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Flores Mendoza Adriana, Gaistardo Callejas Juan Daniel, Sánchez Cortés Yoali Ameyatl,
cuyo objetivo es mantener de manera efectiva una conducta dirigida (Manes, 2015).
Pese a que abarcan un gran número de procesos cognitivos tales como la anticipación,
definiéndolas como “las capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta
eficaz, creativa y aceptada socialmente” (Tirapu et al., 2012). Además, menciona cuatro
componentes esenciales:
futuro.
alcanzar un objetivo.
planificadas.
No obstante, los antecedentes al término de funciones ejecutivas datan desde los trabajos
tercera a los lóbulos frontales, señalando que sería esta la responsable de la programación,
Hughlings, un siglo antes que Luria, indicó que existen funciones superiores que rigen a las
persona inteligente como aquella que “posee la capacidad de controlar sus impulsos con el fin
el mismo constructo (García et al., 2010). No obstante, García et al. proponen que la
coincidencia entre inteligencia y funciones ejecutivas es parcial. Si bien, la inteligencia,
actualización, las pruebas de inteligencia no son sensibles a los otros aspectos de las
funciones ejecutivas. Es por esto que Wood y Loisi separaron al factor g de inteligencia y al
Además, García et al. (2010) consideran que, aunque las funciones ejecutivas
motivación para comportarse de manera conducente a este y el conocimiento del entorno que
Las funciones ejecutivas son las operaciones cognitivas que más tardan en
de dos tipos de procesos madurativos dan forma al sistema nervioso central: progresivos y
optimizar las conexiones sinápticas y el gasto metabólico del cerebro. No obstante, los
mismo tiempo sobre su definición. Se han hecho varias propuestas o modelos, los cuales
De acuerdo con Chan (2008, en Marino, 2010), existen seis modelos básicos para
6. Modelo de Duncan
A pesar de que este autor considera los modelos anteriores como los básicos en la
literatura, se han propuesto otros, por lo que a continuación se explicarán los modelos
encontrados.
En este modelo, las funciones ejecutivas están inmersas en un sistema complejo que
tono y vigilia, 2) recibe información del medio externo y la procesa a nivel sensorial y
identificó que el lóbulo frontal tiene la capacidad de organizar datos, definir estrategias para
seleccionar operaciones y comprobar el éxito de las respuestas emitidas. Con esto, se retoma
Modelo de Lezak
A pesar de que Luria planteó la participación del Lóbulo Frontal en las Funciones
Ejecutivas, fue Lezak a quien se le atribuye este término, ya que planteó un modelo en el que
responsable, además de ser influenciada por la teoría funcionalista de William James (Figura
1).
Este modelo, también está influenciado por las ideas funcionalistas de W. James. De
acuerdo con Tirapu y Luna (2008), en este modelo, el córtex prefrontal realizaría un control
supramodal en las funciones mentales básicas, las cuales estarían llevándose a cabo por
estructuras basales y retrorrolándicas. El control del córtex frontal, sería por medio de las
funciones ejecutivas, las cuales estarían distribuidas de manera jerárquica pero con una
relación interactiva, para estos autores las funciones que estaría desempeñando esta estructura
cerebral sería del control de la activación de las acciones por medio de la anticipación, la
una respuesta e inhibir otras, y no se estaría hablando de funciones de ejecución. (Fig. 2).
representan las experiencias subjetivas actuales con las anteriores, en donde se vigilaría la
resolver problemas y guiar la toma de decisiones. En el segundo nivel estarían las funciones
capacidad para iniciar y mantener una actividad mental, además de una conducta motora, lo
que en otros aspectos involucraría la motivación por realizar una conducta; asimismo, este
Más tarde, Stuss replantea el modelo descrito anteriormente, en el que cada uno de los
componentes tendría subsistemas, así como mecanismo de control compuesto por: entrada de
automáticas y rápidas, además de formar parte de nuestra vida cotidiana. En este sistema no
ejecutivo o con la función de supervisión de los lóbulos frontales. En este sistema estaría
más con situaciones novedosas, por lo que las áreas de asociación multimodal
patrones que son propios de esa persona. La información de entrada la recibe del sistema
Este modelo se conoce como Sistema Atencional Supervisor, el cual se activa durante
de objetivos, planificación y monitorización. Para que exista una regulación de este sistema,
se postula la existencia de dos mecanismos adaptativos: el programador de contienda y el
De acuerdo con Ramos y Pérez (2015), en este modelo se consideran tres niveles de
control de comportamiento:
En el nivel uno y dos, actúan los procesos cognitivos básicos como: percepción,
importancia de una acción y que ajustaría el comportamiento rutinaria para dar una respuesta.
supervisor.
