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2009
Sumario
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................1
3.1 Introducción.................................................................................................................................... 43
CONCLUSIÓN ...............................................................................................................57
BIBLIOGRAFÍA GENERAL............................................................................................61
Seminario: “Área Técnica” Degrossi, José Martín
Introducción
El tema de la "catalogación analítica" fue una inquietud que tuve presente por mucho
tiempo al preguntarme de que modo podría describir alguna parte puntual o más pequeña dentro
de otra obra más amplia. Al momento de abordar este tema en clase de Descripción
Documental, a mi entender, no tuvo la profundidad ni el desarrollo técnico satisfactorio para un
tema tan importante relacionado a la recuperación de información.
Espero que la lectura de este seminario le sea tan enriquecedor como me fue a mi
hacerlo.
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Fundamentos
del trabajo
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1.1. Fundamentos
En lo que respecta a las tareas técnicas propiamente dichas, éstas son aquellas
orientadas a satisfacer las necesidades de información de los usuarios de la unidad de
información donde desempeña sus actividades. Este fin se logra mediante la catalogación y
clasificación de todos los recursos de información a su alcance para la conformación de un
catálogo lo más consistente posible orientado a brindar una eficaz respuesta frente a los
requerimientos del público. Estas actividades deben ser acompañadas de una correcta indización
que represente cabalmente el contenido de aquello que es descrito permitiendo así una óptima
recuperación de la información.
Ahora bien, dentro de estas tareas del bibliotecario, la única que le es exclusivamente
propia y que lo distingue de cualquier otra profesión es la labor técnica, ya que la gestión es
desarrollada en mayor o menor medida por todo agente de una organización, y la transmisión
cultural resulta una actividad característica de los formadores como son los docentes o
profesores. De este modo una sólida formación del profesional de la información en sus
especialidades técnicas redundará en una mayor eficiencia dentro de su oficio y una positiva
imagen reflejada hacia la sociedad.
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En la actualidad existen dos factores que han generado un gran cambio en la forma de
trabajar en las bibliotecas, una de ellas es la utilización de las computadoras para el desarrollo
de procesos técnicos como la catalogación, y otra novedad es la aparición de recursos
multimedia y recursos on-line los cuales han ampliado el ámbito de aplicación de la
catalogación.
Objetivo principal:
Objetivos secundarios:
- Identificar el lugar que ocupan los registros analíticos dentro de los catálogos de las
unidades de información relevadas
Para la realización del presente trabajo se procederá en primer lugar a la confección del
marco teórico en base a:
8
Marco Teórico
Capítulo 2.
La catalogación
analítica
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11
En un principio, y por tratarse de una catalogación, debe quedar en claro que se infiere
la existencia de un proceso técnico del ámbito de trabajo bibliotecario y responde a la necesidad
de identificar de manera explícita una fuente de información. Por lo que refiere al vocablo
analítico, éste especifica una labor de análisis que implica una tarea ulterior y extensiva a la
actividad de catalogación documental.
Para llegar a una definición de qué es lo que se comprende por catalogación analítica,
podemos referirnos a Domingo Bonocuore que establece que “la catalogación analítica tiene
por objeto la desintegración o desmenuzamiento de una obra de contenido heterogéneo para
registrar en asientos independientes cada una de las partes que la forman (...) constituye, como
dice Crozet expresivamente, un ‘depouillement’, esto es, una tarea de esquilmo o disección de
un impreso, para exhibir al público todo el capital bibliográfico que tiene la biblioteca sobre un
asunto determinado” 1. En esta acepción el término “depouillement” se aplica a la examinación
de un documento (aunque también se comprende como despojo o escrutinio en una votación)2.
Una definición mucho más escueta nos presenta Ana Dobra al referirse a la ficha
analítica en la que expone que ésta “se confecciona para representar en el catálogo una parte
de una obra mayor ya catalogada” 3. A pesar de la simple o exigua de la referencia podemos
rescatar de ella dos conceptos: la preexistencia de un documento que ha sido catalogado
previamente y el resultado de una ficha analítica como resultado de este análisis.
En este mismo sentido la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en sus “Reglas
para la catalogación descriptiva”, documento rector de la catalogación bibliográfica hasta la
1
Bonocuore, Domingo. Vocabulario bibliográfico. Santa Fe: Castelví, 1952
2
Diccionario Espasa Grand: español-frances/français-espagnol. Madrid: Espasa-Calpe, 2000
3
Dobra de Lesta, Ana. La biblioteca popular, pública y escolar : una propuesta para su organización.
General Roca: Editorial de la Patagonia, 1986
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Al igual que la anterior definición, Esther J. Piercy entiende a los registros analíticos
como aquellos “que analizan el contenido de un libro o colección de libros” 5.
