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HIMNOS A
NACIONALES
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HIMNOS A
NACIONALES
Antología poética mundialista sobre los
23 jugadores argentinos, Sabella...
y el jugador del pueblo...
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Himnos Nacionales
Antología poética mundialista sobre los
23 jugadores argentinos, Sabella...
y el jugador del pueblo.
compilado por
Juan Alberto Crasci y Sebastián Realini
para añosluz editora
aniosluz.com.ar
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los convocados son...
(por orden alfabético)
A
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La revelación de Lucas Biglia
por Fernando Aíta
I
¿Compañeros poetas, teniendo en cuenta los últimos partidos,
qué tipo de versos se deben usar para escribir
el poema de un mercedino, categoría 86,
cinco de una camada de argentinos
que gambeteó el 2001 en casa de los papás?
Las dos caras de la moneda convertible,
lujo y sacrificio,
gira en el aire
y la duerme en la muñeca el referí:
Diga, capitán, ¿saque o arco?
II
Tu historia está en Internet,
escuetamente, un CV abreviado,
un rubio eficiente de correcta estadística.
Debutaste con el Bicho en la B,
y ascendieron tirando paredes:
arremangarse y jugar en equipo,
hacerse de abajo, año 2004.
Viniste a un rojo deslucido que no brindó
salvo los quiebres de Agüero
y las redes henchidas de Frutos.
Vos no anotaste un tanto en 49 fechas:
¿a qué corresponderá tu grato recuerdo
difuso en nuestros rojos corazones? ¿A tu rubiez,
a provenir de AAAJ, a tu tirarte elegante al piso,
controlar el juego y levantar la frente...?
Nada memorable, nada que marcar como favorito.
Debe ser el mundial sub20 de los países bajos
que trajeron con Lío, el Kun y Gago,
Zabaleta y Garay, tus actuales compañeros de viaje.
9
Si miramos desde el hoy al horizonte...
El bichito descendido. El rojo de regreso, en rojo.
Cuando te falte el pelo y estés hecho
un señor mañoso sin ganas de entrenar tan duro,
¿querrías volver a darnos, accesible,
un añito de tu fútbol, a retirarte en una u otra casa?
¿De qué cuadro sos, Luquitas?
III
Hoy todo invita a apurarse.
Como Frutos, prematuros, se fueron a ganar todo
donde apenas festejan, al triple país de los belgas.
La historia de tantos mozos y lavacopas:
doble ciudadanía, un par de medias,
una celeste, la otra verde, blanca y roja,
y la ilusión de hacer diferencia en el continente viejo.
10
Se te ve en los videos online
abrazar a un tal Suárez, a un Van Damme.
Se te ve apaciguando a unos exaltados
y respetuosos hinchas del blanco.
Se te ve quitarle la pelota a los rivales,
dominar y buscar al compañero.
Se te ve con la cinta en el brazo
alzando las doradas copas belgas.
Sí, lo mismo que un tenista que gana
un torneo preparatorio para un grand slam:
¿orgullo por un millonario
(que no nos da ni una Davis)?
¿Qué triunfo es ese, Luquitas?
¿Qué le queda al pueblo?
IV
Yo te banco, Lucas Biglia. Tenés con qué
superar la medianía del empleado modelo:
sos re-winner, ya ganaste todo lo que había
en el cómodo reino de Bélgica. Igual nada
comparado con ser prócer de nuestra pasión.
Por algo te libraste del cariño distante de Bruselas
y migraste a Lazio, cerca del Papa Francisco,
a jugar en media tabla y ganar minutos de aire.
Otra vez lo lograste: entrás en pantalla
y Sabella te confía un lugar en el centro.
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La realidad se hace a base de metáforas.
El fútbol moldea nuestras vidas.
A no ponerse militarista, con batallas y soldados.
En el canto II de La Ilíada fija que aparecías al fondo.
Esto es una competencia, sí, por fama y riqueza,
pero deporte. Son veintitrés, y llegará tu turno.
