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HISTORL\ DE L\ CIENt:L\

, , ,

SINTESIS HISTORICA DE LA BIOGEOGRAFIA

por

Jorge Llorente Bousquets1•3, Nelson Papavero2, Alfredo Bueno Hernández4

Sigue ahora e/lugar. que, como dijimos hace poco. se constituye en las definiciones de las co.<as
que pueden ser definidas. E/lugar. ciertamente, no e.< otra cosa que e/ámbito en e/ cual se recluye
una dettrminada cosa dentro de límites fijos.

Conjuntamente con é/-a saber e/lugar· es comprendido siempre y enteramente el tíempo. ya que
no es posible entender e/ lugar de una vez separado del tiempo. tanto como tampoco plledt ser
definido el tiempo sin implicar a la vez e/ lugar. Hay que situar/os. en efuto sobre aquel/a.< cosas
que existen simu/táneamente y siempre. de una manera inseparable. Y sin e/los ninguna esencia de
las que reciben e/ ser por la generación. podrla en modo existir o ser conocida.

Peryphi.<eon. De divísíone nawrae (862-866). Juan de Escoto.

Resumen

LIorente B., J.: Síntesis histórica de la biogeografía. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 24(91 ): 255-
278, 2000. ISSN 0370-3908.

Se ofrece una sfntesis de la biogeografía desde la antigüedad a la época contemporánea, refirien­


do los mitos de la creación y su predominio, los principales protagonistas y las obras fundamentales
donde se citan las ideas, hipótesis y teorías para explicar la distribución de los seres vivos: San
Agustín, D' Acosta, Kircher, Linnaeus, Buffon, Humboldt, De Candolle, Lyell, Wollaston, Von
Buch, Sei ater, Hooker, Wallace, Darwin y otros más. Se enfatiza cómo la idea de un centro de origen
norteiio y dispersión a través de una geografía estable predominó en el pensamiento biogeográfico
·
hasta la década de 1960. Durante las últimas tres décadas, Croizat con sus seguidores neozelandeses
y su panbiogeografía; Nelson, Platnick y otros con su Biogeografía Cladista o de la V icarianza. han
dominado los aspectos teóricos y metodológicos, cuyas bases son filogenéticas y un cambio en la
concepción dei espacio geográfico.

Palabras clave: Biogeografía. Historia. Linnaeus, Buffon, Humboldt, Lyell, Wallace, Croizat,
Panbiogeografía, Vicarianza.

Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de


Colombia. 3 Museo de Zoología, Facultad de Ciencias, UNAM. México.
2 Universidade de Santa Úrsula, Río de Janeiro, Brasil. 4 Facultad de Estudios Superiores, Zaragoza. UNAM. México.
256 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

Abstract

An historical synthesis of biogeography is provided from antiquity to present. The synthesis


begins with the myths of Creation and their predominance and then focuses on the major early
protagonists and their fundamental works wherein the hypotheses, ideas and theories to explain the
distributions ofliving organisms are developed: San Agustín, D' Acosta, Kircher, Linnaeus, Buffon,
Humboldt, De Candolle, Lyell, Wollaston, Von Buch, Sclater, Hooker, Wallace, Darwin and others
of lesser impacts. The idea of a northern centre of origen with subsequente dispersai over an
immovable geography was the dominant biogeographic model employed until the decade of the
l960s. During the Iast three deacdes, Croizat and his new Zealand followers promoted their
panbiogeographic whereas Nelson, Platnick, and others promoted their cladistic (or vicariant)
biogeography. These two schools have dominated theoretical and methodological biogeography,
based in phylogenetics and a change in the concept of geographic space.

Keys words: Biogeography, History, Linnaeus, Buffon, Humboldt, Lyell, Wallace, Croizat,
Panbiogeography, Vicariance.

Orígenes y cuestionamientos animales y plantas sin medi os para dispersarse. Las barre­
ras se imponían a la libre dispersión (Hutchins, 1952).
Las ideas y concepciones más antiguas sobre la distri­ San Agustín propuso intervenciones divinas para salvar
bución de la biota, e! hombre, las plantas y los animales el concepto bíblico en su obra La Ciudad de Dios, ade­
en la Tierra, se encuentran en diferentes mitos y leyendas más de postular ai hombre como agente dispersar.
·
de varias de las religiones más antiguas . Las dei mundo
judeo-cristiano están compendiadas en l a Torá y en e l Dado que la Bíblia misma era e! canon para las explica­
Libro dei Génesis; ahí puede encontrarse l a idea primor­ ciones sobre los fenómenos de la naturaleza, no se enten­
dial de que a partir de un lugar de la Tierra, por disper­ día cómo era posible que hubiera otras tierras pobladas por
sión, los seres vivientes cubrieron la superfície habitable. seres distintos que no se mencionaban en las Sagradas Es­
Tres veces reconocemos este concepto en el Génesis: I. crituras. Así, el descubrimiento de nuevos continentes con
El mito dei Edén ai concluir la Creación, cuando ai final sus elementos autóctones obligó a repensar la biogeografía
de la primera semana Dios había colocado a todos en ese de corte bíblico. La Tierra no estaba poblada homogénea­
paraíso terrestre, 2. E! mito dei Diluvio Universal, donde mente, como pudiera pensarse a partir dei Génesis, y las
se indica que a partir dei Monte Ararat, los animales sal­ hipótesis agustinianas generaban escepticismo.
vados en el Arca de Noé, se volvió a poblar la superfície
George ( 1969) compiló cartografía dei siglo XVI que
dei planeta, y 3. El mito de Babel, a partir dei cual se
refleja diversas expresiones culturales, incluídos plantas
diversificaron razas y lenguas con base en una sola po­
y animales particulares de sólo algunas regiones del glo­
blación (Papavero et al., 1997, 2000).
bo terrestre. En otros Atlas puede advertirse el hallazgo
La concepción dei centro de origen de l a biota y de de Vilma George (Portinaro & Knirsch, 1987; Nebenzahl,
los procesos dispersorios que ocurrieron para alcanzar l a 1 990; Goss, 1990).
distribución actual, predominó casi dos milenios, hasta
Los primeros cronistas, soldados y religiosos que llega­
el surgimiento de la ciencia institucionalizada, entre los
ron a las lndias Occidentales, tales como Hernández de
siglos XVII y XVIII. Sin embargo, durante este largo pe­
Oviedo, d' Anghiera, Sahagún, Francisco Hernández y mu­
ríodo, legos y estudiosos, religiosos y profanos, cuestio­
chos otros más, consignaron en sus escritos descripciones
naron esa concepción, ai reconocer diversas dificultades
sobre la biota allende el Atlántico, muy distinta a la dei
que se derivaban de considerar la concepción biogeo­
mundo conocido. Con el tiempo, a partir de la biota brasi­
gráfica bíblica respecto a varies hechos y suposiciones.
lena y australiana, surgieron más preguntas, las cuales in­
Uno de los límites era el tiempo, pues los escasos 4.000 dujeron a su vez nuevas respuestas. Se postularon puentes
anos que se pensaba tenía el mundo, no bastaban para intercontinentales, como la mítica Atlántida, situados tan­
imaginar cómo a partir dei Ararat se repoblaría la faz de la to en el sur (Martínez, 1 606) o vía el estrecho de Anián por
Tierra. Aún considerando más tiempo, no se vislumbraba el norte de América. AI final dei siglo XVI, D' Acosta ( 1 590)
el mecanismo para alcanzar islas distantes por numerosos distinguió tres hipótesis (en Papavero et al., 2000):
LLORENTE BOUSQUETS, J., N. PAPAVERO, A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 257

(i) Que los índios vinieron a América por voluntad 2000), para su obra A rca Noe, v. gr. Aldrovandi ( 1599-
propia, navegando desde el Viejo Mundo. Esta hipó­ 1603), Jonstonus (1657) y Marcgrave (1648).
tesis la desechó, pues ellos no poseían la aguja para
navegar y no conocían e! imán; se extendió sobre De Linnaeus a Buffon
estos tópicos· en los capítulos 17 y 18 dei Libro I de
su obra, probando que los antiguos no conocían el En un ensayo célebre, Linnaeus (1744) publicó la pri­
imán y que todos sus viajes eran cortos, por cabotaje mera gran teoría biogeográfica de los tiempos modernos, a
y guiados solamente por las estrellas; (ii) que los ín­ partir de un discurso que ofreció en Upsala: "Discurso so­
dios fueron arrojados a las Indias por tormentas, con­ bre el aumento de la Tierra habitable". El naturalista sueco
tra su voluntad. D' Acosta examinó varios casos con­ consideró tres conjuntos de datos (Papavero et ai., 1997):
tados en los mitos de las tribus americanas y en Ia 1. La distribución altitudinal de Ias plantas de Ararat con la
literatura de la Antigüedad, llegando a la conclusión correspondiente distribución latitudinal que estudió
Tournefort, 2. La i nterdependencia de los seres vivos y de
de que "no faltan indícios de que se haya navegado
éstos con el ambiente, según la Física-Teología de aquel
la mar dei Sur antes que viniesen espafíoles por ella.
entonces, y 3. El aparente aumento de las costas de Suecia,
Así que podríamos pensar que se comenzó a habitar
causado por el descenso dei nível dei mar.
el Nuevo Orbe de hombres, a quienes la contrariedad
dei tiempo y la fuerza de Nortes echó aliá" (Lib. I, Linnaeus aceptaba que Dios había creado sólo una
cap. 19); (iii) A pesar de esa posibilidad, "ofrécese pareja o un único individuo hermafrodita de cada espe­
aquí una dificultad que me da mucho en que enten­ cie, siguiendo el razonamiento lineal de Mathew Hale,
der y es que ya que demos que hayan venido hombres quien en su libro The primitive origen of mankind, publi­
por mar a tierras tan remotas, y que de ellos se han cado en 1677, argumentó que si la humanidad crece ge­
multiplicado las naciones que vemos, pero de bestias neración tras generación, basta con invertir el proceso y
y alimafías que cría el Nuevo Orbe, muchas y gran­ concluir que la primera generación inició con una sola
des, no sé cómo nos demos mana a embarcallas y pareja humana. AI llegar a este punto hay que recurrir a
llevallas por mar a las Indias". una razón de orden superior. es decir, a una creación divi­
na. El mismo razonamiento valía para las especies anima­
El jesuíta D' Acosta consideró una conexión ai conti­ les, de modo que l a conclusión era clara: el mundo se
nente americano por alguna parte ai Viejo Mundo y recha­ había repoblado a partir de las parejas salvadas por Noé.
zó la Atlántida como puente intercontinental. También in­
auguró el postulado que Buffon desarrolló un siglo y me­ En el opúsculo Oratio de telluris habitabilis incre­
dio más tarde, esto es, reconoció e! endemismo de las espe­ mento, que apareció en 1744, Linneo propuso:
cies ligadas a América, como formas claramente distintas a En las primeras edades dei mundo, los continentes
las dei mundo previamente conocido. Arguyó cambios ac­ permanecían sumergidos bajo el mar, con la excep­
cidentales con consecuencias en cambios de los animales ción de una sola isla en medio de este inmenso océa­
dei Viejo Mundo, hipótesis en apariencia transformista que no. Allf, todos los animales vivían con holgura y to­
Sir Walter Raleigh también propuso de manera indepen­ das las plantas vivían abundantemente. (En Nelson
diente, como Papavero et al. (2000) citaron: · & Platnick, 1981)

