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Javier Callejo Gallego


OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y GRUPO DE DISCUSIÓN: EL SILENCIO DE TRES PRÁCTICAS DE
INVESTIGACIÓN
Revista Española de Salud Pública, vol. 76, núm. 5, septiembre-octubre, 2002
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
España

Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17076504

Revista Española de Salud Pública,


ISSN (Printed Version): 1135-5727
resp@msc.es
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad
España

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Rev Esp Salud Pública 2002; 76: 409-422 N.º 5 - Septiembre-Octubre 2002

COLABORACIÓN ESPECIAL

OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y GRUPO DE DISCUSIÓN: EL SILENCIO DE


TRES PRÁCTICAS DE INVESTIGACIÓN IO...

Javier Callejo Gallego


Departamento de Sociología I: Teoría, Metodología y Cambio Social. Universidad Nacional de Educación a Dis-
tancia

RESUMEN ABSTRACT
Antes de entrar en la oposición entre perspectiva cuantitati- Observation, Interview and Discussion
va y perspectiva cualitativa de la investigación social, se argu-
menta la necesidad de considerar el proceso de investigación group: the Silence of Three Research
social como un proceso social y las propias situaciones de ob- Practices
servación empírica como situaciones sociales. Por lo tanto, en
la investigación social el objeto de observación y las vías de Before entering into the opposition between quantitative
observación son de la misma materia. Como en toda situación perspective and qualitative perspective of social research, the
social, en la de observación se ponen en juego normas sociales. need is discussed of considering the social research process as
Pues bien, el artículo desarrolla la presentación de tres prácti- a social process and the empirical observation situations per
cas de investigación social cualitativa desde su concepción se as social situations. Therefore, in social research, the object
como producción de situaciones sociales distintas que, a su vez, of observation and the ways of observation are made in the
se establecen como contextos inmediatos que favorecen res- same stuff. As in any social situation, social norms come into
pectivas articulaciones entre las normas prácticas y de grupos play in the observation situation. Thus, the article develops
sociales específicos y las normas sociales dominantes en el the presentation of three qualitative social research practices
conjunto de la sociedad. Las prácticas presentadas son: obser- from their design as producing different social situations
vación participante, entrevista en profundidad y grupo de dis- which, in turn, take on the nature of immediate contexts which
cusión. Una articulación distinta entre normas sociales que tie- favor respective articulations between the practical norms of
ne en el silencio una vía privilegiada de observación. Así, se specific social groups and the dominant social norms in so-
concluye que la gestión y análisis del silencio es fundamental, ciety at large.
tanto para diferenciar la perspectiva cualitativa de la cuantitati-
va, con una mayor apertura de la primera hacia el silencio, The practices presented are: participant observation,
como para diferenciar una práctica de otra; pero, sobre todo, in-depth interview and discussion group. A different articula-
para observar los propios efectos de la observación durante los tion among social norms which finds silence to be privileged
procesos de observación. way of observation. Hence, the conclusion is reached that the
management and analysis of silence is fundamental both for
Palabras clave: Sociología. Etnografía. Observación parti- distinguishing the qualitative from the quantitative perspective,
cipante. Entrevista, grupo de discusión. Análisis cualitativo. the former opening up more to silence than the latter, and to
Técnicas de investigación. Investigación cualitativa. distinguish one practice from another, especially for observing
the effects proper of the observation during the observation
processes.
Keywords: Sociology. Ethnography. Participant observa-
tion. Interview. Discussion group. Qualitative analisys. Quali-
tative Research.

Correspondencia:
Javier Callejo
Calle Obispo Trejo s/n
28040 Madrid
913987065
Correo electrónico: mcallejo@poli.uned.es
Javier Callejo Gallego

UN TRIÁNGULO CUALITATIVO to, correspondiendo a otras partes de esta


publicación su realización.
Observación participante, entrevista en
profundidad y grupo de discusión se esta- El principio básico del que se parte, para
blecen como prácticas representativas de la el conjunto de la investigación social empí-
rica, es que toda situación de observación es
perspectiva metodológica cualitativa de in-
una situación social. Si tal principio se en-
vestigación social. Perspectiva que carece
cuentra en fase de amplia generalización
de una indiscutida definición propia. Es
para el conjunto de la actividad empírica,
más, lo cualitativo en investigación social
como se muestra en la evidencia aportada
ha venido a configurarse principalmente por los estudios de sociología de la cien-
como una especie de cajón de sastre de to- cia3,4, tiene una relativamente antigua y am-
das aquellas formas y procedimientos de in- plia raíz en el caso de la investigación so-
vestigación que no entraban en la perspecti- cial, tomando un matiz relevante: objeto e
va cuantitativa, en la posibilidad de contar instrumento de observación son del mismo
y, con ello, medir los fenómenos sociales. material, son sociales.
Ha de resaltarse que las propias prácticas,
observación o entrevista, anteceden a la ca-
La observación sociológica requiere la
tegoría de cualitativo y la desbordan. Lo
construcción de una situación social para,
cualitativo tiende a aparecer así como un es-
paradójicamente, observar el fenómeno en
pacio en negativo, al que, según las respecti- su funcionamiento normal; es decir, cuando
vas escuelas, se le otorga una función prin- no es observado. El trabajador de campo,
cipal: la búsqueda del significado de los fe- para situarnos en el punto material más pró-
nómenos, la obtención de la palabra de los ximo a los sujetos observados, necesita defi-
sujetos de la acción social, el lugar primor- nir previamente la situación social ante el
dial del lenguaje, la apertura, etc.. Claro que observado. Se manifiesta así la constitución
hay una especie de aire común, formado por de una comunidad, una unidad de procesos
cuestiones como el interés por la compren- comunicativos. En este caso, la comunidad
sión de los fenómenos1 o la centralidad de de la observación que reúne a observadores
las prácticas discursivas y el análisis del dis- y observados, frecuentemente de manera
curso2; pero bastaría un mínimo análisis de poco explícita en las prácticas de investiga-
las tres prácticas que aquí se toman como re- ción más reconocidas por la población,
ferencia para ver la distinta concreción de como las entrevistas por cuestionario. Una
tales atributos en cada una de ellas. Son ra- comunidad con sus normas. Lo normativo
zones de grado lo que las diferencia. Ahora es lo que obliga, lo que condiciona. Se parte
bien, desde tal asunción también podría in- del principio de que la acción social ha de
cluirse una técnica de investigación como la explicarse por las normas, valores o ideolo-
encuesta estandarizada como la concreción gías que son vinculantes para los miembros
de otro grado más en el continuo, con lo que de un grupo. Así, uno de los puntos estraté-
nos saldríamos de lo que convencionalmen- gicos en el diseño metodológico de la inves-
te se admite como lo cualitativo. Es segura- tigación consiste en fundamentar la articula-
mente desde esta visión global, incluyendo ción del ámbito o nivel normativo que se ha
a las consideradas dos perspectivas opues- de observar, elemento central en la defini-
tas, como conviene, en principio, abordar el ción del objeto de investigación, y las nor-
lugar de las prácticas cualitativas: tanto para mas producidas por la puesta en marcha de
un intento de fijación, siempre inestable, de las situaciones sociales derivadas de las dis-
su ámbito común, como de las fuentes de tintas prácticas de investigación social.
sus principales diferencias internas. Labor Como señalan, entre otros muchos, Strauss
que se realizará aquí de manera sumamente y Corbin5, cada método de colección de da-
sintética, pues su objetivo central es distin- tos viene ligado a un tipo de información.