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Augusto Fernández
por Gonzalo Alzaibar
el viento
tus piernas resplandecientes de sudor
todos mirándote, esperando su momento
una orgía de hombres que sólo quieren tu trofeo
aquello que protegen tus piernas
tu trote
un silbido agudo que aterroriza
congelando al adversario y colocándote en la gloria
augusto, mi amor
sabia la sangre cuando te dio de comer
inolvidable aquella gloria tuya de gallinero
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Oda al ignoto defensor Campagnaro
por Jotaele Andrade
nada sabemos de tu habilidad
oh Catagnaro
por referencias
o dolencias de resentidos o exultantes fanáticos
sabemos que tu puesto es el puesto de la retaguardia
allí donde se dirime
la agonía y el éxtasis
del pálpito
la posibilidad
del gol o del despeje
no conozco
tu estrategia
oh Catanaro
para impedir el gol magistral
del oponente
la gambeta heroica y elegante
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oh si hubiese
escuchado de ti en las rabiosas tertulias
futboleras
entre la baba
viscosa
de periodistas deportivos
para saber al menos
qué viento te despeina cuando corres
qué sangre se te agolpa
cuando disputas
el balón unívoco del orgullo
pero te sé ignoto
oh Campañaro
del mismo modo en que es lejano
para mí
el redoble moral de la victoria
o la derrota
aún así
yo te imagino en las férreas defensas del Cartaginés
o del Romano
obedeciendo a un orden
preciso
a una estrategia de músculos y de hierro
a una combinación de matemática con sangre
oh Catangaro
tus piernas émbolos
de una maquinaria
por donde el balón baila como en una coreografía
de las hadas
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de torcedores
que agitan
sus banderas en las oscuras gradas
de la hechicería
y la cábala
oh ignoto
desconocido
veterano
defensor
reivindico tu inclusión
en el combinado nacional
para no olvidar
que los héroes alguna vez
fueron
modestos
seres
que pulían
lentamente
sus habilidades
en el oscuro
vestuario
del anonimato
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Cantos de dicha y alabanza (sic) a Sergio Germán
Romero
por Verónica Barrionuevo
Oh, Romero, Romero,
¿por qué eres tú Romero?
No te han merecido
los lustres de Mónaco.
En las cosas sencillas
está lo decisivo:
en no dudar,
retener,
dominar la voz de mando.
y por tu apellido
curativo y aromático
el césped te respeta
y tus pies no lo hieren
-y quizás
eso lo haga
tu cómplice-.
Tres postes,
la endeble morada donde aguardás
el despegue.
Guardás nuestra defensa,
Sergio Romero,
espalda de la espalda de los grandes.
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Cuando el peligro tensa
las nervaduras de tus falanges
parecen juncos.
Es tu momento.
Hacia el espacio, hacia el infinito
con la humildad de quienes permiten
el brillo del resto
te convertís en la flecha de ese arco
que un centauro invisible, acaso,
dispara.
Todo
se vuelve
fiereza
en los escasos metros del área.
Todas
las jugadas
han sido trazadas al principio de los tiempos
sobre tu pasto hermano
pero ahora se revelan a nuestros ojos
y se reducen a tu destreza.
Es en tus manos,
Sergio Romero,
momentáneo puma,
que ruge nuestro hambre de gloria,
se anida nuestra respiración contenida,
se juega la conclusión
de la trama
hilvanada por otros hombres.
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Ponelo a jugar
por Nadia Sol Caramella
Área dilatada, arco y ceño fruncido, aroma a alemán triste. Los ojos de
los hinchas pincharon el relato sin herirlo, el verde todavía civilizado
acaricia los pies, una boca se desnuda entre miles de bocas entumecidas
por el grito de goooool. Algo pasó, nos quedó viejo, con sabor a México
86, a mano de dios y caramelo media hora. Ese día le tocamos el culo a
los astros, ¿te acordás? La bocha gira entre los 11 de Sabella, el bufetero
de club de barrio, que mueve los brazos, como saludando al sol del Ma-
racaná. Los pases cortos van haciendo al partido, y no al revés, el par-
tido no es el mérito, tampoco el juego veloz, todo bien riquelmiano, de
bancar, a paso lento y resolver pisándole la mente al adversario, porque
para los alemanes, los celestes y blancos somos el Teg del desconcierto y
eso nos gusta, a pesar de la carita de Messi, que parece que no entiende,
pero en verdad sí, sí que entiende, cómo no va a entender.
