Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
MONOGRÁFICO
EN LA ESCUELA
plenitud, porque actúa como liberador de las tra- tar la micropolítica a escala comunitaria en el pla-
bas de los sujetos y garantiza la expresión de sus li- no de la organización, en sus relaciones con el en-
bertades creadoras en el «humus» tolerante y esti- torno y en las prácticas cotidianas dentro de las
mulante que debe ser la democracia. Sólo en ésta aulas.
se dan las condiciones de autodeterminación de La democracia tiene también una dimensión
los sujetos. En sentido inverso, de la educación educativa, de origen ateniense y republicano, en
dependen la construcción de la racionalidad del tanto cabe entenderla como participación en los
pensamiento, así como el asentamiento de los sen- más variados ámbitos de la vida social, porque de
timientos y de los comportamientos en los sujetos, esa forma los ciudadanos se ejercitan como tales,
para que se instale la cultura que hace posible la de- se implican, son activos, se responsabilizan y pue-
mocracia y la convierta en formas de vida en cons- den rescatar para la vida civil la gestión de asuntos
tante progreso. Sólo la democracia nutrida por la que no conviene olvidar, al menos en su totali-
educación será algo más que una carcasa de pro- dad, a merced de las decisiones de representantes
cedimientos de participación formal en las deci- delegados o de las burocracias que anidan en cual-
siones y pasará a convertirse en una cultura enrai- quier organización que tenga algo de historia. La
zada en la mente y en los corazones de los ciuda- educación interviene en facetas que tienen que
danos. Sólo así será más real, y recibirá el impulso ver con modelos de «vida buena», de «bienestar
para expandirse y hacerse cada vez más plena en psicológico» personal y de orientaciones profun-
un camino sin fin, porque en cada momento histó- das de la personalidad que con facilidad pueden
rico, en cada época y en cada situación, habrá un ser conflictivos y que deberían estar controlados
más allá al que aspirar en la trayectoria del progreso. más de cerca por los más directamente afectados.
Así, pues, democracia y educación son dos ám- Las razones y los valores que orientan un sistema
bitos de creación entrelazados para las acciones educativo, desde su estructura hasta sus prácticas
individuales y sociales que suponen y estimulan pedagógicas, no son apoyos indiscutibles, por lo
la libertad, porque parten de realidades indeter- que deberían recibir su legitimación a través de
minadas, no cerradas, en las que es lícito y posible consensos dialogados. La educación es claramen-
pensar en lo que querríamos ser. Son marcos pa- te uno de esos ámbitos que se deben gobernar por
ra decidir lo que queremos ser. medio de la razón comunicativa habermasiana. De
Como afirman Carr y Hartnett (1996, p. 187): ahí que, una vez más, democracia y educación se
«Un rasgo distintivo de una sociedad democráti- necesiten y se regeneren recíprocamente.
ca es la aceptación de que ninguna imagen de lo Ahora bien, la sociedad en un determinado mo-
que es una sociedad aceptable puede mantenerse mento no parte de cero, la democracia no es algo ya
más allá de la disputa racional... El propósito de dado como condición para el avance de todos y ca-
cualquier teoría democrática no es ofrecer una da uno de los individuos. En el camino hacia su
imagen fija de la buena sociedad, sino articular los progreso se topa con lastres como las diferencias
principios políticos, las estructuras y las prácticas sociales, económicas y culturales que dificultan el
que asegurarán que los procesos de contestación desarrollo de toda la comunidad. El capital de re-
en los debates acerca de la buena sociedad se con- cursos económicos y culturales a disposición de
ducen de forma que se promueva la libertad de cada uno es muy desigual, lo cual resulta ser un
todos sus miembros. De lo cual se deduce que el obstáculo para la realización universal del ideal
propósito principal de una teoría democrática de moral de la democracia, que tiene consecuencias
la educación no es estipular qué clase de educa- en las desiguales posibilidades de participación.