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Toda práctica de investigación, sea cuan- a las normas que se quieren observar, sino
titativa o cualitativa, es una situación social que toda relación social, como la que se pro-
que puede ser tipificada6, parecida en algún duce en la situación de observación, es una
grado a otras situaciones reconocibles por relación con las normas generales. En la me-
los observados. A partir de tal reconoci- dida que cada situación social, producida
miento, se genera un particular proceso co- por las prácticas de observación, establece
municativo. De aquí que quepa tomar pre- una particular relación con las normas do-
cauciones con respecto a la identificación de minantes, cada práctica tendrá un relativo
las prácticas de investigación social con grado de pertinencia en función de cuál es la
procesos comunicativos especiales, en sí relación con las normas dominantes que se
mismos. Tales procesos son producto de (y quiera observar. La asunción de tal princi-
reproducen) una definida situación social, pio es la base para aproximarse tanto a un
configurada por un conjunto de normas que diseño adecuado de investigación, como
incluyen las relativas a los procesos comu- una de las llaves que permitirá la valoración
nicativos. Precisamente la paradoja de la in- de la generalización de los resultados y, en
vestigación social empírica reside en que lo definitiva, de la validez externa de la inves-
que genera la posibilidad de comunicar, la tigación.
situación social producida por la observa-
ción, imposibilita el ideal de comunica- Las situaciones sociales que se ponen en
ción transparente, de comunicar como si no marcha vienen especialmente establecidas,
hubiese observación. Paradoja resoluble, dado su inefable carácter de experiencias
como todas, por la propia necesidad práctica fuera del flujo cotidiano de la vida de los ob-
de su resolución. En definitiva, por la nece- servados, como demandas de actuación. Es
sidad social de investigación. decir, de escenificación de algo (prácticas,
discursos) por parte de sus actores en un es-
Lo común entre las prácticas de investiga- cenario: de las prácticas cotidianas (de un
ción es que todas son situaciones sociales. grupo, una comunidad o una organización)
Lo que las distingue son las respectivas si- en el escenario propio, «natural», en la ob-
tuaciones sociales. Principio que, hoy en servación participante; de una confesión en
día, parece el eco de algo obvio; pero que un escenario que forma parte de la negocia-
genera un rentable marco para desarrollar ción en el contrato de observación, en la en-
cada una de las prácticas y la comprensión trevista; de una comunión en un escenario
de algunos de sus procedimientos, más acá extraño, «artificial», en el grupo de discu-
de ubicar la unidad de algunas prácticas, sión. Como tal reproducción tiene límites,
como las cualitativas, en aspectos suscepti- pues no todo es mecánicamente reproduci-
bles de discusión. Por ejemplo, el cierre de ble en la sociedad, y comporta un modelo de
lo cualitativo bajo el paraguas de lo discur- actor. De aquí que, a la hora de desarrollar
sivo, podría objetarse desde la considera- cada una de las tres prácticas, se haga hinca-
ción de la observación participante como pié en el modelo de actor y observador que
práctica en la que se recoge algo más que demanda la situación social. La demanda de
discursos, por mucho que todos los datos re- actuación y de modelo de actor y observa-
cogidos acaban configurados como parte de dor también se encuentran en el contrato de
un discurso. observación: por ejemplo, limitación del ac-
tor a contestar, no cabiendo las preguntas.
Como tales situaciones sociales, estable-
cen normas y se configuran con respecto a Habitualmente, se identifica a las prácti-
las normas del entorno social. Se da cierta cas cualitativas como las técnicas de la pala-
vuelta de tuerca a un argumento anterior. No bra. Como si en las técnicas cuantitativas no
es sólo que las normas de la situación de ob- hubiese esa fuente de imprecisión que son
servación refracten la relación con respecto las palabras, como si un cuestionario o una