Alemania busca con cuatro. Viene rápido el centro, aparece Basanta que
la salva. Ay Basanta, Basanta, ya tenés tu balón de oro, estás listo des-
de el Pincha pero nadie te vio. El juego sigue con un lateral. Ya van 30
del primer tiempo, ahora lo tenés al tonto de Müller, respirándote en la
cara. Y te decis, “no lo dejes dar vuelta, no lo dejes dar vuelta, anticipa-
lo. Anticipalo carajo”. Y el muy puto te gana de mano, lo corrés igual,
porque te la bancás, Basanta. Te la bancás. Federico Fernández tuvo que
ser nuestro Pumpido, para cometer este sueño de remate y goles de ca-
beza. Nadie lo sabrá, nadie sabrá de tus juegos clandestinos y tu mirada
de suplente codicioso, capaz de todo. Pero a quién le importa. Tenías
ansias de mundial de chiquito, de leoncito. Lo mirás de coté al pobre
Fernández, te da pena porque en verdad sos bueno, pero tenías ansias
de mundial, Basanta.
Le queda poco al partido, te la pasaste pensando y marcando al nueve
rubio y desprolijo. No le dejaste pasar una y ahora te odia. Si supiera de
qué está alfombrado tu corazón de león, Basanta, te miraría con más
respeto. Pero este vaho espeso de multitud, este caos de pies, de hon-
gos, de pasto creciendo milimétricamente con el paso de cada segundo,
todo tan mortal y dramático Basanta, todo tan crucial como el blanco
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de la bocha girando y rompiendo en las orillas de algún botinazo, el
estruendo de miles de vuvuzelas te hacen babear el cerebro, Basanta.
Cuánta histeria de avanzar y retroceder. No sabés qué hacer. Estás en-
loqueciendo, Basanta, estás gritando Basanta, estás cabeceándolo todo,
Basanta. Tenés que parar. Tu cuerpo despide jugos asquerosos y llevás
los ojos enrojecidos puestos en el arco que había que cuidar, te decís
“el defensor central tiene ojos en la nuca, no lo cierres, te decís, no los
cierres”. Entonces avanzás porque te querés lucir como en el Monterrey.
Tenés una sola oportunidad de definir, corrés, la ves venir y la esperás
con los brazos abiertos. Remate seco en el segundo palo. Goooool!!!!!!,
convertiste José María Basanta, cuando no había nada que hacer, cuan-
do la pelota parecía escaparse por el área, convertiste Basanta, ante la
mirada atónita de tu mujer, que te seca la frente con una toalla sucia de
clínica brasileña.
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Sabella no tiene cable
por Daniel Adrián Castelao
Sabella no tiene cable
y se desespera
no sabe a quién convocar
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Carlos Alberto Martínez Tévez
El Apache
Un Auténtico 10
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Ezequiel Garay
por Ana Colombina
Pasar la bola
Dedicado a Ezequiel Garay
La pelota las horas las pelotas
ya nada gira solo defiendo
Ellos, en la casa
son ahora espectros
paso el dia detrás de sus sombras
23
Mariano Andújar
por Eugenia Coiro
Mariano habla pausado
tranquilo
conoce las palabras adecuadas
sabe cómo usarlas
dice lo que ya se sabe
la medida es la prudencia
el libreto está estudiado
profesional perfil bajo
desde su metro noventa y cuatro
ochenta kilos de calma
entrenados para todo
también para esperar
sentado en un banco.
Mariano sabe
su sino es la espera.
Un día tal vez
oirá en un susurro su nombre
en medio de una charla acalorada
escuchará esa voz llamándolo
una palmada en el hombro
o más fríamente desde la distancia
un gesto único marcará el instante.
De un salto se pondrá de pie
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entrará a la cancha
ahora sí
primera persona singular
único en el centro él
más de tres mil millones mirándolo
él solo
y tantos los otros
los que atacan
hábiles fuertes desafiantes
sus torsos de fibra sus piernas precisas
el calor de la sangre
las sienes hirviendo en un abrirse paso
hacia él
sólo
único en su casa vacía
el viento frío en la cara
la gente que es ola
y grita
esos brazos larguísimos
tan cortos
en esa inmensidad
se precisa templanza
mantener el calor
recuperar el mensaje
repetirlo una y otra vez
como un mantra:
El destino es la espera
hay que mantener la calma
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Oda a Agustín Orión
por Juan Alberto Crasci
Vivimos de frases hechas:
la vida siempre da revancha
y hacia allí vas, Agustín,
aprendés rápido de tus errores
porque un guerrero no detiene nunca su marcha
y esta vez marchás por tu patria
para conquistar Brasil.
