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DOGMATISMO
Término que proviene del griego Dogma y significa "doctrina fija". Es aquella postura
epistemológica en la cual aún no se presenta el problema del conocimiento. El dogmatismo
mantiene una actitud de confianza en lograr el conocimiento por medio de la razón, que no es
debilitada por la duda. Supone que el sujeto cognoscente tiene una absoluta posibilidad de
contacto entre el objeto y él o sea de aprehender el objeto.
Tanto los objetos de la percepción como los del pensamiento nos son dados en su
corporeidad dejando de lado con esto la propia percepción y el pensamiento. Respecto a los
valores ocurre lo mismo, el dogmatismo plantea que existen pero no considera una conciencia
valorante.
El dogmatismo, al ser la actividad propia del hombre ingenuo, es la más antigua y primigenia
posición tanto en el sentido sicológico como en el histórico. En el período originario de la
filosofía griega domina de un modo casi general."
Las reflexiones epistemológicas no aparecen entre los presocráticos (los filósofos jonios de la
naturaleza, los eléatas, los pitagóricos). Ellos son principalmente teóricos del mundo natural, lo
que escriben entra en la designación genérica sobre la naturaleza. Estos pensadores se hallan
animados todavía por una confianza ingenua de la capacidad de la razón humana.
Tales cree encontrar el principio básico (arjé), señalando al agua como principio de todas las
cosas. Pero este principio no es sólo el fundamento de las cosas sino el principio de la vitalidad,
de todo lo viviente.
Tales plantea el concepto de principio originario de todo ser, concepto que fue él el primero en
haber definido.
ANAXIMANDRO
"Viene a ser una especie de nebulosa, o materia plástica proteiforme, equivalente a caos de las
antiguas cosmogonías, que no es ni agua, ni tierra, ni aire, ni fuego, sino anterior a todas las
determinaciones y a todos los contrarios." Aristóteles la interpreta como una mezcla confusa
de elementos, los cuales se van separando después por el movimiento.
ANAXÍMENES
Es claro pues, que su principio es el aire, del cual por condensación y enrarecimiento ha salido
todo. fuego, viento, nubes, agua, tierra, piedra, etc. El aire aparece aquí como algo vivo y
divino en la misma línea de Tales y Anaximandro.
PITÁGORAS
Con ello se pone el principio de los seres, no en la materia, como hasta ahora, sino en la forma.
El número es lo que da forma, lo que hace de lo indeterminado algo determinado
DEMÓCRITO
Los primeros en plantear el problema del conocimiento fueron los sofistas, dejando al
dogmatismo fuera de la filosofía.
1 Según esta corriente el sujeto no puede aprehender el objeto, por lo tanto no se pueden
realizar juicios porque es imposible lograr el conocimiento como aprehensión del objeto.
Deja de lado el objeto, necesario para lograr el conocimiento, ya que este, es una relación
entre objeto y sujeto.
El fundador del escepticismo es Pirrón de Elis, quien plantea que no existe contacto entre
sujeto y objeto, ya que la conciencia cognoscente no alcanza a aprehender su objeto, por lo
tanto no se llega al conocimiento.
Dados dos juicios contradictorios, cada uno es tan verdadero como el otro, con lo cual se niega
el principio de contradicción. Como no hay un conocimiento ni juicio verdadero, Pirrón
recomienda la abstención de todo juicio.
Existe una posición moderada llamada escepticismo “medio” o “académico”, el cual no es tan
radical como el pirrónico.
Según esta corriente, no se puede alcanzar un conocimiento riguroso, o sea que los juicios
coincidan con la realidad, pero si podemos afirmar que sea probable tener certeza.
El escepticismo moderno ya no es radical y absoluto sino que por ejemplo Montaigne plantea
un escepticismo ético y Hume, el metafísico. Bayle plantea un escepticismo medio y Descartes
el metódico.
Por estos argumentos determinamos que el escepticismo absoluto es una posición imposible.
Por lo que se refiere al escepticismo afirma que no hay verdad ni certeza, pero sí probabilidad
(lo que supone el de verdad, lo probable es lo que acerca a lo verdadero). El escepticismo:
afirma que el sujeto no puede aprehender al objeto, por lo tanto el conocimiento considerado
como la aprehensión real de un objeto, es imposible. El dogmatismo en cierta forma ignora al
sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.
