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EPIDEMIOLOGÍA

Acanthamoeba se encuentra idealmente entre 25°C a 35°C, por lo que se localizan tanto
en climas tropicales y subtropicales, durante todo el año, como en zonas geográficas
templadas, donde proliferan en los meses de verano.

Entre los factores predisponentes se cuentan los traumatismos corneales asociados con
vegetales, el contacto con insectos o cuerpos extraños transportados por el viento o la
exposición al agua o tierra contaminada. El factor de riesgo más importante es, por
mucho, el uso de lentes de contacto, al cual se asocian el 85% de los casos registrados.

En Perú, en 1979, Arce y Asato demuestran un caso de encefalitis por Acanthamoeba. En


1996, Narváez encontró 4 casos de encefalitis amebiana por Acanthamoeba. En el
Instituto de Medicina Tropical de la UNMSM, hasta 1996, se reportó 10 casos de
acanthamoebiasis aisladas de úlceras cutáneas. Posteriormente, en el año 2000, reportó
un caso de acanthamoebiasis cutánea y en el año 2002, 3 casos más de acanthamoebiasis,
2 con compromiso cutáneo y uno con compromiso ocular.

En el Instituto Nacional de Salud, desde 1995 a la actualidad, se encontraron 3 casos de


acanthamoebiasis con compromiso ocular. Entre los meses de abril y mayo de 1999 se
aislaron muestras de 15 pacientes positivas para Acanthamoeba en el Servicio de
Oftalmología del Hospital Cayetano Heredia.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de encefalitis granulomatosa
amebiana por Acanthamoeba se realiza por la
visualización de amebas en extensiones de LCR o
en cultivos ya sea monoxénico o celular. El mayor
porcentaje de aislamientos ocurre en estadios
relativamente precoces de la enfermedad cuando la
ameba está confinada a la piel (en casos de lesión Figura 1: Crecimiento y desplazamiento de
cutánea). Con el tiempo las amebas penetran en Acanthamoeba (flecha) en placa de agar no
nutritivo.
tejidos más profundos llegando a ingresar en el
torrente sanguíneo y diseminarse a través de las paredes de los vasos. En los casos de
infección ocular se hace un raspado ocular. Las amebas se visualizan en extensiones
directas, teñidas con Giemsa, PAS y/o calcoflúor. Se pueden detectar tanto trofozoítos
como quistes en los tejidos. El agar no nutritivo con Escherichia coli viva, es el medio de
cultivo de elección para aislar amebas. La muestra clínica debe colocarse sobre el agar y
este se incubará 28°- 30 °C durante 7 a 20 días, revisándolas cada 24 h. Es característica
la formación de ríeles en el medio de cultivo por donde avanzan los trofozoítos, la
clonación de estos microorganismos puede realizarse cogiéndose el quiste solitario en la
placa de agar después de haberse desplazado varios días antes.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
El tratamiento de las infecciones por amebas de vida libre es generalmente ineficaz. La
meningoencefalitis amebiana no responde al tratamiento con la mayoría de los fármacos
antimicrobianos. Las infecciones por Acanthamoeba pueden tratarse con pentamidina,
ketoconazol y flucitosina. La queratitis amebiana y las infecciones cutáneas pueden
responder al tratamiento tópico con miconazol, gluconato de clorhexidina o isetionato de
propamidina. El tratamiento de la queratitis amebiana puede requerir trasplante corneal
en varias ocasiones o, rara vez, enucleación del ojo. La amplia distribución de estos
microorganismos en aguas libres y estancadas hace que la prevención y el control de la
infección sean difíciles. Se ha sugerido que las fuentes conocidas de infección sean
declaradas como prohibidas para el baño, el submarinismo y los deportes acuáticos,
aunque esta regla es generalmente de difícil aplicación. Hay que reparar las piscinas con
grietas en las paredes que permitan la filtración de tierra para evitar que aparezca una
fuente de infección

1. Berrueta, T. U. Recursos en Parasitología-Departamento de Microbiología y


Parasitología-Universidad Nacional Autónoma de México. Disponible en:
http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/amibas-vida-
libre.html
2. Carlos Galarza y col. Amebas de vida libre en lesiones cutáneas. Reporte de 4
casos. Dermatología Peruana 2006; Vol 16(1):36-40. Disponible en:
http://ateneo.unmsm.edu.pe/ateneo/bitstream/123456789/2714/1/dermatologia_p
eruana04v16n1_2006.pdf
3. Cabello-Vílchez, A. Balamuthia mandrillaris en el Perú, lesiones cutáneas,
meningoencefalitis y métodos de cultivo. Revisión. Instituto de Medicina Tropical
«Alexander von Humboldt», Universidad Peruana Cayetano Heredia San Martín
de Porres, Lima, Perú. 2016 Disponible en;
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0123939215001010
4. Murray, P., Rosenthal, K., Pfaller M. Microbiología médica. 8ª ed. Barcelona:
Elsevier. 2017

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