Otros autores han orientado sus definiciones, y por ende el ámbito de aplicación de la
catalogación analítica, a las publicaciones periódicas. Para citar ejemplos puede nombrarse la
apreciación que hace Jorge Alberto Alcorta en una publicación de una universidad local
considerando que la catalogación analítica es utilizada para destacar el contenido de las
publicaciones periódicas dentro del catálogo6.
También Víctor Carlos Penna, uno de los más destacados bibliotecólogos argentinos, al
referirse al tema y en el capítulo que lleva por nombre “Catalogación analítica”, centra su
definición en las publicaciones periódicas. Al respecto afirma que “se las cataloga y clasifica
considerando la publicación como un todo bibliográfico, sin tener en cuenta cada uno de sus
artículos por separado” 7. Por lo tanto el autor expone que “para subsanar este inconveniente,
las bibliotecas catalogan analíticamente sus publicaciones periódicas, es decir catalogan y
clasifican cada uno de los artículos publicados en las mismas” 7.
4
Peraza Sarausa, Fermín (trad.). Reglas para la catalogación descriptiva. Washington: The Library of
Congress. Descriptive Cataloging Division, 1953
5
Piercy, Esther June. Biblioteconomía Lógica. México: Pax-Mexico, 1971
6
Alcorta, Jorge Alberto. La tarea de la hemeroteca. Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1961.
(Extensión cultural, 3)
7
Penna, Carlos Víctor . Catalogación y clasificación de libros. Buenos Aires: Kapelusz, 1964
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apreciar una visión más amplia de su concepto de catalogación analítica. En el capítulo XIII que
lleva el mismo título al anteriormente referenciado, establece claramente que: “La catalogación
analítica pude definirse como el proceso técnico que se sigue para registrar ciertas partes de
una obra o un artículo contenido en una colección, dándose al mismo tiempo noticia de la
obra que incluye el trabajo o artículo así catalogado” 8.
Aquí nos encontramos con la apreciación de que una catalogación analítica puede
hacerse dentro de un mismo registro documental mediante la utilización de las áreas de serie o
notas, a través de lo que se conoce como análisis por las reglas de catalogación. Evidentemente,
éstas no se pueden considerar registros analíticos ya que no cumplen con las características con
las que el mismo autor concuerda. Esto es la existencia de 2 zonas:
1. la primera que contiene los datos relativos a las áreas 1 y 2 (autor y título)
2. La segunda precedida de la preposición En, que debe contener el principal
punto de acceso de la obra completa.
En el mismo sentido y de una forma mucho más explícita las autoras Garrido Arilla y
Pindano Villaverde10 reconocen como asientos analíticos propiamente dichos a aquellos que
constan de las dos partes de la descripción (la descripción de la parte y la de la obra completa)
con la preposición “EN” como vínculo entre las dos. Además detallan que esta catalogación
analítica puede aplicarse a: monografías, artículos de publicaciones seriadas, colecciones (de
uno o varios autores), congresos; en definitiva, a todo tipo de fuente documental.
8
Penna, Carlos Víctor. Catalogación y clasificación de libros. Buenos Aires: Acme Agency, 1949
9
Carrión Gutiérrez, Manuel. Manual de bibliotecas. 2ª ed. Madrid: Pirámide, 1993
10
Garrido Arilla, María Rosa; Pindado Villaverde, Ana María. Catalogación Analítica. En: Pinto Molina,
María. La catalogación de documentos : teoría y práctica. Madrid: Síntesis, 1994
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14
15
De entre otras existentes, dos son las herramientas de trabajo fundamentales de los
bibliotecarios avocados a la sección de catalogación y clasificación, ellas son las Reglas de
Catalogación Angloamericanas segunda edición y la norma de clasificación elegidas que mejor
se ajusten a su unidad de información. De éstas, la primera de ellas es la que rige la descripción
documental y es a la que debemos dirigirnos para conocer su concepto acerca de la catalogación
analítica.
El capítulo 13 de las RCAA2 tiene como título “Análisis”, es así que como a pesar de
dedicar extensos capítulos al estudio de la descripción de diferentes recursos de información, el
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16
Los incisos siguientes detallan los diferentes modos de análisis. El inciso 13.2 se ocupa
del análisis mediante ASIENTOS ANALÍTICOS SECUNDARIOS. Este método se utiliza
cuando las partes que se pretenden destacar se encuentran bajo un título colectivo o en igualdad
de importancia con otras partes similares. Para hacer el análisis se deberá realizar asientos
secundarios para las partes a describir.
