Sunteți pe pagina 1din 1

RESUMEN DE CONSEJERÍA 2

NOMBRE: HUGO BARRIONUEVO FECHA: 11-07-2018

Confesar los pecados

No todas las enfermedades están relacionadas con los pecados determinados, es evidente que
las Escrituras nunca representan todas las enfermedades como el resultado de un proceso
inmediato, ni tan siquiera de pautas pecaminosas; El libro de Job es una protesta en contra de
tal noción. No obstante, la Biblia enseña que la existencia de todas las enfermedades se deriva
del pecado de Adán, y que, en este sentido, se puede decir que todas las enfermedades son
resultado del pecado; pero solamente en este sentido. Aun así, la Biblia sí reconoce en muchos
casos una relación inmediata entre pecado y enfermedad. Por ejemplo en Juan 5: 14.
Confrontando a los enfermos noutéticamente
El Nuevo Testamento enseña que las enfermedades pueden brotar del pecado, y por ello
Santiago apremiaba la necesidad de una confrontación noutética por parte de los ancianos de
la iglesia. Los pastores deberían siempre estar conscientes de la obligación que tienen en este
aspecto cuando visitan a los enfermos. Parece que los pastores deberían inquirir, ya como
práctica regular, acerca de la posibilidad de pecado como la raíz de la enfermedad. Se ha
enfatizado tanto la necesidad de distinguir entre enfermedades, originadas por causas
patógenas de las enfermedades originadas por el pecado, que son raras las ocasiones en las que
los modernos pastores conservadores suscitan el interrogante frente al enfermo.'
Naturalmente, también se necesita valor para actuar así. Uno pregunta cuántas enfermedades
(o, por lo menos, complicaciones de enfermedades) hubieran podido ser curadas prestando una
cuidadosa atención a las palabras de Santiago. Los consejeros tienen que aprender a tomarse a
Santiago con seriedad.
Felicidad mediante la confesión

La confesión es un reconocimiento y una admisión de que uno ha pecado. «Mi pecado te


declaré, y no encubrí mi iniquidad.» La confesión implica un rechazo de la pauta que se
estableció al principio en el huerto de Edén. Allí, Adán y Eva rehusaron reconocer el pecado que
habían cometido, pasando su responsabilidad a otro. Pero David reconoció que él había pecado,
que él había quebrantado la ley de Dios. Se sentía contristado por su pecado. Derramó su
corazón delante de Dios y le pidió que le limpiara, perdonara y le restaurara a Su gozo. La palabra
que se utiliza en el Nuevo Testamento para «confesión » significa «admitir o reconocer», o
literalmente «decir la misma cosa». La confesión es decir lo mismo que Dios dice acerca del
pecado de uno. Es declararse culpable ante los cargos presentados por la conciencia. Este
concepto de confesión es crucial para la orientación bíblica. Es tan sólo por la confesión de los
pecados que los cristianos pueden estar delante de Dios. La confesión y el perdón mediante
Cristo alivian las presiones que provocan los efectos psicosomáticos del pecado. Pero la
confesión no debe constituir tan sólo un medio para aliviar la miseria; primera y principalmente
debe de ser un intento de declararle a Dios que Él está en lo cierto, y que nosotros estamos
equivocados. Por ello, la confesión es absolutamente esencial en la orientación.

Aplicación personal

Debo confesar mis pecados al señor para restaurar mi comunión con él, debo estar convencido
de esto porque el ya pagó por todos mis pecados con su muerte en la cruz.

S-ar putea să vă placă și