SUBJETIVISMO Y RELATIVISMO
El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no son tan
radicales. Con ellos se afirma que si existe una verdad, pero la misma tiene una validez
limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez de la verdad al sujeto que
conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe ninguna verdad universalmente válida.
El relativismo está relacionado con el subjetivismo, para el no existen verdades absolutas, toda
verdad tiene una validez limitada.
La diferencia es que el subjetivismo plantea que el conocimiento humano depende de factores
propios del sujeto cognoscente, y para el relativismo el conocimiento humano depende de
factores externos como ser el medio, el círculo cultural, etc.
Dentro de los autores más destacados del relativismo se encuentra Spengler quien plantea que
las realidades solamente se aplican a determinadas humanidades.
La validez de las verdades se aplica solo al círculo cultural y temporal del cual proceden sus
defensores.
Las verdades de la filosofía, matemáticas, ciencias naturales, etc solo son válidas dentro del
círculo cultural al que pertenecen, no existe una versión universalmente válida de estos
saberes.
La verdad significa la concordancia del juicio con la realidad objetiva, y si esta concordancia
existe no tiene sentido que se limite a un número de individuos. O el juicio es falso para todos
o es universalmente válido.
El subjetivismo se contradice al proponer una validez más que subjetiva al juicio “toda verdad
es subjetiva”, otorgando a esta teoría una validez universal opuesta a su propósito.
Fundada por William James, esta corriente , al igual que el escepticismo, desconoce el
concepto de “verdad” en el sentido de concordancia entre el pensamiento y el ser, pero
plantea un nuevo concepto de verdad.
Para el pragmatismo es verdadero aquello que es útil, valioso, etc. Esto se debe a que posee
una concepción del hombre, el cual no es un ser teórico, sino un ser de acción y su intelecto
está al servicio de su acción. El intelecto no le sirve al hombre para conocer la verdad, sino
para manejarse en la realidad. La verdad de los conocimientos consiste en que estos resulten
útiles para la conducta práctica del hombre.
Para Nietzsche, adepto al pragmatismo, la verdad no es un valor teórico sino una expresión de
utilidad y la falsedad de un juicio no se demuestra mediante objeciones sino valorando su
utilidad para fines mayores.
Partiendo de los propios conceptos de los términos se puede definir que “verdadero” y “útil”
no son idénticos como propone el pragmatismo ya que tienen un sentido completamente
distinto.
El error del pragmatismo es desconocer el valor propio del pensamiento humano y definir al
conocimiento como carente de autonomía y como una mera función, el acierto de esta
corriente es el hecho de observar la relación entre conocimiento y la vida.
CRITICISMO
10 Esta confianza en la razón humana lleva al dogmatismo a aceptar todas las afirmaciones
propuestas por la razón, mientras que en el criticismo, más cercano al escepticismo, une
confianza en el conocimiento humano general a la desconfianza en determinados
conocimientos.
El criticismo examina las afirmaciones pero no las acepta despreocupadamente sino que es
reflexivo y crítico, más que dogmático o escéptico.
El fundador del criticismo es Immanuel Kant, quien llega a esta posición luego de pasar por el
dogmatismo y escepticismo. Para Kant el dogmatismo tenía una confianza ciega en la razón
humana y el escepticismo, una desconfianza sin previa crítica.
Kant propone que el criticismo es un método que consiste en investigar las fuentes de las
afirmaciones y objeciones y las razones de las mismas, método que da esperanza de alcanzar la
certeza.
Plantea una evolución de la razón donde en primera instancia es dogmática, luego mediante la
experiencia modela el juicio volviéndolo escéptico, y debe existir una tercera etapa de juicio
maduro, el criticismo.
El término criticismo presenta una doble acepción para Kant, como método opuesto al
dogmático y al escéptico, y como sistema o sea el resultado al que se llega con el método.
Reconocer el criticismo, significa reconocer a la teoría del conocimiento como una disciplina
filosófica independiente y fundamental.
Esta contradicción existiría si la teoría afirmara carecer de supuestos para llegar a probar que
existe la posibilidad del conocimiento. En ese caso ya estaría partiendo de un conocimiento
para fundamentar que se puede conocer.
RACIONALISMO
La fuente del conocimiento humano es la razón, y solo llega a ser conocimiento lo que es
lógicamente necesario y universalmente válido. Nos encontramos frente a un verdadero
conocimiento cuando la razón juzga que una cosa tiene que ser de una forma y no puede ser
de otra porque la razón no lo admite, y porque eso solo puede ser de esa forma, lo es en todas
partes. Sólo cuando un juicio cumple las condiciones de tener una necesidad lógica y una
validez universal rigurosa, nos encontramos ante un verdadero conocimiento, en opinión del
racionalismo.