Asientos secundarios:
Hamlet
Las tragedias de Shakespeare / selección, prólogo y notas
de Alfonso Quijano Díaz. – 3ra ed. – Madrid : Aguilar, 1971
325 p. ; 23 cm. – (Grandes autores)
Rey Lear
Las tragedias de Shakespeare / selección, prólogo y notas
de Alfonso Quijano Díaz. – 3ra ed. – Madrid : Aguilar, 1971
325 p. ; 23 cm. – (Grandes autores)
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17
Ej.:
English history, 1814-1945 / A. J. P. Taylor. – Oxford :
Claredon Press, 1965
xxvii, 709 p. ; 23 cm. – (The Oxford history of England ;
v. 15)
Ej.:
Geymonat, Ludovic
Historia de la filosofía y de la ciencia / Ludovico Geymonat
[traducción de Juana Bignozzi]. –Barcelona : Crítica, 1985
3 v. ; 20 cm. – (Crítica. Filosofía)
Nota: Contenido: 1 Antigüedad y edad media. – 2. Del
renacimiento a la ilustración. – 3. El pensamiento contemporáneo
Hasta este momento todos los métodos de análisis propuestos (mediante asientos
secundarios, mediante nota de serie o mediante ampliación de nota contenido) no representan un
método de catalogación analítica propiamente dicha mediante registros analíticos. Entonces
llegamos al inciso 13.5. ANALÍTICAS DE “EN” el cual menciona que si se debiera hacer una
descripción bibliográfica mayor a la posible describir mediante el área de notas se deberá
elaborar un asiento analítico de “En”. La primera parte consiste en la descripción de la parte
analizada, seguida de una breve cita del ítem completo que contiene la parte precedida de la
palabra En (en bastardilla, subrayada o enfatizada de alguna forma).
El esquema general propuesto por las RCAA2 es el siguiente:
11
The Joint Steering Committee for revision of AACR [y otros]. Reglas de catalogación
angloamericanas. 2da ed. Bogotá: Rojas Eberhard, 2004. p. 13-2
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18
Ej.:
Hombre de la esquina rosada / por Jorge Luis
Borges. – p. 135-149 ; 26 cm.
En Historia universal de la infamia. – Buenos Aires :
Emecé, 1995
19
Para completar el estudio de este capítulo de las RCAA2 resta comentar el inciso
13.5.B. PARTES DE LAS ANALÍTICAS DE “EN” que se ocupa de describir una parte de
un ítem, que ha su vez ya a sido descrito mediante un asiento analítico. Esto se resuelve citando
la información del ítem general en forma de una mención de serie. No se tendrá en cuenta esta
catalogación, ya que implica una complejidad que excede los límites de este trabajo y además
resulta de poca probable aplicación práctica en nuestra realidad.
12
Carrión Gutiérrez, Manuel. Op. Cit., pág. 160
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20
ISBD, normas internacionales rectoras de la catalogación documental y a las cuales las RCAA2
se subordinan.
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21
2.3. La descripción de
partes componentes
2.3.1. Historia
13
Federación internacional de asociaciones de bibliotecarios y bibliotecas. Pautas para la aplicación de
las ISBDs a la descripción de partes componentes. Madrid: ANABAD - Arco Libros, 1994
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22
publicación bibliográficamente independiente y que no pueden ser descritas sin referencia a ese
documento más extenso y bibliográficamente independiente”14.
La segunda cuestión a resolver (que implicaría años de debate hasta su solución) estaba
relacionada a los intentos de ajustar las ISBD(CP) (International Standard Bibliographic
Description for Component Part) a la estructura de las ISBD(G) (General International Standard
Bibliographic Description) a pesar de que éstas fueron concebidas considerando los niveles más
altos de la jerarquía bibliográfica. La descripción analítica debería admitir no sólo los elementos
relativos a la parte componente, sino también la información del documento fuente. Dentro de la
versatilidad de las ISBD(G) un primer borrador pretendía utilizar el área de descripción 3 (área
específica de material o tipo de recurso) para identificar el documento fuente pero esto cortaba
al medio la descripción de la parte, lo que dejaba separadas las áreas 1 y 2 (área de título y
mención de autoridad, y área de edición, respectivamente) del resto de la descripción. Una
segunda idea fue la de utilizar el área 7 (área de notas) pero a pesar de la mejora desligaba la
descripción general del área 8 (área de número normalizado y de las condiciones de adquisición)
y generaba confusión con los datos propios del documento fuente y los de la parte.
Un tercer problema se presentaba al tener que contemplar las "obras incluidas en otras
obras" independientemente del soporte físico utilizado, conllevaba la necesidad de describir en
las dos oportunidades (tanto para la parte componente como para el documento fuente) todas las
estipulaciones de las ISBD(G) para considerarse completas. Una descripción tan exhaustiva
parecía impracticable desde el punto de vista de los profesionales que intentaban utilizar la guía
para realizar una descripción específica.