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ficha de observación cuantitativa pudiera o escuelas del cualitativo pueden registrarse


realizarse sin palabras. Es más, si hay algo a partir de la valoración de tal silencio de las
que une a lo cuantitativo y lo cualitativo es prácticas: desde un inicio en que se asumía
el uso, aun cuando sea distinto, de la pala- como signo de neutralidad y objetividad,
bra. Desde el uso de la palabra, ambas pers- hasta una fase en que sólo parece caber la
pectivas metodológicas conforman un con- palabra del observador entre las silenciadas
tinuo, como denuncian los diseños de inves- prácticas de observación). Toda observa-
tigación destinados a recoger significantes ción es el encuentro entre dos mundos, el de
mediante prácticas cualitativas, para, poste- la vida cotidiana de los sujetos observados y
riormente conocer su distribución cuantita- el del observador, donde los silencios son
tiva7. Sin embargo, es el lugar del silencio los principales signos en la transición entre
de los observados lo que diferencia con ma- uno y otro. El silencio del que calla ante la
yor rotundidad las dos perspectivas. En los percepción de alguien ajeno (observación
estudios cuantitativos se excluye el silencio, participante); el silencio del que observa
como pone de manifiesto la investigación para pasar desapercibido en el escenario de
mediante cuestionarios estandarizados. Es observación (observación participante); el
más, las comunes categorías de respuesta silencio del entrevistador para provocar la
como «no sabe» o «no contesta», lejos de continuación del flujo discursivo del obser-
recoger el silencio, lo excluyen. A lo sumo, vado (entrevista en profundidad); el silencio
pueden tomarse como periféricas vías de los del entrevistado como señal de incremento
encuestados para escapar a las palabras, las de la tensión entre la norma general y la par-
categorías propuestas, impuestas por la in- ticular (entrevista en profundidad); o el si-
vestigación. Son respuestas, negación del si- lencio del grupo como muestra de las di-
lencio, pues no se permite que permanezca ficultades para la circulación del discurso
en silencio quien ha aceptado la entrevista sobre un tema en ese sector social (grupo
con cuestionario. De prolongar en exceso el de discusión): algunas muestras de la ubi-
comportamiento silencioso, se dará por ter- cuidad del silencio en las prácticas cualitati-
minada la entrevista. Quedará anulada. vas. Las tres prácticas aquí referidas son
Cuando el silencio surge ante algunas pre- fundamentalmente orales y, por lo tanto,
guntas, quedará oculto en la categoría por la donde fundamentalmente se da la gestión
que finalmente se opta, pues el silencio no del silencio8.
es una opción.
Así, el triángulo cualitativo de las tres
En las situaciones sociales de las prácticas prácticas de investigación aquí referidas,
cualitativas hay lugar para un elemento co- observación participante, entrevista en pro-
municativo como el silencio. Un lugar tal fundidad y grupo de discusión, puede que-
vez escasamente analizado, tanto desde la dar momentáneamente conformado, pues:
reflexión metodológica como desde la pro- a) en cuanto situaciones sociales, las prácti-
pia práctica empírica. Pero al que se abren cas de investigación social cualitativa confi-
de manera conjunta y, a la vez, de manera guran una relación entre normas (las de ob-
diferencial las prácticas cualitativas de in- servación, las de referencia y las practica-
vestigación social. Incluso desde la centrali- das), un modelo de actor y un lugar para el
dad que tiene lo dicho, lo discursivo, en es- silencio; b) en la relación entre normas, los
tas prácticas, algunos debates que las atra- actores toman distintos modelos, pudiendo
viesan, como el papel del trabajador de aparecer el silencio como la frontera en el
campo en los ejes de la participación y la di- paso entre normas y modelos; c) el silencio
rectividad en la situación de observación, es un elemento constituyente tanto de las
están estrechamente relacionados con las normas de la relación de observación deri-
formas de gestionar el silencio y con las dis- vada de cada práctica de investigación, dife-
tintas formas de silencio (las distintas etapas renciándolas entre sí y, por lo tanto, un ele-

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mento de su gestión, como un elemento es- de centros sanitarios, de asociaciones profe-


tratégico para el análisis, en cuanto pone en sionales específicas, salas de hospital, psi-
relación los tres tipos de normas coinciden- quiátricos, etc.11,12. Su objetivo es que lo
tes: las de observación, las dominantes o de normal en tales espacios sociales fluya, aun-
referencia más general y las practicadas por que esté lejos de la norma central de la so-
el grupo particular de referencia. ciedad dominante, de lo que se considera
como normal fuera de tales espacios socia-
les particulares.
LA OBSERVACIÓN PARTICIPANTE
Para conseguir la representación de tal
La denominada observación participante normalidad particular, ante la observación
puede considerarse el ejemplo por excelen- de un sujeto externo, se establece el princi-
cia del carácter de prácticas, en lugar de téc- pio, más o menos asequible según las cir-
nicas, de los métodos de la investigación cunstancias, de máxima disminución del
cualitativa. Es más, para Atkinson y Ham- grado de externalidad de este sujeto obser-
mersley9, la observación participante es algo vador. Así, la comunidad que se forma entre
más amplio, es un modo de estar en el mun- observador y observados pasa en esta prácti-
do característico de los investigadores. En ca de investigación por el requerimiento de
cuanto tal modo de estar en el mundo, asu- integración del observador en los espacios y
me: la preocupación por aquellas formas de prácticas de los observados. En definitiva,
vida social u organización que pueden con- de su integración en la vida cotidiana del
siderarse relativamente anormales, fuera de grupo observado. Su relativamente contra-
la norma dominante en la sociedad asimis- dictoria denominación (observar y partici-
mo dominante, y cierta ambición de totali- par a la vez) muestra también el amplio mar-
dad dirigida en sus distintos niveles, ya sea gen de su actuación: desde lo que podría
desde la total integración del observador en considerarse una observación que participa
lo observado10, ya sea la de dar cuenta de en la vida cotidiana de los observados, hasta
todo el mundo social observado. una participación de la que derivan observa-
ciones, acercándonos a prácticas como la
El principal uso de la observación partici- denominada IAP (investigación acción par-
pante se encuentra en el estudio de lo que re- ticipación). Un margen que, más allá de la
lativamente se sale de la norma: lo que toda- exposición divulgativa de una tipología13,14
vía no se entiende, lo incipiente, las otras algo extraña a la escasamente formal con-
culturas, los grupos semiocultos o clandesti- creción de esta práctica, que, eso sí, tiende a
nos y lo que tiende a encerrarse entre los articular distintos grados de participación
muros de las instituciones (instituciones to- con la observación en distintos momentos
tales, centros laborales, laboratorios, etc.). de la investigación.
Es decir, en aquellos espacios sociales don-
de lo normal es puesto entre paréntesis, de- Fundamentalmente, la observación parti-
negado, donde se asume que las cosas fun- cipante es la integración del observador en
cionan socialmente de otra manera distinta a el espacio de la comunidad observada. Es
la que se tiene por normal o la que aparece más, esta práctica puede considerarse un
en los discursos formales de las institucio- espacio sin tiempo. La observación partici-
nes. Por lo tanto, su uso es especialmente in- pante está definida por la interacción entre
teresante para el estudio profundo de la vida observador y observado en el espacio de
cotidiana de las organizaciones, institucio- los últimos1. El primer elemento de partici-
nes y grupos sociales que ocupan un lugar pación es espacial, el espacio de la comuni-
periférico en la sociedad, lo que, en el ámbi- dad observada. De aquí que la selección del
to de la salud se traduce en su utilización en espacio adquiera un lugar estratégico pri-
el estudio de la vida cotidiana y organizativa mordial en las investigaciones con esta

