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Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales

Vol. 6 N° 1, Año 2018 pp. 37-57


ISSN 2362-1958

ESPACIOS, MEMORIAS, CAMINOS. REFLEXIONES SOBRE


ESPACIALIDAD Y RELIGIÓN EN EL ÁMBITO DEL QHAPAQ ÑAN
(FAMATINA - LA RIOJA - ARGENTINA)

Sergio Martin1

RESUMEN
El movimiento ritual del Niño de Gualco en el Departamento Famatina (La Rioja-Argentina) es una
procesión anual en la que observamos prácticas sociales que reúnen una conjunción de elementos de la
iglesia cristiana, junto a rasgos propios de la ancestralidad andina. La fusión de estos elementos plantea
interrogantes sobre sus orígenes y modalidades, e introdujeron una posible dicotomía entre la espaciali-
dad pasada y presente de esta celebración.
En este trabajo analizamos datos arqueológicos, históricos, etnográficos y de tradiciones orales de Fa-
matina que señalan para este ámbito una marcada presencia de “lo inca” y de su andamiaje más impor-
tante, el Qhapaq Ñan, que en proximidades del derrotero del peregrinaje actual, asciende a las alturas de
las áreas sagradas precolombinas.
Los movimientos rituales coincidieron en determinados momentos de la historia regional, con los espa-
cios sociales que tuvieron lugar en el contexto arqueológico y podrían rescatar y validar de la memoria
colectiva, indicadores de su existencia remota.
La recopilación de los resultados en el análisis de los peregrinajes precolombinos, la memoria colec-
tiva y la sustitución del paisaje ocupado por el camino principal andino, en los actos religiosos con-
temporáneos, podrían desandar estas experiencias hasta momentos prehispánicos y a otros lugares de
veneración. Impulsados por diversos mecanismos sociales, políticos o religiosos los peregrinajes se
descontextualizaron hacia espacios más bajos, más llanos y en definitiva consecuentes con las costum-
bres religiosas europeas.

PALABRAS CLAVE: Qhapaq Ñan, incas, memoria, espacialidad, peregrinajes.

ABSTRACT
The ritual movement of the Niño de Gualco, in Famatina Department (La Rioja-Argentina) is an annual
procession in which we observe social practices that bring together a set of elements of the christian
church, along with features of ancestry in the Andes.
The conjunctions of elements of the christian church, together with features of ancestry in the Andes
introduced a possible dichotomy between the past and spatiality present of this celebration.
I n this work, we analyze archaeological, historical, ethnographic and oral traditions of Famatina, that
which indicate a marked presence of “lo inca” and its most important component, the Qhapaq Ñan, in
the vicinity of the current pilgrimage route to the heights of pre-Columbian sacred areas.
The ritual movements coincided in certain moments of the regional history with the social spaces that
took place in archaeological context and could rescue and validate of the collective memory as indicators
of its remote existence.
The compilation of the results in the analysis of the pre-Columbian pilgrimages, the collective memory
and the substitution of the landscape occupied by the main andean road in contemporary religious acts,

Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). Buenos Aires. Argentina.


1

E-mail: smartinarque@gmail.com

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could lead these experiences back to prehispanic times and other spaces of veneration. Driven by diverse
social, political or religious mechanisms, these pilgrimages were decontextualized into lower, flatter,
and ultimately, European religious traditions.

KEY WORDS: Qhapaq Ñan, incas, memory, spatiality, pilgrimages.

RESUMO
O movimento ritual de Niño de Gualco no Departamento de Famatina (La Rioja-Argentina) é uma
procissão anual em que observamos práticas sociais que reúnem uma combinação de elementos da
igreja cristã, juntamente com características de ascendência andina. A fusão desses elementos levanta
questões sobre suas origens e modalidades e introduziu uma possível dicotomia entre o passado e a atual
espacialidade desta celebração. Neste trabalho, analisamos tradições orais arqueológicas, históricas,
etnográficas e Famatina que indicam para esta área uma marcada presença de “o Inca” e seu andaime
mais importante, o Qhapaq Ñan, que na proximidade do atual caminho de peregrinação, ascende para as
alturas das áreas sagradas pré-colombianas.
Os movimentos rituais coincidiram em certos momentos da história regional, com os espaços sociais
que ocorreram no contexto arqueológico e poderiam resgatar e validar a memória coletiva, indicadores
de sua existência remota.
A compilação dos resultados na análise das peregrinações pré-colombianas, a memória coletiva e a
substituição da paisagem ocupada pela estrada principal andina, nos atos religiosos contemporâneos,
poderiam retraitar essas experiências aos momentos pré-hispânicos e a outros lugares de veneração.
Impulsionados por vários mecanismos sociais, políticos ou religiosos, as peregrinações foram
descontextualizadas para espaços mais baixos e mais lisos e, em última instância, compatíveis com os
costumes religiosos europeus.

PALAVRAS-CHAVE: Qhapaq Ñan, Incas, memória, espacialidade, peregrinações.

INTRODUCCIÓN cidieron en determinados momentos de la historia


Al noroeste de la provincia de La Rioja, en un sec- regional con los espacios sociales que ocupó la red
tor ubicado en los bordes de la Sierra de Famatina vial inca.
(Figura 1) existen movimientos rituales que res- Al identificar etnográficamente indicadores de la
catan la presencia del inca en las fiestas religiosas presencia del imperio peruano en el peregrinaje
actuales. Esta curiosa característica se desarrolla mencionado, consideramos que se podrían res-
en el marco de la festividad conocida como Pro- catar de la memoria colectiva, indicadores de su
cesión del Niño de Gualco y en sus prácticas so- existencia en el pasado de estos paisajes cultura-
ciales confluyen elementos de la iglesia cristiana, les. La recopilación de los resultados en el análi-
junto a rasgos propios de la ancestralidad andina. sis de los peregrinajes precolombinos del área, el
La ambigüedad de sus orígenes y las modalidades rescate de la memoria colectiva y la sustitución del
de este ritual procesional, introducen dicotomías paisaje ocupado por el Camino Principal Andino,
entre la espacialidad pasada y presente. Los dife- en los actos religiosos contemporáneos, podrían
rentes cambios en los derroteros del peregrinaje
actual, se inscriben dentro del área de circulación
del Qhapaq Ñan2 en la sierra de Famatina y coin- rado como Patrimonio mundial por la Unesco en el año
2014 y en este sector se seleccionó el Subtramo Los Co-
rrales (Depto. Famatina) - Las Pircas (Depto. Vinchina)
2
El Qhapaq Ñan o Sistema Vial Andino, fue decla- que une los valles de Famatina y del Río Bermejo.

