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CARACAS-VENEZUELA

ABG, SERVICIO JURÍDICO

TÍTULOS ABSTRACTOS.

En el derecho de corte continental o de tradición romana los contratos necesitan cumplir con
determinados elementos, siempre necesarios para su formación. En Venezuela, el artículo
encargado de expresar ello es el 1141 del código civil: “las condiciones requeridas para la
existencia del contrato son: 1° Consentimiento de las partes; 2° Objeto que pueda ser materia
del contrato; y 3° Causa lícita.”. Como se puede notar, a falta de uno de ellos el negocio se
reputa inexistente y es aquí de donde se desprende el debate de cómo influye uno de estos
elementos como es la “causa” en cierto tipo de negocios jurídicos en lo que es necesario
prescindir de esta para lograr el fin al que se encomienda, se trata pues de los denominados
“títulos abstractos”.

En primer lugar, es necesario definir lo que entendemos por causa. Para el doctrinario Mélich-
Orsini: la “causa del contrato” se define, en efecto, como función económico-social del
contrato considerado en su totalidad y alude a la necesidad de que exista conformidad entre
el “intento” de las partes para que tal intento llegue a producir el efecto jurídico deseado.

Se trata pues, de la razón final que motiva a las partes a contratar. Ahora, este esquema
clásico presente en la teoría general de los contratos tiende a dilucidarse en razón de la
función económica social que se persiga. Es ella una de las diferencias que se da entre el
derecho civil y mercantil, pues si bien se derivan de un mismo tipo de relaciones que son las
relaciones entre particulares, o aquellas propias del derecho privado, ambos están pensados
para desenvolverse en campos distintos. Así el derecho mercantil vino a ser aquel que se fue
elaborando para el desempeño de la actividad del comercio y las relaciones entre quienes lo
practican, vale decir los comerciantes. Es aquí de donde se justifica la existencia de los
“títulos abstractos”, tales como la letra de cambio, los cuales están pensados para su
circulación en el mercado y la rapidez de la que se caracteriza y es necesaria en las
relaciones mercantiles.

Entonces, veremos que la relación cartular es independiente de la relación causal que la


origina. Por ello el ordenamiento jurídico se cuida de su estricta formalidad, pues el título vale
en razón de lo que en él está expresado en virtud del principio de la literalidad. Ahora esto
significa un punto de quiebre en la estructura lógica clásica del derecho civil en donde no
cabe la idea de la celebración de un negocio separado de la causa inicial que lo originó.
Autores como Ferrajoli compara el debate sobre la causa con el circunscrito entre los filósofos
del lenguaje que han tratado de diferenciar ente “intensión” y “extensión” de una manera
similar. Lo mismo puede darse entre el plano civil y mercantil respecto a la causa, en donde
en ambas ramas puede tener la misma extensión mas no la misma intención.

En el ordenamiento jurídico Venezolano la abstracción de las relaciones cartulares se


desprende e infiere del artículo 425 del código de comercio: “Artículo 425°: Las personas

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demandadas en virtud de la letra de cambio no pueden oponer al portador excepciones
fundadas en sus relaciones personales con el librador o con los tenedores anteriores, a
menos que la transmisión haya sido hecha como consecuencia de una combinación
fraudulenta.”

La discusión sobre los títulos abstractos puede traspasar el plano de lo jurídico y a veces se
hace necesario indagar en el campo filosófico para entender realmente el fundamento. Así la
causa puede verse como un concepto metafísico en donde se recurre a una razón más allá
de los presupuestos fácticos. Pero, es en realidad el derecho una disciplina construida bajo
conceptos metafísicos y ficciones levantadas por los juristas para darle sentido a los actos y
hechos en los que se desenvuelve el individuo y la mejor búsqueda de la justicia o “deber ser”
que es la última ratio del derecho. Uno de los filósofos más trascendentes como David Hume
elevó su teoría gnoseológica (cómo el individuo conoce) a partir de la experiencia, pues para
este no hay otra forma de conocer más allá que por los sentidos, dejando a un lado el
conocimiento a partir de la razón. Es así una forma de debatirse los conceptos metafísicos
tales como el de la causa. Otros autores como Eugenio Bulygin establecen la posibilidad de
que puedan desenvolverse la noción de los títulos abstractos:

“el carácter abstracto consiste en la desvinculación de las obligaciones cambiarias con respecto
a las relaciones jurídicas existentes entre las distintas personas que intervienen en la creación y
circulación de la letra, relaciones estas llamadas extracambiarias o extracartulares”

Al igual que otros como Paz –Ares han establecido que. La obligación cambiaria no puede
exigir un fundamento contractual por la circulación del crédito además de ser la obligación
cambiaria inter tertios. Por otra parte otros como Melich-Orisini lo discuten del siguiente modo:

“Este último género de contratos o actos neutros es el que da lugar a la cuestión del contrato
abstracto… no se predica la creación de una relación distinta de la fundamental, en tanto que de
lo que se trata aquí es precisamente de afirmar la coexistencia de dos relaciones jurídicas: la
fundamental con sus caracteres propios (venta, préstamo, etc.) y los medios para hacerla valer
(acciones) o para defenderse de las pretensiones que con base en ella se invoquen
(excepciones), y la nueva relación caracterizada por la autonomía de sus caracteres jurídicos,
acciones y defensas. Dado, sin embargo, que esta nueva relación autónoma se concibe como
“causada” por la primera, aun si se le abstrae de tal relación fundamental, no se llega jamás,
como dijimos, a concebirla como absolutamente abstracta; lo que lleva a pensar que la relación
fundamental continúa teniendo “alguna” influencia en ella.”

Ahora bien, A pesar de las objeciones que se puedan dar en la materia hay que enfatizar que el
jurista de hoy debe abrirse a conceptos aptos para el mejor desenvolvimiento de las relaciones
jurídicas en un mundo moderno donde el desarrollo comunicacional y tecnológico avanza a una
mayor velocidad que el derecho y este en fin debe servir como instrumento para el mejor
desenvolvimiento de aquellas, pues es esta la razón por la que ramas como el derecho
mercantil han surgido. La filosofía jurídica brinda su apoyo al confrontar modelos naturalistas
clásicos y la abstracción viene a constituir un avance para el desarrollo necesario de los
modelos negociales del presente y futuro, pues la causa, ya de por sí altamente criticada viene a
ser un obstáculo para la circulación de los títulos y velocidad de las operaciones. Entonces,
viene a ser los títulos abstractos modelos de ejemplo que más adelante, en virtud del desarrollo

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de los ordenamientos jurídicos podría expandirse la abstracción a otras áreas cuando las
necesidades sociales económicas así lo requieran.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1) RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA, Julio, Los títulos abstractos, Academia de ciencias políticas y


sociales, Caracas, 2014.

2) MÉLICH-ORSINI, José, Doctrina general del contrato (5ta...Ed), Academia de ciencias


políticas y sociales, Caracas, 2014.

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