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Un sólo nombre
por Flor Defelippe
Federico Fernández:
no me representás.
Al menos,
no como me representaría
Carlitos Tévez,
o Cambiasso, que tampoco me dice nada,
pero que seguramente,
me representa más que vos.
Tu nombre, en cambio, me suena de algún lado,
y de ninguno:
¿Quién mierda sos, Federico Fernández?
¿Alguien además de Sabella -y de los que leyeron
los 23 nombres de la lista-
te vio jugar alguna vez?
Me imagino
a la cantidad de Federicos Fernández
quienes creyéndose convocados
vieron la posibilidad de concretar su sueño:
páginas y páginas enteras
de la guía telefónica.
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Todos los Federicos Fernández juntos
yendo en jet privado hacia el Mundial.
Incluso Federicos Fernández más famosos que vos
imaginándose estrechando la mano de Messi,
o fundiéndose con el Pibe
en un sólo abrazo de gol.
Seguramente, todos los Fernández
lloraron de alegría
por tener algún pariente protagonista
del futuro maracanazo.
No sé cómo habrá sido su reacción
al enterarse de que vos, el Federico Fernández
entre todos los Federicos Fernández
serías el verdadero defensor...
¿Habrá sido júbilo, indcredulidad?
¿O amarga desilusión?
No lo sé.
Con malicia
en una nota te llamaron: el pichón
de Sabella.
A mí no me parece bien.
Creo que necesitamos más Federicos Fernández
en la Selección:
anónimos a pesar del nombre.
Ya están Lío, Pipita, el Kun
para cargar en su camiseta curtida
los gritos de gloria de cada gol...
28
Fausto
por Fernando De Leonardis
había en münchen un
piadoso y temeroso de dios pecador
llamado demichelis
hacia el noveno mes un
ángel cayó del cielo y pronunció
tus oraciones llegaron a dios
envía tus hombres a buenos aires y
haz venir a eva
al día siguiente
mientras sus enviados iban de camino
demichelis subió a la azotea de su morada
tuvo hambre y sed y éxtasis y
mandado por divino aleteo del deseo
otro ángel exclamó
¡dios no hace excepción!
demichelis se convenció
pero ella no volvió
entristecido entre las nubes
a los pocos días ocurrió
el 11 de noviembre de 2011
un descuido en el área
lo delató
la horda primitiva
lo sacrificó
pero dios
que todo lo perdona
lo resucitó de entre los muertos y
sabella
que sabe a fútbol
por intermedio de dios
volvió a confiar en el zaguero
el círculo se completaba
pues tiempo antes
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el espíritu santo
entre los genitales de eva y demichelis
su preciado gen derramó
¡lola!
escucharon de demichelis
más tarde eva
calmada y glorificada
balbuceó con ritmo de cumbia
dios me concedió el arrepentimiento
para generar vida
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Kun
por Fede Frisach
Hola kun
me llamo Yanela
y te mando este mail
después de esperar durante mucho tiempo.
La primera vez que te vi
fue en la cancha del rojo, bajé
con mi viejo
por los escalones de la tribuna
hacia la parte baja cerca
del alambrado.
te vi a metros enganchando
desparramándolo
al pelado Crosa
vacunando a los siomes
de la academia. kun,
nunca te había visto
tan de cerca, tu cuerpo
tu cara
tu forma de gritar
el gol. no lo pude
creer, y cuando mi viejo me llevó
para el estacionamiento a saludar
a los jugadores
te vi.
y vos
me viste.
sonreíste.
pero no me animé
a decirte
nada,
lo que no sabía
es que al toque te ibas a ir
a europa.
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tampoco me imaginaba que ibas a casarte
con Yanina, encima de jila
gorda, y yo no lo podía
creer, así que estuve días
encerrada en mi habitación
llorando
sin ganas
de activar.
por esos findes, cuando salía
al boliche me peliaba
con unas pibas
y de tanto arrebato
me entraron a respetar,
pero cuando volvía a mi casa
me encerraba en mi cuarto
a llorar.
Cuando te separaste volví a activar
y me puse a trabajar en el mercadito
de Don Julio
para ahorrar
y pagar el pasaje
para irte a encarar
a europa
-como lo tuve que haber echo
esa tarde
en la cancha
del rojo.