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práctica. Como tal espacio, no todos los El tipo de dato que configura la observa-
espacios son susceptibles de ser observa- ción participante viene dado por el que pue-
dos, ni de permitir la presencia de un obser- de considerarse su instrumento básico: las
vador. Así, Taylor y Bogdan hablan de un notas del trabajo de campo. El dato es lo
espacio de fácil acceso, donde se puede es- ocurrido en el campo y registrado por las
tablecer una relación inmediata con los in- notas. Éstas tienen la función de registrar lo
formantes y recoger datos directamente re- significativo entre lo observado, pero fuera
lacionados con los intereses de la investi- de la mirada de los observados, poniendo de
gación. Al respecto, hay que señalar que es relieve la antinomia entre los momentos de
la investigación la que constituye el espa- observación y los de participación. Por lo
cio y su selección y no al revés, como indi- tanto, las notas de campo se alimentan de
can algunos aprendices de investigador que los aspectos significativos que pueden ob-
presentan como objetivo: «ver lo que pasa servarse y recordarse. El objetivo de las no-
en un centro de salud», «ver lo que ocurre tas manifiesta también la ambición de totali-
en la sala de espera de un centro de salud», dad de esta práctica de investigación, pues
etc. Bien es cierto que, una vez selecciona- se propone que han de recogerlo todo con el
do el escenario para la observación, pueden máximo detalle. Un todo que incluye los
indicarse algunos procedimientos para en- sentimientos, afectos u otras percepciones
trar en él y registrar lo que ocurra de sig- del observador. Es como si las notas de
nificativo; pero pocos para la propia situa- campo tuviesen la misión de subrayar el
ción de estar allí, dada la apertura a las grado de integración de quien las escribe in-
distintas circunstancias prácticas. Ha de tegrándolo en lo escrito. El observador se
proyecta en las notas y, a su vez, las notas
subrayarse que la lógica de la práctica de la
proyectan al observador.
observación participante se encuentra en su
integración en las prácticas observadas.
La prescripción de sumo detalle en la re-
dacción de las notas de campo aparece ava-
Se entra en un espacio, pero no se sabe lada por el objetivo de la observación parti-
cuándo acabará, tendiendo la observación cipante como reveladora de lo oculto, de lo
participante a rechazar los presupuestos que no tiende a verse por la mirada normal,
temporales en la investigación. De alguna ya sea desde la normalidad central, ajena (de
manera, también el observador deja en sus- los observadores no participantes); ya sea
penso su tiempo como sujeto que trasciende desde la normalidad particular de la comu-
su identidad con un estudio específico. Pero nidad observada (de los participantes no ob-
también la relativa ausencia del tiempo for- servadores). La acumulación de detalles de
ma parte del producto sustancial de la obser- las notas, las palabras del observador que se
vación: apenas se cuestionará el origen y refieren a lo visto y escuchado, será el mate-
trayectoria de la comunidad, como tampoco rial que permita que, desde la normalidad
su futuro. El tiempo sólo cabe como un ele- central, se vea la realidad práctica y su lógi-
mento más que se gestiona en las prácticas ca de la normalidad relativamente periféri-
que se dan en el espacio observado. Es el ca, asumiendo en algunas ocasiones el papel
tiempo en la comunidad; pero no el tiempo de la denuncia. También que, desde la nor-
de la comunidad, ni, por supuesto, del ob- malidad observada, se tenga un material
servador. En la observación participante para la reflexión cuando se le devuelve.
apenas cuenta el tiempo, tal vez todavía
atravesada de la tradición que estudiaba co- Como ha podido derivarse de lo expuesto,
munidades a las que se creía sin tiempo. Es el discurso de los participantes en la comu-
más, el propio término de comunidad, tan nidad observada es un elemento más de sus
querido a la observación participante, refle- prácticas cotidianas; pero no el único que
ja esa atemporalidad. entra en el detalle de las notas. En algunos