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Figura 1. Area de la Sierra de Famatina que incluye localidades actuales y sitios del contexto incaico regional
mencionados en el texto.

desandar estas experiencias hasta momentos pre- Los movimientos rituales en los andes
hispánicos y a otros lugares de veneración, que por Los peregrinajes son un puente entre lo humano
diversos mecanismos sociales, políticos o religio- y lo divino. Es el camino que conduce a las
sos fueron descontextualizados hacia espacios más personas a reencontrarse con sus deidades. Así
bajos, más llanos y en definitiva consecuentes con definía Michael Salnow (1987:3) a las complejas
las costumbres religiosas europeas. estructuras de las instituciones del peregrinaje en
A partir de este marco general intentamos observar su pormenorizado análisis sobre estos movimientos
que sucedió en nuestra área de estudio, una región rituales en el mundo andino; uno de los espacios
del Kollasuyu con escasa información desde lo do- donde la diversidad y la multiculturalidad de sus
cumental (crónicas) pero con potencial etnográfico registros etnográficos permitieron reaccionar
y arqueológico aun poco explorado. A continua- contra los clásicos paradigmas durkeimiano y
ción resumiré brevemente algunas consideracio- turneriano e identificar conceptualmente nuevas
nes sobre los marcos usados para los estudios de y diversas percepciones sobre las peregrinaciones
los peregrinajes andinos y los datos que dan ori- (Fournier et al. 2012:16).
gen a las evidencias prehispánicas de peregrinaje En la actualidad estas instituciones en el área
en la Sierra de Famatina. Luego me focalizaré en andina son entendidas como “a journey undertaken
las menciones de restos viales que conectan dichas by a person in quest of a place or a state that he or
áreas, para posteriormente comentar los avances she believes to embody a valued ideal. At its most
de las observaciones etnográficas y el rescate de la conventional, the end of the pilgrimage is an actual
memoria colectiva en las celebraciones religiosas shrine located at some fixed geographical point
actuales al norte de la Provincia de La Rioja. (...) a collectively designated goal and also (...) a
store of one’s personal ideals” (Morinis 1992:4).

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Los viajes trascendentales por espacios geográfi- identificación al momento de inferirse desde el
cos sagrados y cargados de significados concitaron registro arqueológico. Más allá de que nadie pudo
la atención de los teólogos, cronistas y viajeros, observar estos movimientos arqueológicamente
narrando estos movimientos rituales épicos de la (D’Altroy 2003:175), existen ciertos patrones de
antigüedad (Fournier et al. 2012). Ellos fueron los conductas de las sociedades andinas actuales en las
iniciadores de una disciplina que en realidad no fiestas y procesiones en honor a santos y vírgenes
refleja en el número de ensayos o estudios, lo que católicos, donde se logra identificar pervivencias
los peregrinajes significan y han significado en la de ritos prehispánicos. Este sincretismo o
historia de los pueblos del mundo. combinación de componentes de raigambre
Asociados o formando parte de los peregrinajes, es andina y católica se ha denominado Catolicismo
frecuente identificar las procesiones, generalmente Popular o Catolicismo Andino (Herrera 2013:
interpretadas como movimientos rituales de un 23), esto es una religión que comparte elementos
grupo de personas que ordenadamente y con un fin de la devoción católica y de las religiosidades
religioso se trasladan hacia un lugar determinado precolombinas de los Andes.
(Rostworowski 2003:97). En la actualidad, las Esta categoría estaría incluida dentro de los cultos
vírgenes o santos de la religión católica son regionales, y cumple con ciertas características: tie-
objeto de prácticas procesionales comunes a nen su origen en apariciones, milagros y teofanías;
lo largo de todo el área andina, mientras que en están ubicadas en lugares más alejados; fuera del
épocas prehispánicas, las procesiones rituales más control de la iglesia; suelen ser dinámicos; son alta-
conocidas eran las capacochas, que incluían el mente sensibles a cambios en diversas circunstan-
sacrificio de niños o niñas, tal como describen las cias históricas y pueden ejercer transformaciones
crónicas (Rostworowski 2003:110) y los hallazgos en el seno de una sociedad dada (Salnow 1987).
arqueológicos en las cumbres andinas (Ceruti Los movimientos rituales hacia lugares sagrados
1999; Reinhard 1992; Schobinger y Ceruti 2001; coinciden en algunas ocasiones con las mismas
Vitry 2007). fronteras y espacios sociales que tuvieron lugar
Como parte de la Antropología de las Religiones, en un determinado contexto arqueológico (Poole
en los últimos años se incorporaron herramientas 1982), aunque readaptándose a estos ámbitos y
de varias disciplinas que analizan el fenómeno de a las conductas culturales de hoy en día. Todavía
los peregrinajes como construcciones culturales perviven elementos de la memoria colectiva en los
del espacio, a partir de la percepción de los paisa- desplazamientos rituales actuales, que en ocasio-
jes culturales y desde la práctica de las geografías nes permite rescatar y validar indicadores de su
sagradas (Fournier et al. 2012:18). No obstante, existencia remota y en consecuencia fomentar el
las procesiones y peregrinajes están dentro de una interés arqueológico de estos ámbitos. Allí entran
categoría conceptual que presenta cierta comple- en juego la revisión de crónicas escritas, el rescate
jidad en función de sus características multifa- de las tradiciones orales, el estudio y/o excavación
céticas (Crumrine y Morinis 1991). Con rituales de sitios ceremoniales y/o el análisis de los cami-
que se repiten, pero que asimismo son dinámicos nos que unen sitios de carácter sagrado.
y con respuestas adaptativas a las incorporaciones Los estudios de peregrinajes deben apostar por la
o cambios que experimentan las tradiciones de las integralidad de sus datos. Los antecedentes aisla-
poblaciones participantes. dos, aun cuando se crean característicos de estas
En los Andes peruanos las peregrinaciones instituciones culturales, pueden resultar ambiguos
han demostrado una importante profundidad y generar una multiplicidad de interpretaciones.
temporal que se retrotrae a tiempos precolombinos Solo el estudio holístico del contexto de un área,
(Bauer y Stanish 2001; Crumrine y Morinis con sus sitios, monumentos, paisajes, artefactos y
1991; Rostworowski 2003; Sallnow 1981, 1987; caminos (Stopford 1994:69), puede junto a los da-
Silverman 1994, Zuidema 2015, entre otros), y que tos antropológicos e históricos, identificar los cam-
sin embargo, han sido de controvertida y compleja bios, calibrar los sesgos y modelar tales eventos.