En el mecadito limpiaba los baños
y cargaba unos pedidos de la verdulería
y así banqué un par de años
ahorrando, pasa
que iba pocas horas al mercado
y de golpe me enteré que estabas
con la princesita.
¡y yo que siempre caía al boliche
a verla cantar!
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me sentí re jugada
así que una noche fui al baile
y me quedé fuera esperando
que la princesita
salga
para la combi. y cuando la vi
le di alto
arrebato, pero le di mal
-se la puse con la botella
a uno
de sus músicos.
me agarraron
y me metieron unos días
dentro.
ahí
-de nuevo-
me quedé sola
encerrada
acostada
llorándote.
Pero ya estoy afuera
aunque me pusieron a esta mina
que me visita
y me acompaña
por la calle.
Ya no trabajo en el mercadito de Don Julio
y perdí los ahorros, no sé
esta mina saca unas hojas todas
las mañanas y me hace preguntas
y escribe,
pero entre charla y charla
nos hicimos amigas.
-¿y sabés què?
ella está enamorada
de Lavezzi.
es rubia y tiene unos ojos enormes
33
y te juro que es re piya, kun
así que le dije que iba a conseguir
tu mail, y lo busqué por interé
y lo conseguí.
entonces acá estoy,
esta piba dice que no puedo salir del país
asi que después de tanto tiempo. kun
necesito
preguntarte
algo:
Cuando estés por argentina
¿no te da
que salgamos
con mi amiga
y Lavezzi?
podemos ir a escabiar algo.
yo conozco
un par de lugares
piola,
y la princesita no se tiene
por qué
enterar, alto
arrebato
le voy a dar,
y acá
te mando
una foto y mi numero
abajo
para el wasap.
lo que sí, kun
caete
con Lavezzi, dale
que no quiero quedar
como una jila con esta
piba
¿entendés?
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Segundo soneto para Di María
por Rita González Hesaynes
Los últimos minutos del partido,
cero a cero las actas, angustiosa
la tarde y muerta está la fiera diosa
que defiende a los hombres del olvido.
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14 - Mascherano
por Alejandro Güerri
A los veinte, parecías seguro y confiado como un viejo
que no necesita hacer alarde de nada. Pelado igual que ahora,
de tu enorme boca abierta sólo salían palabras medidas.
Correr, limpiar, barrer: no iba con vos el protagonismo ese
de sumarle un diez a tu apellido. Quizás debutar con un loco
te volvió centrado, un tipo que se para en el justo medio
de las cosas. ¿Qué no daría, Javier, por tener tu madurez,
tu equilibrio? Si es tanta tu entrega y tan silenciosa,
que a veces imagino la ceremonia sin estridencias
de tu retiro: un partido entre amigos en una cancha
cualquiera, y la vuelta a casa, con el bolsito al hombro,
pensando en alguna pelota dividida.
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Doble vida de un lateral derecho
por Sebastián Guitar
Si Zabaleta fuera una moto
(como las de su garage)
sería seguro una Ziambretta
y no sólo por rimar
sino por apariencia y
por guerrera conducción
ambos flojos de chapa
de generoso motor
de industria nacional
con salida al exterior
Si Zabaleta fuera un héroe
(como los de su niñez)
sería Superman
y no estoy jalando Blem
Lunes a viernes en su taller
su alter ego arregla motos
oficiando de Clark Kent
tarde de sábado juega en la Premier
le hace oda al paladín
con acento inglés
Si nos quedamos afuera
sin hazaña en Maracaná
por tu pasado azulgrana
y por la defensa que hay
Sólo te pido una cosa
si no es mucha presión
hacé intercambio en el partido
(no por camiseta o pantalón)
Negociá un trueque de piernas
y que no sea con Japón
traete las gambas de Alves
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y unos discos de Tom Zé
Tus ancas verdeamarellas
huyen hacia Manchester
que el tiempo te arregle el embrague
que el aceite no ensucie tu fe
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goles argentinos en europa – vida y obra de gonzalo
higuain
por Damián Lamanna Guiñazú
Gonzalo Gerardo Higuaín (Brest, Finisterre, Francia; 10 de diciembre de 1987) es un
futbolista francés nacionalizadoargentino. Juega de delantero y su club actual es el S. S.
