, además de' los acontecimientos exógenos, las estructuras
muy poco conocidas) (38). . sociales generan tanto cambios dentro de-la estructura 'como cambios ,de la
. 8. Que. para el paradigma del análisis es_~ruclural, .es fund~menl~l, estructura y que csos tipos de cambio sc produc'en a través de elecciones
na accidental, que .tas eslruclllras sociales gellerGlrconjllct?S socwles ~or de condúcta modeladas por acumulación y mediante. ¡as aÍnplifica~
estar direrenciadas, con direr'eÍlcias históricas cua~titatlva~ y ~uahta­ ciones de las consecuencias disfuncionales de ciertos tipos de tensiones.
tivas, ~n conjuntos entrelazados de estatu~, es.tratos, organIzaciones y conflictos y contradicciones en la estru.ctura social'diferenciada (42)~
comunidades sociales que tienen sus propIOS mtereses Y valores (39), 12. Que, de acuerdo con las estipulaciones precedentes, cada
potencialmente confl,ictivos, por tanto, y también intereses y valores_ , nuevo grupo nacido dentro de una estructura social. en cuya creación
comunes (en seguida diré algo más acerca de esto)., . no intervino, procede de manera diferenciada, juhto con otros grupos.
9, Que las estructuras nQrmat~vas n~ t¡en~n .c?nJunt?~ unIficados generacionales. a modificar es~r -'estructura,'-'-,tantú involuntariaménte
de normas. En lugar de ello, la .'amblvalenclG soclologl~a est~ mcorpo!ada corno a propósito,. mediante sus respuestas a las objetivas consecuencias
a las estructuras normativas en forma de expectatlva~ lO~o~p~tlbles sociales. también- involuntarias y previstas., de las anteriores acciones
añadidas a. los cometidos sociales y una ~(alte:nanc~~ dmamlca d.e organizadas y colectivas (43).
normas y contra-normas»:, de acuerdo con la ~denl1ficaCIOn de la «ambl- 13. Que es analíticamente útil distinguir entre niveles manifiestos y
valencia'sociológica» que se ha hecho, por ejemplo, en las\csferas de la latentes tanto de estructura social como de función social (añadiendo
burocracia. de la medicina y de la ciencia (40). entre paréntesis que el estructuralismo tal como 10 exponen'otras disci·

(37) Stinchcombe, a[l. cit .• 1975, ?ág. ,l2. .' . .


(3~) Dcsde ~ ..! !!.parición en b. soclologla de la cIencIa en 1.942, la Idea de .ac~mulaclón Apollo Moon Scientists: A Case Study in !he Ambivalenec of Scicntistslt', en Americon Socio-
de ventaja,. (que esta relacionada con la noción de .. profe:cla que Se auto-reah~. Y .. el
logical Re~·iew. 39 (1974), pags. 579-595.
efecta.Matthewlt) en sistemas de estratificación social, se halda desarrollando medIante una (41) Merton,op. cit., 1968, pags. 185-248, y-Merton, op. cil., 1971, pags. 793-846.
(42) Merlon, op. cit.. 1968, pags. 176~177. Esto se estipula a pesar de las recienteS cTÍ-
serie de investigaciones: Merton, op. :cit.. 1973, págs. 273, 416, 439-459; Zuckerman y i ticas de Runciman y Nisbet. Los dos están de acuerdo en 'que eS una grave equivocación
Merlon, ap. cit., pago 325; Harriet Zuckerman, Scientific Elite (Nueva York, The: Free P~ess, ¡
acusar al análisis funcional o estructural de careCer de una deoria del cambio social., y
en proceso de publicación), capitulo 3; J~nathan R. Cole y St:phen Cale, Socl~1 ~tratifica­
tion in Science (Chicago, University of Chlcago Press, 1973), pa~s. 2?7-247: passlm• Paul D. i defienden su postura de la mejor manera: exponiendo la teoria y criticandola. En una serie
AlIison y John A. Stewart, .. Productivity Differences .Among Selenttsts.: EVldence f~r ACC.~~
de obras, Nisbet critica duramente la idea de un cambio social estructural o inmanente-
mulative Advantage~, en Amedcan Socio/agica/ Rel·l.ew. 39.(1974), pags ..596-606, HarT!
i¡ mente generado como teóricamente insostenible. A mi no consigue convenCeillle. Su ana-
I lisis SÓlO muestra que tuentes exógenas a la estructura sociallambi¿n operan para producir
Zuckerrnan y Jonathan R. Cale, _Women in American SClence-, en Mtnerl'tl. 13 (1975),
cambio, postura totalmente aceptable, como él reconoce por supuesto, para todos los qUe
págs. 82-102. .', • 1 . 1Th . n R K Merlon no consideramos que el analisis estructural agote todos los aspectos de los fenómenos
39) Robert K. Merton «Social Problems and SOCIO oglca eory-, e .•
( '. '- . IP bl
y R. A. Nisbet, edItores, ContenJporary SOCIO rO erus...
3' ed (Nueva York Harcourt Brace
Jovanovich.,197I), pág. 796, Y op. cit., 1968, págs. 424~25. .
,
.
(40) Robert K. Merton y Elinor ~arber... Sociologlcal Amblvalence». en E. A. Tlrya-
I sociales, Robert A. Nisbet, .. bevelopmentalism: A Critical Analysis», en John C. McKinney
y Edward A. Tirykian, editores, TlIeoreticaJ Sociolog}' (Nueva York, Appleton~Centui:Y­
Crofts, 1970), págs. 167-294 en pags. 178. 194-196; Nisbet, Sociol Change and History(Nueva
kian editor Sociologlcaf Theory, Values. and Sociocultural Change (Nueva York, The Free
p ~ 1963)' pags 91-120 (Reimpreso como capitulo primero de este volumen); Merton, op.
CI~~,S 1973, c~p. 18; y Ian .~Htroff, .Norms and Counter-Norms in a Selected Group of the
II York, Oxford University Press, 1969); Nishct. editor, Social Change (Nueva,York, Harper &
Row, 1972); W. G. Runciman, op. cit.. 196], pág.·43.
(43) Ver el capitulo octavo de este volumen.

el
152 ROBERT K. MERTON ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA 153

¡Ílinas -en la obra, por ejemplo, de Jakobson, Lévi-Strauss y Chomsky- capitulo. significativamente titulado «Die Funktionen sozialer Kon-
considera. esenci.al di~tinguir ~ntre estructuras' «superficiales») y -«pro- flikte», Dahrend~rf observó que este tipo de análisis estructural
fundas») (44). o o o',