14
Ibidem
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23
Siguiendo estas directrices el grupo ad hoc presentó un año más tarde un primer
borrador y luego de algunas modificaciones en el Congreso de Tokio de 1986 el Comité
Permanente para la Revisión de las ISBD aprobó el segundo borrador. Debido a la proximidad
de la Revisión Quinquenal de las ISBD, la revisión final de las “Pautas para la aplicación de la
descripción de partes componentes” tuvieron que esperar hasta 1987 para que el Comité
Permanente y las dos Secciones patrocinadoras aprobaran el texto final.
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24
Tampoco se pretende establecer a estas pautas como la única forma de realizar una
descripción de una parte componente, también ésta puede hacerse mediante la descripción en
más de un nivel, por la ampliación de la nota de contenido, etc.
15
Federación internacional de asociaciones de bibliotecarios y bibliotecas. Op cit. pág. 3
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25
2.3.3. Esquema
Por ser el medio más común en las bibliotecas sólo se detalla la presente lista para
material impreso, por inquietudes acerca de otros soportes puede consultarse las ISBD(CP).
Área de título y mención de responsabilidad: Esta área no presenta ninguna diferencia a las
menciones de título y autor señaladas en las ISBD(G). Sólo hace la salvedad de aquella
información que aparece a lo largo de una publicación (como puede ocurrir en el caso de un
artículo presentado a lo largo de una sucesión de diferentes números de una publicación
16
Op cit. pág. 6
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26
periódica). En ese caso se puede citar el título común como título propiamente dicho y detallar
en una nota de contenido las diferentes partes. Ej:
De la misma manera puede utilizarse el título común como título propiamente dicho y
el título de la parte como un título dependiente. Ej:
O, si el título del artículo puede disociarse del título común, puede utilizarse ese como
el título propiamente dicho. Ej.:
Un caso a considerar se presenta cuando el título se presta a confusión como puede ser
en el caso de reseñas, comentarios, resúmenes, etc. Para clarificar esta relación se debe añadir
una palabra o frase entre corchetes. Ej.:
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27
El área de edición: sólo se aplica si atañe a la parte descrita. En el común de los casos se
presenta sólo en la parte del documento fuente.
Área de serie: ésta se incluye cuando se describe una parte componente que forma parte de una
serie con un título común. En este caso el título común se considera el apropiado como nombre
de la serie, y si la parte descripta tiene una designación numérica, ésta será el elemento de
numeración en el área de serie. Ej.:
Área de nota: se utiliza sólo si pertenece específicamente a la parte componente. Las notas
referidas al documento fuente se registran dentro del 3º elemento.
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28
Ej.:
Cuentos de fútbol argentino / por Roberto Fontanarrosa.-- Edición
original.-- Rosario: Ediciones del Paraná, 1975.-- ISBN 94-9851-
547-3.
En: Antología de cuentos del Litoral / editado por Jorge Pellstron.--
Buenos Aires: Sudamericana, 1998.-- ISBN 94-7417-841-X. p.
214-297.
Resumiendo lo antes expuesto, resta remarcar que los únicos elementos considerados
imprescindibles dentro del 1º elemento de la descripción de la parte componente son, el título y
la mención de responsabilidad, ya que el resto de los elementos pueden obviarse, omitirse,
incluirse o inferirse desde los otros elementos de la descripción.
29
ISBD(M) para monografías, las ISBD(S) para publicaciones en serie, o las ISBD(NBM) para
materiales no bibliográficos.).
Área específica del tipo de material: no se utiliza para el material bibliográfico, aunque resulta
útil para materiales cartográficos o materiales no librarios.
30
Área del número normalizado y condiciones de adquisición: Siempre que esté presente se
deberá incluir el número internacional normalizado. En ausencia de éste se puede incluir un
número del sistema comercial para clarificar la identificación del documento fuente.
Este cuarto segmento, al igual que el segundo, son extraños a la estructura de las
ISBD(G) pero están incorporados a las ISBD(CP) para permitir la descripción de las partes
componentes de una forma clara y sencilla.
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31
32
la paginación de la parte dentro de ese número. La designación del número o los números se
realiza mediante las directrices dictadas para el área 3 dentro de las ISBD(S)17.
17
ISBD(S) : descripción bibliográfica internacional normalizada para publicaciones seriadas. Ed. rev.
Madrid: ANABAD - Arco Libros, 1993
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33
Otras de las razones que obligaron a esta reevaluación fueron las presiones que llevaron
a las bibliotecas a intentar simplificar el proceso de catalogación con el objetivo de reducir
costos y mantener el ritmo a la par del crecimiento continuo de la producción editorial (se debe
considerar que los FRBR fueron concebidos en un principio para dar respuesta a las “agencias
bibliográficas nacionales” que manejan enormes cantidades de trabajo para lograr sus fines,
pero debido a la profundidad y la originalidad de los planteamientos presentados su influencia
se ha extendido a todo proceso bibliotecario o proyecto relacionado).