. . . el descubrimiento de una multitud cada vez mayor En su Systema Naturae (1735), Linneo lo aceptaba y
de seres vivos, que nada tenían en común con la fau­ en su De telluris habitabilis incremento (1744) lo expre­
na y la flora conocidas, volvía apremiante la necesi­ saba así, de acuerdo con Papavero et al. (1997):
dad de nuevas interpretaciones destinadas a alejar
" . . . si el primer hombre fue colocado en el Edén, y si
indiscretas conjeturas acerca de una pluralidad de la
ese hombre dio nombre a todos los animales, tam­
creación, como fueron dudas heréticas sobre la cro­
bién dio nombre a todos los insectos, y todos los in­
nología bíblica y la precisión de determinados pasa­
sectos debían, así como el resto de los animales, estar
jes dei libro sagrado.
en e/ jardín dei Edén. Como "todo vegetal nutre su
Precisamente otro jesuíta, Athanasius Kircher (1602- propio insecto, y Ia mayor parte de los insectos se
1680), ilustró vastamente, en 1675, las ideas bíblicas, pero nutre solamente de ciertos vegetales", todas las plan­
se inspiró en D'Acosta (1590) y Raleigh (1614), entre tas también deberían haber sido colocadas por Dios
otros, además de que sus figuras fueron copiadas en gran en el Edén, para que los insectos pudiesen alimentar­
parte de autores renacentistas (Papavero et al., 1997, se. Linnaeus concluyó de todo esto que el Creador
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colocó todas las especies vivas ai inicio, en un solo ducción de semillas es muy grande y que, aunque
lugar de la Tterra -el Paraíso Terrestre o Edén- que una cierta cantidad se pierde en el proceso de disemi­
posteriormente funcionaría como el centro de origen nación, aún queda una cantidad más que suficiente
y dispersión de las biotas. para, dadas las condiciones ambientales favorables,
establecer la especie en otra área.
Continuando con su razonamiento, Linnaeus consi­
derá e! punto siguiente: si cada especie está, como se Así, a partir de un único centro de origen y dispcr­
admite por la Ffsico-1eologfa, tan maravillosamente sión, los vegetalcs pasaron a ocupar toda la faz de la
adaptada a su lugar, si las interrelaciones entre las Tierra, y continuarfan ocupándola hasta que el mar
especies son tan equilibradas y constantes, ese mara­ desapareciese enteramente.
villoso ecosistema no podrfa haber sido destruido por
Es claro que, según esa hipótesis linneana, áreas dis­
un Diluvio -"es creíble'", dijo Linnaeus, "que e! crea­
tintas de la Tierra, con Ia misma ecología, deberfan
dor, ai momento de la Creación, habiendo llenado
poseer exactamente la misma nora.
toda la Tierra de animales, t,huhicra permitido que
todos esos seres fuesen destruidos, luego después, en
El problema de ese esquema linneano es que no to­
el Diluvio, conservándose en el Arca una sola pareja
maba en consideración a los animales. Linnaeus se
de cada especie?". Era una violencia contra la misma
preocupó tanto en demostrar que las plantas podfan
obra de Dios. Linnaeus fusionó, de manera bastante
ser dispersadas por varios medios, que se olvidó de
elegante, los episodios dei Paraíso Terrestre y dei Di­ probar su hipótesis utilizando a los animales. Los in­
luvio Universal en uno solo dei modo siguiente. Si sectos y las aves, por ejemplo, se podían dispersar
como Hjãrne, Celsius y el mismo Linnaeus crcfan, el votando -Uegarfan a otras áreas fácilmente, escoge­
mar estaba bajando de nivcl�:,rradualmente, era lícito rfan un lugar con clima adecuado, y asf sucesivamen­
pensar que ai inicio hubiese ocupado el máximo es­ te. Pero t,en el caso dei oso polar? t,Cómo haría para
pacio en la Tierra. Según Linnaeus, e! mar debfa cu­ descender a la montai'ía dei Edén, si estaba adaptado
brir ai inicio de los tiempos toda la Tierra, dejando ai hielo de la cumbre? t,Cómo podría descender hasta
solamente una isla, con una alta montai'ía emergida, la falda de la montaiia y atravesar los desiertos ca­
situada en el Ecuador. Esa is!a era el Paraíso Terrestre, lientes de la planície abandonada por el mar? Y t,cómo
o Edén, donde Dios creara todas Ias espccics vivas se dispersarían los animales de ríos y lagos? l,Cómo
mientras el mar universal cubría todo el resto de la podrían peces y moluscos, por ejcmplo, llegar a otras
faz de la Tierra (y Linnaeus salvaba asf parte dei mito áreas? Si todos los seres vivos dependen tan estrecha­
dei Diluvio ... ). mente unos de otros, t,cómo defendían Linnacus y
los físico-teólogos la forma en que el ecosistema se
Inspirado ahora por los hallazgos de Tournefort en el podía recomponer en otras áreas, saliendo dei centro
Ararat, Linnaeus estableció que la montaiia que ha­ de origen y dispersión dei Edén?
bía en e! Edén era bastante alta, y coronada por nie­
ves eternas; en esa monta na había, como en el Ararat, Linnaeus simplernente no trató el problema de la dis­
una zonación climática altitudinal. Entonces, en cada persión de los animales, ignorando su propio consejo
zona climática Dios creó un ccosistema, totalmente ai fin dei discurso:
funcional desde su origen, con todas las interrela­
jEstudiad, estudiad con gran cuidado!
ciones establecidas y criaturas adaptadas ai clima.
Dios, en su infinita sabiduría, respetaba Ias preferen­ En cicrto sentido, el modelo de Linneo representa una
cias ecológicas de las especies. A partir dei Edén, a vcrsión actualizada dei mito dei Génesis. Ya para el siglo
medida que e! mar universal se fue retirando, los ve­ XVIII, el número conocido de cspecies hacfa inoperante
getales se dispersaron, ocupando nuevas áreas dcja­ un arca, aún de las dimensiones más colosales que pudic­
das por el agua. Cada cual se instalaba donde las con­ ran imaginarse, capaz de albergarias a todas. Además, esta
diciones ambientalcs le eran propicias, recomponien­ versión linneana dei paraíso, concordaba muy bien con la
·
do asf de manera continua el ecosistema. En su dis- crecncia tan difundida en cse entonces, entre los filósofos
curso, Linnaeus ilustró abundantemente cómo los naturales, de que la Tierra había estado cubierta por un
vegetales se pueden dispersar por sí mismos sus re­ océano primigenio. L a idea de una Tierra cubierta por
querimientos, tanto a través de sus propios medios agua no aparece sólo en cl Génesis. Se halla también im­
como a través de agentes externos, tales como el vien­ plícita en Aristóteles, quien aunque nunca elaboró un es­
to, la lluvia, los ríos, el mar, etc. Mostró que la pro- quema específico sobre la distribución de tierras y mares,
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promovió l a conocida teoría de los cuatro elementos. De maciones vegetales y ciertos taxones dominantes en la
ahí deriva el modelo dei mundo de esferas concéntricas, vegetación. Para estas autores la geografía botánica era
con la esfera terrestre en el centro, rodeada sucesivamente la que asignaba a cada tribu sus límites y su clima. Así,
por las esferas de los elementos más ligeros. Una irregula­ establecieron una "ley de la distribución de las formas",
ridad evidente de este modelo es que, en sentido estricto, la cual indica la proporción o porcentaje de especies re­
no debería existir tierra emergida para ser habitada, pues gistradas de una família dada de plantas para una latitud
las esferas serían concéntricas. Sin embargo, este escollo determinada, que corresponde a un clima típico.
fue salvado con un argumento frecuentemente empleado
por los escolásticos: la intervención directa de la Provi­ Augustin P. De Candolle (1820) di o un gran avance a
dencia Divina, que desplazaba la esfera terrestre dei cen­ la biogeografía respecto a sus predecesores. En el diccio­
tro, y permitía así que hubiera tierra emergida (Randles, nario de ciencias naturales publicá un artículo corto pero
1990). Puede verse en estas ideas un antecedente directo muy sustancioso (Geografía Botánica), mismo que tam­
de la isla-montaiía de Linneo. bién apareció en forma de opúsculo (Ensayo E/ementai
de Geografía Botánica). Augustín atribuyó a Linnaeus
Con l a obra de Buffon, Histoire Naturelle, de una ex­ el haber distinguido la procedencia de las plantas (pa­
tensión extraordinaria, se inicia la biogeografía histórica tria) -donde las plantas crecen o habitan (habitaciones)-,
propiamente. En los tomos IV, IX y XIV se discuten varias aspecto diferente de la naturaleza particular de aquellas
aspectos dei origen de las faunas en el Continente Ameri­ localidades en las cuales acostumbran desarrollarse (esta­
cano, la degeneración de los animales y la que más tarde ciones). Así, clasificó a la geografía botânica en: 1. La
Humboldt denominó 'Ley de Buffon', entre otros tópicos influencia que los elementos externos ejercen sobre los
de interés biogeográfico. vegetales y las modificaciones que resultan para cada es­
pecie, de la necesidad que ellas tienen de cada substan­
AI referirse a los mamíferos dei Viejo Mundo y compa­
cia, o de los medios a través de los cuales pueden escapar
rarlos con América destacá que cada área poseía sus pro­
a su acción, 2. Las consecuencias que resultan de estas
pios animales, aun cuando tuvieran ecología semejante,
refutando así la teoría de Linnaeus. datos generales para el estudio de las estaciones, y 3. El
examen de las habitaciones de las plantas y las conse­
Reconocida esa regia por Humboldt, él mismo campa­ cuencias que de ello resultan en relación ai conjunto de
ró las plantas de África y América y la comprobó. AI igual l a ciencia. Insistió en que e! término 'estación' se refiere
hicieron Latreille y Cuvier con insectos y reptiles, de­ esencialmente ai clima, ai terreno de un lugar dado, mien­
mostrando que en áreas geográficamente distintas y dis­ tras que el de 'habitación' está más relacionado con las
tantes, los animales son diferentes entre sí, aunque impe­ circunstancias geográficas y geológicas, destacando que
ren las mismas condiciones ecológicas. la confusión de estas dos clases de ideas era una de las
causas que más habían atrasado esta ciencia y !e habían
Para explicar la disimilitud, Buffon se apropió de la
impedido adquirir exactitud.
hipótesis de D' Acosta: Los mamíferos se originaron en
Europa y, por un puente contíguo entre e l Viejo y el Nuevo Darwin citó un pasaje dei trabajo de De Candolle
Mundo, pasaron a América. AI pasar ai Nuevo Continente, (1820) que es muy conocido:
los animales y las plantas degeneraban, según Buffon, quien
hizo comparaciones para probar la inferioridad de los seres Todas las plantas de una región, todas aquellas de un
americanos (Gerbi, 1992) a causa de la mala calidad y peo­ lugar dado, están en un estado de guerra unas relati­
res condiciones de la tierra, cielo, calor, humedad y otros vamente con las otras. Todas están dotadas de medias
factores. Incluso llegó a invocar, sin denominaria, a la se­ de reproducción y de nutrición más o menos eficaces.
Jección natural: "las especies menos perfectas, más delica­ Las primeras que se establecen ai azar en una deter­
das, las más pesadas, las menos activas, las menos arma­ minada localidad tienden, por l a misma razón de que
das, ... ya desaparecerán o desaparecieron". ocupan espacio, a excluir a las otras especies, las
mayores desterrando a las menores, las más vivaces
Humboldt, Bonpland y los De Candolle sustituyendo a aquellas de duración más corta, las
más fecundas posesionándose dei espacio que po­
La contribución dei barón de Humboldt (1805) y Aimé drían ocupar aquellas que se multiplican más difícil­
Bonpland radica en la cuantificación de factores que se mente.
distribuyen altitudinalmente. Su ejemplo más conocido
es en el Chimborazo (Ecuador) de la región andina, en En esta lucha perpetua, ocurren dos fenómenos prin­
correlación con las distribuciones altitudinales de las for- cipales. 1°. Ciertas plantas, por su organización, ne-
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cesitan de cicrta<; condiciones de existencia: una no Más adelante definió las regiones botánicas, de las cua­
puede vivir donde no encuentra una cierta cantidad lcs rcconoció 20 en todo el globo terrestre. Posteriormente,
de agua salada; otra, donde no ticnc, cn tal época dei él mismo y s u hijo Alpho nse, en varios trabajos
afio, una cantidad tal de agua o tal cantidad de luz incrementaron el número de regiones ai agregar algunas
solar, etc. Resulta de esa necesidad para ciertas cir­ islas y archipiélagos con sus formas endémicas caracterfs­
cunstancias que ciertas plantas no se pueden desarro­ ticas y singulares Las regiones botánicas las definió como:
.

llar en ciertas localidades: primera causa de la distri­


...espacios cualesquiera que, exceptuadas las espccics
bución de los vegetalcs. 2°. Las condiciones de exis­
introducidas. ofrecen un cicrw número de especies que
tencia de cada especie no están rigurosamente fijas,
lcs son particulares y que se podrfan llamar verdadera­
pero admiten una cierta latitud entre los extremos.
mente abodgenes. Las plantas de una región allí se
Para cada espe-eie se podría determinar el punto que
distribuyen, según su naturaleza, en las localidades
mejor conviene a su naturaleza relativamente a la
,

que les convienc y ticndcn, con mayor o menor ener­


dosis de calor, de luz, de humedad, etc. que ella debe
gía, a sobrepasar sus lfmites y diseminarse en todo el
recibir para estar en el mayor grado de prosperidad
mundo; pero ellas son impedidas en la mayoría por
posible. Una vez determinado este punto, no se tarda
mares o por desiertos, o por cambios de temperatura, o
en reconocer que cada cspccie se puede apartar más o
sólo porque encucntran cspacios ya ocupados por las
menos dentro de ciertos lfmites. Cuando la planta se
plantas de otra región. Por lo tanto hay regiones per­
aproltima a esos límites, queda más frágil, y no puede
rectamente circunscritas y determinadas; hay otras que
vivir sino en un número limitado de localidades y
sólo se pueden apreciar por un cierto conjunto o una
tampoco, por el mismo motivo, puede radicarse en
cicrta masa de vegetales comunes.
lugares distantes ni ser cultivada fácilmente.(p. 384-
385 dei Origen de las Especies).
Análogamente a lo que pasaba con la taxonomía, cn
que cicrtas especies se caracterizaban por poseer uno o
Con base en estos factores, ai igual que Humboldt,
más caracteres 'esenciales' y otras sólo por un arreglo
propuso una clasificación 'sociológica' de las plantas ai
reconocer las formaciones vegetales. único de caracteres, ninguno de ellos esencial, tal como
Linnaeus descubricra los grupos politéticos (nomina le­
De Candolle puntualizó que todos, o casi todos los ve­ gitima: cf. Papavero y Abe, 1992), asf las 'regiones botá­
getales, por sf solos, tienden a ocupar un espacio determi­ nicas' podían reconocerse 'esencialmente', por la pose­
nado sobre la Tierra y destacó que la detcrminación de las sión de una o más especies aborígenes o 'legítimamcnte',
leyes por las que opera esa circunscripción vegetal consti­ por contener un conjunto único de especies, ninguna de
tuye el estudio de las habitaciones. Luego admitió que hay las cuales es ' a borigen '. Tal parece ser el sentido de la
barreras naturales que impiden que la diseminación de una última afirmación de De Candolle en la cita previa.
especie se extienda por toda la Tierra, a la vez que recono­
De Candoll e introdu jo otros conceptos y términos
ció varios factores o medios de transporte que facilitan la
como el de endemismo y grupos esporádicos y los ilustró
dispersión, ya sea por el agua (hidrocoria), por la atmósfera
profusamente; su clasificación regional !iene un propósi­
(anemocoria), por medio de algunos animales (zoocoria) y
to heurístico, y a que permite diferenciar especies de dos
por causa dei mismo hombre (antropocoria).
rcgiones distintas:
Con base cn el estudio de la distribución de las plantas,
Los botánicos saben que en general las plantas de
De Candolle admitió la 'Ley de Buffon', al indicar que:
esas veinte regiones son diferentes unas de las utras,
Los primeros viajeros siempre crefan reencontrar en de suerte que, cuando se halla en los escritos de los
los países distantes las plantas de su patria y se com­ viajeros plantas de una de esas regiones que se dice
placían en darles los mismos nombres. Pero cuando fueron halladas en otra, se debe, antes de admitir esa
las muestras eran Jlevadas hacia Europa, la ilusión se proposición, estudiar las muestras provcnidas dc las
disipaba para la mayorfa; cuando el examen de las dos regiones con particular cuidado en todo. Tan solo
muestras secas dejaba dudas aún, el cultivo de ellas si se considera esta división dei globo como una pre­
en los jardines contribuía a eliminar las dudas, y hoy eaución contra la sinonímia y para la determinación
en dfa queda (salvo las plantas transportadas por la de las especies, ella sería ya de alguna utilidad; pero
influencia dei hombre) una canti dad muy pequena sirve sobre todo para poder ex presar, de una forma un
de cspecies fanerógamas comunes a distintos conti­ poco más general, a una inmensa cantidad de datos
nentes (p. 403 ). relativos a las patrias de las plantas.
I