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En el caso del Noroeste Argentino (NOA), estas regiones más alejadas de los Andes (Martin 2005).
evidencias de peregrinajes prehispánicos suelen En las cumbres más altas de este sistema, se han
ser más endebles que en áreas andinas más septen- detectado evidencias prehispánicas de estructuras
trionales. La continuidad de estas tradiciones solo rituales de piedras alineadas de forma rectangular
persisten en forma fragmentaria y se han logrado y cuadrangular, erigidas como probables
identificar por elementos “de lo andino” presen- escenarios de ritualización (Schobinger 1966;
tes en las festividades religiosas católicas actuales Ceruti 2001, 2004, 2007 a y b). Los cerros General
(Ceruti 2011, 2015; Oguic 2006). Belgrano (6.097 msnm) y Negro Overo (5.791
A nivel precolombino y fundamentalmente para msnm), (Figura 2), han sido considerados como
épocas de las ocupaciones incas, las evidencias adoratorios o santuarios de altura de filiación inca,
de procesiones y peregrinajes se infieren princi- donde se realizaron ceremonias rituales que hoy
palmente por el registro arqueológico ceremonial están indicadas por sendas y caminos de ascenso a
detectado en las montañas más altas (Schobinger y estos lugares (Ceruti 2004; 2007a, 2007b).
Ceruti 2001) y por caminos bien construidos y con Respecto a los caminos precolombinos del Fama-
un alto grado de inversión de trabajo que ascien- tina y su relación con las áreas de peregrinajes,
den a los ámbitos sagrados (Vitry 2007). podríamos establecer dos grandes sectores: las
áreas de altura ubicadas por encima de los 4.500
Antecedentes de movimientos rituales prehispáni- msnm en sectores próximos a las cumbres y las
cos: El registro vial inca hacia las áreas sagradas zonas más bajas, que incluyen los pedemontes de
del Famatina las laderas de esta formación geológica que conec-
La Sierra de Famatina ha sido destacada como tan hacia los actuales valles de Famatina y del Río
un espacio con una importante presencia inca, Bermejo.
demostrada desde el registro arqueológico En relación a la primer categoría, los caminos
regional y con componentes semejantes a otras inmediatos a los ámbitos ceremoniales de altura

Figura 2. El Cerro General Belgrano y Negro Overo son las máximas elevaciones de la Sierra de Famatina.
Ambas con evidencias de complejos ceremoniales en sus cumbres.

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en el Cerro Negro Overo, existen descripciones materiales y no por trazas o huellas, según lo espe-
como la de Rhomeder (1949:89), quien observa un rado para este sector del kollasuyu (Hyslop 1992).
tramo de “pedraplén” de 100 metros de longitud La continuidad de los caminos con construcciones
aproximadamente que desciende del circo glaciar formales fue uno de los factores determinantes
del nevado hacia el sitio de Pampa Real, ubicado para la visibilidad arqueológica de este patrimonio
al pié del cerro Negro Overo a 4.053 msnm. Al- lineal y en consecuencia facilitó las prospeccio-
gunos años más tarde, Schobinger (1966:172) en nes, el reconocimiento y registro, pues permiten
su ascenso a la estructura ceremonial de la cum- seguirlo casi a lo largo de todo su derrotero (Mar-
bre agrega algunos comentarios respecto de las tin 2002).
apreciaciones del segmento mencionado por el También desde lo espacial existen características
anterior investigador. Finalmente, Ceruti (2007a; que estarían cambiando considerablemente la pers-
2010:229) registra una senda (traza) de probable pectiva de las redes viales incas en estas latitudes.
filiación inca que une sitios intermedios entre Basadas en las densidades de sitios arqueológicos
Pampa Real y la estructura de la cumbre y una tra- incas y adicionando los tramos de caminos incai-
za en zig-zag con caminos calzados próximos a un cos efectivamente reconocidos es posible visuali-
sitio del promontorio precumbrero a 5.700 msnm zar en esta formación serrana un complejo patrón
aproximadamente. radial de tramos que tienen como centro el área de
El otro sector de peregrinajes en las zonas de al- la Sierra de Famatina, desde donde se desprenden
tura de este cordón serrano y en cuya cumbre se diferentes ramales con rumbos bien diferenciados
detectó una plataforma ceremonial (Ceruti 2007b) (Bárcena y Martin 2004).
es el cerro General Belgrano. En esta elevación, Los valores dimensionales del Qhapaq Ñan en el
las vías de acceso a las áreas mencionadas están área baja son también interesantes pues denotan
representadas únicamente por una senda de pro- caminos con anchos que llegan a superar los 12
bable filiación inca que desde los 5.000 hasta los metros como el ubicado recientemente en un tramo
5.700 msnm aproximadamente, aparecen en forma cercano al sitio Tambería del Inca en Chilecito3,
intermitente con anchos que oscilan entre los 60 que lo signa como el tramo de Qhapaq Ñan más
centímetros y 1,10 metros (Ceruti 2010:236). ancho en relación al resto de vías incas relevadas
En resumen, el segmento que se dirige a los si- hasta la actualidad en el noroeste y centro oeste
tios ceremoniales a más de 4.500 msnm presen- argentino. Recordemos que existe una premisa
ta escasa visibilidad arqueológica, baja inversión consabida acerca del tráfico, en el que la amplitud
de mano de obra y una visible expeditividad, si se de las vías precolombinas, la información histórica
compara con los segmentos más bajos que anali- si la hubiera, y las evidencias asociadas son quizás
zaremos a continuación; no obstante, son los que las fuentes más relevantes para aproximarse a
conectan el área específicamente destinada para la mayor o menor intensidad de uso del camino
las actividades sacras y en la que se emplazan las (Hyslop 1984:254) y esto se manifiesta plenamente
estructuras ceremoniales (Ceruti 2007a y b). en este registro con una importante densidad de
A diferencia de estos sectores de altura, las zonas
por debajo de los 4.500 msnm ubicadas a ambos 3
Respecto a las dimensiones, se destacan los anchos
lados de la Sierra de Famatina, han presentado una más importantes de las macro áreas del Noroeste y Cen-
interesante diversidad tipológica de caminos, que tro oeste de Argentina. Un camino despejado y amojo-
conectan un contexto en el que identificamos una nado de 7 metros de ancho entre Cazaderos y Campanas
(Aparicio 1936), y un tramo de la misma tipología de
importante densidad de sitios incas, con distancia 9 metros ubicado en la localidad de Guandacol (De la
intersitios llamativamente cercanas (Martin 2001). Fuente 1971-72:343) que junto con el subtramo de 12
El registro vial se distingue del resto de los tramos metros detectado recientemente en Tambería del Inca
reconocidos a nivel regional por una mayor pro- en Chilecito , con la misma tipología, ubicado en las in-
mediaciones del Sitio Tambería del Inca, lo convierten
porción de caminos que desde lo arquitectónico en el tramo de Qhapaq Ñan con mayores dimensiones
están compuestos por construcciones formales o del territorio nacional.