34
usuario para analizar su requerimiento de datos y a la vez que se intenta definir cuáles son las
expectativas a la hora de encontrar información y cómo éste la utilizará posteriormente.
Para lograr sus objetivos, los requisitos funcionales están basados en la “teoría de
sistemas”, que resulta muy común en el ámbito de los analistas o ingenieros en sistemas de
computación, pero es totalmente nuevo en la disciplina bibliotecaria. Este análisis de desarrolla
desde el punto de vista de entidad-relación, estableciendo como entidades aquellos objetos
claves que interesan a los usuarios de los datos bibliográficos y en función de sus propiedades
particulares, detallar las interrelaciones que entre los mismos se establece.
Para aclarar un poco más el concepto podemos referirnos a la explicación que realiza
Barbara Tillett al definir cada uno de las cuatros entidades que forman el primer grupo de
análisis en los FRBR:
18
Tillett, Barbara. ¿Qué es FRBR? : Un modelo conceptual del universo bibliográfico. [en línea].
Washington: Library of the Congreso. Cataloging Distribution Service, 2004. [Consulta: 14 de
agosto de 2009]. <www.loc.gov/catdir/cpso/Que-es-FRBR.pdf>
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35
“(…) cuando decimos libro para describir un objeto físico que tiene hojas de papel y una
encuadernación, algunas veces usado para mantener abierta una puerta o sostener la pata de una
mesa, FRBR llama a esto 'ítem'. Cuando decimos libro también podemos referirnos a una
'publicación', cuando vamos a una librería y compramos un libro. Podemos conocer su ISBN,
pero el ejemplar en particular no nos interesa más que para ver si está en buenas condiciones y
no le faltan páginas. FRBR llama a esto una 'manifestación'. Cuando decimos libro en 'quién
tradujo este libro', tenemos en mente un texto particular y un idioma específico. FRBR llama a
esto una 'expresión'. Cuando decimos libro en 'quién escribió este libro', nos referimos a un
nivel superior de abstracción, el contenido conceptual que subyace a todas las versiones
lingüísticas, la historia a ser contada en el libro, las ideas en la cabeza de una persona para ese
libro. FRBR llama a esto una 'obra'”19
Un segundo grupo de entidades está compuesto por persona y entidad corporativa las
cuales reflejan el rol que éstas cumplen en relación a la obra, expresión, manifestación o ítem y
se vinculan a las entidades del grupo uno.
Y el tercer y último grupo lo componen las entidades que representan las materias de las
obras, estas pueden ser conceptos, objetos, eventos y lugares. Como ejemplo de los mismos
podemos nombrar:
Conceptos: economía, existencialismo, radioactividad, etc.
Objetos: un edificio, un barco, la Torre Eiffel, etc.
Eventos: Batalla de San Lorenzo, Tour de Francia, etc.
Lugares: Santa Fe, Río Paraná, Calle Sarmiento, etc.
Esta es una simple ilustración de los principios de los RFBR y no pretende este humilde
trabajo brindar una completa explicación de un tema tan amplio que justifica el desarrollo de un
seminario completo para abarcar su total comprensión. Para profundizar su estudio se puede
consultar la obra “Requisitos funcionales de los registros bibliográficos”20.
Lo que interesa aquí es conocer si el tema que es objeto de nuestro estudio, un tema
poco desarrollado o apenas comentado en las RCAA2 y que no forma parte de los temas de
interés bibliotecarios de la actualidad, es en alguna medida comentado o estudiado dentro de los
19
Ibidem
20
Grupo de estudio de la IFLA sobre los requisitos funcionales de los registros bibliográficos. Requisitos
Funcionales de los registros bibliográficos [en línea]. La Haya: IFLA, 1998 [Consulta: 4 de mayo
de 2009]. <www.ifla.org/files/cataloguing/frbr/frbr-es.pdf>
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36
RFBR los cuales están destinados a dictar las lineamientos de las futuras normas y códigos de
catalogación.
Desde la perspectiva lógica del modelo se puede comprender por entidad obra a un grupo
de obras reunidas en la forma de una antología, un conjunto de monografías reunidas por un
editor bajo la forma de una serie, o un conjunto de documentos agrupados de modo tal de
formar un obra singular. Así también “la entidad obra puede representar un componente
intelectual o artísticamente discreto de una obra mayor, como un capítulo de un informe, una
parte de un mapa, un artículo de periódico, etc. Para los objetos del modelo, las entidades a
nivel agregado o componente funcionan de la misma manera que las entidades a nivel integral;
se definen en los mismos términos, comparten las mismas características y se relacionan unas
con otras de la misma manera que las entidades a nivel de unidad integral”22.