El conocimiento matemático ha servido como modelo para la corriente del racionalismo que
observa que los conceptos y axiomas operan independientemente de la experiencia. Por estas
características del conocimiento matemático, se da que la mayor parte de los representantes
del racionalismo proceden de la matemática.
En el “racionalismo teológico” impulsado por Plotino y San Agustín, el concepto del mundo de
las ideas es reemplazado por el espíritu cósmico (Plotino) y Dios (San Agustín), fuentes de
donde nacen los conceptos y las verdades.
En el siglo XIX surge el racionalismo lógico para el cual el pensamiento sigue siendo la única
fuente de conocimiento y se origina en un conjunto de supuestos o principios supremos que
no se ven influenciados por la experiencia, sino que esta es descifrada a partir de estos
principios.
EMPIRISMO
Si vemos a la experiencia como un proceso interno y externo, podemos decir que en el primer
caso se tomará en cuenta la percepción de uno mismo, mientras que en el segundo caso , las
percepciones de los sentidos, por lo cual esta última es llamada “sensualismo” (sensus-
sentidos”
Aunque para Locke todos los contenidos del conocimiento provienen de la experiencia, su
valor lógico no siempre se prueba mediante la experiencia, como es el caso de las
matemáticas, con esto infringe el principio empirista, reconociendo así que existen verdades
independientes de la experiencia y universalmente válidas.
Hume fue un continuador de Locke, quien dividió el concepto de percepciones de este último,
en ideas e impresiones (ver, oír, tocar, etc) planteando que hay impresiones de la sensación y
de la reflexión. Define como “ideas” a las representaciones de la memoria, las cuales surgen de
las impresiones siendo esta su idea fundamental, aunque al igual que Locke plantea la
particularidad de los conocimientos matemáticos.
15 La relevancia histórica del empirismo acerca del problema del conocimiento, radica en la
importancia que se le otorga a la experiencia frente a la insignificancia que tiene para el
racionalismo, aunque los racionalistas se van al otro extremo y presentan contradicciones
como las que muestra la posición de Locke y Hume frente al conocimiento matemático, la cual
va contra los principios del empirismo.
INTELECTUALISMO
Dado el antagonismo que existe entre el racionalismo y el empirismo surge una posición
16 mediadora llamada intelectualismo. El intelectualismo propone que tanto la razón como la
experiencia tienen parte en la producción de conocimiento. Esta corriente toma del
racionalismo la teoría de que existen juicios lógicos necesarios y universalmente válidos tanto
acerca de objetos ideales (compartido por empiristas como en el caso de las matemáticas)
como también sobre los objetos reales, pero que los mismos derivan de la experiencia y no de
la razón.
El intelectualismo (intus legere =leer en el interior) plantea que la conciencia cognoscente lee
la experiencia y saca sus conceptos. Para esta corriente el intelecto no está vacío como plantea
el empirismo, sino que contiene conceptos que están genéticamente relacionados con la
experiencia, por ello su teoría fundamental es que la experiencia y el pensamiento son la base
del conocimiento humano.
17 El fundador de esta corriente es Aristóteles quien realiza la síntesis de las dos teorías
opuestas, las cuales recibe por un lado de su mentor Platón (racionalista) y por otra parte del
naturalismo que practicaba (empirismo). Aristóteles funde ambas teorías planteando que las
ideas están dentro del mundo de las cosas y que mediante la experiencia se las extrae,
utilizando para ello, el entendimiento real. Este ilumina la esencia de las cosas y su imagen es
percibida por el entendimiento posible, generándose el conocimiento.
Santo Tomás de Aquino desarrollaría este proceso más adelante, planteando que se percibe la
imagen, el intelecto real extrae la esencia general, el intelecto posible realiza juicios sobre la
misma y mediante operaciones de pensamiento se llega a conceptos supremos, observándose
así la relación que tienen estos con la experiencia inicial.
APRIORISMO
Al igual que el racionalismo, el apriorismo propone que existen conocimientos que existen
independientemente de la experiencia pero a diferencia del racionalismo señala que no son
contenidos propiamente dichos sino formas de conocer las cuales reciben contenidos de la
experiencia, como si fueran recipientes vacíos que son rellenados.