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estudios, pocos y situados en el origen etno- vada, en mayor o menor grado, pero
gráfico-colonial de la práctica de observa- siempre parcialmente. Ahora bien, la inves-
ción, tampoco es el más importante. En tigación con observación participante termi-
cualquier caso, el discurso recogido es el na con un observador que integra la comuni-
discurso inserto en las prácticas cotidianas dad. En la redacción de su informe, ha de
dentro del espacio observado, posibilitándo- mostrar que ha comprendido la comunidad
se así la distancia del discurso que se da al observada. Para ello, no cabe duda, se reali-
observador externo. Por ejemplo, se dice zan algunos ajustes analíticos. Todas sus
que se hace un experimento médico siguien- prácticas, las del observador y las de la co-
do unos procedimientos, mientras que el ob- munidad observada cobran sentido, adquie-
servador participante recoge en sus notas el ren la imagen de un circuito cerrado. Un cir-
carácter cotidiano de tales procedimientos, cuito donde circulan fluidamente las prácti-
con las posibles transgresiones normativas cas observadas.
de los mismos15; se dice que se cuida a los
enfermos en un lugar y se observa, desde Más que en las otras prácticas de investi-
dentro, que simplemente se les tiene aparca- gación que se van a abordar, el silencio en la
dos; un especial grupo de enfermos dice que observación participante queda del lado del
sigue las prescripciones de un tratamiento, observador y se configura de una manera
mientras que se observa su frecuente aban- distinta a callar. Es el silencio de un obser-
dono. vador que ha de evitar generar cualquier rui-
do en el escenario observado. El principio
Ha de resaltarse la adecuación de la ob- fundamental de no intervencionismo en la
servación participante cuando se busca el observación participante18, hace del silencio
conocimiento de las normas prácticas de del observador su espacio en el espacio de
una comunidad, grupo, organización o insti- los otros. Pero, a su vez, tal objetivo se con-
tución. De lo que se hace, incluyendo en tal sigue ocasionalmente hablando, diciendo lo
hacer los discursos utilizados. Se trata de que hay que decir en la situación práctica.
obtener, en cierta forma, lo que Bourdieu16 Es el silencio de un observador destinado a
denomina la lógica práctica del sector o ins- pasar desapercibido. Es el silencio (y el ha-
titución social observados. Es decir, de poco bla) de la transparencia. Una gestión del si-
valdría la denuncia de las diferencias entre lencio que implica, por sí mismo, un profun-
la norma general (lo que tiende a decirse) y do conocimiento de los estilos de silencio y
las normas particulares (lo que tiende a ha- palabra dentro del grupo observado.
cerse), si no se encuentra el sentido práctico
que explica tal hacer. Destacar, por último, el carácter sintomá-
tico del proceso de integración del observa-
En cuanto realizada sobre un espacio par- dor en el escenario que tiene comportamien-
ticular en el que se desarrollan unas normas tos como la ruptura del habla en silencio por
prácticas, apenas cabe hablar de representa- parte del grupo ante la percepción de un ex-
tividad en la observación participante. Care- traño, la propia negación de la palabra del
ce de sentido cuando lo que se pretende no grupo al observador, etc. Asimismo, el si-
es tanto la generalización de lo mostrado, lencio se convierte en síntoma del grado de
sino la constatación de esto como una reali- incorporación normativa de las prácticas,
dad normativa que se desconocía. Su fun- pues tienden a ser las que alcanzan mayor
ción es transmitir lo que, en principio, es in- grado de incorporación aquellas que apenas
transmisible; pero, a su vez, asumiendo su necesitan ser habladas, por no hablar, como
carácter de conocimiento local17. elemento sustancial fundamental, de las
normas de silencio que rigen en el propio
Durante el trabajo de campo, el observa- grupo: lo que se calla al exterior, lo que se
dor queda integrado en la comunidad obser- callan entre unos subgrupos y otros, es de-

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cir, lo que ya configura al silencio como un Por lo tanto, se cuestiona el lugar de las nor-
objetivo de observación, además de un ins- mas dominantes, de manera que la entrevis-
trumento para la misma, subrayando nueva- ta puede definirse como la técnica de
mente la identidad de material entre ambos cuestionamiento sistemático y empírico de
aspectos de toda observación sociológica. la sociedad por antonomasia19. Así, por
ejemplo, el discurso legitimado señala que
prácticas saludables como el deporte o no
LA ENTREVISTA fumar son importantes, pero se realizan
prácticas que se alejan de la salud; el discur-
Tiende a definirse la entrevista cualitati- so legítimo dice que, en principio, todos los
va, también denominada en profundidad, pacientes son iguales, pero se realizan prác-
como una conversación ordinaria, con algu- ticas que diferencian a los pacientes desde
nas características particulares. Como una ese mismo principio; el discurso legitimado
situación, normalmente entre dos personas, señala la ausencia de procesos discriminato-
en la que se van turnando en la toma de la rios, según el género, en la carrera de los
palabra, de manera que el entrevistador pro- profesionales de la salud, pero pueden reali-
pone temas y el entrevistado trata de produ- zarse prácticas de selección que señalen una
cir respuestas localmente aceptables2. Pero distancia de tal norma. Desde tal perspecti-
son precisamente tales características par- va, la entrevista en profundidad es una acep-
ticulares de la situación las que alejan a la table sustitución de la observación partici-
entrevista de una conversación ordinaria. pante cuando: a) no es fácil el acceso a los
Incluso, siguiendo el apunte de Dingwall, espacios en los que se concretan tales nor-
hay que señalar cómo el entrevistado busca- mas divergentes, como puede ocurrir en los
rá signos en el entrevistador de lo que es lo- espacios privados (domicilios particulares
calmente aceptable. Aun cuando la mayor en los que se deben hacer las prácticas tera-
parte de los manuales insisten en el ideal de péuticas, ciertos consumos de alimentos o
conseguir el carácter de conversación ordi- de medicamentos, relaciones sexuales, etc.)
naria para la entrevista, se genera una situa- o los espacios semiprivados (de ejercicio
ción social distinta, más allá de lo que pueda profesional, expertos, etc.); b) existe una
considerarse como ordinario, tanto por el previa limitación de tiempo, un presupuesto
entrevistador como por el entrevistado. temporal, pues las entrevistas, a diferencia
de la observación participante, pueden con-
La distancia de la entrevista con respecto siderarse como prácticas en que tiene menor
a una conversación ordinaria se encuentra peso el espacio; pero en las que cuenta espe-
ya en el nivel pragmático. Una conversación cialmente la gestión del tiempo, lo que va
ordinaria puede tener múltiples sentidos desde la duración de cada entrevista, hasta
pragmáticos; pero el principal sentido prag- los días transcurridos entre una entrevista y
mático de la entrevista se encuentra en la in- otra, cuando se requieren varios encuentros
vestigación. Es un habla para ser observada. con la misma persona.
Como tal habla, la mayor pertinencia meto-
dológica de la entrevista se encuentra en in- Demasiados condicionantes como para
vestigaciones que buscan aproximarse a las aceptar el ideal de la entrevista como con-
experiencias de los sujetos. En especial, so- versación ordinaria. Más acertada parece la
bre todo para el ámbito de la salud, cuando definición de la situación social de la entre-
se tiene por hipótesis un conflicto entre nor- vista en profundidad como una confesión
mas. Por un lado, normas dominantes, refe- desde la desigualdad. La confesión atraviesa
renciales, reproducidas habitualmente en los la entrevista12,20. La demanda de observa-
discursos porque conforman lo legitimado, ción requiere una confesión del entrevistado
lo que hay que decir. Por otro lado, normas de su experiencia práctica, aun cuando tal
en la práctica, reproducidas en la práctica. experiencia se establezca como norma dis-