ción podría efectivamente servir para reproducir Dicho ideal requiere, pues, la implantación de me-
una concepción fija de la buena sociedad, sino mos- canismos de corrección y de compensación solida-
trar cómo la educación puede capacitar a todos los ria para con los que disponen de menos recursos,
ciudadanos para participar en el proceso de debate dando a la democracia un tinte social que cumplen
por el que la sociedad a la que pertenencen in- los Estados del bienestar. Una de las formas de igua-
cluido el sistema de educación es reproducida y lación, que nunca podrá ser omnipotente, es pro-
transformada». porcionar una educación para todos, y posibilitarla
La fe optimista en la educación para y en la de- en condiciones de igual duración y de equiparable
mocracia se trasladó a las instituciones que la im- calidad en las etapas básicas.
partían, creyéndolas superadoras de las limitacio- Sin negar la inevitable función de la educación
nes del medio familiar y social más inmediato. Pa- ser el capital humano determinante para el de-
ra el pensamiento moderno la escuela para todos sarrollo económico, es preciso no olvidar estas
es un importante y esperanzador espacio-tiempo otras vertientes de la modernización, según las
de creación. Lo es por los efectos que se supone cuales la educación constituye el origen del acer-
que produce a medio y largo plazo, y porque en sí vo sociomoral de la sociedad, así como una capa-
misma es un pequeño laboratorio social, un mi- citación para que los individuos busquen y reali-
crocosmos en el que vivir experiencias democrá- cen su ideal de felicidad. Y son ideales también
ticas. Así, pues, no sólo cabe mirar a las escuelas para regenerar las prácticas democráticas, propor-
como nutrientes de las raíces de la democracia, si- cionando fundamentos para la búsqueda de mo-
no como espacios sociales en los que experimen- delos de vida que, como ocurre con la democracia,
puedan mantener los anhelos de mejora social. En vida de los seres humanos en el que el sujeto fra-
una época de tantos y alicortos pragmatismos es guado en el calor de las relaciones familiares (cuan-
bueno revitalizar estas antiguas y sanas creencias y do son calurosas, que no siempre sucede así para to-
aspiraciones. En momentos de idolatración del dos) pasa a ser un individuo en un grupo de igua-
mercado como modelo de libertades conviene les regido por reglas sociales que en la familia no
dar vigor a las dimensiones morales y sociales de son de aplicación. Esta esfera pública será un es-
las formas de organización social. pacio para la génesis y el cultivo de la indepen-
Obviamente, estas nobles, magnas e inacabables dencia personal al margen de la familia y para la
tareas corresponden a la educación en su más am- generación de relaciones sociales que poco tienen
plio sentido, y no sólo a la que puede realizarse en que ver con la mayor parte de las reglas y de los
el mundo de lo escolar. Tendría que ser una preo- contenidos propios de las relaciones de la vida fa-
cupación en todos aquellos ámbitos desde los que miliar. No obstante, cada vez más, en las condi-
se desprenden algunas influencias sobre los ciuda- ciones de las sociedades actuales, ese espacio pú-
danos: desde las relaciones familiares hasta la vida blico de lo escolar es sustituido, compartido y
que dé ejemplo en las ciudades, pasando por el ejer- hasta anulado por otros medios, también exter-
cicio de la vida política, los medios de comunica- nos a las familias, que «compiten» con los valores
ción, el desarrollo de las actividades profesionales y con las prácticas escolares. La educación puede
que tienen relación con los asuntos más directa- estar ahora desescolarizándose, al igual que un día
mente humanos y, por supuesto, las escuelas. en buena medida se «desfamiliarizó» para pasar a
Cierto es que el tiempo de la educación escolar las escuelas.
es objetivamente privilegiado. A fin de cuentas,
en él invierten buena parte de la vida los más jó- ¿Cómo construye la democracia
venes, en una etapa caracterizada además por la la escuela?
plasticidad abierta a influencias que pueden dejar Tras los razonamientos que acabamos de esbozar
prolongadas y profundas huellas. Asimismo, la es- aparecen los rasgos esenciales del programa fun-
cuela representa el primer espacio público en la damental que la escuela puede desempeñar para
Las causas sociales por las li- Supresión de trabas a la igual- Prácticas de apoyo recíproco:
bertades tratadas en las es- dad en la participación. colaboración de los padres en-
cuelas. tre sí, así como entre padres,
Relaciones
Participación de los padres y instituciones y centros.
escuela y
de la comunidad en general. Aprovechar los recursos ex-
comunidad
ternos en la escuela.