14. Y~'finalmcntc.·como resultará evidente en el resto de este tra- permite a Merton, en contraste con Mayo, aceptar la,idea de que los 'conflictos
bajo, se estipula. en el terreno de los postulados teóricos (no como pueden ser sisfenuiricanu:nte producidos por las ,estructuras sociales. Existen para él
puñalada a las" modestias demasiado llamativas) que,-como otras orien- circunstancias en las que las estructuras-de-cometidos, grupos de referencia e
taciones teóricas en sociología, el análisis estructural no pretende ser instituciones hasta cierto punto generan conflictos necesariamente. Pero ¿de dónde
surgen esos conflictos y cuál es su significado? En este momento Merton intro-
capaz de dar cuenta de- manera exhaustiva de todo el espectro deJenó-
duce el concepto de 4<disruneión,._:que tanto se ha usado desde entonces ... Este
menos sociales y culturales. paso adelante (en .-el desarrollo del análisis· funcional) estriba--'sobrc: todo en '
A la vista de estas estipulaciones, aunque sea de manera lan conden- indicar la posibilidad de una exp~icación sistemática del conflicto (<<al nivel estruc-
sada,. liene que quedar claro que esta variante del análisis estructural tural~) (el subrayado ei; mio) (46). .
debe mucho a la modalidad de análisis estructural-funcional desarro.
liada por mi maestro, amigo y colega·en·la·lejanía, Talcott Par· Hans Goddijn hizo prácticamente la misma observaci~n de manera
sons (45). Pero la variante difiere de la forma eS~,án~ar en lo que, para independiente al -hacer notar que este tipo d~ análisis estructural halla
mí, son dos important~s aspectos: el sustantivo y el metateórico. «los orígenes del conflicto social dentro de la misma estructura social,
es decir, en la antítesis entre posiciones sociales. Por .esta razón, se
puede considerar que ese análisis entra en el contexto de una sociología
del conflicto> (47). '
FUENTES ESTRUCrllRALES DE CONFLICTO Y DE COMPORTAMIENTO
Gouldner ha hecho el mismo tipo de observación histórica y analf-
ANORMAL
tica sobre el análisis estructural del comportamiento anormal. Rom-
piendo fácilmente las barricadas ilusorias que evitarían incluso una
En~:eLaspectoi,sus,t~Q~.i.Yo,_ esta Y~.r~~i:!n.tc;: _ ~~:)a doctrina deja más sitio comunicación muy restringida entre las orientaciones teóricas que
para las fuentes estructurales y,par'h"tas"é'O'nse'cuencias diferenciales de. nacen de Marx y' Durkheím, Gouldncr -señala la superposición entre
conflicto, de las 'disfuáciones y de las contradicciÓnes de la estructura ellas. Como no soy capaz de mejorar la propia formulación de
social, representando así, como se ha hecho notar, una conjunción de Gouldner, opto por reproducirla. El observa que cie~tas teor,izaciones
las lineas centrales' de -pensamiento en Marx 'y Durkheim. Me parece sobre comportamiento anormal '
significativo que Ralf Dahrendorf, etiquetado durante mucho tiempo
como «teórico del conflicto» en las a veces semi-míticas clasificaciones debieran-verse históricamente, de acuerdo con lo que significaban la primera vez
de la sociología teórica, recalcara este punto 'básico hace ya años. En su que aparecieron y se difundieron. En este contexto, hay que subrayar. que el tra-
bajo -de Merton sobre destrucción de,esirucruras!.-asi como ,el trabajó de 'Milis sObre
',',
~patológia social~ fueron obras liberadnras par~ aqueIl~s que yivieron con ellas
~44) Cf. Alvin W. Gouldnc:r, «:Cosmopolitans hnd Locals: Toward an Analysis of Latent como parte de una cultura l'il.'a que es algo distinto de:: c6mo aliara puedan verse
S?clal Roles: [,and lb. en Adminutralú'e Scienu Quarler/y, 2 (1957), págs. 281-306; 2 (1958).
pags. :444-480; Barbano, op. cit.• 196,8. págs. 55-57. en cüanlo parte del simple registro de aqu~lla cultura viva en otro tie.mpo.,
(45) Parsons ha desarrollado su concepción del análisis estructural·funcional en un con-
junto de libros tan numeroso que no pueden detallarse todos aquí. Una muestra incluiría su Hay varias razones para estO. Una es que tanto Merton como Milis mantuvieron
primer gran libró; Th~ Struciur~ 01 Sodal Action (Nueva York, McGraw-HiII, 1937). que eS. abierto un camino 'de acceso a la teoría marxista. De hecho, ambos mantenían
en e~ecto, su Summa contra Uli{jtario$; Essays in Sodological Theory (Nueva York. The Free una especie de marxismo tácito. El marxismo de Milis era siempre mucho más,
Press, 1949), que- 'viene a ser su Summa Soci%giea. posteriormente mas desarrollada en tacita de lo que sus propias posiciones radicales daban a ,ente~der, mientras
varias direc.ciones. representadas en parte en Structure aM Proe~ss in Modun Sod~lies
(Nueva York. The_ Free Press, (960) y Sociologicaf Theory and Modern Sodety (Nueva York. (46) RaJf Dahrendorf. Pfadt aus Uropia (Munich. R. Pipcr & Co.• 1967), págs. 268·269.
The Free Press, 1967), dos colecciones de trabajos quc no desmerecen de los titulas de los (47) H. P. M. Goddijn. Het Funklionalisme in de Soci%gie (Assen. Van Gorcu~. 1963),
libros que las, recogen. cap. 4.
- ... : ...

/54 ROBERT K. MERTON .'1;\'.'1/./.11/.\' ! ·:JIU/'. .: ·!-'.f!. ::':: :..v'OOL00.:..... /55


Merto" era siempre mucho más marxista que sus silencios sobre la cuestión para rechazar 'el estereotipo que lo_describe como «sociología consen~
hacian pensar ... Merton siempre conoció a Marx a fondo y ha estudiado rneticu· suah,. Después de todo no es un accidente (como suele decirse) que
losamcnte los matices de la' controversia e"n la cultura marxista viva. MerlO"
Lewis Coser, un continuo exponente de -la tradición discrepante del
desarrolló su análisis generalizado "de las diferentes formas del comportamiento
anormal localizándolas dentro de una formalización sistemática de la teoría de análisis estructural, adoptara como tema de investigación los dos focos
Durkheim sobre destruc.cfOn de eS/fue/uras, desde la cual conseguía distanciarse gemelos que regiStra el título de su libro primerizo, The Functions of
analíticamente afincándqse tácitamente en una ontología marxiana de contradic- Social Conflict (50) (Las funciones del conflictosocial).- que luego pasara a
ción social. Quizá esta d¡'mensión' hegeliana del marxismo"es'Ia que'ha tenido el desarrollar Continuities in the Study of Socüi¡ Conflict (51) (Continuidades
efecto más prolongado sobre las r'eglas ¿útailticas de Merton, y lo que le predis- en el estudio del conflicto .social): y más recientemente, se ocupara de las
po#ne_ a ver la destrucción de estructuras como el resultado no-anticipado de las fuentes estructurales del conflicto social en su Greedy Institutions: Pat~
instituciones sociales que frustran a los hombres en su esfuerzo '-tior.'adquirir los terns 01 Undiw'ded Commilment (52) (In.rrituciones absorbentes: modelos de
mismos bienes y valores que estas mismas instituciones les han alentado a procu- cmrcga absoluta). .
rarse (48).

Estas obscrvaciones'~ob~e:comportamiento anormal, COIT'O las otras


. sobre conflicto social, están claramente en desacuerdo con la trillada e
inmutable idea •.de uso corriente en alguno_s sectores soCiológicos, según
I LA ESTRUCTURA COONlTIVA PLURALISTA DE LA SOCIOLOGIA