LLORENTE BOUSQUETS. J .• N. PAPAVERO. A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 261

...Entre los fenómenos generales que presenta la ha­ ríodo de creación; así también reconoció que en cada crea­
bitación de las plantas hay una que me parece atín ción los seres eran más 'perfectos'.
más inexplicable que todos los otros : es que existen
Con e! tiempo e! número de creaciones fue creciendo,
ciertos géneros, ciertas famílias, en las que todas las
y de las cuatro que había propuesto Cuvier, D'Orbigny
especies crecen. en una sóla región (llamémosles, por
concluía que eran 27, luego de estudiar moluscos.
analogía con e! lengu�je médico, géneros endémi­
cos) y otros cuyas especies están distribuídas en el Con el estudio de los fósiles y su distribución sobre la
mundo entero (llamémosles, por motivo análogo, faz de la Tierra, surgió una controversia, pues mientras
géneros esporádicos) [p. 412 dei Dictionnaire]. algunos defendían la inexistencia de províncias biogeo­
gráficas en las creaciones pasadas, otros hallaban que Dios
AI dimensionar temporalmente el estudio de las habi­
siempre creaba las especies pasadas en las mismas regio­
taciones, De Candolle proyectó la biogeografía histórica,
nes biogeográficas actualmente existentes; un tercer gru­
aún sin tener una teoría de la evolución elaborada, al afir­
po pensaba que las regiones biogeográficas fueron crea­
mar que"... las estaciones únicamente se deben a las cau­
das y repartidas gradualmente, de época en época.
sas físicas que actúan ahora y que las habitaciones muy
bien pueden haber sido determinadas en parte por causas La versión geográfica de la Zoología se debc a
geológicas que no existen más hoy en día ... A través de Zimmermann (1777). AI criticar la hipótesis linneana,
esa hipótesis, fácilmente se concebiría por qué ciertas seiíaló como más aceptable que Dios hubiese creado a
plantas nunca se encuentran salvajes en lugares donde se cada animal en e! área en la que vivía actualmente, a par­
dan perfectamente cuando se transportan hacia allí. Pero tir de muchos indivíduos y con todas las especies en per­
esta teoria participa, es preciso confesar, de la incerteza fecto equilíbrio. La creación múltiple y simultánea de las
de todas las ideas relativas al antiguo estado de nuestro biotas, cada cual en su debido lugar, era mucho más
globo y al origen primitivo de los seres organizados. parsimoniosa como teoría y establecía la 'armonía de la
naturaleza' desde los inícios.
Así De Candolle promovió la idea de que habían va­
rias áreas de creación. Después de De Candolle, los zoólogos postularon re­
giones o centros de creación para los animales. Surgieron
Lyell: entre Cuvier, Darwin y Wallace así los sistemas de clasificación de Schmarda (1853),
Dana (1853) y Sela ter (1858), entre los más importantes.
Buffon, en sus Épocas de la Naturaleza, obra con la
cual coronó su inmensa historia natural, dividió en eta­ E! gran sintetizador de la biogeografía, entre princí­
pas o épocas el desenvolvimiento de la Tierra, esto es, pios y mediados dei siglo XIX, fue Charles Lyell; este
formuló el esbozo de un patrón organizado temporalmen­ autor, en sus Principias de Geología, recapituló sobre los
te en los distintos períodos de desarrollo bajo e! que trans­ hallazgos y propuestas de Humboldt y De Candolle, aun­
currió e! proceso de formación terrestre con su biota. que con su doctrina uniformitarista en la Geología se di­
rigió a un programa dispersionista de la biogeograffa.
Cuvier, al admitir la fijeza de las especies y a la vez
reconocer grandes procesos de extinción, propuso la teo­ Hacia mediados dei siglo XIX, .::1 modelo linneano de
rfa de grandes revoluciones dei globo terrestre con crea­ la isla-montafia resultaba claramente inconsistente con la
ciones sucesivas; las creaciones eran discontinuas y se­ investigación biogeográfica . Lyell lo refutó aduciendo
paradas por grandes cataclismos o catástrofes, la última como razones: 1) que nunca había existido un océano
de las cuales, afirmaba, podría atribuirse ai Diluvio Uni­ universal, según se desprendía de que en los estratos más
versal. Puede apreciarse cuán difícil fue para la Biología antiguos conocidos había restos de plantas terrestres, y 2)
desprenderse de la influencia bíblica, lo cual ocurrió mu­ que desde la primera aparición de una porción de tierra
cho antes para el caso de la Física. firme, habían ocurrido muchas sustituciones completas
de plantas y animales. Mientras que la concepción común
Cuvier estableció un programa de investigación que
en tiempos de Linneo era la fijeza de las especies, ya para
fue seguido por varios naturalistas, quienes, con base en
la época de Lycll el estudio del registro fósil había reve­
e! estudio de otros grupos de seres vivos, elaboraron un
lado claramente el fenómeno de la extinción.
reconocimiento detallado de las creaciones sucesivas de
acuerdo con la evidencia estudiada. Por ejemplo Bron­ EI uniformitarismo sostiene que, dado que los proce­
gniart, ai adoptar la aritmética botánica de Humboldt, es­ sos que h an operado sobre la Tierra en e! pasado son
tableció relaciones numéricas de plantas para cada pe- inobservables, sólo a partir de sus efectos se puede re-
262 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

construir l a historia dei planeta. La única forma de llegar pregunta: LCuáles son las Jeyes que regulan la distribu­
a comprender los procesos que ocurrieron en el pasado es ción geográfica de las especies? Sólo conociéndola po­
comparando sus resultados con las características dei pai­ drá contestarse un punto que considera esencial en el es­
saje terrestre que resultan de procesos que podemos ob­ tudio de la naturaleza: si las especies son permanentes o
servar actualmente. Una premisa básica dei uniformi­ bien tienen una existencia temporalmente limitada. La
tarismo es suponer que todos y cada uno de los sucesos discusión que elaboró sobre la distribución orgánica par­
ocurridos en el pasado se explican completamente por las te de reconer un hecho empírico ai que consideró crucial,
mismas causas que vemos operar en el presente. Ello im­ y cuyo descubrimiento atribuyó ai naturalista francés
plica: 1 ) que no existieron causas en el pasado que hayan Buffon: "That different regions of the globe are inhabited
dejado de operar en la actualidad; 2) que no se espera que by entirely distinct animais and plants" (Vol. II: 66).
en el futuro empiecen a operar causas nuevas e inéditas;
3) que la intensidad con que han actuado las causas ha No obstante su uniformitarismo, Lyell, siguió a am­
sido siempre la misma, nunca ha aumentado ni disminui­ bos, a Buffon y a De Candolle, pues sólo consideró a Ia
do; y 4) que e! mundo ha existido por un tiempo mucho dispersión para explicar los casos relativamente raros de
más dilatado que e! que estimaban las cronologías elabo­ especies cosmopolitas, que son la excepción a la Ley de
radas con base en los relatos bíblicos. Sin embargo, el Buffon. Lo que admira a Lyell no es tanto la gran capaci­
uniformitarismo tiene diferentes significados que convie­ dad de dispersión de los organismos, sino que a pesar de
ne distinguir. Según Rudwick ( 1 972), e! uniformitarismo ellas, permanezca como patrón general la división de la
de Lyell puede entenderse en cuatro sentidos: 1 ) Unifor­ Tierra en regiones con especies aborígenes, en vez de una
midad de leyes. Dado que las Ieyes de la naturaleza son mezcla homogénea de especies. La regia general de la
constantes, es válido hacer inferencias inductivas hacia distribución orgánica es la existencia de áreas con identi­
un pasado que es inobservable; 2) Uniformidad de proce­ dad biótica propia, con algunos casos excepcionales de­
sos. Los fenómenos dei pasado pueden explicarse por los bidos a la dispersión. La función de la difusión y la mi­
procesos que vemos actuar en e! presente. Este supuesto gración de los organismos no es la de expandir su área de
es el que se conoce como actualismo; 3) Gradualismo. El distribución ni producir mezclas entre habitantes de dife­
ritmo de cambio es lento, constante y gradual. Los gran­ rentes regiones, sino más bien reestablecer a las poblacio­
des cambios se explican por acumulación de cambios pe­ nes que se han extinguido como causa de los cambies
quenos. Los cambies abruptos producidos por erupcio­ perennes que ocurren en la superfície terrestre.
nes, inundaciones o terremotos, son excepcionales y su
Lyell intentó extender sus princípios gradualista y
efecto es siempre local; su frecuencia no ha variado y
antiprogresionista ai mundo orgánico. Las especies sur­
además nunca ha habido cataclismos que afecten toda la
gían y se extinguían de modo paulatino a lo largo dei
Tierra. 4) Uniformidad de estado o antiprogresionismo.
tiempo. Por lo tanto, afirmaba, no había períodos masivos
Los cambies que ocurren en la Tierra no llevan ninguna
de generación ni de extinción, refutando así a Lamarck y
dirección predeterminada. E! cambio es permanente pero
a Cuvier. Tampoco aceptaba que la generación de espe­
no implica ninguna progresión. Este principio también se
cies siguiera una progresión, como una tendencia hacia
aplica a! mundo orgánico.
una mayor perfección (Papavero et al., 2000).
Lyell, a pesar de elogiar a De Candolle, con sus princí­
Lyell se interesó en e! estudio de la distribución orgá­
pios uniformitaristas estableció un programa dispersionista
nica como un medio que podría dar luz acerca de las leyes
que heredaría Darwin, y debe destacarse un razonamiento
que gobiernan la dinámica dei mundo orgánico, princi­
empleado por Lyell, que después fue argumentado reite­
palmente la adaptación y la extinción de las especies. El
radamente por los biogeógrafos dispersionistas, incluyen­
estudio de cómo se reparten espacialmente los seres ani­
do a Simpson en la década de los 50 en el siglo XX: un
mados le pareció importante en tanto que podía ayudar a
caso particular de dispersión parece u n suceso fortuito,
resolver las preguntas que para él eran las fundamentales:
ocasional e improbable; sin embargo, cuando se conside­
Lias especies son entidades de duración ilimitada o están
ra un lapso de tiempo suficientemente extenso, la disper­
sujetas a la extinción?, LSe originan de manera simultá­
sión se convierte en un suceso prácticamente seguro. Lyell
nea o sucesiva? El interés por resolver esas preguntas de­
concebía la Tierra con un pasado inmenso.
riva de su tesis fundamental, según l a cual existe un ciclo
En el capítulo V dei volumen II de los Principies of perpetuo producido por cambios graduales e incesantes,
Geology, Lyell inició su discusión sobre l a distribución tanto en el mundo físico como en el mundo orgánico. Sin
geográfica de los seres organizados. De inicio planteó una embargo, las respuestas no las obtiene de la indagación
LLORENTE BOUSQUETS, J., N. PAPAVERO. A. BUeNO H.: SÍNTESIS IIISTÓRICA DE LA RIOGEOGRAFÍA 263

biogeográfica. Su modelo sobre c! reino animado está ya Predarwinianos notables


preconcebido como u n a extensión de s u sistema
uniformitarista dei mundo físico. Así como los continen­ El geólogo Lcopold von Buch estableció claramente
tes se Ievantan y desgastan hasta desaparecer en ciclos la importancia dei aislamiento geográfico en la forma­
ción de las especies, en un libro que publicó sobre la fau­
sin fin, las especies se crean para terminar extinguiéndo­
na y la nora de las islas Canarias ( 1825):
se. Es la adaptación de los organismos a sus estaciones lo
que determina tanto su origcn como su extinción. Así, Ia I .osindivíduos de un género avanzan sobre los con­
biogeografía de Lyell no es sino una base donde supone tinentes, se dislocan a lugares muy distantes, forman
que puede apoyar su sistema general. variedades (scgún las diferencias de las localidades
en alimento y suelo) que, debido a su segregación
Sin embargo, hay una contradicción que Lyell no re­
(aislam.iento geográfico) no pueden cruzarse con otras
suelve en su explicación biogeográfica: por un lado acepta
variedades y de este modo retornar ai tipo principal
como descubrimiento de la mayor importancia el recono­
original. Finalmente, esas variedades se vuelven cons­
cimiento de rcgiones de endemismo, y sin embargo, la
tantes y se transforman en especies distintas. Poste­
causa de ese patrón, que no se explica por mera adecua­
riormente, pueden volver a alcanzar el margen de otras
ción entre organismos y ambiente, ya no se indaga des­
variedades que se hayan transformado de modo aná­
pués. Su atención se dirige más bien a exponer la influen­
logo y las dos no se cruzarán y se componarán como
cia de las condiciones inorgánicas y orgánicas sobre las
'dos cspccies verdaderas diferentes'.
estaciones de las especies. La explicación de las habita­
ciones queda reducida a dos ideas: I) la suposición de La traducción francesa de tal libro fue Ieida por Darwin
que las especies se crean originalmente a partir de una y en ella se expresaba claramente cl papel dei aislamiento
sola pareja (un solo individuo bisexual o también en el geográfico en la especiación:
caso de las que se reproducen asexualmente}, y 2) que su
mantenimiento se debe a la constante dispersión de los Si un lugar se encuentra aislado por obstáculos natu­
organismos, proceso que contrarrestado por la extinción, rales, por cadenas de montaiías que cstablecen una
cuya causa se debe a los incesantes cambios en las condi­ separación más eficaz que cxtensiones de mar inter­
ciones de existencia. Esto no deja de ser sorprcndente, pucstas, se deben esperar ahf especies de plantas en­
pues resulta que la causa que tiende a romper el patrón teramente nuevas y que no crecen en las otras pa11es
termina siendo la causa de su mantenimiento. de la isla. Un azar favorable tal vez haya transporta­
do, por un encadenamiento particular de circuns­
El rumbo que plantea Lyell para la investigación tancias, semillas por encima de las montanas. Abafl­
biogeográfica es explicar los casos excepcionales y aisla­ donada a sí misma, la variedad que resulta de las
dos de disl'ersión, mientras que no dicc nada sobre inves­ nuevas condiciones a las que está sujera, allíforma­
tigar lo que él mismo reconoce como el principal hecho rá, en el transcurrir dei tiempo. una especie distinta.
empírico de la distribuci6n orgánica, es decir, la existen­ que se aparta tanto más de suforma primitiva cuan­
cia de áreas de endemismo. Tal investigación tuvo que to más tiempo queda en esa regi6n aislada, libre de
esperar más de dos d<:!cadas para ser planteada por otro otras influencias [itálicas nuestras].
naturalista inglés, Philip Lutley Selater ( 1858), quien se
pregunt6 por la relación que guardaban entre sf las dife­ Papavero et al. (2000) distinguieron que von Buch esta­
rentes regiones biogeográficas. bleci6 nítidamente cuatro puntos fundamentales, a saber:

Valga decir como comentario final que no es precisa­ I. Una especie ancestral debe pasar por expansión,
mente la originalidad lo que resalta en las ideas ocupando el máximo posible de una cierta área geo­
biogeográficas de Lyell. Es claro que los principias y con­ gráfica, hasta quedar totalmente aislada, por todos
ceptos principales los retoma de autores anteriores, prin­ lados, por barreras físicas; hoy llamariamos a este
cipalmente de Augustin De Candolle. Ello no sorprende estado de máxima expansión como 'cosmopolitis­
si se considera que su interés principal es desarrollar una mo primitivo'.
explicación uniformitarista dei mundo, incluído su com­
2. Una especie en 'cosmopolitismo primitivo' acciden­
ponente orgánico. Lo que sí aporta es una exhaustiva rc­
talmente cruza una barrera ffsica preexistente ("un
copilación de los medios y mecanismos de dispersión,
azar favorable tal vez haya transportado, por un cnca­
Lema que Darwin expondría después de manera notoria­
denamiento particular de circunstancias, semilias por
mente similar en El Origen de las Especies.
encima de las montaiías").
264 REY. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

3. La población que resulta dei otro lado de la barrera Así, la dispersión y las circunstancias eran sólo causas
por accidente transpuesta se desarrolla de manera in­ secundarias de la distribución animal. Las distintas na­
dependiente de la población materna y (muy proba­ ciones de animales habfan sido creadas en las áreas que
blemente por herencia de los caracteres adquiridos habitaban actualmente.
por influencia dei medio ambiente) se transforma de
modo gradual ("abandonada a sf misma, la variedad Contemporáneamente, hacia 1 834, Joseph D. Hooker,
que resulta de las nuevas condiciones a las que está botánico y explorador inglés, reconoció que las floras de
sujeta, allí formará, en e! transcurrir dei tiempo, una las áreas circumantárticas, disyuntas entre sí, compartían
especie distinta"). gran cantidad de famílias y géneros, muchos más que si se
comparaban con las de los continentes dei norte. Hooker,
4. Eventualmente se forma una barrera genética ('intrín­ además, aunque primero planteó que esa estrecha rela­
seca') entre las dos poblaciones, que resulta entonces ción entre las floras australes se debía a las capacidades
en la aparición de dos 'gene biológicos' distintos - de dispersión de las plantas, cambió de opinión después
dos conjuntos de organismos aislados sexualmente de realizar algunos experimentos ai respecto, y concluyó
por algún mecanismo intrínseco - ("posteriormente que la dispersión no era un factor importante para expli­
pueden volver a alcanzar el margen de otras varieda­ car la estrecha relación entre las floras de la Patagonia, la
des que se hayan transformado de modo análogo y Antártida, Australia y Nueva Zelanda. Propuso entonces
las dos no se cruzarán y se comportarán como 'dos que todas las floras australes podían haber estado una vez
especies verdaderas diferentes"). conectadas o relacionadas todavía más, formando una flora
única y continua, que posteriormente se fragmentó, pro­
Se puede pensar, con gran probabilidad que, según
posición que ya no sostuvo más luego de la publicación
Buch, la especie ancestral continúa, ya que ocupa un lu­
de The origin of species ( 1 859), debido a la influencia
gar a! cual estaba adaptada desde hacía mucho tiempo.
tanto de Darwin como de Lyell, quien siempre ejerció gran
Wollaston ( 1 856), con menos claridad y éxito, tam­ influencia sobre ambos.
bién formuló ideas sobre especiación en las lslas Cana­
Ya que Wallace fue influído por la clasificación de
rias, ai estudiar los coleópteros.
Sclater ( 1 858), es necesario hacer más comentarias res­
E! naturalista inglés Williams Swainson ( 1 835), en un pecto a este último autor.
tratado que escribió sobre la geografía y la clasificación de
Philip Lutley Sela ter ( 1 829- 1 896) fue uno de los más
los animales, reconoció e! hecho de que las diferentes par­
ilustres ornitólogos de Inglaterra. Llegó a describir 1 ,067
tes dei mundo estaban habitadas por distintas razas huma­
especies nuevas de aves (245 en colaboración con Osbert
nas así como por diferentes tipos de animales, y refutaba
Salvin, en la (Biologia Centrali Americana), 1 35 nuevos
que ese patrón se debiera a la influencia de las condiciones
géneros y dos famílias nuevas para América.
externas. Aducía como prueba que ni los espafíoles q u e
habían colonizado América, ni los holandeses que habita­ AI estudiar la distribución de las aves dei mundo re­
ban desde hacía tiempo Sudáfrica, habían cambiado su tipo solvió establecer los 'centros de creación' o las 'divisio­
racial blanco, a pesar de estar sometidos a temperaturas, nes ontológicas primarias de la superfície dei globo', que
dietas y costumbres distintas a las de sus países de origen. publicó en 1 85 8 . De ese trabajo resultó la división de los
Razonó que a pesar de que había animales con gran capaci­ continentes terrestres en seis grandes regiones biogeo­
dad de dispersión, que excedía con mucho a la humana, no gráficas (Paleártica, Neártica, Neotropical, Etiópica, Orien­
se habían expandido a todas aquellas partes de la Tierra en tal y Australiana), que se utilizan hasta hoy. Por ser un
donde existían condiciones y alimentos adecuados para su trabajo clásico se traduce íntegro en Papavero et al.
existencia, lo cual demostraba que los límites de distribu­ (2000). El sistema de Sclater constituye e! antecedente
ción de cada tipo animal habían sido fijados por Dios Om­ dei sistema de Wallace; su título es "Sobre la distribución
nipotente: "Hither shalt thou come, but no further". Tam­ geográfica general de la clase aves".
bién refutó la tesis linneana de la dispersión, pues no había
forma de explicar cómo pudieron salvar desiertos y otras En su trabajo, Sclater reconoció los mismos hechos
barreras los distintos tipos de animales hasta alcanzar su que De Candolle y Hooker, y sugirió que un análisis de la
distribución actual, además de que no había evidencia al­ distribución geográfica no podía detenerse simplemente
guna, como lo había sefíalado Prichard, de que todas las en la clasificación y reconocimiento de regiones; habfa
tribus de animales terrestres hubieran estado congregadas que ir más aliá. Se puede reconocer, proponfa Sclater, que
alguna vez en un solo punto. cuando comparamos a las áreas por los taxones que com-
LLORENTE BOUSQUETS, J . , N. PAPAVERO, A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 265

parten, siempre hay dos de ellas que se relacionan más perder tiempo, Wallace publicá entre abril de 1 854 y ene­
entre sí que con cualquier otra. L o que Sclater propuso ro de 1 855 tres trabajos que fueron antecedentes y expre­
era ni más ni menos que e! método comparativo en la saban sus observaciones que después concretaría en el
biogeografía, que se consolidada sólo cien anos después, artículo sobre la ley que regula la introducción de nuevas
a partir dei trabajo de Willi Hennig en sus Elementos para especies (febrero 1 85 5 ) . Wallace no podía dejar de com­
una Sistemática Filogenética. parar los trópicos dei Nuevo Mundo con el Archipiélago
Malayo. La observación de varios grupos de animales y
Para la historia de la biogeografía es importante dis­
su d i s t r i b u c i ó n geográfica lo conduj o a utilizar la
tinguir a Alfred R usei! Wallace antes de l a publicación de
biogeografía como una parte importante de su teoría. La
El Origen de las Especies de Darwin y después de 1 859.
observación de la existencia de especies en áreas geográ­
Bates ya refería s u testimonio, en 1 863, de que tanto é!
ficas localizadas fue una guía que confirmá su hipótesis y
como Wallace estaban dedicados a la resolución dei pro­
la de Bates, de que la 'secuencia natural de las especies
blema dei origen de las especies: "En otono de 1 847 e!
también es geográfica'.
sefior A. R. Wallace, que posteriormente alcanzó gran fama
en relación con la teoría darwinista de la Selección Natu­ Wallace con elegancia y perfección lógica expresaba
ral, me propuso una expedición conjunta al río Amazonas sus ideas.antes de que lo hiciera Darwin en El Origen de
con e! propósito de estudiar la historia natural de sus las Especies de Darwin:
márgenes; e\ plan consistía en hacernos por nuestra cuen­
ta de una colección de objetos, deshacernos de los dupli­ Si se adoptan las variedades geográficas permanen­
cados en Londres para subvenir a los gastos y reunir he­ tes, se tiene una desventaja, la de responder a la pre­
chos, como lo expresaba e! senor Wallace en una de sus gunta l,Qué es una especie?, que aún más queda sin
cartas, 'a fin de resolver e! problema dei Origen de las respuesta; pues si caracteres permanentes no consti­
Especies', un tema sobre e! que habíamos sostenido am­ tuyen una respuesta cuando estos caracteres son di­
plias conversaciones por carta y de viva voz". Los viajes minutos, entonces una especie difiere de una varie­
de Wallace a la Amazonia duraron de 1 848 a 1 852; en esa dad apenas en grado, no en su naturaleza, y nunca
región, Wallace observó que varios ríos constituyen fron­ dos personas se pondrán de acuerdo en cuanto a la
teras para varios grupos de animales. Los concibió como cantidad de diferencias necesarias para que se consti­
barreras insuperables a la dispersión de las especies, aun­ tuya una de ellas, ni en cuanto a la cantidad de simi­
que no como una barrera que hubiese dividido una pobla­ litudes que debe existir para constituir la otra. La lí­
ción o biota ancestral en dos descendientes, los cuales nea que las separa se hace entonces tan tenue que es
con el tiempo se habrían convertido en especies distintas. imposible afirmar su existencia. Sin embargo, si las
dos cosas son de naturaleza esencialmente distinta,
A su regreso a Londres, después de una larga enferme­
debemos buscar una caracterización cualitativa, y no
dad y haber perdido sus materiales ai incendiarse el navío
cuantitativa, para definirias. Eso puede hacerse con­
donde viajaba, leyó en 1 85 3 ante la Sociedad Entomo­ siderándose la permanencia, y no la cantidad, de las
lógica de esa ciudad: " . . . hay razones para pensar que las variaciones en relación con sus formas más próximas,
riberas dei bajo Amazonas estén entre las partes de lo que constituye la caracter'.zación específica; de la
Sudamérica formadas más recientemente, por lo que hoy misma manera, es la inestabilidad -y no la menor can­
podemos considerar a estos insectos, los cuales son pecu­ tidad- de las variaciones, lo que determina la varie­
liares en ese distrito, entre las especies más jóvenes, las dad. De esta manera se pueden definir las dos cosas
últimas en una larga serie de modificaciones que han su­ por una diferencia en su naturaleza; de la otra manera
frido las formas de vida animales". Tres trabajos de sólo puede decirse que ellas son exactamente de la
Wallace sobre el Amazonas y tres más durante su estancia misma naturaleza, difiriendo apenas en grado.
en e! Archipiélago Malayo ponen a este autor como uno
de los precursores de la vicariancia. La opinión que en general se adopta en la actualidad
es que las especies son creaciones absolutamente in­
En el Archipiélago Malayo, después de 45 días de via­ dependientes, que durante toda su existencia nunca
je, permaneció ocho anos desde princípios de 1 854. Cam­ varían de u n lado para otro, mientras que las varieda­
bió de residencia más de 80 veces y recolectó más de des no son creaciones independientes, sino que fue­
1 25 ,000 especímenes durante ese lapso. Allí escribió va­ ron producidas por reproducción común, a partir de
rios de sus artículos o ensayos más sobresalientes, en par­ una especie antecesora. Existe, pues (si esta defini­
ticular los relacionados con la teoría de la evolución. Sin ción es verdadera), una diferencia absoluta y esencial
266 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