Figura 4. Sistema Atencional Supervisor de Norman y Shallice (Tirapu, et al., 2008).
Modelo de Goldman-Rakic
(SEC), a través de éste se llevan tareas cognitivas en las que interviene la memoria de trabajo
trabajo, pues es un sostén de la información mientras se realiza una tarea. Sugiere que hay
importantísimo en las funciones de memoria de trabajo y tendría que ser entendida como una
red de integración de áreas, en las que cada área se concentraría en un dominio específico
interconectado con diferentes áreas corticales. Como las siguientes: áreas prefrontales
relacionadas con la memoria de trabajo espacial estarían conectadas con porciones del
Damasio propone este modelo por las observaciones clínicas que surgieron en
pacientes neurológicos afectados de daño frontal focal, por lo que trata de explicar a través de
toma de decisiones.
adecuada, pero la habilidad para expresar emociones estaba comprometida, por lo que dedujo
que el procesamiento de la información no era el problema, sino que había otros factores que
afectan la parte de razonamiento y toma de decisiones, las cuales están relacionadas con las
funciones ejecutivas. Desde este modelo se plantea que algunas lesiones que afectan la
corteza prefrontal están asociadas con alteraciones en el razonamiento-toma de decisiones y
Tirapu y Luna (2008) mencionan que para este autor, la inteligencia general proviene
conducta, lo que generaría que el ser humano se adapte a diversas situaciones. Con las
diversas tareas.
Tirapu y Luna (2008) describen este modelo en el que el primer componente está
emitirán pueden ser simples o complejas, pero siempre serán conductas sobreaprendidas,
automáticas y rápidas, por lo que este primer componente puede ser sin la participación de la
conciencia y sería parte de la vida cotidiana. Por otro lado, mencionan que este proceso se da
a través de la agenda visoespacial y el bucle fonológico, implicados en la memoria de trabajo
propuesta por Baddeley. En este proceso estaría participando el bulbo raquídeo, lo que
atencional supervisor, por lo que los autores de este modelo mencionan que depende
prácticamente del realce de las pautas de una actividad neural que soporta una determinada
imagen mientras se reduce una pauta neural del resto, además de que participaría la memoria
forzar la atención hacia una posible solución o respuesta, lo que también permitiría extender
la memoria de trabajo y la atención hacia un siguiente proceso. Finalmente, una vez que se ha
motoras llevadas a cabo por un sistema efector y que darán la respuesta deseada (Fig. 6).
Figura 6. Modelo Integrador (Tirapu y Luna, 2008).
organización estratégica.
procesamiento.
suposición teórica de que las funciones son separables en cierto grado y términos clínicos,
pero cada aspecto está relacionado en un sistema general ejecutivo, por lo que afirma que el
b) Iniciativa, que sería la capacidad para comenzar una actividad sin ser motivado
para realizarla.
solución de problemas, planear metas y ejecutar en secuencias las acciones para lograr
la meta.
entorno.
procesamiento cognitivo.
manera adecuada.
Arán y López (2013), retoman dos modelos para explicar las funciones ejecutivas en
una población infantil. Dichos modelos fueron propuestos principalmente para explicar el
Este modelo plantea que las Funciones Ejecutivas maduran desde lo externo hacia lo interno,
ya que concibe a las funciones ejecutivas como formas de comportamiento autodirigido, las
al, 2013):
3. Control de interferencia.
4. Reconstitución.
Así, este autor menciona que los niños con TDAH, presentan un déficit en el
inhibitoria.
Modelo de Brown
En este modelo, Brown (2001, en Arán, et al, 2013) propone un modelo de funciones
ejecutivas para dar una explicación entre el déficit ejecutivo y el TDAH. En él se proponen
seis clusters de funciones cognitivas, en las que cada cluster tendría diversas funciones
cognitivas relacionadas:
procesamiento.
para guiar sus conductas. Este modelo en el TDAH, supone que la alteración cerebral en este
trastorno no afecta a las funciones, sino a las redes centrales de dirección que las activan o
Bausela, (2014) menciona que las funciones ejecutivas han sido vinculadas con las
regiones anteriores del cerebro, concretamente la corteza prefrontal. Estudios hechos por
Stuss (1992) en pacientes con lesiones con daño en la región prefrontal, así como estudios por
neuroimagen funcional hechos por Beker y colaboradores (1966) apoyan la premisa sobre las
funciones ejecutivas en las regiones frontales (citado en Bausela, 2014). Sin embargo, Delia
Sala, Gray, Spinnler y Trivelli, (1998) mencionan que la corteza prefrontal es necesaria pero
no suficiente para un funcionamiento intacto de las funciones ejecutivas (citado en Bausela,
2014).
han demostrado que las funciones ejecutivas requieren la participación conjunta de sistemas
dinámicos integrados por la corteza frontal, distintas regiones corticales posteriores y otras
atencional, el control inhibitorio, la toma de decisiones, entre otros como parte fundamental
de los procesos ejecutivos. Con lo anterior, Stelzer, Cervigni y Martino (2010) realizaron una
recopilación de diversos estudios con fRMI realizada durante la ejecución de diversas tareas
de funciones ejecutivas.