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sitios en el espacio regional y con llamativas y unas wankas5 de granito rosado rodeadas de un
distancias entre ellos (Martin 2001), aun desde circulo de rocas de menor tamaño (Figura 5), ubi-
épocas anteriores a la presencia inca (Mamani et cadas con un patrón bastante regular tanto al inicio
al. 2004). como al final de estos espacios.
Un dato relevante sobre esto último es generado Los mojones o marcadores de pilas de piedras han
por la detección de caminos dobles que con rumbo sido registrados para otras regiones del Kollasuyu,
E-W ascienden/descienden ambas laderas (oriental en ciertas ocasiones con estructuras complejas
y occidental) de la Sierra de Famatina en Las Pir- y muy elaboradas, y también como tipos de
cas y en las pampas de Chilitanca (Figuras 3 y 4) construcciones muy expeditivas (Berenguer et

Figura 3. El rectángulo indica la ubicación de los caminos dobles, duales y/o paralelos sobre la Pampa de
Chilitanca (ladera oriental de la Sierra de Famatina). Al fondo, la Pampa de Casablanca.

y Casablanca4 (Martín 2015a), siempre demarca-


dos por doble hileras de rocas (del tipo despejado
5
Las wankas o huancas fueron definidas como mono-
litos de formas alargadas, cúbicas o simplemente rocas
y amojonado). Sus anchos son variables y oscilan
naturales que se distinguen del resto por su forma, ta-
entre los 10 y 18 metros sumando las dos calzadas maño, color o ubicación; suelen estar emplazados en
y el espacio central entre los mismos. el terreno ocupando diferentes espacios arquitectóni-
De la prospección en estos segmentos surgió ade- cos, campos de cultivos o en los caminos; a veces es-
tán labrados con desbastes en la parte superiores de su
más un registro de sitios menores que hasta el
contextura y otras utilizados simplemente en su forma
presente no habíamos detectado en La Rioja: los natural con distintas funciones en el campo y en las ur-
marcadores en forma de pila de piedras o mojones bes (Duviols 1979). En el noroeste argentino han sido
interpretadas como aquellas rocas o peñascos de gran
tamaño, en ocasiones rodeadas de otras de menor di-
4
Durante el relevamiento del Subtramo Los Corrales – mensiones, que cumplieron la función de monumentos
Las Pircas se identificaron desde el sector de Pampa de simbólicos, a veces en estado natural y otras modifica-
Chilitanca hacia el Este, algunos fragmentos de trazas das y con colores singulares en relación al paisaje que
de caminos dobles que demuestran una probable exten- ocupaban (Tarragó y González 2004:300). Funcional-
sión de esta tipología hacia Los Corrales y que habrían mente servían para realizar ceremonias rituales (Páez
sido alterados por el uso recurrente de los caminos y et al. 2014), en ciertos casos con sacrificios y depósitos
huellas históricas y contemporáneas. de ofrendas.

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Figura 4. El Qhapaq Ñan doble al oeste de la Pampa de Chillitanca. Ambas vías paralelas son del tipo despejado
y amojonado.

al. 2005; Vitry 2000). Aunque sus funciones formar parte de manifestaciones ideológicas y de
pudieron ser múltiples. Sanhueza (2004) para rituales de peregrinajes desde y hacia los comple-
la zona del Desierto de Atacama, infiere que los jos ceremoniales del Famatina, marcando los lími-
marcadores espaciales camineros parecieran tener tes de ingreso a un ámbito sagrado (Martin 2015).
una planificación preconcebida y que contienen Asimismo, si bien no es una cuestión absoluta,
una carga de significados simbólicos relacionados pero si interesante para destacar, los dos centros de
al contexto en el que fueran erigidos. En Famatina, peregrinajes más importantes del área andina como
este registro se encuentra asociado al derrotero del fueron Pachacamac y el Lago Titicaca poseyeron
camino incaico solo en el subtramo de los caminos dentro de sus sistemas camineros, sectores con una
paralelos, es decir en ámbitos de menor altitud (por caminería doble (Bauer y Stanish 2001; Hyslop
debajo de la cota de los 3.000 msnm), ubicados 1984). Esto también se observa en Inkallajta, en
entre el fondo del valle de Famatina, los espacios Bolivia, donde la tipología dual estaría marcando
que conducen al sector donde se practicaron actos la ruta de peregrinación ritual a ese sitio (Muñoz
de ritualidad precolombina y las áreas de tránsito 2012:101).
hacia el Valle del Bermejo. La presencia de caminos con características ar-
La relación entre los adoratorios y los caminos dua- quitectónicas especiales como las mencionadas,
les podrían estar definiendo un área cuyos acciden- refuerzan la idea de que las tipologías viales de as-
tes y elementos geográficos fueron entendidos por censo al Famatina son diferentes a las de los terri-
los incas como entidades cargadas de sacralidad torios más próximos ubicados tanto al norte, como
(Hurtado 1996:91), Estos criterios duales mate- al sur de estas latitudes. Sus dimensiones, las ca-
rializados en trazas camineras paralelas, pudieron racterísticas de los sitios asociados y el registro de

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Figura 5. Sitios menores asociados a los caminos dobles en la Pampa de Casablanca. A) Mojón; B) y C) Wankas;
D) Croquis con la disposición de wankas y mojones.

