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Nombre:

Mercedes Francisco

Matricula:
17-4649

Asignatura:
Psicología Social

Tema:
Orientación sexual y discriminación

Facilitadora:
Julissa Herrera

11 de agosto de 2018
Santiago, República Dominicana
Introducción

Hoy en día el tema de la orientación sexual es de gran polémica debido al impacto


emocional que ha venido ejerciendo tanto en la familia como en el medio social en el
cual se desenvuelve una persona con orientación sexual distinta a la que se considera
normal.

Las diferentes opiniones sobre la orientación sexual nos hacen cuestionarnos, por una
parte ¿cuáles son los factores que determinan esta tendencia? Y por otra ¿Porque en
pleno siglo XXI siguen siendo víctimas de discriminación?

Estas y otras interrogantes se hacen muchas personas con familiares y amigos con
orientación sexual distinta, en mi comunidad he sido testigo que actos de
discriminación y en este trabajo nos enfocaremos en analizar algunas posibles
respuestas a las cuestiones realizadas anteriormente.

La orientación sexual hacia el mismo sexo o ambos sexos para muchos es una moda,
para otros es una enfermedad. Más adelante estaremos tratándola tanto desde el punto
de vista científico como desde el punto de vista moral.
Orientación sexual

La orientación sexual está relacionada con las personas que nos atraen y con las que
deseamos tener una relación de pareja. Las más comunes son gay, lesbiana,
heterosexual y bisexual.

La asociación americana de psiquiatría define la orientación sexual como la atracción


romántica, emocional o sexual de una persona hacia otra. Si esa persona es del sexo
contrario se dice que es heterosexual, si es del mismo sexo se dice que es homosexual
y si esa persona cae en el espectro continuo de atracción tanto a hombres como a
mujeres se dice que es bisexual.

Como nos recuerda esa asociación la orientación sexual no sólo se refiere al


comportamiento sexual sino también a los sentimientos y a la identidad. Pero ¿esto es
normal? ¿es una enfermedad? y si no ¿qué es? Una enfermedad es un proceso que
altera la salud. La salud es un estado de bienestar físico, psíquico y social.

Respecto al bienestar físico, la orientación sexual, de forma intrínseca, no está


relacionada con ninguna enfermedad. Respecto a lo psíquico hay más que decir, la
decisión de dejar de considerar la orientación sexual como una enfermedad mental se
basó en que es imposible diferenciar la orientación sexual de una persona si no le
preguntas directamente, no hay ningún tipo de test o prueba, ninguna entrevista clínica
ni valor epidemiológico observacional que permita adivinarlo.

La comunidad LGBT no tiene mayor porcentaje de enfermedad mental, suicidios, etc.


que ninguna otra minoría discriminada. Es decir, de acuerdo con la sociedad americana
de psiquiatría la homofobia causa los suicidios en los jóvenes homosexuales. Como
vemos, ser homosexual no implica ni más ni menos infelicidad, ni más ni menos
esquizofrenia, ni más ni menos suicidio que ser heterosexual (si lo ajustamos al estrés
de las minorías).

¿Tener una orientación sexual distinta te permite tener bienestar social?


Perfectamente, si tenemos en cuenta que esta parte de la definición no se refiere a la
sociedad en general si no a la capacidad de desarrollarse en tu entorno y de
relacionarse con los demás.
Por lo tanto, podemos concluir que, si no fuera por el sesgo anti homosexual/Bisexual,
tener o no una orientación sexual distinta a la del resto no supone una variación de tu
calidad de vida (definición corta de salud). Ahora bien ¿Es esto un trastorno? La
respuesta es no, para ejemplificarlo podemos pensar en un trastorno de la coagulación,
la hemofilia. El trastorno sería el grupo que engloba varias enfermedades. Los
trastornos de identidad de género desaparecieron del mapa de las enfermedades
mentales junto con la homosexualidad en el 1973.

En 1973 era imposible conocer la identidad sexual de las personas pero, ¿y ahora?
Con las técnicas modernas se puede comenzar a intuir algo. Hacen falta muchos
estudios y nada es definitivo pero lo que sí se puede afirmar es que el tamaño de
ciertas áreas cerebrales es, de media, diferente entre varones heterosexuales y
homosexuales. No es casualidad que estas áreas sean las que regulan el
comportamiento sexual de los animales. Estas diferencias se encuentran también entre
los hombres y las mujeres heterosexuales de forma normal, pero en este caso un varón
homosexual tendría esas áreas cerebrales de un tamaño intermedio entre hombre y
mujer. Este dato parece muy revelador y ha sido interpretado de muchas maneras,
pero, en realidad, no significa nada. No es más que la media estadística habiendo
sujetos que se salen de la media en todos los campos.

La gran cuestión viene cuando pensamos en qué fue primero ¿el huevo o la gallina?
¿el cerebro se forma de manera distinta y hace a las personas homosexuales o es el
comportamiento homosexual lo que cambia la forma del cerebro? Lo que está claro es
que no es una opción.

La teoría de que la orientación sexual es genética está completamente descartada,


principalmente porque son las parejas heterosexuales las que tienen hijos.

Las últimas teorías respecto a la influencia ambiental sobre la génesis de la orientación


sexual recogen un poco todo lo anterior y se van un paso más allá afirmando que un
predictor de homosexualidad es la disconformidad de género, es decir, que los niños
que no aceptan el rol social aceptado para su género es más probable que acaben
siendo homosexuales. Todos hemos visto al típico niño que juega con muñecas y a la
niña que le van los deportes.
Moral y orientación sexual

La norma moral viene dada por las costumbres. Los aspectos morales de la orientación
sexual están derivados de la legislación, la psiquiatría y la vida social.