la cual una orienta¿iOn' teóricá llamada «(sociología del confliéto» se


opone inevitablemente al tipo 'de análisis estructural que estamos discu·
tiendo aquí. En cierta manera, Dahrendorf, Goddijn, Gouldner y no
II Esto en cuanto a un aspecto sustantivo de esta variante de análisis
estructural en tanto que orientación teórica. Como ya hemos señalado
brevemente y consideraremos ahora de manera más extensa, esta~orien­
I
poco"s más han demostrado la falsedad de esa afirmación antes de que tación ha sido asociada e,n:_suaspecto _rn~tateórico con una particular
llegara a extenderse. El arraigado prejuicio atribuye a este tipo de aná- .imagen del ~apa cognitivo"dc la socio~ogía. '
lisis estructural la ocult~ suposición.de que las sociedades o los grupos , """En -esa- imagen, la sociología tiene una pluralidad --de orientaciones
gozan de un consenso total de .valo"res, normas e intereses. Esta suposi- tc~ric~s -papldig~as distintos y teorías de medio alcance- más que
ciÓnatribuida (más que documentada),·contrasta a todas luces con la una sola tC,tl.ria, completa ya,existen.te ,_o" a punto de ser' formulada. Este
suposición de que los conflictos ·socialó·s son de alguna manera inhe- tipo de imágenes está relacionado con el problema de la forma de los
,rentes a la sociedad humana. Pero, por supuesto, 1,05 conOictos sociales diferentes modelos de estructura y crecimiento del conocimiento cientí-
no se pueden producir sin un choque de valores~ normas o intereses fico en general, problema que ha vuelto a entrar más recientemente en
diferentemente compartidos por cada una de las formaciones sociales ·el dominio de la sociología a través del acceso abierto por la filosofía de
que ~ntran 'en conflicto"",s.:oÍrio hemos señalado en la _estipulación la ciencia. Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend y Naess se cuentan
número ocho, es precisame-nte'~stc tipo de 'diferenciación de intereses y entre las principales (en algunos casos, carismáticas) figuras en reno- el
lo
valores socialmente modelada} qUe\llcva a afirmar al análisis estruc· . vado debate entre pluralismo y monismo teóricos. .
tural, queJos conflictos sóciales no son simples casualidades, sino que Este tema se examina aquí por varias razones. Por 'una parte está en
están enraizados en I'a.. estructura social.~(49). . linea directa de continuidad cognitiva (aunque no histórica) con el
Dejando totalmente a un lado las observaciones de Dahrendorf, debate que tiene lugar en la sociología desde los años cuarénta. Ese
Goddijn y Gouldner y mis reiteradas precisiones en el mismo sentido debate contrastaba el ideal y la perspectiva de un sistema teórico omni~
sobre el desarrollo del .análisis 'estructural, existen pruebas abundantes comprensivo con la imagen de una multiplicidad de paradigmas consoIi~
dados de cuando en cuando. Por otra pa~te el tema es importante
(48) Alvin W. Gouldner, '«Foreword», en lan Taylor, Paul \VaHon y Jock Young. Th~
N~w Criminology: For a Social T/¡~ory 01 D~vianc~ (Londres, Routlcdge & Kegan Pau[, [973), (50) Nueva York, The Free Press, 1956.
pags, ix-xiv en págs. x-xi. (51) Nueva York. The Free Press, 1967.
(49) Merlon. op. cif .. 1971, págs, 796-797. (52) Nueva York, The Free Press. 1974.
/57
/56 ROBERT K. MERTON
i ANA LIS/S ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGIA
I Durante 105 años cuarenta, cuando estaba claramente revelándose
debido a que versiones deformadas de las doctrinas de Popper y de como jefe de una escuela que, tal corno él la veía, estab~ ~ás hecha de
Kuhn han empezado a- filtrarse en l~ sociología, particularmente a seguidores críticos que de discípulos, Talcott .Parsons antiCIpaba, yabo-
través de esa vecina de la filosofía de la ciencia, la sociologia de la gaba, por el monismo teórico. Como él)o expres~, ,«da tod~ la impre-
ciencia. Y otra razón. no menos importante es que la investigación en sión» de que la entonces vigente diverSIdad de tea nas ofreCIdas por el
este tema nos ayudará a situar el análisis estructural en el mapa cogni- «grupo proresionah. -la colectividad de los sociólogos- «ha de con-
tivo de la sociología. . . I . verger en el desarrollo de una sola estructura conceptuah. (54). Incluso
Empiezo Con la opinión, aparentemente paradójica, de que Taleatt en aquellos días remotos, y sin duda machaconamcnte desde entonces,
Parsons (al menos el Parsons de los años cuarenta) y Thomas Kuhn (por " uno de los alumnos de Parsons rechazó esta orientación monista, seña·
lo menos el Kuhn de 1962), usualmente considerados como diametral- lando la validez, y derendi<¡ndo la utilidad, de una pluralidad de teorias.
mente opuestos, hano"mantenido prácticamente la misma opinión en el 'El choque de opiniones no era menos prorundo porque se expresara en
problema de la estructura cognitiva, aunque no en el de los procesos de términos que se querían corteses aunque enérgicos:
cambio, de las disciplinas científicas. Los dos han sido monistas teó-
ricos, presentando la'imagen de un único paradigma abarcándolo todo ... cuando misler Parsons sugiere que nuestra larca más import~nte es ocuparnos
en las ciencias que -han alcanzado.la madurez: Parsons principalmente de la «tcoria,.. más que de las «teorías», tengo que oponerme enérgicamente. Lo
en el contexto de promover la adopción del monismo,.Kuhn en el con- cierto es que el término «teoría sociológica», como sería e2 caso co~ los términ~s
«leoría física,.. o «leoría médica_, es, a menudo, enganoso. SugIere una mas
texto de su conceptualización descriptiva de la «ciencia norma}).
Para funclamentar:esta'opinión hay que descender a más detalles,
estrecha integración' de dh'ersas teorías en operación .de la que ordinariamente 5:
obtiene en cualquiera'dc esas disciplinas. Permílaseme tratar de aclarar lo que est~
debido a las razones que sehan dado antes y porque es especialmente el aquí implicado. Es evidente que todas las diseipli~as ti~nden hacia una c~e­
agitado antepenúltimo pasádo de una disciplina que crece rápidamente rencia lógica y empírica. Es evidente que la coe:ustenCIa lemp~ral de teonas
lo q'ue resulta opaco' para los sucesivos grupos de nuevos profesionales. lógicamente incompatibles crea una tensión que sólo. se re~u:lve SI .una u otra ~e
El pasado más distantc' lo conocen a través del estudio obligatorio las teorias se abandona o eS revisada de manera que se ehmme la mcoherencla.
de la doctrina, mientras que el enfoque institucionalmente establecido Es evidente, también, que toda disciplina tiene conceptos, postulados y teo~emas
en la frontera en movimiento .de la investigación lleva a un premeditado básicos que 'son recursos comunes de los teóricos, prescindiendo de la particular.
abandono de las ruentes de las ideas y hallazgos que han sido oblite- categoría de problemas de que se ocupen. . .
rados mediante su incorporación a los conocimientos que ya figuran Difcrentes teorías entraijan con frecuencia, por supuesto,'collceplos y postulados
que.se superponen en parte. Pero el hecho significativo es que el progreso de. esas
dentro del canon (53).
disciplinas consiste en elaborar un ;Implio número de teorías específicas para
ciertos lipos de fenómenos y en explorar sus relaciones mu.tuas, y no en centrar
la atención en una.«teoría» como tal.· :.:." ,;.. " .
(53)~ Los historiadores y los sociólogos de la ciencia estan obligados a tener en cuenta
Concentrarse únicamente en un esquema c~neéplual :~aestro para sacar de ~i
este modelo de _cancelación de fuente de ideas o hallazgos mediante su incorporación al
saber aceptado» (Merton, op. dI.• 1968, pags. 28, 35, 38). Deslrucdon defuenu en el eSlricto toda la 'teoria sociológica eS correr el riesgo ~e' producir en el. siglo XX equiva-
sentido de borrar toda trua de los orígenes es el caso límite en la ascendencia del conoci- lentes de 'los grandes sistemas filosóficos del pasado, con .ted.o. su pod.er d,c ~uges­
miento científico e incluso entonces vale rundamentalmente sólo para los jornaleros' de la lión. todo su esplendor arquitectónico y toda su eSlenh~ad CIentífica (el
ciencia. Todas las disciplinas,científicas: tienen algunos profesionales que se complacen en subrayado no estab.a ,en el original) (~5), .
mantener viva la memoria. de los que han desarrollado ideas, aunque según mis limitados
conocimientos, nadie tantp como Paul Samuelson, maestro constructor de esos trenes mero th~ Shoulders oJ Giants (Nueva York, The Free Press, 1965), pá~s. 218·219, la cancelació~ de
cancías de epónimos que inmediatamente alcanzan las lineas principales en una genealogia ruentes eruditas o cicntificas ocurre a menudo en for~a de pahmpseslos en los que escnlos
de ideas (oICun exacto modelo Hume-Ricardo-Marshall de comercio internacional» puede posteriores hacen desaparecer otros anteriores.. .' . .
servir corno ejemplo de la variedad entre guiones aunque una investigación mas prolongada (54) TalcoU Parsons, «The Posilion of Sociological Theory», enAmt~ican Sociological
descubriria con toda seguridad un tren de mercancías tan largo como el del tipo de con ti- R~litw. 13 (1948), págs. 156·{64 en pág. 157. . :.
guidad ejemplificado en «la tcoria económica de los numeras indices asociada con los nom- (55) Robert K. Merton, _The Position of Sociological Theory», en AmerIcan SOCIO/O-
bres de Pigou; K6nl:ls, Keynes, Staehle, Leontier, Frisch, Lerner, R. G. D.Allen, Wald y mis gical Reliew, 13 (1948). págs. 164·168 en págs. 164-165.
propias leorias de preferencia descubierta,.). Corno he tenido ocasión de hacer notar e!1 On
/58 ROBERT.K, MERTON ANAUS/S ESTRUCTURAL t.'N SUC/ULü,,/,·¡ /j~