Memoria de trabajo
misma (Baddeley,1986) así como de control cognitivo (Hitch, 2002; Baddeley, 2003).
Respecto al aspecto anatómico funcional, estudios hechos por Wager y Smith (2003) y Owen,
de actividad del área de acuerdo al tipo de información que este implicada y el proceso
implicado. Conklin, Luciana, Hooper y Yarger (2007) mencionan que la corteza prefrontal
dorsolateral se encarga de la manipulación de la información, mientras que la corteza
Control inhibitorio
nivel motriz, afectivo o representacional. Garavan, Ross y Stein (1999) mencionan que el
derecho, por lo que las regiones involucradas serían las circunvoluciones frontal, media e
inferior, área frontal límbica, porción anterior de la ínsula y lóbulo parietal. Bunge,
lóbulos parietales izquierdos, lóbulo temporal derecho y la porción derecha del cerebelo
Atención
corresponden con las funciones atencionales de alerta, orientación y ejecución, los cuales han
son los siguientes: El sistema de alerta está involucrado con el estado de alerta tónico y
fásico. Esta se halla anatómicamente asociada a la actividad del tálamo de la corteza cerebral
frontal y parietal. Así mismo, ha sido vinculada con la actividad de norepinefrina. El sistema
sensoriales y se relaciona con el cambio rápido o lento del foco atencional. En lo anatómico,
del lóbulo parietal, los campos frontales de la visión y ciertas áreas subcorticales como el
colículo superior, núcleo pulvinar y reticular del tálamo y el sistema colinérgico asentado en
Toma de decisiones
Stelzer, Cervigni y Martino (2010) mencionan que es una habilidad para elegir entre
Bechara y colaboradores (2000) Cohen, Heller y Ranganath (2005) Windmann, Kirsch, Mier,
Stark, Walter, Gunturkun (2006) mencionan la actividad de las redes neuronales, fronto-
Cerebelo
Lagarde, Hantkie, Hajjioui y Yelnik, (2009) han demostrado la implicación activa del
Baillieux y colaboradores (2008) Heyder, Suchan y Daum (2004) mencionan que la principal
corteza prefrontal, esta consiste en un bucle cerrado donde participan el cerebelo, la corteza
del cerebelo están lo suficientemente relacionados con las regiones de la corteza prefrontal
como para pensar que la alteración de estas vías o de algunos de estos núcleos podría generar
● Cx parietal
anterior.
Ejecutivas
tanto neuroanatómicos como funcionales. Sin embargo, estas fueron nombradas dentro del
concepto ya mencionado por Muriel Lezak en 1982 (Balbi, 2016). Actualmente se tiene
de Sustancias y el TDAH. Tales funciones también son afectadas por un gran número de
patologías, cuadros, y síndromes más allá del campo de la salud mental y del enfoque clínico
curso de la enfermedad. Esto ignora el papel crítico que desempeñan los problemas
este punto, no está claro si los mecanismos cognitivos son específicos de los trastornos, si
aberrante puede dar lugar a muchos resultados fenotípicos diferentes. Comprender esto
permitiría captar mejor la función cerebral normal y patológica; podría informar los
(Moore, Reise, Gur, Hakonarson y Gur, 2015, en White, et al, 2017), tanto en
manifestaciones clínicas como subclínicas de los trastornos. Sin embargo, aún quedan
preguntas sobre la especificidad de estos déficits (Snodgrass y Corwin, 1988, en White, et al,
dominios clínicos.
funciones ejecutivas (Jurado y Roselli, 2007; Banich, 2009, en White, et al, 2017), es
ampliamente aceptado que éstas son una construcción jerárquica que abarca los procesos
cambiar la atención y pensar con flexibilidad (es decir, flexibilidad atencional y conceptual),
componentes de las funciones ejecutivas tienen patrones únicos de asociación con el trastorno
en turno (White, et al, 2011; Gustavson y Miyake, 2015; Bunford, et al, 2015; Lockwood,
Marcotte y Stern, 2001; en White, et al, 2017). Para el TDAH, los déficits en ciertos
componentes son más grandes (es decir, inhibición de la respuesta) que otros (es decir, la
atención cambia) (Willcutt, et al, 2005; en White, et al, 2017). Esto sugiere que los
previos sugieren que se producen diferentes patrones de deterioro en los subtipos de ansiedad,
(Airaksinen, Larsson y Forsell, 2005; Mogg, et al, 2015; Polak, et al, 2012; Moser, et al,
2014; en White, et al, 2017). En particular, algunos trabajos han encontrado vínculos entre la
adultos. (Shanmugan, et al, 2016; White, et al, 2011, en White, et al, 2017)
ejecutivas; sin embargo, la especificidad de estas asociaciones no está clara.( White, et al,
2017)
demencia, ahora se reconoce cada vez más que el deterioro cognitivo es un factor clave del
en pacientes con esquizofrenia, para quienes la disfunción cognitiva es tan significativa como
psiquiátrica puede, sin embargo, limitar las evaluaciones cognitivas que se basan en los
Miller, 2007).