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caminos dobles y paralelos en ambas vertientes de sol y a su Rey, esos convertían en loor de
la formación serrana podrían estar relacionados Jesuchristo tomando materia de lo que oían
mayormente a ritos procesionales (Martin 2015). predicar” (Albó 1966:413).
Como ya se sugirió anteriormente, no existen en
la actualidad peregrinajes en Famatina hacia estas En la provincia de La Rioja, aun existen rituales
áreas de alta montaña o que utilicen las vías pre- representados en la ceremonia conocida como
hispánicas, sin embargo a escasos kilómetros del Tinkunaku, Tinkunakuy, Tincunacu o fiesta del
área de caminos dobles, se practican anualmente Encuentro, que en la actualidad se realiza bajo
movimientos rituales que curiosamente resca- el amparo de la iglesia católica, en homenaje a
tan y destacan la figura del Inca, convirtiéndolo San Nicolás de Bari y a su encuentro con el Niño
en el único caso a nivel regional. Hacia ellos nos Alcalde, cada 31 de Diciembre en la capital de
focalizaremos con el uso de datos etnográficos e la provincia (Cáceres Freire 1969; Oguic 2006;
históricos y teniendo en cuenta el contexto pre- Gentile 2011; González 2004; Ortiz 2003; Ponce
colombino de los relevamientos y prospecciones 2009; Vera Vallejo 1945; entre otros).
recientes para el área, luego esbozaremos algunas A través de algunos datos escritos se puede supo-
consideraciones sobre la espacialidad de estos ri- ner que los orígenes de esta celebración podrían re-
tuales procesionales actuales y proyectaremos sus montarse hasta fines del siglo XVI, en coincidencia
probables relaciones con los del pasado. con la llegada de Juan Ramírez de Velasco a suelos
riojanos durante el proceso fundacional de la pro-
Miradas actuales sobre los movimientos rituales vincia. Al respecto, en una solicitud que el Maestro
andinos: el Tinkunaco de La Rioja Sebastián Sotomayor realiza al Cabildo de La Rio-
En Sudamérica es frecuente reconocer movimien- ja en 1784 luego de ser designado Mayordomo de
tos rituales de personas en los que conviven ele- San Nicolás, al hacerse cargo de los costos de esta
mentos de la tradición andina y católica. Sus orí- festividad menciona tangencialmente: “..habiéndo-
genes se remontan a los albores de la conquista se sido devoción de mis ascendientes desde la fun-
hispana en la que confluyen elementos del cato- dación de esta ciudad, de hacer y celebrar anual-
licismo y de los habitantes originarios, como los mente la fiesta de nuestro Patrono Tutelar, Padre
registros de la carta anua de febrero de 1577 de la San Nicolás, Obispo de Bari…” (Bazán y Bustos
provincia Jesuítica del Perú: 1907:100; el subrayado es nuestro).
Existen citas divergentes que dan cuenta de pro-
“salieron a ella (la procesión) nueve niños bables relaciones con las prácticas de estas cele-
vestidos de tafetán carmessi y verde; y con braciones (ver Carrizo 1942), y aunque no se han
gracioso tono cantaron algunas canciones registrado crónicas alusivas directas sobre estos
en su lengua… Demás de estas canciones, aspectos, algunos autores consideran que la an-
salieron los indios con sus danzas muy vis- tigüedad de esta festividad podría coincidir con
tosas… Venían algunos vestidos de camise- la pacificación de San Francisco Solano ante un
tas de plata y otros de camisetas sembradas movimiento de sublevación indígena en 1593, un
de chapería de plata, y los mas principales par de años posteriores a la fundación de La Rio-
traian camisetas de oro; y todos ellos unas ja (Cáceres Freire 1966:35; Ortiz 1987:34; Oguic
celadas de plata, y en ellas grande cantidad 2006:111). Otros en cambio, prefieren retrotraer
de plumas. La más singular de estas danzas los orígenes de esta festividad a finales del siglo
fue la de los nobles que se llaman ingas, y XVII o principios del XVIII (Gentile 2011:66). A
el más noble dellos decía la letra de cuatro partir de esta época los registros documentales pre-
silabas cada berso, muy sentida. Y de re- sentan mayor fuerza y queda en evidencia por los
pente dio a los padres y españoles que allí reiterados intentos de los europeos por prohibir las
estaban, porque en la letra dezían epítetos fiestas de los naturales. En un extenso documento
que los mesmos que antiguamente daban al del 1 de febrero de 1692, el gobernador del obis-

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pado del Tucumán Bartolomé Dávalos, prohíbe madamente unos 35 kilómetros de desplazamien-
las reuniones de cofradías de naturales, negros y to. La fecha elegida para la procesión difiere en
mulatos, demostrando con ello la fuerza que estas varios días de las otros Tinkunacos regionales, que
tradiciones ostentaban: “Considerando que toca a generalmente coinciden desde hace siglos con los
la obligación de nuestro oficio guerrear y desarrai- últimos días del año y con un tiempo calendárico
gar tan perniciosa cizaña, ordenamos y mandamos especial para la mayoría de las culturas del mundo
a nuestros Vicarios, Curas de las ciudades y de los (Oguic 2006:253). Sin embargo, no existen para
partidos de doctrinas no concedan a españoles, in- esta procesión antecedentes que brinden mayor in-
dios, negros y mulatos o mestizos, ni a cualquiera formación sobre el porqué de la elección de esta
persona mayordomías, pendoneros, alférez, rey o fecha. Al respecto, tal como ha sugerido uno de los
reina, capitanes y otros títulos, en cofradías que no evaluadores anónimos de este trabajo, no habría
estén aprobadas por el Ordinario, y sus constitu- que descartar la aproximación a la fecha del fenó-
ciones” (Toscano 1906 en Cáceres Freire 1942). meno astronómico en que el sol alcanza su mayor
El resultado de estas prohibiciones no cumplió su altitud y su posición más austral, conocido como
cometido. Las cofradías continuaron con las cele- solsticio de verano. Ello le otorgaría a esta festivi-
braciones hasta la actualidad y así también lo re- dad un vínculo más con antecedentes precolombi-
gistra González (2004) cuando recuerda que en su nos y más lejanos en el tiempo.
infancia y hasta 1880 el clero no participaba de las En esta procesión aparecen los mismos actores
festividades y que los intentos por suprimirlas casi del Tinkunaco de la ciudad de La Rioja, desta-
generan levantamientos sociales que derrocan a un cándose la figura del inca mayor, el líder y quien
gobernador y un vicario. Recién a partir de fines dirige esta ceremonia (Figura 6). Lo acompañan
del siglo XIX y comienzos del XX se produjo un los ayllis7, un grupo de hombres, que han sido se-
acercamiento de la iglesia que termina por organi- leccionados para colaborar con el inca mayor en
zar y hacerse cargo de esta ceremonia ritual en la el manejo y en la toma de decisiones de este mo-
Ciudad de La Rioja. Pero además de esta locali- vimiento. Los ayllis son además los encargados
dad, aparecen en la historiografía riojana algunos de cantar en quichua (Oguic 2006:31-32)8 y de
otros pueblos y ciudades que difieren en algunas identificar en todo momento la presencia del inca
de sus prácticas y que por estar en regiones del mayor durante el desarrollo de este movimiento
interior y alejadas de las grandes urbes, pueden ser procesional (Figura 7).
más prístinas y validar aspectos de la religión ca-
tólica y sus vínculos con las tradiciones andinas 7
Guaman Poma de Ayala en su obra Nueva Corónica
(Manzo 2010:15). Creemos que este es el caso que y buen gobierno (p. 794) cita el termino haylli, y
comenta que en oportunidades se cantaba y danzaba en
se analiza a continuación en la Sierra de Famatina.
las festividades religiosas en los primeros años de la
conquista europea.
Procesiones por el Qhapaq Ñan: el caso local del 8
Los textos están publicados por varios autores y
niño de Gualco en Famatina con diferentes versiones traducidas (Carrizo 1942;
Uno de estos casos es la procesión religiosa del Cáceres Freyre 1969; Oguic 2006) según las distintas
festividades en cada una de las regiones. Para el caso
Niño de Gualco o Hualco, cuya celebración prin- de Famatina la versión más antigua es la del Perfecto.
cipal se realiza todos los años durante el domingo P. Bustamante quien residía en Famatina y en su libro
anterior al 16 de diciembre entre la localidad de registra este himno religioso en el año 1922 (Cáceres
Ángulos y Famatina6 y donde se recorren aproxi- Freyre 1969:310). Las distintas versiones sin embargo
coinciden en que es un canto de alabanza religiosa en
el que se hace alusión fundamentalmente a la Virgen
6
Se habla de esta fecha como la principal, debido a que de Copacabana o a la Virgen de la Concepción y al
como festividad religiosa también los días posteriores nacimiento del Niño Dios. El quichua dejo de utilizarse
(24 y 25 de diciembre) se realizan otras actividades en la zona desde fines del siglo XVIII. Al repetirse
litúrgicas junto a la iglesia católica. Además del regreso oralmente de padres a hijos una lengua desconocida,
del Santo desde Famatina hacia Angulo y visitas del introdujo seguramente tergiversaciones de las letras de
Santo a otras localidades próximas a Famatina. estas canciones.

