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La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se
entrego a la tarea de moldearla.
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por
boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le
mimaba...
Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas
calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un
charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.
Había una vez un pobre leñador que regresaba a su casa después de una
jornada de duro trabajo. Al cruzar un puentecillo sobre el río, se le cayo el hacha
al agua.
Al instante ¡oh, maravilla! Una bella ninfa aparecía sobre las aguas y dijo al
leñador:
Por tercera vez la ninfa busco bajo el agua. Al reaparecer llevaba un hacha
de hierro.
Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos. Has preferido la pobreza a
la mentira y te mereces un premio.
LEYENDA DEL CENOTE ZACÍ
Los cenotes son pozos de agua dulce creados como consecuencia de la erosión del
a piedra caliza. Se encuentran en México.
El cenote Zaci estaba ubicado dentro de una ciudad con el mismo nombre. Allí
vivía una joven llamada Sac-Nicte, que era nieta de una bruja, que enamorada de
Hul-Kin, hijo del cacique del pueblo. Sin embargo, las familias de la bruja y del
cacique eran enemigas, por lo que los jóvenes se veían a escondidas. Cuando el
padre se enteró, envió a Hul-Kin a otro pueblo, a casarse con otra joven. Debido a
la tristeza de su nieta, la bruja hizo rituales para que Hul-Kin regresara, pero fue
en vano.
La noche anterior de la boda de Hul-Kin, Sac –Nicte se arrojó al cenote con una
piedra atada a su cabello. En el momento de la muerte de la joven, Hul-Kin sintió
un dolor en el pecho que lo obligó a volver a Zaci. Al enterarse de lo sucedido, se
Hul-Kin se arrojó también al cenote y se ahogó. Finalmente los sortilegios de la
bruja habían obtenido una respuesta, y Hul-Kin había regresado para permanecer
siempre con Sac-Nicte.
Leyenda de la luz mala
El origen de esta leyenda se encuentra en una fosforescencia que se ve en cerros y
quebradas del noroeste argentino, durante los meses secos.
La leyenda sostiene que este es el farol de Mandinga (el Diablo con forma humana)
y que su aparición indica sitios donde se esconden tesoros. La luz sería también el
espíritu del difunto dueño de los tesoros, intentando alejar a los curiosos.
El día de San Bartolomé, que es el 24 de agosto, es cuando se ven mejor estas
luces.
Leyenda de la princesa y el pastor
Esta leyenda es la base de las leyenda de Qi xi y Tanabata.
La princesa Orihime (también llamada la princesa tejedora), tejía vestidos para su
padre (tejía las nubes del cielo) a orillas del río. Su padre era el rey celestial.
Orihime se enamoró de un pastor llamado Hikoboshi. En un principio la relación
se desarrolló sin dificultades, pero luego ambos comenzaron a descuidar sus tareas
por estar tan compenetrados en su amor.
Al ver que esta situación no se solucionaba, el rey celestial los castigó separándolos
y convirtiéndolos en estrellas. Sin embargo, los enamorados pueden volver a verse
una noche en el año, el séptimo día del séptimo mes.
PARABOLA
PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES
Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomaron sus
lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas, y cinco
prudentes. Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no tomaron consigo
aceite; pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus
lámparas. Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas. A
la media noche se oyó gritar: “¡He aquí el novio! ¡Salid a recibirle!” Entonces,
todas aquellas vírgenes se levantaron y alistaron sus lámparas. Y las insensatas
dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se
apagan.” Pero las prudentes respondieron diciendo: “No, no sea que nos falte a
nosotras y a vosotras; id, más bien, a los vendedores y comprad para vosotras
mismas.” Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y las preparadas
entraron con él a la boda, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras
vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él respondiendo dijo: “De
cierto os digo que no os conozco.” Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la
hora.
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los publicanos y los pecadores para
oírle. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Éste acoge a los
pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos
hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que
me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor
lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo
como un libertino. «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en
aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los
ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y
deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie
se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre
tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me
levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no
merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros." Y,
levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y,
conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo:
"Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle,
ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo
cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío
estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Y
comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se
acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado
el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar.
Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te
sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito
para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha
devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!" Pero
él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía
celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha
vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."
Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se reunió ante él una multitud muy
grande; de manera que él entró en una barca mar adentro y se sentó allí, y toda la
multitud estaba en la playa, frente al mar. Y les enseñaba muchas cosas en
parábolas. Les decía en su enseñanza: “¡Oíd! He aquí un sembrador salió a
sembrar. Y mientras sembraba, aconteció que parte de la semilla cayó junto al
camino; y vinieron las aves y la devoraron. Otra parte cayó en pedregales, donde
no había mucha tierra, y en seguida brotó; porque la tierra no era profunda. Y
cuando salió el sol se quemó, y porque no tenía raíces se secó. Otra parte cayó
entre los espinos. Y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Y otras
semillas cayeron en buena tierra y creciendo y aumentando dieron fruto. Y
llevaban fruto a treinta, sesenta y ciento por uno.” Y decía: “El que tiene oído
para oír, oiga.” Cuando estuvo solo, los que estaban alrededor de él junto con los
doce le preguntaban en cuanto a las parábolas. Y él les decía: “A vosotros se os
ha dado el misterio del reino de Dios; pero para los que están fuera, todas las
cosas están en parábolas, para que viendo vean y no perciban, y oyendo oigan y
no entiendan; de modo que no se conviertan y les sea perdonado.” Luego les dijo:
“¿No comprendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
El sembrador siembra la palabra. Primero están estos que caen junto al camino
donde se siembra la palabra. Y cuando la oyen, en seguida viene Satanás y quita
la palabra que había sido sembrada en ellos. También los que son sembrados en
pedregales son aquellos que, cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con
gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de poca duración. Entonces, cuando
viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, en seguida
tropiezan. Y otros son los que son sembrados entre espinos. Ellos son los que
oyen la palabra, pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las
riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda
sin fruto. Y aquellos que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la
palabra, la reciben y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno.”
Este ser tenía el cuerpo de una serpiente con cuernos verdes, sus dominios son
los campos abiertos. Puede subir a los árboles con gran facilidad y se descuelga
de ellos para cazar a las aves con las que se alimenta y a quienes domina con el
hipnótico poder de sus antenas. Es por ello que también se dice que es el señor
del aire.
Moñái era aficionado al robo y ocultaba todos los productos de sus fechorías en
una cueva. Los continuos robos y saqueo de las aldeas provocaban gran discordia
entre la gente que se acusaba mutuamente por los robos y las misteriosas
"desapariciones" de sus pertenencias.2
Reunidos en una asamblea deciden que poner fin a las fechorías de Moñái y sus
hermanos. La hermosa doncella Porasy se ofrece a llevar a cabo dicha misión.
Para ello convence a Moñái de que se ha enamorado de él y que antes de celebrar
sus nupcias quiere conocer a sus hermanos.
Moñái la deja al cuidado de Teyú Yaguá y parte a buscar al resto de sus
hermanos: Mbói Tu'i, Jasy Jateré, Kurupí, Luisón y Ao Ao. Cuando por fin los
trae consigo, comienzan los rituales de la boda. La caña circula entre los
hermanos a raudales. Pronto éstos quedan completamente ebrios. En ese
momento Porasy trato de salir de la cueva que estaba tapada con una enorme
piedra.
Moñái advierte el movimiento y saliendo de la penumbra envuelve con su cuerpo
de serpiente el cuerpo de la doncella tirándola nuevamente al fondo de la
caverna. Porasy alcanza a dar la voz de alarma a su gente que la estaba esperando
afuera y sabiéndose perdida les ordena que quemen la cueva, aún con ella
adentro. Luego encendieron el fuego y los horribles monstruos se empezaron a
quemar y todos los que quedaron adentro murieron incluyendo Porasy.
POMBERO
puede llegar a ser tanto amigo como enemigo del hombre, según la conducta de
éste. Según se cuenta, el hombre que quiera tener de aliado a este duende puede
dejar ofrendas por la noche como tabaco, miel o caña (aguardiente, en otros
lados). Generalmente, la gente del campo le pide favores tales como hacer crecer
los cultivos en abundancia, cuidar de los animales de corral, etc. Pero después de
pedirle un favor no deben olvidarse jamás de hacer la misma ofrenda todas las
noches durante 30 días, porque si lo olvidan, despertarán su furia haciendo
innumerables maldades en aquel hogar.
Muchos testigos del campo afirman, todavía en la actualidad, que lo han visto.
Puede molestar a sus enemigos tirándoles piedras o haciéndose invisible para
luego mover las ramas de los árboles o imitar voces de animales salvajes o
aparecerse como un asno sin cabeza y cosas por el estilo. Abre puertas y ventanas
con violencia. Anuncia su presencia por un silbido agudo en medio de la callada
noche. Busca asustar a la gente piando como ciertas aves cuando cae el sol, es
otra forma de saber que el pombero está muy cerca. Se dice que le gusta rondar a
mujeres embarazadas porque piensa que es el padre, o también a madres con
bebés pequeños que no han sido bautizados y se les anuncia por las formas ya
mencionadas.
Las madres dicen a sus hijos pequeños que no deben de salir fuera a la hora de la
siesta porque pueden encontrarse con el Karaí Pyhare y éste se los puede llevar.
Jasy Jateré
Se dice que Jasy Jateré rapta niños, los alimenta con frutas, miel y gusanos, luego
los deja libre, pero éstos regresan a sus casas ya tontos. Por esto, las madres
paraguayas advierten y prohíben a sus hijos salir a jugar en horas de la siesta, ya
que corren peligros de ser llevados por Jasy Jateré.
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