19 El intelectualismo planteaba que se llegaba a los conceptos a raíz de la experiencia que los
originaba, mientras que el apriorismo propone que la razón imprime formas a la materia
empírica formando los objetos de conocimiento. El pensamiento no es pasivo frente a la
experiencia sino que es activo.
El fundador de esta corriente es Kant quien se constituye en un mediador entre el racionalismo
y el empirismo, enunciando que la materia del conocimiento proviene de la experiencia y la
forma de conocer, de la razón.
POSICIÓN PROPIA
Las posiciones del racionalismo y empirismo como respuestas al origen del conocimiento
humano han resultado ser falsas. En el caso del empirismo, la psicología del pensamiento ha
demostrado que su teoría de que todo conocimiento procede de la experiencia es falsa por
existir contenidos de la conciencia tanto provenientes de los sentidos como otros no intuitivos,
y mostrando además que ya en las percepciones más simples existen pensamientos que
forman parte de las mismas.
Por esto las posiciones extremas del racionalismo presentando como origen de todo al
pensamiento, como la del empirismo centrándose en la experiencia, han sido refutadas por los
descubrimientos de la psicología que ha demostrado la confluencia de los factores racionales y
empíricos.
Desde el punto de vista lógico, ambas teorías proponen que no solo hay juicios de rigurosa
necesidad lógica y validez universal acerca de los objetos ideales sino también de los objetos
reales, lo cual concuerda con la teoría del racionalismo, pero la fundamentación en cada caso
es distinta.
Para sustentar la validez de sus juicios sobre objetos reales, el racionalismo debe admitir una
relación amónica entre las ideas innatas y la realidad. En el intelectualismo esto es más natural
ya que propone una relación genética entre la realidad empírica y la conciencia cognoscente la
cual se basa en la primera para obtener los conceptos. En relación a esto el intelectualismo
también tiene su propia teoría de que en la realidad existen núcleos esenciales y racionales los
cuales se extraen y se insertan en la conciencia.
En estos aspectos vemos como el apriorismo se destaca por brindar una mejor solución
evitando la suposición metafísica mencionada y además se distingue por señalar
acertadamente que el conocimiento de las ciencias reales presenta factores a priori. Estos
factores a priori no son como los que podríamos encontrar en la lógica o la matemática, sino
que son supuestos generales que permiten el conocimiento de la realidad empírica, como por
ejemplo el de la causalidad, el cual permite alcanzar conocimiento en las ciencias reales. La
necesidad de estos supuestos generales nos permite establecer leyes generales en la ciencia
de la naturaleza.
Si para conocer cual de los dos es determinante omitimos el aspecto ontológico, se dice que
estamos frente a una posición premetafísica de la cuestión donde surgen dos posiciones, una a
favor del objeto (objetivismo) y otra a favor del sujeto (subjetivismo).
Si se toma en cuenta el aspecto ontológico del objeto, se obtienen dos posibles caminos, uno
en el cual se admite que los objetos poseen un ser ideal (idealismo), y el otro, en el que se
afirma que además del ser ideal existe el objeto real, independientemente del pensamiento.
Una tercera posición para el problema sujeto-objeto parte desde lo absoluto para determinar
la relación pensamiento - ser, esta es la solución teológica que puede ser tanto monista y
panteísta, como dualista y teísta
SOLUCIONES PREMETAFISICAS
OBJETIVISMO
Para esta corriente el objeto prima sobre el sujeto en la relación cognoscitiva. Los objetos
poseen estructuras definidas que se le imponen a la conciencia cognoscente y esta
solamente las reproduce.
El primero en definir de esta forma el objetivismo fue Platón, quien en su teoría de las ideas
propone los fundamentos del objetivismo. Para el las ideas son realidades objetivas que
forman un reino objetivo.
Para Platón existe una correspondencia entre los campos de estudio de la metafísica y la
epistemología, basada en la división del mundo en lo sensible y lo inteligible. Al mundo de lo
sensible corresponde el criterio de la “doxa” relacionado a lo engañoso, y al mundo de las
ideas corresponde la episteme.
Platón plantea una contraposición entre el mundo sensible, donde los objetos se descubren a
través de la percepción, y el mundo supransensible donde la intuición de las ideas es el
método para descubrir.