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OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y GRUPO DE DISCUSIÓN: EL SILENCIO...

tinta a la que se encuentra macrosocial- rras, clases populares, grupos sociales o cul-
mente más legitimada. Si en la entrevista es- turales marginados; ya sea en su aplicación
tandarizada la relación con lo legitimado a los que han tenido éxito social: elites polí-
macrosocialmente (la norma) es por ads- ticas, empresariales, etc.). Se trata de la con-
cripción, en la entrevista abierta es por inte- fesión de lo que quisieran hacer. En medio,
riorización discursiva. Incluso en aquellas donde se encuentra la mayor parte de los es-
investigaciones que parecen utilizar la en- tudios aplicados, las entrevistas como con-
trevista para «conocer la opinión» de las fesión de lo que realmente se hace, sobre
personas, lo que se pone en funcionamiento todo, o de lo que realmente se opina, como
es una situación social que demanda la con- concreción de seguimiento de normas que
fesión de una opinión, lo que es cualitativa- se apartan de la norma general.
mente distinto, pues ésta parte del posible
enfrentamiento entre la norma discursiva- En la entrevista, cuando se realiza una
mente dominante y la norma particular. Es confesión es porque es la reivindicación de
tal la implicación entre entrevistador y en- una norma que se cree aceptable o el reco-
trevistado que la entrevista está demasiado nocimiento de una norma que se acepta en la
cargada emocionalmente, como para dar práctica. Es decir, es una confesión acepta-
sólo opiniones. Ahora bien, es una confe- ble, que se considera que va a ser aceptada
sión desde la desigualdad, pues la demanda por el observador. De aquí que se aconseje
de confesión parte del entrevistador al entre- al entrevistador una actitud abierta, dispues-
vistado, lo que sitúa una parte de los límites, ta a aceptar toda manifestación de la perso-
pues el entrevistado confesará lo que social- na entrevistada. La apertura21, hasta tal pun-
mente crea conveniente, situándose aquí el to destacada en esta práctica de investiga-
principal juego analítico de la entrevista. En ción a la que también se denomina
todo momento, el entrevistado puede negar- entrevista abierta, no viene dada por las ca-
se a contestar, incluso puede negarse a acep- racterísticas de las preguntas como no pre-
tar o seguir la entrevista. La entrevista es un codificadas, sino por una situación social
contrato de confesión limitada y no todos abierta a la confesión de los entrevistados.
están dispuestos a la confesión, especial- La práctica o el arte de la entrevista22,23 es el
mente los más culpables. Entonces, la cues- arte de conseguir y estimular la satisfacción
tión a preguntarse es el porqué de la confe- del actor en la confesión, pues ha de recono-
sión. Algo que aquí quedará falsamente re- cerse cierto placer en la confesión.
sumido en la tensión existente entre normas
en conflicto, de manera que la confesión po- Como confesión de una norma, tal vez ge-
dría admitirse como la demanda del recono- neralmente no aceptada, la entrevista en
cimiento de una norma frente a otras, que profundidad es la práctica de investigación
son socialmente dominantes. que en mayor medida ha convocado refle-
xión sobre aspectos éticos. Hay una norma
Definida como confesión, la entrevista en socialmente no dominante cuya declaración
profundidad alumbra la amplia tipología en puede ser atribuida a un individuo, lo que
que se concreta. En las entrevistas de carác- podría tener consecuencias directas para
ter biográfico, concebidas como historias de éste. De aquí que se hayan de extremar los
vida, el propio sujeto es el objeto de la con- cuidados de preservación de identidades,
fesión. La norma de su trayectoria se conci- aun en el caso de aquellos temas de estudio
be enfrentada a la trayectoria normal (de en que parezca que la revelación de la nor-
aquí que las historias de vida se hayan utili- ma puede ser beneficiosa para el sujeto que
zado para aquellos sectores sociales que han ha hecho la confesión. La voluntad del en-
tenido especiales trayectorias vitales, ya sea trevistado de hacer pública su confesión es
concebidas como voz de los que no han teni- un dato más del estudio; pero no el papel del
do voz: inmigrantes, derrotados en las gue- observador.