Por lo expuesto los RFBR contemplan la existencia de partes componentes con la capacidad
de ser descritos y considerados una obra con la autonomía suficiente para justificar un análisis
particular.
Volvemos a encontrarnos con referencia a las partes componentes dentro del capítulo 5 que
se ocupa de las “Relaciones” y particularmente en la sección 5.3 acerca de “Otras relaciones
entre el grupo 1 de entidades”. Es que es aquí donde se establece como la “obra parte
componente” se relaciona con la obra que la contiene. El nexo entre ambos se realiza mediante
la relación todo/parte de obra a obra:
21
Op cit. pág. 75
22
Op cit. pág. 76
Seminario: “Área Técnica” Degrossi, José Martín
37
Dentro de esta relación pueden identificarse dos categorías: las partes dependientes y las partes
independientes. Son partes dependientes “(…) aquellas partes componentes de una obra que se
pretende que se utilice en el contexto de una obra más amplia y, como tales, gran parte de su
significado depende del contexto proporcionado por la obra más amplia. Partes independientes
son aquellas cuyo significado no depende en una extensión significativa del contexto
proporcionado por la obra mas amplia”23. Se menciona que las partes componentes
independientes tienen como característica un nombre o título distintivo, y son mucho más
susceptibles de ser identificada y descrita en sí misma.
Por lo expuesto se puede apreciar que existe una contemplación y un estudio de la partes
componentes dentro de la lógica de los FRBR. Esto debería verse reflejada en el diseño de los
futuros códigos y normas (ajustados a este análisis de entidad-relación) dentro los cuales las
partes componentes serían considerados como entidades obra con sus atributos y características,
relacionados como formando parte de otra entidad obra.
23
Op cit. pág. 138
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38
39
Una publicación de nuestro medio reconoce que este método permite “aumentar
apreciablemente la capacidad informativa de la biblioteca por medio de sus catálogos” y
“resulta muy eficaz en bibliotecas de reducido acervo”27. En el mismo sentido se pronuncia
Esther J. Piercy comentando que “las bibliotecas pequeñas analizan generalmente sus materiales
más que las grandes, ya que no siempre tienen tantas obras de consulta”28 y que este medio
permite hacer resaltar en el catálogo aquellas obras que tienen partes suficientemente
importantes como para justificar una ficha catalográfica propia. Como otra observación positiva
de esta técnica, Carlos Víctor Penna refiriéndose al trabajo del bibliotecario, sostiene que “la
intercalación en el catálogo de suficientes fichas analíticas, permitirá anular los inconvenientes
de la actuación mediocre de tal profesional”29.
Sin embargo, Carlos Víctor Penna a pesar de considerar que la catalogación analítica
permite un acrecentamiento y un mejor aprovechamiento del acervo bibliográfico de la
biblioteca, no duda en advertir que éste “es un proceso técnico que gravita en forma onerosa
sobre el presupuesto de la biblioteca”30. También sostiene que “no sólo demanda tiempo y
energías, sino que también necesita suficientes recursos monetarios para poder ser llevado a
cabo”31, y agrega que “representa un considerable aumento del trabajo de catalogadores y
clasificadores”32. Todas estas consideraciones “negativas” no nos deben hacer perder de vista
24
Bonocuore, Domingo. Elementos de bibliotecología. Santa Fe: Castelví, 1942. p. 325
25
Ibidem
26
Op cit, pág. 327
27
Alcorta, Jorge Alberto. La tarea de la hemeroteca. Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1961.
(Extensión cultural, 3). p. 64
28
Piercy, Esther June. Biblioteconomía Lógica. México: Pax-Mexico, 1971. p. 45
29
Penna, Carlos Víctor. Catalogación y clasificación de libros. Buenos Aires: Acme Agency, 1949. p.
221
30
Ibidem
31
Op cit, pág. 222
32
Penna, Carlos Víctor. Catalogación y clasificación de libros. Buenos Aires: Kapelusz, 1964. p. 249
Seminario: “Área Técnica” Degrossi, José Martín
40
que este autor es uno de los que más atención le dedicó al tema, por ende nos puede mostrar
cuáles son los inconvenientes que éste puede presentar. También en documentos recientes “se
reconoce que, debido a las restricciones económicas, algunos catálogos bibliográficos pueden
no tener registros de partes componentes”33.
Por último resta añadir que Carlos Víctor Penna consideraba que “no es económico ni
conveniente llenar los ficheros de las bibliotecas con fichas analíticas realizadas
indiscriminadamente” y que ésta “tiene un límite señalado por la lógica y las necesidades y
posibilidades de cada biblioteca”34.