en la naturaleza de estas dos cosas que nos obliga a Examinemos si las teorías de los naturalistas moder­
buscar alguna otra caracterización para distinguirias nos explican el fenómeno de la fauna de las Aru y de
que no sea e! mero grado de diferencia, que es necesa­ Nueva Guinea. Sabemos que -con un grado de cono­
riamente indefinible. Si no hay otra caracterización, cimiento que se aproxima a la certeza- en un perío­
este hecho constituye el argumento más fuerte contra do geológico relativamente reciente, no existía una
la creación independiente de las especies, pues i,pOr sola especie dei mundo orgánico actual; que todos
qué se necesita invocar un acto especial de creación los Vertebrata existentes ahora tuvieron su origen
para generar un organismo que difiere apenas en gra­ aún más recientemente. t.Cómo podemos explicar
do respecto a otro que ha sido producido por las leyes los lugares donde existieron? t.Por qué las mismas
existentes? Si una cantidad de diferencias permanen­ especies no se hallan en los mismos climas en todo
tes, representada por cualquier número hasta I O, pue­ el mundo? La explicación general que se da es que
de ser producida por el curso ordinario de la naturale­ las especies antiguas se extinguieron, y que espe­
za, seguramente es más ilógico suponer, y más difícil cies nuevas fueron creadas en cada distrito o región,
de creer, que una cantidad de diferencias representa­ adaptadas a las condiciones físicas dei distrito. Sir
das por 1 1 ha exigido un acto especial de creación C. Lyell escribió más ampliamente sobre este asun­
para que exista. to, y con mucha habilidad seiíaló que la mayoría de
los naturalistas adopta esta idea. É l la ilustra espe­
Sean A y B dos especies que presentan el menor gra­ culando sobre los cambias físicos que podrían ocu­
do posible de diferencias que pueda tener una espe­ rrir en e! Norte de Á frica por el levantamiento de
cie. Estas serán consideradas ciertamente distintas; si una cadena de montaiías en el Sahara. 'Entonces',
existe un grado menor de diferencias serán llamadas dice, 'los animales y plantas de África septentrional
variedades. Después, se descubre un grupo de indiví­ desaparecerían, y la región gradualmente se volve­
duos C, que difiere menos de A de lo que difiere de B, ría apta para rccibir una población de especies per­
pero en una dirección opuesta; la cantidad de dife­ fectamente disímiles en sus formas, hábitos y orga­
rencias entre A y C es de apenas la mitad de la que nización '. Ahora, esta teoría implica que encontra­
hay entre A y B; se dirá entonces que C es una varie­ remos una semejanza general en las producciones
dad de A. Pero se descubre aún otro grupo D, exacta­ de regiones que se asemejan unas a otras en clima y
mente intermedio entre A y B. Si se adhiere a la regia, aspecto general, mientras que habrá una disimilitud
se es forzado ahora a hacer de B una variedad, o, si se completa entre aquellas que son totalmente opues­
está seguro de que B es una especie, entonces C y D tas en estos aspectos. Y si ésta fue la ley general que
también deben ser especies, así como todas las otras determiná la distribución dei mundo orgánico exis­
variedades permanentes que difieren tanto como és­ tente, no debe haber excepciones, ninguna contra­
tas; y se dice, sin embargo, que algunos de estos gru­ dicción notable. Ya hemos visto cuan totalmente
pos son creaciones especiales y otros no. Es extraiío difieren las producciones de Nueva Guinea de aque­
que orígenes tan diferentes hayan producido resulta­ llas de las Islas Occidentales dei Archipiélago, tal
dos idénticos. Para escapar de esta dificultad hay se­ como Borneo, que es el tipo dei resto de las islas, y
lamente una salida: considerar que todo grupo de in­ casi igual en superfície a Nueva Guinea. Estas dife­
dividuas que presente caracteres permanentes, por rencias, debemos hacer notar, no son de especies,
menores que sean éstos, constituye una especie; mien­ sino de géneros, famílias u órdenes enteros. Sería
tras que sólo aquellos que presentan una variación difícil seiíalar dos regiones que se asemejen más
tal, que nos hace creer que descendieron de una espe­ exactamente una a la otra, en clima y características
cie parental, o que sabemos que han descendido, se­ físicas. En ninguna de ellas existe una marcada esta­
rán clasificados como variedades. Las dos doctrinas, ción seca, la lluvia cae más o menos durante todo el
la de las 'variedades permanentes' y la de las 'espe­ afio; ambas están próximas ai ecuador y sujetas a los
cies invariantes especialmente creadas' son inconsis­
monzones de este y oeste, pero totalmente cubiertas
tentes entre sí (Wallace, 1858)
de selvas altas; ambas tienen una gran extensión de
costa plana y pantanosa con un interior montafíoso;
Tal vez la obra biogeográfica más significativa de
ambas son ricas en palmeras y Pandanaceae. Si, por
Wallace, antes de El Origen . . sea el de
. las Islas Aru, en
otro lado, comparamos Austral ia con Nueva Guinea,
1 857, pues en elia no sólo presagia la vicariancia sino
no encontraremos ningún contraste más fuerte que
que la usa para explicar especies afines así como faunas
parecidas: en sus condiciones físicas: una queda cerca dei ecua-
LLORENTE BOUSQUETS, J . , N. PAPAVERO, A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 267

dor, la otra próxima y más aliá de los trópicos; una demos entender cómo se modificó notablemente el
goza de humedad perpetua, la otra de alternancias clima en ambas, y esta tal vez pudo llevar a la ex­
de sequía excesiva; una tiene una vasta selva peren­ tinción de ciertas especies. Desde entonces, duran­
ne, la otra bosques abiertos y secos, depresiones, o te e! período que transcurrió, nuevas especies han
desiertos. Pera las faunas de las dos, aun cuando son sido introducidas gradualmente en cada una de
muy distintas en especies, son impresionantemente ellas, pero cada una estrechamente próxima a la
similares en carácter. Toda família de aves (excepto especie preexistente, muchas de las cuales inicial­
Menuridae) hallada en Australia también habita Nue­ mente fueron comunes a ambas regiones. Este pro­
va Guinea, y, cuando este país sea mejor conocido, ceso evidentemente produciría l a condición actual
se supone que el número aumentará. Lo mismo con de las dos faunas, en las cuales hay muchas espe­
los Mammalia. Los Marsupiales son casi exclusiva­ cies relacionadas, -y pocas idénticas. La ausencia
mente los únicos cuadrúpedos en una y otra área. Si bien marcada de los grandes grupos en una, tam­
los canguros están adaptados especialmente a las bién lo sería, necesariamente en la otra, pues, por
planícies secas y bosques abiertos de Australia, debe más que estuviesen adaptados a la región, la ley
haber alguna otra razón para su introducción en las de las afinidades íntimas no permitiría su surgi­
selvas densas y húmedas de Nueva Guinea; casi no miento, excepto a través de una larga sucesión de
podemos imaginar que la gran variedad de monos, pasos que ocupan un intervalo geológico inmen­
de ardillas, de Insectívora y de Felidae fueron crea­ so. Las especies que, en el tiempo de la separación,
dos en Borneo porque la región estaba adaptada a se hallasen sólo en una región, darían origen a tra­
ellos, y que ni una sola especie se introdujo en la vés de Ia introducción gradual de especies a ellas
otra región que es exactamente semejante, aun cuan­ relacionadas, a grupos particulares a esa región.
do la distancia no es muy grande. Si hay una expli­ Esta separación de Nueva Guinea de Australia sin
duda tuvo lugar mientras Aru aún era parte de la
cación en la dureza de las maderas y en la escasez de
primera isla. Su separación debió haber ocurrido
insectos minadores con la ausencia de pájaros car­
en un período muy reciente, el número de especies
pinteros en Australia, no hay ninguna para e! hecho
c o m u n e s a l a s dos muestras que poquísimas
de que no pululen en las selvas de Nueva Guinea,
extinciones han ocurrido desde entonces, y proba­
así como ocurre en Borneo y Malaca. Por lo tanto,
blemente también pocas introducciones de nuevas
sólo podemos concluir que alguna otra ley ha regu­
especies.
lado la distribución de los espacios existentes, la
cual no es la ley de las condiciones físicas de las Si ahora suponemos que las islas Aru quedaron sin
regiones en que se encuentran, de otro modo no ve­ perturbar durante un período equivalente a una di­
ríamos regiones de carácter tan opuesto con produc­ visión de la época Terciaria de los geólogos, tene­
ciones tan semejantes, mientras otras casi exacta­ mos razón para creer que el cambio de especies de
mente semejantes respecto ai clima y ai aspecto ge­ Vertebrata sería completo, y que una raza entera­
neral, sin embargo, difieren totalmente en sus for­ mente nueva fue introducida de modo gradual, pero
mas de vida orgánica. toda ella más o menos íntimamente relacionada a
Jíls quê �horil �xi�c�n. Dunmw c1 mi§mo v�ríoov
En un número anterior de esta revista intentamos algunas pocas faunas también deben haber surgido
demostrar que la simple ley de que cada nueva crea­ en Nueva Guinea y entonces las dos presentarían las
ción está íntimamente relacionada con alguna es­ mismas características comparativas que lienen aho­
pecie ya existente en la misma región explicaría ra el Norte de Austral ia y Nueva Guinea. Que se ad­
todas estas anomalías, si es tomada conjuntamente mita así el proceso de cambio gradual por otro pe­
con los cambias de la superfície y la extinción gra­ ríodo, regulado por las mismas leyes. Algunas espe­
dual así como la introducción de especies, que son cies se habrían extinto en una región, siendo reem­
hechos demostrados por la geología. En e! período plazadas, mientras que en la otra una serie numerosa
en que Nueva Guinea y el Norte de Australia se de especies modificadas pudo haber sido introduci­
unían, es probable que sus características físicas y da. Entonces las faunas diferirán no sólo en espe­
clima fuesen más similares, y que una considerable cies, sino en grupos genéricos. Habría entonces una
proporción de las especies que habitaban cada por­ semejanza, entre ellas, como lo hay entre las islas de
ción de la región se hallase en toda el área. Des­ las lndias Occidentales y México. Durante otro pe­
pués de que ocurrió la separación, fácilmente po- ríodo geológico, supongamos que Aru se elevó, y
268 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

que se volvió una región montafíosa, extendida por turas y hundimientos entre islas y continente provocaron
llanuras aluviales, mientras que Nueva Guinea se unas veces la extinción de especies, aunque otras hubo
deprimió, reduciendo su área, y así muchas de sus tiempo suficiente para que se modificaran. Luego de ana­
especies probablemente se extinguieron. Entonces lizar la distribución de diferentes taxones en e! archipié­
nuevas especies serían más rápidamente introduci­ lago, concluye:
das en la región modificada y aumentada; algunos
Parece que estos hechos afirman con absoluta certeza
grupos, que se habían extinto tempranamente en
una, podrían tornarse así muy ricos en especies, y que en algún período anterior ha habido una co­
nexión entre todas estas islas y el continente y el
por esto tendríamos una contraparte exacta de lo
hecho de que la mayoría de estos animales comunes a
que vemos ahora en Madagascar, donde las famílias
y algunos de los géneros son africanos, pero hay dos o más de las islas muestre poca variación o nin­
guna, sino que con frecuencia son absolutamente idén­
grupos de especies muy extensos que forman géne­
ros particulares, o también famílias, aunque mantie­ ticos, indica que la separación debió ser reciente en
términos geológicos, es decir, no anterior ai nuevo
nen una semejanza general con las formas africanas.
De esta manera, se cree, podemos explicar los he­ Plioceno, cuando los animales terrestres comenzaron
a asimilarse a los que existen en la actualidad. (p.
chos de la actual distribución de los animales, sin
174-175).
suponer cambias, a no ser los que sabemos que exis­
ten constantemente. Es innecesario suponer que A mediados dei siglo pasado, e! apelar a extensiones
nunca hayan sido creadas nuevas especies 'perfec­ continentales prehistóricas como explicación de casos de
tamente disímiles en formas, hábitos y organiza­ distribución disyunta, fue un recurso común entre los na­
ción', en relación con las que las precedieron; tam­ t u r a l i s tas i n g le s e s . E s t a p o s i c i ó n , conocida como
poco los 'centros de creación', abogados por algu­ extensionismo (Fichman, 1 977) fue adoptada incluso por
nos, parecen ser necesarios o conformes a los he­ Wallace en sus primeros trabajos, aunque después se con­
chos, a menos que supongamos un 'centro' en cada virtió en el principal defensor de la doctrina opuesta, el
isla y en cualquier distrito que posea una especie permanentismo, cuya premisa básica era que la distribu­
particular. ción actual de tierras y mares es esencialmente la misma
que ha existido en el pasado, salvo algunas modificacio­
Es evidente que para la elucidación completa dei
nes menores. Darwin apoyaba la hipótesis permanentista,
actual estado de la fauna de cada isla y de cada re­
y explicaba las distribuciones disyuntas mediante trans­
gión, necesitamos un conocimiento de su historia
porte accidental vía corrientes marítimas, de viento e in­
geológica, sus elevaciones y hundimientos, y de to­ cluso por masas de hielo a la deriva. En una carta que
dos los cambias que sufrieron desde que se alzaron envió a Wallac�, Darwin manifestaba:
sobre el océano. Esto raramente se tiene, pero un
conocimiento de la fauna y de sus relaciones con las I can see that you are inclined to go much further
de regiones vecinas frecuentemente lanzará una gran than I am in regard to the former conection of
luz sobre la geología, y nos permitirá establecer con oceanic islands with continents . . . (en Fichman,
aceptable certeza su historia pretérita (Wallace, 1 977).
1857: 478-483).
E! que Wallace hubiera resumido tan admirablemente
Wallace atribuyó los cambias en l a disposición relati­ y de manera independiente en un breve artículo las ideas
va de tierras y mares a movimientos verticales, sin hacer darwinianas sobre el cambio orgánico por un lado, mien­
referencia a movimientos horizontales de las masas te­ tras que por otro mostrara una clara tendencia extensio­
rrestres. Diferentes porciones de ti erra podrían aproximarse nista, provocá la molestia de Darwin, quien consideraba
entre sí por causa de levantamientos dei piso oceánico y francamente catastrofistas las hipótesis que postulaban e!
por la depositación de material en los bordes continenta­ hundimiento de grandes extensiones continentales.
les producido por la actividad volcánica.
Lamentablemente, el cambio de giro que sufrió
En su obra A rchipiélago Malayo ( 1 890), reconstruye Wallace ai adoptar e! paradigma darwiniano en biogeo­
la historia de la región a partir de la evidencia faunística. grafía, sólo lo llevó a una biogeografía estadística y al
La presencia de especies asiáticas en las islas grandes dei estudio de islas oceánicas. La biogeografía de Darwin y
archipiélago le hace suponer que anterioremente estas is­ Wallace (post-Origen) predominaría por casi un siglo,
las indomalayas formaron parte dei continente. Las rup- anquilosando en la dispersión a esta ciencia y circunscri-
LLORENTE BOUSQUETS, 1., N. PAPAV E RO, A. BUENO H . : SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 269