psicomotor pueden impedir la capacidad de los pacientes para sentarse con un médico y
concentrarse en la tarea que tienen entre manos. La psicosis activa puede impedir el
evaluación. Los pacientes con deterioro de la comunicación física y verbal pueden ser
desfavorecidos o tener una calificación incorrecta debido a la dificultad de cumplir con los
como la conversión o los trastornos facticios, pueden ser inadecuadas para las pruebas
validez de las pruebas cognitivas estándar (Miller y Cloninger, 1998, en Miller, 2007).
Alzheimer
cognitivos, conductuales en las actividades de la vida diaria. Las asociaciones entre funciones
varios estudios, siendo necesario para refinar nuestra comprensión sobre su relación. La
al., 2003; Spalletta et al., 2004; Bakker et al., 2005; Craig et al. , 2005; Lam et al., 2006, en
observan entre pacientes con lesiones en el lóbulo frontal y niños hiperactivos: impulsividad,
frontales pueden estar en la base del déficit atencional de los niños hiperactivos por falta de
sistema directivo en niños con TDAH. Barkley (1997, en Bausuela-Herreras, 2012) propone
una clasificación de las funciones ejecutivas que pueden agruparse en cuatro actividades
se trabaja en una tarea, aunque ya no exista el estímulo que dio origen a esa información, II.
procesos atencionales; y IV. Reconstitución, consta de dos procesos distintos, que son la
fragmentación de las conductas observadas y combinación de sus partes en nuevas acciones
no aprendidas de la experiencia
hay déficit en la inhibición motriz pero en el autismo no, mientras que en éste hay déficits en
2012)
Las anomalías de los sistemas frontales no son exclusivas de los niños con TDAH,
sino que también están presentes en los niños con dificultades de lectura y dificultades de
aprendizaje (Semrud, 2005, en Bausuela-Herreras, 2012). Así las personas con dificultades en
lectoras y en habilidades aritméticas. Los niños con dificultades en esta habilidad presentan
Esquizofrenia
Son numerosos los estudios que señalan semejanzas con los déficits que presentan los
pacientes con lesiones en el lóbulo frontal y los pacientes esquizofrénicos (Morris, et al,
principalmente del córtex cingular (Fuentes, et al, 2010, en Bausuela-Herreras, 2012). Otros
estudios neuroanatómicos han demostrado déficit cuando los pacientes ejecutan tareas con
clara implicación del lóbulo frontal (Goldberg y Seidman, 1991, Bausuela-Herreras, 2012).
un circuito que liga la corteza prefrontal con estructuras subcorticales y presencia de síntomas
Los estudios anteriores ofrecen datos relevantes para apoyar la tesis de que el
esquizofrenia, también se obtienen hallazgos de que los déficits en este mecanismo están
sistema atencional anterior relacionado con la corteza cingulada anterior y no con el sistema
atencional posterior (Ole, Sundet y Rishovd, 1999, en Bausuela-Herreras, 2012). Así pues, el
asociado también con daños en las áreas frontales y problemas en los mecanismos ejecutivos.
abstracción, con frecuencia asociadas a la esquizofrenia. Del mismo modo, los fallos
observados en los mecanismos inhibitorios relacionados con la red ejecutiva podrían explicar
éstas pueden surgir por una hiperactivación semántica debido a un pobre control atencional
Herreras, 2012).
Referencias
García, A., Tirapu, J., Luna, P., Ibañez, J., & Duque, P. (2010). ¿Son lo mismo
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García-Alberca, J., Lara, J., Berthier, M., Cruz, B., Barbancho, M., Green, C. &
Miller, K., Walterfang, M., Randhawa, S., Scholes, A., Mocellin, R. & Velakoulis, D.
Ramos, C., & Pérez, C. (2015). Relación entre el modelo híbrido de las funciones
Tirapu, J., García, A., Luna, P., Verdejo, A., & Ríos, M. (2012). 4. Corteza prefrontal,
White, L, Moore, T., Calkins, M., Wolf, D., Satterthwaite, T., Leibenluft, E., … Gur,