Participación en tareas huma-
nitarias y solidarias.
Se trata de que el individuo no sea un mero con- la escuela no se agota en la participación, sino que
sumidor de educación o de conocimiento, sino de significa que todas sus prácticas reflejen y transpi-
que se convierta en actor, que se afirme y se cons- ren los valores básicos de la democracia: la liber-
truya expresando su libertad, que se manifieste y tad, la no discriminación, la solidaridad y el respe-
se vaya reconstruyendo con sus singularidades, lo to a cada uno, desde la organización de un sistema
cual significa la exigencia de ser admitido como comprensivo que dé cabida a la diversidad social, la
algo único. La educación democrática tiene una gestión con autonomía de los centros, las libertades
segunda condición, como señala Gutmann (1987) del profesorado, el método con el que se aborda
(la primera era la no discriminación): la no repre- cualquier contenido o la evaluación.
sión, para hacer posible la confianza en el ejercicio Los supuestos de la libertad de pensamiento, de
de la libertad que asiente la construcción y la ex- expresión, de información, el respeto a las condi-
presión de las singularidades individuales. No se ciones vinculadas a una concepción democrática
trata de combatir sólo el dogmatismo, el castigo o de la verdad y de la moral donde no hay nada que
el autoritarismo, instalando la tolerancia, el respe- sea absoluto y definitivo, el estímulo de la honra-
to a la diferencia y las buenas relaciones humanas, dez intelectual, del hábito de decir la verdad, el
sino de fomentar decididamente la libertad ex- mantener el sentido del lenguaje (en vez de utili-
presiva de los sujetos en todos los ámbitos de la zarlo para camuflar y ocultar realidades), son crite-
educación. Así como la democracia es el sistema rios esenciales para fundamentar una cultura de-
de organizar la convivencia y de gestionar la cosa mocrática. Ahora bien, la dimensión participativa
pública para hacer viable y estimular la pluralidad de la democracia que completa y corrige las orien-
en la sociedad, la educación democrática debe ha- taciones liberales individualistas exige, como afir-
cer lo mismo en el tratamiento de la diversidad ma Battistoni (1985), la posibilidad de ser autó-
real y deseable de los sujetos. nomos, reconociendo el papel de las aportaciones
En este sentido, una vez que se dispone de me- de los otros. Se requieren, pues, concepciones psi-
canismos formales de participación en las institu- cológicas acerca de las posibilidades humanas que
ciones educativas, queda mucho por hacer en el entiendan el desarrollo de las mismas como resul-
camino del cambio de las actitudes y de las prác- tado de la interacción, del intercambio y del diá-
ticas educativas favorables a la libertad. Una op- logo con los demás.
ción que es compatible con el carácter reproduc-
tor de cultura que tiene la enseñanza y con la pro- Las relaciones interpersonales
posición de normas y de reglas básicas. La escuela No es preciso extenderse, por su obviedad, en la
democrática es una escuela abierta al conocimien- trascendencia que tienen las relaciones personales
to. Lo necesita. La recreación de la cultura y de la en educación, a través de las que se configura el
sociedad tiene que partir de contenidos previos. marco de comunicación que posibilita o no el
No sólo hay que fomentar, pues, los méto- fluir de las potencialidades personales, el diálogo
dos que ponen a los estudiantes en situaciones en y, por lo tanto, la posibilidad de la racionalidad
las que tienen la posibilidad de entrenarse en las misma. Las tradiciones de la crítica antiautorita-
habilidades para el gobierno colectivo, el intercam- ria, la psicosociología de las relaciones humanas y
bio de posiciones, el respeto al otro, la toma de de- grupales y el psicoanálisis resaltan, entre otros as-
cisiones dialogadas o la participación a través de la pectos, la importancia del clima social para el de-
representación delegada, como si de pequeñas sarrollo de la personalidad libre y para la buena
«repúblicas escolares» se tratase. La democracia en dinámica de los grupos. Los valores de la demo-