biéndola básicamente a aspectos ecológicos. El arraigo . . . there is only one way to account for the distribution
de concepciones bíblicas en la biogeografía trascendería of animais as we find them, namely, to suppose that
el siglo XIX y llegaría hasta el siglo XX. La teoría dei they are autochthonoi, that i s to say, that they
relicto monoboreal y la idea de faunas dominantes que se originated like plants, on the soil where they are found.
dispersaban sobre u n a geogr afía estable (o teorías ln order to explain the particular distribution of many
holarticistas), .fueron dos conceptos que estancaron a la animais, we are even lead to admit that they must
biogeografía histórica. have been created at severa! points of the sarne zone,
as we must infer from the distribution of aquatic
Llorente ( 1 990) indicó también que Ho y Saunders, animais, specially that of fishes (en Richardson,
en su libro Más allá del Neodarwinismo, permitieron a 1 9 8 1 ).
Jerry Webster afirmar: " . . . la teoría darwiniana de la evo­
lución explica la similitud entre organismos en térmi­ Darwin rechazaba rotundamente esas creencias comu­
nos de descendencia a partir de un ancestro común y su nes. En la última edición de El Origen . . . , publicada en
diferencia en términos de selección natural o por adap­ 1 872, aparecen dos capítulos dedicados ai análisis de la
tación. Este autor ha sefíalado también que, con el espe­ distribución geográfica de los organismos. La tesis prin­
jismo de l a genealogía -que todo parece explicar- se vi­ cipal que se sostiene es que la distribución orgánica re­
nieron abajo l a s posibilidades de generar una teoría sulta congruente con la teoría de la descendencia con
morfológica y descubrir leyes de la forma por los biólo­ modificación, mientras que se vuelve totalmente capri­
gos anatomistas dei siglo XIX. La influencia que tuvo la chosa si se acepta la explicación creacionista. Como se
teoría d e D a r w i n c o l o c ó en u n segundo p l ano los comentó anteriormente, Wallace también vio en la inves­
importantísimos logros de Cuvier y Saint Hilaire en teo­ tigación biogeográfica l a posibilidad de descifrar el pro­
ría morfológica". blema dei origen de las especies, según le hizo saber a
Bates cuando lo invitó a la expedición dei río Amazonas.
La distribución orgánica y el origen de las especies De esta manera, entre los naturalistas ingleses de media­
dos dei siglo XIX, el interés por estudiar la variación y la
La biogeografía fue fundamental para la teoría de distribución geográfica de plantas y animales residía en
Darwin. Mientras que otros naturalistas buscaban en la e! estrecho vínculo que tenía con un tema entonces
paleontología y morfología e l apoyo para l a t e s i s crucial: el origen de las especies.
transmutacionista, Darwin, a i igual q u e lo había hecho
Lyell, buscó apoyar su investigación sobre el origen de Darwin y Wallace: el estancamiento de un siglo en la
las especies con el estudio de la distribución orgánica. biogeografía histórica
Uno de los temas prioritarios en los estudios que llevó a
cabo de 1 837 a 1 844 fue precisamente el de la variación y Nelson & Platnick ( 1 9 8 1 ) efectuaron numerosos co­
mentarios sobre la historia de la biogeografía, a la que
distribución de diferentes grupos a escala amplia. Hay
consideraron como la historia dei desarrollo de la ley de
evidencia histórica de que desde el inicio de sus estudios
Buffon. En consecuencia, reconocen dos elementos en el
transmutacionistas, Darwin pensaba que los hechos acu­
estudio de esa historia: (a) el desarrollo de la ley, y (b) el
mulados en la geografía botánica y zoológica podían ex­
desarrollo de las explicaciones causales de la ley. En este
plicarse mediante un modelo que incluía los conceptos
contexto, el cosmopolitismo (distribución de una especie
de la descendencia con modificación y centros únicos de
en la mayoría de los continentes) caracterizaba las excep­
origen con subsecuentes migraciones y colonizaciones
ciones a la ley y se podía recurrir a la dispersión como el
de los individuas (Richardson, 1 9 8 1 ) . Ya conocía tam­
factor causal; sin embargo, las concepciones evolutivas y
bién, a través de los trabajos de Buch y de Donn, la hipó­
biogeográficas de Darwin y Wallace los llevaron a plan­
tesis de que las especies surgían a partir de variedades
tear que las dispersiones generaban áreas de endemismo;
permanentes. Uno de los debates en ese entonces era si las
en palabras de Darwin ( 1 85 9 ) : " . . . los grandes hechos de
especies habían sido creadas en los lugares donde se en­
la distribución geográfica se explican por la teoría de la
contraban actualmente o bien si habían emigrado desde
migración (generalmente de las formas dominantes de
otras áreas. El admitir que la biota de las regiones
vida) junto con modificación subsecuente y la multipli­
biogeográficas era autóctona, se asociaba comúnmente
cación de nuevas formas". El concepto central de la con­
con las doctrinas de la fijeza de las especies, las creacio­
cepción darwiniana en biogeografía fue el de la disper­
nes especialcs y el diseíio divino. Louis Agassiz es un
sión sobre una geografía estable en sus principales ras­
ejemplo de estas difundidas creencias:
gos; la idea predominante era la dispersión 'improbable'
270 REY. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 9 1 -JUNtO DE 2000

sobre una barrera preexistente, con e! subsecuente aisla­ to ponderaba Wallace como regiones naturales. De este
miento y la posterior diferenciación. modo, The Geographical Distribution of Animais sería
esencialmente una amplia argumentación a favor de la
De esta manera, la existencia de las áreas de endemis­
realidad de las divisiones primarias de la superfície te­
mo fue explicada por la dispersión improbable como el
rrestre, distinguibles por sus producciones características,
factor causal. Según Darwin, las áreas de endemismo es­
que eran el producto de una historia particular.
tán constituídas por diversos elementos con distintas his­
torias de dispersión, es decir, por especies provenientes Otros en cambio, han criticado e! poco énfasis que
de lugares y tiempos diferentes. Este fue el mismo esque­ hizo Wallace sobre los elementos endémicos de las regio­
ma biogeográfico adoptado por autores tales como nes, como e! mismo Sclater ( 1 858) Hooker ( 1 844-60) y
Darlington en 1 95 7 , Reig en 1 962 y Ha1ffter en 1 976, Pritchard (en Nelson, 1 978) habían sugerido. A Wallace
entre otros, quienes se refirieron a ese patrón con los tér­ le importó más circunscribir y caracterizar a las regiones
minos de horofauna, cenocrón y patrón de dispersión, res­ sin ir más aliá y sin analizar sus interrelaciones; las consi­
pectivamente. Sin embargo, este esquema y estas térmi­ deró como áreas generales que servían para resaltar ano­
nos resultan adecuados para referirse a áreas biótica y malías distribucionales. Con ello, las anomalfas se con­
geológicamente complejas, esto es, áreas que son produc­ vertían en meros artificias metodológicos para buscar
to de numerosas vicisitudes históricas y que son conside­ naturalidad de las áreas. Sclater en cambio, seõaló que l a
radas como nodos o áreas de convergencia tectónica en e! similitud biótica entre regiones -basada e n la compara­
sentido de Croizat (Space, Time, and Form, 1 964); ejem­ ción de presencia y ausencia, tal y como hizo Wallace­
plo de ellas son e! área Indoaustraliana y la Zona de Tran­ sólo debía ser una guía y que el problema debía tratarse
sición Mexicana con las Antillas y E! Caribe. en términos de mayor relación o afinidad natural, aunque
no llegó a aclarar el significado de esto (Llorente & Es­
En 1 876, Wallace retomó el sistema de seis regiones pinosa, 1 9 9 1 ) En los últimos tiempos se han hecho mu­
.

de Sclater. Darwin pensaba que e! desarrollo de un siste­


chas críticas de importancia biológica y metodológica
ma general de la zoogeografía ilustraría la gran utilidad (estadística) a los índices binarios y coeficientes de simi­
de la teoría evolutiva como guía para la investigación litud (véase por ejemplo Sánchez & López, 1 988). La
científica, aunque se disculpó por no poder llevar a cabo similitud no expresa automáticamente una interpretación
tan ingente trabajo. Por ello, cuando Wallace ya había de las relaciones bióticas, pues no se trata de inventar
cambiado a una posición permanentista, lo invitó a que aparentes soluciones estadísticas a los problemas de rela­
realizara la empresa. The Geographical Distribution of ciones históricas investigados por la biología comparada.
Animais (Wallace, 1 876) obtuvo el apoyo irrestricto de
Darwin, a pesar de las diferencias que mantenía con AI comienzo de la segunda mitad de este siglo se
Wallace respecto a otros puntos, ya que la reconoció como retomó la discusión acerca de la forma de realizar clasifi­
una obra no sólo estratégica, sino además brillante, que caciones biogeográficas. E! mismo dilema de la sistemá­
reforzaba sólidamente Ia teoría de la evolución. Existe tica biológica se trasladó a la biogeografía: para recono­
una controversia sobre esta obra clásica de la biología, cer y relacionar áreas (,qué vale más, e! parecido o el pa­
que refleja tensiones que tenía el mismo Wallace en sus rentesco? E! problema, desde luego, no era nuevo; Sclater,
concepciones biogeográficas. Para Fichman ( 1 977), al en 1 85 8 , como ya referimos, consideró que e! problema
adoptar el sistema de regiones de Sclater, Wallace se via de encontrar las di visiones primarias de la Tierra no debía
forzado a rechazar su temprana concepción extensionista hacerse con base en e! parecido de sus faunas (proximi­
en la explicación de los casos de distribuciones disyuntas, dad fenética), sino con e! parentesco (afinidad histórica o
ya que ai sostener que había seis divisiones fundamenta­ genealógica), que en términos evolutivos dei área es la
les de la tierra emergida, cada una con producciones natu­ historia geográfica de las regiones. Sin embargo, la idea
rales propias, ya no podía seguir aceptando grandes ex­ de que las regiones eran reales e interrelacionables histó­
tensiones terrestres prehistóricas, puesto que ello impli­ ricamente, sucumbió ante la idea darwinista de que la dis­
caba que Ias regiones actuales eran meras configuracio­ persión sigue cursos azarosos a través d_e una geografía
nes mudables y pasajeras. Podía aceptar pequeõas co­ estable. El retraso de un siglo en el análisis dei problema
nexiones entre islas y continentes, separados por mares de Sclater se ha calificado como una lamentable desven­
someros y distancias cortas, que sólo requerían fluctua­ tura en e! desarrollo de la biogeografía. Las ideas de Darwin
ciones ligeras en el nível dei mar, pero ya no podía acep­ y Wallace condujeron a un siglo de predomínio de los
tar hipotéticas conexiones de gran extensión, pues conceptos dispersionistas en la biogeografía; no obstan­
desdibujarían las conspícuas regiones de Sclater, que tan- te, estos conceptos deben verse como respuestas necesa-
LL.ORENTE BOUSQUETS, J., N. PAPAVERO. A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE L.A BIOGEOGRAFIA 271

rias a las ideas de los creacionistas contemporáneos de Período contemporáneo


Darwin y Wallace, quienes postularon fantásticos puen­
"...�n .tituacrones t11 /as que una teoria u mejor que
tes terrestres intercontinentales como explicaciones de otra desde ti punto de vista dt la tt:onomla intelectual.
primer orden en la biogeografía. dei rigor, de la inteltgib•lidad y de la eficacia práctica.
110 cabe duda de que uta teoria acabard prepon·
derando... s/Jio lo.< conceptos quo .te pueden geometrizar
AI principio de sus investigaciones, entre 1853 y 1860, y /levar ai espacio·titmpo 1011 susctptibles de univerm·
Hooker coincidió de modo indirecto con las ideas de lizaciiJn y. por lo tanto. de cientificidad. Se podrfa pro·
cederde una manera. por as(decirlo, inferencial: se com·
Sclater, pero pronto las abandonó y siguió a Wallace y a prueba la cientificidad de u11 co11cepto a. que putdt dts·
Darwin, quienes enfatizaron un origen nortcfio de las 'for­ cribiru mediante una determinado forma geométrica en
un e.rpacro sub.ttrato..."
mas dominantes de vida', lo cual estaba a tono con el
espíritu colonialista d e la época, expresado biogeográ­ R. Thom. /99J. Pardbolas y Catdstrofn

ficamente en la hipótesis dei relicto monoboreal y por la


concepción holarticista de la época victoriana, a las que A partir de la década de los cincuentas y los seten­
Nel son & Platnick ( 1984) dcnominaron como 'cfecto tas, el método panbiogeográfico y la escuela de la
Sherwin-Williams', aludiendo ai conocido logotipo de esa biogeografía de la vicariancia, enfoques mantenidos
marca de pintura, Hooker fue uno de los primeros en suge­ respectivamente por Croizat y Rosen-Nelson-Platnick,
rir la intervención d e cambias tectónicos para explicar retomaron la idea de encontrar el patrón de interrclación
los patrones de distribución biótica antárticos; su pro­ de las áreas de endémicos. Mientras que estos nuevos
puesta origi nal de pensar en movimicntos contincntales enfoqucs se iban consolidando ai desarrollar sus pro­
para explicar la similitud entre las biotas endémicas de la pios fundamentos y posibilidades explicativas nove­
Patagonia, Australia y Nueva Zelanda la abandonó final­ dosas, la biogeografía darwinista se fue debilitando.
mente, proponiendo después explicaciones de dispersión En este cambio influyeron la aceptación de la tectónica
a grandes distancias de la flora y fauna de dichas áreas. global, el desarrollo de metodologías de análisis
Lyell tuvo gran poder de convencimiento sobre Hooker. filogenético y el rechazo a las concepciones de centro
de origen darwinista y de mecanismos de dispersión
En ausencia d e teorfas geofísicas que explicaran la alcatorios y, en suma, a las concepciones fenéticas y
deriva continental, la teoría wegeneriana tuvo impacto ai'.arosas que pretendían explicar el patrón de interre­
casi nulo en la geología y en la biología de la primera lación d e las áreas de endémicos por medios meramen­
mitad dei siglo XX. Entonces, las concepciones de una te estadísticos.
Tierra estable en sus rasgos continentales y oceánicos,
aunadas a dispersi ones a través de grandes barreras, con­ Los procesos y los patroncs de evolución de los
tinuaron S()Steniendo las ideas biogeográficas victorianas, taxones y las biotas dei mundo son de interés fundamen­
enraizadas -de acuerdo con Bueno & LIorente ( 1991 )­ tal en l a biogeografía histórica; el estudio de las interre­
en las concepciones bíblicas, o aún más cn conccpcioncs laciones filogcnéticas entre especies y grupos mono­
culturales antiguas (Papavero et al., 1997, 2000) que filéticos con cierto grado de cndcmismo es básico para
el entendimiento de patrones en biogeografía histórica.
están compendiadas en el Génesis.
De modo esquemático, los taxones son endémicos a sus
La biogeografía dispersionista de Darwin y Wallace, áreas por dos razones: I . sus antecesores originalmente
continuada por Matthew ( 1 9 15), Darlington ( 1 957) y ocurrieron ahí y no ha habido modificación o expansión
Simpson ( 1 965), entre sus exponentes principales, funcio­ de la distribución, por lo que sus descendientes sobrevi­
nó como un paradigma en concordancia con la teoría de la ven ahí hasta la actualidad, excepto cuando una barrera
selección natural, fucra cn su cxprcsión darwinista o se genera y fracciona la población ancestral (vicarianza),
neodarwinista; en su momento ·superó' a las explicaciones y 2. sus antecesores se originaron en otro lugar y des­
que sostenfan los constructores de fantásticos puentes te­ pués sus descendientes migraron hacia las áreas que ac­
rrestres y a las de los creacionistas múltiples que conside­ tualmente ocupan (dispersión). En el primcr caso, la po­
raban que una especie o taxón podía originarse varias ve­ blación ancestral se divide en subpoblaciones cuando
ces en lugares distintos y disyuntos (politopismo). Las crí­ aparece una barrera que la aisla y provoca su separación;
ticas a la biogeograffa darwiniana y el desarro11o de nue­ esto supone cambios tectónicos, climáticos y extinciones
vas ideas teóricas en la biología comparada condujeron a que fragmentan y aíslan geográficamente a las comuni­
nuevos programas de investigación en la biogeografía his­ dades originales, con la subsecuente diferenciación de
tórica contemporánea (Nelson & Platnick, 1 9 8 1 ; Hum­ sus especies; en el segundo caso, son los mcdios de dis­
phries & Parenti, 1986; LIorente & Espinosa, 1991 ). persión los que permiten superar las barreras ya existen-
272 REV. ACAD. COLOMB. CIENC. : VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

tes, esto es, hay un origen (un área) a partir de la cual se Enfoques actuales de la biogeografia histórica
dispersan las poblaciones, especies y taxones. Ambos
"Toda ciencia es. antes que nada. e/ estudio de una
esquemas se han usado para responder, en forma comple­ fenomenología. Es decir: los fenómenos que son objeto

mentaria, a una pregunta central de la biogeografía con­ de una determinada disciplina científica aparecen como
accidentes de formas definidas de un espacio dado. ai
temporánea: si hay un patrón de i nterrelación entre las que podremos l/amar e/espacio substrato de la morfolo­