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 5 417


Javier Callejo Gallego

En el diseño de la investigación mediante ticipantes en la reunión, entre seis y ocho,


entrevistas en profundidad, el papel estraté- éstos reconstruyen discursivamente el grupo
gico principal corresponde a la selección de social al que pertenecen. Es decir, los nexos
los informantes. Desde tal perspectiva, no de su unión, aquél material que les une y, a
importa tanto el número de los mismos sino la vez, les separa de otros grupos sociales.
las diferentes posiciones sociales ocupadas, Es tal proceso de reconstrucción discursiva
con relación al fenómeno observado. Se tra- del grupo social, ante un fenómeno determi-
ta de obtener el suficiente material para la nado que es básicamente el objetivo de la in-
comparación y la mutua corroboración de lo vestigación, lo que constituye el principal
confesado, que tenderá a ser fragmentaria, material para el análisis. Por lo tanto, el gru-
sobre algunos aspectos. Se consigue así lo po de discusión no es inicialmente lo que
que desde distintas escuelas se ha denomi- cabe considerar un grupo30. A lo sumo, es un
nado saturación24. grupo que se rehace y, al hacerlo, reconstru-
ye discursivamente sus particulares normas
En un principio, la palabra —lo hablado- de referencia. Su adecuación a los estudios
aparece como el dato preferente, casi exclu- en el ámbito de la salud es elevada cuando
sivo, que produce la entrevista24,29. Sin em- se busca observar las normas de referencia
bargo, es en la gestión de los silencios por particulares de grupos sociales existentes:
parte del entrevistador como principalmente grupos sociales amplios (jóvenes, mujeres,
la entrevista en profundidad se constituye en tercera edad, etc.) con respecto a la salud, el
puerta abierta a la confesión. El entrevista- sistema sanitario, una medida en particular
dor ha de esperar constantemente que el en- o una línea de comunicación institucional;
trevistado vaya más allá de lo dicho, tal vez grupos de profesionales con respecto a algu-
adscrito a la norma legitimada. Es una espe- nas medidas institucionales, la situación ac-
ra que invita a romper con ese tipo de dis- tual del conjunto del sistema de salud o, por
curso o, en su caso, seguir la confesión, con- ejemplo, algún tipo de medicamento; o los
siderándola aceptable. Desde el análisis, los denominados grupos de riesgo con respecto
silencios del entrevistado marcan momentos a ciertos comportamientos propios o su pro-
de reflexión sobre lo que éste considera que tección institucional. En cada uno de ellos,
hay que decir, reconocimiento de la norma se obtendrá la norma, lo que el grupo consi-
dominante o de la norma particular, y de lo dera que debe ser, en relación con el fenó-
que hay que callar, pues el silencio es siem- meno social estudiado. Se apoya, así, en
pre un callar activo: no es algo que se calla cierta sensación gratificante que experimen-
porque se ignora sino, al contrario, es algo tan los individuos cuando se reconoce la
que se calla porque se conoce. norma del grupo, algo que hace continuar al
grupo en su discurso, cada vez más su dis-
curso, y que algunos han explicado en clave
EL GRUPO DE DISCUSIÓN psicoanalítica20, 28.

En una apreciación inicial, la práctica de Es sintomático el dominio de quejas y de-


investigación conocida en España como mandas, en el discurso resultante de las reu-
grupo de discusión aparece como una reu- niones, que aporta la experiencia de investi-
nión. De hecho, a pesar de su denominación gación con grupos de discusión. Algo que
habitual, la explicación de su funcionamien- hay que poner en relación con las normas
to debe más a tal carácter situacional de reu- sociales. En cuanto expresión de una posi-
nión, que de grupo. Es una práctica de in- ción social con respecto a un fenómeno, el
vestigación en la que se recoge el camino de discurso del grupo es también el de la norma
vuelta hacia la unión, de lo que aparece se- de este sector de la sociedad frente a las nor-
parado, la reintegración al grupo tras la indi- mas de otros sectores sociales. De hecho, en
vidualización. Al poner cara a cara a los par- tales quejas y demandas cabe inscribir el

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OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y GRUPO DE DISCUSIÓN: EL SILENCIO...

diálogo principal con las otras normas y la culación de discursos, el moderador de la


reclamación de reconocimiento de la propia reunión, además de ser el representante del
norma social. El grupo de discusión es una poder y la instancia investigadora, se con-
expresión de las diferencias colectivas con vierte prácticamente en un conmutador de la
respecto a la norma de referencia, ya sea en circulación. Es el que da paso a las interven-
su cumplimiento concreto (quejas), ya sea ciones de unos y otros participantes. Pero,
en su propia extensión normativa (deman- sobre todo, es el que da paso a unos temas y
das). Los participantes a la reunión no ha- cierra el paso a otros, poco o nada relaciona-
blan de cualquier cosa, ni de cualquier ma- dos con los objetivos de la investigación.
nera. Hablan del objeto social de la investi-
gación, reconstruyéndolo simbólicamente al En cuanto circulación de discursos que
mismo tiempo que reconstruyen su grupo, expresan la norma particular y específica de
en discusión explícita o implícita con otros un grupo, los procedimientos experimenta-
grupos sociales. De hecho, una estrategia de les tienen por función facilitar tal circula-
notables rendimientos analíticos es tener en ción. De aquí, la exigencia de relativa ho-
cuenta que la discusión en el grupo es, sobre mogeneidad social entre los participantes en
todo, frente a otros grupos sociales, lo que la reunión, pues se consigue el contexto para
invita a: a) tener en cuenta que toda discu- que los discursos circulen y la base para ge-
sión en el grupo es discusión entre grupos neralizar los resultados discursivos de la
sociales; b) incluso cuando no hay discusión reunión, pudiendo ser atribuidos al grupo
en el grupo de participantes cabe observar social de referencia representado en el dise-
una discusión con otros grupos sociales, no ño de la reunión.
representados en tal parte de la muestra; c)
poner en relación, como si de un diálogo co- Al ser la discusión entre normas, ubicadas
mún se tratase, el conjunto de unidades en distintas posiciones de la estructura so-
muestrales (grupos) que componen el dise- cial, el centro de la observación mediante
ño de la investigación con grupos de discu- grupos de discusión, los niveles de consenso
sión. Por lo tanto, siguiendo esta línea, no es que, con respecto a tales normas, se mues-
que el contexto sea importante para analizar tran en el discurso que resulta de la reunión
e interpretar el texto de cada grupo de discu- es un instrumento analítico primordial. Es
sión. El contexto es el grupo de discusión. más, los grados de consenso llegan a con-
De aquí su carácter dialógico28, 29. vertirse en la principal guía de interpreta-
ción, hasta conseguir una especie de mapa
Para acentuar la diferencia del grupo de general de los consensos con respecto al ob-
discusión con las otras dos prácticas de in- jetivo de la investigación, teniendo en cuen-
vestigación presentadas, ha de destacarse que ta el total de reuniones de grupo realizadas.
lo importante en ésta es la circulación de dis- Tal mapa llega a adquirir la característica de
cursos. Discursos que adquieren su máximo escenario discursivo sobre el que las institu-
valor como representación simbólica del gru- ciones, públicas o privadas que encargan la
po frente al fenómeno social estudiado y, por investigación, toman sus decisiones operati-
lo tanto, expresan la norma del grupo (el vas.
ideal del grupo) ante tal fenómeno. El discur-
so no es percibido tanto como un instrumento Desde el punto de vista del contrato de
en la situación social inmediata, como ocurre observación, la práctica del grupo de discu-
en la observación participante, ni como la sión es un contrato de reflexión. El grupo se
confesión de una norma que trata de salir a la refleja, como grupo social, en el conjunto de
luz, como en la entrevista. la sociedad, representado por el moderador,
el único que no es como ellos. A su vez, el
Considerado el grupo de discusión como moderador se compromete a actuar como un
el ámbito experimental óptimo para tal cir- espejo, a devolver al grupo el discurso pro-

