Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La salud es una cualidad dinámica que le permite al individuo ejercer todas las
funciones orgánicas, psíquicas y sociales y que le permiten adaptarse al medio que lo
rodea. La vida es un proceso continuo de transformaciones, de adaptaciones y de
reacciones a condiciones cambiantes del entorno. Nuestras células y nuestros órganos
no funcionan de manera óptima si su entorno no presenta unas características
biológicas precisas. Este adecuado funcionamiento se ve comprometido en caso de
carencia de aminoácidos, vitaminas, etc…, exceso de toxinas y radicales libres y
desequilibrio del sistema nervioso vegetativo.
Los oligoelementos son elementos químicos que se encuentran en los seres vivos en
cantidades inferiores a 1mg/kg de peso corporal. Son esenciales para el organismo y
tienen influencia directa sobre el metabolismo: su carencia o exceso produce la
aparición de una patología. Un oligoelemento no puede ser reemplazado por otro. El
principal papel biológico de los oligoelementos se debe a su capacidad de actuar como
cofactores de enzimas. A este hecho se le llama catalizar una reacción. Catalizar
significa modular una reacción química en el interior de las células. Las reacciones
enzimáticas no son aisladas, sino que se encadenan sucesivamente en largas cadenas.
A cada enzima corresponde uno o varios oligoelementos precisos, por ejemplo, la
citocromo oxidasa, implicada en la respiración celular, es catalizada por el Cobre y la
enzima superóxido dismutasa, que cataliza la dismutación de superóxido en oxígeno y
peróxido de hidrógeno, es activada por el Zinc y el Cobre dentro del citoplasma y por
el Manganeso dentro de la mitocondria.
Orígenes
Es curioso que fuera Hahnemann quien escribiera una de sus obras más importantes,
“Las enfermedades crónicas” (1828), en los últimos años de su vida. Y la escribió
cansado de comprobar que curaba y curaba enfermedades y síntomas por medio de su
Homeopatía y sin embargo recidivaban o se transformaban en otras diferentes, más o
menos tenaces o enjundiosas, dependiendo de los pacientes. Tras todos sus estudios y
atenciones llegó a la conclusión que detrás de cada enfermedad, aguda o crónica –
aunque mucho más frecuente en las crónicas-, subyacía algo que mantenía ese foco
del que surgían y volvían a surgir todo tipo de enfermedades. Y estableció que lo que
subyacía a esas enfermedades, lo que habitaba en los pacientes –debido
especialmente a la herencia aunque también al desarrollo posterior por cualquier otro
tipo de influencia- eran “los miasmas”.
Así el término miasma quedó unido a esa tendencia a enfermar que cada sujeto
hereda de sus padres, abuelos y ancestros y que va degenerando y extendiéndose a lo
largo de su vida, generando enfermedades de distintos tipos, pero unidos por
denominadores comunes.
Como comprobó estudiando pacientes y casos, muchos de ellos surgían de una rama
común, caracterizada por la exacerbación y el desorden, la agitación y el descontrol.
No pudo averiguar cuál era el origen primero de tal miasma, pero por los síntomas
que presentaba la llamó PSORA y la relacionó con la scabies o sarna, que en su
tiempo afectaba a gran número de personas y que se extendía sin control,
produciendo señales en la piel junto con síntomas como el picor y la irritación.
Y finalmente alcanzó a definir el último miasma, al que llamó LUESIS, por haber
establecido vínculos de herencia entre la sífilis y los signos que presentaban ciertos
pacientes, que se caracterizaban por la ulceración, la degeneración y la destrucción.
Sobre todo esto escribió en los últimos años de su vida y su obra quedó ahí, como
tantas veces, demasiado avanzada, demasiado innovadora y de una visión abierta e
inteligente, a la espera de que los siguientes homeópatas le dieran el valor adecuado y
ampliaran las investigaciones.
Más tarde, otros homeópatas darán cuenta de la existencia de otros miasmas que
presentan ese carácter hereditario, que se dejan curar difícilmente siguiendo sus
síntomas y que muestran características diferentes de los tres anteriores. Y así
aparece el miasma TUBERCULÍNICO (llamado también pseudo-psora), que no es
sino una mezcla de dos miasmas originales: la psora y la luesis, si bien presenta
características de la sycosis en muchos aspectos.
1.- Los miasmas son predisposiciones del organismo de carácter hereditario, que igual
que se heredan, son susceptibles de ser transmitidos a los hijos.