áreas de endemismo o regiones naturales, (,Cuáles fueron gía que se estudia . . . En los casos más generales (física.
biología) e/ espacio substrato es simplemente e/ habi­
los procesos que generaron e se patrón? tual espacio-tiempo. Pero en ocasiones es necesario cml­
siderar como substrato un 'espacio' algo diferente. que

Hay cuando menos tres escuelas alternativas que sur­ se deduce. por así decirlo. de/ espacio macroscópico ha­
bitual o construyendo un 'espacio
gieron en las últimas décadas: la biogeografía filogenética
...• ·. . . "

hennigiana, la biogeografía de l a vicarianza cladística y R. Thom. 1993. Parábolas y Catástrofes.

la panbiogeografía. Estas escuelas tienen distintos enfo­


ques, conceptos, métodos y técnicas para estudiar l a LI orente & Espinosa ( 1 9 9 1 ) y Espinosa & LIorente
interrelación de áreas endémicas y l a jerarquía de taxones ( 1993) hicieron una caracterización sucinta de las esc ue­
vicariantes que ocurren en las áreas de endemismo. Las las contemporâneas de la biogeografía histórica. De acuer­
tres expresan las relaciones entre las áreas mediante lí­ do con su interpretación, hubo tres acontecimientos que
neas que se dibujan en mapas. Otra coincidencia impor­ abonaron el terreno para el surgimiento de la biogeografía
tante es que ninguna de estas escuelas toman a los mode­ vicariancista. El primero fue e! método cladista desarro­
los e hipótesis geológicos como pruebas irrefutables que llado por Willi Hennig; e! segundo, el desarrollo de la
definan las relaciones de las biotas, sino más bien buscan teoría de tectónica de placas y la deriva continental; e!
congruencia entre ambas proposiciones de relación entre tercero, el trabajo de Leon Croizat y su crítica implacable
las áreas: hipótesis biogeográficas e hipótesis geológicas. contra e! modelo dispersionista.
Aunque algunos pensaron en el principio metodológico
A mediados de este siglo, apareció una obra central
de la iluminación recíproca entre geología y biogeografía para la biología comparada: Elementos de una sistemá­
histórica, otros -principalmente los panbiogeógrafos y tica filogenética, dei dipterólogo alemán Willi Hennig.
vicariancistas - han postulado la posibilidad de predecir Aunque sus ideas principales las publicá poco antes de
acontecimientos y patrones geológicos a partir de hipóte­ 1 950 (Papavero & Llorente, 1 996), su difusión se dio
sis de relación biológica, partiendo dei principio de que hasta la década de los sesentas, cuando en 1 966 salió
la Tierra y la biota han evolucionado juntas. Esta última una traducción a i inglés (también existe una versión ai
sentencia se debe a Croizat ( 1 964 ). espafiol de 1 968). Uno de los planteamientos centrales
de Hennig fue buscar la propiedad dei mundo vivo que
Los conceptos biogeográficos subordinados a la geo­
pudiera ser representadajerárquicamente. Concluyó que
logía como ciencia rectora en la historia natural, fue parte
la única que se conoce es e! patrón de ramificación que
de la herl!ncia que dejó la historia previa de la biogeogra­
ha producido la evolución; lo que ·da cohesión a los
fía de Darwin-Wallace, aunque algunos autores más cer­
organismos, tanto actuales como extintos, son las rela­
canos ai campo de la geología (como Donelly y Michaux),
ciones genealóg i c a s . Otras relaciones, como las
consideran que el papel de la geología en las controver­
genéticas y fenotípicas, pueden supeditarse e n última
sias biogeográficas es desarrollar y comparar modelos de
instancia a las relaciones genealógicas, por lo que pue­
historia geológica, que permiten evaluar hipótesis bioló­
den entenderse mejor en términos dei proceso de des­
gicas de acuerdo con l imitantes de tiempo y espacio
cendencia con modificación. De ello resulta que la
geológico.
mejor c lasificación es aquella que refleje con fidelidad
Las tres escuelas citadas han sido confundidas por las relaciones genealógicas, pues es la única que puede
varias autores, pues en un principio hubo intentos de fu­ producir una jerarquía no ambígua. No es ambígua, ya
sión teórica y conceptual que no prosperaron y más bien que para un conjunto dado de taxones sólo hay dos
produjeron separaciones tajantes (Croizat et ai., 1974; posibles formas de agruparias por genealogía: o com­
Croizat, 1982). En la actualidad, cada escuela sigue prin­ parten un ancestro común inmediato o no lo compar­
cípios, conceptos y métodos distintos, que se abordarán ten. De esta forma, el criterio teórico de la sistemática
más adelante. No obstante, puede considerarse que las filogenética, mejor conocida como cladismo, es claro y
explícito. En cambio, el número de clasificaciones po­
escuelas vicariancista y de la panbiogeografía (neozelan­
sibles basadas en mera similitud, es decir, las clasifica­
desa) no son excluyentes sino complementarias.
ciones fenéticas, es indeterminado.
LLORENTE BOUSQUETS, 1., N. PAPAVERO, A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFfA 273

Hennig se percató de que los únicos atributos que per­ 2. Los grupos hermanos de distinta jerarquía implican
miten descubrir la jerarquía de ramificaciones son los ca­ distintos niveles de relación entre las áreas de
racteres homólogos derivados que se comparten entre endemismo.
taxones, es decir, las sinapomorfías. Las sinapomofías son
un tipo especial de caracteres homólogos. Las homologías 3. Empleo de las regias de la desviación y de la pro­
ancestrales compartidas (simplesiomorfías), no son sufi­ gresión. La primera supone que siempre que ocurre
cientes para agrupar de manera no ambígua a los taxones, la partición de un linaje, una de las ramas sufre
ya que pueden seguir modificándose en algunos grupos mayor diferenciación, mientras que la otra se man­
durante el curso de la evolución. tiene más semejante ai ancestro. La regia de la pro­
gresión sostiene que existe un paralelismo entre
A partir dei trabajo de Hennig surgió una corriente co­
progresión morfológica y progresión corológica.
nocida como b iogeografía filogenética; sus principales
Ello significa que, dado que la formación de espe­
seguidores han sido Brundin (1966 y 1972) y Ball ( 1 976).
cies va siempre seguida de una progresión espa­
El sustento teórico de esta escuela es el de los princípios y
cial, bajo ciertas condiciones se puede determinar
métodos para la reconstrucción de grupos monofiléticos
la dirección de series de transformación en los ca­
elaborados por e! propio Hennig. El procedimiento que
racteres. La forma en que la progresión en el espa­
utiliza puede reducirse ai siguiente esquema: 1) Reconoci­
cio (corológica) se relaciona con la progresión de
miento de taxones monofiléticos mediante e! empleo dei
caracteres es particularmente nítida en ciertos ca­
método cladista y reconocimiento de su ubicación tempo­
sos de Rassenkreisen (anillos de razas), en los que
ral; 2) Se grafican las áreas de distribución; 3) Interconexión
la sucesión de formas vicariantes está ordenada de
de las áreas con base en la información dei cladograma. De
esta manera, se busca representar la secuencia de episodios forma aproximadamente lineal. En tales casos se
paleogeográficos que separaron las áreas de endemismo de ve que l a remodelación de caracteres ocurre en una
los taxones que se analizan, o bien se pueden distinguir sola dirección, formando un patrón escalonado de
tanto procesos de dispersión gradual como expansiones y relaciones filogenéticas, en el que se van despren­
contracciones de las áreas. Lo que está implícito en este d i endo formas c o n caracteres cada vez más
esquema es la concordancia entre historia geológica y apomórficos (derivados). Si ocurre una serie de
genealógica, y a partir dei análisis filogenético se pueden transformación de caracteres dei tipo a 1, a2, a3, a4,
predecir episodios geológicos. . , en el que el estado de carácter a1 es el más
. .

plesiomórfico (ancestral), estos diferentes estados


Una de las pretensiones de la biogeografía filogenética de carácter pueden superponerse a un patrón geo­
ha sido desarrollar una teoría evolutiva más aliá dei gráfico lineal, de modo que puede suponerse que
neodarwinismo, que integre e! proceso de la evolución en el desarrollo de caracteres ha ocurrido en función
el tiempo y el espacio. Admite una serie jerárquica de de la expansión geográfica dei grupo. De acuerdo
procesos como causa de los patrones biogeográficos: 1)
con esta regia de la progresión, las especies que
El desarrollo de barreras causa vicarianza, produciendo
poseen los caracteres más primitivos se encuentran
especiación alopátrida; 2) La desaparición de barreras
en ai área ocupada más tempranamente, la cual se
permite la expansión dei área de distribución; 3) La dis­
toma como e! centro de origen dei grupo.
persión por saltos es un proceso de importancia menor
que también produce especiación alopátrida, aunque no 4. Se define e! patrón de episodios alternativos de
se espera que forme patrones de distribución comunes vicarianza-expansión, suponiendo especiación por
entre taxones diferentes. peripatría y no por dispersión a saltos.
El método desarrollado por la biogeografia filogené­
5. Se analiza la congruencia entre e! patrón de evolu­
tica consiste en:
ción morfológico-espacial con los· distintos modelo
I. Determinación de grupos monofiléticos. Ello se hace geológicos.
aplicando la regia dei grupo externo, según la cual el
estado de carácter presente en grupos más o menos 6. Se determinan las edades mínimas con base en fósi­
relacionados con los taxones bajo análisis, presenta les, las edades máximas con base en la determinación
la condición ancestral. Ello permite establecer por de Ia edad de l a barrera más antigua y las edades rela­
contraste los estados derivados compartidos, es decir, tivas de acuerdo con l a secuencia jerárquica dei
las simplesiomofías. cladograma.
274 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

7. Se admite a la dispersi6n a saltos como explicación que su distribución no es azarosa. Ello requiere una ex­
cuando no se encuentra congruencia entre modelos plicación general, que es la historia vicariante que com­
geológicos e hipótesis cladísticas. parten en común.

A partir de los anos setentas, surgió el enfoque cono­ El procedimiento que utiliza la biogeografía de la
cido como biogeografía de la vicarianza, que también vicarianza consiste en: 1 ) Determinación de grup os her­
utilizó el método cladista para encontrar patrones gene­ manos. Ello es posible luego dei análisis cladístico; 2)
rales de relaciones genealógicas y biogeográficas Dado. Uso dei principio de parsimonia Este principio, también
.