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 5 419


Javier Callejo Gallego

ducido por el grupo. Por lo tanto, a facilitar tiva, dar por acabado el grupo de discusión,
el reconocimiento del grupo y de los partici- con la posibilidad de relanzar otra dinámica.
pantes en el grupo.

En cuanto contrato de reflexión grupal, la HACIA CONCLUSIONES GENERALES


gestión del silencio en el grupo de discusión
ocupa un lugar destacado. Hay silencios en Al subordinarse este trabajo a una inten-
el inicio de su dinámica, propios del recono- ción expositiva, apenas se ha entrado en dis-
cimiento de la situación por parte de los par- cusiones de carácter metodológico que, sin
ticipantes. Pueden considerarse silencios de duda, se encuentran en las opciones toma-
los primeros escarceos, que señalan la ma- das en lo expuesto. Se ha eludido la muestra
yor o menor dificultad para hablar sobre el de diferencias que, en cada práctica, existen
tema propuesto y, por lo tanto, hasta qué según las escuelas cualitativas. Sin embar-
punto es un tema que inicialmente circula go, el lugar dado a las normas o las condi-
con facilidad en el grupo. ciones de tiempo y espacio en las que se rea-
liza la observación, son opciones que cabe
Los silencios en el medio de las reuniones entroncar en escuelas determinadas. Por lo
pueden tener otros significados. Pueden ser tanto, la discusión ha sido limitada, asu-
cortes en la circulación discursiva, al en- miéndose así la mínima referencia a catego-
frentarse el grupo a un tema que muestra rías metodológicas, como la de contexto,
claramente la oposición de la norma del gru- que, hoy por hoy, constituyen aspectos con-
po frente a la norma dominante: nadie toma trovertidos. No obstante, pueden derivarse
la opción de singularizar tal enfrentamiento, de lo expuesto algunas conclusiones de ca-
de dar el paso al frente. Nadie toma la posi- rácter general.
ción del héroe. Pueden ser, también, cortes
al entrar el discurso por asuntos en los que el En cuanto situaciones sociales, pueden re-
grupo ve peligrar su unidad, pudiendo esta- conocerse en las prácticas de investigación
llar en un fuerte conflicto interno. Se trata cualitativa aspectos comunes, con sus pro-
de un silencio elusivo. Durante la dinámica, blemas y ventajas, que las diferencian pro-
los silencios pueden sucederse y ofrecen un fundamente de las técnicas cuantitativas.
amplio margen para la interpretación. Es la Entre los problemas, no hay que dejar de
práctica del moderador y el analista la que lado los relativos a la validación de los re-
empujará, en cada momento de la investiga- sultados30. Entre las ventajas, hay que desta-
ción, a tomar unas decisiones u otras sobre car la propia apertura reflexiva, en cuanto
su gestión. Es más, en la discusión sobre tal situaciones sociales en las que es posible
gestión del silencio, puede ubicarse la opo- observar los propios efectos de la observa-
sición metodológica existente entre quienes ción, llegando a permitir la comprensión de
abogan por distintos grados de directividad los investigadores como tales. Es decir, del
en la moderación de las reuniones. lugar de los investigadores, en su relación
con los observados, en el proceso de investi-
Al final de las reuniones, el silencio del gación. No es sólo que las prácticas cualita-
grupo tiende a configurarse como signo de tivas generan menor reactividad sino que se
complicidades. Ya ha sido dicho todo lo que encuentran abiertas a la observación de la
había que decir para conseguir la recons- propia reactividad que producen.
trucción del grupo. El silencio como mues-
tra de que el grupo se considera ya suficien- Dentro de tal apertura reflexiva, el silen-
temente reflejado. Sólo queda entonces, si cio se ha mostrado como el espejo de los ob-
interesa a los objetivos de la investigación, servadores. Como una superficie plana del
provocar al grupo, hacerle salir de sí mismo, discurso de los observados en los que el ob-
o cambiar radicalmente de tema. En defini- servador puede verse a sí mismo en la obser-

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OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y GRUPO DE DISCUSIÓN: EL SILENCIO...

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