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Operaciones del Pensamiento

La mayoría de las personas están de acuerdo en que los procesos del pensamiento
constituyen un importante objetivo en la educación y que las instituciones no deberían
escatimar esfuerzos para proporcionar a los estudiantes amplios oportunidades para
pensar. Aquí surge una pregunta muy importante para los docentes ¿Cómo hacerlo?
¿Por medio de qué actividades y tareas es posible lograrlo? A continuación se
presentara una guía para que los educadores vayan orientando sus propias prácticas en
el aula.
Comparar:
Cuando le pedimos a un alumno que realice comparaciones, lo colocamos en situación
de tener que emplear el pensamiento; entonces tiene abierta la oportunidad de tarea
como por ejemplo observar diferencias y similitudes, observando dos o más objetos,
ideas o procesos, tratando de identificar sus interrelaciones, puntos de coincidencia o no
coincidencia, etc. Lo que los alumnos puedan identificar tendrán una variación de
acuerdo a los propósitos que persiga el docente, al ir variando los propósitos también es
probable que varíen sustancialmente las comparaciones que realicen los estudiantes;
esto debe conformar una riqueza para el educador y sacar el mayor provecho posible.
Esta tarea de comparación puede variar muchísimo de acuerdo a las dificultades y los
objetivos que se persigan: por ejemplo, se le puede pedir a un alumno que compare
desde dos monedas hasta dos escuelas filosóficas, dos teoremas entre sí, inclusive hasta
dos experimentos científicos.
Si se propone realizar esta tarea grupal es importante y/o interesante “¡comparar las
comparaciones!” e decir, por medio de la socialización escuchar y compartir las
comparaciones que realizo cada grupo de acuerdo a cierto objeto o tarea particular.
Este proceso de comparación implica abstraer y retener mentalmente la abstracción,
mientras se concentra en los objetos comparados.
Resumir:
Resumir es establecer, de modo breve o condensado, la sustancia de lo presentado y
replantear la esencia del asunto, de la idea o ideas centrales. “concisión sin omisión de
puntos importantes” Se puede empezar por reflexionar retrospectivamente sobre las
experiencias pasadas, que se puede hacer de múltiples maneras. Por ejemplo, retomando
los recuerdos en una secuencia temporal: lo que vino primero, segundo y tercero, etc. O
también resumir un debate indicando que personas sostenían determinados puntos de
vista; interrogar a un niño acerca de un viaje realizado, acerca de un programa de
televisión, cuando se les indica hablar sobre un cuento o un libro; todas estas son buenas
oportunidades para resumir.
Es normal encontrarse con alumnos que presenten problemas a la hora de resumir, para
superar esta dificultad se puede enseñar a bosquejar lo que iban a hacer o decir, ya sea a
través de un subrayado de ideas básicas, los conceptos importantes y luego hablar de
cada uno de ellos. Frecuentemente también se pueden combinar las operaciones de
comparar y resumir, pidiendo a la clase por ejemplo que se resuman las diferencias y
semejanzas acerca de la comparación de determinados objetos. Esta combinación de
pensamientos contribuye al desarrollo de un sensato criterio discriminativo. Se debe
tener en cuenta que es un proceso lento que implica la constante ejercitación por parte
de los alumnos.
Observar:
Observar y observación encierran la idea de vigilar, reparar, notar, percibir.
Generalmente, la observación y por ende prestar atención a ciertos objetos o temas
siempre está acompañado de un propósito definido, algo que nos concierne y/o interese
que nos lleve a observar con cuidado. La observación puede ser variada, a veces nos

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