C. Napoli de la Serie A de Italia.
Con la selección de fútbol de Argentina ha participado en una edición de la Copa
Mundial de Fútbol y en una Copa América. (wikipedia)
39
ese mismo año”
¿viste la mala leche que reposa en el standard?
pero esos dos goles ganadores
contra boca
a los 18
monumental al palo
década bostera avasallante hicieron
que el diego no olvidara
ni de vos ni de tu viejo que jugó en boca y en river ¿de qué
cuadro sos, higuain? ¿preferís la liga de italia
hacer más goles aunque no se vean tanto?
está bueno para un argentino vivir en nápoles siendo francés
un poco ¿ensayás los festejos, la elegancia en la corrida
hacia la tribuna llena de gente sentada?
tu cuerpo atlético, europeo, modelo para trajes
hasta a mi novia se le cae la baba
y no me molesta, me da risa y miramos juntos tus videos
ganás en velocidad, aprovechás muchos errores
presionando bien arriba a un defensor
nervioso como un chico
vuelvo a casa en bici, apoyo los pies arriba de la vereda (el freno no anda)
cruzo el pasillo, hago equilibrio para que abril no se escape
y ahí nomás pienso en batistuta
en el palo y afuera del 98
en sus goles intrascendentes contra grecia y jamaica
en el “vos tenés el arco de frente”
en el último mundial yendo a la escuela
demasiado fugaz
como el tiro libre que le clavó a Chilavert en nuñez
y en vos higuain, que llevás su camiseta
(y borraste de youtube a tu viejo
porque a los 18 te fuiste
al madrid y a jugar el mundial más triste,
real y emocionante desde que nacieron
manu chao y kusturica)
este poema intentó hablar del que hace goles
40
pero termina desviado. un ojo en la pantalla
el otro adelante, veo masomenos, lágrimas
la jeta esperando que el número diez
se vuelva a prender fuego,
y me rompa el corazón de alegría
estés donde estés
41
22
por Esteban Leyes
El olor de las hojas quemadas
donde pasaje cinco termina
en la cancha de Aguirre
y después
de repente
como esa noche larguísima
en la casa de la vieja
había pasado todo el resto
Estudiantes, San Lorenzo
Napoli, París
rápido
aquella noche interminable
ésta
42
antes de la final
hoy que ni empezó el mundial
cierra los ojos y espera
no deja de pensar
las ideas se mezclan demasiado rápido
y otra vez está ahí
cada vez que lo sueña sin dormirse
la boca de lobo
diez años atrás
donde pasaje cinco termina
en la cancha de Aguirre
y ahora lo ve
con el sol de los partidos del mediodía
43
4 años
por María Ludwig
aquí está el polifuncional, siente todo el peso sobre su espalda
aquí está el mediocampista, ¿dónde estuvo su lugar en todo este tiempo?
golpearon a su puerta cuando todo se puso oscuro
en el último minuto, lo arrastraron dejando a Gago atrás
44
Hat trick
por Cecilia Perna
Hay cosas
que no terminan nunca
de llegar
— un hat-trick
un triplete
Palacio
postergado sobre el filo
del banco o en la puerta
de embarque para al fin
cruzar el mar —
Europa y
todo el tiempo
que demora una pelota en traspasar
el medio campo
— madura lentamente
en el costado del ojo —
la tercera es
la única vencida —el tiempo vence
el cuerpo y el partido
Palacio
sigue en pie
dispuesto a conseguir
la copa
— sacar a relucir
la joya –
desde el fondo de sí
y completar por fin — el hat-trick
volver
a casa y descansar —
con el sombrero lleno
en el pequeño y paternal
regazo
del Olimpo.
45
A maxi rodríguez
por Javier Piccolo
he visto los mejores pechos de mi generación
enfriarse irremediablemente
los pechos fornidos y peludos
ahora son fofos y tersos
los pechos suaves y redondos
que se amasaban con una mano
transformados en plástico no reciclable
los luchadores orgullosos
trabajando ocho horas por día con uniforme
para la multinacional de moda
los que corrían hasta que no podía más
y seguían corriendo
no mueven ni la panza que han echado
46
Ricardo “Ricky” Álvarez
por Quinito
“-¿Te acordás algún insulto o elogio que te haya llamado la atención?