Una coincidencia entre ambos pensadores es que las ideas para Platón forman un mundo
propio, así como Husserl propone que las esencias forman un reino independiente. Para el
acceso a este mundo no intervienen los sentidos, sino la intuición de las ideas para Platón o la
intuición de las esencias para Husserl (también llamada “ideación”).
A pesar de existir coincidencias entre los principios básicos de las teorías de Platón y Husserl,
se diferencian en la mecánica que proponen. Para Husserl el reino de las esencias ideales es lo
último, sin embargo Platón profundiza llegando a definir a las ideas como entidades
metafísicas
22 La transición del objetivismo al subjetivismo tiene como uno de sus orígenes cuando San
Agustín, quien consideraba que la percepción del mundo exterior podía llevar al error y por
ello el camino a la certeza era la interioridad en la que se encontraría a Dios, define a las ideas
esenciales como pensamientos de Dios por lo cual la verdad ya no depende de realidades
suprasensibles sino de la conciencia de un sujeto.
Este ser lógico es definido como una “conciencia en general” que contiene las leyes y
conceptos supremos de nuestro conocimiento mediante los cuales la conciencia define los
objetos. Por esto decimos que para el subjetivismo no hay objetos independientes de la
conciencia, sino que todos son producidos por ella. Como en San Agustín un objeto
correspondía al producto del conocimiento generados mediante las normas y conceptos
supremos, en la Escuela de Marburgo el concepto y el ser real coinciden ya que este último es
mental, no es independiente del pensamiento.
Comparando la posición antigua con la moderna vemos que en el primero existe una síntesis
entre subjetivismo y realismo al aceptar el objeto como una realidad, mientras que los
neokantianos se asemejan al idealismo por rechazar esta realidad, por eso decimos que el
subjetivismo es una solución premetafísica ya que se debate entre lo real y lo ideal,
involucrando a sujeto y objeto.
REALISMO
La forma más primitiva es el realismo ingenuo: Todavía no existen reflexiones críticas sobre el
conocimiento y el problema de sujeto y objeto todavía no existen. No distingue entre el objeto
propiamente dicho y las percepciones del mismo, sino que propone que las cosas son
exactamente como las percibimos (ej: los colores que percibimos son cualidades objetivas). Las
propiedades que percibimos (olor, sabor, dureza, etc) le pertenecen a las cosas
independientemente de la conciencia cognoscente.
La segunda forma es el realismo natural: en el si existen reflexiones críticas sobre el
conocimiento, diferenciando el contenido de la percepción del objeto, pero planteando que
los objetos responden a los contenidos de la percepción. El color, sabor, dureza, etc son
propiedades objetivas de las cosas.
La tercera forma es el realismo crítico: este se basa en suposiciones críticas del conocimiento.
Para el realismo crítico no todas las percepciones se corresponden con el objeto sino que estas
percepciones se encuentran en nuestra conciencia y determinados estímulos externos actúan
sobre nuestros órganos de los sentidos, por esto son subjetivos.
Aristóteles como representante del realismo natural, al contrario que Demócrito, propone que
las propiedades percibidas corresponden al objeto, independientemente de la conciencia
cognoscente. Esta teoría predominó hasta la edad moderna.
Galileo por su parte retomo la corriente que proponía que la materia solo posee propiedades
espacio-temporales y cuantitativas siendo todo lo demás subjetividades. Jhon Locke, empirista,
difundió el realismo crítico, planteando una división de las cualidades sensibles en primarias
(para las que se utilizan varios sentidos: tamaño, forma, movimiento, etc) que son objetivas y
secundarias (las que se perciben mediante un solo sentido: colores, sonidos, sabores, etc) que
son de carácter subjetivo.
Física: El realismo toma su concepción acerca de las cualidades secundarias de ciencias como la
física, la cual no da lugar a lo cualitativo en su mundo, planteando que estas cualidades
secundarias son causadas por procesos objetivos.
Fisiología: Le brinda más fundamentos al realismo crítico al mostrar que los complejos
procesos sensitivos y nerviosos que ocurren en el cuerpo y que trasmiten a la corteza cerebral
estas señales, poco tienen que ver con el estímulo original que los causó.
Defensa del realismo crítico de su tesis fundamental que propone que hay objetos que
existen más allá de nuestra conciencia, o sea que son independientes de esta.
Resumiendo las diversas formas de realismo existentes podemos decir que todas se apoyan en
la misma tesis: hay objetos reales independientes de la conciencia, en lo cual rivalizará con su
antítesis, el idealismo.