A la vista de las diferentes doctrinas pluralistas que ahora llenan las sociedad se veían suficientemente escarmentados por la experiencia
revistas de la filosofía de la ciencia. es todavía más interesante que esta como para reconocer el carácter ver~aderamente modesto de sus logros
rudimentaria propuesta de una pluralidad de teorlas de alcance medio teóricos. La noción de paradigma, sin" demasiada cohesión p"ero mucho
describiera la teoría sociológica real como compuesta sobre todo de más conveniente que el pozo sin fondo'del puro empirismo, proporcio~
«orientaciones generales») toscas y'poco trabadas en lugar del tejido de naba una descripción y una razón de ser a lo que estaba sucedien'do.
grano fin'o y muy apretado de la'«teoría hipotético-deductiva» de la que aunque sin forzar a que se abandonara toda esperanza de convertir los
tanto se hablaba por entonces .. Por ejemplo. se hacía notar que paradigmas en construcciones te~ricas más amplias y más exigentes.
Como mini~estructllras de ideas básicas; conceptos"problemáticas y
. buena parte de lo que se describe en los libros de texto como_.teqría sociológica' hallazgos. se consideró que los paradigmas representaban una posibi-·
consiste en o,ielllaciones genera/es.-sobre materi'ales sustantivos: Tales orienta- ¡idad sin pretensiones, pero organizada, de conseguir un tipo limitado
ciones llevan eonsigo amplios postulados que indican tipos de variables que de de conocimientos científicos. Se los consideró como algo intermedio
alguna manera hay que lener en cuenta en lugar de especificar determinadas rela~ entre lo que Lcontícf había descrito en aquellos días corno «teorización
ciones entre variables particulares. Aunque estas orientaciones Son ,indispensa- implicitU»), con su ausencia de control teórico, y la teorLzación hipoté-
bles, proporcionan tan sólo el más amplio de los marcos imaginables para la
tico~deductiva. con sus elaborados conjuntos de proposiciones basadas
investigación empírica (el subrayado no estaba en el original) (56).
empíricamente y lógicamente interdependientes (59). Finalmente, en
contraste con el 'cientifismo de la época' y el movimiento de '«unidad de
r:.sta fue la razón de que, a'partir de los años cuarenta, algunos de la ciencia», la noción de una pluralidad de paradigmas sin demasiada
nosotros, propusiéramos' la' terminología' de «paradigmas» y «orienta- cohesión evitaba a los sociólogos el adop,tar las comparativamente
ciones teóricas» para referirnás:'a la estructura teórica de la sociología maduras ciencias físicas, químicas y biológicas como modelos "apro~
realmente operante. Aquellos ,fúeron los días en los que yo empecé a piados en lugar de, en algunos aspectos, como simples modelos de refe-
aludi'r al carácter y funciones de los paradigmas en· sociología y hallé rencia con los :que establecer un contraste.
paradigmas válidos para el 'análisis funcional y para la sociología del
conocimiento;' paradigma's' concebidos para identificar suposiciones
básicas, conceptos, próblemátlcas, y tipos de pruebas pertinentes (57),
Quedó para Raymond Boudon la tarea de clarificar y explicar la distin- : K UHN y EL ANA LISIS ESTRUCTURAL
ción entre teoría sociológica propiámente así llamada y paradigmas y, a
través de 'su tipología de los paradigmas, indicar sus usos característicos Esta situación de Jos sociólogos, trabajando de manera diversa en
y sus limitaciones (58). . sus tareas en un estado de modestia i,mpuesta por la realidad, se pro-
Una razón para la inmediata'aceptación en aquel momento del con- longó de 'manera visible a través de gran parte d.e los cuarenta y de los
cepto-de, .una pluralidad de paradigm~s; se presenta a la mente por sí cincuenta (de la misma manera que", a pesar de algunas opiniones
misma. Y es que representaba el estado real y no el ideal remoto de la actuales en contra, ha continuado desde entonces el .uso de los para·
o ciencia social. Aunque importantes regiones de la economía e incluso digmas múltiples), Luego vino 1962 y la aparlcíón pública de The Struc-
de la psicologla se consideraba por entonces que habían desarrollado ture oJ Scielllific Revol"tio/ls por el físico y filósofo de la historia de la
sistemas teóricos razonablemente bien trabadas, tos científicos de la cíencía, Thomas Kuhn (60), Resultado de casi quince años de medita-
ción lentamente cristalizada, la monografía empezó a tomar su forma
(56) Robert K. Merton, 4I:Sociological Theorylt, en American Joumal o/ Soci%gy, 50 final, de manera muy apropiada, durante la estancia de Kuhn en 1958:
(1945), págs. 462-473. ,
(57) Merton,op. cit., 1968, págs. 69~72. 109, 514, Y Robert W. Friedrichs, «Dialectal
Sociology: An Exemplar ror the 1970s., en Social Forcu, 50 (1972), págs. 447-455. (59) Wassily téontief, -ocImplicit Theorizing: A Methodological Critieism of the Neo~
, (58) Rayrnond Doudon, fiNales sur la Nolion de Théorie dans les Sciences Sociales., Cambridge School .. , c=n Quarler/y Jouma/ 01 Economics. 51 (1937), págs. 337~351. "
en Archives Europ¿enncs, de SOci,ologie. 11 (1970), págs. 201~251. (60) Op. cit.. 1962.
ROBERT K. MERTON ANALlSIS ESTRUCTURAL EN SOCJOLOGIA 161

difusión de la inspiradora idea de Kuhn. Puede que, por C! contrario,


esa gran variedad de significados haya contribuido a su rápida expan-
sión. Porque como lo atestigua la variada literatura que hace uso de 61,
el paradigma de Kuhn sobre los paradigmas ha significado las cosas más
diversas para los más distintos profesionales· en los más düe'rentes
grupos y comunidades científicos y filosóficos, exigiendo de su autor, en
ocasiones, denegar ideas que le atribuÍart sus discípulos auto elegidos
más entusiastas. (Confrontado con las atribuciones hechas por estos dis-
cípulos, Kuhn debe de tener periódicamente la tentación' de exclamar,
al modo de aquel erudito victoriano que pasó gran parte de .su largo
exilio en el Musco Británico: «le ne suis pas Kuhniste.») Para· nuestros
propósitos inmediatos, el paradigma de Kuhn se puede interpretar por
encima de todo como afirmando que al menos las ciencias «maduras»
en sus prolongados períodos «normales» de solución de rompecabezas
. .. se caracterizaban por el pleno consenso sobre un paradjgma~ Así. al
. . > . • d 1 rb de Kuhn es auto- parecer sin que fuera ésa la intención de Kuhn, pero con su poderosa
Desde diferentes perspectivas, el destino e I ro. .
cjemplificador. Ilustra la influ~ncia Y la ocasi~nalmente Imp~r~~~ad~~~~ colaboración involuntaria, el libro propuso, aunque no llegara a lanzar,
"d d 'creída por un-paradigma bien selecclOnado, aunqu . la Doctrina del Paradigma único. ¡
r~ a CJ .• de la variedad anterior a Kuhn. ProporcIOna un Kuhn proporcionó amplia oportunidad para 'esta lectura selectivá de
SJad.a ~oO~:SI~~ticas suposiciones hechas explícitas, conceptos fundamcn.
4