-Sí, en cancha de River cuando salimos a hacer la entrada en calor me gritaron flogger.
Esa me dolió.”
Convocado
bien te veo
re fachita
mientras me llama tu ex
bien te veo
y siento frío
eso que bien aprendiste en Liniers.
47
"y ahora miralo a Ricky...
convocado y de la escuela
de Pandolfi y la elegancia
puntas de pie y trabajado
en un gimnasio allá en el Inter
y ahora convocado como está
ya ni se acuerda de mí
no me da bola
se me desmarca
y estoy cansada"
48
que el invierno
te tape y no haya
frazada que te alcance
(ahora que sos alto)”
49
Cretácico del lateral izquierdo (o del adagio: “llamá a
Chamot, llamá a Chamot”)
por Sebastián Realini
“La guerra es asunto serio; inspira gran temor el solo hecho de considerar que los
hombres puedan embarcarse en ella sin la previa reflexión que la misma exige”.
Pobre aquel
del que citar y dirigir
glorias futuras
del fútbol mundial
sea su tarea encargada
y que al momento de revolver
nombres en la historia
e intente olvidar
a leyendas del izquierdo lateral
como Maldini, Brehme
o Santos
no halle otra cosa más
en la cañada de jugadores
que un somero
color primario
y es que el apellido
de los marcadores de punta
(de mi gusto Ashley Cole
Y Lizarazu)
se fue diluyendo
con el paso del tiempo
así como su posición
también
hasta incluso
llegado el caso
de la multifacética aparición
50
de Carlos, Roberto
por aquel costado
ojalá y el espíritu
del fantasmagórico
51
ahora, lateral izquierdo
aún habite el campo de juego
para Argentina, y sea virtud
del susodicho convocado
la habilidad de reducir
y llevar a nulos e ineficaces
los flanqueos, embates
que recibirá en las diversas
arenas del Brasil
52
Cuatro cuartetas (media masa) para Pintita
por Gabriel Reymann
Amasa, avanza,
cercena
las distancias
en vertical
Cual Maranga
5 xeneize de frac,
administra jerarquía
en el círculo central.
53
Guía de campeones
por Natalia Romero
A Max, por el contagio de la pasión
54
echado sobre el pasto.
Esa contemplación te calma.
¿Hasta dónde se iba la pelota
que pateabas de chiquito?
Cómo suenan los goles
desde el costado de la cancha
pisando el pasto sin correrlo
pero ahí, vos
en cada una de las piernas
de los jugadores
que patean y avanzan.
¿Cómo se traza, Alejandro
un mapa que acompaña
el camino a una gloria?
El sol redondo como el mundo
la pelota redonda como el mundo
la copa un aura que lo rodea todo.
55
Messi
por Ezequiel Vila
Qué bien se te ve pisar
el pasto del Maracaná
qué bien se te ve
mirando ese suelo
ajeno a la multitud
que posa los ojos sobre vos
y solo sobre vos.
Messi,
56
¿Pensás acaso
en los Platini
los Di Stefano
los Cruyff?
Messi,
Messi,
los músculos de la fiera están tensos,
las luces del estadio lo excitan,
¡cuidado!
57
Pero tranquilo,
que el desasosiego es enemigo del gol,
la turbación mueve la pelota
peor que pozo en el pasto.
Ningún campeón abrazó la congoja
excepto quizás Valdano
pero jamás un líder
un líder, ¡ah!
Messi
¡un líder!
Messi,
la bestia es salvaje pero sabe
sabe que ya tenés 26
que la estepa rusa puede ser
el Azteca de un soldado curtido
pero que esa no puede ser tu historia.
La bestia tiene hambre pero piensa,
como bestia
pero piensa.
Messi,
los chicos están hartos
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de verte levantar la copa
renderizado por los sistemas japoneses
del PES.
Los chicos quieren el poster
la foto
los botines.
Los chicos,
el capital internacional,
las bolsas del mundo,
todos están atentos a tus pasos.
Son muchos posters
muchas fotos
muchos botines.
Messi,
la imaginación colectiva del globo
urde ensueños en los que sos protagonista.
Fantasmagorías, quimeras
más monstruos,
todos sobre vos.
Messi,
todos las miradas, Messi,
y vos mirás el pasto.
Messi,
¡ah!
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HIMNOS A
NACIONALES
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¡vamos, argentina!
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