IDEALISMO
Idealismo subjetivo o psicológico: Los objetos no son más que contenidos de la conciencia y
tan pronto como dejan de ser percibidos, dejan de existir. Nuestra conciencia es lo único real y
los objetos no existen más allá de la misma.
El principal representante de esta posición es Berkeley para quien el ser de las cosas consiste
en su ser percibido, o sea que un objeto no es más que un conjunto de sensaciones y no hay
nada más allá de lo percibido. La teoría de Berkeley tenía un fundamento metafísico y
teológico argumentando que Dios era la causa de la aparición de las percepciones. Este
fundamento teológico desaparece más adelante con posiciones como el empiriocentrismo
para el que no existen más que las sensaciones, y la filosofía de la inmanencia para la cual todo
está contenido en la conciencia.
Entre los continuadores del idealismo lógico podemos encontrar al neokantismo, siendo Cohen
uno de sus impulsores que propone que “el ser no descansa en si mismo sino que el
pensamiento lo hace surgir”. Pero recién Hegel llega a definir al principio de esta corriente,
donde la realidad es vista como una idea lógica
26 A pesar de las diferencias que marcan estos 2 tipos de idealismos, poseen una concepción
fundamental en común de que el objeto de conocimiento no es real sino ideal. El “argumento
de la inmanencia” es aquel fundamento en el que se basan esta concepciones, y dice que
cuando pensamos en un objeto lo convertimos en un contenido de la conciencia y sería
contradictorio decir que simultáneamente el objeto existe fuera de la conciencia. Por eso se
dice que no existen objetos reales fuera de la conciencia sino que la realidad se encuentra
encerrada en la conciencia.
El fenomenalismo plantea que los objetos existen pero no las conocemos como son sino como
nos aparecen, es decir, no llegamos a conocer su esencia.
29 Coincide con el realismo en que los objetos son reales, pero coincide con el idealismo en
que el conocimiento está limitado a la conciencia.
En comparación con el realismo crítico podemos decir que este también plantea que las cosas
no son como las percibimos, según esta corriente las cualidades secundarias no son propias de
los objetos sino que surgen de la conciencia. El fenomenalismo profundiza esto, negando
también las cualidades primarias (forma, extensión, etc) ya que estas también pertenecen a la
conciencia. Para Kant el espacio y tiempo son parte de nuestra intuición, elementos
sensoriales. Las propiedades conceptuales y no solamente las intuitivas proceden de la
conciencia.
El mundo que conocemos es formado por nuestra conciencia, no podemos conocer como es
prescindiendo de nuestra conciencia y sus formas a priori. Cuando intentamos conocer las
introducimos en las estructuras de la conciencia y ya no tenemos el objeto en si, sino como nos
aparece, o sea el fenómeno
Mediante la vía irracional es posible un análisis más profundo para el cual no podemos valer
del idealismo volitivo, el cual se diferencia del idealismo que propone un ser puramente
intelectual, mostrando al hombre como un ser de voluntad y acción y como tal al presentarse
una resistencia a su deseo, experimenta la realidad. Por este motivo es que determinamos que
la convicción del mundo exterior no se basa en un razonamiento lógico, sino en la
experimentación mediante la voluntad.
En esto vemos el fracaso de la teoría idealista, el cual también se demuestra a partir del
problema de la existencia del yo que plantea, problema que es refutado debido a la
autointuición inmediata que nos da la certeza de la existencia. Esto fue analizado por múltiples
autores como San Agustín, Descartes, Maine de Biram y otros , todos los cuales coincidían en
su pensamiento en la certeza inmediata de la existencia de nuestro propio yo.
En referencia a esto existen dos posiciones opuestas muy marcadas, una es la de Aristóteles
que propone que los objetos tienen una esencia y que la misma es reproducida por la
conciencia cognoscente, y la otra posición es la de Kant que plantea que no existen los objetos
del conocimiento sino que estos son producidos en nuestra conciencia. Para Aristóteles refleja
el orden de las cosas y el conocimiento es una función receptiva y pasiva, mientras que para
Kant la conciencia crea el orden ve al conocimiento como una función activa y productiva.
Algunas críticas se pueden realizar de la teoría aristotélica radican en que esta posición tenía
origen en la estructura del pensamiento griego de su época que influida por el sentido estético
de los mismos que concebía al conocimiento como una representación de lo recibido. Otra
observación radica en la doble existencia de los objetos para esta corriente, tanto fuera como
dentro de la conciencia, lo cual hace más difícil el entendimiento del conocimiento.