su libro de 1962. Ejemplos presentados de forma sucinta (sobre todo al


~~l~~nuna serie de problemas. Y una t~c~ta tipología de ~.r.ue~~:~~~~~ sacarlos deliberadamente de sus contextos, claramente.ignorados por
d ello aprovechando cxphcltamente Y tam len • los críticos y, lo que es todavía más significativo, por Jos supuestos par-
~~~~e~.y ~es~rrollandO de manera notable ideas antcrior~s dchla fi~oslofd¡a tidarios): «Normalmente, los miembros de una comunidad científica
. . • "d 1 . . F e comO Kuhn a sena a o madura trabajan a' partir de un único paradigma o de un ·conjunto· de
histórica Y de la soclOlogm e a cienCia. u. • ., f d
después con rrecuend.a, un. esfuerzo de codlficaclOn el1 esta es era e paradigmas estrechamente relacionados» (63). Kuhn también se
refiere, en mas de una ocasión, a «la· recepción de un paradigma
con~~~~~~~~o~oncePto de «'p"aradigma>; de Kuhn e'ra lo suficientcme~.te comúO)) por «la comunidad científica» (64). Es, sin duda, este tipo de
oÍivalenté como para permitir que un analista favorabl.c~cnte IS- afirmación (65) diseminada por The Structure o/ Scielllific Revolutions lo
~Ul:sto extrajera 21 sentidos distinguibles (62). Como. es facl\de co~­ que llevó al invencible Imre Lakatos a observar con énfasis.doblemente
prender, ·la m~ltip1icidad de. significados na fue o.bstaculo a a amp la redundante que ~(Según la opinión de Kuhn de 1962, los campos m,ás
importantes de la ciencia están siempre, y tienen que estarlo, domi-
nados por un único paradigma supremo. Mi .enfoque (siguiendo a Pop-
per) permite la existencia de programas .rivales de investigación que
(61) Kuhn, ·op. cil .• 19~~, Pfag . ~ t Masterman quien· nevó a cabo la considerable
crezcan simultáneamente, En este sentido -y estoy seguro de que la
h~6i~ d~~i~~~~SC~~;~os:!~ e~~o~~e~tf~~~~~~:~~:s:l; S;:r:~~;~: ::~~~!~:~!~i;:~!~~:~~;
rencias pueden quedar reducld.as a unas P •. ·.s cuidadosa incluso amoroso. véase
~ociológicos Y paradigmas fabncados. par~est~.anahSlen trore Lakatos y Alan Musgrave. (63) Kuhn. op. cif.• 1962. pág. 161.
(64) ¡bid.• e, g., pago 162, . .
Margaret Maslerman, «The Nature· of a ara llg~., K hn La. mas considerada Ycom-
. .' 5990 Como hace notar e mLsmO u • « .. (65) Sin embargo, los·que quieran otra lectura dirercnte, ,encoillraran gran abundancia
editores: .op. cll.. p.ags. d - . l. r 'd d de sentidos en que Kuhn usa el térmmo ha Sido de afirmaciones en el Kuhn de 1962 (e. g.• pág. 165) en que se aluqe a paradigmas múltiples
pleta enlica negativa. e esta mu tlP ICI a f S. tilic Revolutions. en Philosophicat
hecha por Dudlcy Shapere, «The. Slructure o cLen • incluso en comunidades cientificas presuntamente. «maduras. durante sus períodos «nor-
Review, 73 (1964). pags . .383-394.: .. males» dedicados a la «solución de rompecabezas». .
AMBI\'AlEl'OCIA SOCIOLOGlCA y OTROS ENSAYOS.-I'I
ANAuS/s ESTRUCTURAL EN SOC/OLOGlA 163
ROBERT K, MERTON
/62
, d rdo- no es "monoteórico"el enfoque tcnninado de otros. todos defendiendo sus opiniones sutilmente diferen-
rofesora Koertgc -estara e acue 66) ciadas en la actual tumultuosa filosofía de la ciencia, Ese examen
P 'd res de poppen> ( ,
de ninguno de los scgUl o . l Kuhn de 1962 tal como era tendrá que esperar para otra ocasión. Sin embargo,· hay que hacer notar
Ese.era el Kuhn de 1962; °c~nmue:~:;i~O que ejempli~ca las normas que las ideas utilizadas en esas discusiones han· sido adaptadas, a
entendIdo de manera gene:aJ. h ha esforzado conSIderablemente menudo en versiones deformadas, por sociólogos que encontrarían
institucionales de la CIencIa! K u n s~rificar sus ideas anteriores Y en ayuda y consuelo para su total relativismo' y subjetivismo en lo que con·
desde entonces en rc·examiO~r Y e a's cauta a la luz de los recÍ- sideran como doctrina de Kuhn, e incluso en las doctrinas de Popper y
d' .• d 1 de manera rn ,
comunicar -o, IClcn o o .. '. t alegados por los filósofos de la Lakatos. Excluyendo la discusión en este momento, únicamente puedo
procos malentendidos pand:mlcamen el (67) Lo ha hecho respon· afirmar que ni el Kuhn, de 1962 tal como él mismo se describe, ni el
.' sar- sus Ideas actua e S . . Kuhn: de los primeros años setenta proporcionan ese· deseado apoyo
CienCIa, en expre .. . ducido entre colegas de diferentes
diendo al fuerte impulso cntlc~ pro •. as que se comportaban de lleno de autoridad (69), que sólo puede.proporcionar clKuhn, recons.
estas) creenCias lcarle • . truido, caprichosamente imaginado po·r .sociól~gos. subjetivistas.- Más
(aunque supeepu . . ' I de la ciencia conocida durante
acuerdo con esa norma in~~lt~cIOn~rganizadO (o sistemático)), Y que
algún tiempo como «escep .1ClS~O d'f' '1 de conseguir, auto crítica en el (69) Esta diferenciación de identidades y de /a imagen adscrita a cada identidad. sólo· es
'( mutua y la aun maS 1 ICI . .
exige l acn lca ' . 'brcamente nuevos conOClmlen~ continuación de algo que amenaza convertirse en practica tradicional entre filósofos de la
proceso de proponer o valorar pu 1 . ciencia. Lakatos parece haber iniciado esta práctica.cuando. en /968, distinguió tres Popper:
tos (68), '. . ' I bre el paradigma de Kuhn Porrero' fiEl dogmatico refutador que nunca publicaba»; Popper •• «el ingenuo refutadon~: y
Los vigorosoS de?'a~e.s mlllt~lat:;: ~~r:~ñO en la reciente filosofía de Popper J fiel refutador sofisticado':. Véase tmre: lakatos, IICriticism and the Mcthodolqgy of

han producido una blbltot~ca d b 1 fi sté próximo. Pero no es éste,


Scientific Research Programmeslt. en Proeudings.o/ rh"e Arislolelian Societ)', 69 (1968),
ue págs. 149-/86: y . . Fa/silication and the Melhod%gy of Sdentific Research Programmes»,
la ciencia: Y no pued~ decIfse qd e lOeexaminar en detalle ni siquiera op. dI.. en pág. 181. Feyerabend¡ recogió esta práctica éomo . . critica irónica» dc La.katos en su
, d I el sitio adecua o para . . referencia a Feyerabend. (un «seguidor de Popperlt). Paul Feyembend, flConsolations for the
sin du a a guna, . ,.. . tantes en esas dISCUSIones que
los ingredientes soclologlcamente l.mp?r ra instancia pero también un Specia/ist». en ¡rnre lnkatos y Alan Musgrave. editores, op. dI" ·pags. 197-230 en pags. 214-
2/5. Después Kuhn pasó a distinguir Kuhn •• autor del ensayo tCRellections on My Critics» y
incluyen a P apper. Y a Kuhn
'
en Casi pnme '
" t e ellos, a Lakatos, Quine, Feyera· de un libro de título ahora muy conocido publicado en 1962 por Kuhn l ..... el autor de otro
abundante acompanamIento. ~n; Naess Watkins Wisaom, Schef- libro del mismo titulo..• dtado aqui repetidarnt:nte por sir Knr1 Popper... Tham·as S. Kuhn.
bend, Toulrnin, Putnam, Agassl. h ye~ hen ~sí como 'un número inde- . . Rellection on My CriticSlt, op. cit., pág. 231. Al men·os en una ocasión. el mismo. Popper no
fIer, Shapere, Musgrave Y Jonat an o , ha querido darse por enterado de esta diferenciación de identidades. «•.. no quieto ocu-
parme aquí de las distinciones del profesor luk:llos entre Po"ppero' Popper. y Popper!».
. . ' the Methodology of Scientific Rese~rch Pro- VCase Popper..... Replies lo My Criticslt. en Paul A. Schilpp, editor, The Philosophy o/Karl
(66) Imre Labtos. IIFalsllicatlon. and . a s 91_195,y «H¡storyofSclC:nce and Popper (LaSalle, IIlinois, Open Court, 1974), pags. 961~1197 en pág .. 1186. n. 70a. Como tác-
grarnrnes», en LakatOS Y Musgravc, edlt.~rc~·~~h~'~·' :di~o'res op. cit., pago 177. LakatoS res- tica po/cmica y de exposición, esta multiplicación de los entes recuerda a Alfred Korzybski
Its R;tional Rcconstruction». en Buck an ' ocasión' alumna suya Norctta Koertg.c • (Scienee and SanjfJ' ILakevil/e. Conn .• The International Non-Aristotelian Library Publishing
ponde aquí a la tCacusación ll de la que. f~e ~n ~:'''¡a ciencia es «monoteórica», es deCir, Compan)'. 1949. tercera.edición/). Como comportamiento, llama la alención de los soció-
se ún la cual su explicación deI er:~lmlen ? 'm ortantes ocurren en el contexto ~e un~ logos de la ciencia sobre el síndrome recurrente, en las controversias cientificas. de haber
L:katos alinna que «los procesos cn~lcos ~as !. p Noretta Koertg e , «Intra-theoreuc Cn- sido malentendido. o, al menos, de haber sido, reproducido de manera inexacta. La repetición
, . ama de·lnvesugaclOn». S d· . the de esta queja tan común entre eruditos·y Cientilicos invita a .Ia reflexión sociológica can