33
Declaración de principios internacionales de catalogación [en linea]. Borrador final aprobado la
Reunión IFLA de expertos sobre un Código de Catalogación. 1ª, Francfort, Alemania, 2003
[Consulta: 4 de Octubre de 2009]. <www.d-nb.de/standardisierung/pdf/statement_spanish.pdf>
34
Penna, Carlos Víctor, Op cit, p. 250
35
Lucero, Alberto Ataulfo. Técnicas bibliotecarias. Buenos Aires: Novedades educativas, 1991. p. 116
36
Ibidem
Seminario: “Área Técnica” Degrossi, José Martín
41
Capítulo 3.
La Catalogación
analítica en
nuestro medio
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42
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43
3.1 Introducción
44
ciudad por lo que puede considerarse un sistema deficitario que deja sin asistencia a gran parte
de la población. Sus instituciones más antiguas tienen origen en la agrupación espontánea de
vecinos y asociaciones civiles, luego incorporadas a la CONABIP (Comisión Nacional de
Bibliotecas Populares) y es notoria la ausencia de iniciativa municipal tendiente a crear nuevas
bibliotecas municipales para cubrir las áreas oeste y norte en toda su extensión.
En lo que respecta a la educación superior, la ciudad cuenta con tres universidades que
brindan tradicionales estudios en carreras de grado, como así también recientes ofertas de
cursos de posgrado y pregrado. La Universidad Nacional del Litoral creada en 1919 es un fruto
de la reforma universitaria de 1918 y brinda entre otras las carreras de Derecho, Ciencias
Económicas, Ingeniería Química, Ingeniería en Recursos Hídricos, Arquitectura, Medicina, etc.
La sede local de la Universidad Tecnológica Nacional forma parte de las 5 facultades
fundacionales que desarrolla su actividad desde el año 1953. Esta facultad brinda las carreras de
Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Civil, Ingeniería en Sistemas de Información, Ingeniería
Mecánica e Ingeniería Industrial. La tercera casa de altos estudios en esta ciudad es la
Universidad Católica Argentina, que lleva ese título desde el año 1960, funcionando
anteriormente desde 1953 como Instituto Universitario Católico. Sus carreras son: Arquitectura,
Ciencias Económicas, Filosofía, Derecho, Ciencias Políticas, entre otras.
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En este caso, y como no podría ser de otra manera, hay que remarcar que todas ellas
cuentan con bibliotecas especializadas en los temas que las ocupan, las mismas son:
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En el anterior gráfico presentado, cabe aclarar que aquella biblioteca universitaria que
no trabaja con C.A., en la actualidad esta desarrollando el formato y la carga preliminar dentro
de una base de datos independiente de los artículos de una importante revistas que tiene en
dentro de su patrimonio y de la cual posee todos sus números.
Otra aclaración que vale la pena mencionar es que, una de las tres bibliotecas públicas
que realizan C.A. no lo hace de forma sistemática, ni responde a la representación de los
elementos requeridos por la norma ISBD, pero se trata de una somera descripción del contenido
de otra obra para poder explotar lo mejor su contenido, por lo cual vale como intento de
descripción analítica.
Aquí vemos que dentro de aquellas bibliotecas consideradas públicas existen algunas
que al funcionar con el respaldo de otra institución de la que forman parte, presentan algunas
particularidades como puede ser mayor disponibilidad de personal que una biblioteca netamente
pública, o un tipo de usuario específico como en el caso de bibliotecas presentes dentro de
ámbitos escolares.
Resulta importante resaltar la progresividad que tiene los valores cuanto más se acercan
hacia la derecha, la cantidad de bibliotecarios y usuarios crece notoriamente dentro del grupo de
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bibliotecas públicas dentro de otra institución, hasta llegar a los valores más altos dados por los
datos obtenidos en la biblioteca universitaria.
En lo que respecta a sus catálogos la mayoría de ellas (5) cuentan con un catálogo
informatizado y conservan sus catálogos de fichas, frecuentemente desactualizado. De las
restantes dos (2), una de ellas se encuentra en el proceso de carga de su base de datos.
Ante la pregunta central acerca de sí sus catálogos poseen registros analíticos, seis de las
siete unidades de información relevadas reconocieron no poseerlos, y una de ellas (la cual no
pudo responder la encuesta de forma verbal, y fue respondida por escrito) asegura poseer
registros analíticos, cuando en verdad el proceso de análisis que realiza es el de una ampliación
de la catalogación por medio de una nota de contenido. En este caso se observa la usual
confusión del concepto de catalogación analítica entre los otros métodos de análisis presentados
por las RCAA2.
