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Rezos de Nguillatun
Tú, Rey Anciano, tú, Reina Anciana que reinas en la Casa de Oro
del Cielo Azul o Negro, arriba en las alturas. Nos has olvidado a
nosotros, los pobres, porque te va bien. Nos olvidas a nosotros y a
nuestros animales. Siempre te ehemos agradecido por regalarnos el
fuego, por habernos mandado el alma de un antepasado que nos
enseñó a hacer una ruka y a usar el fuego para cocinar…
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Azteca
Rito de los Cinco Soles
Se refería, se decía
que así hubo ya antes cuatro vidas,
y que ésta era la quinta edad.
El quinto Sol:
Movimiento su signo.
Se llama Sol de Movimiento,
porque se mueve, sigue su camino.
Y como andan diciendo los viejos,
en él habrá movimientos de tierra,
habrá hambre
y así pereceremos.
En el año Caña,
se dice que vino a existir
nació el Sol que ahora existe.
Canto de Chalco
Cantemos, oh príncipes:
demos placer al que da la vida.
Preciosamente matizado está el canto florido.
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Quechua
Canción guerrera
Beberemos en el cráneo del traidor,
usaremos sus dientes como un collar,
de sus huesos haremos flautas,
de su piel haremos un tambor;
después bailaremos.
Pastoril
Una llama quisiera
que de oro tuviera el pelo
brillante como el sol;
como un amor fuerte,
sueave como la nube
que la aurora deshace.
Para hacer un quipus
en el que marcaría
las lunas que pasan,
las flores que mueren.
Lamento de la ñusta
Lloremos
lágrimas de sangre;
lloremos, desesperadas, gritando
porque el sol para siempre
ha privado de la luz a sus ojos.
Ya no veremos su frente
ni oiremos su voz, ni su afectuosa mirada
velará por su pueblo.
Viracocha
Causa del ser, Viracocha,
Dios siempre presente,
Juez que en todo está,
¡Dios que gobierna y provee,
Que crea con sólo decir:
“Sea hombre, sea mujer”,
Que viva libre y en paz
El ser que pusiste
Y criaste!
¿Dónde estás? ¿Afuera?
¿O adentro, en la nube?
¿O en la sombra?
Oyeme, contéstame,
Haz que viva muchos días,
Hasta la edad en que deba
Encanecer.
Entonces, levántame,
Tómame en tus brazos
Y si me canso auxíliame
Doquiera estés, Padre Viracocha.
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¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por ésto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.