sola teoría o de un un/eo progr k d R Cohen editores, Boston tu les In
ticism and the Growth or Science". en R. BUI'j lan d 'R... idel' 1971). Es sintomatico, desde may~r profundidad que /a breve incursión hecha por Merton.· On· Tlleorerical Sociology
I 8 o (Dordrecht o an a, ... • I 'C o (Nueva York, The Free Press, 1967). págs. il-22, Un problcma emparentado y que requiere
Philosophy o/ Sdrnce , vo .. ' .. 'tratndo como insostenible tnnto por e cn IC
luego. que el s~~uesto mOnismo leon e.o sea .. . investigación por purtc de los sociólogos de /a ciencia es el de la manera de IlPcrar del
como por el cntlcado. . 1969 P cif : tCReflections on My Cntlcs lt • op. CIf., «escepticismo organizado». l:ls diferentes di~eiplinas dilieren, al parecer. en sus modelos de
(67) Thomas S. Kuhn, "postscnpt- », ~ ·k S·' editor Tlle Strucwre o/ Scirntíflc competición cognitiva y de conflicto. los sociólogos mismos parecen eternamente sumidos
d· ms» en Fredenc uppe, ' en acaloradas disputas. Quizá /0 eSlén más que la generalidad de eruditos y científicos, pero
«Second Thougths on Para Ig . ' . 4) á s 458-482.
~heorirs (Urbana, Uni~ersity of l.lhno~~4~;~~~' 2~~~278,Pp!s;im: y Norman $Iorer. Tlle Soci~~ sin duda no más que la recíprocamente destructiva tribu de los actuales filósofos de /a
ciencia, cada uno de cuyos miembros está ocupado en anunciar con gran \'igor sus propios
(63) Merlon, op. elf.• 1973, pags. . hart & Winston. 1966), págs. 77-79. 87-88. II
Srsrenl 01 Scienee (Nue~a York, Holt. RlOe éxilos mientras alcgremente rechaza los de casi todos los demás.
126.
:~
ROBERT K. MERTON ANAUSIS ESTRUCTURAL EN SOCiOLOGIA 165 1
. I
164
(Butterficld, 1951: SamueJson. 1974 c'n pago 76.) ·í
allá de eso, 'hago notar que las recientes repeticiones y re-repeticiones i
1
b) Continuidades y discontinuidades en el desarrollo ciellliflco.
de Kuhn me paree'c, como evidentcm~nlc también le parece a él. que (D. T. Campbell, 1970·. 1974; Toulmin, 1972; Cohen, 1973.)
son, en susaspeetos sociológicos, parte de un todo con l?s m?dos de 4. Demarcación entre ciencia)' no·ciencia (en particular, pseudo.ciencia):
análisis estructural que se han ido desarrollando en la soclOlogm de la (Popper. 1959, 1962, 1972. 1974; Lakalos, 1974; Musgrave, 1968.)
ciencia a través de los años (70). 5. flechas cargados de teoría e instrumelllos científicos.
. En lugar del ,muy necesario _examen detallado de este as~n~o. puede (Kuhn, passim: Norman Campbcll. 1920 cn págs. 101·112; Henderson, 1932;
ser útil presentar algunos de los principios (y, de manera mas Irregular. Parsons, 1937 en pags. 28, 41~2; Hanson, 1958.)
sólo algunos de los protagonistas, teniendo en cuenta que Popper y 6. Demostración de falsedad y confirmación en la im'estigación científica.
Kuhn están en todas partes) utilizados en el desarrollo de los debates. (Popper, passim; Walkins, 1964; Lakatos, 1970; Musgrave, 1973.)
7. SubjetiL'ismo)' relatb'ismo.
Hasta donde yo he sido capaz de descubrirlos, éstos incluirían al menos
(Kuhn, Popper. Lakatos, passim; Scherner, 1967. 1972.)
los siguientes problemas y subproblemas (71) conectados de diversas 8. SubSTrato social de la ciencia (<<la comunidad cientijica»).
maneras: (Polanyi. 1958; Kuhn, passim: Pricc, 1961, "1963; D. T. Campbell, 1969; Thac-
kray. 1974.)
1. Monisl1io y plur~lismo teóricos (72). .
(Popper, Kuhn, ,Fcyerabcnd, Naess, Lakatos. ~admt.zk~).. _ .
2. Inconmensurabilidad de paradigmas. matr!e,'" d¡selplmar/as, f'jemplarc.r Se trata, claramente de un lentador conjunto de problemas no sólo
(Kuhn); programas de: investigación (Lakatos); imágenes de ciellcia (Elkana); para la investigación filosófica, sino también para" la sociología.
c}¡emala (Hallan); paradigmas, orientaciones teóric?s gefl~rales (Merton).
3. Acumulación selectim de conocimientos cielltiflcos (lIIc1uyefldo el problema de
las progresims y dege"erante~ tra"sforma~iolles de problemas).
(Childe, 1956;" Lakatos, 1970; Agassi, 1963; Kuhn, 1962. 1968; Radnitzky,
1971; E1kana, 1974.) ... . .. Los usos DE LA DIVERSIDAD
a) Perspectivas" H-'hig; alJti.Whig y atlli·arlli.W/¡ig sobre el crecimiento y desa·
rrollo de la ciencia.
Volviendo a mis; observac:iones sobre "l~""tln"unciada "cFisis~e",~a,soc;iaM
(70) Thamas K~hn, HiSI~ry "~rSciencelt,
"i<The Encyc/opedi~
en Inlrrnationol olthe Social logia, propongo que, si bien launific';da consolidación dé parádigmas
Sci/!nc/!s, vol. 14 (Nueva Yor~, The Macmillan Ca. y The Free Press, 1968), pags. 74·83 en sigue" "siendo"""un"ideal dertip"o"T"de Pareta, "útil per.o distante, una plura·
págs. 80·82. " " lidad'de"paradigmas tiene sus propios lis"ós en -una~dis"Cip1in"a"cn evolu-:
" (71) Para obras que no sé hayan citado previamente, véase la lista adicional de referen·
ción. Porque, como algunos de ~osotros heIllos venido repitiendo
das. págs. 170..172. "" " . . ' monótonamente durante décadas, los paradigmas tienen diversas fun-
(72) El término «pluralismo teóricolt se adopta aqUl en el sentido amplio de una plura.
lidad de hipótesis. ideas o, dentro de ese terreno, teorías y paradigmas rc\acio~ados c~n.c:1 ciones' cog"nitivas de la misma manera que tienen diversas rUliCiótÍes"
crecimiento de "una disciplina científica. El término no se emplea en el sentido espeCial sociales para las"colectividades"de científicos que se dedicarCa"'desát"fó":"
usado por Feyernben"d y Klima de manera más enfatica y extensa, que no sólo aboga ~r la
«proliferación de hipótesislt. sino que. como Naess, Lakatos y muchos ot.ros senalan.
liarlos. Entre ot"ros."us()s, voy a ocuparme" ú"nicamente de dos.'
defiende una especie de dadaismo metodológico. Véase Paul Feyerabend, «~gamst M~thod: Primero, una pluralidad de paradigmas esiablece una gr,," 'variedad
Oulline of an Anarchistic Theory of Knowledge», en M. Radner y S. Wmokur, edLL?reS, de problemas para investigar en lugar de limitar pr.ematuramente la
Minn/!sota Studi/!s in the Philosophy 01 Sci/!nct. número 4 (Minncápolis, Universily of Mmne· investigación a la problemática de un único paradigma, supuestamente
sola Press 1970) Y Paul Feycrabend, Against M/!tllod: Gullin/! 01 a" A"archistic Theo~: 01 generalizador. Esta es una razón, por ejemplo, de por qué Keynes
Knowledg/!' (Londres. NLB, (975), y Rolf Klima, «Theorelical Pluralism. Methodologlcal
Dissension and the Role of the Sociologisl», en Sodal Sdenc/!s 1"lorlr/olio". 69 (1972). lamentaba profundamente que se ignorara el enfoque de Malthus sobre
pags. 69.108. Como el mismo Poppcrobscrva, «La idea del pluralismo Icórico na ~s una conexiones entre ahorro, rendimiento "y. provecho que" quedó siri
novedad. Bajo el nombre de MEI Melodo'de las Múltiples Hipótesis", su importancia me· publicar. mientras prevalecía el de Ricardo, describiendo ese dominio,
lodológica fue recalcada por el geól~go T. C. Chamberlin alllnal del siglo XIX It. Popper,
que duró todo un siglo, como nada menos que «un desastre' para el pro-
op. cit.. 1974. pág. 1187, n. 80. "
167
ROBERT K. AlERTON
/66
res o de la economía» (73). El' desastre estribaba más en no lIega,r a Esta formulación lleva directamente a un segundo uso .de diversos
paradigmas con sus más o menos diferentes problemáticas: éstos dirigen
~acersc ciertas preguntas que en las respuestas a las preguntas que SI ~e
hacian O pasando de cuestiones importantes a otras de menor cuantl:l, la atención de los investigadores a diferentes ~species de fenómenos a
fue en' l~s difíciles cuarenta (no en los difí.c,ilc s s~scnta 0. se~en~)
tra\'és de los cuales cada conjunto de problemas se puede investigar de
manera ventajosa. Esto no es una ·cuestión accidental o de menor
cuando un paradigma incluía. est~ observaclon baJo el eplgra e e
importancia. No es coincidencia, por ejemplo, que el análisis estruc-
"Conceptos de Dinámica y CambIO»: tural de la variedad marxiana elija centrarse en el cambio histórico en
~. 1 pectos estáticos de la cstruC-
Los analistas funcionales tienden a.IIJarsc en os as , r' I las estructuras de clase en lugar de en la rutina de la diaria interacción
lura social y a descuidar el estudio del.cambio estructural. Este en aslS en os social, de la misma forma que no es coincidencia que la etnometodo·
aspectos estáticos no es, sin, emb~rgo. mherente. logia se centre en las reglas tácitas que ponen de manifiesto las interae.