Las razones por las que no se realiza catalogación analítica se pueden agrupar de la
siguiente manera:
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Ahora bien, los medios utilizados para acceder al contenido de esos recursos que no se
encuentran catalogados analíticamente son los siguientes:
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Universitarias
Bibliotecas públicas Biblioteca pública
Red de bibliotecas UNL Otras dentro de otra institución provincial
4 2 2 1
Bibliotecas
públicas Biblioteca Otras
Red de bibliotecas de la
dentro de pública bibliotecas Promedio
UNL
otra provincial universitarias
institución
Bibliotec. 1 2 18 4 3 5 4 3 4
Usuarios 15 35 275 500 125 200 180 150 125
Usuar/bibliotec. 15 18 15 (*) 42 40 45 50 31 32
(*) No se tiene en cuenta por considerar que la
información brindada no se ajusta a los valores medios.
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Todas las bibliotecas relevadas cuentan catálogos informatizados (lo que permite la
creación de forma rápida y eficiente de registros analíticos, evitando en parte las restricciones
económicas). A pesar de esto, casi todas conservan en forma parcial sus antiguos catálogos de
fichas mecanografiadas.
Biblioteca
II-1 II-2 II-3 II-4 II-5 II-6 II-7 II-8 II-9
relevada
Registro en el
36500 20000 19650 25470 75000 24231 55000 13070 s/d
catálogo
Registros
6500 7000 1750 3108 s/d 4931 19000 s/d 43049
analíticos
Porcentaje de reg. 20%
17,80% 35% 8,90% 12,20% 20,35% 34,5%
analít./total de reg. aprox.
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Dado los porcentajes obtenidos se puede inferir que en la actualidad los catálogos de las
bibliotecas universitarias de la ciudad de Santa Fe cuentan con un 20 a un 35% de registros
analíticos sobre la totalidad de ellos. En el caso del relevamiento II-3 se debe considerar que el
bajo porcentaje obtenido se debe a que recientemente se decidió a cargar este tipo de registros en
la base de datos.
Pero no todas las unidades de información trabajan del mismo modo (inclusive dentro de
la misma red de bibliotecas de la UNL el criterio de trabajo con registros analíticos resulta muy
disímil) algunas de ellas registran solo las publicaciones periódica, otras monografías y otras los
anteriores y también congresos y reuniones. El siguiente gráfico ejemplifica esta distribución:
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Aquí también se evidencia la falta de un criterio unificador acerca del modo de trabajar
con registros analíticos dentro de la red de bibliotecas de la UNL. El hecho de no integrar toda la
información dentro de un mismo catálogo, genera la necesidad de realizar más de una búsqueda
en diferentes bases de datos, lo que conlleva un trabajo extra y en ciertos casos la subutilización
de los registros analíticos.
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Parte componente
Elemento de enlace
Documento fuente
Nuevamente aquí hay que volver a observar a aquellas bibliotecas pertenecientes a la red
de bibliotecas de la UNL. Su catálogo on-line evidentemente no está preparado para adaptar su
formato a los registros analíticos, los que resultan visualizados igual que cualquier otro registro e
ignorando el elemento de enlace. También otra de las bibliotecas de la UNL (esta vez con una
base de publicaciones periódicas separada del catálogo general y no disponible on-line), omite
el elemento de enlace.
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nota de resumen del contenido del artículo, permitiendo así tener una idea más
amplia de la temática que aborda el mismo.
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ISBD(S) : descripción bibliográfica internacional normalizada para publicaciones seriadas. Ed. rev.
Madrid: ANABAD - Arco Libros, 1993. p 29
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Conclusión
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la necesidad de contar con publicaciones periódicas para realizar esta actividad. Esta última es
una idea ampliamente difundida entre muchos bibliotecarios que consideran que sólo se utiliza
para catalogar artículos de revistas desestimando todas sus otras aplicaciones. A pesar de no
utilizar esta técnica frecuentemente se hace uso de alguna otra herramienta para suplir de una
manera u otra esta tarea (como por ej. el fichero Uniterm).
Dentro del grupo de bibliotecas que sí realizan catalogación analítica existe una mayoría
de bibliotecas universitarias. Estas a pesar de presentar una mayor cantidad de usuarios por cada
bibliotecario igualmente han logrado conformar sus catálogos con un gran porcentaje de
registros analíticos. Los mismos han permitido el aprovechamiento de sus recursos de
información, el enriquecimiento de sus catálogos y la complementación de información
actualizada no disponible en obras monográficas. En lo que respecta a los registros
catalográficos en sí, en ciertos casos el soporte informático impide cumplir con la puntuación
prescripta por la normativa, pero dejando de lado esto, algunas de ellas cometen la grave falta de
omitir el elemento de enlace que es fundamental para una clara identificación de que se trata de
un registro analítico. También se evidencia una clara falta de uniformidad entre los diferentes
registros relevados, y más grave aún una falta total de políticas y criterios de catalogación dentro
de una misma red de bibliotecas.
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Bibliografía
general
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1961. (Extensión cultural, 3)
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