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AULA VIRTUAL

www.psimatica.net/V2

CURSO:

ESTIMULACIÓN TEMPRANA

Esos preciosos primeros años

Docente: Rosina Uriarte Álvarez

(Cantabria, España)

Tema 25: Estimulación visual y auditiva


ESTIMULACIÓN VISUAL Y AUDITIVA

“Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar


las ventanas por las cuales vemos el mundo.” Arnold H. Glasow(39).

Las áreas visual y auditiva apenas se trabajan por separado en las actividades que
realizamos en la Estimulación Temprana después de los primeros meses de vida. Esto
es así porque son dos vías de información que se utilizan en prácticamente todas las
actividades que se llevan a cabo, tal como se verá más adelante. En las sesiones que
dedicamos a los bits de inteligencia, las matemáticas, la lectura, el segundo idioma,… o
incluso en las del desarrollo neuromotor, el niño recibe estímulos visuales en forma de
imágenes, objetos reales (y manipulables) o el propio adulto sirviendo de modelo,
junto al estímulo auditivo que ofrece el educador al mismo tiempo (en forma de datos
o de sencillas órdenes e instrucciones).

Las sesiones de música clásica incluyen estímulos visuales y también kinestésicos, junto
a los auditivos.

Ahora leamos el siguiente artículo: “La vision y el niño. la


importancia de la visión en el aprendizaje”:
http://estimulacionydesarrollo.blogspot.com.es/2009/06/la-
vision-y-el-nino-la-importancia-de.html
Recuerda dejar tu opinión y comentarios en el foro de esta
clase
LAS VÍAS VISUAL Y AUDITIVA SE UTILIZAN EN PRÁCTICAMENTE
TODAS LAS ACTIVIDADES.

En la estimulación del niño es muy difícil separar unos estímulos de otros para
trabajarlos por separado. El oído se trabaja con sonidos y ritmos o con música, con
cuentos y relatos, poemas y rimas. Con las mismas técnicas descritas ya con
anterioridad.

Recordemos la conveniencia de repetir las sesiones, por ejemplo: recitarles el mismo


poema tres veces al día durante al menos cinco días. En el aula podemos contar con un
“rincón de la poesía” donde trasladarnos para escucharla, o simplemente recitársela
en diferentes situaciones en las que puedan prestar atención.

Lo que se propone a continuación son sencillos ejercicios visuales que preparan al


niño para su futura vida académica contando con un sistema visual lo más maduro y
eficaz posible. Esto no quiere decir que con estos ejercicios el sistema visual del niño
esté en perfectas condiciones, por desgracia son muchos los niños que cuentan con
dificultades en este campo que afectan seriamente su rendimiento escolar. Estos niños
necesitarán la evaluación y el asesoramiento de un experto en funcionamiento visual,
éste es el optometrista comportamental o del desarrollo.

Pero podemos considerar estos ejercicios visuales como preventivos de sencillos


problemas que puedan surgir, y que de hecho a menudo están presentes en los niños
que manifiestan dificultades de aprendizaje.

No solamente suponen una estimulación visual, pues en realidad son ejercicios de


movimiento que fortalecen los músculos oculares para que ambos ojos funcionen de
forma conjunta y coordinada (esto es muy importante para labores como la lectura y la
escritura o la realización de operaciones matemáticas sobre el papel), además de
ayudar al cerebro del niño a procesar la información que entra a través del sentido de
la visión.

Es importante tener en cuenta que tanto si trabajamos estos ejercicios con nuestros
hijos como con alumnos, es preferible realizarlos de forma individual, con un niño
cada vez. El niño debe estar lo más centrado posible frente al punto u objeto que se
mueve y que debe seguir visualmente.

Dado que el niño no llega plenamente a disociar el movimiento de la cabeza del de los
ojos (mueve la cabeza al mover éstos) hasta los seis años aproximadamente, estos
ejercicios son recomendables solamente para niños mayores de cuatro años. Es a
partir de esta edad cuando podemos empezar a pedirles que muevan los ojos
manteniendo quieta la cabeza.

Los siguientes ejercicios nos los facilitan los expertos en funcionamiento visual y
forman una estimulación básica para la maduración de este sentido tan importante en
el trabajo escolar:

- Seguimiento de un objeto móvil en todas las direcciones (horizontal, vertical,


diagonal, y circular en ambos sentidos) en zigzag, en espiral y realizando el ocho
tumbado o signo del infinito.
Para realizar esta actividad, nos situaremos justo delante de los niños y moveremos
un objeto que ellos han de mirar constantemente sin mover su cabeza (¡sólo los
ojos!). Debemos moverlo en todas las direcciones antes mencionadas, despacio y
manteniéndonos en un plano cómodo para el niño, dentro de su campo visual
(recordemos que le hemos pedido que no mueva la cabeza).
El objeto puede ser uno cualquiera, preferiblemente algo que llame la atención de
los niños, por lo que sería conveniente cambiarlo frecuentemente.
Se puede utilizar como objeto móvil la punta de un bolígrafo, mejor con el tapón
puesto pues será más fácil de seguir para el niño. O mejor si le ponemos un
muñequito de los que se sujetan a los lápices. Pediremos al niño que mire un
detalle concreto del muñeco, la nariz o un ojito, por ejemplo.
Si se utiliza una linterna para que el niño siga el punto de luz, que puede enfocarse
sobre una pared lisa, lo ideal es bajar la luminosidad del aula.