Cuando la ley juzga como delito la relación homosexual entre adultos libres y
conscientes de sus actos, está claro que no pretende proteger la moral pública ni la
seguridad de sus individuos, sino que tiene una finalidad moralizadora.

La actual cultura, sigue todavía una línea represiva de la sexualidad en general. Las
leyes sobre conducta sexual, son clara prueba de ello.

Hemos visto que la mayoría de las leyes que prohíben la homosexualidad, prohíben
también otros tipos de conducta heterosexuales. Se considera todavía que la
sexualidad es algo básicamente malo y que sólo se justifica cuando es natural
(heterosexualidad, genital, y procreativa).

Parece existir una corriente de opinión entre los científicos y psiquiatras actuales, y
también entre personas cultivadas intelectualmente, que están en contra de cualquier
tipo de legislación represiva contra los homosexuales, ya que nadie medianamente
formado, puede considerar que los actos homosexuales realizados en privado y
voluntariamente por adultos, pueden ser considerados como delitos. Sin embargo,
estas mismas personas que están en contra de tal situación legislativa, siguen en su
mayoría manteniendo la opinión de que la homosexualidad es una enfermedad.

Al definir la conducta heterosexual como normal y la homosexual como anormal, debe


partirse de algún juicio de valor previo. En principio, este valor previo es el de la
procreación, que a través de la heterosexualidad permite la conservación de la especie.

Nuestra cultura estimula la heterosexualidad desde muchos ángulos. Desde la


publicidad hasta la exaltación del matrimonio. Es un hecho a considerar en el contexto
de la moralidad sexual de nuestros días, el que no se rechace o prevenga como
práctica sexual anti-social el matrimonio entre adolescentes. Raramente se consideran
estas uniones como "patológicas"; si acaso, y a lo más, como poco adecuadas.
Orientación sexual y discriminación

Hay que prestar especial consideración a las necesidades y riesgos particulares que
afrontan los individuos a causa de su orientación sexual y su identidad de género, no
es una secreto que en todo el mundo y el municipio de San Felipe de Puerto Plata,
donde resido no es la excepción, hay personas que se enfrentan a un elevado nivel de
violencia y discriminación por su orientación sexual y su identidad de género. Esta
violencia se puede ver agravada en tiempos de conflicto.

Las personas con alguna orientación sexual o identidad de género distinta, han sido
discriminadas de diversas formas que van desde las más sutiles como la burla, los
chistes y la difamación, hasta el grado más extremo evidente como los crímenes por
homofobia y transfobia.

La homofobia es el rechazo, desprecio y discriminación hacia las personas lesbianas,


homosexuales o bisexuales. La transfobia es el rechazo, desprecio y discriminación
hacia las personas transexuales, transgénero o travestis.

Aunque en el fondo todos sabemos que no se debe negar algún servicio, ofender o
degradar a nadie por su orientación sexual o identidad de género, la discriminación es
una realidad y me atrevo a decir que todos algunas vez hemos sido testigos de algún
caso o nosotros mismos hemos llevado a cabo el acto de discriminar.
Conclusión personal

Luego de haber analizado el tema de la desde distintos aspectos, puedo afirmar que la

mayoría de las interrogantes planteadas al principio han sido contestadas.

Esta más que claro que la tener una orientación sexual distinta a lo que se considera

normal no es ningún tipo de enfermedad. La homosexualidad o heterosexualidad no

son hábitos adquiridos por medio de condicionamientos psicológicos, ni por el proceso

de socialización, ya que en una familia heterosexual pueden nacer hijos homosexuales,

y en una sociedad en la cual la homosexualidad se condene a muerte, también nacen

personas homosexuales. En mi comunidad hay padres heterosexuales que hoy en día

tienen hijos con orientación sexual distinta.

En mi opinión en nuestro país y quizás en muchas partes del mundo se tiende a tener

una imagen errónea sobre la orientación sexual debido a la ignorancia. Por mi parte

estoy de acuerdo en no considerar a la homosexualidad, bisexualidad o lesbianismo

como alguna enfermedad, estas conductas sexuales podrían considerarse como una

actitud frente a la vida.

Cada uno tiene la libertad de ser como quiere ser. Pero hay que resaltar que

deberíamos aprender a convivir con una consecuencia que tal vez para muchos sea

difícil de aceptar, pero las personas con una orientación sexual diferente por ser lo que

son no dejan de ser personas que merecen los mismos derechos que los

heterosexuales. Al igual que los heterosexuales, los homosexuales sienten, piensan,

tienen el derecho a vivir y a llevar una vida.


Bibliografía:

 Niceto Blázquez, Bioética fundamental (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,


1996).

 Gerard J. M. van den Aardweg, Homosexualidad y esperanza: Terapia y


curación en la experiencia de un psicólogo (Pamplona: Ediciones Universidad de
Navarra, S.A., 1997).

 Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y significado,


1995.

 Asociación de Médicos Católicos de Estados Unidos, Homosexualidad y


esperanza, www.cathmed.org, 2001.

 Prof. Dr. Aquilino Polaino-Lorente, "Bioética y Etiología de la


homosexualidad," Cuadernos de Bioética, vol VIII, no. 32 (4a 1997): 1275-1307.

 Wilson, G.D. & Rahman, Q (2005) Born Gay: The Psychobiology of Sex
Orientation, Peter Owen, London

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