ciones rutinarias entre individuos a lo largo del día en 'Iugar de en la
y más adelante: dinámica de la cambiante estructura de clase. El conjunto de problemá.
. . . r i l O de faliga y tensión en el nivel (icas embebido en los diferentes paradigmas :dirige la 'atención hacia
El concepto de disfu.nción, que IffiPdlca ~ ~o~~:f¡tico para el estudio de la dina-
estructural, proporciona un punto e VIS a direrentes -lugares; objetos o materiales estratégiéos de 'investigación
mica y del cambio. que mejor exhibirán los procesos, mecanismos o-disposiCiones estructu·
rales que han de investigarse. Así, el conocimierno queda incons~iente.
Y. todavía dirígié;,dose;~1 p~n\~[o:~'J:~:a~~:t:t~ro:;~:g: ~~~au~: Pp:~~ mente confinado a la comprensión de materiales limitados que exhiben
~:;~n~~;i~~t:O~':~~~~~~CI~ ~e prior.idad de interés en el curso de una los fenómenos de interés teórico (76). En el grado en que los;para-

investigación teoflca~ente onentada. interés como algo probablemente integrado en moldes de «premadurez, madurez y pos·
'. ' 1 analistas funcionales sobre el concepto madurez", de las contribuciones a la ciencia. Sobre las disrunciones de las ortodoxias mono-
La preocupación predommantc entre o.s. de los fenómenOS de desequilibrio polistas en la ciencia que dan como resultado t:desequilibrios acumulativos» de atención en
de equilibrio social" ¿distrae la .aten clOn la investigación y sobre las runciones de con nielo cognitivamente regulado para corregir ese
social? (74). , desequilibrio. \'éase Merton. op. ál., 1973, págs. 57-58; Gcrard Radnilzky, «Philosophy or
E casos corno é~te ~l probl~ma no ~s tanto detectar l~ cont:~dic~,. Science in a Ne..... Key», en Melhodologyand Science. 6 (1973), págs. 134-i78 en pág. 136; pa.ra
cioiú:i>-s'ristanfivaS-efitr~ 'pifrad-lgmas, sino-'consid~ra.r s.us problematlcas. un an¡j,lisis de ocel desequilibrio entre orientación psicológica y sociológica en el tema de la
ambivalencia",. véase Merton y Elinor Barber, op. elf., pags. 9)·94 (en este volumen,
Los paradigmas difieren en que enfocan gamas dlstmtl~dasdde .prot?;emas págs. 16·18). .
.. It d· l que' una comUfil a cien u1ca se (16) Como Frank Beach ha explicado, duranle cierto tiempo más de la mitad de los psi-
de investigaclOn.,Como resu a o, c_ _' _ ,'''' --", _ '. - ---"'1
. l ' --'''-t'
adhiera exc USlvamen e -".-"-un---:'p·'aradigmá , séa el'quc fuere,
. onentara a
---
cólogos experimentales americanOS se limitaban a' una especie, la rata, como organismo
experimental. Véase Frank Beach •• The Snark Was a Boojum», en American Psychologisr, 5
atenéión de los científicos en el sentido de ~a~:rles CO~_~~,~t,~~r~ _~~:na (1950), pags. 115·124. Ernst Mayr observa ciertas implicaciones'en semejante limitación en
limitada gama de problemas -á experisas de no, ~t~~de~ a otrOS. e loa objetos de investigación e intereses investigativos: .Gran parte de la ,reciente controversia
. ·dad ·Ia teoría monista se hace disfúÍlciOnal para el progreso de en los trabajos sobre comportamiento animal puede entenderse ,mejor ahora que nos damos
esa' prIori • .d t t nto
otrOs tipos de conocimiento en, ese campo: Parece ~Vl ~n e: por a d i cuenta de las importantes direrencias entre comportamientos controlados mediante pro-
gramas genéticos cerrados o abiertos. los ~tólogos se han interesado básicamente en señales
que los escrupulosos defensóres del mOnismo teónco aran caso e especificas de la especie y en su evolución. Las comparaciones, entre diferentes especies ha
aviso: caveal prreemplor (75).· sido de gran interés para ellos. los psicólogos experimentales clásicos,"que se interesaban
fundamentalmente en los aspectos neurofisiológicos y de desarrollo del comportamiento,
. :' . '. h vol X de The Colftcred Writings alJohn
casi de manera invariable trabajaban con una sola especie. Su ¡nteres primario se centraba
(73) John Maynard Keynes, Essa~'s In BIOgrart~' 1972) págs. 98.99. Publicado original- en aprendizaje, condiCionamiento y otras modificaciones del comportamiento. Abordaban
Maynard Keynts (Londres, The Macmlllan PresS ., • , el comportamiento con el interés del psicólogo, y los fenómenos que estudiaban eran, en
gran medida, aspeclos de comportamiento no comunicativo, como el salir de un laberinto o
mente en 1 9 3 3 . . s '107.;OS publicado originalmente en 1949. .
(74) Merlon,op: c":'. 1968, p~g . h' ducida por Joshua lederberg, Hamel selección de alimento.» Emst Mayr, .Behavior Programs and Evolutionary Strategies», en
(75) Una invcstlgacton todavla ~n ma~c ~de~~~cado este proceso de la prioridad de American Sciemisl, 62 (l974), págs. 650-659 en pág. 657.
Zuckerman, Yehuda Elkana y yo mismo a
/68 . ROBERT K. MERTON ANALlS/S ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA /69

digmas están intclectualm'entc' disciplinados y no son meramente un Examinando esta misma circunstancia desde la perspectiva de la
conjunto casual de intereses personales que apenas tienen poder cogni· sociología de la ciencia, tengo que informar. de que las variaciones en el
tivo, la diversidad lleva a iluminar aspectos muy distintos de la actua- número y diversidad de paradigmas en las disciplinas científicas siguen
ción humana y de la sociedad. incluyendo aspectos que con un solo siendo mal comprendidas. Hasta el momento, ningún modelo del creci-.
paradigma hubieran pasado inadvertidos. miento de la ciencia ha conseguido explicar la extensión del pluralismo
La diversidad de aspectos que requieren investigación proporciona doctrinal en diferentes disciplinas o en la misma disciplina en diferentes
otra' razón de por qué los paradigmas aparecen con más frecuencia épocas. Mucho antes de que el tema del crecimiento del saber llegara a
compitiendo a nivel social que cognitivo. Exponentes de particulares ser un renovado foco de investigación, las metara.ras más antiguas
paradigmas sociológicos compit'cn por el interés de grupos de nuevos implicaban ya sugerencias de un modelo u .otro. La metáfora de un
profesionales para que vayan adelante en su linea de trabajo de la «mercado de ideas» sugería procesos de producdón, distribución e'
misma manera que compiten. ~no. supone que de manera menos efec- intercambio bajo condiciones que iban del monopolio a la-libre compe-
tiva, por el interés:de, los grupos de veteranos que han estado usando tencia; el «foro de ideas» sugería una imagen de libre discusión sujeta a
otros, paradigmas para que los abandonen y trabajen con ellos. En procesos de persuasión y al ejercicio de difer,cntes tipos de autoridad; el
resumen: exponentes de paradigmas compiten en la asignación de todos «campo de ideas» llevaba consigo la imagen de un combate a muerte,
,los recursos que afectan a la distribución de la atención de los soció- rechazando la posibilidad, excepto en raros momentos de indulgencia,
logos en el amplio espectro del trabajo sociológico. Con más frecuencia de la coexistencia o complementareidad de,los paradigmas; y, para no ir
de lo que podría suponerse, paradigmas coexistentes en una disciplina más lejos, la metáfora de «una población de ideas» sugiere un modelo
como la sociología que evoluciona laboriosamente. implican sobre todo genctico de población. con variación y selección en el desarrollo evolu·
competición por la atención cognitiva más que contradicciones y con- tivo. Pero ya se adopte el modelo de refutación de falsedad de POpp1:r.o
frontaciones cognitivas, aunque el desagradable y, para algunos, atrac- el de matriz de Kuhn o el de programas de investigación de Lakatos o
tivo ruido de las polémicas pueda sugerir otra cosa (77). los· evolucionistas de Donald Campbell, Gerald Holton y Stephen
Aunque a veces 'se, vean oscurecidos· por las polémicas, los pro- Toulmin. los modelos de crecimiento científico funcionan como uno
blemas cognitivos de los parad,igmas coexistentes exigen que se descu- solo en mantener'. que una pluralidad de paradigmas en
irÚeracción
bran las aptitudes y limitaciones de cada uno. Esto lleva co'nsigo identi- competitiva y a veces llena de conflictos está- sujeta a criterios más o
ficar los tipos y la amplitud de. los problemas para los que cada uno menos comunes y a reglas probatorias que trascienden. otras diferencias