Para poder funcionar sobre el papel realizando sus tareas de lectura, escritura,
matemáticas, o dibujo, el niño ha de ser capaz de mover sus ojos de forma suave y
sin esfuerzo (ambos a la vez). Este ejercicio le ayudará en todas sus actividades de
mesa, pero también a seguir el recorrido de un objeto que se mueve como pueda
ser una pelota, por ejemplo.
- Seguimiento de un punto móvil que se acerca desde 40 cm. hasta la punta de la
nariz y se aleja. El objeto que escojamos no ha de ser muy grande, sirve un lápiz
por ejemplo, y comenzará a moverse, despacio, desde la distancia mencionada y
no parará hasta llegar a la punta de la nariz del niño. Éste lo mirará todo el tiempo.
Habrá un momento, según el objeto se va acercando a su nariz, que el niño lo verá
doble, esto es completamente normal. Al niño le diremos que “vamos a hacer
magia” y que verá dos lápices cuando se acerque y que después… ¡uno de ellos
desaparecerá!
Alejaremos y acercaremos el objeto tres veces.

- Trazado del signo del infinito. Consiste en pedir al niño que mantenga un brazo
estirado, y con el pulgar al nivel de sus ojos, dibuje con él un ocho tumbado en el
aire. Un ocho grande que abarque su campo visual cómodamente (sin mover la
cabeza). Los ojos deben seguir el camino recorrido por el pulgar.
Se comienza a trazar el ocho tumbado desde el centro, hacia arriba y hacia la
izquierda. Y se realiza tres ochos tumbados, primero con un pulgar y luego con el
otro.
Para acabar, pediremos al niño que una sus dos pulgares (con ambos brazos
estirados) y realice el ocho tumbado otras tres veces con las dos manos juntas.
Para facilitar la realización de esta actividad, podemos dibujar un gran signo del
infinito en la pizarra o en una pared y pedir al niño que siga su trazo.

Es muy importante tener en cuenta que el cruce de la figura del infinito, debe
realizarlo el niño frente al centro de su cuerpo, no a un lado.

- Enfoque de un objeto cercano y luego otro lejano. Este ejercicio obliga al niño a
cambiar el enfoque de un objeto que está cerca a otro que está lejos. Antes de
empezar, es necesario llegar a un acuerdo con el niño sobre qué dos objetos se van
a observar (hay que decidir el objeto cercano y el lejano). Una vez que está claro lo
que ha de hacerse, pediremos al niño que mire a uno u otro objeto durante cinco
segundos antes de pasar a enfocar y observar el otro.
Lo repetiremos tres veces en total.

Este ejercicio, al igual que el anterior, ayuda al niño a cambiar cómodamente su


enfoque a distintas distancias. Esto le será necesario en clase para copiar de la
pizarra a su cuaderno, por ejemplo.

- Fijación en un objeto y luego en otro a la misma distancia. Podemos poner un


lápiz en cada mano del niño (éste tendrá los brazos estirados) y pedirle que
primero mire uno de los lápices (mejor si son de diferentes colores para
diferenciarlos mejor) y luego el otro, sin mover la cabeza. También sirve utilizar los
dos dedos índice del propio niño situados frente a su cara. A cada dedo podemos
ponerle un gomet de diferente color o pintarle una carita.

Le pediremos que cambie de un objeto o dedo al otro tres veces, manteniendo la


fijación hasta que le demos la orden de cambiar. Estas órdenes las daremos de
forma arrítmica para que el niño no salte rápidamente de un objeto al otro de
forma mecánica, sino inhibiendo el cambio hasta recibir instrucciones.
Esta estimulación puede hacerse en horizontal (de lado a lado) a la altura de los
ojos del niño, por encima de la altura de sus ojos, por debajo y luego en las dos
diagonales (esto es poniendo un lápiz a un lado y el otro al otro estando a
diferentes alturas, uno más alto que el otro).

Esto facilitará que el niño perfeccione sus “movimientos sacádicos”, éstos son los
movimientos oculares que se producen como “a saltos” y que utilizamos al leer
(leemos un conjunto de dos o tres palabras antes de realizar un salto hacia las
próximas dos o tres). También sirven para “saltar” de una línea a otra en la lectura.

A continuación te invito a ver estos dos interesantes videos:

- Vídeo: “Revisión de la visión y audición en escolares”:


https://www.youtube.com/watch?v=m9BQMSpbhOo

- “Los derechos visuales del niño”:


http://visionyaprendizaje.blogspot.com.es/2010/07/derechos-
visuales-del-nino.html

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