La tercera crítica que podemos realizar al modelo aristotélico apunta a que este se basa en la
hipótesis metafísica no demostrada de que la realidad posee una estructura racional, siendo
este un punto débil de la teoría frente a otras. Kant critíca al realismo el hecho de que se base
en una opinión preconcebida sobre la estructura metafísica de la realidad, hipótesis de la que
Kant se abstiene.
Por otra parte a la teoría de Kant también le caben críticas como puede ser el hecho de
considerar a la conciencia como un mecanismo para poner orden al caos de las sensaciones,
siendo así imposible la aplicación a este caos, de las categorías ideadas por Kant. Se debe
reconocer que existe en lo percibido cierto fundamento que nos lleva a a usar determinadas
categorías, por lo tanto no carece de toda determinación como propiedad objetiva del objeto,
independiente de las formas mentales.
A modo de conclusión, vemos que en ambas posiciones antagónicas existen hay reflexiones
muy profundas pero igualmente es difícil llegar a una posición sencilla que contemple todos los
aspectos, decimos entonces que la antítesis del sujeto y objeto se encuentra en el límite del
conocimiento humano y no llegamos a brindar una solución definitiva a este problema.
SOLUCIONES TEOLÓGICAS
LA SOLUCIÓN MONISTA Y PANTEÍSTA
Otra alternativa para brindar una solución al problema sujeto-objeto es remitirse a lo absoluto
como punto de partida para una explicación. Si se concibe lo absoluto como inmanente será
una solución monista y panteísta, y si se lo concibe como trascendente al mundo será dualista
y teísta.
Mientras el idealismo niega a uno de los dos miembros de la relación del conocimiento (sujeto)
y el realismo plantea que ambos conviven, para el monismo los dos conforman una unidad. El
sujeto y el objeto son dos aspectos de una sola unidad.
Otro de los representantes de esta corriente es Schelling quien propone que la unidad es la
naturaleza y espíritu, donde se funden objeto y sujeto dependiendo del punto de vista del
observador.
Al plantear estas teorías que objeto y sujeto son idénticos ya no existe problema entre ambos,
pero estas soluciones son metafísicas renunciando a obtener una solución científica del
problema del conocimiento.
SOLUCIÓN DUALISTA Y TEÍSTA
Esta solución plantea la teoría de que a pesar de que en un principio si existe una dualidad
marcada entre objeto y sujeto, pero en el final ambos van a parar a un principio común el cual
plantea que es Dios, quien ha coordinado que concuerden pensamiento y ser. Por lo tanto Dios
es el origen común dl pensamiento y el ser.
Sus principales representantes son Santo Tomás de Aquino y San Agustín, y tiene
continuadores como Leibniz quien plantea que el universo está formado por diversas cosas
entre las cuales existe una armonía dada por Dios, quien también hace concordar pensamiento
y ser.
EMPIRISMO Y ESCEPTICISMO:
Podría pensarse que las afirmaciones del empirismo podrían llevar a conclusiones similares a
las del escepticismo. La filosofía de Hume termina por disolver todo conocimiento y toda
realidad en meras impresiones. Sin embargo, vemos en Hume que esto no conduce
necesariamente a un escepticismo absoluto (como el sostenido por Pirrón). La refutación del
escepticismo extremo la ofrece el natural deseo de vivir. Si bien podemos ser teóricamente
escépticos, no podemos ser escépticos en nuestra vida práctica. Para vivir necesitamos creer.
El escepticismo absoluto nos llevaría a eliminar toda acción y todo pensamiento. Pero eso es
imposible: el instinto, la naturaleza, no pueden ser escépticos. Los pensamientos, por más
escépticos que sean, son vencidos siempre por la vida. Y la vida diaria nos exige creer en esas
verdades.
El pirronismo es destruído una y otra vez por la acción y las ocupaciones de la vida diaria.
Necesitamos creer en la verdad de la causalidad, en el hecho de que unos fenómenos son
efectos de otros( que son sus causas).
Así es la condición humana: necesita creer en verdades que garantizan la posibilidad misma de
la existencia, pero al indagar estas verdades cae necesariamente en la duda. Hume sostiene un
escepticismo moderado, que despierte el sentido crítico y se oponga al fanatismo. Pero se
opone a todo escepticismo que sólo tenga como fin dejarnos sumergidos en la duda y en la
inacción.