que las nuevas especies surgen por escisiones sucesivas llamado de simplicidad indica que entre diferentes hipó­
,

de especies ancestrales, el proccso evolutivo ha resultado tesis genealógicas representadas por cladogramas, se eli­
,

en una enorme jerarqufa de grupos anidados, donde cada ge a la que implique el menor número de orígenes múlti­
grupo incluye una especie ancestral. La biogeografía de ples de los caracteres. Se han desarrollado varias técnicas
la vicarianza parte de dos princípios: I ) La congruencia para poner en práctica el principio de la parsimonia. En­
observada entre los patrones filogenéticos y biogeográ­ tre los algoritmos de parsimonia que se han desarrollado
ficos de los miembros de dos o más grupos monofiléticos pueden mencionarse e! de Farris, el de Hendy y e! de Penny,
es una evidencia para hipotetizar que comparten una his­ contenidos en paquetes de cómputo como el Hennig86,
toria común; 2) la congruencia entre patrones filogené­ e! PAUP y otros (Espinosa & Llorente, 1993); 3) Sustitu­
ticos y biogeográficos de taxones distintos implica como c i ó n de los grupos terminales de los cladogramas
causa más probable una historia común (Wiley, 1988). taxonómicos por las áreas que oeupan, formando así
cladogramas de áreas; 4) Llevar a cabo los pasos anterio­
Las hipótesis biogeográficas sobre relaciones de áreas
res eon diferentes grupos monofiléticos coo distribución
se expresan mediante cladogramas. En el método de la
más o menos s imilar.
biogeografia de la vicarianza, los taxones terminales de
los cladogramas taxonómicos se sustituyen por las áreas Debido a l a complejidad dei proceso evolutivo, en
en Ias que ocurren. La transfonnación de cladogramas de donde unos grupos evolucionan relativamente rápido
taxones en cladogramas de áreas sería un asunto trivial si mientras otros permanecen estables, y donde ocurren pro­
a cada área correspondiera un taxón endémico único. En cesos como cladogénesis, extinción y dispersión la ob­ ,

este caso ideal, todo el procedimiento se reduciría sim­ tención de un cladograma general de consenso no es un
plemente a sustituir a los taxones de un cladograma por asunto sencillo. De ahí que se hayan desarrollado proce­
Ias áreas que habitan. Sin embargo, en la práctica se pre­ dimientos para salvar el escollo, los cuales buscan encon­
sentan varias causas de incongruencia entre ambos tipos trar el cladograma de áreas de máximo consenso. Estos
de cladogramas. Gran parte dei esfuerzo de la escuela procedimientos pueden dividirse en dos tipos: el análisis
vicariancista se h a dedicado a tratar de resolver esos fenó­ de componentes y e! análisis de parsimonia (Wilcy, 1988).
menos que pueden confundir la estimación de las relacio­
nes entre áreas, que son: 1 ) Los taxones de amplia distri­ Como se mencionó an teriormente, un acontecimiento

bución, 2) Los taxones fallantes en áreas, y 3) Las distri­ q ue influyó en el desarrollo de la biogeografía vicarian­

buciones redundantes (una revisión detallada de cómo se cista fue la aceptación de la teoría sobre tectónica de pla­

resuelven metodológicamente estos problemas se encuen­ cas global como paradigma de la geología contemporá­

tra en Espinosa & Llorente, 1993). nea. Mientras que el modelo dispersionista tiene como
premisa central una geografía estable, la biogeografía de
Los adherentes del enfoque vicariancista (v. gr. Nelson la vicarianza acepta l a deriva de los continentes. En 1 9 1 5 ,
& Platnick, 1 9 8 1 ) sostienen que e! 'ruido' biogeográfico Alfred Wegener se apoyó en evidencia paleontológica
por estos casos problemáticos es relativamente menor y para proponer la deriva continental. Su teoría fue recha­
no es suficiente para enmascarar las relaciones cladísticas zada por l a mayoría de los geólogos de ese entonces. A
entre áreas de endemismo. De esta manera, a pesar de los menudo se recurrfa a extensos puentes continentales para
problemas potenciales de los datos (conocimiento inade­ explicar los casos de distribuciones disyuntas, bajo una
cuado de las relaciones sistemáticas de los grupos anali­ concepción inmovilista de la superfície terrestre. Wegener
zados, ambigüedades en el conocimiento sobre su distri­ lanzó e! desafío a los geólogos puente continentalistas a
-

hución y en la delimitaci6n de las áreas de endemismo, que prescntaran evidencia geológica de su teoría. Duran­
así como en la asignación de los diferentes taxones a las te la Segu nda Guerra Mundial se obtuvieron datos minera­
áreas), se puede esperar encontrar un patrón jerárquico de lógicos y geomagnéticos que apoyaban la teoría de la
amplia congruencia entre los diferentes taxones, por lo deriva continental. Sin embargo, no terminaba de acep-
LLORENTE BOUSQUETS, J., N. PAPAVERO, A. BUENO H . : SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 275

tarse, debido principalmente a que no había un modelo relevancia. Las barreras provocan vicarianza, que a su vez
sobre el mecanismo de l a deriva. Fue hasta fines de l a conduce a la especiación alopátrida. La desaparición de
década d e l o s sesentas cuando s e aceptó un mecanismo barreras permite la expansión de las áreas de distribución.
general que explicaba los principales rasgos tectónicos, Un tercer proceso, de menor importancia, son las disper­
como los cambies de posición de los continentes y l a siones a gran distancia a través de barreras preexistentes,
formación d e océanos. Lo que s e debate actualmente en que también pueden conducir a especiación alopátrida.
la geología histórica son diferentes modelos y secuencias
Influído por las ideas originales de su coterráneo, el
específicas de eventos.
escultor turinés Medardo Rosso, Croizat rechazó el con­
Con la aceptación de la teoría sobre tectónica de pla­ cepto de espacio absoluto. Para él, igual que para el es­
cas, dejó de ser una desmesura imaginar grandes masas cultor futurista, el espacio ya no se concibe más como la
terrestres transportando biotas enteras por millares de ki­ envoltura estática y pasiva de los objetos, sino que éstos
lómetros a lo largo de eras y períodos geológicos. L a confunden sus límites con el espacio que les rodea, for­
vicarianza afirma q u e l a s razas y especies surgen como mando objetos y espacios una unidad indisoluble. La dis­
resultado de episodios de vicariación, es decir, de la sub­ gregación de espacios y objetos resulta para Croizat una
división de poblaciones originalmente continuas por cau­ mera costumbre fuertemente arraigada en la cultura occi­
sa dei surgimiento de una barrera, y no como resultado de dental. Por el contrario, el concepto de espacio relativo
episodios aislados de dispersión (Croizat et al., 1 974; desvanece la dicotomía tajante entre ambiente y organis­
Nelson & Rosen, 1 9 8 1 ). Dicho de otra forma, la vicarianza mos. El espacio, el tiempo y la forma, son concebidas por
sostiene que la causa de la especiación alopátrida son Croizat ya no como categorías absolutas, sino en relación
fundamentalmente los cambies geológicos, más que la recíproca. Organismos y ambiente ya no son más entida­
migración. des absolutas y divorciadas, sino un complejo de relacio­
nes biogeográficas y ecológicas (Craw & Heads, 1988).
El otro suceso que influyó sobre el desarrollo de la
biogeografía vicariancista fue el trabajo que realizó Leon S i bien la panbiogeografía ha sido incluída dentro dei
enfoque cladista y vicariancista (v. gr. Nelson & Platnick,
Croizat ( 1 894- 1 932). Croizat se convirtió en el crítico
más severo dei enfoque dispersionista, si bien fue ignora­ 1 98 1 ; Briggs, 1 99 1 ), los panbiogeógrafos neozelandeses
actua\es se han preocupado de deslindaria como un enfo­
do sistemáticamente por los líderes dei neodarwinismo,
que autónomo. Craw et al. ( 1 999) reivindican a la
como Simpson y Mayr. Croizat recibió su formación den­
panbiogeografía como un intento de reintroducir y dar
tro dei círculo de biólogos teóricos iniciado por Daniele
énfasis a l a dimensión geográfica o espacial dentro de la
Rosa, un especialista en anélidos dei Museo de Turín. Fue
diversidad orgánica, para entender los procesos y patro­
d i s c í p u l o de un a l u m n o de R o s a a fi c i onado a l a
nes evolutivos. Bajo esta premisa, su meta es recuperar la
herpetología, el conde Mario G . Peracca. L a obra de
importancia de los lugares y las localidades como sujetos
Croizat puede considerarse como el reinicio de la discu­
directos de análisis de l a indagación biogeográfica. Así,
sión en la biogeografía histórica contemporánea (Chiba,
la panbiogeografía sostiene que el análisis espacial de las
1 987) . Su enfoque heterodoxo influyó profundamente
localidades resulta central para entender los procesos y
sobre la conceptualización actual de la biogeografía
patrones dei cambio orgánico, pues no existe ningún pro­
(Brundin, 1 988). La panbiogeografía de Croizat compar­
ceso evolutivo que no se relacione de forma esencial con
te con la biogeografía de la vicarianza el principio de que
el lugar y tiempo particular en que ocurre.
la biota muestra áreas de distribución recurrentes, no
explicables por dispersión aleatoria. Sin embargo, una Croizat desarrolló un método gráfico para representar
diferencia fundamental entre estes dos enfoques es que e\ los patrones de distribución. Con base en la revisión de
método panbiogeográfico no exige como requisito pre­ una enorme cantidad de literatura que contenía datos so­
via el análisis cladista de los taxones. Adiciones a l a bre la ocurrencia de diversos tipos de organismos, cons­
biogeografía d e Croizat y aspectos sintéticos d e l a truyó mapas de distribución sobre los que se marcaban
Panbiogeografía pueden encontrarse en l o s trabajos de líneas que conectaban las áreas de distribución de los
Craw et. al., ( 1 999) y Morrone (2000). subgrupos vicarios de un taxón particular. Tales líneas se
conocen como 'tracks' o trazes individuales. La superpo­
Croizat concibió a los patrones de distribución biótica
sición de trazes individuales de distintos grupos forma
como el resultado de la interacción entre dos procesos: el
trazos generales o estándar, que representan biotas
inmovilismo (vicarianza) y e\ movilismo (la dispersión) .
ancestrales antes de haberse separado por cambies físicos
D e estos dos, a i primero lo considera d e mucha mayor
o geológicos. Estas biotas compartirían historias comu-
276 REV. ACAD. COLOMB. CIENC.: VOLUMEN XXIV, NUMERO 91-JUNIO DE 2000

nes, tanto en tiempo como en espacio . El punto crucial es distantes. Las líneas de base senalan la correlación espa­
que Croizat encontró que había un número limitado de cial entre un trazo y algún rasgo geográfico o dei paisaje,
trazos generales, lo que significa que la distribución de es decir, geológico o geomórfico, y permiten hacer corre­
los organismos no es a i azar, sino de acuerdo con un pa­ laciones entre patrones distribucionales y patrones
trón definido. Una vez delineados los trazos, es necesario geológico/tectónicos, que a su vez sirven para elaborar
orientarias, es decir, determinar su dirección. Para ello, se hipótesis sobre relaciones históricas. Los trazos que com­
propone para cada trazo una línea basal, dependiendo dei parten la misma línea de base se consideran como homolo­
océano particular, la base oceánica o el principal rasgo gías biogeográficas, que ai igual que las sinapomorfías
tectónico que cruce o circunscriba el trazo (para una revi­ dei cladismo, indican una historia común. Las lfneas de
sión detal lada, ver Craw, 1989; Llorente & Espinosa, base representan e! centro de origen espacio-temporal de
199 1 ; Espinosa & Llorente, 1993; Craw et al., 1 999). un track, lo cual establece una diferencia importante con
el enfoque de la biogeografía vicariancista, que niega
Ante el debate dispersionista-vicariancista, l a
cualquier concepto de centro de orige n.
panbiogeografía, e n s u versión actual , propone una serie
de premisas propias, que distinguen a este enfoque tanto
Consideraciones finales
dei dispersionismo como de la biogeografía vicariancista:
"... la absalescencia es un destino que hay que de·
I . Los patrones de distribución constituyen la base em­ uar fuvientemenre. no ua que la ciencia st estanque y
fene�ca...la que es canfartablementefamiliar se convierte
píri ca para el análisis biogeográfico. tn una prisión de/ pensamiento."

2. Los patrones de distribución proporcionan la infor­ S. J. Gould. 1999. IA vida maravll/osa.

mación para conocer dónde, cuándo y cómo evolu­


A partir de que se estableció un esquema global de la
cionaron los organismos. distribución de las formas orgánicas sobre la superfície
terrestre, emergió un patrón que ha atraído persisten­
3. Los componentes espaciales y temporales de los pa­
temente l a atención de los estudiosos de la geografía de
trones de distri bución pueden ser representados grá­
l a vida: las grandes disyunciones de grupos relacionados.
ficamente.
Los hiatos enormes que separan formas claramente vincu­
4. Se pueden proponer hipótesis contrastables sobre las ladas han canalizado el esfuerzo de generaciones enteras
relaciones históricas entre la evolución de la distri­ de biogeógrafos en busca de su explicación, desde Buffon,

bución y la historia de la Tierra a partir de la correla­ De Candolle, Sclater, Darwin, Wallace y Hooker, hasta

ción geográfica entre grafos de distribución y rasgos Darlington, Simpson, Hennig, Croizat, Nelson y Platnick,

geológicos/geomórfologicos. entre otros.

El interés por el estudio de la distribución orgánica no


El método de la panbiogeografía implica cuatro con­
empieza a partir de Darwin y Wallace como una conse­
ceptos centrales. El trazo es una línea dibujada sobre un
cuencia secundaria dei surgimiento de la teoría de la des­
mapa que conecta a las diferentes l ocalidades o áreas de
cendencia con modificación, según una idea común pro­
distribución de un taxón particular o de un grupo de
palada por los hagiógrafos darwinistas. E! análisis histó­
taxones. La forma gráfica más sencilla de representar los
rico revela que la biogeografía empieza a conformarse
trazos es mediante un árbol de tendido mínimo (minimal
siglos atrás, antes de haber surgido siquiera una concep­
spanning tree), construido de tal forma que la suma de las
ción transformista dei mundo vivo, y que su campo de
longitudes que conectan todas las localidades sea la me­
conocimiento se ha ido constituyendo a partir de una com­
nor posible . Un nodo es un punto de intersecc i ón entre
pleja mezcla de conjeturas y especulaciones, de hipótesis
dos o más trazos y se interpretan como la representación
y abstracciones, asf como de puntos de vista particulares
gráfica de áreas compuestas, en donde se juntan diferen­
influídos por observaciones cuidadosas y también por los
tes historias geográficas y ecológicas (Craw et al., 1 999).
prejuicios de clase. El interés por la distribución de la
Los centros de masa son áreas donde se presenta la máxi­
biota hu nde sus raíces en Ia historia de. l as ideas , en el
ma diversidad. En e! enfoque dispersionista, las áreas de
origen de los mitos.
diversidad máxima fueron interpretadas como centros de
origen. La panbiogeograffa no los interpreta de la misma Desde el siglo pasado surgieron dos tradiciones riva­
manera, sino que los usa para orientar o dar polaridad a les en la biogeografía histórica: la vicariancista y la
los trazos. La polaridad de los trazos se orienta desde las dispersionista. Si bien en e! siglo pasado era más razona­
localidades más próximas ai centro de masa hacia las más ble pensar en grandes migraciones que en una fuerza ca-
LLORENTE BOUSQUETS, J., N. PAPAVERO, A. BUENO H.: SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA BIOGEOGRAFÍA 277

paz de mover continentes, de la cual no se tenía eviden­ Buffon, G. L. 1749-1778. Histoire nature/le. París: lmprimerie Royale.

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protocolo era investigar el centro de origen y la ruta de ---- - ·

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dispersión de grupos particulares, surgieron enfoques di­ 229 p.
ferentes. La panbiogcografía y la biogeografía de l a
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vicarianza se interesan más bien por descubrir y explicar
----

Biology-Forum, 8 1 (4): 499-532.


patrones generales de distribución, más que historias par­
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