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Figura 6. En la imagen el Inca mayor (al centro) y los ayllis encabezando el movimiento ritual
sobre la Ruta provincial 11 hacia la localidad de Famatina (Procesión Diciembre de 2008).

Figura 7. Procesión actual del Niño de Gualco desde Angulos hacia Famatina. Al fondo los
nevados donde se emplazan los dos adoratorios de altura (Procesión Diciembre de 2015).

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La nominación del cargo de inca mayor en Famatina Esto pudo ser observado por nosotros durante el
es de carácter hereditario, siendo la familia Gaitán movimiento procesional de diciembre de 2015; en
los portadores de tal jerarquía. No sucede lo mismo esa oportunidad, el municipio inauguró una nueva
en otras localidades, donde tal designación se ha estación o ramada donde se detiene el santo duran-
transformado en un cargo electivo tal como señala te la procesión. Allí, con la presencia de las máxi-
Oguic (2006) para La Rioja. En el Tinkunaco mas autoridades municipales a punto de comenzar
que se realiza en la capital provincial, el inca a pronunciar sus discursos, los feligreses presentes
presentaba las mismas características jerárquicas, promovieron al inca mayor, a ser él quien dirija las
hasta que la intercesión de la iglesia católica lo primeras palabras al público.
transformó en un cargo electivo donde se tomaba Los ayllis, también conocidos como la cofradía de
en consideración la conducta destacada y la los ayllis o la cofradía del inca, desempeñan un
honorabilidad de los integrantes de estas cofradías papel que se asemejaría a una guardia de honor
(Cáceres Freire 1966:268)9. del santo. Sus principales roles son salvaguardar la
En Famatina, el inca mayor es quien toma las de- tradición de esta festividad, así como el acompa-
cisiones respecto de la procesión, y su imagen es ñamiento en las procesiones, blandiendo un arco
muy valorada en la comunidad regional (Figura 8). decorado con telas y cintas de colores bajo el que

Figura 8. Imagen del Inca Mayor, líder del peregrinaje del Niño de Gualco acompañado por los ayllis en la
inauguración de una ramada próxima a la cabecera departamental. El círculo destaca la banda con la inscripción
Inca Mayor mediante la que se identifica. (Diciembre de 2015).

ubica siempre al inca mayor. El arco se balancea


9
La transformación del cargo hereditario en electivo cuando se entonan las estrofas de los himnos en
instaurado por la iglesia se produjo para evitar activida- quichua.
des festivas que la doctrina católica quería erradicar y
al mismo tiempo para personas con una buena cuota de
Según los habitantes de Famatina, convertirse en
devoción cristiana Cáceres Freire 1966:268). aylli no es tarea sencilla:

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“El que se hace aylli, que tiene su promesa, momento en que se encontró el niñito se empezó a
le cuesta aprenderlo; sino lo escucha, no lo hacer un grupo” afirma Eugenio, un ex minero de
va aprender; si lo leen no lo va aprender, pero 72 años, habitante de la localidad de Plaza Nueva
si lo escucha, sí. Con el tiempo se va crian- (Ficha 03 Registro de Oralidad del Qhapaq Ñan,
do el aylli, porque hay ayllis chiquititos por La Rioja, Argentina).
eso cuando se van criando van aprendiendo. Gualco, el lugar mítico del hallazgo del santo,
Yo hice la promesa, me hice aylli y después es una localidad muy próxima a la población de
con el tiempo fui aprendiendo el canto. El Famatina, donde se han detectado estructuras de
Inca no más toca la caja.. El canto de los cultivo y represas con paredes de piedra y siete re-
ayllis de Campanas, de Malligasta , de La cintos de adobe con diferentes formas (Raviña y
Rioja no es el mismo, es distinto. O sea que Callegari 1988), aunque sin datos precisos acerca
el nuestro es casi todo en quichua. Este tiene de su cronología. La historia oral referencia el ori-
24 estrofas, los otros 16. Las vamos repi- gen de este topónimo con el nombre de un cacique
tiendo, vamos cantando y ahí el Niño hace local: “El Inca, después de los indios que estaban
la bendición y la hace a los cuatro vientos” allí, el apellido de el era Gualco y de allí la gente
(Ficha 03 Registro de Oralidad del Qhapaq por qué ahí fue poblado antes y la gente se cambio
Ñan, La Rioja, Argentina). después para acá por falta de agua. Pero el apellido
del cacique era Gualco, por eso le pusieron así”
La memoria del inca está también presente a tra- (Ficha 03 Registro de Oralidad del Qhapaq Ñan,
vés de la oralidad, con los orígenes míticos de este La Rioja, Argentina).
movimiento ritual religioso: “en Gualco vivía un Geomorfológicamente, Gualco corresponde a un
Rey Inca (sic) con sus gentes, las cuales en una amplio barreal donde, según algunos datos de la
oportunidad oyeron llorar a un niño y buscaron historia oral afirman que se produjo la primera
hasta encontrar dentro de una tinaja la representa- fundación de Famatina con la construcción de una
ción del niño Dios en posición sentada” (Cáceres capilla con muros de adobe, pero esto aun no ha
Freyre 1969: 256). podido ser comprobado.
Sin embargo, los registros escritos rescatan el co- Al ser Pedro Reartes oriundo de la localidad de
mienzo de la historia procesional a partir del año Angulos, la procesión comienza desde este lugar,
1949 reconociendo al Sr. Pedro Rearte de la loca- hacia Famatina, para finalizar en la Iglesia de San
lidad de Angulos como el primer vecino poseedor Pedro. El trayecto es de unos 35 kilómetros que en
de la imagen que se venera en la actualidad10. Por la actualidad se cubren siguiendo la ruta provincial
supuesto que esta fiesta procesional se remonta Nº 11; sin embargo este derrotero se ha ido modi-
mucho más atrás en el tiempo y aunque existen ficando a través del tiempo, ya que antes la imagen
escasas evidencias para documentar fechas ante- era llevada siguiendo un tramo del Qhapaq Ñan
riores a este año, rescatamos por ejemplo una fo- (Subtramo Campanas-Los Corrales), que desde
tografía del año 1904 (Cáceres Freire 1969:281) Angulos, pasaba por Los Ramblónes, Los Pozos,
ubicada en el Archivo General de La Nación, don- Las Escaleras, Los Corrales, y de allí seguía por
de se muestra a la congregación del Niño Dios en Las Gredas y Carrizal hasta llegar hasta la igle-
una casona de Famatina. sia ubicada frente a la plaza central (Agüero Vera
La historia oral tampoco suele tener respuestas a 2006:141), (Figura 9).
la pregunta del surgimiento de esta celebración y Esta información coincide también con los relatos
movimiento procesional anual: “No se sabe des- de la tradición oral que hemos recogido durante
de cuando empezó, no hay nada escrito…desde el nuestras investigaciones y también dentro de los
relevamientos en el marco del Programa Qhapaq
Ñan. Allí, se realizó un registro de la historia oral
Actualmente el santo está acompañado de un niño
10

Dios con un mundo en la mano que recuerda la imagen


de las poblaciones ubicadas en ambas vertientes
del Niño de Praga (Cáceres Freire 1966:256-257). de la Sierra de Famatina y en la consigna del re-

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Figura 9. Mapa que muestra la evolución del derrotero del movimiento ritual del Niño de Gualco a mediados del
Siglo XX y el recorrido realizado en la actualidad.

conocimiento de caminos ceremoniales, en la lo- ámbito de la región andina en particular presenta-


calidad de Alto Carrizal se menciona el paso del rá sus propias características sociales y políticas,
inca desde el paraje Las Escaleras hacia los cerros resultantes de las modificaciones y adaptaciones
circundantes, aunque no se especifican las ceremo- que se pudieron suceder en los espacios sagrados a
nias realizadas. través del tiempo.
El tamaño de la procesión en sus primeros mo- Tal como sugirió Rostworowski (2003), esta ge-
mentos no sería el de la actualidad, ya que era tras- nuina complejidad amerita por consiguiente más
ladado a lomo de mula desde Angulos siguiendo el investigaciones con sus respectivos trabajos de
derrotero mencionado. Hoy por las rutas contem- campo y fundamentalmente, observaciones que
poráneas, miles de personas cubren el trayecto a apliquen la información histórica y antropológi-
pie o a caballo. ca disponible, estudiando todos los componentes
del registro (Crumrine y Morinis 1991; Mignone
CONSIDERACIONES FINALES 2009; 2013).
Los peregrinajes son manifestaciones sociopolíti- Siguiendo estas premisas analizamos la procesión
cas de la vida de los pueblos altamente dinámicas, del Niño de Gualco, un movimiento ritual que se
que evolucionaron en forma constante y produ- realiza actualmente cada año en el Departamento
jeron cambios en la historia de los movimientos Famatina; festividad que está ligada al desarrollo
rituales y en sus estructuras (Jacob y Leibowicz de la religión católica, aunque su estructura ritual
2012). demuestra profundos significados vinculados a la
Para dimensionar el cambio que se produjo entre presencia inca en esta región.
tales movimientos, estos fenómenos religiosos se Los orígenes de las primeras procesiones relacio-
deben abordar multidimensionalmente, pues cada nadas con este movimiento son poco claros debido