sirve (e identificar aquellos para:los que es incompetente o inaplicable), entre las tradiciones intelectuales contendientes (78). Así, después de
proporcionando así un 'conocimiento potencial de los aspectos en que que Kuhn hubiera rechazado el relativismo total que !TIuchOS conside-
son complementarios o contradictorios. Dentro de este tipo de con- raban implicito en la versión de 1962 de su doctrina, Radnitzky a~usó
texto; las estipulaciones para una variante de análisis estructural han incluso a su versión posterior mucho más moderada de ser incapaz de
indicado una gama de problemas para los que parece particularmente resolver el problema estratégicamente importante de si .los cambios en
apropiado; una detallada ampliación de esas' indicaciones no podría los paradigmas representan, en casos concretos, un avance o un retro-
hacerse en una tarde. Pero incluso en forma condensada, las estipula- ceso, cuestión que Imre Lakatos considera central para su idea de «pro·
ciones'pueden sugerir por qué, este tipo de análisis estructural continúa gramas de investigación» (79). Una vez más, los 'exponentes del subjeti·
despertando cierto interés y por qué, al mismo tiempo, incluso los vismo total que va abriéndose camino aquí y allá en la,socio~ogía actual,
sociólogos dedicados al análisis e'structural tienen que reconocer que
sigue siendo sólo uno, aunque sea muy sugestivo, entre la pluralidad de (78) En cualquier caso, la solida imprcsion de un sustancial acuerdo subyacente en este
paradigmas -sociológicos con los que ahora se trabaja intensamente. punto procede de un prolongado examen de los vigorosos debates a los que apenas he hecho
referencia en las paginas precedentes de este trabajo. .
(79) Gerard Radnillky, .From Logic or Science lO Theory or Research», en Cammuni-
(77)' Sobre el proceso general. especialmente el de acuerdo cognitivo y desacuerdo de carian and Cognitian, 7 (1974), pags. 110-111; Imre Lakatos, ap. elt.. 1970'y_«Popper on
valores, véase Merton,.op. _cit., 1973, cap. 3. Demarcation and Inductionll, Paul A. Schilp, editor,' en op. cil., pags. 241-273.

~.
/70 /WBERT K. MERTON ¡ji

que expresamente buscan su legitimación en la actual filosofía de la Relationships in l/¡~ Social Sciences (Chicago, Aldine Publishing Co., 1969),
ciencia, se van quedando atrás y tienen que defenderse ellos solos. pags. 324-348.
¡nclu'so en el último tercio del siglo xx. el juego de los alfileres no está a -, t(Natural Science as an Epistemological Model>~, R. Naroll y R. Cohen, edi-
la misma altura que la poesía (80). tores, en A lIandbook o/ MetllOd in Cultural AlIlhropology (Garden City, Nueva
Debería quedar claro. por tanto, que al describir y abogar por una York. Thc Natural History Press, 1970), págs, 51-85,"
pluralidad de oric"ntaciones teóricas en sociología- en la forma de un «Evolutionary Epistemology~, Paul A. Schilpp; cd. op. cit., págs. 413-463.
Norman R. Campbell. P/¡ysics: T/¡~ Elements (Cambridge, Cambridge University
«eclecticismo disciplinadQ»), no estoy describiendo ni abogando por un Press. 1920).
tipo de anarquismo teórico en el que todo es aceptable (81). Como V. Gordon Childe. Sociel)' and KlTowledge (Londres, Alle"n and Unwin, 1956).
tampoco se apoya esta posición sobre el die/l/m de Pekin: «Que no- L. Jonathan Cahen, ffIs the Progress of Science Evolutionary?)), en Britislt
r.czcan cicn flores y que disputen cien escuelas de pensamiento.» Des- Journal olt/¡~ /lislor}' of Sdence. 24 (1973), págs. 41461.
pués de todo~ como el concepto de hipcrcxis nos enseña. es posible que Ychuda Elkana,"«5cicntific and Mctaphysical Problcms: Euler and Karit», R. S.
haya demasiado de una cosa buena (como evidentemente el mismo eohen y M. \Y. Wartofsky. editores, en Methodo~ogical attd Historlcal Essays
Mao-Tsc-Tun'g ha comprobado por sí mismo desde su afirmación de in lite Satural al/d Social Sciences."Boslon Srudies in "lhe Pltilosophy of Science,
1957). El análisis estructural en sociología tiene que encontrar su sitio número J..t (Dordrecht, Holanda, D. Reidc:l Publishing Ca., 1974), págs. 277-
305.
para evolucionar entre una pluralidad mucho menor de orientaciones
teóricas. No parece aventurado concluir a partir de lo que ha sucedido
-, Tlle DiscOl"ery of the COllserl'Qtion 01 Energ)' (Londres, Hutehinson Interna4
tional. J97..t).
anteriormente que, en el proceso interactivo de selección cognitiva y -. como editor, TIr~ Interaction between' Science ~nd Philosophy (Atlantic High-
social _entre las ideas -sociológicas, el análisis estructural continuara" lands, N. J., Humantties Pres, 1974). "
enlazándose con ideas complementarias en otros paradigmas y seguirá N. R. Hanson, Pal1erns o/ Disco''er)' (Cambridge University Press, 1958i
así realizando modestas consolidaciones teóricas en camino hacia el L. J. Henderson, «An Approximate Detinition of Fact>~, en Unú-ersily of Cali-
definitivo y todavía muy remoto ideal de una teoria unificada que fornia Publicarions in Plúlosoplry. 14 (1932), pags. 1794199.
abarque toda la sociología. Alan Musgra\'e, «On a Demarcation Dispute», I. Lakatos yA. Musgrave, edi-
tores. en Prohlems in tIJe P/¡ilosophy of Science (Amsterdam, North-Holland
¡ Publishing Ca .• 1968). pags. 78·85. .
-, ffFalsitication and Its Critics». P. Suppes et alii, editores, en Logic. Metlrod04
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Omniscíence», Muzafer Sherif y Carolyn Sherif, editores, en lnterdisciplinar)' -, Objeclj¡·e KllolI·ledge: An El'Olulionar)' Approach (Nueva York, Oxford Univer-
sity Press, 19'72;. "
(80) Aludo, por SUPU~SlO, a la ~asi" inolvidable afirmación de Bentham: «Prejuicios Dereck J. de Solla Price, Liale Science. oig Science (Nueva York, Columbia Uni-
aparte. el juego de los alfileres tiene el mismo valor que las artes y ciencias de la musica y la vcrsity Press, 1963).
poesía.,. Ralionalist Re\'Ü!w (1825), pág.-206. ' Gerard Radnitzky, Contemporar)' Schools o/ Metascience (Góteborg, Akademif6r-
(81) cr. Paul Fcyerabend, «Problems of Emptricismlt, en R. COIodny. editor. Bqond
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Free Press, .1964), págs. 92-t1S ..

En alguna de sus numerosas formas; el problema de las imprevistas


consecuencias de las acciones deliberadas ha sido abordado práctica-
mente por todos los que han contribuido de manera significativa a la
larga historia del pensamiento social (1). La diversidad de contex-
tos (2) y la variedad de términos (3) con los que se le ha designado, sin
embargo, ha contribuido a hacer dificil cualquier continuidad en su
consideración. De. hecho, esta diversidad de contextos -que va de la
teología a la tecnologia- ha sido tan acusada que nO'sólo se ha perdido
de vista la sustancial identidad del problema, sino que tampoco se ha
hecho todavía de él ningún análisis sistemático y científico. El no haber
sometido este problema a una investigación a fondo se ha debido quizá
en parte a hallarse ligado históricamente a consideraciones transcen-
dentes y éticas. Evidentemente, la fácil solución que proporCiona atri-
buir las consecuencias imprevistas de, las acciones a la' inescruta.ble

Reimpreso con el permiso de American Sociological Re.\·¡;w, I (diciembre de '1936),


pags. 894·~. .
(1) Algunos de los teórieos. aunque sus contribuCiones nO sean ni "mucho menos de la
misma importancia, son los siguientes: Maquiavelo;· Vico, Adam Smith (y otros economistas
d:isicos posteriores), Marx, Engels. Wundt. Pareto, Max Weber, Graham Wallas. Cooley,
Sorokin. Gini. Chapin. Von Schelting. : .
(2) Este problema ha sido relacionado con temas tan heterogéneos 'como: el problema
del mal (teodicea), responsabilidad moral, libre albedrío, predestinación, deísmo, teleologla, '
fatalismo. comportamiento 16gico. il6gico y no·lógico, predicci6n social, planificación y
control. ciclos sociales. los principios de placer y de realidad. y los uecidentes» históricos.
(3) Algunos de los términos con los que se ha designado todo el proceso o ciertos
aspectos del mismo son los siguientes: Provid~ncia (inmanente o trascendente), Moira, Para·
doxie. der Folgen. Schicbal. fuerzas sociales, heterogonia de fines, causalidad inmanente,
movimiento dialéclico, principio de emergencia y sínlesis creativa. .

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