2.- Los miasmas no son enfermedades. Es decir, una persona puede heredar el
miasma tuberculínico de sus padres sin necesidad de sufrir la tuberculosis. Lo que
heredará será la predisposición a que los síntomas y las enfermedades sigan una
pauta o presenten síntomas propios de un miasma.
3.- Los miasmas pueden permanecer latentes y no presentar síntomas durante años.
También pueden activarse a edades muy tiernas debido a estímulos externos o
internos: vacunas, medicaciones, shocks o traumas, etc.
6.- Los nosodes (remedios preparados con restos patológicos de las enfermedades) no
son necesariamente indicados para el tratamiento de los miasmas. Su identidad, más
que su semejanza, no los hace imprescindibles en los tratamientos homeopáticos. Así
una persona con síntomas del miasma luético no mejorará necesariamente por la
prescripción de Syphillinum; o un paciente con síntomas del miasma sycósico no
mejorará por la prescripción de Medorrhinum, al igual que un psórico con la toma de
Psorinum.
7.- Según las últimas investigaciones de preciados homeópatas, tanto los remedios
homeopáticos como los síntomas y signos pueden ser clasificados con precisión como
pertenecientes a alguno de los miasmas. En general, los remedios homeopáticos son
capaces de actuar sobre cualquier de los miasmas, sin embargo, es totalmente cierto y
esclarecedor que hay remedios que son más efectivos en el tratamiento de algunos
miasmas que en otros, aunque por su acción global, puedan producir efectos positivos
aun sin ser propios del miasma.
El primer paso para la prescripción miasmática es la toma del caso detallada y lo más
precisa posible. Es tremendamente importante la cronología o la historia médica del
paciente, porque de ese modo sabremos con certeza total los miasmas que hay
presentes, el detonante y “el hoy” del paciente, es decir, la situación actual sobre la
que trabajaremos primero.
Una vez que tengamos el caso tomado, será fácil ver qué síntomas presenta en la
actualidad el paciente y qué miasmas están implicados y su grado de acción. Muchas
veces –por no decir generalmente- los miasmas nunca aparecen solos y únicos, sino
que, como ya antes he dicho, aparecen anidados y mezclan sus síntomas en el hoy del
paciente.
Nuestra misión es recoger aquellos síntomas que son valiosos, sin olvidarnos de los
demás, ya que pueden servirnos a la hora de gestionar adecuadamente el caso. Sobre
estos síntomas valiosos, podemos ir marcando el miasma al que pertenecen,
ayudándonos de ese modo a saber qué miasma es el que está más activo en la
actualidad y enfocando a este miasma y a estos síntomas la prescripción homeopática.
Será misión nuestra saber cuándo debemos dar paso al tratamiento de la siguiente
capa y cómo dar continuidad al tratamiento para que sea lo más efectivo, curativo,
rápido y menos molesto para el paciente.
Como se puede ver en este pequeño resumen, es esencial conocer bien las distintas
caras de los miasmas, los síntomas y sus patologías, así como tener experiencia en el
uso de las dinamizaciones y de las dosis.
Bibliografía
Para todos aquellos a los que les guste profundizar en los temas y saber más, la
siguiente bibliografía está más que recomendada.
1.- De Schepper, Luc. Hahnemann Revisited. Santa Fe, Full of Life Publishing, 2001
2.- Banerjea, S.K. Diagnóstico miasmático. New Delhi, B. Jain Publishers, 2001
3.- Banerjea, S.K. Miasmatic Prescribing. Chelmsford, Edición del autor, 2006
4.- Sánchez Ortega, Proceso. Notes on miasms. New Delhi, National Homeopathic
Pharmacy, 1980
5.- Watson, Ian. The Homeopathic miasms: a modern view. Devon, Cutting Edge
Pub., 2009
6.- Hahnemann, Samuel. Las enfermedades crónicas. México, Editorial Porrúa, 2001
7.- Subramanian, Raju y Raaji. Miasms and their effects on human organism. New
Delhi, B. Jain Pub., 2001
8.- Ghatak, N. Enfermedades crónicas: su causa y su curación. Madrid, Dilema,
2003
9.- Choudhury, Harimohon. Indications of miasm. New Delhi, B. Jain Pub., 2006
10.- Master, Farokh. Vergüenza sycósica. New Delhi, B. Jain Pub., 2001
11.- Varios. Chronic diseases and theory of miasms. New Delhi, B. Jain Pub., 2006
12.- Allen, J. H. The chronic miasms. New Delhi, B. Jain Pub., 2006
13.- Murphy, Robin. Case analysis and prescribing techniques. New Delhi, B. Jain
Pub., 2005