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a que, según los relatos míticos, el Santo fue halla- sufrió dos cambios en menos de medio siglo, sin-
do por los incas y luego de un prolongado periodo dicando la dinámica de los movimientos rituales
temporal con vacío informativo, reaparece recién de esta institución en el área. Hasta mediados del
en el siglo XX, con Pedro Reartes de Angulos siglo XX, transitando desde Angulo hasta Fama-
como su propietario11. tina por el Qhapaq Ñan; luego por la antigua ruta
Con el análisis de la información arqueológica Provincial 11, que hasta mediados de la década de
regional y la recopilación de la historia oral, co- los 90 era totalmente de tierra y por último, con
menzamos a detectar algunos datos que no están ligeras variantes por la nueva traza ya asfaltada
presentes en las áreas vecinas más inmediatas, y de esta ruta. En realidad todas las procesiones pu-
que exceden las expectativas esperadas para los dieron sufrir cambios que afectan sus trayectorias
contextos incaicos de esta zona sur del kollasuyu. geográficas y aún siguen modificándose en la ac-
La integración de las particularidades del registro tualidad, y ello es bien advertido en Famatina con
viario inca, su exponencial visibilizacion y los da- la actual Procesión del Niño de Gualco, tal como
tos etnográficos recogidos en esta fiesta religiosa, se ha venido explicando.
podrían converger hacia escenarios que involucran Pero existe además un denominador común de los
como vía de circulación con objetivos religiosos a peregrinajes en América Latina donde se produjo
su andamiaje más importante: el Qhapaq Ñan. la aparición de imágenes, íconos de madera, pie-
Sin duda que la relación entre el peregrinaje ac- dra u otros materiales para luego cobrar vida y es
tual y el paisaje culturalmente construido durante que siempre estos lugares adquieren el carácter
la ocupación inca en Famatina constituye una hi- de sagrados por la reputación adquirida ante una
pótesis tentadora, aunque difícil de contrastar; no manifestación divina (Salnow 1987:59). Esto,
obstante, existe un dato interesante concerniente sin embargo, no ocurre en la procesión de Gual-
con el ascenso a estas áreas de los caminos dobles. co; curiosamente el lugar del hallazgo, a pesar de
En sus inicios, la procesión católica se dirigía des- la mítica aparición del niño que se venera en la
de Angulo hacia el Templo de San Pedro en Fama- actualidad, no ha sido elegido y/o incluido como
tina usando para este movimiento ritual la traza de parte del territorio de procesión, ni tampoco como
la vialidad inca que pasaba por la localidad de Los un sitio donde se produjo un fenómeno religioso,
Corrales. Es decir el vínculo entre los movimien- quedando solo en la memoria de unos pocos. Este
tos procesionales actuales y los caminos incaicos, inexplicable olvido se contrapone con la estruc-
no solamente está dado por la corta distancia y tura de la ceremonia y sus potentes presencias en
proximidad entre ambos (unos 30 km), sino que la memoria de “lo inca” y nos llevan a pensar en
además involucra el uso directo del Qhapaq Ñan cambios más sustanciales de su espacialidad en el
en épocas históricas recientes. pasado más lejano.
Los abordajes de los caminos como espacios gene- La presencia del inca mayor, siempre asignado a
radores de memoria (Moralejo 2015:106) pueden un hombre, aun sigue vigente en las tradiciones
colaborar en la recuperación de aspectos deste- religiosas actuales de Famatina, pero se ha ido
rrados después de 1532. Durante todo ese tiempo reacomodando a la construcción de las identida-
se ejercieron presiones para generar “olvidos co- des contempóraneas, resistiéndose a adaptaciones
lectivos”, favoreciendo el surgimiento de nuevas que la modifiquen sustancialmente o la borren de
narrativas históricas y con ello modificaciones de la memoria definitivamente. Las diversas y suce-
contextos y derroteros, como pudo haber sufrido la sivas intervenciones de la corona española en su
procesión de Gualco. Este movimiento procesional manifiesta lucha contra los pueblos originarios
aplicando la extirpación de idolatrías durante los
siglos XVI y XVII, hicieron que la práctica de mo-
11
También se ha mencionado que fue hallado por una vimientos rituales en muchas regiones de los An-
mujer de apellido Agüero (Oguic 2006:179), pero los
datos no tienen otros elementos para contrastar esta ver-
des desaparecieran o se modificaran (Manzo 2010)
sión. y con ello el derrotero de sus trayectorias.

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Muchos de estos lugares, monumentos y objetos sagrados han fallado, y todavía sobreviven frag-
sagrados, componentes activos en las ceremonias mentos de tradiciones como la Procesión del Niño
procesionales, pudieron desaparecer físicamente, de Gualco, que con distintos grados de exposición
más sus rituales fueron transformados y permiten abordar el estudio de estos caminos ubi-
adaptados entre las nuevas imposiciones. Así lo cados entre lo humano y lo divino.
señala Guaman Poma de Ayala en su mención
sobre los Ayllis, relacionando los comienzos de AGRADECIMIENTOS
estos rituales en áreas peruanas: “ que los dichos A los Coordinadores del Simposio; Al Secreta-
caciques principales y sus indios, o las indias, rio de Turismo y Cultura de la Municipalidad de
sus propios hijos legítimos, que dancen y hagan Famatina, Prof. Daniel Olivera. A las autoridades
taquies y haylli.. y danzas de españoles, y negros, Patrimoniales de la Provincia de La Rioja y del
y mulatos y otras danzas de los indios, han de Ministerio de Cultura de la Nación por sus respec-
danzar delante del santísimo sacramento y delante tivos aportes y participaciones para la realización
de la Virgen María y de los santos, en las fiestas del Trabajo de campo en Famatina. A Mercedes
y pascuas y fiestas de las iglesias, de otras fiestas Maisón y Gimena Conforti del área de Cartografía
que lo manda la Santa Madre Iglesia Romana de del INAPL por su colaboración en los mapas aquí
cada año; no lo haciendo serán castigados, pues presentados. A los evaluadores que hicieron sus
que para los uacas, ídolos, dioses falsos, demonios aportes para mejorar este trabajo.
por mandados de los pontífices, laycaconas,
hechiceros, lo hicieron, haora lo han de hacer para BIBLIOGRAFÍA
servir al mismo criador Dios verdadero” (Guaman
Poma de Ayala 1615). AGÜERO VERA BARRIONUEVO, G.
Por supuesto que tampoco se debe a la conquista 2006. Conociendo Famatina. A.PRE.CU.A.
hispánica y sus extirpaciones de idolatrías como Lerner Editorial. Córdoba.
el único factor generador de todos los cambios
acontecidos. En algunos casos probablemente APARICIO, F. DE
fueron las mismas sociedades dominadas y no los 1936. Vestigios de caminos incaicos en la provincia
dominadores los que adoptaron sus propias es- de la Rioja. Revista Geográfica Americana 6: 167-
trategias político-religiosas y transformaron sus 174.
peregrinajes y lugares sagrados, con el fin de con-
graciarse y recibir beneficios de quienes ostenta- ALBÓ, X.
ban el poder (Crumrine y Morinis 1991). Con esta 1966. Jesuitas y culturas indígenas: Perú, 1568-
multiplicidad de factores, la larga tradición andina 1606. América Indígena 26 (4): 395-447.
de veneraciones a las montañas sagradas se fue
transformando y las sendas y los caminos rituales BARCENA, R. y S. MARTIN
modificaron posiblemente los espacios de sus des- 2009. Modelos Complementarios de la red vial inka
plazamientos. en La Rioja. Nuevos aportes para la dominación
En algunos ámbitos, como en el área peruana, los incaica del Centro Oeste Argentino. En Actas del
relevamientos etnográficos han revelado en los XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina.
nevados, veneraciones y continuidad a los cultos UNRC. Tomo III pp. 83-93.
andinos y los Apu tutelares (Martínez 2013:13;
Valderrama y Gutiérrez 2012:20). En otros ca- BAUER, B. y C. STANISH
sos, como este sector meridional del kollasuyu 2001. Ritual and Pilgrimage in the Ancient Andes.
se encuentran subyacentes o mimetizadas con los University of Texas Press. Austin.
valores culturales y religiosos actuales. Afortuna-
damente, los mecanismos para hacer desaparecer BAZAN Y BUSTOS, A.
totalmente estas costumbres en diferentes espacios 1907. Vida de San Nicolás de Bari y apuntes

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